El desarrollo
científico y tecnológico es una de los factores mas
influyentes sobre la sociedad contemporanea. La globalización
mundial, polarizadora de la riqueza y el poder, sería impensable sin el
avance de las fuerzas productivas que la ciencia y la tecnología han hecho posibles.
Los poderes políticos y militares, la gestión
empresarial, los medios de comunicación masiva, descansan sobre pilares
científicos y tecnológicos. También la vida del
ciudadano común esta notablemente influida por los avances
tecnocientíficos.
La tecnociencia es un asunto de la mayor importancia para la vida
pública y, sin embargo, por su caracter especializado y el
lenguaje esotérico al que recurre, su manejo suele estar en manos de
grupos relativamente reducidos de expertos. Los expertos,
ademas, suelen serlo en campos muy específicos y pocas veces
tienen una visión global de una disciplina científicay menos
aún de la ciencia en su conjunto.
Los sistemas educativos, desde los niveles primarios hasta los posgrados, se
dedican a enseñar la ciencia, sus contenidos,
métodos, lenguajes. Desde luego, hay que saber de ciencia, pero
también debemos esforzarnos por saber algo sobre la
ciencia, en especial sobre sus características culturales, sus
rasgos epistemológicos, los conceptos éticos que la envuelven y
su metabolismo con la sociedad.
Investigar sobre la ciencia es un objetivo que comparten disciplinas muy
diversas como la Historia de la Ciencia, la Sociología de la Ciencia, la
Filosofía de la ciencia, todas de larga tradición. En las
últimas décadas se ha producido un
incremento del
interés por la tecnología y han proliferado también las
reflexiones históricas, sociológicas y filosóficas sobre
ella, las que toman en cuenta sus fuertes interacciones con la ciencia y con la
sociedad.