Si partimos de la premisa de que la cultura y tradición
arabe-islamica tuvieron una influencia de extraordinaria riqueza
en la cultura europea y muy especialmente en la España católica
(su presencia duró 8 siglos) nos resulta casi imposible negar la
herencia de esa cultura traída tras la conquista española en la
historia reciente de América Latina. La creación y
dominación de los virreinatos españoles se extendió hasta
comienzos del siglo XIX. Durante esos 300 años, confluyeron y se
entremezclaron diferentes culturas (entre colonos, nativos, inmigrantes,
esclavos..).
Desde la perspectiva arabe, la influencia española esta ligada al
patrimonio cultural andalusí así como a la transfusión de
tradiciones moras (y judeoarabes) a través de la ya citada
colonización ibérica. Sin embargo, tal y como el Orientalismo lo
es a Occidente, la mirada magrebí sobre el espacio latinoamericano no
esta exenta de estereotipos y prejuicios.
Me atrevo a decir que la imagen inversa, la que el Islam tiene de
América Latina, es mas dependiente todavía de los
estereotipos europeos. Los manuales de historia para uso de los escolares hace
ingresar a América desde el momento que ésta es
“descubierta” por los europeos, y si bien denuncian los excesos de
la conquista lo hacen con un propósito apologético: contrastarla
con las acciones de los muslimes ( Hernan G.H Taboada, 2003).
Tal y como señala el escritor, esto se puede trasladar a diferentes
esferas, tanto en lo cultural, político como en lo ideológico.
Así pues, la luchapor la independencia en América Latina fue
percibida por los líderes arabes como modelo a seguir. La figura
de Simon Bolívar sera retomada en varias ocasiones por escritos y
políticos arabes. Desde Abdelkrim El Khattabi, el famoso
líder rifeño que luchó contra la colonización española
(partició asimismo en diferentes publicaciones latinoamericanas de la
época) hasta Mehdi Ben Barka (líder socialista marroquí,
impulsor de la Conferencia Tricontinental que pretendía unir
América Latina y el Caribe con Asia y Africa y cuyo lema era
“Africa es la América Latina de Europa” (el
nacimiento de los movimientos revolucionarios en el Tercer Mundo siguiendo el
modelo latinoamericano es merecedor de un articulo aparte, el cual
publicaré en las próximas semanas) pasando por Franz Fanon entre
muchos otros.
La popular teoría de la dependencia, a su vez, encontró diversos
paralelismos entre la experiencia arabe y latinoamericana de
subordinación a los centros imperialistas. Los fracasos de las
experiencias industrializadoras en ambos terrenos, siendo los casos
paradigmaticos el Egipto de Mohamed Alí y el Paraguay de Solano
López entre principios y mediados del siglo XIX, también
avivó estas lecturas coincidentes. Mas tarde, los proyectos
populistas como
los de Perón en Argentina y de Nasser en Egipto reafirmaron esta
visión confluyente de destinos paralelos. Asimismo, el mito
del Che Guevara se expandió también por estos lugares como símbolo de
liberación.
La literatura arabe tampoco estuvo ajena de las influencias
latinoamericanas. Elimpacto del realismo magico ha sido notable en
muchos escritores de la región. Las huellas de Borges en Tahar Ben
Jelloun, el escritor marroquí mas famoso, es evidente. Un ejemplo
de este acercamiento marroquí-latinoamericano es la edición del
libro: Encuentros literarios: Marruecos-España-Iberoamerica, de Mohammad
Chakor donde se expresa: “Tan honda y auténtica es la
relación cultural, humana e histórica que liga en la actualidad a
Marruecos y España, y al amplio mundo de Iberoamérica, como en
buena parte desconocida para el gran público”
Pero a pesar de estos evidentes lazos históricos entre ambas regiones,
la institucionalización de las relaciones entre América Latina y
el Magreb no se dio hasta la proclamación de independencia de estos
últimos. Uno de los países que dio mas importancia a estas
relaciones embrionarias fue Argelia – el principal opositor del vecino
Marruecos por el conflicto del Sahara y la competencia por el dominio
sub-regional- que desde los inicios de los años 50 comenzó a ser
un referente para los países del Tercer Mundo por su larga lucha de
liberación contra la ocupación colonial francesa. A partir de su
independencia en 1962, su experiencia al forjar un estado socialista
arabe fue también motivo de admiración para las naciones
jóvenes de Asia, Africa y
América. Para la izquierda latinoamericana era un modelo a seguir y un mito que alimentaba los
sueños y las ansias de liberación nacional. Basta recordar el
famoso discurso del Che Guevara en la Conferencia Afroasiatica en
Argelia, del 24 de febrero de 1965:Una
aspiración común, la derrota del
imperialismo, nos une en nuestra marcha hacia el futuro; un pasado común
de lucha contra el mismo enemigo nos ha unido a lo largo del camino (…) ¡No!, al enemigo
imperialista. Y hay pocos escenarios para afirmarlo tan simbólicos como Argel, una de las
mas heroicas capitales de la libertad. Que el magnífico pueblo
argelino, entrenado como pocos en los sufrimientos de la independencia, bajo la
decidida dirección de su partido, con nuestro querido compañero
Ahmed Ben Bella a la cabeza, nos sirva de inspiración en esta lucha sin
cuartel contra el imperialismo mundial (Che Guevara – Conferencia
Afroasiatica en Argel del 25 Febrero 1965)
Tal y como queda reflejado en el discurso, las experiencias de
liberación por parte de ambas regiones se retroalimentaban mutuamente,
sirviendo de ejemplo y alimento de futuras luchas.
En los años siguientes Argelia afianzó su imagen internacional
como un ejemplo de estado en vías de industrialización y dotado
de un recurso estratégico como el petróleo. No obstante, las
relaciones con América Latina eran tan limitadas como circunstanciales. Fue a partir de los
años 80, cuando se produjeron importantes cambios geoestratégicos
que impulsaron al mundo arabe su apertura al continente americano. La
causa saharaoui comienza a jugar un papel determinante en el caso de Marruecos
y Argelia. No pecaría de ingenua si afirmara que en la agenda
diplomatica de ambos países era monotematica desde
entonces : la búsqueda de apoyos por la “causa saharaoui”
sigue estando a la orden deldía. Cabe señalar que los propios
saharauis comprendieron mucho antes que Marruecos y Argelia la importancia
estratégica de América Latina
para su causa. Los primeros contactos se iniciaron en setiembre de 1975 y tras
la proclamación de la RASD en febrero de 1976 se creó un
Departamento Especial para América Latina, abriendo su primera embajada
en Panama en 1980, seguida de Venezuela y Cuba y Mexico. La
participación del entonces candidato a
la presidencia del gobierno español,
Felipe Gonzalez, haciendo campaña a favor del reconocimiento de la RASD entre dichos
países, habría sido también un factor contribuyente para
este cambio.
Fue en ese marco cuando se establecieron también gran parte de las
representaciones diplomaticas de Marruecos y de Argelia en el espacio
latinoamericano seguidas por el resto de países arabes que
buscaban su sitio en la esfera internacional (al tema de las embajadas le
dedicaremos el próximo articulo así como las relaciones
especiales en el caso de Marruecos con Argentina y Brasil nacidas en principio
como ofensiva a la política de acercamiento de Argelia en territorio
sudamericano).
En definitiva, no son pocos los paralelismo históricos que caracterizan
las relaciones entre América Latina y el Magreb. Hoy en días,
debido a la creciente interdependencia entre centro-periferia, el auge de las
relaciones sur-sur o la globalización económica, ambas regiones
estan condenadas a llevar un futuro basado en puntos de encuentro y
desafíos paralelos en un mundo cada vez mas interconectado.-------------------------------------------------
Taboada: Investigador del Centro de Investigaciones sobre América Latina
y el Caribe; gran conocedor de las históricas relaciones entre el mundo
arabe y Sudamérica. En 2004 publicó el libro “La
sombra del Islam en la conquista de América”.
Orientalismo: Obra publicada por Edward Said que alude a la noción
creada de forma consciente como
un espacio que en la actualidad cubre todas las esferas existentes, basado en
una ignorancia construida y sostenida por Occidente. Esta construcción
se refiere a Oriente como
“lo otro”, “lo desconocido”, “lo
exótico”.
Teoria de la dependencia: La Teoría de la Dependencia surgió en
América Latina en los años sesenta y setenta. Sostiene los
siguientes postulados: el subdesarrollo esta directamente ligado a la expansión
de los países industrializados; desarrollo y subdesarrollo son dos
aspectos diferentes del
mismo proceso; el subdesarrollo no es ni una etapa en un proceso gradual hacia
el desarrollo ni una precondición, sino una condición en
sí misma.
Centro-periferia: Término muy difundido entre los economistas de la
CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) para describir un orden
económico mundial integrado por un centro industrial y hegemonico que
establece transacciones económicas desiguales con una periferia
agrícola y subordinada. El concepto fue también establecido en
gran detalle a escala planetaria en el modelo de sistema-mundo de Immanuel
Wallerstein y utilizado en la teoría critica de los ciclos
económicos de Giovanni Arrighi entre otros.