Plaza de
Tlatelolco… 2 de Octubre no se olvida. La importancia del
movimiento de 1968 crece en medida que avanzan los años y se
evalúan sus profundas repercusiones, por lo que es importante estudiar
el origen de este movimiento que se difundió a escala global y
antecedentes en México. La información de la cual disponemos
luego de casi mas de cuatro décadas permite presentar hipótesis
bien sustentadas de los responsables de la represión y de sus
móviles, así como evaluar la participación de los diversos
actores de la gestación y desarrollo del movimiento mas
importante de la segunda mitad del siglo XX en nuestro país. Hoy por
hoy, el crimen de la plaza de Tlatelolco ha quedado impune y la
situación actual de retroceso en México mantienen vigente las
demandas levantadas hace ya 42 años y a que las banderas del
movimiento democratico tengan actualidad. El proceso de
democratización del país ha de seguir
adelante, tomando por experiencia los sucesos de la plaza de Tlatelolco que
conmovieron a México e impactaron al mundo. Los sucesos del año
de 1968 hizo que el mundo entero pusiera sus ojos sobre México, la
juventud levantó la bandera de la democracia y atacó las
estructuras obsoletas, reivindicando su derecho a diseñar un futuro
mejor. Años atras en los últimos lustros venían
desarrollandosemovimientos laborales y estudiantiles que habían
creado conciencia en los sectores populares y universitarios, creando
condiciones para la defensa inicial contra la represión y el desarrollo del
gran movimiento estudiantil popular.
La masacre fue planificada por las cúpulas del
poder con el pretexto de evitar la subversión que supuestamente
alimentaba la URSS y Cuba de cara a las tan deseadas Olimpiadas de 1968. Los movimientos estudiantiles en México La lucha popular en
nuestro país tiene profundas raíces. El periodo en el que
se alcanzaron grandes avances en la soberanía académica y el
reconocimiento de derechos de obreros y campesinos fue durante
la presidencia de Lazaro Cardenas. Posteriormente a partir de
1940 comenzó el viraje a la derecha con Avila Camacho y
Aleman. Desde fines de los cuarenta, en que se desarrollaron los
movimientos de ferrocarrileros y petroleros y se impuso por parte del
gobierno de Miguel Aleman, el charrísimo sindical, así el
estado mexicano fue endureciéndose en contra de los movimientos
laborales y populares. Así pues la situación de
la represión en México, ocasiono la rebeldía de la
juventud consiente en todo el país. Entonces los estudiantes,
muchos de ellos hijos de obreros y campesinos, tomaron la estafeta,
oponiéndose al autoritarismo de los gobiernos del
PRI. Lamovilización resumió decenas de luchas
universitarias y educativas previas.
Las normas rurales, amenazadas desde finales del sexenio de Adolfo
López Mateos, lucharon por su sobrevivencia durante los años 60.
En esa misma década estallaron conflictos universitarios en Guerrero,
Puebla, Michoacan, Durango, Sinaloa, Sonora y Tabasco.
De modo que la situación internacional y el ambiente de
movilización y protestas previas a las jornadas estudiantiles de la
ciudad de México, crearon un ambiente propicio
a la toma de conciencia de los estudiantes. Esto tenia muy
preocupado al gobierno de Gustavo Díaz Ordaz que se caracterizaba por su
extremo autoritarismo, rigidez y falta de comprensión de los
fenómenos sociales. Por su mentalidad, era proclive a creer en
'complots' y en la amenaza inminente del comunismo.
También los círculos dominantes en Washington, temían que un movimiento revolucionario creciera en México. A
mediados de 1967, la revista US News and World Report -cercana al Departamento
de Estado- público un reportaje según el cual el Gobierno
mexicano no podía responder a los retos que planteaba la pobreza y no
tenia 'energía para actuar contra la creciente
subversión', y que 'mexicanos prominentes' aseguraban que
pedirían a Estados Unidos tropas para 'salvar a México del
comunismo'. En1968, había la preocupación de que pudiese
desarrollarse un movimiento subversivo de cara a las
olimpiadas. Por lo que según mi estudio, desde inicios de ese año. Gustavo Díaz Ordaz se propuso
'aplastar todo alboroto' y 'erradicar la subversión desde
el comienzo'. Incluso dio un 'golpe preventivo'
para acabar con la rebeldía antes de que ésta se desarrollara y
encarcelar a los 'subversivos'. Todo con la intención de
lograr tener 'paz y completo orden' durante
los Juegos Olímpicos en los que México sería un
“escaparate” ante el mundo.
A un año del inicio de la sucesión presidencial con el
'destape' del candidato del PRI, el
secretario de Gobernación Luís Echeverría Alvarez,
el regente del
DDF. Alfonso Corona del Rosal y el secretario de la
Presidencia, Emilio Martínez Manatou se disputaban la Presidencia.
En los 'golpes preventivos' que estaba dispuesto a propinar el
Presidente, era importante para Corona del Rosal mostrar la 'firmeza'
que le gustaba a Díaz Ordaz, de ahí que en cuanto tuvo
oportunidad el cuerpo de granaderos hizo gala de violencia inaudita. Por su
parte Luis Echeverría Alvarez, necesitaba propiciar un conflicto
aún mayor, que no pudiese manejar el gobierno de la Ciudad de
México, para desplazar a Corona del Rosal mostrando su incompetencia y
su 'debilidad'.
Así que haciendo usodel aparato de la
Secretaría de Gobernación, 'atizó el fuego'
desde el principio con provocaciones bien instrumentadas por medio de sus
agentes y le entregó a Díaz Ordaz, a través de la
Dirección Federal de Seguridad y la División de Investigaciones
Políticas y Sociales, la información que les interesaba para
crear la impresión de que se preparaba un levantamiento armado y que
eran necesarias medidas firmes. Las movilizaciones juveniles [] generaron
una represión cuyo tono iría en aumento hasta llegar a la
ocupación militar de los predios del
Politécnico y la Universidad Nacional. En todo ello participaba
Echeverría, cuidadoso siempre de mostrar fidelidad a su jefe, intuyendo
o averiguando hacia dónde quería éste dirigirse para
coincidir con él, para hacerle saber que en su reemplazante en Bucareli
el presidente no sólo tenia un eficaz colaborador sino también, y
sobre todo, un sucesor que continuaría su política de firmeza
frente a la agitación 'comunista' y quien le evitaría
cualquier intento futuro de revisar sus actos. En esa identificación
plena con Díaz Ordaz fincó Echeverría el trabajo
político que lo condujo a sucederlo. Por eso puede
decirse que su triunfo al ser ungido candidato presidencial se erigió
sobre las tumbas de las víctimas de Tlatelolco (Granados Chapa, 2008, p.
67).