ANALISIS
RAFAEL MARQUES
Las raíces de la violencia en
Africa. El caso de Angola
a primera idea que se me ocurre al aceptar, de una forma atrevida, la
invitación a hablar de las causas de los conflictos en Africa es,
precisamente, el recelo de que se excaven las raíces de un arbol ya de por sí expuesto a las
inclemencias. Es el miedo de que si se cava un poco
mas, el arbol pueda caer.
L
El recelo supera, de un modo general, la mentalidad
angoleña cuando se trata de abordar, de forma profunda y exhaustiva, las
causas de los conflictos que asuelan Angola. Estos conflictos
originaron, de forma conjugada, la mas sofisticada y sangrienta de las
guerras civiles africanas, por un periodo de 27
años. Ciertamente, en otras areas de conflictos permanentes y
cíclicos también se pueden encontrar los fundamentos de este recelo.
A principios de 2001, al elaborar las estrategias para la organización
de un foro sobre las causas del conflicto en Angola, un respetable
académico y luchador por la independencia, Justino Pinto de Andrade, me
llamó la atención sobre el peligro de abordar las causas sin
reavivar los odios y provocar mas conflictos. Su experiencia se impuso y
optamos, solidariamente, por realizar un Foro sobre
las Múltiples Consecuencias de la Guerra en Angola.
Era fundamental, a parte de esto, mostrar a los angoleños, nuestros
compatriotas, y al mundo, los nefastos impactos de la guerra, sus consecuencias
sobre las diversas vertientes, económica, social, cultural,
psicológica, etc. Las consecuencias tal vez nos
uniesen mas que las causasporque entre estas estaría,
posiblemente, la contribución negativa de algunos y en las consecuencias
nos encontraríamos todos, casi sin excepción. Por
tanto, era fundamental comenzar por lo que nos une. Fue
la opción.
A pesar de todo, se tiene la sensación de
que a lo largo de la historia de Africa ha sido aplazado el estudio de
las causas mas profundas de los conflictos en aras
de una supuesta política de tolerancia. Son apenas
cuestiones de orden tactico que nos aconsejan comenzar por el final.
Pero actualmente, sin tener que evitar herir susRafael Marques, director de
Open Society en Angola.
analisis
ceptibilidades y subjetividades, me siento mas propenso a tratar de las
causas, que
son a fin de cuentas la razón de esos conflictos.
Centraré mi exposición del caso de Angola en los aspectos
siguientes:
• La permanencia de las causas y su fomento en la resolución de
conflictos
• Los modos y modelos de gobierno
• La afirmación de las identidades y los problemas étnicos
• La disputa interna por el poder
• Las elites económicas y sociales por procuración
• Las fragmentaciones sociales
• El legado colonial
• Las ingerencias, oportunidades y oportunismos externos
I La permanencia de las causas y su fomento en la resolución de
conflictos
Angola es el paradigma de la resolución superficial de conflictos, al
coleccionar
una extensa lista de acuerdos fracasados, incluyendo el que hace referencia a
la independencia del país (Alvor, Portugal, 1974). Recordemos
los acuerdos de
Gbadolite (1989), Bicesse (1991), Addis Abeba, Abiyan (1993) yLusaka
(1994).
Estos acuerdos de paz tienen, en común, la
exclusión política y social de las fuerzas no armadas en el
proceso de paz y reconciliación, que cristaliza la percepción
de que solamente la vía armada garantiza el derecho de
participación en el proceso. Al abandonar la lucha
armada en 1978, el FNLA, firmante de los acuerdos de
Alvor, perdió el derecho de participar en los acuerdos posteriores.
Para entender mejor esta afirmación, se ha de mencionar el
último acuerdo. El 4
de abril de 2002, el Gobierno y lo que quedaba de la dirección del
grupo rebelde
UNITA firmaron un Memorando de Entendimiento, que ponía fin,
formalmente, a la
guerra civil en el país. Este acuerdo fue el resultado, en un primer
analisis, del desbaratamiento de las fuerzas militares de la UNITA y la
decapitación, por el ejército
gubernamental, de su dirección, incluyendo a su presidente, Jonas
Savimbi.
Haciendo caso omiso a la enorme presión interna para el fin de la guerra
por la
vía del
dialogo y la concertación con las fuerzas vivas del país, el Gobierno hizo
triunfar su tesis de «hacer la guerra para acabar con la guerra».
Para ello, contó con
el apoyo fundamental de la comunidad internacional, sobre todo de las Naciones
Unidas, a través del debilitamiento y aislamiento
de la UNITA mediante las sanciones internacionales. Para la mayoría de
los angoleños los costes han sido aterradores,
puesto que tal opción implicó la implementación de
estrategias militares de tierra quemada y del desplazamiento forzado de la
población.
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Es importante destacar algunos aspectosde la firma del Memorando de
Entendimiento. La UNITA, en poco mas de un mes,
según los datos oficiales, acuarteló a
mas de 84.000 guerrilleros y a 350.000 familiares suyos, lo que equivale
a cerca del
5% de la población angoleña.
Se debe destacar la ausencia de cualquier proceso de
liberación formal de prisioneros, lo que supone que los beligerantes no
hacían prisioneros, eliminando a los
capturados, o los incorporaban en sus filas.
Sin que hubiese una fiscalización independiente, ¡el Gobierno y la
UNITA concluyeron el desarme y la desmovilización de todos los efectivos
en cinco meses!
Este número considerable de ex guerrilleros (apenas 5.000 fueron
integrados en el
ejército único) y sus familias se unieron, de esta forma, a los
cuatro millones de desplazados internos, que representan un
tercio de la población angoleña. Las
Naciones Unidas han declarado que 1,9 millones de
desplazados dependen exclusivamente de la ayuda humanitaria internacional. A este hecho se suma una tasa de
desempleo nacional de cerca del
70% de la población activa. Para este ejército de
excluidos sociales no hay ni habra, con el actual Gobierno, una
política seria y ejecutable que los redima de la condición
subhumana y les dé oportunidades sociales,
por la naturaleza del propio régimen, como se vera
mas adelante.
Muchos de los que lucharon con la UNITA crecían entre causas evocadas
por sus
líderes y que se pueden resumir en el rescate de la Angola Profunda, en
la que el
pueblo angoleño ocuparía el primero, el segundo y el tercer
lugares en la lista de
las prioridades delEstado. El fin de la guerra no invalida, de ningún
modo, este discurso, que es idéntico al que
escuchaban los que fueron abandonados por Estado
providencia.
Las Naciones Unidas y la troika de observadores, constituida por los Estados
Unidos, Rusia y Portugal, fueron convidadas, sólo durante
45 días, a fiscalizar la
conclusión del anterior acuerdo de paz,
conocido como
el Protocolo de Lusaka. De
hecho, el proceso se resume en el nombramiento, por parte de la UNITA, de los
cuadros que ocuparían los cargos en el Gobierno de unidad y
reconciliación nacional y la recuperación de su patrimonio. Una
vez mas, al igual que los anteriores
acuerdos, se verifica la exclusión de las fuerzas políticas no
armadas y del resto
de
la sociedad en el proceso de pacificación y normalización del país. El
Gobierno del
MPLA, en calidad de beligerante vencedor, determina lo que le
corresponde a la
UNITA, beligerante derrotada, en el reparto del
poder y el acceso a los recursos del
país. Esta polarización es legitimada por las Naciones Unidas, como mediadora en
el proceso, y por la troika de observadores, contra la voluntad de las
demas corrientes
políticas y sociales angoleñas.
45
analisis
Una política que resalta la violencia como único
mecanismo viable de negociación política, repitiendo, de esta
forma, la exclusión por la vía de las armas.
El problema entre el MPLA y la UNITA tiene que ver con el pasado y no con el
futuro de Angola.
Estas fuerzas no mantienen divergencias sobre el futuro porque ni
siquiera debaten proyectos para la sociedad angoleña. Portanto, se
origina un vacío en la política de definición del futuro
de Angola, dando lugar a la estructuración
política de los resentimientos y la desconfianza como mecanismos de
movilización
de los sectores mas descontentos y incrédulos con la
reconciliación.
Ademas, excluye del
proceso el desarme de la población civil, armada por los
responsables gubernamentales como forma de
enfrentar, con éxito, a los reducidos
efectivos que la UNITA poseía en 1992 en Luanda
y otras ciudades del
país.
En cuanto al proceso de reconciliación, se limita solamente al punto 1 del
Capítulo II del Memorando de Entendimiento: la concesión de una
amnistía general
de todos los delitos cometidos en el ambito del conflicto armado.
El 18 de septiembre de 2002 fue presentado en Luanda el esbozo de una agenda
de paz y reconciliación de la sociedad civil
que afirma la importancia que participen en el proceso de reconciliación
todos los angoleños. Apela a la necesidad de
un compromiso fundamental de los que hicieron la
guerra con las grandes víctimas
directas del conflicto armado, como los mutilados,
refugiados, desplazados, huérfanos de guerra y los militares
desmovilizados.
Por este motivo, es necesario evaluar si son justas
las medidas políticas dirigidas a
la normalización de la vida de los grupos sociales antes identificados y
las acciones
de cariz psicológico para combatir los traumas de la guerra, el miedo,
el deseo de
venganza y fomentar el perdón mutuo y una verdadera justicia social 1.
El documento citado destaca la necesidad de crear un mecanismo para que se
conozcala verdad del proceso de lucha
política y del conflicto armado en Angola,
similar a la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de
Surafrica. A través de este
instrumento se exorcizarían los fantasmas del
pasado y, como
garantía de convivencia social, se acabaría con la impunidad.
Según Johan Paul Lederach, la reconciliación tiene que ver con
tres paradojas específicas. La reconciliación, «en un
sentido general, promueve un encuentro entre
la expresión franca
de un pasado doloroso y la búsqueda de la articulación de un
futuro interdependiente a largo plazo. En segundo lugar, la
reconciliación proporciona un punto de
encuentro para la verdad y la misericordia, en la que es aceptada y ratificada
la exposición de lo que pasó y se cede a favor de una
relación reno-
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vada. En tercer lugar, reconoce, ademas, la necesidad de dar tiempo y
espacio a la
justicia y la paz, para que la enmienda de los daños vaya unida a la
concepción de
un futuro común» 2.
La destrucción militar y, en cierto sentido, política de la UNITA
constituyen actualmente la única garantía de que en Angola no
habra mas guerra.
Resuelto el conflicto militar entre el Gobierno y la UNITA, surge la siguiente
pregunta: ¿Y las causas? ¿Y las fuentes
emergentes de potenciales conflictos? Con este
propósito, es importante analizar, de igual modo, la actual
retórica política de reconciliación y
reconstrucción en Angola.
¿Cómo puede haber reconciliación
donde nunca hubo una conciliación efectiva?
¿Cómo se puede reconstruir lo que nunca se
construyó? Mas del 80% de las infraestructuras
delpaís son del
periodo colonial, y el propio Gobierno, desde hace 27
años, ha destruido por incuria y negligencia mucho mas de lo que
proyectó construir en las areas no afectadas por la guerra. Como ejemplo, la Asamblea Nacional
ocupa todavía las salas del entonces cinema Restauradores.
Ademas, un régimen
que siempre vivió de la guerra y para la guerra no fue capaz de
construir un cuartel
militar aceptable, incluso en las zonas que siempre estuvieron en paz.
I Los modos y modelos de gobierno
En un analisis sobre la legitimidad del
poder, Manuel Jorge, académico angoleño,
afirma que el poder solamente es legítimo cuando emana del pueblo y actúa de
acuerdo con su voluntad. En su lógica, al incumplir este principio, en
varios países
africanos y del tercer mundo «los dirigentes de esos países se ven
obligados a abandonar el poder, de manera compulsiva, creando de esta forma, a
veces, un vacío
que es la base de tanta anarquía y atrocidades» 3.
A este respecto, veamos lo que sucede en Angola y cómo la ilegitimidad del poder constituye, hasta que se tomen medidas, la
potencial causa del
conflicto, de orden social.
Angola se define,
formalmente, como
un estado democratico de derecho, cuya
soberanía reside en el pueblo, que ejerce el poder político
mediante el sufragio universal periódico con el fin de elegir a sus
representantes 4. Por consiguiente, actualmente no existe en Angola
ningún órgano de gobierno, en funciones, con un
mandato legitimado por el sufragio popular 5. Por otro lado, las funciones del Gobierno
son dirigidas por el presidente de laRepública, violando la Ley
Constitucional 6. El
Proveedor de Justicia y el Tribunal Constitucional, órganos a los que la
Ley Consti-
47
analisis
tucional atribuye competencias en las cuestiones de control de la legalidad de
la
Administración Pública y de la constitucionalidad de las leyes,
no han sido creados
porque se requiere, para su aprobación, una mayoría de dos
tercios que el partido
en el poder, el MPLA, no tiene en la Asamblea Nacional.
Al mismo tiempo, desde 1998 el cargo de primer ministro esta
institucionalmente
usurpado por el Presidente da República determinando, de esta forma, la
invalidez
y la nulidad de los actos y contratos del Gobierno, tanto en el orden interno
como
en su relación con las entidades extranjeras, sujetos a la firma del
primer ministro 7.
Este cuadro de ilegitimidad democratica y de inconstitucionalidades
demuestra
que Angola se encuentra en
una situación de desgobierno, en la que el control de
los medios de la violencia y de acceso a las riquezas del país son los mecanismos
privilegiados de manutención del
poder.
El actual cuadro jurídico constitucional suscita
también la cuestión de la aplicación conceptual de modelos
de gobierno sin el cuidado de su ejercicio practico.
La instauración del
marxismo-leninismo, en la ascensión del MPLA al poder, en
1975, sirvió de pretexto o de causa para que Occidente fortaleciera la
UNITA, entonces incipiente desde el punto de vista militar, para combatir la
expansión del
comunismo.
La llegada de la democracia estimuló, en cierta medida, la
privatización del
Estado y elabandono por parte del Gobierno de gran parte de sus
responsabilidades
sociales transformandose, de esta forma, la clase dirigente comunista y
privilegiada
en una oligarquía del
petróleo y de los diamantes.
A medida que se ensayan nuevas formas de gobierno, la situación
económica, social y política del país
empeora, porque la realidad se articula apenas en el ejercicio
de mantener el poder. Este ejercicio se asienta en el control efectivo del ejército y la
policía, como medios de represión,
y en el control absoluto de la economía y los
recursos naturales y financieros como
agentes de corrupción. Allí donde la
represión falla, la corrupción actúa.
Mary Kaldor llama la atención sobre la erosión del monopolio de la violencia legítima como uno de los factores
emergentes de las nuevas guerras 8. Antes, se refiere
al contexto de la erosión de la autonomía del Estado y, en
ciertos casos extremos,
de su desintegración.
El caso mas reciente de esta erosión, en Africa, se
concreta en la Costa de Marfil,
que era uno de los grandes ejemplos de estabilidad política y militar en
Africa. La
48
pérdida de control del
ejército, como
un todo, potenciado por las malas condiciones de vida de los soldados y los
existentes tumultos étnicos y de lucha por el poder, llevaron al
país, en poco tiempo, a una situación de guerra civil.
I La afirmación de las identidades y los problemas
étnicos
Los angoleños alcanzaron la independencia en 1975, divididos en tres
movimientos rivales cuyos dirigentes y bases tenían, y continúan
teniendo, una predominancia étnica. Desdeentonces, en un largo paso que se supone de civilización, el
problema etno-lingüístico se convirtió en tabú y
fuente permanente de tensiones y
de violencia.
Hablar una lengua local en el centro
de la capital del
país, en público, continúa
siendo motivo de desprecio y desconfianza y muchas veces de repulsa. La
hegemonía de la lengua portuguesa es considerada, por los
ideólogos del actual régimen,
como factor de
unidad de los angoleños. En el interior del país, en
la llamada
Angola Profunda, la realidad es diferente.
Luanda asume, como capital, el papel de triturador de las
identidades culturales
de los diferentes pueblos de Angola,
vistiéndose con una piel cosmopolita que no
encuentra fundamento en el respeto mutuo por la diversidad cultural.
Sin hacer ningún esfuerzo para impedirlo, los angoleños heredaron
las divisiones
fomentadas por el poder colonial portugués y las han explotado para
beneficio de
unos grupos sobre otros, multiplicando así la pesadilla neocolonial.
«La conciencia de esa división era (y continúa siendo)
bastante elevada en el seno del pueblo. No obstante, fue
ignorada por las elites políticas que posteriormente
asumirían el poder, preocupadas por una pretendida unidad nacional, sin
sustrato
político, en detrimento de la asunción política de una
solución conveniente para las
diferencias de caracter regional, étnico, racial y
cultural» 9.
Con la llegada de la
paz, la lucha por la afirmación de las
identidades y la autonomía cultural de los diversos grupos
etnolingüísticos ganara espacio central en el
debate político, social ycultural. Y, así, podra emerger
otra fuente o causa de conflictos, dependiendo del rumbo que se
dé a la forma de tratar el asunto. Por norma,
los políticos y los intelectuales angoleños prefieren guardar
esos asuntos en el armario de las causas o casos para usar en beneficio de su
partido o grupo etnolingüístico o racial al que pertenecen. Esta
practica mereció, en algunas ocasiones, una clara
y valiente posición por parte del
clero de la Iglesia Católica. «¿Sera un delito en
Angola
nacer de padres ovimbundos, kicongos o kimbundos?
Provocar mortíferas
49
analisis
rivalidades tribales para alcanzar dividendos políticos es una
practica maquiavélica
que, ademas de amenazar el futuro de la democracia, cava entre el pueblo
un foso,
cuyas consecuencias son faciles de ver. El odio tribal sería una
tragedia para la unidad de la nación. Y no estamos
libres de posibles manipulaciones externas» 10.
En un mensaje pastoral, titulado «La patria esta de luto»,
del 30 de noviembre de
1992, los obispos de Angola y Santo Tomé denunciaron la
persecución tribal que se
adueñó, un poco por todo el país, tras las elecciones. Los
ovimbundos, acusados de
simpatizar con la UNITA, fueron las principales víctimas del
odio tribal. En otro momento, «la alegada participación
zaireña en la guerra de Angola parece haber servido
apenas de pretexto para lanzar un plan de extorsión y venganza
anticongoleñas, que
repitió en esta Luanda una explosión de odio tribal, una
injusticia que clama a los
cielos» 11. En los dos casos, el odio tribal
incidió sobre dos de las tresprincipales etnias angoleñas,
dejando transparentar una articulación de minorías contra
mayorías.
En el caso específico de la persecución a los bakongos, el 23 de
enero de 1993,
conocido como el viernes sangriento, la palabra preferida por quienes
enjuiciaban
era «arroz». Los bakongos enraizados tienen dificultades para
pronunciar la palabra
«arroz» cargando las dos erres como en
portugués. Las mujeres vestidas con las ropas habituales de los congo
también eran objetivo de las censuras populares.
Con cierto interés, la Alianza Francesa promovió, en Luanda, la enseñanza de la
lengua kimbundu (con predominancia en las provincias de Luanda, Bengo,
Kwanza-Norte y Malanje). La iniciativa expone, una vez mas, la profunda
dependencia de la afirmación identitaria a la voluntad extranjera,
debido al estrangulamiento causado por las políticas locales de
alienación cultural.
Para Mary Kaldor, en cierto sentido, todas las guerras implican un choque de
identidades 12. La UNITA continúa teniendo, estructuralmente, su base de
apoyo entre los ovimbundos; el FNLA y varios partidos políticos
encuentran entre los bakongo su base; un partido
reciente, el PRS, emergió de la región
etnolingüística chokwé, y el MPLA continúa siendo una
profusión de intereses kimbundos y mestizos.
No obstante, solamente en la provincia de Cabinda se verifica la
constitución de
movimientos puramente exclusivistas (las diferentes FLEC), en favor de la
independencia del
enclave.
I La disputa interna por el poder
Después de la celebración de las primeras y únicas
elecciones democraticas, el
29 y30 de septiembre de 1992, contestadas por la UNITA como fraudulentas, el
MPLA se amparó en que había vencido las legislativas para
transformarse en prego-
50
nero de la democracia. Inteligentemente, explotó su legitimidad
democratica, de
1992 a 1998, para conquistar la simpatía de Occidente y, por dicha
vía, aislar y derrotar a la UNITA. Paralelamente a este
proceso, el presidente José Eduardo dos
Santos, que no
ganó las presidenciales de 1992, concentró en sus manos el poder.
Dos Santos redujo la capacidad del MPLA de controlar la actividad del Estado, como partido en el poder, en favor de su núcleo
duro, muchas veces extraño a los intereses y la estabilidad del propio MPLA.
En el artículo «Presidente de la República y sus
muchachos», el semanario Angolense destacaba la ausencia de la
mayoría de los asesores del presidente en una importante conferencia del
MPLA. «Circula la idea de que esto pueda estar relacionado con la
prepotencia y el menosprecio con que los hombres del entorno del presidente de
la república encaran habitualmente las estructuras del partido»
13. Esta
contradicción se evidencia en el hecho de que José Eduardo dos Santos es, desde
1979, también presidente del MPLA.
La investigadora francesa Christine Messiant considera que la creación
de la
Fundación Eduardo dos Santos (FESA), del presidente de la
República, es la culminación del proceso de privatización
del Estado 14. Esta fundación constituye un
poder paralelo al ejercido por el Estado y una nueva forma de patronazgo de la
sociedad angoleña. La existencia de dos poderesparalelos controlados por
el mismo
hombre, José Eduardo dos Santos,
garantiza la consolidación del poder personal y
la creación de otra causa eventual de conflicto: la disputa interna por
el poder.
El 27 de mayo de 1977, en el auge de sus contradicciones internas por el
control
efectivo del poder,
el MPLA protagonizó la mayor masacre que recuerda Angola. Se
calcula que entre 30.000 a 60.000 personas murieron en la lucha que
oponía a la
facción dirigida por el entonces presidente Neto contra la de Nito
Alves, en aquel
momento miembro del
Buró Político y ministro de Administración Interna.
No obstante, terminada la guerra, el actual régimen debería
normalizar las instituciones del Estado mediante la
celebración de elecciones libres y justas. En el año
1999, el presidente prometió elecciones para el 2001, y ese mismo año mencionó
que se celebrarían en el 2003. A principios del 2003, se
anunció que se realizarían
en el 2004, y ahora se rumorea la eventualidad de que se celebren en el 2007.
Estas
fechas son anunciadas sin que se realicen consultas para el efecto, y mucho
menos
se piensa en la adopción de un período transitorio para que se
creen de condiciones políticas, sociales, económicas y de
justicia que preparen Angola para una democracia real.
Con el anuncio informal de diferentes fechas para la celebración de las
elecciones, el presidente crea confusión. Pero su
interés manifiesto en no presentarse de
51
analisis
nuevo a la consulta, le garantiza la simpatía de la gente. En realidad, el anuncio le
permite manipular su continuidad, cuandoesta en camino de cumplir otro
mandato
sin elecciones.
Hay cinco factores que se deben tener en cuenta en la disputa interna por el
poder:
• El anuncio formal del presidente de no presentarse a las próximas
elecciones
presidenciales sin anunciar cuando abandonara el poder y la presidencia
del MPLA;
• La incertidumbre de los militantes de este partido, eclipsados por el
control absoluto del poder en el palacio presidencial;
• El hecho de no haber un enemigo común –Jonas Savimbi y la
UNITA– que
amenace el poder y el futuro político y económico del MPLA;
• La incipiente democratización en el seno del partido que ofusca
la visibilidad
de las eventuales alternativas de dirección interna y sus perspectivas;
• La excesiva elitización del poder político y
económico en detrimento de una
política, por parte del MPLA, de mejoría efectiva de las
condiciones sociales de las
bases de apoyo y su consiguiente desgaste.
I Las elites económicas y sociales por procuración
La potencial candidata a la economía de mercado, Angola, pasó
rapidamente por
un proceso de privatización de la nomenklatura, en el que los
discípulos de Lenin
se transformaron, de golpe, en empresarios a imagen de Occidente, alienando,
para
su beneficio, gran parte del patrimonio del Estado y gestionando otra parte
como representantes del pueblo.
A pesar de que la guerra ha servido para justificar los fracasos
económicos,
Angola
ocupa el tercer lugar en el ranking mundial de las inversiones extranjeras directas
15. Las inversiones son, sobre todo, realizadas en la
explotación petrolíferaoffshore, sin ningún beneficio para
el pueblo. Paradójicamente, Angola también es el
primer receptor de ayuda humanitaria externa en el Africa Austral.
De 1997 a 2001, el régimen hizo religiosamente «desaparecer»
de las arcas del
Estado cerca de 1.000 millones de dólares al año 16 (de un
presupuesto que varía
entre 3 y 5.000 millones de dólares anuales). Con
certeza, los miles de millones de
dólares no desaparecieron por arte de magia o porque la contabilidad
estaba mal
hecha. El apoyo internacional a Angola
esta presupuestado, anualmente, en cerca
de 200 millones de dólares, lo que representa apenas un
quinto de los mil millones
de dólares que, por año, «desaparecen» de la
recaudación del
petróleo.
La corrupción y malversación de los fondos públicos durante la ejecución del
Presupuesto General del Estado constituye otro drenaje de los fondos
públicos. En
52
1998, el economista angoleño Alves da Rocha calculaba que el país
perdía anualmente cerca de 800 millones de dólares a causa de la
corrupción.
El sistema de gobierno cuasifeudal, impuesto en algunas provincias, es otra
demostración del sistema de patronato
estratégicamente usado en la compra de lealtades y cimiento de alianzas
17.
Tony Hodges explica que, en algunas provincias, «los gobernadores
establecieron, efectivamente, monopolios locales, abusando de sus poderes
administrativos y
su control sobre la policía para mantener apartados o cerrar negocios
rivales, al
tiempo que manipulan los procedimientos de procuración para canalizar
los contratos del Estado para sus propias firmas» 18.En el caso
particular de Malanje, la población local llegó a considerar que
solamente le faltaba al gobernador (1993-2002), Flavio Fernandes,
privatizar el cementerio para poder, también, influir a las personas
mediante el destino que se debe dar
a los muertos. A Flavio Fernandes, que antes fue secretario del
Consejo de Ministros
y ministro de Salud, se atribuye lo que se transformó en una
metafórica expresión
de la voracidad de quienes detentan el poder. «El
cabrito come donde esta amarrado», dijo.
La desesperación de la población de Malanje llevó a que el
presidente de la
República, José Eduardo dos Santos, fuese vivamente abucheado, en
un mitin público en julio pasado, en aquella provincia, para que
destituyese inmediatamente al
gobernador, su protegido.
En su editorial, el semanario Angolense subrayó que Dos Santos
había tardado
mucho en comprender que el pueblo angoleño no es un
rebaño que acepta ciegamente las ordenes del pastor 19.
Sin margen de maniobra o voluntad para reformar, regenerar e moralizar su
conducta política y la de su partido, el presidente destituyó a
su protegido, nombrandolo, poco después, para el cargo de
presidente del consejo de administración de la
Clínica Multiperfil, dependiente de la presidencia de la
República.
El 3 de junio de 1996, José Eduardo dos Santos asumía, ante el
pueblo, la urgencia de «restaurar la disciplina y la transparencia de la
acción de Gobierno, al que
prevenía de la corrupción y el trafico de influencias, y
alentaba a acabar definitivamente con la elevada criminalidad, el robo
organizado y ladilapidación del patrimonio del Estado» 20. En el
mismo discurso, el presidente asumía, de forma clarividente, el
descalabro social, el completo abandono de las funciones sociales del
Estado y la destrucción de la administración
pública 21.
53
analisis
Pasados seis años, se puede constatar que la situación social y
política empeoró y
que el presidente no hizo nada para dar la vuelta al negro
panorama que él mismo
pintó. Al contrario, sigue con su cortejo de
arbitrariedades.
Por tanto, la elite angoleña obedece, fundamentalmente, a la voluntad del poder,
al factor de la corrupción, el saqueo y al control privatizado de la
recaudación del
petróleo. Cualquier cambio que afecte este
sistema entrara en conflicto con la supuesta elite política,
social e económica. Esta elite es el resultado, esencialmente, de
la promiscuidad del
poder político, que se transfigura en poder económico y social y
seduce, con privilegios, a los sectores periféricos al centro de mando y
del dinero.
La experiencia de un pasado reciente revela que la
practica del
robo era contraria
a los habitos y costumbres de las comunidades. El robo era un problema de supervivencia en las grandes ciudades. Hoy,
el robo o el saqueo de los bienes públicos es
un pasaporte de afirmación, de honra y dignidad
de la clase política dirigente; una
tarjeta de visita de la elite.
La inversión de valores que contempla la sociedad angoleña
significa que la honra, la honestidad y la solidaridad han
sido superados por el robo, el saqueo, la corrupción, la incompetencia,
el asesinato, el chantaje, elclientelismo y la intimidación como practicas habituales del establishment.
En términos practicos, los jefes del país se sienten
seguros en su papel de corruptos e insensibles cuando, en realidad, y en muchos
casos, no pasan de ser salteadores del arca perdida, ladrones de las joyas del
pueblo, piratas que se apoderan del
barco del poder. ¿Cómo se entiende, entonces, la longevidad de este poder ahora
cristalizado en elite dominante?
Esta elite esta protegida por el ejército y la
policía, que obedecen todavía al partido. Es necesario
analizar la forma en que se producira el choque, si en el marco de
las ideas o de la violencia, en función de la distancia o proximidad de
las fuerzas
armadas y del
grado de adaptación a los vientos de cambio.
Otro elemento interesante a tener en cuenta es la elitización de los
oficiales del
ejército y la policía. Esta forma de contentar a los
controladores directos de la violencia contrasta con el pago de míseros
salarios a los soldados y agentes de la policía, así como
la atribución de vergonzosas condiciones de trabajo y de estímulo
profesional.
Sin guerra, ¿cómo podra la elite lidiar y convencer a los
soldados y a los agentes
de la policía de la misión de defensa de la patria y de la
manutención del
orden público, si no les pagan decentemente ni moralizan su
actuación?
54
I Fragmentaciones sociales
El académico angoleño Manuel Jorge define muy bien el proceso de
fragmentación de la sociedad: «La autoridad del
Estado debe ser ejercida para favorecer la cohesión social. Cuando el
poder pasa del
ejercicio de laautoridad al autoritarismo,
consagra el abuso de poder y, por tanto, de la autoridad. La consecuencia de
esta
conducta es el desmoronamiento de la cohesión social, la división
del pueblo y la
nación y la pérdida de legitimidad del poder, el aislamiento de
los dirigentes, la
desconfianza del pueblo». 22
En este contexto, ademas de los problemas ya citados, urge abordar la
desagregación del tejido social
angoleño y el aumento de la criminalidad, en tiempo de paz,
como potencial
de caos.
I Legado colonial
En muchas ocasiones, los líderes y los pueblos
africanos, los angoleños específicamente, buscan en el pasado
colonial la principal causa para sus problemas actuales. Sin minimizar los
efectos de la colonización, en la actualidad Africa se ha de
quejar mas de sus propios líderes que del pasado colonial.
Manuel Santos Lima insiste en que «en materia de
represión y crímenes contra
sus pueblos, los políticos africanos superan ampliamente a los
colonizadores» 23. Y
continúa: «Si la colonización era humana y socialmente
inmoral, el Estado africano
es, actualmente, el principal factor de conflicto y de inestabilidad de los
pueblos
africanos, por ser un vivero permanente de oligarquías a causa de la
naturaleza de
su formación». 24 Como ejemplo, un conocido padre angoleño se refería a la
afirmación de un dirigente portugués, en el proceso de
descolonización de Angola,
que
dijo: «Cada angoleño puede escoger entre tres movimientos.
¡Son todos legítimos y
reconocidos!». Para
el padre, la traición al pueblo angoleño comenzó
justamente
cuando los líderes delos tres movimientos
independentistas (Agostinho Neto, Jonas
Savimbi y Holden Roberto) comenzaron a repetir la misma frase. Al final, la legitimación de la carrera al poder continuaba
dependiendo de la voluntad colonial.
Para entender mejor este ejemplo véase el caso
de la participación de Portugal
en
el actual proceso de paz en Angola,
como ex
potencia colonizadora. Pasados 27
años, la clase política angoleña todavía
continúa sujeta a la voluntad de la ex potencia colonizadora, cuya
contribución en el proceso ha sido siempre extremadamente negativa.
Al abordar el papel de la troika en el proceso de paz,
el economista
Justino Pinto de Andrade destaca que el papel de Portugal
no tiene nada que ver
con la forma como
fue efectuada la descolonización y su impacto sobre los angole-
55
analisis
ños. Según él, la perspectiva de Portugal,
meramente mercantil, se basa en proteger
sus intereses económicos y los de sus conciudadanos residentes en el
país 25.
Ciertamente, Portugal
no tiene, en el contexto de las relaciones internacionales,
capacidad para forzar a los angoleños a que estén presentes en
los asuntos políticos
mas importantes del
país. Solamente participa con permiso o permisividad de los
políticos angoleños.
Según Manuel dos Santos Lima, «el Estado africano, al ser una
entidad jurídicopolítica de inspiración occidental, porque
es un resultado de la descolonización y
de la adopción de un modelo de organización social extranjero, no
ha conseguido
su lugar de encuentro o de realización de los ciudadanos». 26
I Ingerencias,oportunidades y oportunismos externos
Con el fin de la primera etapa de la guerra civil, en 1990, asumida por la
causa
ideológica de la guerra fría, el marxismo-leninismo versus
capitalismo, Angola,
huérfano de la guerra fría, dejó de ser escenario de
ingerencias externas y pasó a ser
el teatro de complicidades internacionales.
Hay un aspecto interesante en todos los capítulos del
largo proceso de paz angoleño: la presencia permanente, tras la
independencia, de los Estados Unidos, como
antiguo aliado de la UNITA; de Rusia, como ex
partidario del Gobierno del MPLA,
y de Portugal,
en la calidad de ex potencia colonizadora.
En ningún momento, estos países consideraron la hipótesis
de liberar Angola de
las garras de la guerra fría luchando a nivel internacional para que,
por lo menos,
otros países también pudiesen asistir a Angola como
observadores mas imparciales
y menos manchados por la sangre local y la explotación de las riquezas del país.
Hoy, Angola, la estrella del mercantilismo internacional,
es, según la definición
sarcastica de Manuel Santos Lima (1999), una de las patrias subastadas
en el mercado internacional de las traiciones, en el que se compra el pan de
los cañones y la
paz de los cementerios. Para
que los negocios de las multinacionales petrolíferas,
de los mercaderes de diamantes y de los vendedores de todo un poco prosperen,
algunos países occidentales favorecen la legitimación de la
oligarquía angoleña.
Establecen relaciones privilegiadas con una elite que encubre, generalmente,
sus
crímenes de lesa patria.
Por este motivo, Angola es masun motivo de
codicia y de complicidades que de
ingerencias externas. Desde el punto de vista diplomatico, y
según David Rieff, el
56
país se convirtió en un cementerio de esfuerzos
diplomaticos, y los principales perdedores no son los
diplomaticos, que continúan su carrera en puestos mas
compensadores, sino el pueblo angoleño 27.
Angola
fue, el 27 de septiembre de 2002, elegida miembro no permanente del
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Pocos días
después, el 2 de octubre
de 2002, el país asumió la presidencia de la Comunidad de
Desarrollo de Africa del
Sur (SADC). Angola,
por la voz de su presidente, prometió fortalecer la democracia
en la SADC.
Estos dos ejemplos explican, en cierto modo, el enorme apoyo
que las autoridades de Luanda
gozan a nivel internacional. Dos Santos,
que por sus practicas debería tener peor reputación que
Sani Abacha y Mobutu Sese Seko, todavía goza de un
estatuto de hombre honesto.
En 1998, el ejército angoleño ayudó a derrocar
militarmente, con la complacencia del
mundo democratico, al presidente del Congo, Pascal
Lissouba, democraticamente elegido por su pueblo. En
su lugar, se reinstaló el cleptócrata Dennis Sassou
Nguesso.
En cierto modo, algunos países piensan que al atribuir grandes
responsabilidades
a Angola, el país asumira, de forma resoluta, los designios de
libertad y de democracia. Sólo que la realidad ha demostrado lo
contrario, de tal forma que Angola
mantiene una presencia militar en los dos Congos y en Costa de Marfil,
exportando
guerras y su fama de camorrista. ¿Por qué Angola escapa,con facilidad, a los compromisos internacionales de
promoción de la democracia y las libertades?
Munslow (1999:552) ha explicado que «la riqueza del país es tan vasta que es
imposible adoptar un compromiso suficientemente fuerte, en el seno de la
comunidad internacional, para estimular tanto una paz duradera entre los
beligerantes como
la adopción de un paquete de estabilización macroeconómica
que pueda sanear la economía angoleña, para un eventual beneficio
de su pueblo. La riqueza mineral ha corrompido a todos los que tienen
relación con ella».
Las potencias internacionales, sobre todo las implicadas en el negocio del
petróleo (EEUU, Francia, Gran Bretaña, Noruega, Italia),
intentan garantizar la estabilidad de la explotación petrolífera
por sus multinacionales –normalmente en off-shore–, ignorando que
Angola camina hacia el abismo social.
Tengase en cuenta la continuación de la guerra
en el enclave de Cabinda. Esta
provincia mas al norte de Angola
contribuye con cerca del 60% de los ingresos de
petróleo del Estado. El 10 de octubre de 2002, las tropas
gubernamentales lanzaron
57
analisis
una gran campaña militar para eliminar los focos independentistas,
alcanzando, sobre todo, a las comunidades indefensas al no conseguir distinguir
los guerrileros independentistas de las poblaciones locales.
Las poblaciones son desplazadas a la fuerza de sus areas de origen y concentradas junto a las vías de
comunicación, quedando, de esta forma, privadas de sus tierras de
cultivo y cayendo en la dependencia exclusiva de la ayuda alimentaria y bajo
controlmilitar. Esta acción militar cristaliza el odio de los
cabindenses y les fomenta un unanime
espíritu independentista.
Las Naciones Unidas, la troika de observadores y la comunidad internacional, en
general, continúan felicitando a Angola por haber alcanzado la paz total. ¿Y
Cabinda? Solamente la sociedad civil
angoleña continúa gritando, afónica, contra la
continuación de la violencia como mecanismo de resolución
de conflictos.
No obstante, hay iniciativas puntuales, como las inequívocas y firmes
posiciones
de EEUU, Gran Bretaña, el Parlamento Europeo y sectores cívicos y
políticos portugueses, en favor de la libertad de prensa en Angola, que
obligaron al régimen a frenar sus abusos contra los periodistas
críticos con sus practicas. Tales iniciativas de
presión pública contra el Gobierno reforzaron la posición del sector de los medios
de comunicación no estatal como principal
motor de la lucha por la democracia en
Angola.
De un modo general, las iniciativas
diplomaticas internacionales han tenido como
objetivo la mejora de la imagen del
régimen y lo han fortalecido institucionalmente, olvidando su
caracter autoritario. A ello contribuyó el argumento de que la
oposición, al margen de la UNITA entonces armada, es bastante
débil e incapaz de
proporcionar una alternativa. En cuanto a la sociedad civil,
es suficiente con la consideración de que es fragil y dispersa.
Así, la complicidad de la comunidad internacional, que normalmente
actúa como un bloque a través de las Naciones Unidas, se presenta
como una causa de la
permanencia de los nuevos elementosde conflicto, o sea, de la corrupción
y de la
venalidad del poder.
I Conclusiones
Para que la paz sea viable en Angola, sobre todo a nivel social, es fundamental
que:
• Se humanice el ejercicio del poder, y que se base en el servicio al
pueblo;
• Se establezca, a nivel internacional, una política coordinada
para frenar el saqueo de Angola, promoviendo sanciones que permitan la
utilización de los recursos
58
locales para el alivio de la catastrofe humana. Es inaceptable que un
país rico como
Angola dependa totalmente de la comunidad internacional para alimentar a un
tercio de su población;
• Se creen, con urgencia, las condiciones políticas necesarias
para que el debate
formal del proceso de paz se extienda a las corrientes políticas y
sociales no armadas;
• Se establezcan, con la misma urgencia, mecanismos de
reconciliación y para
abordar la verdad sobre las diversas etapas del conflicto, como
promoción de la justicia y de la prevención de nuevos conflictos,
desenraizando el sentimiento primario de la impunidad;
• Se promueva el desarme riguroso de la población civil y de las
milicias (conocidas como defensa civil);
• La troika de la guerra fría (Estados Unidos, Rusia y Portugal)
abandonen la lógica del privilegio y «liberen» Angola de los
fantasmas de la guerra fría;
• Las Naciones Unidas moralicen su política de intervención
en Angola, basandola en el respeto inequívoco del derecho
internacional y de la constitución angoleña promoviendo de esta
forma la democratización de Angola y no la complicidad;
• Se defina un cuadro de transiciónpolítica,
desconcentrando y descentralizando
el poder, como paso esencial para la normalización de su ejercicio en
Angola, y
con la responsabilidad de preparar la estructura democratica y unas
elecciones adecuadas a la realidad local;
• Se promueva el cambio de la actual dirección del país,
por su incapacidad de
reciclarse tras mas de dos decenios en el poder.
Traducción del portugués: Antoni Castel.
1. Esboço da Agenda de Paz e
Reconciliaçao da Sociedade Civil, 18 de septiembre de 2001, Luanda.
2. LEDERACH, John Paul, 1998, Construyendo la paz, Reconciliación sostenible en
sociedades divididas,
Bakaez – gernika gogoratuz, p.59.
3. JORGE, Manuel, 2001, O Poder e a Autoridade: a
legitimidade em questao, Fórum sobre as Múltiplas
Consequências da Guerra, Luanda
15 de marzo.
4. Artigo 2º da Lei Constitucional, nºs 1 e 2 e Artigoº3,
nºs 1 e 2 da mesma lei.
5. Coligaçao RTC, 2002, Avaliaçao
sobre as Instituições do Estado.
6. Idem.
7. Ibidem.
8. KALDOR, Mary, 2001, Las nuevas guerras, violencia organizada en la era
global, Kriterios Tusquets editores, p.19.
9. JOAO, Paulino Pinto, «Causas da guerra e insucessos dos Acordos de Paz
em Angola».
59
analisis
10. CEAST, 1998, Mensagem pastoral sobre os
últimos acontecimentos político-militares “A patria
esta
de luto (30.11.92), A Igreja em Angola
entre a Guerra e a Paz, Documentos Episcopais 1974-1998, pp
296:300.
11. CEAST,1998, «Os nossos irmaos
Bakongo» (11.02.93), A Igreja em Angola entre a Guerra e a Paz,
Documentos Episcopais 1974-1998, pp 301:303.
12. Mary KALDOR, Las nuevasguerras, violencia organizada en la era global, Kriterios,
Tusquets eds, p. 21.
13. «O Presidente da República e sus muchachos», Angolense,
6 a 13 de julio de 2002, p.9.
14. MESSIANT, Christine, 1999, «La Fondation Eduardo dos Santos: A propos de l’investissement de
la
societé civile par le pouvoir politique», Politique Africaine, 73,
marzo pp. 82-101.
15. Relatório do Investimento Mundial, 2002,
Conferência das Nações Unidas para o Comércio e
Desenvolvimento.
16. IMF Internal Report, 2002.
17. HODGES, Tony, 2001,
Angola from Afro-Stalinism
to Petro-Diamond Capitalism, Indiana
James
Currey.
18. Idem, p. 62.
19. Editorial, «Derrota a Dois», in Angolense, 13 a 20 de julio de 2002, p. 5.
20. DOS SANTOS, José Eduardo, «Mensagem à
Naçao», 3 de junio de 1996.
21. Idem.
22. JORGE, Manuel, «O poder e a autoridade: a
legitimidade em questao», Fórum sobre as Múltiplas
Consequências da Guerra em Angola,
Luanda, 14 de
marzo de 2001.
23. L IMA, Manuel Santos, «O compromisso dos intelectuais com a
cidadania», Fórum sobre as
Múltiplas Consequências da Guerra em Angola, Luanda, 15 de marzo
de 2001.
24. Idem.
25. ANDRADE, Justino Pinto de, «A Troika de Observadores no Processo de
Paz, Encontro sobre o
Papel da Comunidade Internacional e da Sociedade Civil na
Resoluçao do Conflito Angolano», 20 de
febrero de 2002, Luanda.
26. L IMA, Manuel Santos, «O compromisso dos intelectuais com a
cidadania», Fórum sobre as
Múltiplas Consequências da Guerra em Angola, Luanda, 15 de Marzo
de 2001.
27. RIEFF, David, 2000, in Newsweek, 25 de septiembre.