Un documento involucra al
ex subdirector de inteligencia del DAS como promotor del
G3.
Las investigaciones adelantadas por la Fiscalía sobre
el escandalo de las ‘chuzadas’ han arrojado los primeros
resultados. En éstos se advierte que el grupo especial de
inteligencia conocido como el G3 fue el abrebocas de una
cadena de ilegalidad al interior del DAS.
En un documento de 99 paginas, la Fiscalía 11 Delegada ante la
Corte Suprema de Justicia argumentó las razones con base en las cuales
llamó a juicio a siete funcionarios y ex funcionarios del DAS, entre
ellos, al ex subdirector de inteligencia Miguel Narvaez. Ellos se convirtieron en los primeros vinculados formalmente al
proceso de las ‘chuzadas’.
La principal calificación que hace la Fiscalía sobre el G3 en el
escrito de acusación, radicado el pasado 26 de enero, es que ese grupo
se había “conformado con la finalidad indeterminada de cometer
delitos contra organizaciones y personas opositoras del Gobierno”. A
esto, señala que evidentemente “constituía una empresa
criminal creada al interior del DAS, con concertación y acuerdo de
voluntades, no sólo de quienes fueron miembros del grupo, sino igual y
principalmente de los superiores y directivos de la entidad, los que a su vez
debían rendir informes a miembros del Gobierno”.
En este orden se estableció que existen pruebas suficientes que
demuestran que en el caso de las ‘chuzadas’ se cometió
eldelito de concierto para delinquir, el mismo que se concretó con
personas que promovían la “organización
delictiva”.
Para acusar a los siete ex integrantes del G3, especialmente a Narvaez,
el ente acusador reunió once carpetas inicialmente entregadas por el
Cuerpo Técnico de Investigación, CTI, en donde reposan copias de
documentos que envía Narvaez, en su calidad de Subdirector del
DAS, al ex director de inteligencia Enrique Ariza Rivas, quien también
fue llamado a juicio por este mismo escandalo. En estas copias se habla
de indagatorias a 29 ex funcionarios del organismo de seguridad, principalmente
las que tenían relación con el ex director de inteligencia Carlos
Alberto Arzayús y con Jaime Fernando Ovalle Olaz, que fue coordinador
del grupo y falleció en días pasados por un cancer terminal
que lo aquejaba. Estos dos últimos testimonios se
convirtieron en pieza clave de la Fiscalía, ya que describieron
cómo funcionaba el G3, al igual que las actividades que adelantaron
entre 2004 y 2005.
Blancos eran opositores del gobierno
De los testimonios, el de Ovalle Olaz fue destacado por la Fiscalía:
“en el año 2003 fui designado por el entonces director de
inteligencia encargado, Gian Carlo Auque De Silvestre, para colaborarle en la
formación de un grupo que iba a funcionar bajo las ordenes del recién
nombrado asesor de la dirección del DAS, José Miguel
Narvaez, quien me encargó la responsabilidad deobtener
información sobre varias ONG”. Afirmó que las
interceptaciones solicitadas por el G3 estaban a cargo de la
subdirección de contrainteligencia, a través del grupo de
desarrollo tecnológico, pero posteriormente este grupo fue transformado
en subdirección.
“Yo sólo conozco de esa dependencia, aunque no puedo dejar de
mencionar que había otras salas de interceptación en el DAS a
cargo de la dirección operativa, pero no tuve que ver con ellas”, dijo Ovalle. A la pregunta de la
Fiscalía en la que Ovalle Olaz es requerido para que describa los
resultados de trascendencia del grupo, éste
contestó: “El modelo de investigación sobre los objetivos
planteados y la ejecución de tareas de interceptación
permitía prevenir al Gobierno Nacional sobre las maniobras ejecutadas
por las ONG”.
Gracias a testimonios como este y pruebas documentales
recopiladas a lo largo de la investigación, la Fiscalía
determinó que en el G3 se escogían de manera permanente objetivos
o blancos, todos con una característica en común: ser opositores
del Gobierno.
“Se realizaban, respecto de ellos, toda clase de actos delictivos, tales
como seguimientos ilegales, interceptaciones telefónicas, de
móviles (teléfonos) y de correos electrónicos, con la
específica finalidad de conocer sus movimientos y alertar al Gobierno
sobre los mismos, al igual que diseñar estrategias para debilitar e
intimidar a quienes ostentaban ideologíadiferentes”, precisa el
escrito de acusación en alusión al G3.
Según Ovalle, la razón por la cual el Colectivo de Abogados
José Alvear Restrepo, la Comisión Colombiana de Juristas y
sindicatos como
Sinaltrainal (sindicato de la industria de alimentos), ademas de algunos
políticos, eran objetivos fijos del
G3, fue porque “buscaban ante los tribunales nacionales e internacionales
que se condenara al Estado por supuestas violaciones a derechos humanos”.
De acuerdo con la investigación, quien escogía a las
organizaciones de derechos humanos, periodistas, políticos y
sindicalistas como
blancos del
G3 era José Miguel Narvaez.
“Él (Narvaez) entregaba diversos libros y
folletos de ONG sobre las que debíamos adelantar inteligencia”,
precisó Ovalle en uno de sus testimonios rendidos a la Fiscalía.
Actuaciones ilícitas
El primero en ser vinculado mediante indagatoria fue Carlos Alberto
Arzayús Guerrero, quien señaló que existe una prueba de
las reuniones que demuestran la actividad del G3.
De hecho, en las AZ (carpetas de archivo) encontradas en la subdirección
de analisis había actas sobre diferentes temas, al igual que
listados de los asistentes a las mismas. Al respecto,
la Fiscalía determinó que “surgen plenamente acreditadas
las diversas reuniones (en muy pocos casos plasmadas en actas) que se
realizaron para analizar la labor de inteligencia del
G3”.
“Las AZ revelan cómo el G3 solicitó y
obtuvo demanera recurrente comunicaciones privadas de sus blancos, que fueron
analizadas y procesadas por los miembros de dicho grupo para posteriormente
elaborar presentaciones en las reuniones, establecer estrategias y acordar
nuevos blancos”, señala la Fiscalía.
Según la Fiscalía, la persona que tiene mas implicaciones
jurídicas en este primer capítulo de las
‘chuzadas’ es José Miguel Narvaez.
El Ministerio de Defensa sera investigado
Al entonces coordinador del G3, Jaime Fernando Ovalle, la Fiscalía le
preguntó exactamente a quién se refería cuando hablaba del
Gobierno Nacional, a lo cual contestó que no tenían la potestad
de difundir a quién se le entregaban los informes sobre las
interceptaciones y añadió que sólo sabía que era
para alertar principalmente al Ministerio de Defensa.
Al no quedar clara esta situación, la
Fiscalía determinó que se abrira una investigación
por separado para establecer cuales eran los funcionarios del Gobierno Nacional a
quienes se les rendían dichos informes, quienes ademas
tenían conocimiento de las actuaciones ilegales de esta naturaleza que
se perpetraban al interior del DAS.
Para la Fiscalía resulta claro que “el G3 no actuaba de manera
aislada en la entidad y tampoco respecto del Gobierno Nacional”. Sin
embargo, hasta ahora no se han hallado responsables o
sospechosos dentro del Gobierno.
La cifra
2007 fue el año en que iniciaron los escandalos en
variosorganismos de seguridad por la ‘chuzadas’.
Escandalo por supuestas chuzadas a negociadores de La Habana
Las comunicaciones de los plenipotenciarios de los dialogos de Paz
fueron interceptadas por miembros de inteligencia militar, reveló
Semana.com, para buscar información de los avances de las conversaciones
con las Farc.
En lo que era un restaurante ubicado en el barrio Galerías de
Bogota, pero que en su segundo piso tenía una oficina en la
que trabajaban militares activos y hackers civiles, estos últimos
con el 'fin poder eventualmente negar cualquier vínculo con la
institución',precisa el sitio web de la revista Semana, se
hacían las interceptaciones.
De acuerdo con la publicación,
la operación tenía como nombre clave
‘Andrómeda’ y se dedicaba a recolectar
información de correos electrónicos y conversaciones
de Blackberry y Whatsapp de los negociadores del Gobierno en Cuba,
así como de ONG e integrantes de la oposición.
El informe periodístico señala que supuestamente los negociadores
como el Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo; el Alto Consejero
Presidencial para la Reintegración, Alejandro Eder y, el Jefe
Negociador, Humberto de La Calle, tenían seudónimos y que la
operación tenía como fin obtener la mayor cantidad de
información sobre el avance de las negociaciones.
De acuerdo con Semana, ‘Andrómeda’ estaba a cargo de un
oficial perteneciente al batallón de Inteligencia Técnica
delEjército (Bitec-1), que hace parte de la Central de Inteligencia
Técnica del Ejército, CITEC.
En ‘Andrómeda’, señala la publicación,
trabajaban incluso militares y ‘hackers’ civiles que habrían
sido reclutados en ferias de tecnología como los ‘Campus
Party’, a fin de recolectar información de correos
electrónicos y conversación de Blackberry y Whatsapp.
Ademas de 'chuzar' a los negociadores de paz,
según el informe también se interceptaban las comunicaciones de
líderes de izquierda como la exsenadora Piedad Córdoba y el
representante a la Camara, Ivan Cepeda, que dijo en su cuenta en
Twitter: 'Es evidente que el ministro de defensa, Juan Carlos
Pinzón, debe renunciar una vez que se ha conocido este escandaloso
episodio de espionaje'.
Precisamente el ministro Pinzón pidió investigar las
supuestas chuzadas, y el ministro del Interior,
Aurelio Irragori, dijo que hay que esperar los resultados de las
pesquisas.
El presidente del Congreso, Juan Fernando Cristo, dijo a Caracol Radio
que la denuncia de Semana.com le parece de extrema gravedad, pues las
chuzadas habrían empezado desde el inicio del proceso de paz, y
'esto indicaría que lamentablemente aún no hemos podido
superar esa practica nefasta para la democracia de estar
interceptando comunicaciones y haciendo espionaje'.
De acuerdo con la publicación, ‘Andrómeda’
funcionó con normalidad hasta que en octubre de 2013 se
ordenó borrar rastros de lainformación recolectada.
Igualmente, se da cuenta de la existencia y posterior cierra de una sala de
interceptaciones del Ejército Nacional conocido como la ‘Sala
Gris’, cuyos equipos fueron trasladados al búnker de la
Fiscalía, al parecer, luego de que se conocieran de las irregularidades
que allí se habrían presentado.
De hecho, la publicación cita al Fiscal General Eduardo
Montealegre: “Ante las versiones que empezamos a tener sobre
irregularidades optamos por cortar por lo sano y desmontar y trasladar la 'sala
gris' de inteligencia militar y traerla al
búnker en donde hay posibilidades de tener mayores controles”.
De acuerdo con la publicación, también se decidió
cerrar otras salas, incluidas dos que estarían funcionando en la sede del
desaparecido DAS.
En abril del
año pasado el expresidente Alvaro Uribe Vélez
reveló en su cuenta en Twitter unas coordenadas secretas de despeje que
indicaban el punto exacto desde donde una comisión del Gobierno
sacaría del
país a un jefe guerrillero. En ese momento el
ministro de Defensa aseguró que se haría una pesquisa dentro del
Ejército para saber quién había filtrado la
información. De la investigación no se
tienen resultados hasta el mundo.
Hace unos meses también se conocieron unas fotografías que
mostraban a los jefes guerrilleros que estan hace mas de un año en Cuba, paseando en un velero, lo que
generó diversos comentarios en las redes sociales.