Arquetipo del déspota ilustrado, desde
muy joven mostró un espíritu inquieto,
gustos refinados e inclinación al estudio de las ciencias y las artes,
acaso por la influencia de su preceptor, un hugonote francés llamado
Jacques Duhan de Jandun. Dado su caracter sensible, chocó
continuamente con su padre, Federico Guillermo I, hombre de temperamento
autoritario.
A los dieciocho
años huyó de la corte acompañado de su amigo Katte;
detenidos, éste fue ejecutado y Federico encerrado en Küstrin hasta
que reanudó sus estudios y se sometió a la disciplina paterna. En 1736 le fue
entregado el castillo
de Rheinsberg para que
mantuviera su propia corte, lo cual le permitió satisfacer sus ansias de
vida cultural y cortesana. Accedió al trono en 1740, a la muerte del Rey Sargento, como era conocido su
padre.
Su afan de gloria y conquistas y la
voluntad de liberar a Prusia de la dependencia de Austria
lo movieron a enviar las tropas a Silesia,
donde obtuvo la brillante victoria de Mollwitz, que rubricó la eficacia del ejército organizado
por su padre y su propio talento como
estratega. La debilidad de los Habsburgo fomentó una alianza con Francia
que se mantuvo hasta 1742, año en que se retiró del conflicto por separado, con la
posesión de Silesia
asegurada. Sin embargo, las circunstancias del enfrentamiento, que se prolongó en
la guerra de Sucesiónde Austria,
le obligaron a entrar de nuevo en liza en 1744; en esta segunda campaña
salvó en varias ocasiones a su ejército del
desastre gracias a su brillantez como
militar. Por la paz de Dresde (1745), Austria reconoció de nuevo la
posesión de Silesia a Prusia, pero quedaron latentes todos los
conflictos que enfrentaban a las potencias europeas, hecho que acabaría
por determinar en 1756 la coalición de Austria, Rusia, Francia y Suecia
contra Prusia, a su vez apoyada por Gran Bretaña; ello significó
el comienzo de la guerra de los Siete Años, de la que Prusia
salió arruinada, pero convertida en una gran potencia militar:
conservó Silesia y recuperó Pomerania, Sajonia y otros
territorios ocupados por sus oponentes.
La muerte de la zarina Isabel en Rusia y el
acceso al trono de Pedro III primero y de Catalina II poco después
abrieron a Federico el camino para una alianza que le permitió emprender
la reconstrucción del
país y convertirse en uno de los soberanos mas influyentes del continente. En
política interior impulsó una serie de reformas iluministas,
apoyandose en la nobleza, a la que respetó sus privilegios:
establecimiento de una administración centralizada;
reorganización de la hacienda pública, con aumento de la
presión fiscal; supresión de las aduanas interiores;
creación de una banca estatal; reforma de la administración
dejusticia, con abolición de la tortura; e introducción de nuevos
cultivos, como la patata y el nabo, y aplicación de modernas
técnicas productivas. Propició el comercio y la industria sobre
bases mercantilistas que favorecieron el desarrollo económico,
fomentó la tolerancia religiosa y, en continuidad con la línea
militarista emprendida por su antecesor, perfeccionó la
organización y el funcionamiento del ejército e
incrementó sus efectivos. Hombre de vasta cultura, Federico II atrajo a
su corte a intelectuales y artistas como Voltaire y Bach, quien le
dedicó su Ofrenda musical.
Por su parte, el propio monarca compuso algunas
piezas musicales, como una Sinfonía en Re mayor, escribió
tratados en los que expuso su pensamiento político y sus particulares
ideas acerca del Estado, como Antimaquiavelo (1739), Testamentos
políticos (1752-1768) y Ensayo sobre las formas de gobierno (1777),
participó en el trazado de los planos de los palacios de Sans-Souci y
Potsdam y del edificio de la Ópera de Berlín, y puso su sello a
un estilo que transita entre el rococó y el neoclasico.
También tuvo participación directa en el reordenamiento urbano de
Berlín, una ciudad que durante su reinado se
convirtió en una urbe moderna y dinamica. Fomentó
así mismo las ciencias a través de la Academia de Berlín y
sancionó la obligatoriedad de la enseñanza primaria.