La
Herencia colonial
La conquista de América se llevó a cabo en el momento que Europa pugnaba por
resolver la crisis del
sistema feudal. La conquista permitió superar dicha crisis. El papel que le
toco desempeñar a los dominios españoles fue el de aportar recursos metálicos.
Braudel advierte que “el oro y a plata del
Nuevo Mundo permitieron a Europa vivir encima de sus posibilidades e invertir
mucho más de lo que ahorraba.
La conquista de América procuro insospechadas posibilidades para la expansión
de la producción e intercambio de mercancías. La importancia del
oro y de la plata
se fundaba en que estos permitían la realización de grandes y rápidas
operaciones comerciales. América cumplió, función de un banco emisor que
suministraba una oferta elástica de dinero de lossectores metropolitanos.
La explotación minera fue el eje de la producción colonial. Por eso mismo dicha
actividad llego a ser la principal preocupación de los conquistadores.
El Perú no estuvo en condiciones de experimentar las transformaciones que
ocurrían en los países centrales. Por el contrario, el establecimiento legal de
dichas relaciones sociales, selló la suerte y el destino histórico de la
sociedad peruana.
La explotación de la mano de obra nativa se organizó en el virreinato peruano,
primero, a través de la concentración de esa población en las reducciones que
mandó realizar el virrey Toledo.
Se caracterizaron por el asentamiento en pueblos dispersos ayllus indígenas y
tenían el propósito de organizar a la población para facilitar el cobro de
tributos.
El tributo que los indígenas debían ofrecer a la metrópoli, constituyo un
mecanismo clave de la organización colonial. Este tributo, percibía de la
explotación minera. Los indios se encontraban obligados a ingresar en la
economía mercantil vendiendo sus productos al precio establecido por sus
cabildos, a entregar parte de sus cosechas y artesanías, aprecios por un
salario establecido, la población dominada debía adquirir, a los precios
fijados, herramientas, alimentos y animales. Mientras los productos Mientras
los productos “vendía” el indígena se subvaloraban con relación al costo del “mercado”. El grupo
dominante de constituía en un monopolio. Esta situación provocaba un creciente
endeudamiento de la población colonizada, haciendo realidad la afirmación que
“sin deudas no hay trabajador”.
Los conquistadores recibieron del Reydiferentes tipos de prebendas. Una de las
más importantes regalías fue la encomienda indiana. De esta manera, el encomendero se
encontraba en potestad legal para apropiarse en una renta a través del trabajo de los
indígenas en la minería, a cambio de cuidar su evangelización.
La encomienda favorecía la autonomía de los conquistadores, la Corona limitó su usufructo a dos
generaciones.
El poder público ordeno a las justicias reales que distribuyeran los
trabajadores entre los conquistadores que lo solicitaran. Es así como se instaló la mita,
que los indígenas tenían que cumplir. El “salario” que constituía en el siglo
XVI la mitad o tercera parte del
que percibía el trabajar libre.
Para el cumplimiento de la mita no se
consideraba el tiempo que suponía el traslado al lugar donde debía cumplirse.
Durante los siglos XVI y XVII la población nativa decreció notablemente. La
baja demografía significo que las obligaciones de los indígenas fueran cada vez
mayores llegando a afectar la población.
Con el objeto de mantener la reserva demográfica, la corona estableció el
corregimiento de indios.
Los corregidores de indios adquirieron amplios poderes: se encargaban de la
seguridad interna de las reducciones, administraban justicia, recolectaban
tributos y velaban por el cumplimiento de la mita. Pronto esos funcionarios se
convirtieron en el símbolo de la explotación.
Las obligaciones del indio
de tributar a la Corona
o al encomendero, de pagar diezmos a la Iglesia. De cumplir con la mita se
agregaba el repartimiento para forzar a esta población a ofrecer su trabajo y
el producto del mismo a un“precio” por debajo del “mercado libre”.
La Corona a su
patrimonio las tierras del Inca.
El abuso de la mita y la creciente mortalidad indígena produjo una acumulación
de tierras ociosas realengas.
La posesión de tierras o minas solo adquiría valor si se acompañaba de una
abundante servil mano de obra.
Las haciendas se trabajaban con mitayos, yanaconas, arrendatarios y
asalariados. Los mitayos eran indígenas que por disposiciones expresas de las
Leyes de Indias
debían servir durante un tiempo determinado a un miembro de la sociedad
conquistadora. Los yanaconas eran trabajadores que, recibían una parcela de la
tierra para su manutención. Los arrendatarios eres trabajadores “enganchados”.
Mediante tributos, los españoles movilizaron “legalmente” a la población
indígena a fin de obtener mano de obra y alimentos baratos.
La Corona
procuro monopolizar el comercio y el transporte de mercancías a través de la
Casa de Contratación de Sevilla.
Puede afirmarse que la operación mercantil y colonial se fundaba en la coacción
y movilización forzada de la mano de obra indígena, obligada a trabajar en asientos
mineros, de cuya producción el Estado percibía el quinto real.
Esta operación de sustracción de excedentes a la población campesina,
constituia la base de la formación del
mercado.
Por el hecho que la producción y comercio se fundaran en explotación colonial
de la población indígena restringió de manera considerable el desarrollo de un
amplio sector de producciones y consumidores libres de mercancías
diferenciadas.
La coacción extraeconómica de los intereses metropolitanos sobreindígenas y
esclavos se sustentaba en un ordenamiento político de naturaleza patrimonial.
Esta jerarquización, se justificaba por el origen de los diferentes estratos
sociales. Mientras los conquistadores eran “cristianos viejos”. La población
sojuzgada tenía un origen gentil.
Además, esta jerarquización estamental se descomponía en sectores
funcionalmente divididos y organizados con diferentes actividades adscritas
desempeñadas por los distintos sectores de los varios estamentos coloniales.
Las relaciones del Rey con el resto de la sociedad diferían de acuerdo con el
principio de “limpieza de sangre” de los súbditos.
En América, cuando la sociedad se encontraba esta mentada en “defensores,
oradores y laboratores”, se aplicó el mismo principio genérico cuyo resultado
fue la división entre españoles, por un lado, e indios por el otro. De 180
virreyes que gobernaron las colonias americanas, solo cuatro fueron criollos,
de los 602 capitanes generales, catorce fueron criollos, de 602 obispos que
tuvo la Iglesia en América, 105 fueron criollos.
Los negros podían ser libertos o esclavos y en razón del proceso de mestizaje en curso existían
diversas denominaciones asociadas con diferentes responsabilidades legales y
fiscales.
La delimitación década uno de estos estamentos sociales se encontraba asociada
a fueros privativos y especiales obligaciones.
La situación de los mestizos fue variada e incierta.
Los estamentos se encontrabas divididos por la participación de la población en
corporaciones o gremios. Diferentes componentes sociales se aglutinaban en
grupos y asociaciones identificablespor su estatus y funciones adscritas.
La organización política patrimonial se fundaba en la premisa que el Rey
concedía a sus súbitos españoles la atribución de administrar su patrimonio
particular.
Los funcionarios reales resultaron casi propietarios de cuanto administraban en
nombre del Rey.
La conquista de los territorios se llevaba a cabo luego de suscribirse una
capitulación. Las concesiones que los conquistadores y sus descendientes
lograban en América constituían regalías, dispensas, favores, o prebendas que
el Rey otorgaba con base en los servicios cumplidos a él.
La Corona buscó
centralizar todo este conjunto social dividido en comportamientos estancos. Una
de las características de la vida política colonial fue, una permanente tensión
entre la Corona y los funcionaros coloniales y otro entre estos y las
corporaciones que cada vez más buscaban liberarse de la férula real y de su
séquito de funcionarios.
Esta tensión explica que el Rey buscaba suprimir las encomiendas poco después
de haber dispuesto dicha regalía, a fin de aislar a los conquistadores de este
recurso.
Carlos I y Felipe II determinaron que la dispersión del poder y privilegios entre varios grupos
impediría el surgimiento de una clase feudal única.
Esta política, se cumplió a través de varios mecanismos. El Consejo de Indias se
arrogo la atribución de nombrar a todos los funcionarios. A tener que
confirmarlos en sus posiciones si habían sido nombrados por las dependencias
coloniales. De esta manera dichos funcionarios pasaban a depender de la suerte
que les deparara la Corona.
Por otra parte el espectacularcrecimiento de la administración colonial no fue
paralelo con la clara definición de sus funciones, atribuciones y jurisdicciones.
De esta manera se implantaba un sistema de mutua fiscalización entre las varias
dependencias coloniales, impidiendo la concentración de poder en manos locales.
De esta manera se establecían los canales de comunicación entre los varios
niveles de la autoridad colonial y el Consejo de Indias.
Por último, esta instrumentación político-administrativa se fundaba en la
minuciosa delimitación de atribuciones particulares para cada funcionario y
organismo, buscando no dejar margen alguno las iniciativas locales.
Múltiples grupos y sectores de la sociedad y privatizar el gobierno derivaban
en múltiples oligarquías que, si bien reconocían su filiación metropolitana,
disputaban permanentemente a la administración central de sus atribuciones
políticas, manteniendo un permanente estado de corrupción. Por eso Jorge
Basadre concluye que: El Perú fue un conjunto de provincias mal gobernadas, con
un soberano nominal al frente.
La estructura política colonial al encontrarse organizada en forma de
estamental y corporativa, fragmento los intereses sociales, impidiendo el logro
de una identidad común. Fue así como la Corona busco bloquear el
desarrollo nacional.
En América el Estado no logró su universidad. En Europa occidental la
centralización estatal significó el recorte de las autonomías locales y
particulares. En España y en América Hispánica sucedió lo contrario.
El creciente desarrollo del
mercantilismo en Inglaterra, deriven la intensificación de los conflictosentre
este país y España.
Este cambio dio inicio a un largo proceso de reformas administrativas,
destinadas a lograr una efectiva centralización política, reducir privilegios
de funcionarios virreinales, logrando mayor contribución de las colonias al
mantenimiento de España.
España en 1776, creó el Virreinato des Río de la Plata
al que se le incorporo Audiencia de Charcas, y elevó la presidencia de Chile al rango
de Capitanía General.
Las medidas relativas a los cambios jurisdiccionales y comerciales tuvieron
serias repercusiones en el virreinato peruano.
Una de las modificaciones resultantes de la creación del
Virreinato del Río de la Plata fue que el
comercio de Chile y
especialmente el de Charcas se hizo por la vía atlántica, desbaratando el
monopolio comercial de Lima.
Durante la segunda mitad del siglo XVII se
reformuló la estructura productiva del
virreinato peruano.
La reorganización de la producción causó una serie de fisuras internas en los
diferentes estamentos y corporaciones de la sociedad.
Desde el siglo XVII, los comerciantes no dejaron de crecer en importancia
económica. El capital comercial logró ampliar su radio de acción y sus
oportunidades económicas mediante préstamos. El sistema colonial quedó atrapado
por los comerciantes, que podían adquirir los productos a precios que les
aseguraban altos beneficios.
Así se fue creando una aristocracia criolla que asociaba en forma indistinta y
combinada a terratenientes, comerciantes y nobles que, fue fusionándose con la
administración colonial al punto que a fines del siglo XVIII habían adquirido tal
importancia que eran unriesgo para la Corona.
Esta población “flotante” habitaba en los centros urbanos donde desempeñan las
actividades que ligaban el campo con la ciudad, como pequeños comerciantes. Pero como administrados de las
propiedades de españoles y criollos.
La reorganización político-administrativa emprendía por los Borbones fue mucho
más allá de la redefinición de las jurisdicciones virreinales y el libre
comercio.
La nueva estructura política que los Borbones buscaban establecer atacaba tanto
los intereses creados como
las aspiraciones de los múltiples grupos coloniales.
Las consecuencias que acarrearon las reformas borbónicas, se conjugaron para
desatar un conjunto de procesos que establecieron la desafección de numerosos
sectores sociales respecto a la Corona.
Esta reorganización político-administrativa atacaba en forma muy especial a los
corregimientos. Por eso, la Corona se arrogo la
potestad de nombrar dichas autoridades, restringiendo las atribuciones del virrey y audiencias.
La población criolla, fue afectada por las reformas borbónicas.
El nuevo contexto político-económico origino una situación de ambivalencia del estamento criollo.
Además, los criollos de Lima
sufrían un descenso en su posición económica. Esta situación provocaba
ambivalencia en cuanto a identidades y lealtades.
El movimiento de Túpac Amaru constituyó la eclosión de una serie de movimientos
locales que durante todo el siglo XVIII habían sacudido el virreinato.
La rebelión de Túpac Amaru constituyo la postrera demostración de la unidad
indígena, que logro conjugarse en un solo esfuerzo colectivo de
liberaciónsocial.
Una de las consecuencias de la derrota de Túpac Amaru fue la supresión de los
privilegios que gozaban los curacas. Esta disolución de la autoridad que
mantenía la integración política indígena, sumada a la “extirpación de las
idolatrías” que practicaron los españoles, hicieron que la población indígena
fuera perdiendo su identidad étnico-regional.
Como
consecuencia, las arcas fiscales se encontraban en estado deficitario.
En México, Buenos Aires y Caracas las nuevas clases criollas emergentes no
podían acceder al poder político.
Desde fines del
siglo XVIII y debido a que España se vio envuelta en los avatares de las
guerras napoleónicas, la metrópoli se vio imposibilitada de hacerse presente en
América.
El vacío metropolitano se notaría en forma creciente.
La invasión de España por los ejércitos napoleónicos y la deposición de
Fernando VII significo el descalabro de la monarquía española y el principio del fin de su imperio en
América. Esta busco reconstruirse alrededor de la Junta central y, favoreció la
conformación de Juntas provinciales en América.
En las principales ciudades americanas, se establecieron esas juntas dando como resultado una
dualidad de poderes. La emergencia económica de os criollos y su marginación de
los cargos administrativos coloniales, conjugada la quiebra del imperio.
En Lima, En
cambio, la situación fue diferente. La aristocracia criolla, percibía su
existencia en función de la continuidad del
andamiaje español.
La ambivalencia de los aristócratas criollos frente a la nueva coyuntura era
típica de los “liberales”, debido al temor que laindependencia significaba en
cuanto a la igualdad de derechos civiles entre criollos e indios.
La particular condición de la aristocracia limeña determino este
compartimiento, orientando a recuperar los privilegios
de que habían gozado ante de los Borbones.
El arribo de San Martin al Perú, que inmovilizo el contingente de tropas
peninsulares que debía trasladarse para luchar contra las fuerzas
independentistas y favoreció una ola de deserciones en las guarniciones
españolas en América, determinaron un cambio en algunos sectores de la
aristocracia criolla. La independencia política resulta ser un movimiento
contrarrevolucionario. En La Gaceta del 28 de julio de 1821, el mismo día de la
proclamación de la Independencia del Perú, se critica un proyecto de concordato
aprobado por los Cortes de España.
El proyecto monárquico de San Martin fue la expresión más concreta del carácter
contrarrevolucionario de la Independencia. Sin embargo, la oposición de los
criollos de provincia, fue lo suficientemente fuerte como para que se desistiera de dicho intento.
Esta oposición no se fundaba en la vocación de esa población para erradicar la
organización colonial, sino solo las posibilidades de centralización política.
La acción de Bolívar, rompió ese delicado equilibrio político-militar,
defendiendo la suerte de América del Sur. Bolívar que decreto en Venezuela “la
guerra a muerte” no contaba con las ataduras que se habían impuesto San Martin
y los aristócratas limeños. Por eso su campaña militar tuvo un cariz diferente.
El triunfo militar de Bolívar significo de hecho un conflicto con la
aristocraciacriolla.
La ausencia de la aristocracia en la dirección político-militar de la
Independencia por su permanente ambivalencia y errático comportamiento frente a
los españoles, determino que fuera desplazada por los jefes militares y que
como grupo dirigente no figurará en la nueva escena republicana.
En resumen, al romperse los lazos con la metrópoli la aristocracia criolla no
pudo, como
algunos lo hubiesen querido, servir de equipo de reemplazo y estabilidad.
Destruida la cabeza patrimonial metropolitana y aristocracia colonial, que
daban orden y concierto organización de la sociedad y la política, el “cuerpo”
social se fragmento, descoyuntándose en parcelas gobernadas por grupos
señoriales que ostentaban una importante autonomía como para decidir la suerte
de sus respectivas jurisdicciones. La permanente tensión patrimonial entre la
metrópoli y los grupos oligárquicos, al romperse l pacto colonial, se resolvió
con la “feudalización política”.
A partir de entonces la dirección política del país cayó en manos de los jefes
militares de la campaña de la Independencia.
Es así como a partir de la Independencia, el
Perú sufrió una fragmentación política que origino una profunda inestabilidad
que, duro hasta fines del
siglo XIX.
El Perú atrevesó a partir de entonces, y hasta fines del siglo un proceso aparentemente
paradójico: el establecimiento de unja “situación” oligárquica una fracción
hegemónica.