CONCEPTO DE VENTAS
Para nuestra sociedad, el vender es una actividad tan fundamental como el metabolismo lo es para la
vida, y se le puede considerar como
el metabolismo de la libre empresa. Precisamente porque nuestra sociedad
esta dedicada totalmente al sistema de libre empresa, lo lógico
sería esperar que el público aceptara sin reservas esta actividad
y la profesión de vendedor, y que éste fuera un
ciudadano muy respetado. Son los vendedores los que mantienen
el sistema de libre empresa en funcionamiento.
Sin embargo, es un hecho curioso que en Estados
Unidos, en México y en muchos otros países la profesión de
vendedor no goza de la reputación merecida, sino que ocupa uno de los
peldaños inferiores en cuanto a prestigio. Un cuidadoso estudio de la
clasificación de distintas ocupaciones según su
reputación, llevado a cabo hace unos años por el National
Opinión Research Center y la Graduate School of Ohio State University,
demostró que los norteamericanos sitúan a los vendedores muy por
debajo de los pilotos de las líneas aéreas, los electricistas,
los locutores de radio, los maestros de escuela, los ingenieros y otras muchas
profesiones.
Sería tranquilizador atribuir esta triste
situación a la simple ignorancia, a globabifobicos y mejor aun a los
descontentos congénitos.
Pero no es así, porque estas conclusiones fueron el
resultado de una encuesta que comprende sectores muyamplios de la
población total.
La baja clasificación de las ventas y del arte de vender
en éstas sociedades, se refleja en el modo en que se emplean estas
palabras en el idioma corriente. Incluso una autoridad tan objetiva e
incorruptible como
el Diccionario Enciclopédico de la Lengua Española nos da una
nota desagradable. Un buen diccionario nos dice muchas
cosas, no simplemente cómo escribir correctamente una palabra o el
significado de la misma. Al dar una definición, refleja también
la actitud de la sociedad hacia ese significado. He
aquí la trascripción de todas las acepciones de la palabra vender
tal como
aparecen en el Diccionario Enciclopédico de la Lengua española
VENDER. v. tr. Traspasar la propiedad por el precio
convenido. / Exponer al público las mercaderías para quien
las quisiere comprar. / Sacrificar algo al interés. / fig.
Traicionar; faltar uno a la fe, amistad o confianza
que debe a otro. / v. r. Dejarse sobornar. / fig. Ofrecerse a todo riesgo en favor de uno. / fig. Descubrir uno inadvertidamente algo
que quiere tener oculto. / fig. Con la
preposición por, atribuirse uno condición o calidad de que
carece. VENDERSE por amigo - Rég. VENDER A, EN tal precio; gato POR liebre.-VENDERSE A alguno; -EN tanto;
-POR amigo; POR dinero.
Para las sociedades capitalistas, esta actitud hostil y desconfiada
hacia la venta y los vendedores parece bastante rara. Como
lo confirmala trascripción citada anteriormente, la posición del
público en este sentido es firme, clara y nada halagadora. Se piensa en
la venta como
en algo indigno y vil, y, sin embargo, es parte intrínseca de todo
negocio. Las vidas de todos nosotros dependen del comercio, y la
venta es un elemento vital de este último.
Cada uno de nosotros vende algo: su personalidad, sus habilidades, etc.
Vendemos con ansia, pero compramos con desconfianza. Como consumidores, nuestra primera
reacción es: ¿Nos estaran vendiendo gato por liebre?
La palabra vender sirve para describir la peor ofensa que puede cometer un hombre contra su patria: Un traidor se vendió al
enemigo. El mayor engaño que puede cometer un amigo a otro se expresa en
términos de vender: vendió a su amigo por dinero, lo menos que le
gritamos a un arbitro cuando consideramos que marcó algo a favor de un
equipo sin que creamos que es correcto es ¡ arbitro vendido
!. Incluso a los vendedores no les gusta referirse a
sus actividades de venta.
Recordemos que desde hace mas de dos mil años la palabra vender
quedo satanizada y con un sentido peyorativo muy
fuerte, ya que desafortunadamente Judas Iscacariote vendió a
Jesús por treinta denarios.
Se han inventado toda clase de eufemismos para evitar
llamar vendedor a quien lo es. Las empresas designan oficialmente a sus
vendedores como
jefes de cuentas, representantes de productos,promotores
o ejecutivos de ventas, asesores comerciales, etc.
Mucho de esto se debe a que no existe una profesión de vendedor como
tal, sino que es un accidente de la vida profesional, ya que originalmente se
pretendía ser otra cosa y por necesidad o frustración se tiene
que ser vendedor. De ahí que muchos vendedores sean
profesionistas fracasados o desempleados de su profesión original o
deseada.
En unas sociedades donde la compra es tan popular, ¿por qué no
sucede lo mismo con la venta? No se puede comprar sin vender, a la gente le
agrada comprar, pero no gusta de los vendedores. Desde luego,
la aversión y la desconfianza hacia la venta y los vendedores no fueron
cosas que se inculcaron al hombre primitivo desde los albores de la
creación, sino que la humanidad las ha adquirido mas tarde.
Lo mas probable es que esta opinión se base en experiencias
desagradables. Mucho antes de inventarse el capitalismo, Eva vendió a Adan gato por liebre, y al parecer todavía
estamos pagando las consecuencias, pues pasamos la vida ganando el pan con el
sudor de nuestras frentes. Los romanos, que
tenían una frase justa y oportuna para todo, trataron de advertir a los
compradores sobre este peligro, con la declaración chaveat emptor, es
decir, que el comprador desconfíe. ¿De quién Del vendedor,
por supuesto. Incluso Adam Smith, filósofo de la teoría
económica capitalista, declaró que “El interés delos
comerciantes es siempre diferente al del
público en algún aspecto, y a veces hasta contrario a él”.
Si vender es una palabra despreciable, es porque en la experiencia de muchas
personas la venta es un negocio también
despreciable. No es que se trate de una cualidad intrínseca, sino de que
existe una diferencia de intereses natural e inevitable entre los vendedores y
los compradores. No se dice que exista un conflicto
natural de intereses, sino una diferencia natural. El motivo es que el
vendedor, generalmente, conoce mejor los defectos y las limitaciones de un producto o de un servicio que el comprador. El vendedor
es un experto, mientras que el comprador, cuando
mucho, es solamente un aficionado bien informado. Cuando el
comprador se queda insatisfecho o decepcionado por su compra, es lógico
que suponga que el vendedor le ocultó parte de la verdad en forma
deliberada. Un incidente de este tipo es
suficiente para indisponer a cualquier persona con los vendedores. Estos mismos
han llegado a indisponerse con sus colegas
precisamente por seguir esta clase de razonamiento.
Tal vez estos incidentes no ocurran con frecuencia, pero como el ser humano
lógicamente le da un gran valor a su trabajo y siente cariño por
el dinero que ha ganado con su trabajo, no hay que criticarle si se indigna cuando
alguien le despoja de él por medios arteros.
El robo descarado no es muy frecuente hoyen día, por lo menos en
relación con las ventas honradas y el número de consumidores
satisfechos. Ademas, aun cuando en muchos casos el comprador cree que le han dado gato por liebre, la realidad es
distinta y las circunstancias son inevitables. El comprador, como es natural,
quiere algo que se acerque a la perfección. El
vendedor difícilmente puede saber todo lo que el comprador necesita, y
menos aún lo que realmente quiere. Si compra un
surtido de ropas, no solamente desea ropa de buena calidad sino también
que sea adecuada a la vida que lleva, un color que le falta en su guardarropa,
un modelo que llame la atención de las damas, o que agrade a su esposa,
y una confección que guarde su estómago, o que acentúe su
masculinidad. El vendedor no puede saber todas esas cosas porque ni el mismo comprador se da cuenta de todas ellas, aun
cuando mas tarde sirvan para irritarle con el vendedor por no haberle
proporcionado exactamente lo que él quería.
Este mismo proceso complicado tiene lugar cuando se irrita el gerente de una
fabrica por no haber conseguido lo que deseaba
cuando adquirió un nuevo sistema de transportador, o el presidente de
una empresa que no ha obtenido lo que quería de los costosos asesores
especializados que debían reorganizar su personal.
El descontento del
comprador hacia el vendedor es un hecho inevitable. Su desconfianza es tan
natural como
su necesidad de dormir. Deahí que los esfuerzos de los vendedores para
convencer de su honestidad a un público hostil,
tenga tanto sentido como
quejarse por la falta de agua en un desierto. En las relaciones entre
compradores y vendedores, unos obtienen algo que desean y que los otros poseen,
sin embargo, los primeros quedan, por lo general, con un
cierto descontento. Así es la vida.
Así mismo uno de los problemas que existen en los
vendedores y hace que el cliente se siente insatisfecho y engañado es la
poca o nula capacitación que recibe el vendedor para realizar adecuadamente
su función.
No obstante, esto no significa que las cosas no puedan mejorar en la misma
forma en que puede conseguirse agua en el desierto. Si se
profundiza lo suficiente, se encontrara agua. En la
situación de compraventa, si el vendedor se ocupa de profundizar lo
bastante para dejar al descubierto las necesidades y los deseos del comprador,
en capacitarse mejor, puede reducir ese margen de descontento, vendera
mas, conservara, mas clientes, y mas importante
aún, encontrara muchos nuevos.
El hecho mismo de investigar las necedades de los clientes pone a las ventas en
una situación de mayores oportunidades de que el cliente no se sienta
sorprendido o engañado con los resultados del producto.
Así mismo la satisfacción del cliente dara a la empresa
la oportunidad de desarrollar mejor su función de ventas.
Es importante demostrar que laprosperidad de un
negocio no depende sólo de las ventas engañosas y forzadas, o de
que es necesario encontrar formas mas sutiles de despojar al cliente de
su dinero. Lo que deseamos destacar es la necesidad de vigilar las exigencias del cliente, siempre sujetas a
posibles fluctuaciones, y es por medio del
concepto moderno de las ventas, como
se aprende a mantener una vigilancia mas eficaz.
En su mayoría, las empresas y los vendedores creen en
la actualidad que sus actividades de marketing son muy eficaces porque
descubren y satisfacen las exigencias de los consumidores. Tanto las
empresas grandes como
las pequeñas utilizan los servicios de especialistas para averiguar las
necesidades y los gustos del
consumidor, encontrar la forma de satisfacerlos, y determinar si los productos
de que disponen son apropiados. En estas actividades se
invierte tiempo, dinero y talento. Un
departamento de ventas que funcione exclusivamente a base de corazonadas es
algo que esta pasando al olvido.
Sin embargo, a pesar de toda esta avidez por obtener
información fidedigna sobre el consumidor, facilmente se
podría demostrar que estos esfuerzos raras veces alcanzan los resultados
deseados; si lo consiguen, es mas bien cuestión de suerte y no de
buen criterio. El problema no consiste en que estas investigaciones no
se hagan a fondo, ni en que los directores de la
empresa carezcan de la habilidad necesariapara utilizar la información
obtenida. La dificultad esta en que con frecuencia ni
los investigadores ni los jefes de la empresa saben realmente adónde
van, (falta de planeación estratégica).
Por supuesto, su ambición es hacer dinero, llegar a
ser importantes, sentirse seguros y prosperar, su error consiste en que enfocan
estas actividades con la mentalidad incorrecta de vendedores, y no de expertos
en marketing. Cumplen con el requisito de averiguar lo que necesita el
consumidor, pero en última instancia les interesa mas utilizar
esos datos para inducir al cliente a comprar sus productos, y no para mejorar
éstos y hacer así que el comprador los prefiera sobre los
competidores.
Esta puede parecer una distinción innecesaria, y
quiza hasta ingenua. Sin embargo, antes de llegar a esa
conclusión se debe advertir que en los negocios, como en cualquier
otra actividad, las pequeñas diferencias iniciales son las que producen
grandes diferencias al final.
Por ejemplo, fue por buen criterio y su natural tranquilo por
lo que César conquistó a Cleopatra, aun cuando era mayor y menos
atractivo que Marco Antonio. Fue también una
pequeña diferencia de movilidad a su favor lo que ganó la
campaña de Africa para Montgomery,
aunque Rommel poseía gran astucia y mas iniciativa. Hasta en el juego de cartas una pequeña diferencia puede
tener gran importancia al final de la partida.
Tomando en cuenta todolo anterior podemos determinar que siendo la venta una
función inmersa dentro del concepto de marketing y considerando a este
desde su punto de vista mas amplio y moderno, debemos determinar que las
ventas deben estar regidas por la misma filosofía, o sea la
satisfacción de las necesidades del cliente. No visto esto desde un
punto de vista netamente altruista, sino desde la perspectiva del ganar-ganar,
Esto es, los clientes obtienen un producto (satisfactor), adecuado a sus
necesidades al precio correcto y la empresa logra generar un buen negocio, que
le permitira seguir desarrollandose y ofrecer al público
cada vez mejores productos.
Es importante hacer mención de que este concepto de marketing en
ocasiones y sobre todo en el manejo de los medios de comunicación masiva
se le descalifica, ya que se le atribuye la connotación de ofrecer y
lograr convencer al publico de algo que quizas no desee o no necesite o
mas a un que solo se pretendió comunicar lo que se desee y no todo lo
que se deba, de ahí el concepto de mucho marketing y pocas realidades,
con lo que se quiere calificar a la actuación del ejecutivo federal.
Nada mas alejado de la verdad, ya que el marketing al igual de un desarmador en manos de un mecanico es una
herramienta, en manos de un asesino es un arma mortal.
LAE Fernando S. Campos Garduño
Articulo basado en el libro” Innovaciones en Marketing” de Theodoro
Levitt.