1.
Carácterísticas
El solutrense se trata de una cultura netamente occidental, que se desarrolla
dentro de un territorio que abarca la Península
Ibérica y el territorio francés al sur del Loira y al oeste del Ródano. Su
aparición significa una importante renovación tecnológica, que alcanza asimismo
a toda la vida socioeconómica, ya que atiende a la renovación, no solo del
instrumental agresivo, lo que implica un aumento de la caza, sino también de la
invención, con la aguja, de una rudimentaria industria 'textil'.
En esta renovación ocupa un lugar importante la nueva
técnica del retoque plano y paralelo, consiguiéndose instrumentos
de gran calidad que seperfeccionan con el bifacialismo, exclusivamente
utilizado en la fabricación de puntas de lanza.
Los más antiguos instrumentos en los que aparece el retoque plano solutrense se
encuentran en dos yacimientos algo alejados entre sí. Les Mallaetes (Valencia)
y Laugeri Haute (Dordogne), en cuyos primeros niveles solutrenses el C-14 ha
proporcionado la fecha del 21.700 ± 650 BP para la cueva valenciana y la de
20.900 ± 300 BP para la francesa, fechas que no presentan entre sí una excesiva
diferencia y que podría permitir el supuesto de que el solutrense pudo tener
varios centros originarios, teniendo, por el momento, el área mediterránea una
ligera prioridad.
En cuanto al bifacialismo, es difícil precisar qué causas lo motivaron, aunque
quizás fue consecuencia del empleo de retoque que tiende a
invadir y cubrir la superficie de la hoja en que se tallaba el instrumento.
La ordenación cronológica y cultural del Solutrense
peninsular, aunque basada en la antigua secuencia francesa, ofrece no obstante
nuevos instrumentos tipificantes y fases nuevas, aunque los elementos típicos
esenciales (puntas de cara plana, de laurel y de escotadura) siguen estando
presentes en las distintas fases. Los nuevos instrumentos son
esencialmente puntas, cuyos diferentes tipos permiten señalar la presencia de
distintas facies culturales que aparecen bien definidas y repartidas por tres
zonas de la Península. La facies que presenta una secuencia más
completa, tanto cultural, como estratigráfica, es la denominada facies ibérica,
en razón de que ocupa una amplia extensión peninsular, extendiéndose por las
regiones levantina, andaluza yportuguesa. La facies cantábrica, que ofrece dos
fases (media y superior) y desarrollada con entera independencia de la facies
ibérica y de las del sur de Francia, y finalmente la facies catalana o
pirenaica oriental, en la zona de los Pirineos gerundenses, en la que se
advierten influencias pirenaicas occidentales, del valle del Ródano y también
del Solutrense ibérico.
2.
EL SOLUTRENSE DE FACIES IBÉRICA
Los yacimientos que mejor han definido esta facies, Parpalló y Mallaetes
(Gandia), se hallan rodeados por una serie de yacimientos en cuevas (Barranc
Blanc, Penaes, y otros) así como en otras comarcas valencianas, en los cuales,
los elementos solutrenses, aunque escasos, conviven con importantes
perduraciones gravetenses.
En Parpalló y Mallaetes se encuentra una misma secuencia
cultural solutrense que ha hecho pensar en una estrecha relación entre ambas
cuevas, en función de una alterna actividad cinegética estacional. Esta
secuencia da comienzo con un nivel Solutrense inicial, con puntas de cara
plana, una importante serie de raspadores que sobrepasan con mucho a los
buriles, hojas con retoques y un pequeño lote de instrumentos óseos con
punzones toscos y azagayas biapuntadas de sección ancha y aplanada en su parte
central.
Una segunda fase, el Solutrense pleno o medio, puede dividirse en dos subfases,
la inferior, fechada en el 20.200 BP, en la que perduran las puntas de cara
plana y hacen su aparición las puntas foliáceas bifaciales (puntas de laurel y
asimétricas) y la superior en las que se encuentran los tipos de punta con
pedúnculo y con pedúnculo y aletas incipientes. En ambas
fasesabundan los raspadores y son escasos los buriles, siendo la industria ósea
de toscos punzones, azagayas biapuntadas y finos punzones que preludian las
agujas.
A continuación, se establecieron las gentes del
Solutrense superior o evolucionado, en que se aprecian tres subfases. La más antigua con las puntas bifaciales de base convexa y las de
pedúnculo y aletas, junto con las que aparecen las puntas de escotadura en su
versión ibérica, de borde rebajado, testimonio de una posible reacción
gravetense en la zona, abundantes raspadores, escasos buriles y una industria
ósea de punzones y azagayas biapuntados y alguna aguja. En la
segunda subfase los tipos foliáceos tienden a desaparecer y en los pedúnculos,
las aletas se reducen, continua la misma proporción raspador buril y los
punzones bicónicos. En la tercera subfase, el
Solutreogravetense, los elementos bifaciales desaparecen y dominan las puntas
escotadas, las hojitas de borde rebajado y las azagayas cortas y monobiseladas.
Esta secuencia del Solutrense de facies ibérica es sólo valedera en la región
valenciana para los dos yacimientos citados, pues en las cuevas de las comarcas
circundantes no se encuentra una correspondencia exacta de la misma, sino
simples elementos de alguna de sus fases, encuadrados tanto en niveles con las
características propias de las culturas de borde rebajado, en las que el índice
porcentual solutrense es muy bajo. No es posible por tanto hablar de un proceso
de 'solutreanización' en la zona, sino más bien de una
'gravetización' del Solutrense en sus etapas finales, quizá producto
de la fuerte tradición gravetense que se observaen Barranc Blanc y otros
yacimientos similares. El Solutreogravetense representaría una reacción de los
elementos gravetenses, y por tanto un cambio de
orientación cultural que puso fin al bifacialismo y al retoque plano solutrense.
En el Sudeste peninsular, Murcia y Almería, el Solutrense aparece desde su fase
plena en los Tollos, cueva Vermeja y Los Mortolitos, con
elementos bifaciales de base convexa. En Cejo del Pantano, Serrón y Cantos de
la Visera proporcionaron puntas de escotadura y de pedúnculo y aletas con
alguna hoja de sauce, propios del Solutrense superior. Pero el yacimiento más
importante de esta zona es la cueva de Ambrosio o del
Tesoro (Velez Blanco) en el que el índice Solutrense supera más de la mitad del porcentaje
instrumental, estando presentes las tres subfases del Solutrense superior o
evolucionado.
En Portugal se han encontrado restos solutrenses al norte y al sur del valle del Tajo, que permiten señalar la presencia de las dos fases
últimas del Solutrense de facies ibérica. El yacimiento de Monte Fainha
(Alemtejo), al aire libre, parece más producto de un
depósito que de un lugar habitado, ya que no se encontraron desechos de talla,
pero sí puntas de laurel biapuntadas de base convexa. En las cercanías de
Lisboa, en Casa da Moura se encontraron elementos bifaciales propios del
Solutrense superior ibérico, con puntas de laurel de base convexa, puntas de
aletas y pedúnculo y puntas de escotadura, estas presentan el clásico retoque
plano solutrense y no la talla de borde rebajado propia de los ejemplares
ibéricos.
3. EL SOLUTRENSE DE FACIES CANTÁBRICA
Dotado de una ciertaautonomía, su desarrollo se realiza dentro de una secuencia
en la que se advierten dos tendencias (occidental y oriental).
A partir del Solutrense pleno se encuentran los primeros
niveles y fases de la facies cantábrica. En la cueva de Las Caldas (Oviedo) se
encuentra una secuencia de varios niveles del Solutrense pleno, estando
presentes las puntas de laurel biapuntadas y las de base convexa, además de las
puntas asimétricas, los buriles aumentan en número, a lo que hay que unir una
pobre industria ósea de punzones sobre huesos apenas trabajados, varios huesoso
'tensores', con un borde recto en el que se observan trazos paralelos
y transversales, obtenidos por frotación mediante una especie de tendón o
cordel.
El Solutrense superior de Las Caldas, ofrece una sucesión de
pequeños niveles en los que se encuentran puntas de escotadura y alguna
bifacial de base cóncava. Los buriles, escasos en los
primeros momentos, aumentan en los niveles superiores. La industria ósea
sigue la tónica de los huesos apuntados, algún punzón y dos fragmentos de
plaquetas de marfil, con entalladuras en los bordes; una de ellas
presenta la mitad de una perforación, estas plaquetas debemos considerarlas como colgantes.
Esta secuencia de las Caldas es un claro reflejo del Solutrense de facies
cantábrica, aunque curiosamente faltan en ella las puntas de base romboidal y
las azagayas de aplastamiento o bisel central, propias de la facies cantábrica,
cuya primera fase, el Solutrense pleno se caracteriza por las puntas de laurel
de base apuntada o convexa y las de tipo romboidal y azagayas de sección
circular de tradicióngravetense.
La segunda gran fase del Solutrense cantábrico presenta como el ibérico, una gran
variedad de elementos y tipos propios, cuya secuencia se encuentra bien
definida en los cuatro niveles del Solutrense superior de Cueto de la Mina
(Asturias), en los que se aprecia la sucesiva aparición de los nuevos tipos,
así como la transición al Magdaleniense. En el nivel inferior, dominan las
cuarcitas y destacan las puntas de laurel y de sauce, las de base convexa y las
de escotadura con pedicelo de longitud variable, acompañada de una industria
ósea de azagayas biapuntadas rectas o ligeramente curvadas con aplastamiento o
bisel central en el que se grabaron una serie de trazos paralelos, de posible
origen en el Auriñaciense francés, que resurge en la facies cantábrica y
tipifica a esta fase solutrense, además plaquetas de hueso con perforación y entalladuras
en los bordes. Aparecen las primeras agujas.
En la segunda fase del Solutrense evolucionado el
conjunto instrumental presenta los mismos instrumentos característicos. Como novedad aparece la
punta de base cóncava y simétrica, tipo propio de la facies cantábrica.
En un tercer nivel, la punta de base cóncava aparece como tipo dominante y
disminuyen los restantes tipos foliáceos. Continúan apareciendo las azagayas de
aplastamiento central y las plaquetas con perforación y entalles en los bordes.
El último nivel de este Solutrense podría considerarse
como una fase
terminal, en la que tienden a desaparecer los elementos foliáceos y se observa
la presencia de útiles de borde rebajado. Siguen las azagayas
de aplastamiento central.
En la zona cántabra sonrelativamente abundantes los restos de Solutrense
evolucionado en Altamira, Morín, etc.
encontrándose conjuntos instrumentales con tipos foliáceos, predominando las
puntas de escotadura, escaseando las de base cóncava simétrica y el resto de
los foliáceos.
De Altamira hay que destacar, aparte de los foliáceos que siguen la línea
indicada, una industria ósea de azagayas de sección circular y ligero bisel en
la base y una serie de plaquetas de hueso con entalladuras en los bordes y unas
cuantas plaquitas de hueso con grabados de ciervas. En Morín la industria
foliácea sigue los mismos derroteros . Es importante
la presencia de numerosos hojas y hojitas de borde rebajado y un predominio de los elementos tipológicos gravetenses,
unido a una pobre industria ósea con algún punzón de sección ovalada. Esta
escasez de elementos foliáceos y la falta de la azagaya de aplastamiento
central se observa igualmente entre los yacimientos solutrenses del
País Vasco.
El Solutrense evolucionado cantábrico presenta dos variantes o subfacies, la
occidental o asturiana, con muy escasos elementos de borde rebajado y
abundantes tipos foliáceos, junto con una industria ósea con elementos propios
y característicos: la azagaya o bisel central y los colgantes rectangulares con
entalladuras en los bordes y la oriental o cantabrovasca, con un fuerte índice
de instrumentos de borde rebajado y contados tipos foliáceos solutrenses,
dentro de un conjunto industrial en el que predominan los elementos de
derivación gravetense y cuya industria ósea adopta la azagaya monobiselada, que
continuará en el Magdalenense.
4. EL SOLUTRENSE DELÁREA CENTRAL
En el valle del Manzanares, y situados en los antiguos
areneros de sus terrazas, existieron una serie de yacimientos (hoy
desaparecidos) cuyos materiales fueron atribuidos al Solutrense. El Sotillo,
Los Vascos, etc. contenían importantes restos de instrumentos bifaciales.
Puntas de laurel, biapuntadas y de base convexa, y algunos de tipo romboidal,
aunque algún yacimiento, como El Sotillo, proporcionó instrumentos
laminares de borde rebajado y de hojas simplemente retocadas. La falta de la
punta de escotadura permite suponer que se trata de un
conjunto de yacimientos encuadrados dentro del Solutrense pleno, propio de la
facies cantábrica, por los tipos romboidales.
5. EL SOLUTRENSE CATALÁN
Durante esta etapa el caracter receptor/transmisor del Pirineo y región
catalana durante las primeras etapas del
Paleolítico Superior desapareció o quedó muy disminuido como
consecuencia de posibles causas climáticas que dificultaron el
paso del Ebro, que se pone de
manifiesto en las diferencias entre los tipos foliáceos del área levantina y de la catalana.
El Cau de les Goges contenía dos niveles de Solutrense
evolucionado, el inferior con puntas de escotadura, de laurel y de tipo
romboidal. En el superior añade grandes y bellas puntas de base recta
finamente retocadas
La cueva de Recleu Viver ha ofrecido varios niveles solutrenses. El inferior
con un fuerte fondo industrial de borde rebajado, como hojas y puntas,
además de raspadores y buriles, unas pocas puntas de cara plana y que habría
que situarlo en un Solutrense inicial tardío. El nivel superior aparecieron
también los elementos de borderebajado, junto con raspadores, buriles, una
serie de puntas romboidales, de escotadura, y las de tipo propio de este yacimiento, la punta de base asimétrica y pedicelo
lateral, que permiten incluir a estos materiales dentro de un Solutrense
evolucionado.
Mayor interés ofrecen los materiales encontrados en la cueva de L'Arbreda, con
series foliáceas de puntas de laurel, de escotadura y las típicas de Reclau
Viver, junto con raspadores, raederas y buriles, así como un importante
fondo de instrumentos de borde rebajado, que señala la pervivencia en la zona
de los tipos gravetenses dentro del Solutrense evolucionado.
El solutrense de facies catalana debió de comenzar su desarrollo tempranamente,
como
señala el nivel más antiguo de Reclau Viver, propio de un solutrense inicial,
sin duda posterior al de Les Mallaetes, siguiendo posteriormente una evolución
propia.
El Solutrense peninsular da comienzo al mismo tiempo que el francés, dentro de
los momentos finales del estadio frío del Würm III, aunque la gran mayoría de
sus yacimientos se desarrollan dentro de la oscilación templada del interestadio
de Würm III/IV; siguiendo durante la fase fría de Würm IV y la oscilación
templada de Lascaux, para terminar, posiblemente dentro de la fase fría del
Würm IV.
La fauna solutrense, en relación con esta serie de cambios climáticos, presenta
una serie de especies más o menos dominantes, como el ciervo y el caballo, para
el área cantábrica, y la cabra y el conejo, para la mediterránea, a la que se
añaden grandes bóvidos o el bisonte y el corzo, encontrándose en los momentos
más fríos el reno y el mamut. Acerca deldesarrollo vegetal sólo se poseen datos
del
área cantábrica, en el que parece dominar la pradera esteparia sobre el bosque,
abundan las caducifolias (lisos y avellanos).