La historia de México, país ubicado en el norte
del continente
americano o, si se quiere, en la porción más septentrional de Mesoamérica, se
remonta a unos 14.000 años (conforme al consenso de Clovis), en que se estima ocurrieron los
primeros asentamientos de pobladores sedentarios. Antes de la
conquista por los españoles en el siglo XVI, lo que es ahora México fue
habitado por pueblos de culturas avanzadas que interactuaron entre ellos en
diverso grado, en el tiempo y el territorio. De
aquella época sobresalen la cultura olmeca, la tolteca, la teotihuacana, la
maya, la náhuatl, la totonaca, la zapoteca, la mixteca, la tarasca, entre
otras.
A la llegada de los europeos, México era un mosaico de
pueblos y culturas sin cohesión nacional. Después de la conquista, durante 300 años de coloniaje, se fue constituyendo un país
con cierto grado de homogeneidad y rasgos comunes. En los albores del siglo XIX con la
independencia que se alcanza del
imperio español, se inicia el proceso de integración definitivo que da lugar al
México contemporáneo. A lo largo del siglo XIX se suceden guerras y
disputas intestinas, además de varios intentos de avasallamiento por parte de
potencias extranjeras. En ese entonces México perdió
cerca de la mitad de su territorio, después de lo cual empezó su consolidación como nación libre y soberana.Tribus perdidas de Israel y quema
de registros históricos mesoamericanosA partir de 1492, las culturas americanas
y europeas intentaron buscar explicaciones para el origen de esos seres con los
que se estaban encontrando. En ambos grupos culturales, las primeras
explicaciones fueron religiosas: los aztecas pensaban que era el dios-héroe
Quetzalcóatl, mientras que los europeos pensaron que los pobladores de América
eran las tribus perdidas de Israel.[1] En 1650, James Ussher estableció, basado
en la Biblia, que las tribus perdidas abandonaron Israel en el año 721 a. C. y,
sobre esa base, la cultura europea sostuvo que América había sido poblada
alrededor del año 500 a. C. En sentido contrario, las culturas mesoamericanas
consideraban que la presencia humana en el continente americano era muy
anterior al que suponían los europeos. El Imperio Maya tenía registros históricos
escritos al menos desde agosto de 3114 a. C.[1] Otras
culturas, como
la Zapoteca, tenía registros escritos de hechos históricos que se remontaban al
año 500 a. C.
Los europeos no tuvieron acceso a esos conocimientos
de las civilizaciones mesoamericanas e ignoraron la existencia de estos
registros hasta el siglo XX. Por esa razón las teorías bíblicas sobre el
poblamiento de América fueron dominantes hasta comienzos del siglo XX.
[editar] Charles Abbott
En 1876, Charles Abbott, un
médico norteamericano, encontró unas herramientas de piedra en su granja de Delaware. Debido a las características toscas de los instrumentos, pensó que
podrían pertenecer a los antepasados remotos de las culturas indígenas
modernas. Debido a ello, consultó con un
geólogo de Harvard, quien estimó en 10.000 años de antigüedad la grava que se
encontraba alrededor del
hallazgo. Abbott sostuvo entonces que se trataba de un
asentamiento humano del Pleistoceno, es decir, muchos miles de años más antiguo
de lo que establecían las teorías bíblicas dominantes.
La teoría de Abbott fue rechazada por las jerarquías cristianas
por oponerse a la Biblia y por la comunidad científica organizada por el
Instituto Smithsoniano por no cumplir con los estándares científicos que
exigía. Entre los científicos que rechazaron la hipótesis de Abbot se encontraban Aleš HrdliAka y William
Henry Holmes. En la actualidad se ha comprobado que Abbott
tenía razón en muchas de
sus hipótesis y la granja ha sido declarada Monumento Histórico Nacional.
[editar] El descubrimiento del sitio de
FolsomEn 1908, George McJunkin encontró unos enormes huesos en un barranco de
la aldea Folsom, Nuevo México. McJunkin, un esclavo liberado por la Guerra
Civil Estadounidense, era geólogo, astrónomo, naturalista e historiador
aficionado ydurante años intentó llamar la atención de los vecinos de Folsom
sobre la probable antigüedad de los huesos. En 1926, cuatro años después de la
muerte de McJunkin, el director del Museo de Historia Natural de Colorado,
Jesse D. Figgins, se enteró del lugar y descubrió varias puntas de flecha de un
estilo muy refinado que luego volverían a encontrarse en Clovis y otros sitios.
Una de ellas estaba incrustada en la tierra que rodeaba al hueso de un ejemplar
de bisonte extinto miles de años atrás.[cita requerida]
Figgins llevó las puntas de lanza a Washington DC para enseñárselas a Aleš HrdliAka, en el Instituto Smithsoniano, quien si bien lo trató cortésmente y le
sugirió una serie de reglas metódicas para el caso de nuevos descubrimientos,
se mantuvo sumamente escéptico y consideró hasta el fin de su vida que Folsom
no constituía una prueba concluyente de que América hubiera estado poblada
durante el Pleistoceno.[2]
En agosto de 1927, el equipo de Figgins encontró una punta de lanza ubicada entre
dos costillas de bisonte. Figgins envió un telegrama y
tres científicos viajaron para ser testigos del
hecho, e informar de la seriedad del
hallazgo. En ese momento, la comunidad científica norteamericana comenzó a
aceptar la importancia del
yacimiento de Folsom.[cita requerida]
El descubrimiento de la Cultura Clovis
Artículo principal: Cultura Clovis
La típica punta Clovis.En 1929, Ridgely Whiteman, un joven indígena de 19 años
que venía siguiendo las investigaciones que se estaban realizando en la cercana
localidad de Folsom, escribió una carta al Instituto Smithsoniano sobre una
serie de huesos que había encontrado en la aldea de Clovis, Nuevo México. En
1932, una excavación realizada por un equipo dirigido por Edgar Billings
Howard, de la Universidad de Pensilvania, confirmó que se trataba de un
asentamiento indígena durante el Pleistoceno y verificó el tipo especial de
punta de flecha que sería conocida como 'punta Clovis'. Al ser
descubierta la datación por carbono 14, en 1949, el método fue aplicado en los
yacimientos de Clovis, resultando en antigüedades que oscilaban entre el año
12.900 adP y 13.500 adP.[3] La datación por radiocarbono fue establecida en
11.500 a 10.900 años antes del presente y revisada luego a 11.050 a 10.800
adP,[4]
Desde la década de 1930 y, sobre todo, desde la confirmación de las fechas por
el método del carbono 14, la comunidad científica norteamericana organizada
alrededor del Instituto Smithsoniano aceptó que la Cultura Clovis era la más
antigua de América y que estaba directamente relacionada con la llegada de los
primeros hombres. Esto se conoció como
Consenso Clovis y tuvo gran aceptaciónmundial hasta fines del siglo XX. El Consenso Clovis fue la base
de la teoría del
poblamiento tardío de América.
[editar] HrdliAka y la teoría del
ingreso desde Siberia cruzando el estrecho de Bering
Joven inuit de la Beringia moderna.En 1937, Aleš HrdliAka, retomando un argumento de Samuel Haven,[5]
sostuvo que el ser humano había ingresado a América por Alaska,
proveniente de Siberia, Asia, cruzando el
estrecho de Bering. Algunas publicaciones le atribuyen erróneamente a HrdliAka haber postulado la teoría más moderna,
aquella que señala que el hombre cruzó caminando por una zona llamada Puente de
Beringia formado a raíz del descenso del nivel de las aguas del Estrecho de Bering, durante el último
período glacial.
Si bien HrdliAka nunca se pronunció expresamente sobre
la fecha de llegada del hombre al continente americano, rechazó
sistemáticamente las pruebas que proponían la existencia de paleoindios y
sostenía que, a diferencia de Europa, no existían rastros en América que
permitieran hablar de presencia humana durante el Pleistoceno (1,8 millones de años adP - 10.000 años adP), en tiempos de la
última glaciación. De hecho, HrdliAka consentía la creencia del
Instituto Smithsoniano, representada por William Henry Holmes, que sostenía que
los primeros habitantes de América habían ingresado en un pasado reciente,