El mundo globalizado
en el que vivimos obliga a que las economías de los países que lo
integran se encuentren conectadas. Es de esperarse que un shock en el sistema
económico de un país como Estados Unidos (EEUU) impacte de forma
significativa en los países del resto del mundo, si consideramos que
EEUU y la Unión Europea (UE), representan el 45% de la economía
mundial (Machinea, 2011).
Sin embargo, para poder entender el significado de esta frase, es necesario
conocer como
se encuentran conectados estos sistemas económicos y así luego,
poder definir una o varias estrategias que permitan enfrentar y superar los
retos que representa pertenecer a un sistema comercial y económico
global. Y qué mejor forma de explicar esta conexión, que
analizando el escenario de crisis económica y financiera de los EEUU del
año 2008 y sus principales consecuencias a nivel mundial.
Para muchos analistas, el origen de esta crisis estuvo
en el crecimiento superfluo del
consumo y la actividad inmobiliaria en los EEUU. En los años previos al
colapso de lo que algunos definen como el castillo de naipes
financiero (J. Marín, 2011), las instituciones bancarias y crediticias
financiaban la demanda interna asignando créditos a los usuarios
llamados NINJA (No income, no job, no assets) y otorgando grandes cantidades de
hipotecas sub-prime.
Ambas asignaciones se resumieron en bajas tasas de interés, un incrementodescontrolado en la demanda inmobiliaria,
usuarios sin capacidad real de pago que adquirieron bienes inmuebles solo con
su referencia crediticia previa y todo ello generó un aumento
considerable en los precios de inmuebles (inflación). Para
contrarrestar esto, EEUU decide entre una de sus mas fuertes
medidas, aumentar las tasas de interés, lo que produjo una
devaluación de los inmuebles y puso en evidencia la incapacidad de pago
de algunos acreedores de créditos. Los entes crediticios empiezan a
perder liquidez y a acumular activos en inmuebles invendibles, trayendo como consecuencia su colapso y
quiebra en la primera mitad del
año 2008.
El impacto de esta crisis en el sistema financiero, gracias a la
interconexión de los mercados y a la desregularización de dicho
sistema, generó desconfianza en la inversión a nivel mundial.
EEUU ya no era un país seguro para los mercados
internacionales y al perder credibilidad, se hundió en una crisis
aún mas aguda que afectó otras variables de su
economía y la de los países vinculados a él. Crisis que, desde mi punto de vista, se debió a una
valoración incorrecta de riesgos.
La desconfianza y el pesimismo en los mercados, la caída de las
exportaciones, la restricción de las actividades comerciales y la
disminución de la inversión extranjera que sufrieron los
países con mayor dependencia de la economía estadounidense,
trajeron como consecuencia la disminución en su crecimiento y en algunos
casos, su recesión.
Tal como
afirman Jahan yMcDonald en su artículo Testigos del derrumbre (2012):
“Nadie quedó a salvo”. A fin de contrarrestar el la
recesión o la pérdida de crecimiento, muchos países
tuvieron que desarrollar políticas fiscales expansivas, que consistieron
en disminuir los impuestos para incrementar el consumo y la inversión y
en aumentar el gasto público para incrementar la producción y el
empleo. Esto generó un aumento en el
déficit fiscal de dichos países que los dejó en una
posición no tan favorable para enfrentar una futura crisis. Esto tomando
en cuenta que para aquel momento, los países emergentes y de bajo
ingreso habían atravesado por un crecimiento
económico favorable en los años previos y poseían elevadas
reservas internacionales y una inflación controlada que les permitieron
sobrellevar la crisis de forma rapida y efectiva. Adicionalmente,
Jahan y McDonald afirman que los países en vías de desarrollo o
de economías emergentes, resultaron mas perjudicados que los de
bajo ingreso o subdesarrollados, debido a que los primeros poseen una mayor
conexión con las economías mas desarrolladas.
Bajo esta perspectiva, parece ser evidente que sí existe una forma de
escapar a futuras crisis en los EEUU, y es desligandose por completo de
la dependencia de la inversión extranjera, las remesas internacionales y
las exportaciones destinadas a dicho país. Un
artículo del Instituto de Altos Estudios Diplomaticos
“Pedro Gual” (IAEDPG) denominado La Recesión De La
Economía Estadounidense: ¿CuandoEstados Unidos Estornuda,
América Latina Sufre De Pulmonía? (2010) afirma que “entre
los países menos afectados por la crisis económica
estadounidense, se encuentran aquellos que han concentrado sus esfuerzos en
promover una industria nacional fuerte e independiente que promueva el desarrollo
equitativo de sus pueblos y no el beneficio de transnacionales estadounidenses
y burguesías locales”, como es el caso de Venezuela y Cuba, entre
otros países mencionados en dicho artículo. A pesar que la
visión de este Grupo de Estudios es acertada en
cuanto a lo que afrontar las crisis se refiere, mi opinión no puede
distar mas de la suya.
Ellos afirman que en el caso de Venezuela, la nacionalización y toma de
control de la industria de hidrocarburos, le permite tener una economía
fuerte caracterizada por mantener, entre otras cosas, un sostenido crecimiento
económico, una cantidad justa y adecuada de reservas internacionales y
una moneda sólida y estable, pero supongamos el escenario en el cual se
presenta un shock económico que afecte los precios del petróleo,
que representa hoy en día el 85% del valor de nuestras exportaciones, o
analicemos los efectos que desencadena un aumento en el precio mundial de las
materias primas o peor aún, comparemos a Venezuela con los países
emergentes cuyas políticas económicas se encuentran ampliamente
vinculadas a los EEUU y que han aprovechado los repuntes económicos de
las economías mas fuertes logrando una mayor fluidez de capital y un
aumentoen el crédito y en la producción industrial. Es en estas
suposiciones, que baso el hecho de que escapar de la frase “Cuando EEUU
estornuda, el mundo se resfría” no solo resulta improbable, sino
que ademas, condena a cualquier país a mantenerse aislado del
crecimiento económico y al desarrollo de economías inteligentes
mediante el anclaje a países con esta condición.
Adicionalmente, si tomamos en cuenta que Venezuela se vincula con países
de economías emergentes y estos a su vez, se encuentran
íntimamente ligados a los países de economías
desarrolladas (como EEUU), nos damos cuenta que es un lazo directo a
países igualmente vulnerables difícil de romper
Por todas estas razones, considero que ante la imposibilidad de escape de las
fluctuaciones de la economía norteamericana, el tema recae en la
capacidad que desarrolle un país de bajo ingreso, como Venezuela, en
afrontar las crisis por la que dicho país pueda atravesar. Según
Jahan y McDonald (Testigos del derrumbe, 2012), se trata en términos
generales de aumentar los margenes de maniobra a nivel macroeconómico,
lo que implica reducir sus déficits y deudas, aumentar sus reservas de
divisas, aumentar el gasto público en infraestructura, salud,
educación y trabajo, en fin, promover un crecimiento económico
constante y proteger su sistema financiero mediante el fomento del ahorro interno
y la utilización de instrumentos protectores de riesgo tales como los
seguros y los títulos de deuda con pago subordinado a la crisis.