Hola soy Martín
Lutero King y Estoy orgulloso de reunirme con ustedes hoy, en la que sera ante la historia la mayor manifestación
por la libertad en la historia de nuestro país.
Hace cien años, un gran estadounidense, cuya simbólica sombra nos cobija
hoy, firmó la Proclama de la emancipación.
Este trascendental decreto significó como
un gran rayo de luz y de esperanza para millones de esclavos negros, chamuscados en las llamas de una marchita injusticia.
Llegó como un precioso amanecer al final de una larga noche
de cautiverio. Pero, cien años después, el negro aún
no es libre; cien años después, la vida del negro
es aún tristemente lacerada por las esposas
de la segregación y las
cadenas de la discriminación;
cien años después, el negro vive en una
isla solitaria en medio de un inmenso océano de prosperidad
material; cien años después, el negro todavía
languidece en las esquinas de la sociedad estadounidense y se encuentra desterrado en su propia tierra.
Por eso, hoy hemos
venido aquí a dramatizar una condición vergonzosa.
En cierto sentido, hemos venido a la capital de nuestro país, a cobrar un cheque.
Cuando los arquitectos de nuestra república escribieron las magníficas palabras de la Constitución
y de laDeclaración de Independencia,
firmaron un pagaré del
que todo estadounidense habría de
ser heredero. Este documento era la promesa
de que a todos los hombres, les serían garantizados los inalienables derechos a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
Oyente: oh, qué discurso mas inspirador y profundo. Me hizo recordar
el otro discurso de Martín Lutero que plantea sus
objetivos e ideales.
Sé que algunos de ustedes han venido
hasta aquí debido a grandes pruebas y tribulaciones. Algunos han
llegado recién salidos de angostas celdas. Algunos de ustedes han
llegado de sitios donde en su búsqueda
de la libertad, han sido golpeados por las tormentas
de la persecución y derribados
por los vientos
de la brutalidad policíaca.
Ustedes son los veteranos del sufrimiento
creativo. Continúen trabajando con la convicción
de que el sufrimiento que no es merecido,
es emancipador.
Regresen a Misisipí,
regresen a Alabama, regresen
a Georgia, regresen a Louisiana, regresen
a los barrios bajos y a los guetos de nuestras
ciudades del Norte, sabiendo
que de alguna manera esta situación
puede y sera cambiada. No nos
revolquemos en el valle de
la desesperanza.
Oyente: que buena planeación la de este buen
hombre, me daesperanza de poder
realizar un cambio en la sociedad, de crear un mundo mejor sin desigualdades ni discriminaciones.
Gracias a él soy una
persona mejor, siguiendo fielmente sus palabras,
a él a través
del
tiempo y a su legado.
Sueño que mis cuatro hijos
viviran un día en un país en
el cual no seran juzgados por el color de su piel, sino
por los rasgos
de su personalidad.
¡Hoy tengo un sueño!
Sueño que un día, el estado de Alabama cuyo gobernador escupe frases de interposición entre las razas y anulación
de los negros, se convierta en un sitio donde los niños
y niñas negras, puedan unir sus
manos con las de los niños y niñas blancas y caminar unidos, como hermanos y hermanas.
¡Hoy tengo un sueño!
Sueño que algún día los valles seran
cumbres, y las colinas y montañas seran llanos, los sitios mas escarpados seran nivelados y los torcidos seran enderezados, y la gloria de Dios sera revelada, y se unira todo el género humano.
Martin Lutero: les pido que analicen estas
palabras con calma. Tomen
el mismo rumbo que yo y me ayuden
a cumplir este
sueño que me mueve para que
los hijos de sus hijos vivan
en una sociedad mas segura.
(Se para y se va
siento aclamado por la multitud)
(Le disparan en la salida).