Dentro de esta época fue muy próspero el crecimiento espiritual,
material y cultural de Guadalajara, pues el indígena no volvió a
crear mayores problemas a los españoles, sino al contrario: se
incorporó a la nueva forma de vida que ofrecía el mestizaje.
Por este motivo el número de habitantes se
incremento, así como las escuelas,
hospitales, templos y conventos, en una ciudad mas grande en
extensión pero que continuaba de un solo piso, con casas de adobe y un
buen número de mesones y macheros para los comerciantes y las
mercaderías que pasaban por Guadalajara.
En tiempos del Obispo Ruiz Colmenero creció la devoción por
algunas advocaciones de la Virgen, tanto la de Zapopan y la de La Soledad, como
la de San Juan de los Lagos, para corresponder a las necesidades del pueblo y,
a la vez, Guadalajara recibió a varias órdenes religiosas
mas: dominicos, mercedarios, carmelitas descalzos y juaninos. Todos dejaron enormes conventos que ennoblecieron a la ciudad, de
algunos de los cuales hoy quedan restos.
A fines del siglo
XVI, llegaron a Guadalajara las primeras monjas dominicas. Venían de la ciudad de Puebla y construyeron el convento de Santa
María de Gracia para vivir en él. Mas adelante,
hubo una extensión de este monasterio en el de
Jesús María. A finales del
siglo XVII llegaron también las religiosas carmelitasdescalzas de la
ciudad de Puebla, a fundar su casa en Guadalajara, donde ya se
había construido un convento para ellas, el de Santa Teresa. Desde el
siglo XVI, los niños aprendían a leer, a escribir y, a veces, un poco de gramatica. Aquellos que deseaban estudiar
mas se veían obligados a ir a la ciudad
de México, donde estaban los mejores colegios, incluida la Real y
Pontificia Universidad de México.
En atención a que es una época con marcada influencia religiosa,
los frailes, especialmente franciscanos, agustinos, dominicos, mercedarios,
jesuitas y carmelitas descalzos, hicieron mucho esfuerzo por mantener
institutos propios de formación religiosa, estableciendo clases de
teología y estudios mayores, así como sus noviciados. El clero
diocesano no contó con un seminario sino hasta
fines del
siglo XVII.
La ciudad fue adquiriendo mayor importancia para la Corona Española, por
lo que, a finales del
siglo XVII los obispos eran de mayor edad y, por tanto, personalidades de
relevancia social con gran cultura, ademas los criollos ya manejaban el
Ayuntamiento.
La vida de la ciudad era mucho mas tranquila que la de la capital del
virreinato. Sólo se veía afectada su paz
durante las fiestas religiosas y muy en especial la del
Paseo del Pendón y la del 29 de
septiembre, día del
patrono de la ciudad, San Miguel Arcangel.
Todo lo que se hizo en los siglos XVI y XVII para las artes,
la cultura, el culto divino y la religión, fue muy pobre, especialmente
las letras pues no habíaimprenta. Sobresale, sin embargo, la
figura del fraile franciscano Juan Guerra, quien publicó en 1692 un
texto sobre la lengua indígena que se hablaba por este rumbo.
En cuanto a cultura, historia y literatura, la mayor obra fue La Crónica
Miscelanea de la Santa Provincia de Jalisco, del también fraile
franciscano Antonio Tello. Hubo unas cuantas aportaciones
mas de otros religiosos. Sin embargo, esta
carencia hizo pensar a las autoridades neo gallegas en la posibilidad de una
universidad, de una imprenta y de buscar buenos modelos a seguir. A
finales del
siglo XVII y principios del XVIII, eran dos los intereses principales en la
capital tapatía: El Comercio y La Evangelización,
colonización del Noroeste. La población estaba constituida
mas o menos como
en la centuria anterior: españoles peninsulares, criollos, mestizos,
indígenas, algunos chinos, unos cuantos japoneses y buena cantidad de
negros laboríos, entre todos los cuales se fueron enriqueciendo las
castas.
Estos últimos se mantenían trabajando como sirvientes. A
esto hay que agregar que Guadalajara
era meta propicia para la inmigración de
portugueses, judíos y hasta indígenas chichimecas. La agricultura
fue común en esta época. Muchas familias de Guadalajara
tenían grandes terrenos destinados para la siembra y recolección,
sobre todo del
maíz. Se cosechaba cacao y caña de azúcar, aunque el
comercio con la
plata, la minería y la ganadería,
también fueron actividades importantes de los vecinos de estaciudad.
Antiguo Colegio Jesuita de Santo Tomas de Aquino
También se encuentra el antiguo colegio jesuita de Santo Tomas de
Aquino, edificado en la última década del siglo XVI y que
en 1792 fue ocupado por la Universidad. De la construcción sólo
persisten lo que fuera la iglesia, con su monumental cúpula del siglo
pasado, y la capilla de Loreto anexa, edificada en 1695 por Juan María
de Salvatierra. El templo de San Juan de Dios, que antiguamente fue la capilla
de la Santa Veracruz, edificada en el siglo XVI por don Pedro Gómez
Maraver, se levantó en el siglo XVIII con fachada barroca de sobrias
características. La iglesia de la Merced,
con un estilo barroco similar al de San Juan de Dios,
aunque mas recargado, fue fundada en el siglo XVII por los frailes
Miguel Telmo y Miguel de Albuquerque.
El templo de la Soledad
El templo de la Soledad, fue construido hacia
finales del
siglo XVII y principios del XVIII a instancias de doña Juana Romana de
Torres y su esposo el capitan Juan Bautista Panduro. En
el lugar estuvo la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y del
Santo Sepulcro, ocupando una capilla dedicada a San Francisco Xavier. El
templo y colegio de San Diego, obra del
siglo XVII; el primero con una portada muy sobria que ya parece pertenecer al
estilo neoclasico y el segundo con una bella arquería que
ornamenta su viejo claustro.
La iglesia de Jesús María
La iglesia de Jesús María, anexa al convento del mismo nombre,
fue fundada en 1722;aún conserva sus portadas barrocas, sobre las que se
ven esculturas de bulto que representan a la Sagrada Familia, la Virgen de la
Luz, San Francisco y Santo Domingo.
Templo de Nuestra Señora de Aranzazu
Por último es importante resaltar tres construcciones religiosas
mas que se han perfilado por ser los mejores
ejemplos, cada una en su tipo, del desarrollo
de la arquitectura colonial en Guadalajara,
principalmente entre los siglos XVII y XVIII. Así tenemos la, de
mediados del
siglo XVIII, con su curiosa espadaña y su interior ornamentado con
magníficas pinturas y retablos churriguerescos de la misma época
y considerados los mejores de la ciudad.
Convento e iglesia de Santa Mónica
El convento e iglesia de Santa Mónica, fundado por el padre Feliciano
Pimentel en la primera mitad del
siglo XVIII; su templo exhibe una doble portada con una rica
ornamentación catalogada como la mejor
muestra del
estilo barroco salomónico exuberante. El templo de San Felipe Neri,
construido en 1766 por el arquitecto Pedro Ciprés, forma un conjunto de
extraordinaria sobriedad que incorpora en su ornamentación elementos con
reminiscencias platerescas, aspecto que coloca al templo como el mejor edificio
religioso de Guadalajara.
La Catedral de Guadalajara o Catedral de la Asunción de María
Santísima
Es parroquia sede de la Arquidiócesis de Guadalajara y uno de los
edificios mas representativos de la ciudad, no sólo por sus
torres con agujas neogóticas, sino porque tieneuna gran historia.
El 18 de mayo de 1561 se obtuvo la autorización por Cédula Real
para edificar la iglesia Catedral, cuyo costo sería cubierto por la Real
Hacienda, los encomenderos y los indios (disposición que no se
cumplió del todo); así que el 31 de julio de 1561, Fray Pedro de
Ayala quien fue el segundo obispo de la Nueva Galicia, colocó y bendijo
la primera piedra de este bello templo.
A la ceremonia de esta colocación asistieron los
cabildos eclesiastico y civil, la Real Audiencia y los nobles de la
ciudad.
Hasta el día 30 de mayo de 1574 todo había transcurrido con
normalidad, sin embargo, mientras se celebraba una misa, unos vecinos lanzaron
unos disparos al aire en el corral contiguo, algunos cayeron en la iglesia y
esta se incendió. La iglesia quedó semidestruida.
Por cédula real se obtuvo el dinero para la nueva
catedral. La obra avanzó muy despacio, pues escasearon los
fondos, mas para febrero de 1618 el maestro arquitecto Martín Casillas y
Martin Casollas había llevado los trabajos a su término. Por fin
en abril del
mismo año se trasladó el Santísimo Sacramento, de la
antigua iglesia a la nueva. En el año de 1818,un
fuerte terremoto sacudió a la ciudad, y cuando este terminó
había ocurrido una nueva tragedia: las torres y la cúpula se
habían derrumbado. Fueron sustituidas por unas nuevas, mismas que
también se derrumbaron por un posterior
terremoto en el año de 1849. Las nuevas torres
fueron construidas por el Ingeniero Arquitecto ManuelGómez Ibarra,
costando 33,521 pesos, se tardaron tres años en ser construidas y fueron
terminadas en 1854. El Papa Pío XII la elevó al
rango de basílica menor, dedicandola a la Asunción de
María Santísima.
En las construcciones que corresponden a la arquitectura civil, hay algunos
edificios admirables, entre los que se puede mencionar el Palacio de Gobierno,
antiguas casas reales que fueron modificadas en el siglo XVIII siguiendo un
proyecto del ingeniero militar Juan Francisco Espino, aunque la fachada fue
obra de Miguel José Conique. La edificación fue concebida en
esencia al estilo barroco, pero se notan ya en ella
ciertas tendencias neoclasicas. En el recinto
funcionaron las oficinas reales, que estuvieron en el desaparecido Palacio de
Medrano, y las salas de audiencia.
Tenemos ademas el que fuera el Seminario Conciliar dedicado a San
José inaugurado por el obispo Galindo y Chavez en 1701, hoy
ocupado por el Museo Regional de Guadalajara, con su claustro principal de
columnas del tipo toscano y sus portadas barrocas. El famoso Hospicio
Cabañas levantado a principios del siglo XIX, siguiendo los planos del
ilustre arquitecto Manuel Tolsa, dirigiendo la obra José
Gutiérrez y concluido años después por el arquitecto Gómez
Ibarra, y que constituye un notable ejemplo del estilo neoclasico.
Entre otras construcciones menores que brindaron unidad estilística a la
ciudad de Guadalajara
pueden mencionarse, aunque no todas se conservan: la señorial casona
delsiglo XVI que estuvo frente a la que fuera la plazuela de San Sebastian
del barrio de Analco. La casa de la calle de la Alhóndiga Núm. 114, actualmente Pino Suarez. Las
residencias que fueran de los Sanchez Leñero en el Núm.
37 y la de don Dionisio Rodríguez en el Núm. 133
de la calle de Alcalde. La casa de los Calderón, tradicional
dulcería colonial fundada en 1729 y ubicada en la esquina de las
antiguas calles de Santa Teresa y Santuario, hoy Morelos y Pedro Loza; la de
Francisco Velarde, de estilo neoclasico, y por último la que
fuera la mansión de los Cañedo, ubicada frente a la parte
posterior de la Catedral.
En las cercanías de Guadalajara, tercer
ciudad en importancia del
país, se encuentra la antigua villa de San Juan Bautista
Melzquititlan, hoy San Juan de los Lagos. Esta localidad se
ha convertido en un importante centro religioso por la gran tradición
milagrosa de la imagen de la Virgen María que conserva su
basílica, edificada a mediados del siglo XVII por don Juan
Rodríguez Estrada. En el mismo poblado se pueden ver otras construcciones
como el templo de Tercera
Orden, la capilla del Calvario, la capilla del Primer Milagro, que datan de los siglos
XVII y XVIII. También existen en la población importantes
inmuebles de caracter civil como el Palacio del En Colegio y el
edificio de los Diezmos, entre otros.
la localidad de Lagos de Moreno se puede apreciar su
parroquia principal, obra del
siglo XVII con una bellísima fachada de estilo churrigueresco.