DEBATES CONTEMPORÁNEOS SOBRE LA PLANIFICACIÓN
TERRITORIAL Y LA GESTIÓN URBANA
Recibido el 8 de octubre de 2012 y aprobado el 2 de
abril de
RESUMEN
En la actualidad, la planificación territorial es objeto de intensos
debates y ejercicios revisionistas dados los cuestionamientos
que ha recibido en términos de sus alcances, finalidad y sentido
de aplicación en un contexto de liberalización de la economía y
de políticas de desregulación enfocadas al desarrollo de la
libertad de inversión en todos los planos de la vida social y del
uso del espacio geográfico. Por esta razón, el presente artículo
plantea un panorama general de las discusiones
surgidas en
torno a este ámbito técnico-político, y a partir del análisis crítico
e indagación de sus postulados y principios propone nuevas
posibilidades de reflexión y actuación. De igual forma, se
exponen con base en algunos ejemplos o casos de estudio en
Colombia, América Latina y Cataluña (España), los conflictos
(sociales, ambientales-territoriales) acaecidos en el marco del
escenario contemporáneo neoliberal y las diversas respuestas
desde la gestión institucional, la acción de los movimientos
sociales y la organización comunitaria.
PALABRAS CLAVE
Planificación territorial, gestión urbana-local, conflicto (social
ambiental-espacial), participación ciudadana, neoliberalismo.
CONTEMPORARY DEBATES ABOUT TERRITORIAL
PLANNING AND LOCAL MANAGEMENT
ABSTRACT
Nowadays, territorial planning is a subject of intense debates
and revisionist exercises given the questioning existing about its
scope, objectives and application purposes in the context of
economic liberalization and deregulation policiesaimed at
developing freedom of investment at all levels of social life and
the use of geographical space. For this reason, this article
presents an overview of the discussions emerged around this
technical-political field, and from critical analysis and inquiry of
its postulates and principles, proposes new reflection and acting
possibilities. Similarly, based on some examples or study cases
in Colombia, Latin America and Catalonia-Spain, the article
describes conflicts (social, environmental and territorial
occurring in the context of the contemporary neoliberal scenario
and several responses from institutional management, town and
regional planning, the social movements, and community
organization actions.
307
KEY WORDS
Territorial planning; urban local management; spatial, social and
environmental conflict; citizen participation; neoliberalism.
INTRODUCCIÓN
A través del presente
documento se plantean algunas
reflexiones derivadas de los debates más recientes sobre la
planificación territorial y la gestión urbana.
Para ello, se
consideran como
referencia las posiciones manifestadas por
reconocidos especialistas en artículos y trabajos escritos, o
durante su participación en diversos eventos académicos y
técnicos2 que han tenido por objeto el análisis de este tipo de
temáticas.
En efecto, se advierte cómo estos autores a partir de ideas
coincidentes, complementarias, o desde perspectivas opuestas
expresan con gran prolijidad las discusiones de mayor
actualidad y vigencia en torno al quehacer de una actividad tan
compleja como es la definición de políticas públicas, el diseño y
posterior ejecución de planes territoriales queinciden en la vida
cotidiana de un gran número de personas y colectividades
sociales.
Por lo tanto, el propósito del artículo es formular con base en
los temas discutidos, una serie de proposiciones y fundamentos
de estas labores de la administración pública y la función
estatal, justamente en un contexto económico y político de
hegemonía neoliberal que ha producido nuevos escenarios de
controversia en los equipos de planificadores y tomadores de
decisiones, los cuales gravitan entre la generación de
propuestas de ruptura al modelo o su reproducción.
IDEAS EN DISCUSIÓN
Los planteamientos que se exponen a continuación son fruto
del ejercicio académico de interpretación dialéctica y examen
crítico de los objetivos, principios tutelares y formas de
actuación de la planificación territorial y la gestión urbana,
entendidos estos como instrumentos sine qua non para la
consecución de fines de tan elevada importancia, como son el
mejoramiento continuo de los servicios e infraestructuras de
seguridad social, provisión de vivienda, equipamientos
colectivos, formación ciudadana, protección ambiental, entre
otros aspectos que deben redundar en la superación de la
pobreza, la equidad y el fomento del desarrollo comunitario.
La participación de los equipos técnicos en la planificación
territorial y el planeamiento entendido como
una decisión
política
Indudablemente la planificación es un proceso cíclico que tiene
como etapa determinante la toma de decisiones orientada a
alcanzar los objetivos de bienestar, justicia social,
sustentabilidad ambiental, productividad, etc. Para tal empresa,
se hace necesario eltrabajo y argumentos de los técnicos
expertos, los cuales a partir de un análisis territorial, en el mejor
de los casos, interdisciplinario, multiescalar y multicriterio,
deberían definir y proponer directrices y líneas de actuación a
los entes de gobierno para decidir sobre el futuro del territorio.
Al mismo tiempo, es preciso señalar que las decisiones
tomadas no son neutrales, son el resultado de un proceso de
“consenso” no desprovisto de tensión y disputa entre posturas
antagónicas, reflejo de los múltiples intereses que tienen los
agentes y actores sociales que coexisten en el espacio
3
geográfico . En este sentido, un buen ejemplo de las
dificultades y limitantes que enfrenta la praxis de la planificación
territorial es el exhibido por el arquitecto, urbanista y académico
español Fernando de Terán (citado en Serra, 2009, 16) en un
artículo escrito en el diario El País de España a propósito de la
celebración del año Cerdà4, en el cual subraya que “el problema
fundamental es de naturaleza política, pues como se ha
percibido en España, en lo últimos años se ha consumido
mucho suelo, mucho territorio y mucho litoral”, proceso
efectuado dentro de lo legalmente posible, además con un
fuerte respaldo político y social, muy a pesar de los estudios y
puntos de vista racionales y razonados de los técnicos que
evidencian los impactos profundos de esta realidad territorial5.
En esta misma dirección interpretativa se ubica la postura del
experto en análisis urbanos y territoriales de la Universidad
IUAV de Venecia, el urbanista italiano Francesco Indovina
(2004, p. 1) al afirmar que “el plan no es tanto de los técnicos
como de la administración, y es ésta la que debe asumir las
responsabilidades” ante los escenarios donde sepresenta la
posibilidad de “negociar” su función de protectora del interés
general sobre los deseos, beneficios o réditos particulares
pretendidos por los promotores inmobiliarios, las empresas
constructoras, las compañías de bienes raíces, y el juego de la
especulación y rentabilidad del uso del territorio.
De este modo, por las razones expuestas con antelación es
improcedente e inaceptable responsabilizar unilateralmente a
6
los técnicos de los problemas urbanos y las decisiones
políticas frente a estos, o también de los impactos desastrosos
relacionados con los conflictos socio-naturales que han ocurrido
con mayor frecuencia en los últimos años (inundaciones,
avalanchas, deslizamientos y otros movimiento en masa, etc.)7.
En particular, para el caso colombiano (y extensivo para
América Latina) habría que señalar que los problemas urbanos
responden a la lógica histórica de construcción social del
territorio, marcada por aspectos como las migraciones de
población campesina a la ciudad debido a la desestructuración
de los “proyectos de vida digna” en extensas áreas rurales, con
efectos negativos urbanos como son la innegable segregación
309
residencial e informalidad de los espacios de hábitat popular,
producto de la enorme desigualdad e injusticia social que
caracteriza a las sociedades inscritas en el marco del
capitalismo dependiente.
Justificadamente, como lo revela uno de los principales
investigadores y conocedores de la problemática urbana de
Colombia, el urbanista francés Jacques Aprile-Gniset (2007, p.
2), profesor de la Universidad del Valle, la especificidad de la
ciudad colombiana contemporánea encuentra un nivel deexplicación en los
conflictos y problemas agrarios:
La
problemática
urbana
se
articula
inevitablemente con algo tan viejo como es la
instauración y el desenvolvimiento de la
propiedad privada; asimismo con la división
social y espacial del trabajo, y con las
contradicciones nacidas de la inevitable
separación/dominación que opera en los
ámbitos
del
binomio
campo-ciudad.
Recorriendo ciudades nacientes o viejas que se
han ido llenando de casuchas pobladas con
refugiados, y campos baldíos o deshabitados
este vaivén pendular me ha llevado a intuir la
estrecha
unidad
dialéctica
de
ambos
fenómenos socio-territoriales: “La violencia
agraria es la partera de la ciudad”.
Con base en la reflexión precedente Aprile-Gniset (2007, p. 25
concluye que “muchas ciudades colombianas tuvieron un parto
conflictivo o sangriento, naciendo de traumas y convulsiones en
las cuales se suman las tensiones urbanas con los conflictos
territoriales que las estimulan”. Sobre todo, este
proceso es
comprobado en la reversión masiva hacia los centros urbanos
en el siglo XX, configurando una urbanización acelerada e
intensiva, que ha tenido a la guerra social agraria como la
estrategia instrumental que operó este vuelco.
Por otro lado, en cuanto a los conflictos ambientales y la
8
configuración de “paisajes del riesgo y catástrofe” , se puede
afirmar que estos son la expresión espacial o testimonio
explícito de las problemáticas estructurales de orden social
históricamente determinadas (como se citó previamente), las
cuales no han sido resueltas, como es la distribución y acceso
desigual e injusto a la tierra, que somete a la población de
menores recursos económicos y en estado de vulnerabilidad
política a vivir en zonas de amenazas yestar expuestos a
perder los pocos bienes materiales que poseen y hasta su
propia vida.
En suma, al plantear que la planificación debe entenderse como
una decisión política, se hace alusión entre otras
consideraciones, a la justa valoración que esta merece por
parte de los administradores públicos y de aquellos equipos de
gobierno que asumen el ejercicio ejecutivo de dirección
municipal, dado el peso que está tomando en diferentes
ámbitos y grupos políticos las banderas y consignas de la libre
intervención del mercado, sustentando así la idea-fuerza “de la
poca necesidad del plan”, por tanto, el ataque que recibe como
instrumento idóneo para la construcción concertada, coordinada
y orientada de un proyecto de sociedad inclusiva e incluyente.
Esto indica que, en la actualidad, la planificación, la regulación
legítima y necesaria de las actividades económicas en los
tiempos modernos y aciagos del “dejar hacer, dejar pasar”
representen paradójicamente un carácter progresista objeto de
reacción.
Planificación flexible frente a coyunturas presentes y
oportunidades de negocio, versus, la planificación como
construcción de una visión de futuro
Un tema central del debate, como se ha esbozado previamente,
es la dicotomía existente entre dos enfoques de la planificación
territorial que han entrado en fuerte disputa y contradicción
ideológica-metodológica, como son: la “planificación flexible
para el corto plazo” y el “plan o proceso planificador como
productor de una imagen objetivo y visión de futuro para el largo
plazo”.
El primer punto de vista se sustenta en la respuesta
inmediata
que exigen los cambiosvertiginosos y la transformación
efervescente de la realidad territorial contemporánea. Los
criterios rectores de esta postura son los altos costos de
oportunidad que supone no tomar decisiones rápidas, la
eficiencia y la capacidad de adaptabilidad constante que debe
tener un territorio ante las circunstancias, retos permanentes y
posibilidades que marca el sistema económico actual de la
sociedad global-informacional, de negocios multinacionales y
territorios en red.
La segunda perspectiva sitúa sus bases y pilares en que por
antonomasia planificar significa interpretar los contextos, prever
las tendencias (con o sin plan), reconocer los procesos y
elementos estructurantes del sistema territorial en diferentes
escalas espacio-temporales, y a partir de esto, construir
posibles escenarios consensuados y convergentes de las
máximas aspiraciones del conjunto y formación social.
De esta manera, no es preciso y pertinente rotular o adjetivar la
planificación como “flexible” en razón a que en sí mismo el
proceso planificador contempla y afronta los problemas
inmediatos, dicho de otro modo, en palabras de Indovina (2004,
p. 2):
[…]
es
políticamente
irresponsable
y
técnicamente inconsistente dejar los problemas
del presente para el futuro: el problema de la
vivienda no se puede resolver de aquí a diez
años, una vez desarrollado el plan, ni el tránsito
de aquí a veinte años. Planificar es afrontar los
problemas del presente con una perspectiva de
futuro, y no dejar para el futuro aquello que es
311
de hoy, ni condicionar el futuro con una
solución fruto de la inmediatez del presente. La
relación entre el hoy y el futuro es otro aspectoimportante del planeamiento en
un contexto de
transformaciones aceleradas. Si los procesos
de cambio son muy rápidos, la relación entre el
hoy y el futuro se convertirá en un problema
difícil.
De ahí que, construir y perseguir una visión de futuro no supone
obviar, rehuir y postergar las urgencias y demandas del hoy,
todo lo contrario, al enfatizar en políticas públicas de largo
aliento (vivienda, infraestructuras, transporte público y
movilidad, equipamientos colectivos, plataformas territoriales
para la generación de empleo sostenido, etc.) la concreción de
estas depende ineluctablemente del cumplimiento de un
número de acciones acometidas en diversos momentos (el
presente, el mediano y el largo plazo), como también de un
proceso coherente y consistente de seguimiento y ajuste.
Por otra parte, como
caso típico de las confrontaciones que
surgen en el ejercicio de la planificación territorial y entre
quienes representan la defensa y tutelaje de ciertos puntos de
vista, se observa lo acaecido en la arena técnica y política
catalana. En primer lugar, se destaca en palabras de Fernando
de Terán (citado en Serra, 2009, p. 17)
[…] el crispado debate que hubo a principios de
los ochenta entre los partidarios del proyecto
(que encabezó en Barcelona Oriol Bohigas,
antes antagonista y ahora autor del prólogo de
su último libro) y los del plan, en los que se
incluirá él mismo, no se ha acabado de cerrar.
Para algunos era posible hacer urbanismo sólo
a través de la arquitectura, para otros se
precisaba una planificación previa a gran
escala. Las posiciones se han acercado mucho.
Pero si en los ochenta era Madrid
la que
defendía el plan y Barcelona el proyecto, ahora
parece que sucede lo contrario. Cataluña está a
punto decerrar su plan territorial mientras que
en Madrid
está parado porque desde la
comunidad se defiende el liberalismo de la
mínima intervención”.
En segundo término, como muestra de los contradicciones que
surgen entre las metas de largo plazo del Plan Territorial
9
Catalán y la inmediatez de la “mínima intervención” propia del
neoliberalismo y el afán de lucro de la inversión multinacional,
se exhibe la polémica propuesta del “megaproyecto
Eurovegas”, que intenta replicar este modelo de ciudad del ocio
norteamericano en territorio español10, contando con el apoyo y
beneplácito de la nueva administración de la Generalitat de
Catalunya11(véase Figura 1).
Sin lugar a dudas, este proyecto impopular pone en entredicho
los principios y criterios adoptados en el Programa de
Planeamiento Territorial del año 2004, en el cual se suscribía de
manera consensuada el propósito de proveer instrumentos para
corregir las tendencias a la dispersión, la especialización y la
segregación de la urbanización a escala supramunicipal; en
otras palabras, la búsqueda de un modelo de ocupación del
territorio caracterizado por “la compacidad, la complejidad y el
carácter integrado de los asentamientos, principal garantía de la
preservación del suelo no urbanizado y del paisaje” (Acord per
a un Govern Catalanista i d´Esquerres, p. 64, citado en Nel.lo i
Colom, 2010, p. 138). Así pues, de acuerdo a la reflexión
planteada sobre el papel de la política por Oriol Nel.lo i Colom
(2010, p. 163-164), secretario para la planificación territorial del
gobierno de la Generalitat de Catalunya durante el período
2003-2011:
El futuro delplaneamiento territorial depende,
claro está, de la voluntad política de darle vida
y aplicarlo de manera efectiva. Así, su
existencia está vinculada a la relación de
fuerzas entre los intereses particulares y el
esfuerzo colectivo para ordenar el territorio de
forma sostenible, eficiente y equitativa. De
forma inmediata, este esfuerzo colectivo deberá
confrontarse con dos tipos de presiones: por
una parte, la pulsión desreguladora amparada
en el argumento de la simplificación de los
procedimientos administrativos y la crisis
económica; y, por otra, aquel municipalismo
que responde, ante todo, a la propensión de
ceder a los intereses particulares. Frente a esto
habrá que recordar, una vez más, que las
raíces de la crisis actual se encuentran, en
buena medida, en la desregulación excesiva de
los mercados y que el interés particular tiene
sus límites en el bienestar colectivo.
Incluso, sobre este tipo de divergencias entre unos técnicos que
defienden la filosofía y esencia de la planificación territorial
como apuesta por una visión de futuro, a otra mirada que pone
el acento en las voluntades políticas del “proyecto”, o las
ventajas de la “flexibilidad” en contra de la supuesta “rigidez” del
12
plan director, hacía mención Joaquim Nadal i Farreras ,
destacado historiador, exalcalde de Girona y Consejero de
Política Territorial y Obras Públicas de la Generalitat entre los
años 2003 a 2010, durante una intervención realizada en la
Universidad de Barcelona, titulada “La planificación territorial en
Cataluña en los inicios del siglo XXI”13.
En consecuencia, estos giros y reorientaciones lo que indican
es la incidencia y protagonismo que viene cobrando la
planificación posmoderna, que reivindica por un lado, el
mercadeo oneo-branding territorial, las actuaciones puntuales y
las operaciones de fragmentos espaciales, y soslaya, de otra
parte, el análisis de conjunto, la necesaria reflexión en
perspectiva de totalidad y la visión de largo plazo, todo ello,
313
justo en el momento actual de desregulación y privatización de
los servicios y bienes colectivos de la sociedad. Es así como
bajo el paradigma de gestionar los “problemas locales, las
posibilidades y oportunidades territoriales” con estrategias
claramente homogeneizadoras, están emergiendo unos
“paisajes comunes y lugares globales”, tal como lo ha
denominado de manera precisa el geógrafo español Francesc
Muñoz (2008) en su obra Urbanalización14.
La necesidad de un análisis territorial de
hermenéutica de
procesos más allá de la habitual descripción de las
transformaciones espaciales
Otro aspecto de enorme significado y necesaria inserción en el
trabajo de la planificación territorial, es el relacionado con el
análisis holístico, integrado e interpretativo de los procesos
socio-espaciales. Sobre este método de trabajo técnicoacadémico, Francesco
Indovina (2004, p. 3) ha hecho un
persistente llamado de atención a los planificadores para que
concentren sus esfuerzos analíticos en la “comprensión de los
procesos que hay en juego en medio de los cambios
territoriales” y en dar respuesta a inquietudes como: squé
elementos y relaciones los configuran, cuáles son las fuerzas y
las tensiones que se producen?, y de esta forma ser realmente
operativos y útiles en la búsqueda de soluciones a los
problemas sociales y ambientales.
En este orden de ideas insiste en cultivar en “nuestra disciplina
territorial”una nueva cultura de estudio de la realidad compleja,
que supere la descripción simple y fragmentada que ha sido
habitual en los diagnósticos del sistema territorial.
Decisivamente, y coincidiendo con dicha intencionalidad, pero
desde la función del urbanismo, Fernando de
Terán (citado en
Serra, 2009, 16) declara que:
[…] el urbanista del
futuro tendría que ser una
mezcla de ingeniero capaz de ver las
infraestructuras necesarias en un territorio, un
geógrafo que proporcione la visión analítica de
cómo se organice éste y seguramente un
arquitecto que sea capaz de proyectar y pasar
a la acción […].15
A la par, el sociólogo, geógrafo y urbanista catalán Jordi Borja16,
conocido por su papel determinante en el desarrollo y
concreción de las políticas públicas de urbanismo social en
Barcelona durante su etapa como teniente de alcalde entre
1983-1995, además de su vinculación y compromiso activo con
los movimientos vecinales y ciudadanos en la búsqueda
permanente de la integración e inclusión social17, expuso en su
reciente lectura de tesis doctoral en la Universidad de
Barcelona,
titulada “Revolución
urbana y
derechos
ciudadanos”18 que:
[…] en los años noventa, reconozco (la
autocrítica hace parte de mi educación política)
prioricé la dimensión positiva de la ciudad,
influenciada especialmente por mis doce años
en el gobierno de Barcelona, y luego, a partir
del cambio de siglo recuperé el “método
dialéctico” (perdón por la presunción) para
centrarme en las contradicciones de los
procesos urbanos […].19
Con esta exposición de ideas, Borja enfatiza en la importancia
de un acercamiento alanálisis de los aspectos contradictorios
de la revolución urbana desde un enfoque y visión histórica que
permita la interpretación de aspectos entramados y vinculados
en la realidad, como son, por una parte, la optimización de la
libertad del trabajo, el espacio y la formación, y de otro, la
ampliación de la segregación, la insostenibilidad ambiental y la
destrucción del capital fijo. Igualmente, esta perspectiva crítica y
de hermenéutica de los procesos urbanos se evidencia en su
exégesis sobre la relación entre el espacio público y los
movimientos sociales en la lucha colectiva por el derecho a la
20
ciudad, eje principal de su reflexión en los últimos años .
Ahora bien, alrededor de esta aproximación holística
interesada en el estudio de los procesos y dinámicas históricas,
es imprescindible señalar también el análisis realizado por el
reconocido geógrafo español Horacio Capel sobre el urbanismo
de la ciudad capital de Cataluña, al advertir los cambios en la
gestión, criterios y principios del mundialmente conocido
“modelo Barcelona”, desde sus primeros postulados hasta su
desarrollo actual. En especial, indica cómo el enfoque de los
años ochenta se distinguió por adelantar acciones y
actuaciones para mejorar espacios públicos que estaban en un
proceso continuo de deterioro (arreglo de calles y plazas) al
igual que el propósito por superar los problemas sociales y
urbanísticos de los estratos de menores ingresos (algunas
áreas periféricas), etc.
Durante esta fase inicial del modelo, fue relevante para su éxito,
la participación ciudadana de los diversos movimientos sociales
en la perspectiva de lograr ciertas reivindicaciones; para ello,
fue propicio el ambiente político de la época, en tanto lideraban
315
la administración municipal partidos políticos progresistas que
hacían parte de las resistencias en el franquismo, y que en
aquel momento de la transición democrática, estaban
motivados para cumplir con la gestión de sus proyectos de
equidad social. Luego, con el devenir de los años noventa, la
ascensión
y
universalización
del
neoliberalismo,
la
competitividad local por nuevos mercados mundiales, entre
otros factores, el modelo cambia sus objetivos, y por tanto, sus
estrategias, formas de actuación y la espacialidad de estas. El
interés de la ciudad por ser visible en el contexto mundial la ha
llevado a olvidar sus intenciones sociales, el diálogo fiel con sus
habitantes, y por otro lado, pasó de actuaciones puntuales
(escala de barrio) a los grandes eventos y proyectos. Como lo
afirma Capel (2007, p. 28-31):
La obsesión por convertir la ciudad en un polo
mundial, en atraer visitantes y posibles
inversores
es
perversa
y,
finalmente,
contraproducente: acaba por olvidarse de los
ciudadanos que viven cotidianamente la ciudad,
y que reaccionan contra ese olvido, contra la
falta de equipamientos de barrio, contra la
arquitectura espectacular e irresponsable,
contra el arrasamiento del patrimonio
construido, es decir de la memoria histórica,
que realizan los mismos que se llenan la boca
retóricamente de alusiones a la identidad y al
pasado.
Siguiendo estas consideraciones, es posible inferir el desafío
que debe, y de hecho está enfrentando la sociedad de
Barcelona para asumir las consecuencias de la
ejecución del
modelo durante más de veinte años. Las tensiones entre el
espacio cotidiano del ciudadano (local) y el escenario
“simulacro” delturista de esta ciudad global se superarán en la
medida en que se entienda esta dinámica, y a su vez, se tomen
las medidas pertinentes para que se mitiguen y controlen sus
21
efectos perversos .
En relación con lo anterior, uno de los geógrafos más
influyentes de los últimos treinta años, David Harvey, aborda
desde los conceptos de capital simbólico y marcas de
distinción22, la elucidación sobre cómo Barcelona se ha
posicionado dentro del sistema europeo de ciudades, llegando
a encontrar un éxito inicial a través de una mezcla de
estrategias centradas en la mercantilización de su cultura,
iconos artísticos y estilos de vida, como también en las diversas
inversiones multinacionales y operaciones urbanísticas que son
el nuevo sello del paisaje urbano de las ciudades globales23.
Verbigracia de estos elementos de intervención, en el libro de
Harvey y Smith, titulado “Capital financiero, propiedad
inmobiliaria y cultura (2005, p. 49-50) Harvey
precisa lo
siguiente:
Las últimas fases de urbanización de la zona
portuaria parecen exactamente iguales a otras
cualesquiera del mundo occidental, la increíble
congestión del tráfico provoca presiones a favor
de construir bulevares que atraviesen
determinadas zonas de la parte antigua de la
ciudad, las grandes tiendas multinacionales
sustituyen a las tiendas locales, la renovación
de antiguos barrios obreros provoca el
desplazamiento de antiguas poblaciones
residenciales y destruye el tejido anterior, y
Barcelona pierde algunas de sus marcas de
distinción. Se producen incluso síntomas nada
sutiles de disneyficación. Esta contradicción
viene marcada porinterrogantes y resistencia.
sQué memoria colectiva se celebra aquí? sLa
de los anarquistas, como
los icarianos, que
desempeñaron un importante papel en la
historia de Barcelona?
sLa de los republicanos
que combatieron tan fieramente contra Franco
la de los nacionalistas catalanes, la de los
inmigrantes andaluces o la de un viejo aliado
de Franco como
Samaranch? sQué estética es
la que realmente cuenta: la de los
tremendamente vigorosos arquitectos de
Barcelona, como Bohigas? sPor
qué aceptar
cualquier tipo de disneyficación?
En breve, son esta clase de cuestionamientos y formas de
indagar, examinar y actuar en la planificación territorial y
urbanismo las que son ineludibles a la hora de afrontar el reto
de la construcción de la “ciudad democrática”.
El conflicto como elemento estructurante del análisis
territorial y la toma de decisiones en los procesos de
planificación con participación ciudadana
A pesar del temor que usualmente revisten los diferentes
conflictos sociales a enfrentar por los equipos de planificadores,
estos deben ser entendidos como aspectos proactivos y
potenciadores de la elaboración y gestión de planes
incluyentes. Por eso al invertir la carga negativa que se asocia a
ellos, se reconoce la importancia de un plan participativo y con
alto valor pedagógico, de modo que los técnicos y
administradores públicos deberían ver de otra manera los
conflictos ocurridos entre los diversos grupos sociales porque
ellos facilitan “visibilizar a todos los ciudadanos, hace que se
escuche lo que piensa la gente, permite conocer cuáles son sus
anhelos y necesidades sentidas”.
Sobre este aspecto, a partir de las contribuciones y aportes de
Indovina (2004, p. 4) se puede señalar que el plan es cíclico
cierraconflictos pero abre constantemente otros, ya que
consiste en una discusión y negociación de múltiples intereses
contrapuestos, y por ello propende como
filosofía de actuación
“al máximo equilibrio, equidad y redistribución”.
317
De igual modo, así como es preciso superar la carga y
significado negativo asignado al conflicto en el ejercicio de la
planificación, es imperioso su uso legítimo por parte de las
organizaciones comunitarias, vecinales y cívicas en el momento
de poner en acción la lucha social por la reivindicación de los
derechos ciudadanos y el cabal cumplimiento del Estado en la
cobertura (de calidad y en la cantidad requerida) de los
servicios y bienes sociales, como son, entre otros, los
equipamientos colectivos24, el espacio “público” y un ambiente
saludable y sustentable para toda la población25, etc.
Es más, en la actualidad, es urgente y vital la asociatividad
vecinal y la movilización social como expresión colectiva de
resistencia ante la irrupción y dominio generalizado de la
apropiación especulativa del espacio, como se puede constatar
de la generación de enormes capitales (concentrados en pocas
personas y gremios) a través de la participación activa del
sector financiero en la producción residencial y urbana
(utilizando como mecanismos los prestamos de usura y la cogestión en la
propiedad y tenencia del suelo), lo que ha
ocasionado la crisis económica actual de escala planetaria.
A su vez, este proceso de acumulación rentista en la ciudad
neoliberal contemporánea (perfeccionada con la re-ingeniería
financiera) tiene como contracara la desposesión o expulsión de
la población de ingresos bajos y medios de los barriostradicionales y
populares, debido a la presión económica que
produce este mercado territorial con estrategias como la
gentrificación inmobiliaria y la híper-valoración del suelo en
sectores de la ciudad estratégicamente ubicados por su
centralidad o el interés de inversiones futuras.
En síntesis, el valioso cambio de perspectiva en el trabajo y
percepción de los técnicos alrededor del concepto de conflicto
debe ameritar también una transformación profunda en la
planificación territorial y la gestión urbana de los problemas
sociales, naturales y/o ambientales, vinculando e integrándose
activamente con los colectivos sociales para que realmente
tengan sentido y resultados positivos los procesos de
participación y concertación ciudadana en el desarrollo de la
construcción de una imagen territorial integradora, concebida
para la producción social de un territorio democrático, es decir,
con el concurso entusiasta, dinámico y continuo de toda la
comunidad.
La planificación territorial como garante de la
sustentabilidad y la democratización en el uso del espacio
El plan territorial al propender por la construcción de imágenes
objetivo de largo aliento para el espacio vital de diversos tipos
de comunidades, debe sustentarse en unos principios, premisas
y criterios que orienten e inspiren las políticas públicas y
directrices encausadas al logro de las metas prospectadas.
En Cataluña, por ejemplo, con base en las explicaciones
ofrecidas en el seminario “Planeamiento territorial: análisis de
casos”, orientado en la Universidad de Barcelona en el año
2010 por técnicos de reconocida trayectoria en la Generalitatde
Catalunya, como Ferran Miralles26, coordinador de Evaluación
Ambiental Estratégica para la Planificación Territorial, Joan
Fortuny Castellet27, coordinador de Planes Territoriales, y Juli
Esteban i Noguera28, director del Programa de Planificación
Territorial del Departamento de Política Territorial y Obras
Públicas, se identificó como principio básico y criterio sustantivo
del Plan Territorial General “la necesidad de moderar el
consumo del suelo”.
Justamente, fundamentados en esta elemento rector de la
política territorial es que se pueden llevar a la práctica las
premisas de protección especial de áreas de interés natural,
patrimonial y cultural, como también los fines de cohesión
social, compacidad o densidad urbanística con calidad y la
cobertura universal de todos los servicios requeridos por la
población. En esta línea programática juega un rol esencial el
proyecto de consolidar la “ciudad compacta”, evitando así la
dispersión urbana que se ha propagado con gran celeridad en
la costa mediterránea y algunas zonas de las comarcas del
interior de la comunidad autónoma, fenómeno que ha
ocasionado como efecto colateral las lesivas consecuencias al
medio ambiente y a la socialización de las personas que viven
en los espacios de auto-exclusión y aislamiento de los
conjuntos residenciales rururbanos (véase Figura 2 y 3).
319
Precisamente, es alrededor de este tipo de dinámicas que la
planificación territorial debe ejercer un papel protagónico, no
obstante, es conveniente reconocer las limitaciones queenfrenta, en la medida
que el modelo de urbanización
copartícipe y corresponsable de la crisis económica y social a la
que asistimos actualmente está gestado y operado por actores
y fuerzas que superan la buena voluntad y capacidad de los
técnicos comprometidos con un proyecto social, ciudadano y
urbano de igualdad e integración.
En este orden de ideas, a partir del planteamiento formulado
por Jordi Borja en su lectura de tesis, en relación a que
“urbanizar no es ciudad”, se abre un debate sobre las
características del desarrollo urbano especulativo y en contra
de una de sus expresiones más elocuentes, como es la ciudad
difusa, dispersa y segregada, constituida en enclaves e islas
fragmentadas que configuran regiones urbanizadas sometidas a
la ciudad, pero en la cual las personas que residen allí no tienen
321
la condición o cualidad de ciudadanos, al no tener un gobierno
que los represente, ni una historia que genere elementos de
identidad y sentidos de pertenencia, arraigo, o la construcción
de tejido social articulado por las tradiciones económicas y
culturales barriales; por otro lado, en términos morfológicos es
discontinua, adolece de límites, de una solución de continuidad
y proximidad, en definitiva, por estas y otras razones, este
proceso constituye en sí mismo la “negación de la ciudad”.
Con todo, es posible aseverar que con la presencia global del
modelo urbano de especulación arrollador, antidemocrático e
insostenible, estamos siendo espectadores del paso frenético
de la dimensión escalar definida por Jean Gottmann (1961)
como megalópolis a la progresión planetaria prevista por
Doxiadis y Papaioannou (1974) que dio lugar alconcepto de
ecumenopolis, proceso conducido a la velocidad que ha
impuesto la voracidad de la ganancia esperada por el maridaje
y connivencia de agentes público-privados en el contexto de la
laxitud legal que exige, facilita e imprime el sistema de mercado
de la vivienda de los Estados neoliberales.
Ciertamente, en atención al fenómeno acelerado de difusión
urbana a un nivel superlativo en América Latina, hizo referencia
la arquitecta argentina Sonia Vidal-Koppmann en el XII
Coloquio Internacional de Geocrítica realizado en Bogotá
durante el mes de mayo de 2012, con su trabajo sobre las
“Ciudades privadas en la región metropolitana de Buenos Aires”
(Vidal-Koppmann, 2012).
En este expuso las dificultades político-administrativas,
territoriales y de gobernabilidad para la gestión local que ha
generado la expansión urbana ocurrida desde la década de los
noventa con el desarrollo de los mega-emprendimientos
inmobiliarios (denominados por el marketing urbano como
“clubes de campo, barrios cerrados, ciudades-pueblo, miniciudades”, etc.),
proceso “no planificado y de alta complejidad”,
tal y como lo han definido diferentes investigadores del
crecimiento de las metrópolis latinoamericanas (PrévôtSchapira, 2002;
Ciccolella, 2004; De Mattos, 2004; entre otros)
(Vidal-Koppmann, 2012, p. 2).
Como caso paradigmático de esta nueva dinámica de
comercialización y producción inmobiliaria de “guetos de autoexclusión
periurbanos”29, se identifica la primera localidad
privada de Argentina, Nordelta, la cual ha sido objeto de
múltiples análisis y discusiones (Janoschka, 2000, 2002a,
2002b, 2003; Prévôt-Schapira, 2000; Torres, 2000, 2001;
Svampa, 2001; Vidal-Koppmann, 2001, 2002, 2010; Janoschka
& Borsdorf, 2005; etc.) en razón a su dimensión yevidente
impacto territorial al convertirse en centralidad “excluyente” del
municipio de Tigre, en clara competencia con su centro
tradicional, al igual que por despertar el interés de hacer posible
en estas latitudes la consolidación del ciclo evolutivo de las
comunidades
cerradas
(gated communities)
con
la
conformación de municipios privados, a semejanza de lo que ha
sucedido en Estados Unidos, y que magistralmente ha
calificado Evan McKenzie30 (1994) como
“Privatopia”.
Para terminar, reconociendo el panorama urbano actual y el
desafío futuro para la construcción de una ciudad democrática,
sustentable y con equidad, se hace imperativo avanzar en un
ejercicio público, abierto y participativo de planificación territorial
que contemple como elementos imprescindibles la regulación y
control del uso del suelo urbano, las veedurías ciudadanas con
carácter vinculante y un trabajo ético y responsable por parte de
los funcionarios que asuman la alta dignidad de dirigir la
administración municipal, de modo que con la articulación de
estos aspectos se pueda frenar y eliminar progresivamente la
especulación inmobiliaria consustancial a la exacerbación
urbanística neoliberal.
Aplicar los postulados del desarrollo social con una
perspectiva territorial
Otra actividad a tener en cuenta en la planificación territorial, es
el diseño y puesta en marcha de políticas públicas de desarrollo
social que consideren objetivamente sus requerimientos e
31
implicaciones espaciales reales . Para el caso
colombiano, ha
sido común desde el ejercicio institucional la aprobación de
planes de desarrollo local, regional ynacional carentes de un
enfoque geográfico, siendo esta una razón de su limitada
efectividad.
En tal sentido, si bien en un primer estadio del “proceso de
modernización”32 (1930-1960) se erigió una política de
planeación regional que priorizó el desarrollo del sector primario
extractivo como estrategia para alcanzar altos niveles de
crecimiento económico a partir de la explotación y manejo de
los recursos naturales33, posteriormente se ha adelantado una
variedad de programas de gobierno consignados en los
respectivos planes nacionales de desarrollo34, que se han
caracterizado por el tratamiento a-espacial de la política
económica, o en otra palabras, sin contemplar sus
repercusiones provinciales.
323
Como muestra, en la década de los sesenta con la influencia
del estructuralismo cepalino se continuó fomentando la política
de industrialización vía sustitución de importaciones con el fin
de reducir los desequilibrios socioeconómicos entre el campo y
la ciudad, y entre las regiones “atrasadas vs. avanzadas”, sin
embargo, este impulso no produjo un cambio significativo en las
tendencias de la distribución territorial del desarrollo.
Por el contrario, lo que se intensificó fue la situación
predominante de un desarrollo espontáneo liderado por algunas
regiones que reforzaron la primacía de las principales ciudades
del país en el contexto de la articulación económica nacional
con los circuitos globales de comercio exterior35, aprovechando
sus ventajas comparativas al incorporarse a mercados
internacionales de manera diferencial con base en actividades
que ya habían sido rentables en otras latitudes, como son por
ejemplo el caso de laindustria azucarera en el valle interandino
del departamento del Valle del Cauca, teniendo como epicentro
a Cali (establecimiento del modelo del nordeste brasilero y del
Caribe) y el café en las zonas de montaña (1000 a 2000 m de
altitud) siendo el centro occidente colombiano el máximo
exponente de la adaptación de este modelo agro-industrial y
empresarial, exitoso en Centroamérica y Brasil (véase Figura
4).
Luego en las dos décadas siguientes (1970-1980), tras la
desfinanciación del proceso de industrialización36 y el posterior
endeudamiento estatal asumido con la banca multilateral para
proporcionarle continuidad a esta política económica37, lo que
provocó a la postre la denominada “década perdida”38, además
de los tímidos esfuerzos realizados para impulsar la
descentralización y el fomento de los polos productivos a escala
local, se generó una crisis social de alcance nacional expresada
en el incremento progresivo de las tasas de desempleo, las
necesidades básicas insatisfechas (NBI) y la línea de pobreza
(LP), como también a nivel institucional, manifestado en la
reducción de las partidas presupuestales y recursos
económicos para el funcionamiento de las corporaciones de
desarrollo o el desmonte final de las Consejos Regionales de
Planificación, CORPES39 (véase Figura 5).
Más tarde, con el devenir del neoliberalismo como doctrina
hegemónica de la política económica nacional desde la década
de los noventa, y a partir de sus pilares ideológicos de fuertes
derechos de propiedad privada individual, el imperio de la ley en
beneficio de las “libertades empresariales” –las instituciones del
libre mercado ydel libre comercio–, junto a la masiva
privatización de activos del Estado y la desregulación de los
diferentes sectores económicos (Harvey, 2007)40, en el país se
ha radicalizado una agenda de desarrollo territorial definida por
las fuerzas del mercado y los intereses monopólicos de
empresas
internacionales,
generando
un
incremento
exponencial de la expoliación de los recursos naturales, en
particular, de los no renovables, como es el caso de los
minerales y el petróleo.
Así pues, la configuración de los espacios de producción y
extracción en el proceso de re-primarización de la economía
colombiana, evidencia la anarquía territorial derivada de la
supresión de los instrumentos legítimos y necesarios de
gestión, control y regulación por parte del Estado para el
desarrollo de dichas actividades (aranceles, ajustes fiscales
punitivos, la planificación y los controles ambientales, así como
impedimentos localizados) (Harvey, 2007, p. 75), todo ello para
permitir la “libertad de movimiento” del capital a favor de un
proyecto de restauración o recomposición de élites corporativas
y financieras multinacionales que se sustentan en la
repatriación de sus ganancias o plusvalías, producto de las
ventajosas posibilidades de inversión y operación en países en
desarrollo (débil legislación, flexibilidad laboral, etc.) impuestas
políticamente por instituciones como el Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial.
325
En efecto, al intensificarse este modelo de economía de
enclave neo-colonial, con su estrategia de “acumulación de
capital transnacional por desposesión nacional”, se produce en
consecuencia un saldo negativo para el país, enprimer lugar,
porque la soberanía estatal sobre el uso del territorio, la
circulación de bienes, mercancías y capitales es entregada en
una actitud servicial al “mercado global”; y en segundo término,
porque va en contravía de la definición de un proyecto de
desarrollo nacional con autodeterminación productiva, que
respete la aptitud física del territorio y considere las
potencialidades económicas de las comunidades regionales en
función de sus tradiciones laborales41.
Por tanto, en representación de los efectos e impactos del
régimen de inversión extranjera (concentración en el mercado
externo-exportaciones y descuido del mercado interno), se
presenta la multiplicación de proyectos mineros en áreas de
gran fragilidad natural y/o en reservas de territorios indígenas
(véase Figura 6)42, aspectos que van en detrimento tanto de la
titularidad y gobernabilidad de las comunidades raizales sobre
sus territorios ancestrales (concedida por la historia social y
respaldada por la Constitución Política Nacional), como de la
conservación de la biodiversidad y del patrimonio ambiental
colombiano43.
Decididamente, como se puede observar en los objetivos y
principales lineamientos del actual Plan Nacional de Desarrollo
2010-2014 “Prosperidad para todos”, sus estrategias se
inscriben en políticas benefactoras de los intereses financieros,
en la competividad de las empresas privadas y el aumento de
su productividad, entre otros aspectos que confirman cómo el
Estado colombiano apuesta por cumplir un papel de
intermediario y facilitador de la operación de los gremios
económicos y el establecimiento de compañíasmultinacionales
en el país. De ahí que, según lo estimado en el Plan Plurianual
de inversiones casi la mitad de los rubros están destinados al
pilar de Crecimiento Sostenible y Competitividad, con un 45 %;
en resumidas cuentas, en distribución del gasto público el
Estado colombiano invertirá alrededor de 221 billones de pesos
de un total de 485 billones del presupuesto general de la nación
para apalancar el sector privado (Sarmiento, 2011).
Más aún, como testimonio del modelo productivo neoliberal
promovido por el gobierno nacional para atraer inversión
extranjera, se reconoce que el 80% de ella se concentra en el
sector primario (Sarmiento, 2011), lograda con su fórmula de:
expoliación permisiva de los recursos naturales, reducción de
impuestos, reformas fiscales y tributarias, abaratamiento de los
costos de trabajo con la flexibilización de las condiciones
laborales y políticas de protección a las multinacionales a partir
de exenciones reduciendo todos aquellos costos que pueden
ser onerosos para el capital. Así, en palabras de la politóloga
colombiana Paola Salazar (2011, p. 5)
Sobresale de la proyección presupuestal la
amplia importancia de las fuentes de
financiación, sobretodo el segundo lugar
ocupado por el sector privado con una inversión
que asciende a $170,3 billones. Entre estas
inversiones se destacan las correspondientes a
las locomotoras para el crecimiento y la
generación de empleo, principalmente para la
formalización
minera
y
expansión
energética ($93 billones), Vivienda y
Ciudades Amables ($34 billones) y para
Infraestructura de Transporte ($16 billones).
Esto permite visibilizar el importante papel del
sector privado en la formulación y sostenibilidad
del Plan de
Desarrollo, lo cual se podrárectificar
en
las
distintas
propuestas
económicas y sociales presentadas por el
Gobierno.
327
Ciertamente, entre las propuestas destinadas al crecimiento
económico se destacan por su peso específico las relacionadas
con el sector minero energético, debido a la riqueza minera del
país. Es así como
la inversión extranjera directa pasó de
USD$3.637 a USD$4.637 entre 2006-2009 teniendo un efecto
incremental en las exportaciones, las cuales pasaron de
USD$13.145 a 19.677 de 2006 a 2009 (Salazar, 2011, p. 23).
Por añadidura, estas medidas son la evidencia de una
estrategia que profundiza la acumulación capitalista so pretexto
de favorecer el crecimiento económico. No obstante, dicha
estrategia de acumulación privilegia un modelo de
desarrollo
que favorece la extracción de recursos naturales renovables y
no renovables, principalmente el sector minero energético, pese
a ser consciente del limitado impacto para el
desarrollo del
país.
Adicionalmente, es un modelo orientado a la explotación de la
biodiversidad en un discurso supuestamente dirigido a la
protección de la diversidad y los grupos étnicos (Salazar, 2011,
p. 39). En suma, como lo expone claramente
Salazar (2011, p
25):
Para el sector minero-energético se propone
continuar con la política ya implementada, sin
embargo, el Plan presenta una paradoja al
reconocer la baja productividad o baja
capacidad de generación de valor de los
sectores extractivos. Al mismo tiempo en el
gobierno se reconoce que esta estructura
productiva y exportadora del país sólogenera
beneficios en el corto plazo, puesto que “(…) si
los ingresos generados por las exportaciones
no se aprovechan para la investigación e
innovación en productos de alto valor
agregado, la oferta exportable será muy
limitada en el momento en que se agoten las
reservas de los recursos no renovables (…)”. A
pesar de todo, no se visualiza una propuesta de
desarrollo distinta a la extracción de recursos
naturales, por el contrario, toda la estrategia
consignada en el sector se orienta a la
atracción de la inversión privada (extranjera)
principalmente para el aprovechamiento y
explotación de los recursos naturales del país.
Empero, como alternativa a las políticas de “desarrollo” de
carácter vertical agenciadas por el statu quo neoliberal, se viene
construyendo en los últimos años desde la base y acción
colectiva de los movimientos sociales una serie de propuestas
de desarrollo territorial popular que tienen como objetivo la
producción social de un espacio para la igualdad y la
integración comunitaria, de manera que se puedan configurar
ciudades y zonas rurales para “el buen vivir” y no para el
capital, en las cuales los ciudadanos asuman el protagonismo
en el ejercicio democrático de la toma de decisiones orientadas
a la constitución del territorio cooperativo y de inclusión
45
deseado .
En este sentido, se propone para su consecución la
recuperación, aprendizaje y diálogo de saberes o experiencias
con proyectos de larga tradición, como son, entre otros, los
“Planes de Vida” de las comunidades indígenas y sus
estrategias de armonización territorial. Igualmente, se considera
como mecanismo
dinamizador del mandato social para la
construcción de un territorio con equidad, el desarrollo de un
proceso de educaciónpopular dirigido a la comprensión
dialéctica de los problemas nacionales y al impulso del
desarrollo comunitario.
Por último, se determina como elemento indispensable la
convocatoria y realización de una reforma territorial (urbana y
rural) participativa que tenga como principio axiomático el
acceso justo a la vivienda y a unas condiciones de vida digna
garantizadas por la prestación de los derechos sociales básicos
329
y fundamentales que están consignados en la Constitución
Política Nacional (educación, salud, etc.)46.
Gestión para el desarrollo local con base en un enfoque
endógeno y con criterio colectivo
A raíz de la diferencia con lo enunciado por el economista y
exministro de Planificación y Cooperación del Gobierno de Chile
durante el período 2003-2004, Andrés Palma Irarrázaval47 en su
texto titulado “Desarrollo Social y la Gestión Local” (2006, p. 2),
al señalar que “en principio podemos tener la convicción de que
el gobierno local concentra la gran posibilidad de atraer valores,
principios y criterios propios de una globalización lo que puede
tener una réplica particularizada y más concreta en el nivel
provincial y comunal de nuestra actual división política y
administrativa”, creo sobre esta afirmación que, en cualquier
caso, la evidencia empírica ha demostrado los amplios errores y
desaciertos en estandarizar soluciones de la “globalización” a
los problemas de naturaleza diversa que se presentan en los
diferentes espacios geográficos locales del complejo mundo
contemporáneo.
Claramente se viene presentando una tendencia a “copiar
imitar, transferir o adaptar” modelos exitosos de gestión local de
diferentes latitudes ylugares a otros ámbitos o espacios
municipales que en su historia y devenir carecen de
coincidencias ciudadanas –culturales, políticas y económicas–
48
con el “territorio modelo” , por tal razón, con algunas
excepciones tienen cierta trascendencia, eficiencia y
sostenibilidad en el tiempo, y por supuesto no pocas dificultades
para su ejecución.
En realidad, suponer que en medio de esta última faceta de la
globalización económica neoliberal sustentada en los principios
y valores de la “competencia, la individualización y la
especialización territorial”, más allá de la complementariedad o
asociación municipal, se va a generar el tan deseado desarrollo
económico creciente, aparte de la sostenibilidad ambiental y la
reducción de las desigualdades sociales, carece de sentido;
sacaso es posible tanta ensoñación en medio de la vorágine
especulativa y perversa que reside en la matriz de este
sistema?; suponer y afincar esperanzas en estos preceptos es
por la fuerza de los hechos, equivocado y precisamente
“insostenible”.
Por el contrario, se hace cada vez más ineludible aprovechar
los recursos propios (capital social y cultural –tradiciones y
formas de actuar, resistir y ser proactivos en épocas de crisis de
toda índole, etc.–), para lo cual se deben tener en cuenta las
inversiones crecientes en su promoción y formación ciudadana,
al igual que la generación de nuevos elementos de desarrollo
endógeno, de modo que se produzcan reorientaciones en las
lógicas de avance social y oportunidades desde proyectos
autónomos, autárquicos y solidarios entre diferentes colectivos
en las localidades o municipios.
Más aún,para lograr un proceso de desarrollo local endógeno
con criterio colectivo y holístico (multidimensional-integral,
participación-validación, comunión pública-privada), además del
elemento expuesto por Palma (2006, p. 4) sobre la “necesaria
presencia y participación de todos los actores, para contar con
instancias de reflexión y crítica que puedan repensar lo local y
orienten el proceso valiéndose de la negociación de los
diferentes cuerpos intermedios interesados, fomentado así la
cooperación y permitiendo la construcción de consensos que
conlleven una visión común de desarrollo”, es necesario en el
escenario de los colectivos sociales (ciudades, pueblos,
campos, comarcas, etc.) posibilitar e impulsar todos los
“múltiples proyectos posibles”, considerando las diferencias que
producen las variadas formas de vida y aspiraciones que cada
subconjunto comunitario dentro del gran complejo ciudadano
poseen, y no se debe pensar en “una única apuesta” que
cosifique y neutralice la diversidad de propósitos humanos, ni
mucho menos que todos debamos agotar y encausar nuestra
energía social en “un proyecto común” que en muchas
ocasiones es el “proyecto de desarrollo de un sector y agentes
particulares”.
Finalmente, a partir de los elementos citados por Palma (2006,
p. 5) para lograr el desarrollo local integral y luego de su
explicación sobre las políticas de desarrollo social dentro del
territorio comunal, creo que un proyecto solidario gestionado
localmente con el concurso de toda la ciudadanía, debe tener
como cimientos de su gran armazón estructural una sólida
política educativa (formal e informal), de estímulo a la formación
continua con la cual se promuevan las capacidades de
generación de proyectos con base en iniciativascomunitarias.
CONCLUSIONES
A manera de colofón es pertinente aducir la necesidad de
posicionar a la planificación territorial como
un instrumento
consustancial a la responsabilidad pública de un Estado de
Derecho(s) por salvaguardar y amparar los principios fundantes
de justicia social, equidad intergeneracional, sustentabilidad
etc.
Por consiguiente, su praxis e intervención se debe enfocar al
fortalecimiento de la participación ciudadana, de modo que se
propicie la construcción de una verdadera y legítima
“democracia real” en la cual el planeamiento se asuma y
entienda, en palabras de Francesco Indovina, “como un acto de
gobierno colectivo asistido técnicamente”49, teniendo en cuenta
que los profesionales de la planificación en vez de hacer las
transformaciones, son los que deben coadyuvar y cooperar en
su dirección para que esta sea conducida desde la óptica del
interés general.
Incluso, desde esta perspectiva se podrá superar el papel
asignado tradicionalmente al planificador como “arquitecto de la
331
realidad” que indica las posibles dinámicas territoriales a
desarrollar y define a partir de la zonificación dónde se debe
construir o qué áreas son proclives a ser objeto de “renovación,
esponjamiento, limpieza, reciclaje” o simplemente eliminación.
De forma similar, se proyecta como corolario y premisa básica
de la gestión local, el empoderamiento comunitario, es decir, la
necesidad de adelantar y promocionar el desarrollo social con la
participación activa de todos los actores de la sociedad civil,
conduciendo a una toma de decisiones integradora y
cambiando el papel de las comunidades de receptoras de
proyectos técnicos dedesarrollo a promotores de sus propios
destinos y posibilidades autónomas de futuros viables y
deseados por ellos mismos.
En esta dirección es preciso considerar los principios
introducidos por Andrés Palma (2006, p. 7), como son la
perspectiva territorial, la descentralización y gobernabilidad, la
equidad y accesibilidad, todas ellas hechas materia y realidad
con objetivos como:
[…] orientar la gestión pública a las personas,
trabajar con las familias en su propia
comunidad, conectar las redes que conforman
áreas de servicios y apoyos formales e
informales a la familia y reconocer las
experiencias institucionales y de la comunidad.
Ahora bien, reconociendo que en la actualidad se evidencian
anhelos de cambio en la planificación de un enfoque estructural
y de largo plazo hacia uno de carácter coyuntural, de corto
plazo y de flexibilidad a la inversión especulativa propia del
neoliberalismo, es imperativo imaginar, recrear y constituir
diversos escenarios alternativos de hábitat popular planificado
por las comunidades como respuesta social a la lógica y
paradigma del “territorio como mercancía”, para lo cual es
menester la organización y cooperación ciudadana.
Asimismo, se requiere de una gestión comprometida y
responsable por parte del Estado para superar la multiplicidad
de conflictos creados por un sistema socio-político que ha
privilegiado al capital financiero y no a las necesidades y
urgencias vitales de la población que padece los efectos más
dramáticos de la privatización y encarecimiento de los servicios
sociales (salud, educación, transporte y movilidad, vivienda
alimentación, etc.). Es por ello que se reivindica y hace hincapié
en la revaloración del
sentido de un Estado verdaderamente
democráticomovilizado por el bienestar colectivo de la
población y no como
facilitador exclusivo de beneficios
particulares, gremiales o de clase social.
Para terminar, en consonancia con el leitmotiv e inspiración de
este escrito, como es “el proceso de
enseñanza-aprendizaje
fruto del
ejercicio de escuchar y leer atentamente los
argumentos de especialistas reconocidos por su trayectoria
académica, profesional e intelectual, y a partir de allí, a través
de la reflexión y discusión sobre sus ideas, construir una
interpretación y lectura personal de la problemática objeto de
análisis”, se plantea entonces la explicación enunciada por
Fernando de Terán (citado en Serra, 2009, p. 16) sobre el reto
que representa la “complejidad del fenómeno urbano que
vivimos en el que los límites de la ciudad se han diluido
ocupando territorio de manera intensiva”. En este sentido, y a
manera de cierre sugestivo se exponen algunas de sus
observaciones para que prosigamos la tarea de estudio y
análisis de forma colectiva
Lo que está claro es que el problema es
general y nadie tiene la solución definitiva. La
ciudad compacta que tanto gusta a los
urbanistas europeos se ha visto superado por
la realidad. Este modelo ha hecho crisis. Lo que
se ha expandido es la ciudad dispersa, el
modelo americano de ciudad difusa que se ha
ido imponiendo por la influencia mediática y
porque la gente, en realidad, prefiere vivir en
estos chalets o adosados de la periferia. Sólo
los intelectuales y los ecologistas conscientes
del
despilfarro de energía y territorio que esto
supone defienden la ciudad compacta. Y tienen
razón. Yo también pienso que esmejor, pero
conseguirla no es ya un problema del
urbanismo sino de la pedagogía.
Pasa lo mismo, dice De Terán, con el tema de
la sostenibilidad. La legislación española y la de
las 17 autonomías incluye estos temas en su
gran mayoría, no hace falta una revolución
metodológica, pero es un problema de
sensibilidad, de darle más importancia a este
tema y también de nuevo, de voluntad política.
El problema es que gran parte de la expansión
urbanística desordenada que tantas críticas ha
generado incluso de la Unión Europea se ha
hecho dentro de la más estricta legalidad.
Ahora parece que se ha parado por la crisis
pero no porque haya una reflexión sobre lo que
se ha hecho mal, que es lo que tocaría. Están
esperando a ver cuándo vuelve a haber liquidez
para continuar igual. Es entre los jóvenes
ecologistas, en las facultades de geografía o en
algunas de ingeniería en donde se preocupan
por este tema. En las escuelas de arquitectura
siguen todos encandilados con el proyecto
bonito y ni siquiera se enseña bien cómo hacer
un plan
Pero lo que toca ahora no es tanto pensar en
nuevos planes de desarrollo sino en cómo se
puede compactar y estructurar la ciudad difusa
que ya se ha construido para minimizar los
daños. Es uno de los grandes retos del futuro
inmediato, sin duda. Lo que está claro es que
333
tendríamos que evitar seguir proyectando
ciudad difusa nueva. Pero claro, si nos salen
los políticos con sus mayorías absolutas, squé
vamos a hacer? (Serra, 2009, p. 17).
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1. Administrador Ambiental, Universidad Tecnológica de
Pereira (UTP). Magíster en Geografía, Universidad
Pedagógica y Tecnológica de Colombia
(UPTC) –
Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC). Magíster
en Planificación Territorial y Gestión Ambiental
Universidad de Barcelona
(UB). Docente Departamento
de Historia y Geografía, Universidad
de Caldas
Colombia.
jorgeandres.rivera@ucaldas.edu.co
proyecto
académico
https://www.riverapabon.blogspot.com,
https://www.geonotassonarterrestrecafetero.blogspot.com
2. Este artículo se soporta en los argumentos y elementos
analíticos quesobresalieron en el desarrollo de
diferentes exposiciones, conferencias, seminarios, foros
y coloquios internacionales que han versado sobre la
planificación territorial y la gestión urbana (citados en la
bibliografía cuando se ha hecho alguna reseña o
memoria del evento) a los cuales he asistido durante mi
período de formación de posgrado en la Universidad de
Barcelona entre los años 2008-2012.
3. Para ejemplificar las pugnas políticas que se tejen
alrededor de los diferentes paradigmas en discusión (o
a veces semejantes), se exponen las siguientes
editoriales y notas de opinión sobre el caso de Bogotá y
su plan de desarrollo, el debate de su financiación y los
modelos de ciudad en juego: ciudad compacta vs. el
crecimiento en expansión rururbana, metropolitana y
regional:
https://www.elespectador.com/opinion/editorial/artic
ulo-343335-discutir-esta-juego;
https://www.eltiempo.com/opinion/editoriales/
ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR11900923.html;
https://www.elespectador.com/noticias/bogota/
articulo-325765-expansion-de-bogota-si-tienefuturo-lonja;
https://www.arcoiris.com.co/2012/06/plan-dedesarrollo-balance-agridulce/;
339
https://www.elespectador.com/noticias/bogota/articul
o-348292-el-plan-una-quimera;
https://www.eltiempo.com/colombia/bogota/
ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR11856603.html;
https://www.elespectador.com/impreso/
bogota/articulo-345900-secretaria-de-planeacionintenta-convencer-al-concejo-de-aprobar;
https://www.uniandes.edu.co/component/content/arti
cle/
683-ies-viable-el-plan-de-desarrollo-de-bogota
4. El any Cerdà, se celebró desde junio de 2009 a junio de
2010 con motivo del
150o aniversario de la aprobación
del Plan deReforma y Ensanche de Barcelona (7 de
Junio de 1859). www.anycerda.org (citado en Serra
Catalina. La gran excusa Cerdà. El País, Babelia, p. 17.
Fecha de Publicación: 26-09-09).
5. El autor afirma que “la mayoría estamos de acuerdo en
que hay que limitar esta ciudad difusa que se expande
sin control consumiendo gran cantidad de recursos,
pero lo que piden los políticos son planes que les
permitan hacer este tipo de ciudad, y eso es lo que se
hace. Lo he comprobado, la mayor parte de los planes
en el litoral valenciano son de este tipo, de ciudad
difusa y dispersa. Están aprobados, son legales y nadie
ha protestado. Es más, ganan elecciones con mayorías
absolutas. Están respaldados política y socialmente
(citado en Serra, 2009, p. 16).
6. Con relación a las polémicas del
papel y responsabilidad
de los técnicos en los problemas urbanos y sus
soluciones
véase
el
caso
de
Bogotá:
https://n.eltiempo.com/opinion/columnistas/enriques
antosmolano/
de-urbanismo-de-honradez-de-tecnica/10944612;
https://www.cambio.com.co/paiscambio/
864/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_CAMBIO7055310.html:
https://www.rcnradio.com/node/69820
7. Como muestra, hago referencia de algunas noticias
sobre la postura del gobierno colombiano, en cabeza
del Presidente Juan Manuel Santos, ante la situación
de emergencia generalizada que vivió el país durante
los años 2010 y 2011, a raíz de la “ola invernal” o
período de lluvias intensas, en la cual se enfocó y
concentró la responsabilidad técnica-política en las
autoridades ambientales del orden departamental y
macro-regional,
como
son
las
Corporaciones
Autónomas
Regionales
(CAR´s):
https://www.eluniversal.com.co/cartagena/nacional/
presidente-santos-regañó-las-car;
https://m.eltiempo.com/politica/las-car-deben-ser-reformadas-afirma-el-presidentesantos/8792647;
https://www.caracol.com.co/noticias/actualidad/
presidente-santos-recorta-recursos-a-las-carpor-ineficiencia-para-afrontar-crisisinvernal/20101214/nota/1398543.aspx;
https://www.elespectador.co/noticias/politica/
articulo-246587-car-seran-mas-gobernables-santos
Sobre la reforma a las CAR y la institucionalidad
ambiental como consecuencia de la “crisis invernal”,
véase:
https://wsp.presidencia.gov.co/Prensa/2011/Enero/Pa
ginas/20110119_02.aspx;
https://reexistencia.wordpress.com/2011/01/28/
el-asalto-neoliberal-de-santos-a-las-corporacionesautonomas-regionales-car/;
https://www.lasillavacia.com/historia/lasindignaciones-de-santos-34312
8. Para una lectura desde las ciencias
sociales y la ecología
política sobre la producción de eventos catastróficos y
de
la
generación
de
desastres
véase:
https://www.desenredando.org/public/libros/1993/ldn
sn/
LosDesastresNoSonNaturales-1.0.0.pdf;
https://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-331/sn-331-52.htm;
https://revistas.um.es/areas/article/view/117861;
https://www.ecologiapolitica.info/ep/36/36.htm; etc.
9. Información general sobre el Plan Territorial General de
Cataluña: página web de la Generalitat de Catalunya:
www.gencat.cat;
y
específicamente:
https://www20.gencat.cat/portal/site/territori/
menuitem.2a0ef7c1d39370645f13ae92b0c0e1a0/?vg
nextoid=3440a9c1aa9b7210VgnVCM1000008d0c1e0
aRCRD
Para algunos trabajos de contextualización y reflexión
sobre la planificación territorial en Cataluña:
https://www.ugr.es/~cuadgeo/docs/articulos/047/047006.pdf;
https://www.apgeo.pt/files/docs/CD_X_Coloquio_Iberico_Geografia/pdfs/106.pdf
10. Para
información
de
este
megaproyecto
https://blogs.publico.es/dominiopublico/
5419/eurovegas-paradigma-del-modelo-neoliberal/;
https://politica.elpais.com/politica/2012/06/27/
actualidad/1340813956_520873.html
Debates
sobre
Eurovegas:
https://www.youtube.com/watch?v=H2vDNjWLH8Q&f
eature=related;
https://www.youtube.com/watch?v=Uekh6KquCvE&f
eature=related;
https://www.youtube.com/watch?v=8196ixuNSaw&fe
ature=related
11. https://www.rtve.es/noticias/20120625/ubicacion
-eurovegas-entre-barcelona-madrid-se-decidiraprincipios-septiembre/539663.shtml
12. Presentación de artículos, columnas y exposiciones del
autor en: https://joaquimnadal.cat/
13. Conferencia inaugural del Máster Oficial Europeo en
Planificación Territorial y Gestión Ambiental, cohorte
2011-2013, celebrada en la Facultad de Geografía e
Historia, el día 14 de octubre de 2011.
Versión
digital
–
síntesis
del
texto
https://rsalas.webs.ull.es/rsalas/materiales/at%20Muñ
oz,%20F.%20Urbanalización.pdf
15. En este caso, los dos autores ejemplifican este cambio
de orientación con el análisis que debe hacerse de la
difusión urbana, reconociendo la certera interpretación
que vienen haciendo los geógrafos de este proceso
(que los diferencia de otros profesionales), no solo
desde su enfoque de estudio multiescalar de un
problema de envergadura supralocal, sino también a la
luz de las dinámicas poblacionales, la desestructuración
de espacialidades sociales históricas y la creación de
nuevas centralidades que tienen su lógica en razones
diferentes a los de la etapa industrial, etc.
16. https://www.kreanta.org/cv/jordi_borja_sebastia.html;https://jordiborja.blogspot.com.es/
17. Participación con/en movimientos vecinales y
explicaciones sobre el urbanismo social y la ciudad
democrática
https://www.youtube.com/watch?v=vgkRrOJto1A&fe
ature=player_embedded#;
https://www.youtube.com/watch?v=p-xVkjuLdr8
18. Lectura de tesis doctoral de Jordi Borja en la
Universidad de Barcelona, presentado el 31-05-2012.
Video editado por la Universitat Oberta de Catalunya
https://www.youtube.com/watch?v=0YJZEaaKRZM
19. Citado con base en la invitación realizada por el autor
para asistir a la lectura de la tesis doctoral, la cual fue
publicada en el espacio web de Geocrítica en facebook:
https://www.facebook.com/pages/Geocr%C3%ADtica
/130695177028543?filter=4
20. Algunas obras de referencia sobre esta temática son
Borja y Muxí (2001, 2002), Borja (2003, 2004a, 2004b,
2005, 2007, 2010a).
21. Véase
Bitácora
Barcelona
(citado
en
https://www.riverapabon.blogspot.com).
22. En este sentido han ejercido una gran influencia la
exhumación de una historia y una tradición
distintivamente catalanas y la difusión comercial de sus
sólidos logros artísticos y de su legado arquitectónico
(Gaudí, por supuesto), junto con sus marcas distintivas
en cuanto a estilos de vida y tradiciones literarias, con
el respaldo de un aluvión de libros, exposiciones y
eventos culturales que celebran su carácter distintivo
(Harvey & Smith, 2005, p. 48-49).
23. Entre los hitos y nuevos adornos arquitectónicos de
“marca” de la ciudad global en Barcelona se destacan,
por ejemplo, la torre de telecomunicaciones de Norman
Foster, el flamante y blanco Museu d´Art Contemporani
de Barcelona (MACBA) de Richard Meier, situado en
medio del tejido urbano, un tanto degradado, del casco
antiguo; el edificio centraldel Forum de las Culturas
(2004) de Jacques Herzog y Pierre de Mouron; la Torre
Agbar (Aguas de Barcelona) de Jean Nouvel, entre
otros (Harvey & Smith, 2005, p. 49).
24. Bibliotecas en las diferentes escalas –barrial, comunal
municipal, metropolitana–; guarderías y jardines
25.
26
27.
28
29.
30
31.
32
infantiles, colegios, centros de formación artística y
profesional; centros de salud y hospitales; áreas
deportivas, etc.
Parques abiertos y gratuitos; alamedas, rondas de ríos
y corredores ambientales, senderos para la
interpretación y lúdica ambiental.
Perfil
profesional
de
Ferran
Miralles:
https://www.seguretat.org/ides/ca/llistat-autor/fitxaautor.html?id=69
Proyectos y Planes Territoriales coordinados por Joan
Fortuny:
https://www.gencat.cat/odecat/html/descargar/Fortun
y.PDF;
https://www20.gencat.cat/docs/ptop/Home/
Serveis%20i%20tramits/Biblioteca%20i%20docume
ntacio/Planificacio%20territorial/Publicacions/Planej
ament%20territorial/Pla%20territorial%
20de%20les%20Comarques%20Gironines/cap0_Pla
_territorial_Girona.pdf
Trabajos desarrollados e investidura doctor “honoris
causa”
de
Juli
Esteban:
https://www.upc.edu/saladepremsa/al-dia/mesnoticies/
el-arquitecto-y-urbanista-juli-esteban-serainvestidodoctor-2018honoris-causa2019-por-la-upc-1
Véase ejemplos de periurbanización en diferentes
ciudades
latinoamericanas,
en:
https://www.historiaygeografiaucaldas.blogspot.com.
es/
https://www.evanmckenzie.com/
Para presentar el panorama de las ideas aplicado en un
caso concreto como es el de Chile, expreso con
“agrado geográfico” ycomplacencia la audaz y acertada
decisión que tomara en su momento el gobierno chileno
liderado por Michelle Bachelet, al “territorializar las
políticas de desarrollo social”, dando un paso hacia
adelante en la perspectiva de superar los bajos
resultados obtenidos en este tipo de políticas en
América Latina debido a la ejecución permanente de
modelos abstractos que “nunca aterrizan” o miran las
realidades locales, pecando por tener siempre, como lo
enuncia Andrés Palma (2006, p. 5) “diseños
estandarizados, homogéneos para todas las regiones y
comunas del país”. Este proyecto político sintetizado en
el Sistema de Protección Social “Chile Solidario”
auguraba un trabajo positivo (aunque no por ello
desprovisto de conflictividades en su aplicación), al
plantear como eje central y principio tutelar el desarrollo
de estrategias y acciones diferenciadas en función de
los geoespacios de problemas sociales que tiene el
país austral, y no en grandes ideas de papel.
En este contexto de prevalencia del discurso y acción
“modernizadora”, lo que se empezó a configurar fue la
concentración por parte de las élites regionales de los
proyectos productivos, tanto en el ámbito urbano con la
industrialización, como en el mundo rural con la
343
33.
34
35.
36.
implementación de la “revolución verde” o modelo de
desarrollo agro-industrial, que ha tenido como requisito
axiomático e inequívoco la concentración de la tierra
para poder obtener mayor productividad y rendimientos
económicos a partir del establecimiento de
monocultivos (caña de azúcar, café, plátano, entre otros
productos agrícolas, y en la actualidad, palma para “biocombustibles”).Durante
los años 1950-1960, se creó la CVC y los
programas de desarrollo departamental para Atlántico,
Boyacá, Santander, Norte de Santander, Caldas, el
plan para la costa Atlántica, entre otros. No obstante, la
deficiencia en los recursos económicos y la forma de
administración no permitió la ejecución de estos planes.
Sin lugar a dudas, esto fue consecuencia del
mantenimiento de un régimen centralista, en el cual las
instituciones de planificación territorial regional no
contaron con sistemas financieros y operativos
adecuados para adelantar dichos procesos.
Plan decenal de desarrollo (1960-1970); las cuatro
estrategias (1970-1974); para cerrar la brecha (19741978); plan de integración
nacional (1978-1982);
cambio con equidad (1982-1986); plan de economía
social (1986-1990); la revolución pacífica (1990-1994);
el salto social (1994-1998); cambio para construir la paz
(1998-2002); hacia un estado comunitario (2002-2006);
Estado comunitario: desarrollo para todos (2006-2010);
prosperidad para todos (2010-2014).
En efecto, se puede afirmar que el carácter permanente
de la primacía urbana se debe a la existencia de
economías nacionales estructuradas en función de los
intereses de los centros de poder del sistema
económico global (históricamente determinadas en el
capitalismo dependiente) y no en función de una
economía interna sólida que responda a un proyecto
endógeno de inclusión ciudadana y consenso nacional.
Es por ello, que contrario a lo expuesto por los teóricos
de la modernización y el librecambio, al afirmar que la
industrialización y la liberalización económica estimulan
la desconcentración espacial de las actividades
económicas, y que al largo plazo, resuelven la
desigualdad espacial en el desarrollo, lo que seha
afianzado es el reforzamiento de la primacía.
Durante la década de los setenta se inicia un nuevo
ciclo de crisis y recesión económica que marca el fin de
un período económico de expansión que había
empezado
en
1930,
el
cual
se
apoyaba
fundamentalmente en la reducción de la dependencia
tanto en el consumo de manufacturas importadas como
de la exportación de materias primas. De este modo, se
presenta un panorama poco optimista sobre la
posibilidad de darle continuidad al proyecto de
modernización industrial, toda vez que se advierte una
carencia de recursos y una inminente desfinanciación
para el desarrollo de esta política. Ante esta situación
los Estados se ven forzados a liberalizar sus
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economías, y así satisfacer las exigencias de los
prestamistas del
sector finaciero internacional.
Frente a esta crisis económica, el gobierno colombiano
y en general los Estados latinoamericanos tomaron la
decisión, con cierto nivel de presión por parte de las
agencias internacionales, de superarla a través de
endeudamiento, que ya no era proporcionado por los
bancos centrales de los Estados desarrollados, sino por
la banca internacional. Como testimonio, se
observó la
contracción de la participación del sector público de
Estados Unidos y de otros países en la provisión de
recursos de endeudamiento. Montoya (2006, p. 19
ejemplifica esta situación con base en las siguientes
cifras, enunciadas por Gwynne (1985, p. 10): “los flujos
financieros netos pasaron de 2,6 millardos en 1966 a
21,8 en 1978, a la vez que los bancos subían su
participación de un 10% en1966 a un 57% en 1978”.
La reducción de flujos de capital para las inversiones de
carácter nacional, por la dificultad o incapacidad de
pago de los prestamos y endeudamientos adquiridos de
manera exagerada en la década anterior, aunados al
crecimiento de la inflación, llevaron a los diferentes
países del continente a una fase de recesión,
denominada como “la década perdida”, en la cual se
frenaron los sectores que poseían mayor dinamismo
resultado de la ejecución de las políticas estatales de
desarrollo económico vía industrialización.
Los Consejos Regionales de Planificación del
Desarrollo Económico y Social (CORPES) fueron
Occidente, Centro Oriente, Costa Atlántica, Orinoquia y
Amazonia. El instrumento de desarrollo era la
descentralización, con la cual se podía proveer a
estas
entidades de mayor capacidad y autonomía (tanto
administrativa como en las rentas básicas) para
generar
coordinación interinstitucional entre los diferentes
niveles administrativos del
país.
Chang
H.-J.
(2003)
Globalization,
economic
development and the role of the state. London:
Zed
Books; Jessop, B. (2002).Liberalism, neoliberalism and
urban governance. A state-theoretical perspective.
Antipode XXXIV, 3, 452-472 (citado en Harvey,
2007, p
73).
Para una ampliación de los proyectos productivos que
se podrían desarrollar en Colombia
sobre la base de
iniciativas endógenas y soberanas a partir de las
tradiciones laborales, artes y oficios, véase el lúcido
artículo del
escritor y poeta William Ospina, disponible
en: https://www.elespectador.com/opinion/columna365231-memoria-y-futuro [4 de
agosto de 2012].
En cuanto al aprovechamiento de los recursos mineros,
se puede observar en el mapa sobre cartografía de la
desposesión nacional que losproyectos de interés
nacional (UPME) coinciden, en gran medida, con áreas
de resguardos indígenas (o en espacios de influencia
directa), como son por ejemplo, la zona pacíficaoccidental, norte y oriente del
país. Asimismo, esto
demuestra que, a pesar de la intención del Plan
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Nacional de Desarrollo de promover e impulsar la
economía en la periferia con este tipo de explotaciones,
la minería entra en contradicción con la autonomía de
los territorios indígenas, y además, en contra de su
voluntad, ya que revive esta actividad productiva
causante de la disminución de la población nativa
durante todo el período colonial.
Sobre los problemas y conflictos ambientales
producidos en el marco de la lucha por el control social
territorial y productivo en Colombia,
véase: Márquez
(2004).
Algunos
mapas
disponibles
en:
https://www.sogeocol.edu.co/documentos/07bmap.p
df
De igual modo, para una explicación de los impactos
ambientales generados por el “modelo de desarrollo”
extractivo minero y de biocombustibles desde una
perspectiva de la ecología política y la economía
ecológica, véase la entrevista realizada a Joan Martínez
Alier:
https://www.youtube.com/watch?v=n14sBs_RmaI
Finalmente, se presentan los pronunciamientos de las
organizaciones sociales y populares sobre los efectos
negativos de las políticas y estrategias de desarrollo
estatal, en especial, de la “locomotora minera”:
https://notiagen.wordpress.com/2012/08/02/
defender-la-vida-y-el-territorio-mensaje-de-lamarcha
-para-frenar-la-politica-minera-del-gobierno/;
https://www.colectivodeabogados.org/Notiagenhttps://geographiando.hrev.org/mapas/
Este tipo de dinámicas sociales son el resultado de un
proceso constante de la Coalición de Movimientos
Sociales de Colombia representados en el Congreso
Nacional de Tierras, Territorios y Soberanías:
https://notiagen.wordpress.com/2011/10/02/
movilizacion-y-ordenamiento-territorial-propio-sediscute-en-el-congreso-de-tierras/
Debates
sobre
tierras
y
territorios:
https://notiagen.wordpress.com/2011/10/03/ejetierras-y-territorios-video/
El autor también fue Director del Programa de Gerencia
Social y Políticas Públicas de FLACSO, labor que
adelantó durante los años 2005-2010.
Como ejemplo están los casos del “Modelo Barcelona
y
Curitiba” que
se reproducen por lo largo y ancho de
América Latina. Del modelo Barcelona y los debates en
torno a él, véase: Borja (2009, 2010b, 2011), Capel
(2005, 2006, 2007), Casellas (2006), Delgado (2004,
2005, 2007), Monclús (2003). En cuanto a las diferentes
posturas frente al “modelo Curitiba”, véase: Corti
(2008), Montaner y Muxí (2006), Guidini (2009),
Sánchez y Moura (2005). Con base en los
planteamientos señalados por los autores precedentes,
véase la propuesta de estandarización “modélica” para
el desarrollo urbano que tiene como trasfondo la
promoción del ideario de la ciudad como mercancía y
medio de atracción de ciudadanos, consumidores e
inversionistas: Cámara de Comercio de Bogotá –CCB–
(s.f.).
49. Idea enunciada por Francesco Indovina (2004) en la
presentación del
libro “Planeamiento urbanístico: de la
controversia a la renovación”, editado por la Diputación
de Barcelona, Número 2 de la colección Territorio y
Gobierno.
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