Es algo comúnmente aceptado en todos los momentos de
la historia de la arquitectura, la importancia de la medida, de las
proporciones elegidas a la hora de construir un edificio. En general, las
formas deben tomar los tamaños para los que han sido
creados. El órgano toma las formasdeseadas para su función y
de forma recíproca los requerimientos y el programa de necesidades se ajusta a
la forma.
Existen unas leyes escritas, que encontramos en los diversos
tratados arquitectónicos que permanecen vigentes, adaptados a las condiciones
temporales. De esta manera, en la antigüedad se atiende a la proporción
áurea (y otras), que encontramos en multitud de ejemplos griegos y romanos y también en muchos ejemplos renacentistas. A pesar del
paso de los tiempos, estas proporciones permanecen, porque responden a
conceptos de estabilidad. Así la simetría responde a un
esquema estructural de equilibrio, que al mismo tiempo le otorga la belleza y
la firmeza para la que han sido elaboradas.
Pitágoras decía: “Hay geometría en el zumbido de las cuerdas… hay música en el
movimiento de las esferas”. Los números pues y las matemáticas están en todas
las disciplinas artísticas, y el correcto y equilibrado manejar de esos números
convierten lo mundano y ordinario en obras artísticas, así por ejemplo Le
Corbusier alaba las formas regulares y puras: La esfera, el cubo, la pirámide,
etc. En sus artículos como la famosa “lección de Roma”
que clarifica en uno de sus viajes a esta ciudad, nos invita a utilizar
sabiamente las formas puras que tan loables resultados han dado en la
arquitectura clásica. En Pitágoras todo gira en torno al
número y la geometría.
En la cosmovisión de los geómetras medievales, el compás era considerado un símbolo abstracto que representaba el ojo de Dios. Sus
patas representaban losrayos de luz y gracia que
descendían del
cielo a la tierra [Anotación 9].
En tiempos prehistóricos, cuando se observó la relación entre las fases lunares
y los ciclos de crecimiento de los seres vivos, apareció un
lenguaje de símbolos que fue ampliando sus registros. Encontramos sistemas de
contabilidad y de símbolos numéricos en distintas civilizaciones, como la
mesopotámica y sus escrituras cuneiforme, que seguían modelos tipo ábaco como
en China, en Roma y su sistema de letras alternadas (basada en el 5 y el 10),
en las culturas mayas basadas en el número 20, la incorporación del 0 y el 10
como base de nuestro actual sistema numérico (cultura árabe)… así llegamos a
entender de forma diferente el sentido del número, pero todo es mensurable ya
sea de una u otra forma.
Así ocurre con los calendarios de diversas civilizaciones. Los
sumerios dividían el año en meses de 30 días. El calendario egipcio se
basaba en los ciclos lunares hasta que en el 3100 a.C. se dieron cuenta que la
estrella Can (Sirio) aparecía cerca del sol cada 365 días, más o menos el
intervalo de las crecidas del Nilo. Con esto llegamos a la idea de
cuantificación y de medida en las distintas disciplinas. Fueron muchos los
sistemas de medida en la arquitectura hasta llegar a la actual metro
(diezmillonésima parte de un meridiano), codos, pies,
etc.
Todas estas características atienden a números (datos y
reglas) que se formalizan en artefactos proporcionados que funcionan
adecuadamente. Acordes pues afinados para componer un
órganoeficaz y bien estructurado. Pondremos algunos ejemplos de la antigüedad
que por todos es sabido que fueron elogiados en su tiempo y en los venideros, como el Partenón de Atenas, las
construcciones renacentistas como el Escorial, etc.
Así Pitágoras encuentra analogías numéricas en los elementos
de la naturaleza. Estudia las figuras puras y las eleva a categoría
superior (por poder ser estudiadas y cumplir una serie de características
regladas y genéricas) porque no son de forma ideal las que responden a los
tipos lógicos propios del análisis. Así
encontramos sus poliedros puros.
Y en referencia a las tres edades normalmente consideradas: antigua
(-0+500), media (500-1500) y moderna (1500+), consideramos en este caso la
siguiente diferenciación: antigua con vértices en Jerusalén: año 0; eje
europeo: año 1500 y vértice Washington:
1800. Esto nos deja unas áreas de influencia o unas épocas que quedarían
acotadas en las edades normalmente consideradas que se han
apuntado al principio. En todos estos estadios o etapas de la historia,
encontraremos ejemplos que atienden a estas
proporciones o cánones de belleza.
La
interpretación de los símbolos. la iconología
El primer
lugar, la iconología se ubica en el marco del desarrollo de la historiografía con el
fin de reconocer su origen. Conocer sus conexiones epistemológicas nos permite
interpretar su método y sus conceptos para ser aplicados en otras áreas de
conocimiento en las que las imágenes visuales juegan un
papel preponderante. Luego se describe en términosgenerales el método
iconológico, y se muestra su aplicación en el campo de la arquitectura a través
del
estudio que René Taylor ha realizado en torno a El Escorial, en su libro
“Arquitectura y magia. Consideraciones sobre la idea del
Escorial Anotación
10].
Aun cuando Taylor no expresa en forma tácita su
adhesión a la iconología como método formal de estudio,
logra develar significados que están más allá de sus formas concretas y dan un
sentido trascendente al arquitecto y a la arquitectura. En este
sentido, se muestran las ideas que han estado asociadas a la utilización
principalmente del cuadrado y el cubo en el
pensamiento artístico, arquitectónico y religioso a lo largo de la historia del hombre. Son sólo una
pequeña muestra que permite intuir el vasto mundo de los símbolos y su relación
con los estudios de las formas construidas.
En esta miniatura de la Biblia moralizada de Viena (hacia
1200). Dios representado como
arquitecto del
universo. El mundo representado como
un fractal transformándose a lo largo del
tiempo según leyes a priori indescifrables pero coherentes. Aquí se puede ver a
modo de profecía como
Dios creó la tierra esférica seccionada como
una media naranja 300 años antes de que comenzara a considerarse de esta
manera. Hoy pocos dudan de la redondez terrestre, pero este
mensaje debía conocerse lentamente, pues la forma de ver las cosas varía a lo
largo de la historia. Al hombre del Medievo que poco
podía desplazarse en este mensaje era poco menos que innecesario, pero
cualquierhombre contemporáneo resultaría fuera de juego si creyera que la roca
que talla Dios es plana. En conclusión pues, todo depende de la escala, del lugar desde el que se mira (como diría Ortega), de la situación del
observador, y en definitiva del
contexto.
La iconología es un término de origen griego (de
eikon, imagen y logia, discurso) que designa la rama de la historia del arte que se ocupa
(junto con la iconografía) de la descripción y de la interpretación de los
temas representados en las obras de arte. La utilización de la iconografía como
método de estudio de la historia del arte se remonta a los siglos XVI y XVII,
teniendo un amplio desarrollo en el siglo XVIII, sobre todo en el campo de la
iconografía sacra, a través del estudio sistemático del inmenso patrimonio
figurativo paleocristiano y medieval y de su relación con el arte romano tardío
y bizantino. La clasificación de categorías de temas e imágenes dio impulso a
la creación de repertorios y manuales extendidos también a la iconografía del
arte profano.
Desde un punto de vista epistemológico, tanto la iconología como la
hermenéutica pueden ser consideradas como pertenecientes a la corriente del
pensamiento científico post-positivista [Anotación 11], En esta corriente
filosófica, se asume la existencia de una parte de la realidad humana que está
más allá del mundo material, fáctico y demostrable empíricamente, una realidad
que es esencialmente simbólica y requiere de un trabajo de interpretación para
ser comprendida.
En el primer nivel opre-iconografía, la persona describe lo que perciben sus
sentidos, formas colores, masas, etc. y es capaz de describirlas de acuerdo a
su experiencia práctica; está asociado por Panofsky con la significación
primaria o natural, la cual se ubica en el mundo fáctico, donde reconocemos la
realidad a través de nuestros sentidos. Es un estudio
que se concentra en las formas y en las leyes internas que determinan su
configuración. En el segundo nivel o iconografía, la forma
pasa a ser una imagen que el intérprete explica y clasifica dentro de una
cultura determinada. En este nivel utilizamos
nuestros conocimientos y nuestro pensamiento asociativo para comprender lo que
nuestros sentidos han captado, accedemos así al significado convencional de las
cosas; Esto implica tener un conocimiento amplio de la cultura en la cual se
origina el fenómeno o situación que queremos entender. Finalmente, en el nivel
de la ICONOLOGIA le corresponde al intérprete descubrir significados ocultos,
que están en lo más profundo del inconsciente individual o
colectivo. Será este el nivel que se pretenderá
alcanzar en esta tesis doctoral en referencia a la relación entre el HOMBRE, el
TEMPLO y DIOS.
Taylor dedica su estudio a una obra de arquitectura en particular, se reconocen
las relaciones que existen entre el autor y su contexto cultural; es decir,
entre el pensamiento de los creadores de El Escorial (el rey Felipe II y su
arquitecto Juan de Herrera) y el pensamiento mágico que imperaba en la Europa
del siglo XVI o el “pensamientohermético del cinquecento”, como el mismo autor
lo denomina. Taylor busca demostrar, a través de ciertos paralelismos y
evidencias históricas, que en esta época existe una noción de arquitectura
mágica, asociada a la utilización de formas geométricas puras como el cuadrado,
el círculo y el cubo, las cuales dan a la obra técnica y artística una
valoración “Divina”. En este marco, el arquitecto era
considerado un mago, en concordancia con la vigencia de un pensamiento mágico
vinculado al hermetismo, la astrología y la alquimia. Juan de Herrera había
actuado como
“un hombre de su tiempo”, integrando su papel de arquitecto a su papel. Taylor establece una serie de paralelismos entre “Herrera
y el ecumenismo de su tiempo”; un tiempo en el que la línea divisoria entre
la magia y la ciencia no estaba claramente delimitada, y muchos de los
principales matemáticos de la época eran hermetistas, astrólogos y alquimistas.
Para poner un ejemplo de la llegada a la ICONOLOGÍA, Taylor comenta que Herrera
era visto por el padre Sigüenza, historiador del Escorial, como “un hombre
excepcionalmente dotado, que encarnaba el hombre humanista ideal”; un hombre
que dominaba las lenguas latina y griega, con amplios conocimientos sobre
filosofía y matemática y “dominador de las muchas artes que Vitruvio Príncipe
de los Arquitectos quiere que tenga los que han de ejercitar la Arquitectura” ;
Por ello, es lógico que un hombre así definido tuviera noción de que “el arte
es el resultado de un proceso mágico” y recurre a una serie deevidencias que
muestran el conocimiento que Herrera tenía sobre estos temas; como el contenido
de sus cartas, comentarios que sobre él escribió el Padre Sigüenza, así como la
orientación esotérica de muchos de los libros que existían en su biblioteca
personal.
Todas estas evidencias muestran, por otra parte, que Herrera
era una especie de mago de Felipe II. Podía
interpretar su papel de mago en la medida que el Rey lo aprobaba y permitía,
ocultando una actividad perseguía la Santa Inquisición [Anotación 12].También
plantea la idea que le proporciona al edificio su simbolismo fundamental.
Sobre este punto existen muchas opiniones, considera que este simbolismo
fundamental descansa en la idea de que El Escorial reproduce la esencia
simbólica del Templo de Salomón; es decir “la perfección Divina de la Iglesia”,
ya que: Por tradición se consideraba que el Templo de Salomón, habiendo sido
edificado conforme a un proyecto y unas dimensiones provenientes del mismo Dios,
prefiguraba la perfección de la Iglesia de Jesucristo. Como éste había fundado una sola Iglesia y no varias, el modelo, o sea
el Templo, también tenía que ser único y perfecto. (Taylor, 1992, p. 59)
El autor fundamenta su planteamiento en nuevos paralelismos y evidencias
históricas que muestran que las asociaciones entre el modelo arquitectónico del
Templo de Salomón y de El Escorial estaban presentes en las ideas de Herrera;
además de las afirmaciones del padre Sigüenza, quien se refiere a El Escorial como
“el otro Templo de Salomón”.En El Escorial, la iglesia está situada
aproximadamente en el lugar que ocupa el Santuario del Templo. Ambos tienen espacios rectangulares entre ellos, mientras que los
patios cuadrados ocupan una posición semejante. (Taylor,
1992, p. 85).
El pensamiento de Taylor y sus conclusiones sociopolíticas a través de los
símbolos es un punto de partida para la consecución de
este trabajo. Su método en planteamiento, es seguido como modelo y
aceptado, pero no es el único medio para obtener conclusiones de la historia y
sus personajes. En este estudio por tanto, se partirá
de significantes como
significados (objetivados en el símbolo y sus variantes). Con todo ello, se
tratará de esclarecer algunos conceptos evolutivos de las sociedades, así como
de la fisiología de la historia y sus legados arquitectónicos. Como
en un yacimiento arqueológico del que hay que extraer elementos para
analizar los distintos estratos o etapas de desarrollo.