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12 de octubre - A comienzos de 1815



El 12 de octubre se conmemora la sangre derramada de los pobladores nativos de este territorio, que fueron víctima de la violencia de los colonizadores españoles hace mas de 500 años.
Hace dos años, el presidente de la República, Hugo Chavez Frías, anunció que la efeméride S del 12 de octubre ya no se celebraría mas como el 'Día de la Raza'. Desde entonces se viene celebrando anualmente el 'Día de la Resistencia Indígena' para honrar la constancia de estos pueblos en la lucha por su dignidad. El cambio provocado en Venezuela por el Decreto 2028, de celebrar el 12 de octubre como el Día de la Resistencia Indígena en lugar del Día de la Raza, como se acostumbraba, no siempre es entendido enteramente. La dificultad se debe esencialmente a la visión histórica aprendida, especialmente en las escuelas y reforzada permanente por los medios comerciales de difusión masiva. Los herederos culturales de los conquistadores europeos, lo consideran el inicio de la 'civilización' en estas tierras. En cambio, para los pueblos indios fue el comienzo de una guerra de exterminio que impuso un régimen colonial, al que se opusieron de manera directa o soterrada. Mas de 500 años después, muchos pueblos originarios preservaron su identidad comunitaria, vigorizada por constantes rebeliones y la resistencia cultural. Esta fecha recuerda hoy el nuevo ciclo de movimientosindígenas que asumieron un papel como forjadores de su porvenir Hace tiempo el parlamento del pueblo Aymara declaró el 12 de octubre como 'día de la desgracia' al recordar los 'cinco siglos de vivir en la incertidumbre, infortunio y sojuzgamiento de nuestras libertades fundamentales'.'Puestos de pie, al cabo de mas de cinco siglos de la funesta hazaña de Cristóbal Colón, evocamos la grandeza de nuestros ancestros', suscribieron los representantes aymaras. Al igual que otros pueblos originarios del continente, ratificaron que 'no han podido acabar con nuestras aspiraciones a la libre determinación de un pueblo milenario con civilización y cultura cósmica '.Si el Día de la Raza celebra el mestizaje de las culturas india, negra y europea que produjo la conquista de América, en los últimos años, esa fecha se convirtió en el símbolo de la reconquista cultural y política de los pueblos indígenas.


Durante siglos prevaleció 'la visión de los vencedores' y la justificación de la ocupación y el sojuzgamiento de las poblaciones nativas bajo el argumento de que las 'civilizaron'. En décadas recientes el movimiento indígena logró una visibilización que puso en cuestión esta idea y puso en el centro del debate sus consecuencias sociales y culturales para los pueblos indios. l cumplirse 500 años del arribo del marino genovés a las costas del Caribe, se produjo un punto dequiebre que significó una victoria cultural de los indígenas. Las celebraciones oficiales del Quinto Centenario en 1992 desataron discusiones y protestas indígenas que obligaron a cambiar la idea del 'descubrimiento' de América por el de 'encuentro de dos mundos'. 'Encontronazo', se ironizó entonces. El centro del debate fue la 'narrativa de la resistencia', el punto de vista de los pueblos originarios oprimidos y su reivindicación cultural frente al punto de vista colonial. Las organizaciones indias califican de 'etnocidio' la invasión europea y declaran 'no haber sido conquistados' a pesar de la brutal explotación, robo de sus tierras, despojo de su autonomía y marginación a la que fueron sometidos. Recordaron las estrategias de sobrevivencia y resistencia indígenas, rebeliones abiertas o soterradas.

Aquel 12 de octubre de 1992 sigue muy presente en la memoria. Las multitudinarias manifestaciones en todo el continente anunciaron un nuevo ciclo de luchas indias, particularmente en Chiapas, donde se preparaba una rebelión que marcó indeleblemente el inicio del siglo XXI.Ese día en San Cristóbal de las Casas, vestidos con taparrabos, pintados sus cuerpos y armados con arcos y flechas, unos diez mil indígenas tomaron la ciudad real y derribaron la estatua del conquistador Diego de Mazariegos, y símbolo de la opresión en la región. Fue la primera apariciónpública de los indios que en 1994 tomaron las armas como 'medida última, pero justa'. En su Primera Declaración de la Selva Lacandona, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional justificó su alzamiento apelando a la resistencia indígena como señal de identidad: 'Somos producto de 500 años de luchas', dijeron entonces los indios rebeldes. La rebelión indígena chiapaneca, como otros movimientos del continente, representan el rechazo organizado contra el fatal destino que los condenó a desaparecer. El racismo se tambalea
De norte a sur del continente, los pueblos indios reivindican sus derechos territoriales y agrarios, defienden sus recursos naturales, tierras, identidades culturales, lenguas y su autodeterminación. Incluso han derribado a varios gobiernos en la región. Este empuje obligó a Estados y a la misma Organización de las Naciones Unidas a reconocer la pluralidad cultural y étnica de las sociedades (declaró el 'Decenio de los Pueblos Indígenas' en 1995-2004).Ahora se cuestiona, pero no se elimina, la humillación histórica hacia los indios, basada en la 'convicción natural' de que son 'un obstaculo para el progreso nacional', que 'son atrasados y pobres por que quieren'; en fin, 'incivilizados'. Prejuicios que reafirman y justifican la opresión y marginación que viven los indígenas. Las élites políticas y económicas locales y globales exaltan elesplendor indígena del pasado mediante exposiciones que rompen récord de asistencia, pero se menosprecia a los indios vivos y confina al folclore. Incluso entre sectores 'progresistas' y de izquierda se comparte este racismo. Por eso la visibilización de los pueblos indios ¬manifiesta cada 12 de octubre¬ no ha terminado con su marginación, ni con la pobreza ni la exclusión social, económica, política y cultural que padecen. A pesar de los discursos y cambios legales, la discriminación determina la relación de los indios con los Estados y las sociedades mestizas. En todo el continente, los indígenas luchan por el reconocimiento de sus identidades y formas de vida, defienden sus territorios y recursos naturales. De Chile a Canada, pasando por Bolivia, Ecuador, Brasil, Colombia, Centroamérica y México, los indios levantan la voz para tomar en sus manos la historia y las decisiones que les afectan. Por eso, el 12 de octubre ha pasado de ser el tradicional Día de la Raza y se ha convertido en una jornada de lucha y reivindicación de los pueblos indios. Así como Cristóbal Colón nunca se enteró que llegó a un nuevo continente, las elites globalizadas ignoran que sus sociedades han cambiado para siempre y que la demanda de los pueblos indios en favor de su inclusión en el presente y futuro de sus naciones, es también hoy bandera de todos los excluidos delmundo.
Rafael Urdaneta-Nace: Maracaibo (Edo. Zulia) 24.10.1788.-Muere: París, 23.8.1845
Militar y político; activo en la Guerra de Independencia de Venezuela y Colombia. Hijo de Miguel Jerónimo Urdaneta y Troconis y de María Alejandrina Farías.
Hizo sus estudios de primaria en Maracaibo; después pasó a Caracas donde cursó latinidad y vuelto a Maracaibo, en 1799, estudió filosofía en el convento de franciscanos.
Con el fin de ampliar su formación intelectual viajó a Santa Fe de Bogota en 1804, llamado por su tío Martín de Urdaneta y Troconis, quien desempeñaba el empleo de contador mayor del Tribunal de Cuentas.
El 20 de julio de 1810 se incorporó al movimiento revolucionario que estalló en Santa Fe en aquella fecha. En 1811, bajo las órdenes del capitan Antonio Baraya, hizo la campaña del sur de Nueva Granada y estuvo en la batalla del Bajo Palacé (28 marzo) contra las fuerzas del coronel Miguel Tacón. El 12 de octubre de ese año ascendió a capitan. En marzo de 1812 salió de Santa Fe, integrante de una fuerza que, bajo el mando de Baraya, debía operar en Tunja. El 24 de mayo del mismo año, con Baraya y los oficiales de éste, firmó el Acta de Sogamoso, por la cual desconocían la autoridad de Antonio Nariño.


Estuvo presente en los combates de Palo Blanco (19 julio), Charala (21 julio) y Ventaquemada (2 diciembre); acciones de la guerra civil quesostuvieron los federalistas (mandados por Baraya) contra los centralistas (acaudillados por Nariño). El 9 de enero de 1813 combatió en la batalla de Santa Fe de Bogota (Baraya contra Nariño) y se contó entre los prisioneros capturados por Nariño, el vencedor de la jornada.
Es uno de los oficiales enviados por el gobierno de la Unión a las órdenes del brigadier Simón Bolívar, en abril o mayo de 1813, cuando éste, en Cúcuta, preparaba la invasión a Venezuela en la llamada Campaña Admirable, en la cual tomó parte. Combatió en Niquitao bajo las órdenes del coronel José Félix Ribas (2 julio) y en Taguanes con Bolívar (31 julio). Terminada la campaña, marchó a Puerto Cabello y en combinación con el teniente coronel Atanasio Girardot, peleó contra las fuerzas realistas de aquella plaza. En septiembre recibió el despacho de teniente coronel efectivo que le enviaba el gobierno de Nueva Granada. Combatió en la batalla de Barbula (30 septiembre). El 5 de octubre de dicho año fue ascendido a coronel vivo y efectivo, con el grado de general de brigada. Entre el 12 y el 17 de marzo de 1814, resistió el sitio que le impuso el coronel Sebastian de la Calzada en la ciudad de San Carlos, y el de Valencia por el brigadier José Ceballos (20 marzo-2 abril).
Con Bolívar combatió en la primera batalla de Carabobo (28.5.1814) y obtenida la victoria, se ocupó de la persecución de losvencidos. Cuando se produjo la batalla de La Puerta (15.6.1814), en la cual fue derrotado Bolívar por José Tomas Boves, Urdaneta emprendió la retirada hacia Nueva Granada, perseguido por las tropas de Calzada.
En Tunja puso sus tropas a la orden de Bolívar quien, desde Carúpano, había emigrado hasta allí. Con Bolívar operó en Santa Fe de Bogota contra Manuel Bernardo Alvarez (diciembre 1814), y como resultado de dicha acción, fue ascendido a general de división el 5 de enero de 1815.


A comienzos de 1815, con un batallón, marchó a la frontera de Cúcuta, amenazada por Calzada y el teniente coronel Remigio Ramos. El 25 de noviembre de 1815 fue derrotado en el combate de Chitaga por Sebastian de la Calzada cuando este jefe, desde Guasdualito, marchaba con una división hacia Santa Fe de Bogota. Como consecuencia de este revés, Urdaneta fue llamado a Tunja para que diera cuenta de su conducta y fue absuelto a comienzos de 1816. Ese mismo año fue enviado a Casanare en busca de soldados de caballería destinados a la formación de una unidad de esta arma en Tunja. La ofensiva del general Pablo Morillo en Tunja y areas adyacentes, dejó sin efecto esta comisión; entonces pasó al Apure, donde se puso bajo las órdenes del general José Antonio Paez, y con este jefe llevó a cabo algunas acciones, entre ellas, la batalla de El Yagual (11.10.1816). A comienzos de 1817pasó a Barcelona, a las órdenes de Bolívar, y cuando éste marchó a Guayana en marzo de dicho año, Urdaneta quedó con el general en jefe Santiago Mariño, hasta agosto del mismo año cuando se incorporó nuevamente a las fuerzas de Bolívar en la Antigua Guayana. En 1818 tomó parte en las actuaciones finales de la campaña del Centro: incursión sobre los valles de Aragua y batalla de Semén (16 marzo); en esta batalla, recibió una herida leve.
En 1819 abrió operaciones en Margarita contra las costas de Barcelona y Cumana, como parte de los planes de Bolívar para la campaña de liberación de Nueva Granada; el 18 de julio tomó el Morro de Barcelona y el 22 del mismo mes la ciudad de Barcelona; de allí siguió hacia Cumana donde trató de tomar la batería de Aguasanta los días 3 al 5 de agosto.
De regreso de Nueva Granada, Bolívar lo nombró comandante de la Guardia de Honor, por muerte de su titular, el general de división José Antonio Anzoategui. En 1821 condujo desde Maracaibo su división a través de la provincia de Coro, a la cual liberó, y de allí siguió hacia San Carlos a la concentración que hacía Bolívar en aquella ciudad, para llevar a cabo la ofensiva final contra los realistas mandados por el mariscal de campo Miguel de la Torre, en Carabobo. Desde Barquisimeto, la división fue conducida por el coronel Antonio Rangel, pues Urdaneta se vio imposibilitadopara hacerlo, debido a serios quebrantos de salud.
El 17 de julio del mismo año fue ascendido a general en jefe. En 1822 ejerció el cargo de comandante general del departamento de Cundinamarca y presidente de la Comisión de Repartimiento de Bienes Secuestrados. Ese mismo año, el 31 de agosto, contrajo matrimonio con la bogotana Dolores Vargas París y Ricaurte. Entre 1823 y 1824 ejerció la presidencia del Senado de Colombia y desde marzo de 1824 hasta julio de 1827 gobernó como intendente, el departamento del Zulia. Desde 1828 hasta 1829 desempeñó la cartera de Guerra y Marina y, en 1830, después del movimiento que derrocó al presidente Joaquín Mosquera, asumió la maxima magistratura de Colombia, hasta el 28 de abril de 1831, cuando, por efecto del Convenio de las Juntas de Apulo, renunció en favor del general de brigada Domingo Caicedo. Ese año abandonó Nueva Granada y se trasladó a Curazao, donde permaneció hasta fines de 1832. Fijó entonces residencia en la provincia de Coro, entregado a las faenas del campo. En 1834 se trasladó a Maracaibo, comisionado por el gobierno, para restablecer el orden constitucional. En 1835 actuó nuevamente contra el movimiento reformista encabezado por Pedro Carujo; en aquella ocasión se desempeñó como segundo comandante del Ejército de la República. En 1837 el presidente de la República lo nombró secretario de guerra,empleo que desempeñó hasta 1839.
En 1842 ejerció el cargo de gobernador de la provincia de Guayana y a fines de ese mismo año, hallandose ya en Caracas, participó de un modo destacado en las ceremonias de la traída de los restos del Libertador en su condición de presidente de la Sociedad Bolivariana; en 1843 volvió a la cartera de Guerra y Marina, donde permaneció hasta su muerte.
En 1845 partió para España con la investidura de enviado extraordinario y ministro plenipotenciario ante el gobierno de aquel Estado, con el encargo especial de canjear las ratificaciones del Tratado de Reconocimiento, de Paz y Amistad, celebrado en Madrid el 30 de marzo de ese año y aprobado por las camaras del Congreso de Venezuela. Durante el viaje hizo escala en Londres y allí se sometió a un examen médico, pues sus viejas dolencias habían hecho crisis. Los facultativos le indicaron la necesidad de una intervención quirúrgica; pero Urdaneta, deseoso de llevar a feliz término la comisión que le condujo a Europa, aplazó el tratamiento y partió para París. En esta ciudad se agravó, y después de varios días en cama falleció.Había sido distinguido con la Orden de los Libertadores de Venezuela. Su actuación guerrera puede resumirse así: estuvo presente en 26 batallas, 9 sitios y 2 asaltos a fortalezas. Sus restos reposan en el Panteón Nacional desde el 16 de mayo de 1876.


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