Insurrección Sandinista Victoriosa en Managua
¿Por qué y cómo fue el Repliegue de Managua a Masaya?
*Repliegue para la liberación de Jinotepe, Diriamba, San Marcos,
Diriomo, Diria, Nandaime, Pueblos Blancos y Granada
*Batallón Móvil con los mejores combatientes replegados de
Managua
*Liberación de Jinotepe cambia para siempre la correlación de
fuerzas militares a favor de la Revolución Sandinista
• Participante, testigo, sobreviviente y Cronista de la
Insurrección Sandinista Victoriosa en Managua y del “Repliegue
Tactico de Managua a Masaya”
• Habían pasado 17 días de heroicos combates en los Barrios
Orientales de Managua contra la guardia genocida del somocismo. Se
habían registrado ya los Repliegues a la Hacienda El Vapor, el de Ciudad
Sandino a San Andrés de La Palanca y a Mateare, la Insurrección
de los Barrios Occidentales y en particular en San Judas, incluida Ciudad
Sandino. La banda de asesinos de la guardia somocista ejecutó las
masacres de Batahola, Kilocho, El Paraisito y la Colina 110, cuando se produjo
el Repliegue Tactico de Managua a Masaya, el 27 de junio de 1979, en la
noche.
• Resumen breve sobre por qué y cómo fue el Repliegue
Tactico-estratégico de Managua a Masaya, aquel 27 de junio de
1979, extraído de mi libro “Insurrección Sandinista
Victoriosa, Repliegue a Masaya.
• Este resumen se escribió en abril del 2009 con el
propósito de reimprimir el libro mencionado, en homenaje al 30
aniversario de la Insurrección y del Repliegue a Masaya, auspiciada su
reimpresión por la Asamblea Nacional de Nicaragua.•
“Insurrección Sandinista Victoriosa, Repliegue a Masaya”,
esta depositado en las Bibliotecas nacionales Rubén Darío
y Roberto Incer Barquero, en todas las cinco Bibliotecas de la Alcaldía
de Managua, esta en manos de 2,000 ciudadanos de Managua y otras partes
del país, pues se imprimieron 2,000 ejemplares.
Pablo E. Barreto Pérez
La Insurrección Final contra la tiranía en San Judas se produjo
el ocho de junio. En los Barrios Orientales de Managua, concretamente en Bello
Horizonte, la Insurrección comenzó el nueve de junio a las diez
de la noche con el grito prolongado de ¡!Patriaa Libre o Morir, Patria o
Muerte, Venceremos¡¡
En Monseñor Lezcano, Santa Ana, Acahualinca, Altagracia, Las Brisas,
Linda Vista, Loma Verde, Barrio Cuba y otros vecindarios, el tableteo de
metralla contra la guardia se inició el diez de junio.
En estos dos sectores de Managua encabezaban la lucha armada Gabriel Cardenal
Caldera, Eduardo 'el Chele' Cuadra, René Cisneros
(caído en combate), Pedro Meza, Adrian Meza Soza, Víctor
Romero, Genie Soto y Danilo “Pequeño Veneno” Serrano (ya fallecido),
entre otros. Por las masacres de Batahola y “Kilocho” y el
Repliegue al Vapor, la Insurrección de los Barrios Occidentales,
quedó practicamente desarticulada, debido a que faltaban armas de
guerra y municiones.
Las fuerzas combativas fueron reorientadas hacia el Sector Oriental de Managua,
o tomaron rumbo hacia El Crucero, Mateare y Nagarote.
Durante el día 27 de junio de 1979, mientras tanto, el Estado Mayor del
Frente Interno del Frente Sandinista, encabezado porlos Comandantes Carlos
Núñez Téllez, Joaquín Cuadra Lacayo y William
Ramírez Solórzano (fallecido recientemente), mandó a
explicar a Combatientes Populares, a Colaboradores y población del
Sector Oriental, involucrada en la Insurrección Final de Managua, en
absoluto sigilo, que esa misma noche se produciría el célebre
Repliegue Tactico de Managua a Masaya.
La explicación sigilosa, por parte de los cuadros revolucionarios,
guerrilleros y Combatientes Populares mas confiables, indicaba que
faltaban armas de guerra y municiones, que la Insurrección Final ya
había cumplido sus objetivos de desgastar militarmente a la
tiranía somocista en la Capital, que debían salvarse las fuerzas
combativas de Managua y que era indispensable fortalecer el Frente Oriental
Carlos Roberto Huembes Ramírez, con la finalidad de liberar también
ciudades como Granada, fortalecer la liberación de Masaya y sus
poblaciones aledañas y encaminarse a asaltar los comandos de la guardia
genocida en Masatepe, Diriamba, Jinotepe, San Marcos, Diriomo, Diria,
Nandaime, Granada, etc.
A centenares de guerrilleros, combatientes populares y Colaboradores del FSLN
no les gustaba la idea del Repliegue de Managua a Masaya, porque consideraban
que la guardia genocida del somocismo haría una verdadera
carnicería en los Barrios Orientales y Suroccidentales de Managua, donde
decenas de miles se habían insurreccionado para propiciar el derrumbe y
demolición definitiva del aparato opresor de la dictadura somocista o
“Estirpe Sangrienta”, fundada, entrenada, educada y financiada por
el gobiernocriminal de Estados Unidos en 1927, cuando el traidor José
María “Chema” Moncada Tapia firmó con el coronel
yanqui Stimpson, invasor y agresor militar, el infame “Pacto del Espino
Negro”, en Tipitapa.
Gracias a ese “Pacto del Espino Negro” y la organización de
la Guardia Nacional, Anastasio Somoza García y su pandilla de asesinos,
ladrones y torturadores, poco tiempo después asesinaron a Sandino y a
casi todos los miembros del
Ejército Defensor de la Soberanía Nacional.
A estos Combatientes Populares no les gustaba la idea, pero la realidad era
aplastante después del prolongadísimo combate con la guardia en
el Barrio El Paraisito, donde se le propinó una derrota militar
extraordinaria a la soldadesca criminal del somocismo, aunque habían
caído mas de 40 combatiente en este sector de Managua, y a partir
de ese momento las balas habían escaseado mucho mas.
Un avión clandestino del FSLN que pasó tirando sacos de
municiones, de noche, sobre los Barrios El Edén y Costa Rica, en esos
días de junio de 1979, no había cambiado esa realidad militar en
relación al poder de fuego de la guardia genocida del somocismo.
Hubo desconcierto. Estos poderosos argumentos militares y de orden
estratégico no convencían totalmente a los Combatientes Populares
y sus Colaboradores en los sitios insurreccionados del Oriente de Managua.
En completo sigilo
Sin embargo, el Repliegue de Managua a Masaya
comenzó a organizarse en el mas completo sigilo desde mas
o menos las diez de la mañana del
27 de junio de 1979, hace 31 años. A mi me visitaron
“Venancia” (IsabelGonzalez) y “el 101”, cuyo
nombre es Danilo Norori. “No podemos dejarte, porque te asesinan”,
me dijo “Venancia”.
Se organizó, de manera rapida y hasta en los mas
últimos detalles, inclusive sobre cómo se llevarían
mas de un centenar de heridos que estaban alojados en los Hospitales
clandestinos del Instituto Experimental México y Silvia Ferrufino
Sobalbarro, ambos ubicados en el Reparto Bello Horizonte,
específicamente en las Etapas III y IV, y en la Iglesia Sagrada Familia
(Ducualí), los cuales habían sido sometidos a feroz bombardeo
aéreo con tres aviones push and pull, dos helicópteros artillados
con bombas de 500 y mil libras, mas el lanzar de rafagas de
ametralladoras calibre 50 desde lo que se conoció como “el dundo
Ulalio”, un avión amarillo, de un solo motor, que al parecer era
destinado a fumigaciones de algodón.
Cada combatiente y Colaborador sabía de antemano en qué columna y
con qué jefe guerrillero iría.
Cuando comenzó a caer la noche de ese 27 de junio, a las 6:40 p.m.,
comenzamos a salir en gruesas columnas silenciosas, que parecían
“cien pies” resbalandose por los costados de paredes y
andenes, bajo los arboles, en la oscuridad, procedentes de los Barrios
Santa Rosa, Bello Horizonte, Costa Rica, Villa Progreso, Ducualí, Primero
de Mayo, Meneses (hoy Barrio Venezuela), Maestro Gabriel, Salvadorita (hoy
Cristian Pérez Leiva), El Edén, Larreynaga, Diez de Junio,
Colonia Colombia, El Dorado, Colonia Don Bosco, San Cristóbal,
María Auxiliadora, El Paraisito, San José Oriental!todos hacia
la Calle, ubicada de la Clínica Don Boscohacia el Este¡, es decir,
por donde estaba la Gasolinera San Rafael.
Estos momentos de organización y concentración en un solo punto
fueron en un silencio tenso, nervioso, en rigurosa clandestinidad,
“hablandonos por medio de “señas” y
órdenes de “levanten los pies al caminar”, “no hagan
ruido”, “no lleven objetos que brillen”, “no fumen, no
enciendan fósforos ni focos de manos”
Uno de los instantes mas peligrosos se vivieron en el “puente
colgante” (hoy es puente firme) entre Bello Horizonte y el Barrio Meneses
(hoy Venezuela), el cual se
mecía como
una hamaca larga por el peso de los Combatientes Populares que cargaban a los
heridos, ya fuese en camillas, en hamacas de sacos y mecates o en hombros.
El transporte de los heridos fue, precisamente, la complicación
mas grande que llevabamos al salir de Bello Horizonte, pues no
podían ser dejados allí, a su suerte, porque la guardia los
hubiera matado a todos.
Seis mil personas en tres columnas
Puestos en la Calle de Don Bosco, unas seis mil personas entre Guerrilleros,
Combatientes Populares, Colaboradores Históricos y población en
general desarmada, incluidos niños, mujeres, adolescentes y ancianos, en
silencio sepulcral, en una noche oscura y con una llovizna leve, después
de 17 días de heroicos combates en la zona Oriental de Managua, luego de
una lucha tensa y silenciosa para organizarlo durante el día, el
Repliegue de Managua a Masaya fue organizado en tres grandes columnas:
Una delantera, jefeada por Ramón “Nacho” Cabrales; otra, en
la retaguardia, conducida por el Comandante CarlosNúñez
Téllez (jefe del Estado Mayor General del Frente Interno), y la tercera,
la del centro, la mas grande, enorme, dirigida por los comandantes
William Ramírez Solórzano y Joaquín Cuadra Lacayo,
auxiliados éstos al mismo tiempo por jefes guerrilleros como Walter
Ferrety, Osvaldo Lacayo, Mónica Baltodano Marcenaros Rolando “Cara
Manchada” Orozco, Raúl Venerio Plazaola y Marcos Somarriba.
Esta organización del Repliegue en tres columnas finalizó casi a
las diez y media de la noche. Estos seis mil ciudadanos y ciudadanas de Managua estabamos a punto de convertirnos en
participantes, testigos y sobrevivientes de una de las hazañas
político-militares mas excepcionales de la lucha insurreccional del FSLN, para derrumbar
y demoler al régimen tiranico y sangriento de la dictadura
somocista genocida.
Y en mi caso personal, ademas de haber participado en la
Insurrección de septiembre de 1978 y en esta Insurrección
Sandinista u Ofensiva Final de junio de 1979, estaba, en ese momento,
comenzando también mi labor de convertirme en Cronista o historiador
participante, testigo y sobreviviente de la Insurrección y del Repliegue
Tactico de Managua a Masaya.
A esa hora mencionada, empezamos a salir por la entonces Farmacia Gonzalez,
en el Noreste de la Colonia Nicarao y luego enrumbamos hacia los
semaforos de Rubenia, donde había una barricada inmensa que la
guardia no había podido derrumbar.
Tomamos el camino viejo a Sabana Grande, escabroso, lleno de troncos erizos
como clavos, hoyos, piedras y bívoras como envoltorios de plantas
rastreras, y pasamosrosando las “barbas” de la guardia somocista
genocida en la Fabrica de Baterías Hasbani, donde la GN
tenía acantonado casi un batallón de soldados.
La fabrica de Baterías Hasbani, propiedad del
somocista Luis Hasbani, estaba donde es hoy el Barrio Pablo Ubeda, en la
periferia misma del
“Reparto René Schick Gutiérrez”.
En medio de esas condiciones eran transportados los heridos mencionados, entre
los cuales iba un hombre gordo, a quien llamaban Carlos “El
sobrino” Sanchez. La circulación de semejante cantidad de
gente silenciosa y en rigurosa clandestinidad, era lento, tan lento, que
parecía el desplazamiento de una tortuga tora en la playa arenosa.
Después de las doce de la noche estabamos pasando por el famoso
“Tanque Rojo” del Reparto Schick, donde hubo un cruce de disparos
con 'orejas' del sector; se hizo “un alto”, y seguimos
por unos potreros, cruzando alambrados, machucando serpientes, charcos y
púas de alambres, y oyendo los cantos asustados de pocoyos y de las
veloces lechuzas que raudas volaban sobre la multitud silenciosa, conspirativa,
insegura ante un futuro incierto que le deparaba en las próximas horas,
pues todos recordabamos la ferocidad sanguinaria de los guardias genocidas
del somocismo en las calles de Managua.
Muchos llevaban consigo maletas pequeñas de ropa, mochilas con un poco
de comida, leche en polvo, mucha sed por la caminata nocturna e invadidos por
el miedo o panico de encontrarse repentinamente con la guardia en esos
potreros y caminos solitarios, rumbo a Masaya.
La mañanita del
28 de junio nos sorprendió entrematorrales, zacatales, cultivos de
maíz y bosques ralos, mientras los rayos matutinos del Sol, color de
oro, se filtraban entre las ramas de los arboles y se estampaban
también en los rostros desconcertados de los replegados capitalinos.
Con el alba, el Medio Ambiente me pareció tan lleno de vida, pues
también los pajaritos alzaban vuelo haciendo bellísimos juegos de
colores a contraluz o cuando los tibios rayos del Sol les daban de frente.
La mañanita estaba fresca, pero nosotros, presionados por la caminata y
la posibilidad de que la guardia somocista genocida nos descubriera,
sudabamos copiosamente.
Yo iba atento a no caer en huecos, tropezar en troncos erizos, evadiendo
zarzas, espinas de todo tipo y fijandome para no machucar una
víbora.
Todos los integrantes de esta columna del Repliegue Tactico de Managua a
Masaya, jefeado por William Ramírez Solórzano, tratabamos
de ir rapido, pero la carga de los heridos volvía lento nuestro
desplazamiento hacia la meta en la “Ciudad de las Flores”.
Unos cavilabamos y caminabamos, mientras otros hurgaban en el
horizonte inmediato, obstaculizado por matorrales y arboles.
Las dos escuadras exploradoras continuaban su trabajo cuidadoso y agil
de exploración, para que no fuésemos a caer todos en una
emboscada.
El Sol comenzó a elevarse en el horizonte.
Precisamente en esas preocupaciones íbamos, cuando un poco
después de las siete de la mañana, se estaba produciendo el
primer incidente o encontronazo militar con la guardia somocista genocida
cuando ingresabamos a una finca de la Comarca Veracruz,ubicada del
Empalme de Ticuantepe varios kilómetros al Norte.
Habíamos entrado a un sitio cubierto de arboles y chagüites
o platanos.
De repente, allí se produjo un combate sostenido, nutrido, con una
patrulla de guardias genocidas, los cuales portaban una ametralladora calibre
50, instalada en un camión, el que estaba repleto de tiros.
Todos los integrantes de la columna, hombres y mujeres civiles, se tiraron al
suelo, para evadir las balas de ametralladora 50, que silbaban por entre la
maleza, perforaban arboles y cortaban ramas de matorrales.
Los jefes guerrilleros, combatientes populares y milicianos, se desplazaron,
parapetados en arboles, en posición de combate.
En este momento pude ver a William Ramírez Solórzano, en la
primera fila de fuego, arrastrandose y dirigiendo el combate contra la
patrullas de guardias somocistas genocidas.
El combate, en medio de la arboleda tupida, fue de aproximadamente quince
minutos, durante el cual cayeron dos guerrilleros, que se dijo eran originarios
de Matagalpa y Jinotega. Enterramos sus cadaveres en la orilla de un
arbol de ceibo (ceibón), en la orilla de un chagüite de
platanos y guineos. Uno de los combatientes muertos tenía
desbaratada la cara por uno de los balazos de la ametralladora calibre 50.
En su huida veloz, los guardias dejaron abandonada la ametralladora calibre 50,
el camión y varios miles de tiros y una enormidad de cartones de
cigarrillos.
Puestos allí, en la finca de Veracruz,
fue cuando nos enteramos de que en ese sitio estaba el grueso del Repliegue a
Masaya, es decir, lamayor cantidad de gente, compuesta esencialmente por
civiles desarmados y Combatientes Populares poco experimentados.
Asimismo, allí quedó establecido que la columna de Ramón
“Nacho” Cabrales posiblemente ya estaba en Masaya, pues
habían capturado camiones y camionetas en el Empalme de Ticuantepe, lo
cual les había facilitado el viaje a Masaya, adonde llegaron por el
“desvío a San Carlos”, es decir, no pasaron por entre
“La Barranca” y la fortaleza de “El Coyotepe”, situados
ambas en la orilla de la Carretera Managua-Masaya-Granada, y en el extremo
Norte de la Ciudad de Masaya.
No se sabía nada de la Columna de Retaguardia, jefeada por el Comandante
Carlos Núñez Téllez, jefe del Repliegue Tactico de Managua a
Masaya. Había cruzado al Sur de la Carretera a Masaya y tomado un camino
por territorio de Ticuantepe, para llegar a la Ciudad de Masaya por el lado Sur
de la Laguna de Masaya.
Descubren el Repliegue
En esa finca de Veracruz, fuimos reorganizados por William Ramírez
Solórzano en una sola columna, de dos grandes hileras, en la carretera,
y se dio la orden de caminar ordenadamente por una encajonada matorralosa y con
la instrucción de “vayan cubriéndose” bajo los
arboles, para que la guardia no nos descubra”, cuando ya
íbamos rumbo a ¨Piedra Quemada”, mientras unos cargabamos
sacos o costales con bombas de contacto, salveques de tiros, pistolas y rifles
22, la mayoría sin municiones, y un grupo iba hecho cargo de la
ametralladora calibre 50 recuperada.
Antes de esta reorganización, la inmensa mayoría de jefes
guerrilleros,combatientes populares, milicianos y civiles, pudimos vernos nuevamente
las caras de cerca, nos abrazamos y nos alegramos de estar vivos, y dispuestos
a vencer a la tiranía somocista mediante esta contienda militar
justiciera.
Era un poco después de las ocho de la mañana cuando íbamos
por esa “encajonada” montosa, con arboles retirados unos de
otros a ambos lados del alambrado.
Aparentemente, la guardia genocida no había descubierto el Repliegue a
Masaya a esa hora (8 a.m.) del
28 de junio. Los aviones de los guardias genocidas somocistas empezaron a
sobrevolar el Repliegue un poco después de la nueve de la mañana,
lo cual nos obligó a permanecer acostados y sentados entre la maleza y
bajo los arboles de tigüilote, guasimos, chilamates, espinos
negros, acetunos, jocotes, jobos, etc., ubicados como dos hileras o alamedas de
la encajonada mencionada.
Cortamos jocotes, hojas de los mismos jocotes, quelites y verdolagas, y las
comimos para matar el hambre.
“Bebé un poco de agua. Dale también a tus hermanos”,
me dijo Juan “Tonatiú” Rivera, jefe guerrillero, alargando
la cantimplora para darmela.
“Tené cuidado con esas bombas de contacto. Te veo muy relajado con
ellas”, me expresó en tono de reclamo Isabel
“Venancia” Castillo, pues yo cargaba uno de los salveques llenos de
bombas de contacto, mas mis camaras fotograficas, rollos de
películas, una filmadora, y al mismo tiempo iba tomando
fotografías del
Repliegue Tactico de Managua a Masaya.
Caminabamos un poco y nos deteníamos. Nos sentabamos bajos
arboles y matorrales, o sencillamente nos tirabamos alsuelo,
acostados, para evitar que nos descubrieran.
Al parecer, la guardia somocista genocida se convenció de que esta
movilización popular militar insurreccional iba en ese rumbo cuando ya
eran cerca de las diez de la mañana, pues ya en ese momento comenzaron
los aviones a sobrevolar bajitos, rasantes, amenazantes sobre la encajonada,
que nos conducía hacia el camino a Piedra Quemada.
Bombardeo infernal y mortal
No fue imposible ocultarnos por mucho tiempo. Era demasiada gente como para que no notaran
algo raro en ese camino, entre cauces, encajonadas, caminos carreteros y
arboledas ralas a ambos lados de la ruta en que íbamos.
Teníamos que seguir caminando porque la meta era llegar a Masaya. Cuando
entramos a Piedra Quemada, mas o menos a las 11 de la mañana del
28 de junio de 1979, empezó el bombardeo aéreo en lo fino.
Eran lanzados a granel desde tres aviones: un Push and Pull, un T-33, un DC-3 y
dos helicópteros, centenares de rocketts y bombas de 500 y mil libras,
cuyas explosiones y charneles sobre casas campesinas y columnas de seres
humanos, provocaban estruendos y daños aterradores.
Por la experiencia acumulada en Managua,
yo busqué de inmediato donde parapetarme o protegerme entre rocas de la
misma “piedra quemada”.
Aquello fue realmente un infierno mortal. El panico se generalizó
entre los campesinos locales y los replegados capitalinos, especialmente los
que eran civiles, los que corrían desesperados de un lado a otro, en vez
de buscar protección o perapeto entre las rocas y los troncos de los
arboles en PiedraQuemada.
Algunas casitas campesinas volaban en miles o millones de pedazos, mientras a
mi alrededor centenares de jóvenes, hombres y mujeres inexpertos,
atrapados por el panico, corrían sin cesar en busca de
protección o escape, lo que les acarreó la muerte en segundos.
Los charneles de los morteros y las bombas de 500 libras los partían
también a ellos en pedazos, mientras asimismo caían ramas y
arboles destrozados por las ondas expansivas y por cortes
violentísimos de los charneles.
Decenas cayeron muertos a mi lado o heridos mortalmente, lo que
aproveché para hacerles fotos en los estertores de la muerte.
Escuchaba yo que de las casas campesinas, alcanzadas por las bombas de 500
libras y rocktts, escapaban alaridos humanos desesperantes de mujeres y
niños por los dolores intensos que provocaban los
“machetazos” de los charneles.
¿Vos crees que podamos salir de este infierno de bombas?
¿Saldremos con vida, hermanito?, me preguntó mi hermano Mauricio
Barreto Pérez, a quien notaba desesperado, pero siguiendo mis consejos
de no salir corriendo como
“loco” mientras los aviones y helicópteros lanzaban las
cargas mortíferas en contra de nosotros.
En un instante en que pude apreciar lejanía temporal de los aviones,
encontré una zanja profunda, como refugio antiaéreo y le
pedí a gritos a civiles, jefes guerrilleros, combatientes populares y
milicianos que nos metiéramos dentro, para evadir las explosiones de
bombas.
Mientras tanto, desde el camión con la ametralladora calibre 50,
recuperada en el combate de la finca o hacienda de Veracruz,se les disparaba a
los aviones y helicópteros, lo cual resultaba poco eficiente porque
estabamos con la visión nublada o entorpecida por los
arboles, bajo los cuales íbamos cuando los somocistas genocidas
desataron el bombardeo infernal.
El bombardeo feroz duró casi tres horas continuas. Durante un breve
“descanso” de los pilotos somocistas de la muerte, tal vez porque
fueron a traer mas bombas, se pudo apreciar que la mortandad
posiblemente llegaba a mas de cien y mas de un centenar de
heridos.
(Alejandro “Comandante Huesito” Mairena sostiene que fueron 115 los
muertos en “Piedra Quemada”).
Cuando cesó un poco el bombardeo como a las dos de la tarde, el grueso
de los replegados (guerrilleros, milicianos y civiles), salimos a la orilla
Norte de la Carretera a Masaya y ahí no mas siguimos por el
camino viejo a Nindirí, por donde iban cargando a los heridos y parte de
los muertos en el bombardeo.
Al menos unos 20 de los muertos fueron sepultados rapidamente
allí mismo en “Piedra Quemada”, que en realidad es un
colchón de roca o piedra, formada a raíz de erupciones violentas
y antiguas del Volcan Masaya, hace varios centenares de años. En
esa “Piedra Quemada” hay centenares de casas campesinas, las cuales
quedaron, casi todas, destruidas por el bombardeo aéreo somocista.
Busqué a los jefes guerrilleros del Repliegue Tactico de Managua
a Masaya, en medio de aquel infierno, y se me dijo que William
“Aureliano” Ramírez Solórzano y Joaquín Cuadra
Lacayo, iban adelante, en la orilla del camión con la ametralladora
calibre 50, recuperada a losguardias en Veracruz.
En este escenario dantesco, de muertos y heridos por el bombardeo aéreo
somocista, algunos jefes guerrilleros se lamentaron de haber llevado desarmadas
varias ametralladoras calibre 50, con las cuales, suponían ellos, se
hubiera podido contener o derribar los aviones y helicópteros que nos
lanzaron la avalancha de bombas, rocketts y balas de ametralladoras 50.
Mis hermanos Mauricio, Leopoldo y “Chepita” (mi cuñada) y yo
salimos a esa orilla de la Carretera Masaya, cuando todavía un
avión Push and Pull lanzaba rocketazos en contra de nosotros.
El bombardeo se reinició un poco después de la tres de la tarde,
y esta vez lo concentraron en los alrededores del
poblado de Nindirí, la Carretera a Masaya y La Barranca (frente a la Fortaleza elevada del
Cerro del Coyotepe), por donde ya se movían los Combatientes Populares,
milicianos y los replegados civiles, tanto sanos como heridos.
Al llegar a Nindirí, cayó la combatiente popular Marta
Lucía Corea, una muchacha jovencita de Bello Horizonte, quien
tenía apenas 17 años. Un charnel de rocketts, lanzado desde un
Push and Pull por los aviadores somocistas, le partió la vida. Tuvimos
que sepultarla, en medio de una corta ceremonia, allí en suelo heroico
de Nindirí.
Ya puesto en Nindirí, se organizó nuevamente el Repliegue para
que todo mundo diera una comidita ligera y a disponerse a seguir hacia la
Ciudad de Masaya, la cual estaba ya tomada por las fuerzas libertarias del
Frente Sandinista, mientras la pandilla de asesinos, jefeados por el general
genocida Fermín MenesesCantarero, había huido y estaba
posesionado de la Fortaleza del Cerro de El Coyotepe, ubicada al Este de
Nindirí, y desde donde bombardeaban constantemente los Barrios de la Ciudad
de Masaya o “Ciudad de las Flores”, situada al Sur de esa
Fortaleza.
Aproveché para visitar a Manuel Salazar, fotógrafo y antiguo
compañero de trabajo en el Diario LA PRENSA. “El Negro”
Salazar nos dio unos bocados de comida a mis hermanos Mauricio, Leopoldo y a
mí. Andabamos hambrientos. No habíamos comido en todo el
día.
Estabamos ya en el casco urbano de Nindirí, situado a menos de un
kilómetro al Oeste de la Fortaleza del Cerro del Coyotepe y de La
Barranca, donde estaban encuevados los guardias somocistas, después de
huir de su Comando de Masaya, cuando se produjo un nuevo incidente terrible,
mortal, para nosotros.
El Estado Mayor de Managua le ordenó a Francisco “Chico
Garand” Guzman Fonseca que intentara pasar con alrededor de 20
heridos, en una camioneta de tina, usando el desvío hacia San Carlos, o
sea, debía tomar un camino al Oeste, a la derecha, de La Barranca, entre
los desfiladeros de la Laguna de Masaya y la misma La Barranca.
“Chico Garand” Guzman Fonseca lo intentó.
Aceleró la camioneta a fondo, para ver si lograba llegar a la gasolinera
y desaparecer por detras de la Loma de La Barranca.
En la tina, cuidando a los heridos, iba la “Negra, pelo liso”.
¡Qué va! Apenas iba a unos 100 metros sobre la Carretera,
mas alla de la salida de Nindirí, cuando la camioneta
recibió una andanada de balazos de ametralladora calibre 50 y morterazos
desde lo alto dela Fortaleza del Coyotepe y también desde La Barranca.
Casi al instante, también apareció en picada, hacia la camioneta,
disparandole rocketts, una avioneta Push and Pull.
A ”Chico Garand” no le quedó mas remedio que dar la
vuelta en redondo hacia Nindirí, de nuevo. Esa vuelta en redondo fue
fatal para la “Negra, pelo liso”, quien salió disparada
hacia el pavimento, donde murió “desnucada”,
lamentablemente.
La camioneta tenía decenas de perforaciones de bala, y el mismo
“Chico Garand” había recibido varios balazos en las piernas
y en un costado. Estrelló la camioneta en un poste, y quedó
allí casi inconsciente.
Varios de los heridos resultaron muertos.
Un poco mas tarde, en un camión, los heridos y el mismo
“Chico Garand” Guzman fueron transportados, usando el camino
pedregoso del Oeste de la Laguna de Masaya, para entrar por el lado de
Masatepe, y de ese modo llegaron los heridos primero que nosotros, replegados,
para que los atendieran en el Hospital, controlado ya por el Frente Sandinista
en Masaya.
Por los desfiladeros peligrosos de la Laguna de Masaya
La columna del Repliegue Tactico de Managua a Masaya, jefeada por
William Ramírez Solórzano, fue reorganizada mas
cuidadosamente para caminar, esta vez, por los desfiladeros profundos y
peligrosos de la Laguna de Masaya, en el lado Noreste, con la finalidad de
sortear o evadir a la guardia genocida, que estaba acantonada y superarmada en
La Barranca y El Coyotepe, donde tenían instalados lanzamorteros,
ametralladoras 50 y abastecimiento técnico-militar para los guardias que
estabantodavía en la Fabrica de Clavos-INCA y en la
“Hielera”, ambas empresas e instalaciones situadas al otro lado de
la Carretera, es decir, en la orilla Norte de la Carretera
Managua-Masaya-Granada y en la orilla Norte de la Ciudad de Masaya.
Reorganizando y dirigiendo esta nueva etapa del Repliegue de Managua a Masaya
pude ver a William Ramírez Solórzano y a Mónica Baltodano
Marcenaros, quienes guiaban a los jefes guerrilleros de escuadras para que
ordenaran “a su gente”.
Estabamos en el centro del
casco urbano de Nindirí, frente al parque.
Allí mismo, estaban en disposición de enfrentar lo que fuese las
llamadas columnas móviles especiales de combate, de “caza
perros” y francotiradores. El jefe de los francotiradores, Chico
Garand” Guzman Fonseca, estaba herido gravemente.
Los jefes guerrilleros hablaron con voz alta a todos los movilizados.
Sostuvieron que cualquier indisciplina, un ruido, una voz elevada en vez de
susurro, el brillo de cualquier objeto, la impaciencia, el no guardar la
distancia con el que iría delante de uno, el no asegurarse de poner
firme el pie o los pies y caerse de repente, podría significar que todos
los replegados corriéramos riesgo de que la guardia genocida somocista
nos descubriera e iniciaran un ataque armado en gran escala y nos masacraran a
todos.
William “Aureliano” Ramírez Solórzano dio la orden de
salida. Tomamos por el lado Oeste de la Gasolinera que he mencionado, por
predios montosos al borde de los abismos o paredones profundos de la Laguna de
Masaya.
Fueron los momentos mas peligrosos desde elpunto de vista de la
movilización, en oscuridad total, bajo una llovizna persistente, en
silencio total, despacito, arrastrandonos en los desfiladeros verticales
y piedras, tocando con las manos el sitio en que íbamos a poner los pies
calzados o descalzos, para, finalmente, llegar a Masaya con un peso de
cansancio profundo, multiplicado por el miedo a perder la vida, ante la
posibilidad de recibir una rafaga de metralla calibre 50 ó los
charneles de las bombas de 500 libras y de los rockettes que la soldadesca
somocista genocida lanzaba desde aviones y desde las alturas de la Fortaleza del
Cerro de El Coyotepe, donde los asesinos y torturadores de la Guardia Nacional
somocista aún estaban posesionados de poder militar y fuego mortal.
La Fortaleza del Cerro del Coyotepe y la llamada “Barranca”
estan, exactamente, una junta a la otra, separadas por la Carretera
Masaya-Managua-Granada y a la vez enfrente y a la orilla Norte de la Ciudad de
Masaya.
Aunque no lo quisiéramos, especialmente, quienes nunca habían
andado escalando montañas o colinas muy difíciles, de repente
caían en una zanja, o ponían el pie en una piedra resbalosa.
Con quienes llevaba yo inmediatamente delante y atras, optamos por irnos
auxiliando con pedazos de palos gruesos, agarrados por los extremos. De este
modo, evitabamos caer, y a la vez los palos nos servían para ir
explorando el suelo profundamente accidentado.
Esta caminata lentísima y peligrosa comenzó a las siete de la
noche. Entre esta hora y la una y media de la mañana, apenas caminamos
unos dos kilómetros hasta elReparto San Carlos, adonde los replegados
llegamos minutos antes de las dos de la mañana.
Era el 29 de junio en la madrugada.
Alcanzamos la ansiada meta del
Repliegue Tactico de Managua a Masaya: ¡llegar a la Ciudad de Las
Flores ¡
Llegamos con el rostro, la ropa y zapatos llenos de lodo. Hedíamos a sudor,
a “zahíno”, estabamos profundamente cansados y pienso
que ese cansancio se profundizó por el estrés o miedo a perder la
vida durante el bombardeo aéreo.
Teníamos mucha sed nuevamente y hambre.
No había información oficial todavía sobre la cantidad de
muertos y heridos por los bombardeos aéreos somocistas genocidas de
Piedra Quemada.
El Comandante Carlos Núñez Téllez dijo que los muertos
eran menos de 50.
Alejandro “Comandante Huesito” Mairena Obando lo contradijo: fueron
115 muertos desde la salida a la llegada a Masaya.
Varios centenares de hombres y mujeres civiles se habían extraviado o
perdido en el trayecto, incluyendo mis dos hermanos: Mauricio y Leopoldo y la
esposa de éste, “Chepita”.
Centenares de pobladores, jefes guerrilleros, entre otros: Hilario
Sanchez y Ramón “Macaco” Moncada Colindres;
combatientes populares y Colaboradores Históricos de Masaya estaban
esperando allí en San Carlos a los replegados, quienes fuimos recibidos
con vítores de alegría, abrazos efusivos, lagrimas de unos
y de otros; inclusive vi rodar lagrimas en el rostro endurecido de
William “Aureliano” Ramírez Solórzano.
Acompañado todo esto con “brindis” de tibio o pinol y
café calientes, tortillas tostaditas con cuajada y frijolitos
fritos.¡Estabamos a salvo! ¡Llegamos a territorio liberado
de asesinos somocistas genocidas!
Estabamos en Territorio Libre, en Masaya, un poco antes de las dos de la
mañana del 29 de junio de 1979, dos días después de haber
salido de Managua en Repliegue silencioso, clandestino, en una audaz maniobra
militar, de caracter estratégico, hacia la Ciudad de Las Flores,
convertida ya en una nueva hazaña militar del Frente Sandinista de
Liberación Nacional
Los replegados fuimos llevados por una calle tachonada de minas explosivas,
debido a lo cual nos decían dónde debíamos poner los pies.
Los sitios en que había bombas estaban marcados con unos puntos blancos.
*Fuimos ubicados en un patio enorme y dentro del Colegio Don Bosco o Salesiano.
Mientras íbamos sorteando “minas” o bombas de contacto enterradas,
ya se nos decía que llevabamos con objetivos militares
fundamentales:
*Reforzar el Frente Oriental Carlos Roberto Huembes
*Reforzar, profundizar la Liberación de Masaya
*Expulsar a los guardias somocistas genocidas de la Fortaleza de El Coyotepe,
de La Barranca, de la Fabrica INCA y de la Hielera
*Emprender inmediatamente la liberación total de Jinotepe, Diriamba, San
Marcos, Pueblo Blancos, Masatepe, Diriomo, Diria, Nandaime y Granada
El cansancio era acentuadísimo. Aquella masa de jefes guerrilleros,
combatientes populares, milicianos y pobladores civiles de Managua fuimos
ubicados en varios pisos del Colegio La Salle (Don Bosco) y en su patio enorme;
y en los Barrios San Miguel y Monimbó, donde dormimos un rato sobre
tablas, troncos gruesos, enel piso y en el suelo hasta las seis de la
mañana del mismo 29 de junio de 1979.
Esa madrugada del
29 de junio de l979, la tarea era dormir un poco, reponer fuerzas.
A mí me ubicaron en el Laboratorio del Colegio La Salle –situado
frente a la entrada de Monimbó--, donde dormí en una tablita de
menos de medio metro de ancho por mas o menos un metro y medio de largo,
ubicada encima de otros combatientes populares que fueron ubicados en el piso
de uno de los pisos del Colegio Don Bosco.
A las seis de la mañana fuimos levantados y formados para organizar,
para explicarnos que nuestra llegada a la “Ciudad de Las Flores”
era para Reforzar la liberación de Masaya, expulsar a los guardias
somocistas genocidas de la Fortaleza del Coyotepe, del Comando GN de La Barranca,
expulsarlos de la Fabrica de clavos INCA, sacarlos de la Hielera y de
otros sitios en que todavía estaban encuevados, teniendo rehenes con
ellos y bombardeando constantemente la Ciudad de Masaya y el poblado de
Nindirí.
El Estado Mayor General del Frente Interno, el Estado Mayor de Managua y el
Estado Mayor de Masaya, coordinados todos por el Comandante Carlos
Núñez Téllez, explicaron, frente a los replegados de
Managua, formados en el patio inmenso del Colegio La Salle, que otra de
nuestras misiones militares eran:
Reforzar el Frente Oriental “Carlos Roberto Huembes” del Frente
Sandinista, jefeado por los Comandantes Luis Carrión Cruz y Henry Ruiz
Hernandez, y que en esos momentos luchaba a “vencer o morir”
en los Departamentos de Chontales, Boaco y la mayor parte de la
RegiónAtlantica.
Ademas, reforzar la Liberación de la Ciudad de Masaya y otros
pueblos y ciudades del Departamento de Masaya; iniciar inmediatamente los
asaltos militares para liberar las ciudades de Masatepe y todos los
“Pueblos Blancos”; San Marcos, Diriamba, Jinotepe y Granada,
Nandaime, Diria y Diriomo, ciudades del Sur y Oriente de Nicaragua.
“Es una jornada patriótica voluntaria, larguísima, cansada,
llena de peligros mortales y de alegrías indescriptibles, porque se
trata de la liberación de Nicaragua”, me dijo el famoso
periodista Roberto Gonzalez Rocha, masayense, quien había llegado
a recibirnos en la madrugada y estaba allí,
acompañandonos.
Los jefes guerrilleros dijeron que ese día 29 descansaríamos
allí dentro de las instalaciones del Colegio La Salle, y que al
siguiente día, 30 de junio, todos seríamos distribuidos en
columnas y escuadras, para iniciar las nuevas tareas militares,
políticas, propagandísticas y de inteligencia militar.
Se informó que ese mismo día se formaría un
Batallón Móvil con los jefes guerrilleros y combatientes
populares mas destacados en los combates contra la guardia somocista en
Managua, Masaya y Carazo, con 300 hombres y mujeres diestros en el arte
militar, audaces, valientes, capaces de ir sólo en ofensiva sobre los
sicarios del régimen tiranico somocista cuando, en término
brevísimo, fuesen a cumplir las órdenes de asaltar a los guardias
en sus cuarteles y en las calles de las Ciudades de Jinotepe, Diriamba,
Masatepe, Pueblos Blancos, Nandaime, Diriomo, Diria y Granada.
De repente, Masaya tenía otros 6,000hombres y mujeres, comprometidos
todos en la lucha de ¡Patria Libre o Morir!, ¡Patria o Muerte,
Venceros!, hasta derrocar o demoler a la dictadura somocista genocida.
Era un refuerzo extraordinario para fortalecer la defensa de la Ciudad de
Masaya, pero a la vez una enorme carga en comida y seguridad para los jefes
guerrilleros, combatientes populares, Colaboradores Históricos y para el
Estado Mayor del Frente Sandinista en Masaya.
Róger “Aniceto” Cabezas, uno de los combatientes populares
de Managua, fue nombrado jefe de orden de los
replegados en el edificio y patio del
Instituto La Salle o Don Bosco.
Los hermanos Cairo, Tobías y Ariel
Jiménez y Raúl Cordón, combatientes populares de Bello
Horizonte (Managua), fueron ubicados como auxiliares del Estado Mayor General del Frente
Interno y del Estado Mayor d Managua, en Monimbó.
El mismo Raúl Cordón se convirtió, inmediatamente
después de nuestra llegada, en uno de los responsables de una de las
carceles en que se metían a los guardias genocidas y
“orejas” asesinos capturados por combatientes revolucionarios en
Masaya.
*Columnas perdidas
La columna jefeada por el Comandante Carlos Núñez Téllez
llegó a Masaya el mismo 29, un poco después de las dos de la
mañana, debido a que tuvieron que hacer una gran vuelta por el lado Sur
de la Laguna de Masaya, como yendo hacia los Pueblos Blancos o Brujos, o hacia
Masatepe.
Para evadir a la guardia genocida en El Coyotepe, habían tomado un
camino al Este de Ticuantepe, que los condujo a salir por detras del Cerro
Ventarrón y de los crateres delVolcan Masaya.
Al terminar el mítin mencionado, me enteré de que una columna de
mas de 100 compañeros, hombres y mujeres, entre combatientes
populares, milicianos, replegados civiles y heridos, jefeados por Juan
“Bernardino” Cruz, mi antiguo compañero de trabajo en el
Diario LA PRENSA, se habían extraviado al Oeste del Complejo del
Volcan Masaya, en el Cerro Ventarrón, y de la Laguna de Masaya.
Juan Cruz me contó después que a esta columna le tocó ir
lidiando con una cantidad cercana a 30 heridos. “Fuimos bombardeado casi
toda la tarde del 28, porque los pilotos y
guardias genocidas del Cerro del Coyotepe nos
detectaron entre el colchón de piedra quemada, cercana a los
crateres del
Volcan Masaya”, me contó Juan Cruz.
A la hora del aguacero del día anterior, en la tardecita, en la
oscurana, se extraviaron, desligandose de toda la columna de retaguardia
que jefeaba el Comandante Carlos Núñez Téllez, jefe de los
Estados Mayores del Frente Interno del Frente Sandinista en Managua, Masaya y
Carazo.
Por el extravío por el lado del
Cerro Ventarrón, tuvieron que ir a dar una vuelta mas larga, por
el lado del Balneario de “Venecia”, al Suroeste de la Laguna de
Masaya.
En se trayecto hacia “Venecia” se encontraron otros 15 heridos y un
grupo de combatientes populares, todos de Managua,
miembros del
Repliegue Tactico de Managua a Masaya.
Una familia campesina de “Venecia”, identificada con la causa
sandinista, les dio donde acampar en un patio. Les hicieron comida, les dieron
agua y les ayudaron a curar los heridos.
Allí mismo encontraron,dichosamente, a un combatiente popular de Masaya,
que les sirvió de guía el 29 de junio en la mañana.
Al salir de allí de “Venecia”, con el guía al frente,
tomaron el camino hacia Masatepe, entre zanjones y subidas, poblado de
arboledas frutales como mangos, guayabas, nísperos, naranjas,
guanabanas, zapotes, de las cuales iban tomando para comer.
En ese camino, según me relató Juan José “Bernardino”
Cruz, se hallaron un saco de municiones de Fal.
Tomando precauciones extremadas, cargando los heridos, finalmente giraron por
un camino carretero hacia Masaya.
Llegaron casi a las dos de la tarde del
28 de junio al casco urbano de Masaya, por el lado de Monimbó.
En el caso de la columna del Comandante Guerrillero Ramón
“Nacho” Cabrales, en la cual iban Mayra “121”
Gonzalez, los hermanos Ariel, Tobías y Cairo Jiménez y
Alfredo Marenco, entre otros, llegaron a Masaya a eso de las nueve de la mañana
del 28 de junio de 1979, es decir, al siguiente día de nuestra salida de
la Calle de la Clínica Don Bosco, en el hoy Barrio Venezuela, en
Managua.
“Vistes que logramos engañar a esos guardias hijos de puta. Te
aseguro que hay desconcierto en la guardia genocida. Vamos por su
demolición definitiva. Desde aquí terminaremos de
“noquearlos”, me comentó Cairo Jiménez, uno de los
integrantes de la Columna del
Repliegue de Managua a Masaya, jefeada por Ramón “Nacho”
Cabrales.
El relato que me dieron es que “Nacho” Cabrales, jefe guerrillero
audaz y rapido, le imprimió paso acelerado a su columna del
Repliegue Tactico de Managua a Masaya, y tomaron un rumbo quea las siete
de la mañana del 28 los colocó en el Puente de Ticuantepe,
entrada del poblado de Ticuantepe, en la Carretera Managua-Masaya-Granada.
Puestos allí, urdieron un plan audaz.
Vistieron como
campesina a Mayra “121” Gonzalez. Ella misma se
dedicó a “pedir raid”, y al mismo tiempo usaron las armas,
hasta conseguir apoderarse de un autobús de pasajeros, varios camiones,
una camioneta y varios automóviles.
Llevaban también unos 20 heridos. A estos los subieron en los
automóviles. Los jefes guerrilleros, combatientes populares y civiles se
acomodaron apiñados en los camiones. ¡Qué audacia y
qué suerte tuvieron!, dijimos nosotros después en Masaya.
La caravana de vehículos arrancó rauda y recorrió los 17
kilómetros que la separaban de la entrada al Reparto San Carlos, por
donde lograron pasar a la derecha, bordeando el lado Este de la Laguna d
Masaya, ¡y entraron a Masaya antes de las nueve de la mañana!
Dichosamente la guardia somocista genocida no se había enterado de la
marcha del
Repliegue Tactico de Managua a Masaya, y de todas maneras guardias y
pilotos criminales ya estaban concentrados en sus sospechas de que al Norte de
Piedra Quemada se movía gente “extraña”.
Los heridos de las tres columnas del
Repliegue Tactico de Managua a Masaya fueron, todos, ubicados en el
Hospital de Masaya, incluyendo a Francisco “Chico Garand”
Guzman Fonseca. Este Hospital estaba ya en manos del Frente Sandinista de Liberación
Nacional. Allí fui a donar sangre varias veces, para salvar vidas de los
combatientes populares heridos.
Replegadosperdidos
Esa mañana del 29 fue alegrísima
y triste al mismo tiempo, pues reflexionabamos sobre estar vivos, pero
lamentando la caída o muerte de compañeros valiosos en el camino del Repliegue
Tactico de Managua a Masaya.
Pasamos, formados en columnas ordenadas, al Barrio San Miguel, donde nos dieron
de comer un pedacito de carne, “gallo pinto”, café con leche
caliente y tortillas calientes.
Fue triste porque muchos de los replegados comenzaron a preguntar por
familiares suyos, integrados en el Repliegue a Masaya, pero que no
habían llegado con nosotros.
Efectivamente, por ejemplo, mis hermanos Mauricio y Leopoldo no llegaron. Unos
tres días después me mandaron un mensaje desde Tipitapa,
informandome que en el mismo desfiladero de la Laguna de Masaya se
extraviaron y tuvieron que “jugarsela” entre milpas y
bosques ralos, y se fueron a Tipitapa, donde “Chepita” tiene
familiares.
El 30 de junio supimos que los combatientes populares Salvador
“Iguana” Oporta y Carlos “Aguja” Cuadra
Rodríguez, replegados, fueron capturados por guardias somocistas
genocidas cuando andaban perdidos en las cercanías de “La
Barranca”.
Ambos fueron llevados a la cima de El Coyotepe, donde los torturaron, los
obligaron a cavar zanjas para sepultar ciudadanos asesinados y también
soldados caídos en emboscadas y en combate. Lograron salir de
allí hasta que los guardias huyeron de la Fortaleza de El Coyotepe el 19
de julio de 1979, en la madrugada.
*Masaya semidestruida
*Roberto Gonzalez Rocha
*Bombardeos constantes desde El Coyotepe
Ya dije que allí en Don Bosconos encontramos a Roberto Gonzalez
Rocha, periodista famoso, promotor de espectaculos artísticos del “Toro
Venado” en Masaya, integrado a la Insurrección Sandinista y
liberación de Masaya.
Gonzalez Rocha era, al mismo tiempo, corresponsal del Diario LA PRENSA en Masaya, y
teníamos amistad por asuntos profesionales, por vinculación
laboral y por andar profesando las mismas ideas sandinistas en relación
a la lucha para demoler a la tiranía somocista genocida.
“Comé y después nos vamos a la calle. Te voy a mostrar
cómo los guardias somocistas han destruido Masaya con bombardeo
incesante, cañonazos y ametrallamientos desde la cima del Cerro
Coyotepe, desde lo alto de la Fabrica INCA y desde los muros de la
Hielera”, me contó e invitó Roberto Gonzalez Rocha,
quien poco después se convirtió en el primer Alcalde, o jefe de
la Junta de Reconstrucción, de la Revolución Popular Sandinista,
nombrado o elegido o aclamado en medio de la Insurrección Rebelde, en la
Masaya liberada.
Efectivamente, la “Ciudad de las Flores”
tenía huecos y charnelazos por todos lados, debido a los bombardeos
constantes.
El Estado Mayor del FSLN guerrillero en Masaya, jefeado por Hilario
Sanchez, Ramón “Macaco” Moncada Colindres y Alma Luby
Morales, con sus jefes guerrilleros, combatientes populares y milicianos
habían puesto en fuga a toda la soldadesca somocista genocida, la cual
fue desalojada del Comando GN, al mando del general Fermín Meneses
Cantarero, y se llevaron como rehenes a todos los presos sandinistas y
opositores hacia la Fortaleza de El Coyotepe.
Mientrascaminabamos, mas o menos a las ocho de la mañana
del 29 de junio, hacia el Norte, buscando la Fortaleza de El Coyotepe y la
Carretera Managua-Masaya-Granada, podíamos escuchar los silbidos
característicos de los morteros desplazandose en el aire y
explotando hacia el Sur de la “Ciudad de Las Flores”.
Los morteros y cañonazos eran lanzados en forma de abanico, es decir,
comenzaban los disparos en el lado Oeste (Reparto San Carlos, en la orilla de
la Laguna de Masaya) y terminaban en el Este, como quien va hacia “Los
Sabogales”.
Se respiraba un olor o tufo intenso a pólvora, a gasolina y a quemado,
debido a los bombardeos constantes.
En la mayoría de las casas, ademas, habían refugios
antiaéreos y antibalas, debido a esta criminal de la Guardia Nacional
somocista.
Cuando caminabamos por los cuatro costados de Masaya, calle por calle,
Barrios por Barrio, Roberto me confió: “Todas las fuerzas
replegadas de Managua van a ser ubicadas en distintos lugares de Masaya, con el
fin de que si hay una agresión de la guardia, no vayan a salir heridos o
muertos todos”.
“Ademas –añadió Roberto—van a
seleccionar inmediatamente a los mejores combatientes, como a los élites
en el arte militar, que van a los operativos de liberación de los
Pueblos Blancos, de Masatepe, de Diriamba, de Jinotepe, San Marcos, Nandaime,
Diria y Diriomo, y finalmente iran al asalto de la Ciudad de
Granada. El resto, van a cumplir tareas de combates aquí en la Ciudad de
Masaya, para intentar desalojar a los guardias genocidas del Coyotepe, de la
Fabrica INCA, del Comando de LaBarranca y de la Hielera”.
“Hay otra gente que va a ser destinada a fabricar lanzamorteros caseros, bombas de
contacto y explosivos de todo tipo, para los mismos fines. Esto último
se hara mayoritariamente en Monimbó y en San Miguel”,
apuntó Roberto Gonzalez Rocha, mientas seguíamos
caminando.
Uno de los sitios mas importantes para fabricar o cocinar la comida
todos los días, para los replegados de Managua,
sera el Barrio San Miguel o “Barrio Loco, como le dicen, me informó
Gonzalez Rocha.
“A mí me dijeron que vos te podés quedar alojado en mi casa
y en la casa de Roberto Vega”, me anunció Gonzalez Rocha
Esa mañana fuimos hasta las barricadas, pozos tiradores y trincheras de
combate frente a la Fabrica INCA y frente a la Hielera, situadas ambas
al otro lado de la Carretera ya mencionada.
Allí encontramos, supervisando las acciones militares contra la guardia
genocida, a los Comandantes William Ramírez Solórzano, a la
Comandante Mónica Baltodano Marcenaros y la Comandante
“Cero”, Alma Luby Morales, miembro del Estado Mayor del Frente
Interno de Masaya.
Morterazos y rocketazos, lanzados desde El Coyotepe y de los techos de la INCA,
nos caían a pocos metros y centímetros de las trincheras de
combate.
Cuando ya salíamos de allí, empezaron a silbarnos las balas cerca
de la cabeza. “Son francotiradores somocistas
disparandonos…vamos a tener que ir a rastras todo el trayecto de
unas tres cuadras, hasta que logremos una esquina de calle”, me
advirtió Gonzalez Rocha.
Ya estaba acostumbrado yo a este trajinar mortal en Managua, para evadirfrancotiradores.
Al salir de este trance de los francotiradores, enderezamos hacia el Hospital
de Masaya. Cuando íbamos llegando, pudimos ver decenas de carretones de
mano, empujados por ciudadanos masayenses, con heridos y mutilados dentro,
debido al horrible bombardeo, constante, que mantenían los somocistas
genocidas sobre la “Ciudad de las Flores”.
Ese mismo día 29 de junio me comunicaron que yo quedaría con
Roberto Gonzalez Rocha en misión de recuperar armas y municiones
de todo tipo, en la Ciudad de Masaya, especialmente en casas de somocistas y de
gente que decía “no me meto en nada”.
Ese mismo día acordamos pedir ayuda en Laboratorios Fotograficos
para revelar las películas con las fotos que había tomado yo en
la Insurrección Sandinista en Managua y en Repliegue Tactico de
Managua a Masaya.
Ese día 29 escuché en la Radio Difusora Nacional de Nicaragua
(radio del Estado somocista genocida) que Anastasio Somoza Debayle y el alto
mando de la Guardia Nacional anunciaban la realización de “una
operación limpieza en Masaya”.
Como ya dije en otra parte de este libro,
“operación limpieza” significa iniciar una gran matanza en
cualquiera de las ciudades o pueblos del
país, incluyendo encarcelamientos, fusilamientos, robos generalizados
por donde los guardias somocistas genocidas iban pasando.
“No te preocupés. Aquí no se meten. Mas bien
salieron huyendo del
cuartel que tenían y se encuevaron en la Fortaleza de El
Coyotepe”, me comentó Roberto Gonzalez Rocha.
“Inclusive, de forma inmediata con los jefes guerrilleros y combatientes
popularesvenidos de Managua, los replegados, van a reforzar la defensa de la
Ciudad de Masaya por los cuatros costados, especialmente frente al Coyotepe,
frente a la INCA y frente a la Hielera, con el fin de mantener “a
raya” allí a los guardias genocidas”, añadió
Gonzalez Rocha.
Cuando volvimos al Colegio de La Salle o Don Bosco, ya habían reubicado
a por lo menos la mitad de los y las replegados de Managua, en diferentes vecindarios o sitios,
en los cuales se construyeron refugios antiaéreos, para que no les
fuesen a caer encima las bombas que estaban lanzando desde El Coyotepe.
Pude ver, al medio día, una fila enorme de replegados de Managua, esperando la
comida en el “Comedor Guerrillero” de San Miguel.
Al mismo tiempo, llegaban escuadras de hombres y mujeres, también de los
replegados de Managua, con carretones de mano, también a traer la comida
para su grupo, ubicado en alguno de los sitios que dije.
“Hagamos fila de una vez, comemos y después nos ponemos a trabajar
en la misión de recuperación de armas, que nos dieron”,
expresó Gonzalez Rocha.
Era un verdadero festín. En el plato de comida había un pedazo de
carne, guiso de pipianes, frijolitos fritos, un trozo de queso, y el refresco
respectivo en una bolsa plastica.
El almuerzo lo fuimos a comer a la casa de Roberto Gonzalez Rocha, la
cual tenía hoyos en el techo y perforaciones en las paredes frontales,
debido a los bombazos tirados desde El Coyotepe.
Roberto se mostró confiado en que no nos cayera un mortero mientras
estabamos comiendo.
Me puso al día sobre los combates libertariosen Masaya y de cómo
habían sido vencidos los guardias,
Cómo se le prendió fuego a la sede del Comando de la Guardia Nacional genocida,
de cómo huyeron los sicarios somocistas con rehenes para encuevarse en
El Coyotepe. Sobre el heroísmo de los combatientes en Masaya, dirigidos
todos por Hilario Sanchez, Ramón “Macaco” Moncada
Colindres y Alma Luby Morales.
Gonzalez Rocha me mostró su refugio antiaéreo y antibalas,
construido en el patio de su vivienda. Lo había rodeado de piedras
canteras, para que fuese mas resistente.
“Aquí dormimos mi familia y yo. Nos metemos dentro cuando el
bombardeo es muy intenso hacia esta zona de Masaya”, indicó.
*Estados Mayores planifican el derrumbe final de tiranía
Ese mismo día se reunieron: el Estado Mayor General del Frente Interno,
el Estado Mayor de Managua, el Estado Mayor de Carazo y el Estado Mayor de
Masaya, todos jefeados ahora por el Comandante Carlos Núñez
Téllez, con el fin de examinar la situación militar general en
Nicaragua, la particular de Masaya, la del Frente Oriental Carlos Roberto
Huembes, encabezado por el Comandante Luis Carrión Cruz; y de
cómo organizarían las ofensivas militares para el asalto o liberación
definitiva de:
Los Pueblos y Masatepe (Masaya), San Marcos, Diriamba y Jinotepe (Departamento
de Carazo), Nandaime, Diriomo y Diria (Departamento de Granada) y la
Ciudad de Granada o “gran sultana”, profundamente conservadora y
contraria a movimientos políticos revolucionarios liberadores como el
Sandinista.
Efectivamente, los tres Estados Mayores dispusieron reforzar Masaya,con el fin
de tener neutralizada a la guardia somocista en El Coyotepe, la INCA y la
Hielera, y si era posible, sacarlos a punta de balazos de esos tres lugares,
porque estaban causando destrozos en Ciudad de Masaya, tanto a seres humanos
como en las viviendas, edificios públicos, en los parques, calles,
escuelas, Colegios, centros culturales, arboles y animales de todo tipo.
Los Estados Mayores acordaron asimismo organizar a los replegados de Managua,
para la defensa de Masaya y comenzar los asaltos a las Ciudades de Jinotepe,
Diriamba, San Marcos, Masatepe, Nandaime, Diriomo y Diria.
Según lo acordado, “en base a lo anterior, los mandos reunidos
deciden: primero, fortalecer la defensa periférica de la ciudad
(Masaya), desde el Tip-Top hasta la Planta Eléctrica, situada en la
Carretera a Granada, con varias unidades militares bajo el mando de los
Comandantes César Augusto Silva (caído en combate en días
posteriores) y Marcos Somarriba; segundo, realizar todo un trabajo de
organización, educación y movilización de la Ciudad para
fortalecer la defensa, crear los órganos de poder (Junta de Gobierno
Municipal y Tribunales Militares) y proceder a la administración de los
bienes confiscados al somocismo; tercero, reactivar en la medida de lo posible
el Mercado y la producción; y cuarto, imponer paulatinamente el orden
revolucionario en la Ciudad tomada, suprimiendo la anarquía y el saqueo.
Estas última tareas se le encomiendan a los compañeros Julio
López Campos, Glenda Monterrey, Lea Guido, Moisés Hassan Morales
y Marcos Valle.
Sigue el acuerdo de losEstados Mayores: “Cortar el abastecimiento del ejército
somocista hacia el Frente Sur “Benjamín Zeledón
Rodríguez”, asegurando la toma de Diriamba y liberando en su
totalidad el Departamento de Carazo. De esa forma, a la vez consolidamos
nuestras posiciones, el enemigo sera bloqueado al cortarse la
posibilidad de utilizar las vías de comunicación de la Carretera
Sur; con ese movimiento no solamente se logra un mayor aislamiento de sus
fuerzas en el Frente Sur, sino también la comunicación con su
centro de operaciones, ubicado en la Ciudad de Granada. Esta decisión
tiene como
objetivo la toma de Jinotepe en todos sus aspectos.
Continúa: El cumplimiento del
objetivo anterior tenía que lograrse sin debilitar la defensa de la
Ciudad de Masaya. Por consiguiente, al ratificar los mandos en la
reunión mencionada, se tomó la decisión de seguir encomendado
al Comandante Hilario Sanchez la Plaza de Masaya, mientras al Estado
Mayor de Managua se le encomendaba la misión de planear la toma de
Jinotepe, convirtiendo a las fuerzas llegadas de Managua en una impresionante
fuerza móvil, con suficiente capacidad, de rapido desplazamiento
y un extraordinario espíritu ofensivo. Es así cómo un
primer experimento –caso de la Liebre—cuyo laboratorio en Managua,
ampliado con la creación de la Columna Móvil “Oscar
Pérez Cassar, adquiere una dimensión gigantesca con la
creación de ocho pelotones de combatientes selectos que posteriormente
se denominaría “Batallón Móvil Rolando
Orozco”.
Final de los acuerdos de los Estados Mayores: “Tener como siguiente
objetivo –una vezliberado Jinotepe, iniciada la organización de la
población, descansando brevemente los combatientes, organizada la
logística militar y elaborado el recuento de la victoria--, la toma del
Departamento de Granada, para cortar de una vez por todas las posibilidades del
enemigo de seguir fortaleciendo a sus tropas en el Frente Sur”.(Es decir,
en Rivas).
De ese modo, quedaba hecho el Plan de fortalecimiento de la defensa y
ampliación del círculo militar ofensivo, para impedir, eliminar
cualquier posibilidad de que los guardias somocistas genocidas (“perros”,
“bestias”, “esbirros”, “asesinos crueles”,
les decía la población) pueda retomar ni una sola pulgada del
territorio urbano de Masaya, del cual habían salido derrotados, huyendo
y con rehenes hacia la Fortaleza de El Coyotepe.
Ese día 29 de junio descansaron los replegados de Managua, especialmente los jefes
guerrilleros, combatientes populares y milicianos.
Preparativos para fortalecer defensa de Masaya
Hablando con algunos jefes militares insurreccionales de Masaya, me
informé de que ya estaba tomada la decisión de que Roberto
Gonzalez Rocha sería designado jefe de la Junta de
Reconstrucción de Masaya. Sería ésta, la primera Junta de
Reconstrucción del
régimen revolucionario sandinista, establecida en Masaya.
Los otros miembros de la Junta serían: Luis Santiago Palacios,
Elías López, Constantino Tapia y Róger Rodríguez.
Cayó la noche. No había luz, el agua potable escaseaba y los
teléfonos no funcionaban, igual que en Managua, pues el régimen
somocista genocida, de “perros”,
“bestias”,“esbirros”, asesinos, “orejas”
despreciables, “jueces de mesta criminales” y ladrones,
habían mandado a suspender los teléfonos también.
Casi al mismo tiempo en que caía la noche, también arreciaron los
morterazos y ametrallamientos sobre las viviendas de Masaya, provenientes de la
elevación del Cerro Coyotepe.
Cada estruendo o explosión significaba una o varias vidas asesinadas o
heridas, o una casa destruida.
Fuimos al comedor colectivo o de combatientes en San Miguel. “Pediremos
un poco de comida”, me dijo Roberto Gonzalez Rocha.
También fuimos a buscar agua donde un vecino que tenía pozo en su
patio.
Gonzalez Rocha tendió dos hamacas a la orilla de muros de su
casa, de tal manera que los muros eran como el frente hacia el lado del
Coyotepe.
“Durmamos aquí. Espero no nos caigan directamente los morteros que
estan tirando del Coyote”, expresó.
A pesar de estar cansado profundamente, dormí poco, porque eran
constantes las explosiones en distintos rumbos de la Ciudad de Masaya.
Temía que una de esas bombas cayera donde estabamos durmiendo en
aquellas hamacas.
Muy de mañana, Gonzalez Rocha y yo fuimos al comedor de San
Miguel. Eran las seis y media.
Allí estaban una parte de los replegados de Managua, con carretillas de
mano, buscando la comida de todos sus compañeros y compañeras.
Andaban apresurados. El Estado Mayor de Managua los esperaba a las siete y
media de la mañana, para formar las escuadras y pelotones móviles
para mantener “a raya” a los guardias somocistas genocidas,
encuevados en El Coyotepe, la INCA y la Hielera deSanta Rosa.
Ademas, esas escuadras y pelotones tendrían como objetivos
también ampliar el anillo de fuego militar en contra de estos
“esbirros” genocidas, y si era posible expulsarlos de estos tres
lugares.
Se formaron las escuadras y pelotones al mando de César Augusto Silva,
combatiente sencillo, brillante en la dirección de combates, y quien
cayera poco después; y Marcos Somarriba.
Estas escuadras y pelotones móviles ya habían funcionado en
Managua, y eran las que habían vencido una y otra vez a la enorme
cantidad de soldadesca criminal del somocismo genocida en la Capital
nicaragüense.
Ademas, ese mismo día en la mañana se armó un
equipo especializado, de jefes guerrilleros, combatientes populares y civiles
de Managua, para fabricar armas caseras, desde bombas de contacto,
lanzamorteros “hechizos” y “reconstrucción” de
balas para los fusiles, escopetas y armas deportivas.
Esta armería y fabrica de municiones se instaló en las
cercanías de la Iglesia Magdalena, en Monimbó.
“Elaboremos un plan para la misión de recuperar armas y
municiones. Vamos a comenzar inmediatamente. No hay tiempo que perder”,
me advirtió Gonzalez Rocha cuando ya terminabamos de
ingerir la comidita que habíamos conseguido en el comedor guerrillero de
San Miguel.
Roberto conocía Masaya como sus manos. Yo conocía poco.
Elaboramos un plan en base a la gente que él conocía que
tenía armas diversas.
Salimos a las calles de Masaya, con la finalidad del “recupere de
armas”, a las nueve de la mañana.
Para entonces, ya se escuchaba la fiesta de bombazos y balazosque se
tenían los jefes guerrilleros y combatientes populares de Managua en
contra de los guardias somocistas genocidas, encuevados en la INCA y en la
Hielera de Santa Rosa.
En conjunto, combatientes populares de Masaya y Managua les lanzaron a los
guardias somocistas genocidas, un diluvio de bombas de contacto por encima de
los muros de la Fabrica INCA (clavos y alambres) y de la Hielera de
Santa Rosa.
Esta contraofensiva contundente, sin parar, tenía como objetivo inmovilizarlos
en sus cuevas, darles una muestra de que si salían de sus escondites,
sencillamente serían barridos por los pelotones móviles de
combatientes populares y jefes guerrilleros, llegados de Managua.
Mientras tanto, para desorientar a la población e intentos de
“moralizar” a sus tropas desmoralizadas, por medio de la Radio
Difusora Nacional (del Estado somocista genocida), sus periodistas y locutores
decían que el FSLN guerrillero, insurreccionado, habían
abandonado Managua, que habíamos huido a Masaya.
Estaban retorciendo la verdad una vez mas, para consolarse, pues casi al
mismo tiempo decían que los “sandino-comunistas-terroristas”
atacaban a la “invicta” Guardia Nacional en El Coyotepe.
Y en pocas horas tendríamos encima una ofensiva militar descomunal que
los obligaría a salir huyendo de todos los Comandos GN genocidas de
Carazo, del mismo Departamento de Masaya y del Departamento de Granada.
Roberto Gonzalez Rocha (ya fallecido), periodista, fotógrafo,
promotor de espectaculos artísticos y del “Toro
Venado” burlón), era hombre muy conocido y conocedor de
Masaya.Cuando andabamos dedicados al “recupere” de armas y
municiones, todo mundo lo recibía amistosamente. “Al terminar la
guerra, me la devolvés, oístes, Roberto”, era el pedimento
de alguna gente.
“Recuperamos” mas de 20 armas cortas y muchas municiones ese
día.
Comienza plan de asalto a Jinotepe
Llegó el día 1 de julio. Los combates arreciaron contra la
guardia encuevada en el lado Norte de Masaya.
Gonzalez Rocha y yo fuimos temprano hacia la INCA y la Hielera, al
momento en que un nutrido grupo de combatientes populares, replegados y de
Masaya, jefeados por César Augusto Silva y Marcos Somarriba, lanzaban
una lluvia de bombas de contacto y granadas de fragmentación a los
guardias somocistas genocidas, por encima del muro de la INCA.
Los soldados o “esbirros” somocistas se vieron obligados a
retroceder, pero al mismo tiempo se desató un mortero feroz desde la
cumbre del Coyotepe en contra de la Ciudad de las Flores y de los combatientes
populares, cercanos al muro, a los cuales, por supuesto, no les hacían
nada porque ya tenían todo preparado.
Ese mismo día, supe, se habían reunido en Masaya el Estado Mayor
General (Carlos Núñez Téllez, William Ramírez
Solórzano y Joaquín Cuadra Lacayo) con los Estados Mayores de
Managua, de Masaya y de Carazo, para planificar el asalto armado a Jinotepe,
San Marcos y completar el dominio sandinista sobre Diriamba.
Los jefes del Estado Mayor de Carazo eran los compañeros César
“Alí” Delgadillo y Noel “Oscar” Escobar.
Ya estaba tomada Diriamba por parte del Frente Sandinista, pero su
situación eradébil.
Ademas, la toma de Diriamba se mantenía como “un equilibrio
de fuerzas” entre el mando insurrecto revolucionario en Diriamba y el
Comando militar genocida de la Guardia Nacional somocista, encabezada por el
coronel Rafael Lola.
Los Estados Mayores (General) y de Managua, Masaya y Carazo, consideraron que
esta situación debía resolverse de inmediato, pues se
debía pasar a la ofensiva estratégica, porque esa era una de las
misiones fundamentales del movimiento del Repliegue Tactico de Managua a
Masaya.
Esta ofensiva estratégica debía ser potente, audaz,
rapida, con un poder de fuego sólido, con destreza militar de
primera, capaces de golpear mortalmente al enemigo y desalojarlos sin
contemplaciones de sus cuarteles.
Se decidió, entonces, formar ocho pelotones con combatientes populares y
jefes guerrilleros seleccionados, para integrar el Batallón
Móvil, hasta una cantidad aproximada de 300 hombres, de los mas
fogueados, los mas diestros en el manejo de estrategias militares y en
la conducción de los combates móviles contra la guardias genocida
somocista, según la experiencia puesta en practica en la Zona
Oriental de Managua, “donde esta el corazón del enemigo”.
Entre los jefes guerrilleros selectos de este grupo de combatientes replegados
de Managua y Masaya, estaban Rolando “Cara Manchada” Orozco y Justo
Rufino Garay, ambos audaces, valientes, diestros, maestros y fieros en los
combates en contra de la guardia somocista genocida en Managua.
También iba entre ellos Alejandro “Comandante Huesito”
Mairena Obando.
Se elaboró elplan de asalto a Jinotepe, el cual incluía el uso de
varios camiones, rutas clandestinas para no ser detectados por los enemigos,
moverse de noche y de madrugada, y caerle a Jinotepe cuando todavía
fuese de madrugada.
En esa reunión de los cuatro Estados Mayores del FSLN: General, de
Managua, de Masaya y de Carazo, se emitieron una serie de instructivas para
guardar la disciplina en toda la tropa insurrecta, reiniciar entrenamientos
militares cada vez mas profundos, mantener la moral elevada en estas
tropas populares, propagar con megafonos, altoparlantes y
periódicos chiquitos las orientaciones propagandísticas hacia la
población civil en general; organizar la búsqueda de materiales
de todo tipo para la fabricación de armas, municiones y bombas caseras;
mejorar la búsqueda de alimentos para todos los combatientes de Managua,
Masaya y Carazo, administrar los bienes públicos de la Ciudad de Masaya
y meterse, inclusive, a producir aquellos alimentos necesarios y que no los
hubiere a la mano.
Toma posesión Junta de Reconstrucción d Masaya
Se iniciaron de inmediato la aplicación de las instructivas militares de
los cuatro Estados Mayores mencionados.
Recuerdo yo que ese mismo día los Comités de Defensa Civil (CDC)
se transformaron en Comités de Defensa Sandinistas (CDS), con la
finalidad de organizar la vigilancia revolucionaria en Masaya, y de ese modo
controlar a los enemigos somocistas, especialmente a los “orejas”,
“jueces de mesta” y a los mismos guardias infiltrados.
La verdad es que no recuerdo, eso sí, si fue ese mismo día que
tomóposesión la Junta de Reconstrucción de Masaya, a cuyos
miembros designados por los Estados Mayores del FSLN presentó
Moisés Hassan Morales, quien después del Triunfo de la
Revolución sería miembro de la Junta de Reconstrucción
Nacional.
La Junta de Reconstrucción de Masaya fue la primera Junta integrada en
la Nicaragua liberada.
Los miembros de la Junta eran:
Roberto Gonzalez Rocha, Constantino Tapia, Elías López,
Luis Santiago Palacios y Róger Rodríguez.
Los cuatro pasaron a administrar los bienes públicos de la Ciudad de las
Flores, lo cual se hizo público mediante megafonos, altoparlantes
y volantes o periodiquitos del FSLN en Masaya.
La toma de posesión de la Junta fue ante una gran asamblea de varios
miles de pobladores y combatientes populares, en los patios de Don Bosco.
Fue alegrísimo. Lleno de vítores, de abrazos, felicitaciones, y
de comentarios de que por fin, después de 45 años de genocidio
somocista, ya no serían los Alcaldes ni guardias, ni
“orejas”, ni “jueces de mesta”, ni los serviles
arrastrados y ladrones del Partido Liberal Nacionalista.
El discurso de apertura de la asamblea lo hizo el Comandante Hilario
Sanchez, jefe del Estado Mayor de Masaya y quien fuera uno de los
integrantes del Comando Juan José Quezada para el Asalto a la Casa de
“Chema” Castillo Quant en diciembre de 1974.
Moisés Hassan Morales, de la Comisión Política del Estado
Mayor de Managua, hizo la juramentación pública.
Estabamos en esa actividad jubilosa en la calle, cuando se
escuchó que encima de nosotros había ya varios
helicópteros paradescargar su carga mortal de bombas de 500 y mil
libras.
Efectivamente, soltaron centenares de bombas de 500 libras e incendiarias sobre
la “Ciudad de las Flores, y en poquísimo tiempo habían no
menos de 50 incendios en toda Masaya.
Una de las bombas de 1,000 libras cayó sobre un conjunto de casitas de
madera, situadas en el costado Norte de la Iglesia San Jerónimo. La
explosión hizo millones de pedazos a las casitas mencionadas.
Dentro de ellas habían alrededor de 60 combatientes populares replegados
de Managua y de Masaya, 13 de los cuales murieron por los charnelazos y unos 20
resultaron heridos.
Así actuaban los guardias somocistas genocidas. Huían y
después usaban estos medios aéreos para matar mas gente,
mas nicaragüenses. Hasta este momento se afirmaba que habían
matado a 50,000 nicaragüenses en 45 años de dictadura sangrienta.
Asalto a Jinotepe cambia correlación de fuerzas militares
El Batallón Móvil, de ocho pelotones, con 300 combatientes y
jefes guerrilleros, estuvo listo el de julio en la tarde.
Salió las once de la noche, por rutas clandestinas, para estar en
Diriamba a eso de las tres de la mañana del 4 de julio de 1979.
La orden militar de los cuatro Estados Mayores insurrectos era que esa fuerza
militar móvil de 300 jefes guerrilleros y combatientes populares
selectos se lanzarían con el elevadísimo espíritu ofensivo,
sin retroceder un milímetro; irían con fuego nutrido de
ametralladoras, lanzamorteros, fusilería, bombas de contacto y de
fragmentación; lo harían como un arma que van sin retroceso, sin
detenerse aconstruir barricadas, en un solo empujón, para sorprender y
llenar de panico a los guardias somocistas genocidas, como ya
había ocurrido en Managua con los pelotones móviles de cazaperros
y francotiradores
Y de ese tipo de combatientes eran Rolando “Cara Manchada” Orozco y
Justo Rufino Garay y el Alejandro “Comandante Huesito” Mairena
Obando, por ejemplo.
El Comando GN genocida de Jinotepe, jefeado por el coronel Rafael Lola,
tenía unos 400 soldados distribuidos en el comando central y 16 comandos
en toda la Ciudad, como ocurría en Managua, donde también 16
Secciones de Policía (“Sierras”, les decían).
En silencio, y aprovechando que Rafael Lola se había hecho a la idea de
que había algo así como “una tregua” de equilibrio de
fuerzas militares entre la Diriamba tomada por el Frente Sandinista y su
Jinotepe, fortificada, el Batallón Móvil de 300 combatientes
selectos de Managua, Masaya y Diriamba (ahora), se deslizaron como felinos en
el corto trayecto que separa a Diriamba de Jinotepe, el 5 de julio de 1979.
La sorpresa fue mayúscula para Rafael Lola y su banda de asesinos,
ubicados en el Comando central y en las 16 guarniciones en toda la Ciudad.
A las siete de la mañana les cayó la ofensiva sorpresiva, como
una lluvia de balas y bombazos, en los 16 cuarteles regados en Jinotepe.
Al mismo tiempo, estaban siendo atacados con fortaleza sostenida los guardias
asesinos en Masaya, en Rivas, en León y en la Managua misma, para
impedir que movilizaran tropas hacia Jinotepe.
Seguramente, estos “invictos” de la Guardia Nacional nunca
habíansentido una ofensiva militar tan nutrida. Se les lanzaban
morteros, el Batallón Móvil se movía con ametralladoras
calibre 30 y 50, con las cuales inutilizaron tanquetas, y los guardias salieron
corriendo, por ejemplo, de donde tenían varias ametralladoras en
torreones frente al Parque.
Al medio día, la mitad de la Ciudad de Jinotepe ya estaba en poder d
Frente Sandinista insurrecto. Unos cuarteles fueron aniquilados en combate,
otros se rindieron.
Coronel genocida huye
Durante la contienda de este día cayeron combatiendo los valiosísimos
jefes guerrilleros Rolando “Cara Manchada” Orozco, Rufino Garay y
Erick Castellón.
Cayó la noche y siguieron algunos combates. Los fogonazos de
cañonazos, morterazos y balazos, cruzaron toda la Ciudad de Jinotepe.
El coronel somocista genocida Rafael Lola, aprovechó la oscuridad para
fugarse hacia el lado de Masatepe con parte de la tropa que tenía
asignada por el alto mando de la Guardia Nacional genocida en el comando
central, o sede en que Lola estaba.
Los combates siguieron en la noche y en la madrugada del 6 de julio. Al ya
saber que su jefe Lola los había abandonado, muchos guardias se
rindieron.
Muy temprano de la mañana de ese 6 de julio, ya se sabía que la
victoria sandinista había llegado. La audacia, la destreza en el manejo
del combate, el arrojo de 300 combatientes selectos había hecho pedazos
la “invencibilidad” de la Guardia Nacional genocida en Jinotepe.
Varios de esos hombres valiosos, murieron, mientras disparaban con el
corazón y la mente llenos de patriotismo revolucionario.
Lascampanas de las Iglesias católicas de Jinotepe lanzaron sus sonidos
al viento, en anuncio de la victoria sandinista. Toda la población
salió a las calles, se abrazaron, lloraron, hicieron fiesta callejera.
Después se conoció que el alto mando de la Guardia Nacional
somocista genocida tenía planeado lanzar una ofensiva gigantesca,
precisamente el día 7 de julio de 1979, según ellos para aplastar
definitivamente al Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Sin embargo, la toma de Jinotepe les quebró los planes y al mismo tiempo
cambió definitivamente la correlación de fuerzas militares, pues
al instante también se estaba liberando San Marcos y se consolidaba la
liberación total de Diriamba. Todo Carazo era libre del somocismo
genocida, y era, realmente, el Primer Territorio completamente liberado de
fuerzas criminales de la dictadura somocista sangrienta.
Ademas, los guardias somocistas genocidas, incluyendo sus jefes
generales, coroneles, mayores y capitanes, estaban cada vez desmoralizados.
El Batallón Móvil se consolidó. Comenzó en Managua
como una escuadra llamada “La Liebre” o de “Cazaperros”
(guardias).
Ya tomado Carazo, los cuatro Estados Mayores emitieron la instructiva de pasar
a administrar los bienes públicos de estas dos ciudades, para lo cual
designaron a los primeros miembros de Juntas de Reconstrucción,
parecidas a la de Masaya.
Otra instructiva de los Estados Mayores es que de ahora en adelante el
Batallón Móvil pasaba llamarse “Batallón
Móvil Rolando Orozco”, en honor a aquel extraordinario combatiente
guerrillero, caído enlos combates de la liberación de Jinotepe.
Según las informaciones recogidas, el arrogante torturador y represor
genocida, Rafael Lola, fue visto llegar en huida a Masatepe, desmoralizados, y
de paso terminaron de desmoralizar a la tropa somocista que estaba en la Ciudad
de Masatepe, que también abandonó sus trincheras de combate.
Cae César Augusto Silva
Los cuatro Estados Mayores (General, de Managua, Masaya y Carazo) instruyeron
asimismo que se profundizaran los entrenamientos de los combatientes selectos.
También que se le dieran entrenamiento a la población civil, con
la finalidad defender los territorios ya liberados, e ir en ofensiva si era
necesario.
Por este motivo, los entrenamientos militares se hicieron masivos en Masaya,
Catarina, Niquinohomo, Nandasmo, Masatepe, San Marcos, Diriamba y Jinotepe.
Después de la toma de Jinotepe y San Marcos, los aires de victoria
antisomocista se hicieron generales.
En Masaya se acrecentaron la fabricación de armas, municiones y bombas
caseras, en un taller de torno, situado en Monimbó, cerca de la Iglesia
Magdalena.
En las cercanías de La Barranca, en Masaya, se le tendió una
emboscada a la guardia somocista, la cual tuvo 35 bajas mortales.
En revancha bombardearon sin cesar toda la Ciudad de las Flores.
En busca de realizar otra emboscada, César “Moisés”
Augusto Silva, andaba haciendo una exploración, cuando fue
“pegado” por francotiradores somocistas genocidas de El Coyotepe.
Esta caída fue realmente dolorosa, pues Silva era considerado uno de los
combatientes y jefes mas audaces,originario de las Américas IV,
en Managua.
Aterrizan aviones con municiones
No recuerdo la fecha, pero uno de los acontecimientos mas memorables fue
cuando dos aviones sandinistas aterrizaron una mañana en dos puntos
distintos: uno del Motel Las Flores hacia el Sur, en la Carretera hacia los
Pueblos Blancos; y el otro, en la Carretera Managua-Masaya-Granada, del Motel
Las Flores hacia el Oeste.
De los dos aviones se descargaron municiones. Uno de los aviones se
dañó porque la Carretera resultó muy estrecha, y
chocó con un jeeps en que andaban los miembros del Estado Mayor de
Masaya.
Les dispararon desde El Coyotepe, pero no le dieron a ninguno.
Ese día, precisamente, Masaya fue objeto, una vez mas, del
horrible y cruel bombardeo aéreo somocista.
Se aparecieron sobre el cielo de la Ciudad de las Flores, tres
helicópteros, dos aviones Push and Pull.
Cuando los aviones aparecieron en el cielo, se creyó que llegaban a
tirar bombas de 1,000 libras, lo que motivó la salida corriendo de los
arsenales de dinamita y pólvora con que se fabricaban armas y bombas
caseras. Incluso, los Comandantes Carlos Núñez Téllez y
William Ramírez salieron en estampida de uno de esos arsenales.
Los pilotos de los aviones Push and Pull sólo amagaron y se fueron.
Parecía que tenían prisa por irse a otro sitio a lanzar su carga
mortal.
Se quedaron los helicópteros, de los cuales empezaron a deslizarse
barriles de gasolina y fósforos encima de la Ciudad de Masaya.
Se calcula que ese día tiraron no menos de 200 barriles de gasolina en
toda la Ciudad de LasFlores.
Donde caían, estos barriles de gasolina y fósforo provocaban un
incendio.
La gente ya se había organizado para hacerle frente a este asunto, y de
inmediato se fueron adonde habían estallado los incendios y les ayudaban
a las familias masayenses afectadas a apagar el fuego.
Parte de los trabajos de la administración pública, de la Junta
de Reconstrucción de Masaya, coordinada por Roberto Gonzalez
Rocha, era enfrentar este asunto de los incendios, provocados por los guardias
somocistas genocidas.
A veces, yo conseguía comida, a veces no. Para bañarnos, un grupo
de compañeros nos íbamos de vez en cuando a bajar por la
“bajada de Cailagua”, para bañarnos en la Laguna de Masaya.
Alternaba mis dormidas en el patio del Colegio Don Bosco y en la casa de
Roberto Gonzalez Rocha, a quien ya poco veía porque estaba
ocupado en los asuntos de la administración pública local de
Masaya.
Cae Danilo Aguirre Aragón
Los combates e intercambios de balazos y bombazos eran asunto de todos los
días y a cada momento, entre los combatientes populares y los guardias.
Estos siempre estaban encuevados en el Cerro del Coyotepe, en La Barranca, en
la INCA y en la Hielera.
En uno de estos tiroteos cayó también Danilo Aguirre
Aragón, uno de los replegados de Managua.
Aguirre Aragón había participado en un combate en que se le
destruyó una tanqueta a los guardias somocistas genocidas en las
cercanías de La Barrancada.
Ya había terminado el combate. Danilo fue a ver de cerca cómo
había quedado la tanqueta, cuando recibió un balazo mortal,
disparado desde la cimadel Coyotepe.
Asalto a Granada
El 15 de julio, según supe, se reunieron los Estados Mayores: Estado
Mayor General del Frente Interno, Estado Mayor de Managua, Estado Mayor de
Carazo y ahora el Estado Mayor del Batallón Móvil Rolando Orozco,
para planificar el asalto militar a la Ciudad de Granada.
Ese mismo día se estaba urgiendo al Estado Mayor del Frente Oriental
“Carlos Roberto Huembes”, jefeado por el Comandante de la
Revolución Luis Carrión Cruz, que acelerara las tomas o
liberaciones de Juigalpa y Boaco, porque el Batallón Móvil
Rolando Orozco entraría en acción el 17, para liberar Granada, y
de se modo darle el golpe definitivo a la dictadura somocista genocida.
En un lugar desconocido se había reunido también la
Dirección Nacional Conjunta: Daniel Ortega Saavedra, Humberto Ortega
Saavedra, Henry Ruiz Hernandez, Carlos Núñez
Téllez, Víctor Tirado López y Tomas Borge
Martínez, sin la presencia de Bayardo arce Castaño, Jaime Weelock
Roman y Luis Carrión Cruz, debido a que estos se les
imposibilitó dejar la Dirección de los Frentes de Guerra
“Norte Carlos Fonseca Amador”, “Oriental Carlos Roberto
Huembes” y “Occidental Rigoberto López Pérez”.
La Dirección Nacional Conjunta se había reunido clandestinamente,
para acelerar el plan de derrocamiento de la dictadura somocista genocida.
Emitieron una instructiva de cinco puntos, que fue remitida por radio a todos
los Estados Mayores de los Frentes de Guerra insurreccionados en todo el
país.
Decía esa instructiva:
a) Introducir al país, cuanto antes, por la vía clandestina, a
losmiembros de la Junta de Gobierno Provisional.
b) Ordenar a las fuerzas del Frente Occidental la definición de la contienda
del Departamento de Chinandega; al Frente Interno, la toma de Granada; al
Frente Norte, la toma de Estelí; al Frente Oriental, la toma de
Juigalpa; y al Frente Sur, modificar su estrategia militar, para atacar por los
flancos a las fuerzas somocistas comandadas por Bravo, asegurando, su avance
sobre Rivas.
c) Consumados los primeros pasos, dar la orden de avance hacia la Capital a las
fuerzas sandinistas que fueran consolidando sus posiciones; es decir, que
hubieran definido a su favor la contienda.
d) Rechazar enfaticamente cualquier ampliación de la Junta de
Gobierno Provisional y ofrecer garantías plenas que, allí donde
la guardia se rindiera, serían respetados los acuerdos de
rendición, en base a los convenios internacionales de guerra.
e) Exigir a Somoza la renuncia inmediata del poder, la rendición de sus
tropas mediante llamados hechos por él mismo, ofreciéndoles las
garantías de que las vidas de los prisioneros seran respetadas si
no presentan combate.
Mientras tanto, el Batallón Móvil Rolando Orozco fue instruido de
que a las doce de la noche del 16 de julio partiría clandestinamente
hacia Granada, en varios camiones, en una operación militar
relampago, ofensiva e implacable, similar a la de Jinotepe.
Los Estados Mayores insurrectos: General, el de Managua, de Carazo, de Masaya,
del Frente Sur Benjamín Zeledón Rodríguez, en Rivas,
comandado por Ezequiel, y el Estado Mayor del Batallón Móvil
RolandoOrozco, acordaron previamente lo siguiente:
a) Lanzar el Batallón Móvil Rolando Orozco en una operación
eminentemente ofensiva, contra la Ciudad de Granada, hasta conseguir la derrota
del enemigo. Para conseguirlo, de previo debería asegurarse el
transporte y el desplazamiento de todas sus fuerzas, así como la
coordinación con el mando de Masaya, para evitar cualquier incidente o
cualquier equivocación. La noche del ataque, desde tempranas horas, el
Batallón Móvil debía estar en Masaya, y alrededor de las
doce de la noche, partir a Granada, a cumplir su misión.
b) Cortar de un solo tajo cualquier eventual retirada del enemigo, atacando en
las primeras horas del 18 de julio los Municipios de Diria y Diriomo.
Para ello, la guarnición de los lugares mencionados debería ser
reducida en el menor tiempo posible. De esta operación se encarga el
Estado Mayor de Carazo.
c) Impedir cualquier posible refuerzo proveniente de la Ciudad de Rivas,
atacando Nandaime en operación combinada con los pelotones de Carazo. De
su ejecución se encarga el Comandante Ezequiel.
d) Una vez conseguidos todos los objetivos, preparar aceleradamente todas las
condiciones para retornar a la Capital en una acción de convergencia del
Frente Occidental Rigoberto López Pérez, del Frente Norte Carlos
Fonseca Amador, del Frente Oriental Carlos Roberto Huembes y del Frente Interno
de Managua.
El Batallón Móvil Rolando Orozco se deslizó
clandestinamente, por veredas, en camiones, con unos 300 combatientes selectos
y jefes guerrilleros, entre otros: Mónica “Isabel”
BaltodanoMarcenaros, “Willy” y “Eugenio”.
Entraron raudos de madrugada a la periferia de la Ciudad de Granada. Como
felinos en ofensiva, se tendieron por los cuatro costados de la Ciudad y como
huracanes o tornados incontenibles, empezaron a barrer los retenes militares
que tenía la guardia somocista genocida, regados en las entradas y en
medio de la Ciudad de Granada.
De forma implacable, en esos retenes llovió fuego de ametralladoras
calibre 30, de fusilería y también se les lanzaban bombas de
fragmentación.
El ataque madrugador fue demoledor. Los guardias retrocedían, llenos de
panico, e iban buscando el cuartel principal de la Guardia Nacional
genocida, conocido como “La Pólvora”, donde habían
sido torturados y asesinados centenares de granadinos y nicaragüenses en
general.
Ademas de la sorpresa, jamas se imaginaron a un grupo pequeño,
de unos 300 hombres y mujeres, con tanta decisión, solidez y destreza en
el manejo del combate ofensivo, sin retroceso, desde el inicio.
Los jefes guerrilleros y combatientes populares avanzaban y avanzaban, sin
permitir descanso a los enemigos; subían techos, abrían huecos en
las paredes de casas, evadían los cañonazos de tanquetas, les
salían por los costados a los guardias somocistas genocidas, que, al fin
de cuentas, iban sólo retrocediendo, ya enloquecidos por aquella feroz
ofensiva militar guerrillera, digna de la escuela guerrillera de Sandino en las
montañas del Norte de Nicaragua.
En poco tiempo, ya en pleno día, la enorme cantidad de guardias, unos
mil quizas, iban quedando reducidos al cuartel principalde “La
Pólvora”.
La presión del fuego nutridísimo del Batallón Móvil
Rolando Orozco sorprendió también a toda la ciudadanía
granadina, mayoritariamente conservadora, sede de la oligarquía, y que
tradicionalmente no apoyaba la lucha guerrillera del Frente Sandinista.
Una de las primera en llegar a las cercanías del Comando G:N. de
“La Pólvora” fue la Comandante Mónica
“Isabel” Baltodano Marcenaros.
El Comandante Carlos Núñez Téllez contó
después que el Coronel genocida Ruiz quedó sorprendido al ver que
una mujer era una de las comandantes de la tropa revolucionaria que ya los
tenía acorralados, y sin posibilidad alguna de fugarse.
Al mismo tiempo de este combate violentísimo, relampagueante, tal como
se había planeado, eran tomados también por asalto las
guarniciones somocistas genocidas de Nandaime, Diriomo y Diria, para
impedir cualquier refuerzos a los gendarmes genocidas de Granada.
Lo mismo estaba ocurriendo con ofensivas militares revolucionarias igualmente
contundentes en Rivas, Estelí, Chinandega, Matagalpa, Juigalpa, Boaco,
Somoto, Ocotal… de manera que el fin, la agonía, le estaba
llegando a la dictadura somocista genocida, a la tiranía sangrienta de
los Somoza vendepatrias y ladrones.
El Coronel Ruiz se vio obligado a negociar su rendición y la de toda su
tropa de guardias somocistas genocidas.
Yo personalmente pude presenciar cómo la arrogancia de aquel coronel
genocida, se vino abajo, agachaba la cabeza, se hundía la gorra sobre
las narices, estaba nervioso y fumaba sin parar, como para consolarse, pues
jamas creyó queun grupo de guerrilleros y combatientes
“chapuceros”, como decían ellos, los hayan derrotado tan
vergonzosamente como ese día glorioso en Granada.
El 18 de julio ya estaba todo consumado en cuanto a la toma o liberación
de Granada, la Ciudad mayoritariamente mas reaccionaria en cuanto a la
lucha armada del Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Gato Colindres escondido
En Granada encontré a los Comandantes Carlos Núñez
Téllez, William Ramírez Solórzano, Osvaldo Lacayo,
Mónica Baltodano Marcenaros, a Glenda Monterrey, a Julio López
Campos.
El Batallón Móvil Rolando Orozco tenía totalmente
controlada y liberada la Ciudad de Granada.
Los guardias somocistas genocidas y el mismo coronel Ruiz estaba ahora presos
en las carceles en que ellos antes metían a los opositores, a lo
sandinistas, a quienes torturaban y mataban en esta tenebrosa carcel de
“La Pólvora”.
Hubo algún júbilo, pero no tanto como en Jinotepe, Diriamba, San
Marcos, Masatepe, Diriomo, Nandaime, Diria o la misma Masaya.
Poco después de la rendición de los guardias genocidas, alguien
llevó el mensaje donde el Comandante Carlos Núñez
Téllez de que el despreciable “oreja”, agente de la Oficina
de Seguridad, torturador, asesinos atroz, miembro de los “escuadrones de
la muerte” (Mano Blanca”), “Gato” Colindres, estaba
escondido, vestido de mujer, dentro de las instalaciones oficiales de la Cruz
Roja en Granada.
Fue una escuadra de exploración a la Cruz Roja y comprobaron que
allí estaba el “Gato” Colindres.
El Comandante Núñez Téllez expresó inmediatamente
que asesinos ytorturadores como el “Gato” Colindres, el
“Macho Negro”, “El Chele Aguilera” y otros miles de
esbirros parecidos a éstos, no eran objeto de negociación, ni de
rendiciones, para el Frente Sandinista.
Entonces, el “Gato” Colindres fue sacado de su escondite, se le
hizo un juicio sumario público y fue fusilado sin contemplaciones en
plena calle.
Mortereo a caravana triunfante
Ya conocíamos que Anastasio Somoza Debayle, el tirano genocida,
sangriento, ladrón, torturador, saqueador de recursos naturales de la
nación, responsable de la matanza de 50,000 nicaragüenses,
había huido el 17 de julio en la noche.
Nosotros no habíamos podido celebrar la huida del tirano por los
combates feroces de Granada.
Sabíamos también que Somoza Debayle pretendía escamotear
el triunfo revolucionario, y que otras fuerzas reaccionarias pretendían
que quedara instalado “un somocismo sin Somoza Debayle”. Salvar la
Guardia Nacional e imponer la ampliación de la Junta de Gobierno Provisional.
Después de controlar totalmente “la gran sultana”, el
Comandante Carlos Núñez Téllez, dio la orden de que una
caravana de combatientes populares y civiles se dirigiera a Masaya, “para
continuar los preparativos del derrumbe final de la tiranía
somocista”, y salir a Managua muy de mañana del 19 de julio.
Mientras la caravana de ocho camiones y camionetas circulaba por la Carretera
Granada-Masaya, ya de noche del 18 de julio, tomando las debidas precauciones,
pudimos ver con inmensa alegría cómo salían centenares o
miles de campesinos a esta vía pública a celebrar el Triunfo dela
Revolución Popular Sandinista.
Encendieron fogatas en la Carretera, nos decían “Adios”,
¡Triunfamos!, ¡Somos libres!, ¡los asesinos somocistas han
sido sacados del poder!”
Aquello parecía un sueño, hecho realidad.
Yo iba incómodo dentro de uno de los camiones porque el propio
Comandante Carlos Núñez Téllez me puso a cuidar al coronel
Ruiz, a quien el jefe del Estado Mayor General del Frente Interno y jefes de
todos los Estados Mayores de esta Zona Oriental, le había concedido,
generosamente, mandarlo a entregar a su familia en Jinotepe.
Mi incomodidad en medio de tanta gente dentro de los camiones, era porque como
siempre andaba cargando mis camaras fotograficas,
películas, una pistola calibre 45, y de paso ahora traía cruzado
un fusil Fal y tenía que ir apuntando con esa arma corta al mencionado
Coronel Ruiz.
El propio Comandante Núñez Téllez había dado la
orden de que al dar la vuelta por el Motel Las Flores, para entrar a Masaya por
el laso de “Los Sabogales”, se apagaran las luces de todos los
vehículos.
Sin embargo, nunca supe quién, no apagó las luces de una de las
camionetas.
Esto fue suficiente para que desde el Cerro del Coyotepe, los guardias
genocidas nos dispararan decenas de morterazos, uno de los cuales cayó
dentro de uno de los camiones, ocasionando varios muertos y numerosos heridos.
Hubo panico de todo mundo en ese sitio, porque el mortereo seguía
sin cesar y no teníamos forma de defendernos.
En el sitio, ademas, había zanjas y una de las camionetas se
precipitó a uno de los huecos.
Yo tenía temor de que el talcoronel Ruiz aprovechara la
confusión, para intentar huir, pero no hizo ni el mas
mínimo intento. No sólo, mas bien colaboró para que
pudiéramos buscar camino, a pie, en medio de la oscuridad, para ir rumbo
hacia Monimbó.
El Comandante Núñez Téllez estaba furioso. Le echó
mil maldiciones a quien no apagó las luces de la camioneta y a la vez
llamó por radio a “Palo Alto”, pidiéndole a la
Dirección Nacional Conjunta que le dijeran al Cardenal Miguel Obando
Bravo que la guardia somocista debía para ese bombardeo, pues de lo
contrario esos guardias somocistas genocidas de El Coyotepe serían
tratados como el “Gato” Colindres, “El Chele Aguilera”
o el “Macho negro”, es decir, serían capturados y fusilados
en el acto.
Varios combatientes populares de Masaya nos guiaron en la oscuridad, para salir
de allí, mientras el bombardeo no cesaba.
Llegamos a pie a Monimbó y el bombardeo en el rumbo del Motel Las
Flores, seguía en los fino.
Al llegar a Monimbó, me ubicaron en la sala de una de las
carceles que tenía el Estado Mayor del FSLN en Masaya, siempre
cuidando al coronel Ruiz.
Eran ya casi las diez de la noche. En un ratito llegaron a traer al coronel
Ruiz, y lo montaron en una camioneta. No supe mas de él, entiendo
que lo fueron a dejar a Jinotepe.
Guardias genocidas huyen del Coyotepe
El resto de la noche fue agitadísima, de tensa espera, pues ya se
sabía que la guardia genocida estaba huyendo, se estaba entregando o ya
no podría resistir los embates armados del Frente Sandinista insurrecto
en todo el país.
Me fui a la casa de Roberto GonzalezRocha, el Coordinador de la Junta de
Reconstrucción, casi a las doce de la noche, y me dormí.
Me levanté a las cinco de la mañana, sobresaltado, por explosiones
de cohetes y gritos de “!Somos libres, Triunfó la
Revolución! Los guardias somocistas genocidas del Coyotepe,
también huyeron!
Tomé mis camaras y me fui a la Fortaleza de El Coyotepe. Cuando
yo iba corriendo, ya una romería de gente subía el famoso Cerro
Coyotepe, donde estuvo un centro de torturas y carceles espantosas del
régimen somocista genocida.
Los guardias somocistas, encabezados por el general Fermín Meneses
Cantarero, habían huido a esos de las dos de mañana, según
me contaron Salvador “Iguana” Oporta y Carlos “Aguja”
Cuadra Rodríguez, quienes en esos momentos habían sido liberados
del interior de las carceles tenebrosas por combatientes populares de
Masaya.
“Iguana” y “Aguja” eran de los combatientes populares,
replegados de Managua, que fueron capturados cerca de La Barranca al
extraviarse cuando íbamos caminado por los desfiladeros o paredones de
la Laguna de Managua.
Según “Aguja” e “Iguana” los guardias se
disfrazaron de “paisanos” a esos de las dos de la mañana, y
se bajaron en “fila india” por las laderas del Cerro Coyotepe,
rumbo al Norte, buscando “Los Altos de Masaya”, y tal vez rumbo a
Tipitapa.
Minutos antes de esta huida en ese rumbo, me relataron “Aguja” e
“Iguana”, un helicóptero llegó a traer a Meneses
Cantarero y a otros altos oficiales de la Guardia Nacional somocista genocida.
Dentro de las instalaciones militares de El Coyotepe, los guardiasdejaron
centenares de uniformes, varios centenares de fusiles Fal, Garand y galil,
numerosas ametralladoras calibre 50, varios lanzamorteros, centenares de miles
de municiones, y un fosa común, en la cual había echado los
cuerpos asesinados de centenares de opositores y sandinistas de Masaya y todo
el país.
Según “Aguja” e “Iguana” a ellos, precisamente,
los obligaron a seguir cavando, profundizando, la zanja en que echaban los
cadaveres de los asesinados.
Celebran Triunfo en Masaya
A partir de ese momento, la alegría era contagiante entre casi toda la
población de Masaya.
Había llegado a su fin el bombardeo criminal y la presencia de asesinos
de la Guardia Nacional somocista genocida.
En las calles de Masaya ya fue indetenible una fiesta popular callejera, que
incluía bailes folklóricos, tiradera de cohetes, estallido de
bombas de mecate, disparos de rafagas de ametralladoras y fusiles al
aire.
¿Cuales fueron las motivaciones de la Insurrección en los
Barrios Occidentales?
* Pablo E. Barreto Pérez
Lo fundamental era que las fuerzas sandinistas tenían una beligerancia
política y militar constante, sobre todo en la zona del Barrio San Judas
y el OPEN III o Ciudad Sandino.
La Insurrección Final estaba planteada para todo Managua. Sin embargo,
“el centro de la Insurrección” se debía desencadenar
en los Barrios Orientales capitalinos. Pero para dispersar a la guardia
genocida y de desajustarle su capacidad militar, se organizó la
“toma o Insurrección de los Barrios Orientales”, incluso
iniciando con los Barrios Occidentales para provocaruna especie de
“diversionismo” en los mandos de la oprobiosa Guardia Nacional.
Cuando se produce la “toma o Insurrección de los Barrios
Orientales”, la guardia esta dispersa, no ubica dónde es
propiamente el “foco” insurreccional o de resistencia de las
fuerzas sandinistas de Managua.
Esta tactica sirvió de mucho porque la guardia utilizó
mucha fuerza militar para combatir la Insurrección en los Barrios
Occidentales, mientras al mismo tiempo tenía la presión en los
Barrios Orientales. O sea, la guardia estaba dispersa en todo Managua.
La resistencia que se hizo en los Barrios Occidentales permitió que se
consolidara el foco principal que eran los Barrios Orientales.
¿Se ha especulado sobre que eran fuerzas distintas las de San Judas y
las de Santa Ana, por ejemplo?
No, era una sola fuerza. La Insurrección era una sola.
Lógicamente, como Managua estaba dividida en ese momento, en lo que era
el Regional, dividido por sectores, lógicamente en el sector Santa Ana y
Cristo del Rosario, allí operaba una fuerza, en Altagracia operaba otra
fuerza, igual en Ciudad Sandino, lo que es San Judas y Loma Linda era otra
fuerza, pero estamos hablando de un todo.
Incluso, el excomisionado Eduardo Cuadra, quien era miembro del Estado Mayor
del Frente Sandinista en el sector Suroccidental, en ese momento era uno de los
miembros del Regional del FSLN en Managua, y era el responsable del sector de
Monseñor Lezcano, Santa Ana y Altagracia. Sin embargo, a la hora de la
Insurrección, Cuadra estaba asignado con el resto del Estado Mayor en
San Judas.
EseEstado Mayor Conjunto, de las “ tres tendencias”, lo integraban:
Gabriel Cardenal Caldera, Eduardo Cuadra, René Cisneros Vanegas,
Adrian Meza Soza, Geny Soto, Víctor Romero, Yuri Valle,
Cristóbal Casaya, Víctor Cienfuegos Aburto, Alonso Flores, Danilo
Serrano, Antonio Zepeda, Boanerges Munguía, Mauricio y Jorge
Ramírez.
Gabriel Cardenal Caldera era como el “delegado
político-militar” de parte del Estado Mayor Central, para
coordinar los trabajos en el sector Suroccidental de Managua.
Mientras tanto, la guardia genocida tenía tres convoyes de soldados,
todos de las llamadas huestes élites de asesinos de la “Escuela de
Entrenamiento Basico de Infantería” (EEBI), la cual era
dirigida personalmente por Anastasio “Chigüin” Somoza
Portocarrero, quien ya ostentaba el grado de “coronel” otorgado por
su padre-jefe-asesino.
¿Por qué el Repliegue al Vapor?
La Insurrección se inició con “tomas”, con la
intención de agitar los Barrios Occidentales. El pueblo, de manera
realmente impresionante, se lanzó masivamente a las calles, creyendo que
ya era la Insurrección Final y efectivamente ya no se detuvo.
Los Barrios quedaron tomados. Se dio una Retirada momentanea, pero
después se volvió a tomar el Barrio San Judas. Los Barrios
Monseñor Lezcano, Santa Ana, Cristo del Rosario, Linda Vista, la Colonia
Morazan y demas, se insurreccionaron también.
En el caso de San Judas, el Barrio se mantuvo tomado por dos días. Se
hizo un Repliegue Tactico hacia el lado de los Lomos de El Crucero, y a
los tres días estamos de vuelta. Se da la toma ya final del Barrio
SanJudas, pero comienza también a darse la Retirada de los otros
Barrios, primero Altagracia, donde desmontan la toma del Barrio, una buena
parte se repliega para San Judas, otra parte se queda en la misma Altagracia.
Monseñor Lezcano, Cristo del Rosario, Santa Anatoda esta gente que
tenían tomado esos Barrios durante varios días, deciden
replegarse hacia San Judas, que era el lugar mas seguro en ese momento,
porque estaba allí una fuerza combatiente considerable, y ademas
había la posibilidad, prevista con anticipación, de un Repliegue
Tactico hacia la zona de los Lomos de El Crucero.
Estas fuerzas sandinistas deciden retirarse el 15 de junio, día en que
se produce la emboscada y masacre de Batahola, protagonizada por la guardia
genocida del somocismo. Allí matan entre 130 y 160 compañeros y
compañeras. Esa Retirada ellos la habían organizado para juntarse
con nosotros en San Judas, en función de, “primero, para evitar la
acción fuerte de la guardia, porque faltaban armas y municionesotra
parte logra llegar y se quedan con las fuerzas combatientes de San
Judas”.
El 16 de junio se produce el Repliegue a El Vapor, el cual se da porque ya
habían dificultades para resistir las embestidas de la guardia genocida
del somocismo.
Este 16 de junio, la guardia inició el día roqueteando y
mortereando todas las posiciones ocupadas por las fuerzas del FSLN en San
Judas. Se resistió hasta el medio día del 16 de junio, y al final
se decidió replegar a los combatientes populares hacia los lomos de El
Crucero.
¿Cual era la relación de estas fuerzas con lasque estaban
en Ciudad Sandino?
Había una relación, pero al definirse que el grueso de la
Insurrección iba para los Barrios Orientales, entonces, los Barrios
Occidentales hacen la “toma”, pero con menos fuerza
comparandolo con el Oriente de Managua.
Entonces, Ciudad Sandino queda como un foco de resistencia, un poco aislado en
comparación al grueso de combatientes que estabamos en San Judas
y en el sector Oriental. Sin embargo, todo obedecía a un “plan
único insurreccional”.
¿Qué pasó realmente en El Vapor?
Todas las fuerzas se retiraron. Eramos unas mil personas, entre combatientes
fogueados, combatientes populares y sector de la población civil sumada
a la Insurrección. Nos ubicamos en tres haciendas, la primera era El
Vapor, y habían otras dos haciendas, todas cafetaleras, donde
también habían fuerzas insurrectas.
Era lógico que la guardia, al ver que el Barrio San Judas quedó
“libre” de la Insurrección, decidió seguirnos, y
logró ubicar a las fuerzas retiradas. Desgraciadamente, no se
tenían las suficientes armas, lograron hacernos un movimiento
envolvente. Sigilosamente lograron atacar la Hacienda El Vapor. Había
vigilancia nuestra, pero el problema era de superioridad en armas por parte de
la guardia en relación a nosotros, porque voluntad de lucha teníamos,
pero no pudimos enfrentar a todo un contingente de la guardia, de la EEBI
concretamente, bien armado hasta los dientes, con armamento pesado, mientras
entre nosotros eran muy escasas las armas de guerra y los tiros.
Después de este ataque, todas las fuerzas se dispersaron endistintas
direcciones. Un grupo que andaba en los cerros de El Crucero, decidimos bajar
nuevamente al Barrio San Judas, y con la solidaridad de los pobladores, nos
escondemos y después desde aquí organizamos el traslado de fuerzas
combativas para los Barrios Orientales.
En este esfuerzo, cae Gabriel Cardenal Caldera, quien estaba organizando toda
la movilización militar revolucionaria. Otro grupo se desplazó
hacia El Crucero y estuvo unos días operando en ese sector, algunos llegaron,
inclusive, hasta Diriamba.
Otro grupo logró llegar hasta León, algunos se quedaron en La Paz
Centro y Nagarote. También alguna fuerza militar se quedó
operando aquí mismo en estos Barrios Suroccidentales de Managua, aunque
con dificultades terribles.
Una buena cantidad logró llegar a los Barrios Orientales. Un grupo
logró penetrar hasta Ticuantepe, cruzando cerros, después de lo
ocurrido en El Vapor. Este grupo participó en los ataques a la guardia
en Ticuantepe.
¿Dónde capturaron a Gabriel Cardenal Caldera?
A él lo capturan saliendo por el lado de Villa Fontana, buscando la zona
de los Barrios Orientales. Iba con Douglas Mejía en un carro, en el cual
llevaban armas hacia los Barrios Orientales de Managua.
A Gabriel Cardenal Caldera ya lo andaban siguiendo. Parece que lo tenían
controlado. Cardenal Caldera era una figura que no se perdía por su
condición física, pero, ademas, era el jefe de la
Insurrección en los Barrios Suroccidentales de Managua.
Las informaciones obtenidas indican que después de capturarlo, lo
sometieron a torturas brutales en lasmazmorras de la Oficina de Seguridad de
Somoza y después decidieron matarlo y lanzar su cadaver a las
cercanías del Teatro Rubén Darío, donde era común
que aparecieran decenas de asesinados por los sicarios de la tiranía
genocida del somocismo.
En esos días, la guardia “quiebra” otra Casa de Seguridad,
en San Judas, donde estaba Gersan organizando grupos hacia los Barrios
Orientales de Managua.
¿En qué momento fue capturada la doctora Erlinda López?
La capturaron en esos días de la Insurrección. Su cadaver
fue tirado a las Lomas de San Judas, donde la guardia echó a mas
de 200 asesinados. Algunos fueron identificados y otros fueron comidos por aves
de rapiña y no fue posible identificarlos.
La guardia hizo allí, en las Lomas de San Judas, un verdadero
“matadero”a todo el que agarraban en San Judas, Altagracia, en
el ZUMEN o en cualquier sector Suroccidental, lo mataban y lo lanzaban a los
montes de las Lomas de San Judas.
En este sector fue asesinado un hermano de Alexis Argüello.
¿Cómo fue la masacre del “Kilocho”?
La emboscada del “Kilocho” se da como parte del operativo de toma
ya final del Barrio San Judas. Se había dado una primera toma cuando la
gente, mediante un operativo armado, la gente cree que es la
Insurrección y se lanza, entonces durante dos días se mantuvo
tomado el Barrio San Judas.
Eso fue el 14 de junio. Un grupo de compañeros se va al
“Kilocho” a colocar una emboscada. Los “orejas” le
informaron a la guardia, y los soldados montan un operativo envolvente y
masacran a 36 compañeros, para lo cual usaron
helicópterosartillados, tanquetas y ametralladoras. Inclusive, hubo
algunos de los combatientes que se refugiaron en la Iglesia de San Patricio, de
donde los sacaron y también los asesinaron.
Posteriormente, sus cadaveres fueron recogidos con “palas
mecanicas” y llevados a tirar a un guindo de la “Cuesta de
la Gallina”, para el lado de San Rafael del Sur. Entre los masacrados se
contaron Aura Lila “Guadalupe” Mendoza (ella era la jefa de los CAP
o Comités de Acción Popular) y Jorge Serrano.
¿Quiénes eran los “orejas”?
Bueno, los mas famosos fueron: “Polvorón”, el
“Pli”, El Canoso, Pedro Pistola, “Colocho” El
“Pli” y “El Canoso” fueron los responsables de la
mayoría de los asesinatos por parte de la guardia en San Judas, pues
ellos denunciaban a los sandinistas ante la soldadesca criminal y la Oficina de
Seguridad de Somoza.
El caso de “Pedro Pistola” era muy particular, pues agarraba a
balazos las manifestaciones de protesta. Todos éstos fueron
“ajusticiados” por las fuerzas combativas populares.
Tomado de una entrevista, efectuada por este autor, con varios excombatientes
populares sandinistas de San Judas, incluyendo a Ronald “El
Pollón” López Gaitan y Modesto Munguía
Martínez
Pablo E. Barreto Pérez: periodista, editor, investigador
histórico, Cronista de la Capital, fotógrafo . Colonia del
Periodista No. 97 y teléfonos: 88466187 y 22703077.
Las “barricadas” brotaban como los hongos el ocho de junio de 1979
El “Pollón” en la Insurrección de San Judas
* Pablo E. Barreto Pérez
El ocho de junio nos levantamos masivamente en SanJudas. Como no habían
armas de guerra, nos dedicamos a improvisar “barricadas” y zanjas
en el pavimento, con el fin de impedir el ingreso de los guardias al Barrio.
Los combatientes populares andabamos con rifles 22, pistolitas
también 22, escopetas y bombas de contacto. Teníamos tomada Vista
Hermosa, La Quebradita, donde efectuamos una emboscada; nos tomamos el
“Mercadito” cuando se metió la guardia a San Judas, y
empezamos a hacer un replieguito hacia el Camino de Bolas, cogimos por el
camino que te lleva a Pochocuape, pasamos por un pozo antes de llegar a El
Vapor.
La guardia tenía tomada la Hacienda del viejo lotificador Humberto
Torres Molina, desde donde nos disparaban hacia la Hacienda El Vapor,
cafetalera Varios compañeros cayeron sobre la vía o camino
mencionado.
En El Vapor comíamos papayas verdes, cocidas, como ayotes;
también otras frutas que encontramos mientras permanecimos replegados en
ese sector del Sur de Managua.
Cuando la guardia llegó a El Vapor, algunos estabamos descansando
en un “gancho de caminos. Entonces, la Geny Soto ordenó que nos
fuéramos mas adentro, porque estabamos muy visibles, pues
la soldadesca nos podía sorprender.
Nos fuimos al fondo, a la Hacienda San Francisco, donde se produjo el primer
tiroteo. Algo que nos ocurrió allí, por desconocimiento, es que
buscabamos cómo salir del perímetro de las Haciendas San
Francisco Y El Vapor, distanciadas ambas de 500 metros, y volvíamos a
regresar al mismo punto.
Tuvimos que tomar rumbos desconocidos, mientras íbamos dispersos.
Algunos fuimos a salir, porejemplo, al Sur de la Universidad Nacional
Autónoma de Nicaragua, mediante veredas de Jocote Dulce, hoy
también conocida como Silvia Ferrufino Sobalbarro.
En el propio San Judas, un grupo numeroso de combatientes populares estuvimos
en los alrededores de la Escuela Panama, una cuadra arriba, tres al
lago, donde tuvimos una de las barricadas mas grandes.
También estuvimos en la parte Sur, del Puente del Ceibo, cuatro cuadras
abajoallí estuvimos parapetados, combatiendo a la guardia genocida.
Conocí un montón de gente en esta lucha político militar
de San Judas: Modesto Munguía Martínez, Víctor Cienfuegos
Aburto, Beatriz Narvaez, Carlos Jacamo, Medardo Hurtado,
Aníbal Bendaña, Hugo Norori, Oscar Loza, Jairo Téllez,
Glauco Robelo, Francisco Cano, los “Cheles Urbina”, Geny Soto, los
Navarretes, los Ramírez Fornos, un hijo de Onofre Guevara (caído
en la Insurrección de San Judas), los Guillenes, Toño Zepeda,
Francisco Javier Zúniga Alvarado, Miguel, un tipo al que le llamaban
“Calentura”, Mario y Carlos Cienfuegos Aburto, la Verónica,
el “Chaparro” Harris, Danilo Serrano, quien salió herido por
donde la “Jolota”; Julio García y mucha gente
“importada” de otros Barrios, mas los sobrevivientes de la
masacre de Batahola.
Una buena cantidad de combatientes de San Judas después formaron la
famosa columna de Rolando “Cara Manchada” Orozco, quien cayó
combatiendo heroicamente cuando se producía la toma de Jinotepe,
después del Repliegue Tactico a Masaya. Esta columna anduvo por
Masatepe, Jinotepe y llegó hasta Montelimar en las cercanías de
San Rafaeldel Sur, y por Santa Rita, al Sur del Departamento de Managua.
Esta columna estuvo a cargo, al final de Omar Gaitan
Datos obtenidos mediante una entrevista a Ronald “El Pollón”
López Gaitan.
*Pablo E. Barreto Pérez: periodista, editor, investigador
histórico, Cronista de la Capital, fotógrafo, Orden Independencia
Cultural Rubén Darío, Hijo Dilecto de Managua, Orden Servidor de
la Comunidad del Movimiento Comunal Nicaragüense, Orden José Benito
Escobar Pérez de la Central Sandinista de Trabajadores (CST nacional) y
Orden Juan Ramón Avilés de la Alcaldía de Managua.
Colonia del Periodista No. 97. Teléfonos: 88466187, 88418126 y 22703077.
Listado breve de sobrevivientes del Repliegue Tactico a Masaya, en 1979
Pablo E. Barreto Pérez
Entre 6,000 y 7,000 ciudadanos capitalinos, y de otras ciudades y pueblos de
Nicaragua, participamos en la memorable hazaña político-militar
del Repliegue Tactico de Managua a Masaya.
En mi libro el “Repliegue Tactico a Masaya” aparecen tan
sólo unos 30 nombres de quienes íbamos caminando en sigilo,
clandestinamente, hacia Masaya, aquella noche del 27 de Junio, el 28 de Junio y
29 de Junio de 1979, pocos días antes del Triunfo de la
Revolución Popular Sandinista.
El propósito de ahora es ampliar esa lista de nombre, para colocarlos en
una nueva edición del Repliegue Tactico a Masaya. La presente
lista tiene ya 123 nombres, y me propongo, para el próximo año,
ya tener unos 1,000 nombres acumulados.
Para entonces, en el año 2007, un grupo de sobrevivientes de aquella
hazaña militar del Repliegue Tactico aMasaya, de 1979, nos
proponemos, inclusive efectuar un Encuentro de los participantes de aquella
memorable marcha clandestina, silenciosa, que fue masacrada por la guardia
genocida del somocismo, y que tenía como propósito militar, nada
menos, que fortalecer el Frente Oriental Carlos Roberto Huembes, para darle la
embestida final a la tiraría, la cual, finalmente, fue demolida por la
Revolución Popular Sandinista, jefeada por el Frente Sandinista de
Liberación Nacional.
El listado breve, inicial, es el siguiente:
-Comandante Carlos Núñez Téllez, jefe del Repliegue
Tactico a Masaya, ya fallecido.
- William Ramírez Solórzano, uno de los jefes del Repliegue, ya
fallecido.
- Ignacio “Nacho” Cabrales, otro de los jefes del Repliegue a
Masaya.
- Joaquín Cuadra Lacayo, uno de los jefes del Repliegue, fue jefe del
Ejército
- Osvaldo Lacayo
- Comandante Walter Ferrety, ya fallecido, fue jefe policial
- Marcos Somarriba, ya fallecido, fue Comandante Guerrillero sobresaliente
- Mónica Baltodano Marcenaros, volteada ahora contra el FSLN
- Moisés Hassan Morales, volteado ahora contra el FSLN
- Federico López Argüello, dedicado hoy a negocios comerciales
- Amada Pineda, famosa mujer que fue violada por guardias genocidas
- Bernardo Arauz, marido de Amada Pineda
- Pablo E. Barreto Pérez, periodista, investigador histórico, Concejal
del FSLN
- Isabel “Venancia” Castillo, reside ahora en Matagalpa
- Mayra Gonzalez (era la jefa guerrillera “121”)
- Julio, el Comandante “JC”
- Alfredo Marenco Aguilar
- JuanCruz (“Bernardino”)
- Glenda Monterrey, una de las jefas policiales actuales
- Eduardo Holman, actualmente Alcalde en San Juan del Sur
- Carlos Cuadra Rodríguez (“La Aguja”), desempleado, en la
miseria actualmente
- Hermógenes Prado
- Francisco “Chico Garand” Guzman, desempleado, en
dificultades serias
- Róger Cabezas, fue uno de los primeros jefes policiales
- Rafael Solís Cerda, Magistrado de la Corte Suprema de Justicia
- Lucío Jiménez Guzman, fue Secretario General de la CST
- Ivan García Abarca, fue Secretario General de la CST
- Pedro Ortiz Sequeiro, fue el primer Secretario General de la CST nacional y
Vicealcalde de Managua
- María Lourdes Casco Mendieta, fue una de las dirigentes de la CST
nacional
- Carlos Borge Galeano, abogado y dirigente de la CST
- Rubén Ulloa, fue uno de los dirigentes de la CST
- Irma Morales, obrera antes de 1979, trabaja en la Zona Franca
- Ulises Portobanco
- Erlo Vanegas, fue uno de los fundadores de la CST
- Ricardo Robleto Espinoza, fue uno de los fundadores de la CST
- Donald Aleman
- Damaso Vargas Loaisiga, fue dirigente de la CST
- Ronaldo Membreño Caldera, fue dirigente de la CST
- DEnis Meléndez, fue uno de los dirigentes de la CST
- Luisa Molina
- Hermanos Tobías, Ariel y Cairo Jiménez, de Bello Horizonte
- Ernesto Chacón, contador, desempleado
- Juan Rivera (“Tonatiú”)
- Lea Guido, fue ministra de Salud
- Danilo Norori, era el jefe guerrillero “106”, hoy abogado.
- Brenda Ortega
- Sara Torres- Raúl Venerio, fue uno de los jefes del Ejército,
trabaja actualmente en la Alcaldía
- Miguel y Sergio Maltez López
- José Sabino Castellón Rayo
- Nubia y Guadalupe Obando
- Arbo César Ramírez
- Hugo “Leonel” Rizo
- Mauricio “Momia” Tanfer
- Manuel “Fidel” Martínez
- César “Marvin” Augusto Núñez
- Francisco “Chico” Otero
- Oscar Vargas
- Ronald Elizondo
- Róger Cabezas hijo
- Pedro y Ricardo Picado
- Róger Velasquez
- Claudio Picaso, quien tenía como seudónimo “106”,
ahoga es abogado
- Los dos hermanos Casanova
- Mauricio y Leopoldo Barreto Pérez, desempleados ambos actualmente
- Josefa “Chepita” Briceño
- Marcos Largaespada
- Alberto Montano (“Tolón”)
- Carlos Duarte Orzoco (“Taholamba”)
- Alfonso Mejía (“La Mascota”)
- Alejandro Mairena Obando (Comandante “Huesito”), trabaja en la
Alcaldía
- Reyna López Castro (“La Morenita”)
- Denis Sanchez (“El Tirador”)
- Jorge Rostran Reyes (“Norman”)
- Jorge Palacios (“El Negro”)
- Jairo Blandón (hoy conductor de la Alcaldía de Managua)
- Luis Gómez, abogado actual
- Carlos Rostran Mora, abogado actualmente, tenía 15 años
en junio de 1979
- César Núñez Davila
- Luis Solís, trabajó en el Estado Mayor del Ejército
Nacional
- Rosendo Pavón López (“El Tigre”). Este llevaba el
saco de pólvora durante el Repliegue a Masaya, en junio de 1979.
- Donald Mendoza (“Cara de Piña”)
- Raúl Areas
- Frank “Machillo” Gonzalez Morales, fue concejal FSLN en la
Alcaldía
- Raúl Cordón,ejerce la profesión de abogado
Nombres extraídos de mi libro “Repliegue a Masaya”
- Carlos Barquero (“Terencio”)
- Mario Guido (“Felipe”)
- Alejandro Galeano (“Terencio”)
- Julian Galeano (“Jerónimo”)
- Silvio Cuadra (“Silvestre”)
- Manuel Díaz (“El Cadete”)
- René Pérez (“El Gato”)
- Ramón Villachica (“Allan”)
- Tomas Coe (“Julian”)
- Giovani Parodi (“Rubén”)
- Jhon Dixon (“Sam”)
- José Isabel Mayorga (“Víctor”)
- Glenda Monterrey (“Segovia”)
- Walter Mendoza Martínez (“101”, asesinado por guardias
genocidas)
- Carlos Gaitan (“El Príncipe”)
- Marvin Parodi (“Manuel”)
- Doctor Oscar Aragón (“Aureliano”)
- Orlando Orozco “Carlos”)
- Amílcar Ramírez (“Matiguas”)
- Francisco Guzman (“Chico Garand”). Este fue quien
capturó al sargento asesino Alberto “Macho Negro”
Gutiérrez, en los Altos de Masaya.
- César Ramírez (“Arbo”)
- Carlos Cuadra Rodríguez (“La Aguja”)
- Salvador Oporta (“La Iguana”)
- Marcos Casanova (“El Muerto”)
- Pedro Quisalaya (igualmente con seudónimo de “El Muerto”)
- Mauricio Confer (“La Momia”)
- Hugo Rizo (“Leonel”)
- Leonor Moreno (“Marjonia”)
- Manuel Martínez Rodríguez (“Fidel”)
- Oscar Reyes (“El Asesino”)
- Marjoni Larios (“Nidia”)
- Bernardo Arauz (“Don Toño”, marido de Amada Pineda)
- César Augusto Núñez (“Marvin”)
- Róger Cabezas (“Aniceto”)
- Federico López Argüello (“El Chato”)
-
Pablo E. Barreto Pérez
Periodista, editor, investigador histórico, fotógrafo, Cronista
de la Capital. Colonia del Periodista No. 97. Teléfonos 22703077 y
88466187.