AGUJEROS
NEGROS
Algunas de las teorías que han revolucionado de manera más drástica nuestra
concepción del mundo, han sido tan adelantadas para su época que, además de
explicar una serie de fenómenos naturales, han predicho la existencia de otros
cuya realidad era imposible verificar en ese momento. Sin embargo, al pasar el
tiempo, con el adelanto de la tecnología, estas predicciones se verifican. Un
ejemplo es la teoría general de la relatividad (TGR) que predijo, hace casi
setenta años, la existencia de agujeros negros en el Universo.
La TGR es una teoría de la gravitación propuesta por Albert Einstein algunos
años después de que él mismo propusiera la teoría de la relatividad especial
(TRE). La TRE nació en 1905 y revolucionó la física, con conceptos totalmente
nuevos e incomprensibles para el 'sentido común'. Según la TRE, el espacio
y el tiempo son conceptos relativos: por ejemplo, el tiempo transcurre más o
menos lentamente, según la velocidad de quien lo mide; es decir, no existe un
tiempo absoluto. Una de las predicciones es que ningún cuerpo o mensaje
puedeviajar más rápido que la luz. Además, la TRE introdujo un nuevo concepto:
el espacio-tiempo de cuatro dimensiones. Este nuevo espacio es la unión del espacio 'común y corriente' —que todos
sabemos tiene tres dimensiones— y del tiempo,
interpretado como
una cuarta dimensión. La constancia de la velocidad de la luz nos permite medir
el tiempo en unidades de longitud, y viceversa.
La TRE no es capaz de explicar el fenómeno de la gravitación (la existencia de
una fuerza de atracción universal a la cual están sujetos todos los cuerpos y cuya
ley fue enunciada por Newton) y por ello, alrededor de 1915, Einstein propuso
una nueva teoría: la relatividad general. Esta teoría contenía la anterior
(TRE) y, además, explicaba la gravitación de una manera realmente
revolucionaria: según la TGR los cuerpos deforman el espacio-tiempo a su
alrededor. La sola presencia de un objeto masivo produce una curvatura del espacio-tiempo, y es esta curvatura la que es sentida
por otros cuerpos como
atracción gravitacional. Debido a la curvatura del
espacio alrededor de un cuerpo masivo, otro cuerpo que pase cerca no seguirá como trayectoria una
línea recta, sino una trayectoria curva. Esto, en la práctica, es lo que se
observa como
atracción gravitacional.
La deformación del espacio-tiempo actúa
también sobre los rayos de luz: por ejemplo, los rayos de luz provenientes de
las estrellas lejanas se curvan ligeramente al pasar cerca del Sol (este
efecto, predicho por la TGR, se ha podido comprobar observando las estrellas
cerca del
disco solardurante un eclipse de Sol). Además, la TGR predice, como la TRE, una
relatividad del tiempo: un observador lejano verá que el tiempo transcurre más
lentamente cerca de un cuerpo cuyo campo gravitacional es sumamente intenso.
La curvatura de una superficie ordinaria se estudia mediante la geometría. Para
estudiar la curvatura del espacio-tiempo de cuatro dimensiones producida por
los cuerpos masivos, se usa una geometría llamada geometría de Riemann. Con
esta herramienta matemática, Einstein obtuvo las ecuaciones que nos dan la geometría
del espacio-tiempo a partir de la distribución de los cuerpos masivos en el
espacio. Aún no se ha podido obtener la solución general de las diez ecuaciones
de Einstein. Pero se conocen varias soluciones para casos particulares.
En 1916 el astrónomo alemán Karl Schwarzschild obtuvo la primera solución a
dichas ecuaciones, para el caso particular de un cuerpo masivo que tenga la
forma de una esfera. Esa solución de Schwarzschild se reducía, en primera
aproximación, a la ley de gravitación de Newton y, en segunda aproximación,
predecía efectos casi imperceptibles, pero que hoy en día han sido comprobados
con bastante precisión, entre ellos: la curvatura de los rayos luminosos al
pasar cerca del Sol y el corrimiento del perihelio de los planetas. Aparte de
estos efectos, todos muy importantes, pero que, por falta de espacio, no
podemos examinar con más detalle, la solución de Schwarzschild predecía un
fenómeno curioso: si un cuerpo de masa M tiene toda su masa concentrada dentro
de unaesfera de radio 2Gm/c2, llamado radio de Schwarzschild (G es la constante
de gravitación universal,3 M la masa del cuerpo y c la velocidad de la luz),
entonces ningún cuerpo, ni la luz, ni ningún tipo de información, podría
escaparse desde el interior de esa esfera.
En el lenguaje de la relatividad general se puede decir que el espacio-tiempo
se curva a tal grado que tse cierra sobre sí mismo! Todo lo que está
atrapado en ese pedazo de espacio cerrado nunca podrá salir al mundo exterior.
Un objeto puede entrar en este agujero negro, pero no podrá escaparse de ahí.
La superficie de la esfera cuyo radio es el radio de Schwarzschild, se llama
horizonte de eventos del agujero negro; la luz puede cruzar el horizonte sólo
en un sentido: de afuera hacia adentro, y nunca al revés. Lo que ocurre dentro
del horizonte está eternamente desconectado del exterior, no puede ser visto ni
puede influir sobre el resto del Universo.4
Existe una manera más clásica —en el sentido de la física clásica o
prerrelativista— y más intuitiva de pensar en estos cuerpos, con base en una
idea formulada por Laplace en su libro El sistema del mundo (publicado en
1793). En este libro, Laplace habla de 'cuerpos oscuros' que no dejan
escapar la luz. El razonamiento que llevó a Laplace a ese concepto es bastante
simple. Sabemos por experiencia que un proyectil arrojado verticalmente hacia
arriba alcanza una altura máxima que depende de la velocidad con la que fue
lanzado; mientras mayor sea la velocidad inicial, más alto llegará antes de
iniciarsu caída. Pero si al proyectil se le imprime una velocidad inicial
superior a 11.5 km por segundo, subirá y no volverá a caer, escapándose
definitivamente de la atracción gravitacional terrestre. A esta velocidad
mínima se le llama velocidad de escape y varía de un planeta o estrella a
otros. La velocidad de escape desde la superficie de un cuerpo esférico es
[pic]donde M es la masa del cuerpo, r su radio y G la constante de gravitación
universal. Es fácil ver en la fórmula de arriba que la velocidad de escape de
un cuerpo esférico de masa M será igual a la velocidad de la luz (v = c), si su
radio es: rg = 2GM/c2. Este radio se llama radio gravitacional y es exactamente
igual al radio de Schwarzschild.
Si en la expresión de arriba sustituimos la masa del Sol (2x1033 gramos),
encontramos que su radio gravitacional es de aproximadamente 3 kilómetros. Es
decir, que si toda la masa del Sol estuviese contenida en una esfera de 3
kilómetros de radio, éste sería un agujero negro. Para la Tierra, el radio
gravitacional es de un centímetro, aproximadamente.
En la época de Laplace, estas ideas quedaron como meras lucubraciones,
esencialmente por dos motivos: la primera es que no se sabía si la gravitación
actuaba sobre los rayos luminosos (de hecho, en aquella época, ni siquiera se
sabía qué era la luz). La segunda es que nadie pensaba que pudiesen realmente
existir en la naturaleza cuerpos con semejantes masas y esas dimensiones.
Respecto al primer punto, como ya hemos visto, la TGR predice que la curvatura
delespacio-tiempo —que percibimos como atracción gravitacional— actúa támbién
sobre los rayos luminosos, y este efecto ha sido medido. Respecto al segundo
punto, la astrofísica moderna nos ha dado la respuesta. En particular, la
teoría de la evolución estelar predice que las estrellas altamente masivas se
transforman en agujeros negros al final de sus vidas. Vale la pena hacer aquí
un paréntesis para profundizar un poco sobre este tema.
Una estrella es una enorme esfera de gas incandescente que brilla porque en su
centro se producen reacciones termonucleares, o de fusión nuclear. A la
temperatura de varios millones de grados que existe en el interior de una
estrella, los átomos se hallan totalmente ionizados; es decir, tenemos núcleos
desprovistos de sus électrones. Estos núcleos chocan violentamente entre sí y
llegan a fusionarse. Al principio son los núcleos de hidrógeno —con un protón
en el núcleo— los que se fusionan para formar núcleos de helio. La masa del
núcleo de helio es ligeramente menor a la masa de sus constituyentes —dos
protones y dos neutrones— por separado. La diferencia de masa se libera en
forma de energía de acuerdo con la expresión E = mc2 encontrada por Einstein (E
denota la energía, m la masa y c es la velocidad de la luz). Es un claro
ejemplo de transformación de masa en energía.
En plenitud de su vida, una estrella radia luz y calor por este proceso y se
mantiene en equilibrio gracias al balance muy preciso entre dos fuerzas que
actúan en sentido opuesto: por un lado, la fuerza de atraccióngravitacional mantiene
cohesionada a la estrella jalando todas sus partes hacia el centro. Esta fuerza
tiende a contraer a la estrella. Por otro lado, se halla la presión de la
materia incandescente y la radiación que empujan hacia afuera y tienden a
expander la estrella. En la mayor parte de las estrellas el equilibrio entre
estas dos fuerzas puede durar miles de millones de años; pero el combustible
nuclear de la estrella no puede durar eternamente. Cuando casi todo el
hidrógeno de la estrella se ha transformado en helio, se rompe el equilibrio y
la estrella se contrae. La temperatura en el centro aumenta todavía más, hasta
llegar un momento en que es tan alta que el helio se empieza a transformar en
carbono; vuelve el equilibrio y, al agotarse el helio, se repite el ciclo; esta
vez el carbono se transmuta y así sucesivamente hasta formarse el hierro. Cada
una de estas reacciones de transformación libera menos energía que la anterior.
Cuando la estrella es fundamentalmente de hierro, ya no es capaz de emitir más
energía por reacciones termonucleares. sQué le sucede entonces? sCómo mueren
las estrellas?
Algunas estrellas explotan convirtiéndose en supernovas y, con el tiempo,
vuelven a ser lo que eran antes de formarse: nubes de gas y polvo (Figura 27).
Pero, en la mayoría de los casos, la estrella, al explotar, no se desintegra
por completo, sino que queda una parte llamada residuo de la explosión. sQué
sucede con las que no explotan? sY con los residuos de las que explotaron? Al
no haber ya reacciones nucleares, la presióninterna no es capaz de soportar el
peso de las capas exteriores y la estrella se contrae, disminuye su radio
paulatinamente, aumenta su densidad —se vuelve más y más compacta— y se va
enfriando. Aquí surge la interrogante: squé tan compacto puede ser un cuerpo?
En otras palabras, sexiste algún límite a la contracción gravitacional? Este
problema se ha estudiado desde hace muchos años, y aquí mencionaremos tan sólo
los resultados a los que se ha llegado.5
En 1930, un joven estudiante hindú, llamado Chandrasekhar, encontró que una
estrella con una masa menor que 1.4 masas solares, en el transcurso de la
contracción gravitacional que sufre al final de su vida, puede llegar a una
configuración de equilibrio en la que la contracción se detiene. Estas
configuraciones corresponden, en la práctica, a las estrellas conocidas como
enanas blancas.
Las enanas blancas se conocían ya desde antes de que fuesen estudiadas
teóricamente. En efecto, todas tienen masas menores que 1.4 veces la masa del
Sol, sus radios van de 3 000 a 20 000 km y sus densidades son tan altas que un
centímetro cúbico de ellas pesa tuna tonelada!
Ahora bien, si la masa de una estrella, al iniciarse la contracción, es mayor
que 1.4 masas solares, la configuración de equilibrio que se alcanza para las
enanas blancas no es posible y la estrella se contrae aún más. Si su masa es
menor que tres masas solares, alcanzará una nueva configuración de equilibrio
al convertirse en una estrella de neutrones.
Las estrellas de neutrones se descubrieron 35años después de que se había
predicho su existencia, en 1968. Se les llama pulsares, porque emiten pulsos
regulares de radio.
La teoría, sin embargo, salva del colapso total sólo a las estrellas con masas
menores que tres masas solares. sQué sucede con las más masivas? (Se sabe que
existen muchas estrellas con masas hasta de 50 masas solares). En 1939 el
célebre y controvertido físico norteamericano Oppenheimer demostró que estas
estrellas no podían tener salvación:6 Que en este caso no podía existir ninguna
configuración de equilibrio capaz de detener la contracción gravitacional,
produciéndose entonces el colapso gravitacional de la estrella, que se haría
cada vez más y más pequeña, más y más densa, shasta convertirse en ?: en uno
de esos objetos celestes de los que hablaba Laplace: tan compactos que se
vuelven invisibles, en uno de esos objetos tan densos que el espacio a su
alrededor se curva a tal punto que la luz queda atrapada, y de esta manera el
objeto pierde toda conexión con el mundo exterior, convirtiéndose en un agujero
negro.
Si un agujero negro no emite ni luz ni ninguna otra señal, cabe preguntarse
entonces: scómo podemos saber si existe o no? Desde luego, no podemos verlo,
pero si detectar su presencia. Ya hemos visto que el campo gravitacional cerca
de un agujero negro es enormemente intenso (en otras palabras: el espacio a su
alrededor se halla muy deformado). En los años sesenta se planteó una manera
muy ingeniosa de detectar la presencia de agujeros negros a través de
efectosgravitacionales. Para entender esta idea, es pertinente explicar
brevemente lo que es un sistema binario.
La gran mayoría de las estrellas no están aisladas, sino que forman sistemas de
dos, tres o más estrellas que interactúan gravitacionalmente entre sí. A un
sistema de dos estrellas unidas gravitacionalmente, se le llama doble o sistema
binario.
Se sabe que en los sistemas binarios en que las componentes están muy cercanas
una de otra, existe entre ambas un flujo de material gaseoso. Esto se debe, por
un lado, a que las estrellas suelen eyectar de sus atmósferas cantidades
considerables de gas al espacio en forma de lo que se llama viento estelar, y
por otro, a la atracción gravitacional de la otra estrella. Al proceso de
captura de material se le llama acreción.7 sQué sucedería si en uno de estos
sistemas binarios muy cercanos, una de las estrellas, habiendo evolucionado
mucho más rápido que la otra, fuese un agujero negro? La atracción
gravitacional de este agujero negro sobre la compañera sería enorme y actuaría
como una especie de 'aspiradora cósmica' succionando y engullendo
enormes cantidades del gas de las capas externas de la estrella compañera.
Semejante proceso de acreción, se pensó, debe proporcionarnos alguna
manifestación detectable. Para comprender cuál fue la pista a seguir en la
búsqueda de agujeros negros, analizaremos el proceso de acreción con algún
detalle.
Debido a la rotación de todo sistema estelar, el gas que fluye de una estrella
a otra —y, en nuestro caso, de la estrella al agujero negro—,no cae directamente,
sino que gira alrededor, formando una especie de remolino que, en la jerga
astrofísica, se denomina un disco de acreción.
Si pudiéramos seguir la trayectoria de una partícula del gas en dicho disco,
veríamos que gira alrededor del agujero negro describiendo una espiral. Esto se
debe a que la partícula interacciona con otras partículas del gas, perdiendo
energía en los choques; es decir, se va frenando, y debido a la atracción
gravitacional del agujero negro, va acercandose a él. De no ser por esta
pérdida de energía, la partícula podría permanecer indefinidamente girando
alrededor del agujero negro. La situación es similar a la de un satélite
artificial en órbita alrededor de la Tierra: si el satélite gira fuera de la
atmósfera, podrá continuar indefinidamente, pero si su órbita se encuentra
dentro de la atmósfera, perderá energía por fricción con el aire, se calentará
al rojo vivo y, finalmente, caerá al suelo. Lo mismo sucede con el gas en el
disco de acreción: en este caso, la fricción de las diversas partes del gas
entre sí, lo calentarán enormemente a costa de frenar su caída en el agujero
negro. Como consecuencia de la fricción, el gas del disco de acreción se
calienta cada vez más a medida que se acerca al agujero negro. Se ha calculado que
la temperatura en la parte central de un disco de acreción puede alcanzar
varios millones de grados. A estas temperaturas, la energía disipada por la
fricción será emitida en forma de rayos X.
En resumen: el gas que entra al agujero negro emiteenergía antes de cruzar el
horizonte de eventos. El origen de esta energía es la atracción gravitacional
del agujero negro. La forma de disipar la energía gravitacional en el disco de
acreción es por fricción y, finalmente, la manifestación de esa energía es, fundamentalmente,
como emisión de rayos X.
Para tener una idea de qué tan eficiente es este proceso, diremos que mediante
la fusión nuclear se libera una energía de aproximadamente el 4% de la masa en
reposo de la materia involucrada en el proceso (recordemos que : E = mc2). En
cambio, en el proceso de acreción a un agujero negro, se puede liberar hasta un
40% de la masa en reposo de la materia acretada. El proceso que libera energía
de origen gravitacional, debido a la caída de materia a un agujero negro, es diez
veces más eficiente que el proceso que produce la energía que hace brillar las
estrellas.
En 1970, se puso en órbita el satélite astronómico Uhuru, primer observatorio
de rayos X (Figura 43). Una de las fuentes de rayos X más potentes que
descubrió este satélite fue Cygnus X-l, un sistema binario en la constelación
del Cisne, en el que se detectó una sola estrella dando vueltas alrededor de un
objeto invisible. Todos los cálculos que se hicieron de la masa del objeto
invisible indicaron que era de aproximadamente diez masas solares. Para la
mayoría de los astrónomos quedó claro que se había descubierto el primer
agujero negro.
Volvamos ahora a los cuasares. En buena medida por el descubrimiento de Cygnus
X-l, y también por el desarrollo de la teoríade los discos de acreción, revivió
el interés de un grupo de astrónomos en la idea de la generación de energía de
origen gravitacional para los cuasares y núcleos activos de galaxias. En
particular, dos astrofísicos ingleses, Donald Lynden-Bell y Martin Rees revivieron
la teoría de Zeldovich, Novikov y Salpeter de que en el centro de los cuasares
y galaxias activas hay un agujero negro gigantesco (se trata de un agujero
negro de entre un millón y mil millones de veces la masa del Sol), con un gran
disco de acreción que lo alimenta.
Uno de los argumentos fundamentales para apoyar esta teoría es que el problema
de la generación de grandes cantidades de energía se resuelve en un volumen
extremadamente reducido. Daremos un ejemplo concreto: para generar la energía
observada de un cuasar se requiere de un agujero negro de cien millones de
veces la masa del Sol que se trague el equivalente de una masa solar por año.
Por otro lado, la mayor parte de la energía se genera cerca del borde interno
del disco de acreción, el cual se halla a una distancia de tres veces el radio
de Schwarzschild del agujero negro, es decir, menos de una hora luz.
Los agujeros negros de origen estelar en sistemas binarios se alimentan del gas
de la estrella vecina; cabe preguntarse, sde dónde viene el material que forma
el gran disco de acreción alrededor de los agujeros negros en el centro de los
cuasares y núcleos de las galaxias?, o, como se dice en la jerga astrofísica
moderna, sde dónde viene el 'alimento del monstruo'? Se consideran
tresposibilidades: la primera es que se alimenta de gas del núcleo de la
galaxia y de estrellas del núcleo que son previamente destrozadas por enormes
fuerzas de marea. La segunda, es que el gas de regiones más externas de la
galaxia puede ser, de alguna manera, canalizado hacia el núcleo. Una manera de
que esto suceda es por la interacción entre dos galaxias. Ya hemos dicho
(capítulo I) que aun cuando la interacción sea una colisión directa, las
estrellas no chocan unas con otras, aunque se perturba fuertemente la
distribución del gas (Figura 12). Existen estadísticas que parecen confirmar la
posibilidad de que las interacciones canalicen gas al núcleo para alimentar al
monstruo, pues se observa una tendencia a encontrar más núcleos tipo Seyfert en
los núcleos de galaxias interactuantes o en sistemas dobles, que en galaxias
aisladas. Por último, la tercera posibilidad es que el alimento venga de
afuera: gas de otra galaxia —por interacción— o gas intergaláctico. Recordemos
que en el primer capítulo hicimos hincapié en el hecho de que las más poderosas
radiogalaxias, como Virgo A (M 87), se encuentran siempre en los centros de los
cúmulos, donde puede darse, incluso, el 'canibalismo'.
Por lo que respecta a los cuasares, recordemos que probablemente se trata de
núcleos de galaxias extremadamente jóvenes que pueden tener una gran cantidad
de gas en el núcleo, 'para alimentar al monstruo'.
Otro de los argumentos en favor de la teoría del agujero negro supermasivo, que
recalcó Martin Rees, consiste en que cualquier granconcentración de masa en
elnúcleo, como los cúmulos superdensos o las superestrellas descritas al
principio de este capítulo, evolucionará rápidamente. Del desarrollo de la
teoría de la evolución estelar quedó claro que el tiempo de evolución es inversamente
proporcional a la masa (es decir, mientras más masiva es una estrella más
rápidamente agotará su combustible nuclear). De manera que aun si existieron
originalmente configuraciones de ese estilo, éstas llegarán a la fase final de
su evolución —que implica necesariamente el colapso gravitacional y la
formación de un agujero negro— en un tiempo sumamente corto (comparado con la
vida de la galaxia). Por ello, para todo fin práctico, podemos considerar que
el agujero negro ya se ha formado cuando observamos la galaxia.
Desde luego no sabemos si el proceso de colapso gravitacional ocurre realmente
en los núcleos de las galaxias. También existe la teoría alternativa de que los
agujeros negros se formaron antes que las galaxias. Algunos astrónomos piensan
que puede haber 'agujeros negros primordiales' que existen desde que
se inició la expansión del Universo. Estos agujeros negros pueden haber actuado
como centros atractores para aglomerar a su alrededor a la materia que,
finalmente, formó las galaxias. Cabe aclarar que aquí estamos entrando en un
terreno altamente especulativo. El problema del origen de las galaxias es uno
de los más complejos de la astrofísica.
Independientemente del problema de su origen, todo parece indicar que en los
núcleos de las galaxias hay unagujero negro supermasivo. Al final del capítulo
analizaremos la evidencia observacional en favor de esta teoría. En este punto,
quizás el lector ya se haya dado cuenta cómo hemos ido generalizando de la
actividad de los cuasares a la de los núcleos de algunas galaxias y,
finalmente, en esta sección hemos hablado de los núcleos de galaxias, sin
distinción. En efecto, muchos astrónomos piensan que existen agujeros negros en
el centro de todas las galaxias (incluida, desde luego, la nuestra). Si esto es
así, surgen de manera natural las preguntas: sQué es lo que determina que se
manifieste la presencia del agujero negro a través de la llamada actividad
nuclear? Es decir, spor qué en los cuasares y en algunas galaxias la emisión de
radiación no térmica del núcleo domina sobre la luz de las estrellas? sY por
qué en otras galaxias lo que domina es la luz normal de las estrellas y del gas
interestelar? sPor qué en estas últimas el monstruo permanece dormido?
La respuesta es que el factor fundamental es la dotación de gas vecino al
agujero negro: el alimento del monstruo. Una vez que el agujero negro ha
engullido la mayor parte de las estrellas y el gas que había inicialmente en su
entorno inmediato, permanecerá en relativa calma sin generar grandes cantidades
de energías.8 Cada cien o mil millones de años el monstruo se puede reactivar
por el encuentro cercano con otra galaxia o por el paso, cerca del agujero
negro, de algún cúmulo estelar.
Un último argumento fuerte en favor de esta teoría es que explica de
maneranatural la eyección de material en forma de chorros. A primera vista esto
puede parecer extraño, puesto que hemos hablado de un disco de acreción en el
que la materia fluye hacia el agujero negro. Examinemos, sin embargo, con más
detalle, lo que sucede en el borde interno del disco. El gas, cada vez más
caliente, ejercerá una enorme presión —tanto de las partículas del gas como de
la radiación— que hará que el disco se infle, convirtiéndose, cerca del agujero
negro, en una especie de 'dona' (Figura 49). En el plano ecuatorial
del disco, la materia afluirá hacia el agujero negro; sin embargo, parte del
material, fuera de este plano, será rebotado hacia atrás por la presión y
comprimido nuevamente por el material que cae, formándose zonas de choque o manchas
calientes en el borde interno. Una cantidad importante de partículas será
acelerada y eyectada hacia afuera. Los únicos canales de salida están a lo
largo del eje de rotación del disco, de modo que el borde interno de la dona
funciona como cañón colimador del haz de partículas (Figura 49). De esta
manera, el modelo explica de manera natural la eyección de chorros. A
continuación, veremos qué información podemos obtener del estudio de estos
chorros.