* En El Tajín existe gran cantidad de
pinturas murales, Estas pinturas estan elaboradas con pigmentos de origen mineral, los cuales contenían fijadores como goma de nopal, orquídeas; también
tuvieron que usar agua decantada pues utilizaron la técnica del 'fresco'. Para pintar, llegaron a emplear
brochas y pinceles de pelo o pluma.
* Los murales se planeaban de antemano, Los colores que en ellos se aprecian
son: rojo, naranja, rosa,
azul, verde, café, ocre, negro y blanco. La tematica que
presentan es sumamente diversa y no sólo es de tipo religioso.
* Tras casi tres años de restauración, la pintura mural del
Edificio I, de la Zona Arqueológica de El Tajín, quedó
limpia de sales que impedían su visibilidad
* Se trata de 30 metros lineales de obra pictórica, plasmada en la
época prehispanica entre 800 y 1200 d.C.
Luego de tres años de trabajos de restauración, 30 metros
lineales de pintura mural prehispanica de la Zona Arqueológica de
El Tajín, Veracruz, con una antigüedad de alrededor de mil
años, recuperaron su colorido e iconografía para ser nuevamente
expuestos al público.
Se trata de murales creados por antiguos grupos de la cultura totonaca, entre
800 y 1200 d.C., en el interior del Edificio I, ubicado en el
areaconocida como Tajín Chico, del sitio arqueológico.
Las obras pictóricas, que presentaban deterioros y algunos
desmoronamientos producidos por sales, se hallan tanto en pisos, paredes,
escalones, alfardas y nichos; es una decoración absoluta de toda la
vivienda que pudo haber sido ocupada por algún
personaje de alto rango.
A partir de 2007, un grupo de especialistas del Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH-Conaculta), se dieron a la tarea del
rescate y conservación de la pintura mural, bajo la coordinación
de la restauradora Dulce María Grimaldi, que incluyeron ademas la
atención de aplanados, pisos y estucos de dicho edificio.
Los murales presentaban deterioros producidos por
concreciones de sales de carbonato de calcio, desmoronamiento y debilitamiento
de algunas areas. “Lo que se hizo fue limpiar con
sustancias especiales y de forma meticulosa cada panel, para eliminar las capas
o velos blancos de sal que se generaron con el paso del tiempo y que impedían la
visibilidad de las imagenes.
“Ademas se fijó la capa pictórica que estaba a punto
de desprenderse y se corrigieron las irregularidades en el plano, de tal modo
que con estas labores de conservación se logró la
recuperación de los elementos iconograficos y de lagama de
colores, manifestó la especialista de la Coordinación Nacional de
Conservación del Patrimonio Cultural, del INAH.
Las imagenes plasmadas en los murales hacen referencia a
alegorías relacionadas con el viento, el agua, las deidades asociadas
con este elemento, sacerdotes, animales fantasticos como jaguares o
serpientes con cuerpos felinos; plumas y nubes en forma de grecas.
El Tajín, ocupado entre los años 600 y 1200 d.C., esta
dividido en dos grandes sectores: el monumental y el residencial. En el primero
se localizan edificios administrativos, políticos, altares y juegos de
pelota, mientras que en el segundo se hallan areas habitacionales como
el Tajín Chico; ambos territorios se dividen por una muralla que delimita
el lugar y marca la verticalidad del poder, porque mediante ésta se
controlaban los accesos a la parte superior.
El Edificio I del
Tajín Chico, conocido como
Templo de Los Murales, fue edificado en tres etapas constructivas, en la
última se realizó un estuco muy bruñido en blanco con
diseños geométricos que se refieren al agua y la
floración.
Finalmente, la arqueóloga Guadalupe Espinosa, directora de la zona
arqueológica, comentó que con la restauración de los
murales y la habilitación de El Tajín Chico, ademasde su
reapertura a la visita pública, se cumple con los objetivos del INAH, en
lo que toca a la conservación, mantenimiento y difusión del
patrimonio cultural mexicano.
Ahora, ademas de la pintura mural, los visitantes pueden admirar una
amplia area del Tajín Chico que había permanecido cerrado,
y que incluye el túnel o pasadizo que comunicaba a este sitio con el
recinto sagrado de la Gran Greca, llamado Xicalcoliuhqui.
La pintura mural en yeso sin fraguar es una técnica muy conocida desde
la Antigüedad. Se llama fresco porque en principio, la pared que ha sido
enlucida con yeso se revoca con varias capas de cal, y cuando la última
capa esta todavía húmeda, es cuando se pinta sobre ella. Esto hace que al secarse la cal los pigmentos queden
integrados químicamente en la propia pared, por lo cual su durabilidad
se vuelve muy alta. Por contra, la intensidad de los
colores se ve un tanto atenuada. Este proceso se
denomina 'buon fresco', y requiere un trabajo extremadamente
planificado, ya que no admite repintes: el maestro traza el plan general de la
obra, y día a día, se enluce la parte que ha de ser pintada. Ha
de ejecutarse en la misma jornada, debiéndose terminar al detalle el
fragmento enlucido, para al día siguiente empezar al lado.Esto requiere
tender sistemas de andamiajes para que las cuadrillas de pintores puedan
trabajar en posturas poco adecuadas, a mano alzada, directamente sobre el techo
o sobre muros verticales o incluso curvos. No es frecuente que un solo pintor se encargue de la ejecución de los
frescos, dada la rapidez que exigen las condiciones técnicas de este
método. Por el contrario, un maestro dirige a
una serie de especialistas, y él se reserva las partes mas
importantes: diseño de la composición y realización de las
figuras mas importantes.Existe otra variedad de fresco, llamado
'fresco secco', o retoque alla secca. Aquí
se pinta sobre el yeso ya fraguado o seco, lo cual implica el peligro de que la
capa al ser rehumedecida y secada rapidamente de nuevo con la pintura se
agriete o abombe, deteriorando los frescos. Leonardo da Vinci
practicó variaciones de la técnica, que no siempre terminaron
bien, como es el caso de su Última Cena, deteriorada a los pocos meses
de que el maestro italiano la finalizara.El fresco secco permite, sin embargo,
una mayor precisión en los detalles, admite la posibilidad de rectificar
mediante retoques posteriores y ofrece una gama de colores muy suaves y
delicados, por lo que se explotó abundantemente durante el Barroco.