QUEROL, M.A. (1997): El concepto de
Arqueología para la sociedad española del siglo XX/XXI. En G.Mora
y M.Díaz Andre (Eds.): La cristalización del Pasado: Génesis
y desarrollo del marco institucional de la Arqueología en España,
Malaga. pp.635-645.
PRESENTACIÓN
Las palabras son casi lo único que tenemos para sacar al exterior
nuestros pensamientos, para darlos a entender, compartirlos y defenderlos. Por
fortuna, las palabras no son fijas ni son unívocas; por el contrario,
son seres vivos que saltan, se modifican, se esconden y se disfrazan en
función de factores diversos, movidos por resortes en apariencia
desconocidos. Las palabras, nuestro lenguaje hablado, son un maravilloso campo
de experimentación.
La deconstrucción del lenguaje es una afición que comenzó
a interesarme hace años, cuando en el contexto de planteamientos
feministas, inicié el analisis del significado de los discursos
de los siglos XVIII, XIX y XX sobre el tema del Origen de la Humanidad en el
occidente europeo. Al mismo tiempo que observaba cómo las formas de
contar esa historia se iban modificando a lo largo del tiempo como respuesta a
teorías subyacentes o a intenciones no manifiestas, comprendí
también que algunas de las palabras-clave de nuestros discursos
habían significado para la sociedad que las utilizaba, e incluso para la
sociedad que las escuchaba, cosas muy distintas. Una de esas palabras-clave es
precisamente la de Arqueología.
Frente a ella y a susignificado, mi planteamiento inicial es el siguiente: la
palabra Arqueología provoca imagenes mentales distintas
según la persona o grupos de personas que la utilicen o la escuchen.
Esas imagenes estan condicionadas sobre todo por el hecho de
pertenecer o no al reducido círculo de las mujeres y hombres que
trabajamos dentro de ese campo.
A un lado quedan esas personas, las profesionales de la Arqueología, con
sus propias imagenes mentales sobre ella; a otro lado queda el resto de
la sociedad, la mayoría de la gente, en definitiva, que une al vocablo
Arqueología imagenes relacionadas con la aventura, el
romanticismo, el desierto, los tesoros, lo antiguo, Egipto, Grecia, los
romanos, los dinosaurios y el latigo inquieto de Indiana Jones.
En esta comunicación vamos a analizar sólo el primer grupo, ya
que el segundo es demasiado diverso y ruidoso como para que podamos llegar a
alguna conclusión mas alla de la constatación de su
existencia y la atribución de la responsabilidad de la misma al primer
grupo, que apenas se ha preocupado de pasar a la sociedad una imagen clara y
digerible de nuestro mundo.
Para ilustrar mi hipótesis, voy a analizar tres aspectos: en primer
lugar las expresiones utilizadas por la normativa vigente española;
después, los objetivos de las Asociaciones Culturales que utilizan el
vocablo que nos interesa en sus denominaciones; por último, el contenido
de los programas de las asignaturas denominadas Arqueología,que se
estan impartiendo ahora mismo en las Universidades españolas.
EN LA NORMATIVA
La única vez que en el B.O.E. se ha definido la palabra
Arqueología ha sido en el contexto de los nuevos planes de estudio de la
Licenciatura de Historia, en la que se incluye aquella como materia troncal con
la siguiente definición: Estudio general de la Arqueología como
método del conocimiento histórico en sus diversos aspectos, con
especial referencia a la Arqueología en España (R.D. 1448/1990
B.O.E. nº 278. pp.34388 y 34389).
Aparte de este detalle, la Arqueología o metodología arqueológica
se ha utilizado en la normativa sobre el Patrimonio Histórico (en
adelante P.H.) precisamente para definir al Patrimonio Arqueológico (en
adelante P.A.). Es en este contexto, por lo tanto, en el que nos centraremos.
El P.A. es el único tipo de P.H. que esta definido en la
normativa legal por su metodología. Recordemos que el art. 40.1 de la
Ley 16/85 del Patrimonio Histórico Español, dice:
El Patrimonio Arqueológico esta formado por los bienes
muebles e inmuebles de caracter histórico, susceptibles de ser
estudiados con metodología arqueológica, hayan sido o no
extraidos y tanto si se encuentran en la superficie o en el subsuelo
Las Leyes publicadas con posterioridad por algunas CCAA -Castilla/La Mancha,
País Vasco, Andalucía, Cataluña y Galicia- no han
añadido nada nuevo a esta definición, limitandose a
repetirla.
De acuerdocon ella no hay mas remedio que asumir que sólo
podremos distinguir lo que es P.A. de lo que es cualquier otro tipo de P.H. si
alcanzamos a comprender con claridad qué es o en qué consiste esa
metodología arqueológica.
Y la metodología arqueológica es la Arqueología, es decir,
el método de la ciencia que llamamos Arqueología. Este se centra
en el analisis de los restos materiales de las sociedades del pasado,
con el fin de reconstruirlas o representarlas. Pues bien, del pasado nos quedan
datos de naturaleza muy diversa: la mayoría pertenecen a la esfera
tecnológica y nos ilustran sobre ese subsistema determinado,
obligandonos a difíciles inducciones y deducciones si queremos
alcanzar el conocimiento de otros subsistemas como el ideológico o el
sociológico; pero hay también datos que no son restos en el
sentido estricto del término, como por ejemplo aquellos que se definen
por su ausencia -la no existencia de industrias de metal- o los que se
desprenden de los analisis geológicos -una temperatura media, un
tipo de clima- o los que dependen de elecciones de unas cosas en detrimento de
otras -por ejemplo, la elección de una determinada cueva para vivir y no
de otra situada cerca y con características muy similares-. Es evidente
que nada de esto último podría considerarse como un resto
material, ya que no puede ser observado directamente, ni medido ni pesado.
Pero sigamos: son también restos del pasado las construcciones que levantarongeneraciones
anteriores a la nuestra: catedrales y monasterios, castillos y murallas; son
restos del pasado los cuadros que pintaron los artistas que ya murieron, las
esculturas que se levantaron tiempo atras en las plazas de las ciudades
y los molinos de viento que llenaron nuestras llanuras para moler el trigo. Son
restos del pasado los vetustos pergaminos sobre los que se escribieron
códices, las pieles de ternera que sirvieron como asiento para libros de
horas y los microsurcos de 45 rpm de los años 60.
Todo lo que ha salido de las manos del ser humano hasta ayer, y que por lo
tanto sirve para construir su historia, son restos del pasado.
Todo, por lo tanto, puede y debe ser estudiado con metodología
arqueológica si quiere reconstruirse la sociedad o el momento que lo
hizo y le dio un contexto funcional.
Todo, por consiguiente, es P.A.
Como la conclusión anterior puede encontrar algunas dificultades a la
hora de encajar en la realidad actual, hemos de buscar otras razones menos
holísticas y mas concretas, que nos sirvan para alcanzar a
comprender la naturaleza especial del P.A.
En 1975 España se adhirió al Convenio para la protección
del P.A., texto legal que, ademas de ser el primero en nuestro
país que utiliza tal expresión - la de P.A.-, lo define como el
conjunto de bienes a los que se accede fundamentalmente a través de las
excavaciones; con otras palabras, el conjunto de bienes históricos que
se encuentra enterrado. Estaidea, que hay que rebuscar en los entresijos de las
normativas, aparece de vez en cuando en ellas, de modo que, al menos para las
personas que redactan y ejecutan las normas, el P.A. coincide con lo enterrado
y la Arqueología por lo tanto es la ciencia de desenterrarlo.
En 1992 en Malta se aprueba una revisión del texto del 75, con el mismo
título. La definición de P.A., algo mas complicada, tiene
la misma base: son los bienes a los que se llega sobre todo a través de
las excavaciones y las prospecciones -sinónimo por lo tanto de metodología
arqueológica-.
Ya que resulta difícil, a finales de este milenio, estar de acuerdo con
unas definiciones tan reduccionistas, analizamos los textos de juristas que
escriben comentarios sobre las normativas del P.H. (p.e. Alegre,1994;
Pantaleón 1987; Prieto de Pedro 1992 o Moreu 1993). De ellos se
desprenden, ademas del de enterrado, los adjetivos antiguo y ruinoso
para definir a los bienes arqueológicos.
El término antiguo merece un analisis a su vez. No en vano
durante todo el siglo XIX, el P.H. no se denominaba así, sino
simplemente antiguedades. Las legislaciones anteriores a 1985 en materia de
P.H. establecían una frontera cronológica para la
consideración de los bienes como integrantes del P.H.: la de 100
años; el proyecto de Ley de 1981 también hacía referencia
a ese tiempo. Sin embargo, la 16/85 no lo hace y, por supuesto, las leyes
publicadas hasta hoy por algunas CCAA tampoco.
Sin laexistencia de esa frontera cronológica, el pasado cuya
reconstrucción interesa a la metodología arqueológica, es
decir, a la investigación, puede llegar hasta ayer.
La opinión pública, junto con el mundo académico en
general, continúa pensando que ese pasado ha de ser lejano o, por lo
menos, que los materiales objeto de estudio de la Arqueología tienen que
haber perdido su utilidad contextual -cosas que ya no se fabrican, elementos
que ya no se usan-. Sin embargo, respecto a esto último, hemos de
recordar la existencia de otro tipo de P.H. recogido por las Leyes, el
Patrimonio Etnografico, que reúne objetos y tradiciones que han
perdido en su mayoría su utilidad o explicación social. Molinos
de viento, ruecas, dengues de pastora, cuernas grabadas, cucharas de hueso,
ceramica tradicional, etc. son restos del pasado y no son P.A.
La aparición en los últimos años de algunas especialidades
de la Arqueología que analizan restos producidos por grupos humanos en
tiempos muy recientes -Arqueología industrial- o incluso en el presente
-Arqueología de basuras, Etnoarqueología-, nos obliga en
definitiva a considerar que el adjetivo antiguo es poco consistente para ser usado
como diagnóstico del P.A.
En cuanto al adjetivo ruinoso, que se desprende sobre todo de las declaraciones
como Bienes de Interés Cultural de caracter arqueológico
de todo lo que se haya llamado o se llame ruina, es tan evidentemente
inapropiado que no tenemos nada que analizar.En definitiva, en los textos
legales y tratados jurídicos, el P.A. es sobre todo lo que esta
enterrado; y si no lo esta, ha de ser muy antiguo -el límite, con
una buena conservación, esta en el final del mundo romano-. Si no
esta enterrado y tampoco es muy antiguo, sólo es
arqueológico si su estado de conservación es ruinoso.
LAS FINALIDADES DE LAS ASOCIACIONES CULTURALES ARQUEOLÓGICAS
La existencia de las Asociaciones culturales de caracter
arqueológico esta muy ligada a los intereses o aficiones de la
ciudadanía, por lo que puede llegar a ser un buen reflejo de sus ideas y
deseos. Hay que señalar también que la ciudadanía
española no es muy dada al asociacionismo, por lo que estas iniciativas representan
por lo general trabajo y esfuerzo.
Los datos que aquí se manejan se han obtenido del Registro Nacional de
Asociaciones del Ministerio del Interior, donde encontramos sesenta y cuatro
que incluían en su denominación la palabra Arqueología en
su forma sustantiva o adjetiva. Su distribución geografica es muy
desigual, desde las once catalanas, hasta el País Vasco, la Rioja o la
Comunidad de Madrid, en las que no figuraba ninguna. Las de ambito
nacional son diez, todas con sede en Madrid.
Su número ha ido en aumento desde la década de los 50. La primera
fue inscrita en 1957 y hasta el año 66 no se vuelve a inscribir ninguna.
En el decenio 64-73 lo hacen 8; en el siguiente el número se eleva a 22
y entre 1984 y 1993, se inscriben33.
Por lo que respecta a los ambitos, ademas de las diez nacionales
citadas, la mayoría son provinciales o municipales (Querol et al. 1995).
Para este estudio he tenido en cuenta sólo la finalidad que aparece en
primer lugar en el apartado de la ficha dedicado a los objetivos. Hay que tener
en cuenta que en la mayoría de las fichas analizadas las finalidades son
mas de cuatro, llegando en algunos casos a una docena.
La defensa, promoción y difusión de la Arqueología es la
principal en 22 casos. Investigarla o estudiarla de forma directa es el primer
objetivo en 20; uno de ellos incluso especifica que lo que se propone es buscar
yacimientos y excavarlos.
La investigación, el apoyo y la colaboración para el
enriquecimiento del P.A. es la propuesta de 5, grupo al que hay que
añadirle 6 que se plantean velar por la conservación de los
restos y 2 que establecen como objetivo colaborar con la Administración
a este respecto.
Hay 2 que pretenden fomentar los estudios de la arqueología y la
espeleología, una que se plantea desarrollar la colaboración
entre los arqueólogos y los detectoaficionados, otra que habla de
estudiar la Historia del Arte y otra que declara haberse creado con la
finalidad de administrar los medios que le puedan ser cedidos para el
desarrollo de la Arqueología.
Por último, existen tres que se dedican a finalidades tan
específicas como los estudios de Tecnología arqueológica,
Zooarqueología y ArqueologíaIndustrial, y una que tiene como fin
contribuir a la propagación y el conocimiento de todas aquellas ciencias
que ayudan al hombre a comprender el pasado y el futuro y el porqué de
las cosas, tales como Arqueología, Espeleología,
Telepatía, Hipnosis, Radiestesia, Ovnis, micro y macrofotografía,
fenómenos paranormales, colaborar al rescate y conservación del
Patrimonio Artístico de la ciudad y promover el interés por el
Patrimonio Artístico entre la juventud (Ateneo Cultural Amigos de la
Arqueología, de Alcala de Guadaira, Sevilla; fecha de alta:
1980).
Como conclusión de este pequeño estudio podemos apuntar que
existen muy pocas asociaciones de caracter arqueológico y que en
muchas de ellas se manejan conceptos diversos y mezclados. En su mayoría
pretenden acceder a la investigación de forma directa o contribuir de
alguna manera a ella. Los casos mas exóticos incluyen recuperación
de restos, espeleología, detectoaficionados, historia del Arte o
Hipnosis, en una amalgama que demuestra de nuevo la escasa consistencia del
significado de la palabra Arqueología incluso entre los grupos que se
declaran aficionados y que dedican tiempo y esfuerzo a ello.
LA ENSEÑANZA DE LA ARQUEOLOGIA EN LAS UNIVERSIDADES ESPAÑOLAS
Por lo que respecta a la consideración y a la enseñanza de la
Arqueología, la Universidad española presenta unas
características especiales que la convierten en un mundo diferente de
otros países europeos, sobre todo de los nórdicos.La principal de
esas características es antigua: por una cuestión de escuelas, la
Arqueología se ha considerado tradicionalmente como una asignatura cuyo
contenido se refiere sobre todo a Historia del Arte clasico. A veces, a
esta asignatura, incluida siempre en la Titulación de Historia (bien en
su primera variante, Filosofía y Letras, en la segunda, Geografía
e Historia, o en la actual, Historia) se le ha añadido el adjetivo
clasica. En otras ocasiones, sobre todo en los últimos
años, esto no es así, y el alumnado puede verse sorprendido por
el contenido de una materia cuyo título no parece corresponderle.
Las razones reales de esta curiosa característica no son faciles
de exponer porque responden a una larga historia; sin embargo, sí
queremos dejar claro que, sean cuales sean estas razones, muchas generaciones
de licenciadas y licenciados en Historia han carecido de una mínima
información sobre la naturaleza real de la Arqueología como
método para la reconstrucción del pasado en su totalidad, sea
éste lo antiguo o reciente que sea, y lo artístico o no que
parezca.
En los últimos 10 años la situación no ha mejorado por
sí misma; es decir, la voluntad del profesorado encargado de la materia
denominada Arqueología ha sido la de perpetuarla, y para ello se
consiguió que el Ministerio de Educación y Ciencia aceptara la
creación de un area de conocimiento denominada
Arqueología, en la que se integró casi todo el profesorado que se
ocupabade esa enseñanza de Historia del Arte clasico. Las
excepciones fueron en dos direcciones: algunas de esas personas cambiaron a
areas de Arte, como corresponde, y otras modificaron al menos en parte
sus programas para adecuarlos mejor al concepto general de Arqueología.
Por suerte para la superación de todo esto, los nuevos planes de
estudio, iniciados hace dos años, incluyeron en la titulación de
Historia, como materia obligatoria, una asignatura denominada
Arqueología, considerada por el B.O.E., como vimos al principio de este
texto, como método del conocimiento histórico en sus diversos
aspectos. Legalmente, esa asignatura puede ser impartida tanto por el
profesorado del area de Arqueología como por el del area
de Prehistoria; en nuestra opinión debería haberse abierto a
otras areas de la Historia, como la Historia Antigua o la Medieval, ya
que, al no ser así, poca entrada tendran en los estudios
superiores especialidades como la Arqueología medieval, tan importante
en nuestras latitudes.
En el momento presente, que es el que nos interesa, las Universidades se
encuentran con que un profesorado como el del area de
Arqueología, acostumbrado históricamente a impartir Historia del
Arte clasico, ha de ocuparse de preparar y enseñar programas de
Arqueología que, definida como lo hace el B.O.E., se sale por completo
de esas costumbres.
Las respuestas ante este reto son todavía poco conocidas. Por mi parte,
he solicitado a todas lasUniversidades españolas que imparten la
titulación de Historia, que me envíen los programas de esta
asignatura obligatoria. En su mayoría no han contestado. En otras
ocasiones, han comunicado que hasta próximos cursos no se
enfrentaran a su organización; por último, en pocos casos
han enviado sus programas. Hemos seleccionado los de la Universidad de Valencia
y la Complutense de Madrid. Ambos se estan impartiendo en este curso.
TEMARIO DE LA UNIVERSIDAD DE VALENCIA PARA LA MATERIA OBLIGATORIA
'INTRODUCCIÓN A LA ARQUEOLOGÍA'
I.-La Arqueología científica.
I.1.-La Arqueología en el conjunto de las ciencias sociales.
I.2.-¿Desde cuando hay Arqueología?
I.3.- Los métodos de investigación arqueológica.
II.-El medio y la explotación del territorio.
II.1.- La reconstrucción del paisaje
II.1.1. La Geo-Arqueología
II.1.2. La Arqueobotanica: palinología, antracolobía,
carpología.
II.1.3. La Arqueozoología.
II.2.- El aprovechamiento del agua
II.3.- La extracción de las materias primas: minas y canteras.
II.4.- La producción de alimentos: agricultura, ganadería y
pesca.
III.-Territorio y poblamiento.
III.1.- La ocupación del territorio. condicionantes físicos y
socioeconómicos.
III.2.-Tipología de los asentamientos
III.3.- El fenómeno urbano y su evolución.
III.4.- El espacio doméstico urbano y rural.
III.5.-Las técnicas constructivas.
IV.-De la artesanía al mercadoIV.1.-La actividad artesanal: metalurgia,
alfarería, vidrio y textiles.
IV.2.- La actividad comercial. Los mercados. Rutas comerciales.
IV.3.-Elementos de intercambio
V.-El mundo funerario
V.1.-Ritos funerarios
V.2.-Riqueza y sociedad
V.3.-Estructuras funerarias: de la fosa al mausoleo.
VI.-Lugares de culto
VI.1.-Espacios religiosos
VI.2.-Edificios religiosos
VI.3.-Objetos de culto
Al lado de este tipo de programas, nos encontramos con otros que también
se estan impartiendo en estos momentos y que suelen llevar apellidos,
como el de Arqueología de Grecia de la Universidad Complutense, del que
solo incluyo el título de los temas:
PROGRAMA DE ARQUEOLOGIA DE GRECIA EN LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE
1.-Arqueología en Grecia
2.-El III milenio en el Egeo. Calcolítico y cultura cicladica.
3.-La civilización minoica.
4.-Formación de la Cultura micénica.
5.-Creta en el periodo de los Nuevos Palacios.
6.-Heladico reciente
7.-La edad oscura
8.-El periodo geométrico
9.-El periodo orientalizante
10.-Arquitectura arcaica
11.-Escultura arcaica
12.-La ceramica griega arcaica
13.-La transición al clasicismo: el estilo severo
14.-La arquitectura griega clasica
15.-Arquitectura del siglo IV
16.-La escultura griega desde Pericles hasta Alejandro Magno.
17.-Pintura, ceramica y artes menores griegas en el periodo
clasico
18.-Arquitectura y urbanismo en el periodo helenístico
19.-La escultura helenística20.-Pintura, ceramica y artes menores
en el periodo helenístico
21.-Los santuarios griegos.
Creo que basta con esta muestra para probar la disparidad de ideas que existen
por detras de la palabra Arqueología en el propio ambito
de la enseñanza universitaria. Nunca me ha extrañado que cuando
inicio mis cursos sobre Arqueología del Pleistoceno y le planteo al
alumnado la pregunta de qué crees que es la Arqueología, las
respuestas mas pensadas correspondan a una duda: no lo saben bien, no
han conseguido comprenderlo aunque estan en el cuarto curso de la
carrera.
La insistente identificación de la Arqueología con la Historia
del Arte hunde sus raíces en la época renacentista, cuando ambas
materias estaban gestandose. En los siglos XVI o XVII los gabinetes o
colecciones de objetos artísticos eran considerados arqueológicos
y sus orgullosos dueños eran arqueólogos. Pero ha pasado ya
demasiado tiempo y la separación que tenía que haberse completado
hace varios decenios, aún no lo ha hecho; al menos es esto lo que
demuestra el analisis de estos programas, aunque en ocasiones se haya
publicado lo contrario (Diaz Andreu, 1995).
Es evidente que algunos de los bienes arqueológicos son artísticos,
lo han sido o pueden llegar a serlo -esto cambia mucho con el tiempo-, pero lo
que hoy no admite discusión es lo contrario: lo arqueológico y lo
artístico no son sinónimos o, con otras palabras, la
Arqueología no es Historia del Arte del mismo modo quetampoco es
coleccionismo. Lo que le interesa a la Arqueología moderna, su objetivo
de investigación, es la cultura, y es éste un término de
significado demasiado complejo como para reducirlo a uno sólo de los
subsistemas que lo integran. Lo importante no es el objeto en sí, sea
éste lo valioso o artístico que sea, sino el contexto
sistémico del objeto en la medida en la que contribuye a la
explicación del proceso histórico.
El analisis de estos programas y de la enseñanza en general que
en la Universidad española se esta impartiendo sobre esta
materia, nos demuestra también la existencia de una confusión
curiosa y difícil de explicar: la de que la Arqueología es una
parte de la Historia. Es la confusión menos consciente y mas
extendida en la profesión arqueológica del mundo
mediterraneo ahora, a finales del segundo milenio. Así, muchas de
las personas que se consideran a sí mismas Arqueólogas
clasicas -y desde luego también muchas de las que se consideran Prehistoriadoras-
establecen una frontera temporal entre la Prehistoria y la Arqueología,
asumiendo que son dos términos equivalentes y paralelos, el primero
referido a la vida humana anterior a la escritura, y el segundo, a la vida
humana en la época clasica, ya con escritura interpretable. Los
Departamentos universitarios denominados de Prehistoria y Arqueología
suelen ser los principales defensores y portavoces de ésta curiosa e
inoperante confusión.
Veamos: la Prehistoria no es mas queuna parte de la Historia y debe
colocarse en paralelo con cualquier otra de las divisiones que de ella se hacen
según el eje diacrónico -según el paso del tiempo-.
Tenemos así la Historia antigua, la Historia medieval, etc. Olvidemos
por ahora el error que suele cometer nuestra sociedad al considerar como
Prehistoria lo que no es mas que Historia natural -trilobites,
diplodocus y otros atractivos fósiles-. Estamos hablando, como es
lógico, de Historia humana.
Por su parte, y como ya hemos visto, la Arqueología reconstruye el
pasado humano. Sirve por lo tanto a la historia entera, tanto a la de ayer como
a la mas remota. Por esa razón suele llevar también
adjetivos de caracter temporal: Arqueología prehistórica,
clasica, medieval o industrial -por citar sólo los mas
usados-.
Tal vez la mayor diferencia estribe en que, para la Prehistoria, la
Arqueología es inevitable -no existe otra posibilidad de acercarse a
ella-, mientras que para las demas partes de la Historia, es
complementaria -que no evitable-.
CONCLUSIONES
No puede extrañarnos demasiado que la sociedad contemporanea tenga
de la Arqueología unas ideas tan exóticas, aventureras y alejadas
de la realidad, cuando las personas que nos dedicamos a ella no hemos llegado
nunca a poseer una imagen mental unificada -ni siquiera ligeramente unificada-
de su significado. Esto preocupa, entre otras muchas cosas porque la incidencia
social de la Arqueología sera dentro de muy pocotiempo el
termómetro que permita medir su interés para el reparto de los
presupuestos de investigación.
Y mas que tratarse de un problema en el presente -que no deja de serlo,
desde luego-, lo es sobre todo de cara al futuro: las nuevas generaciones, las
personas que se estan formando ahora, que son las que superaran
nuestros planteamientos y transmitiran nuestras ideas, continúan
sufriendo el bombardeo de una serie de imagenes mentales distorsionadas
y diferentes: la Arqueología estudia lo enterrado, lo antiguo, lo
ruinoso, el arte, la historia clasica, la técnica de
excavaciones, o tal vez todo eso mezclado y aderezado con algo de
filosofía.
La apuesta de futuro no pasa por congresos en los que discutamos lo que debe
ser la Arqueología, porque ya es lo que es en el mundo occidental y no
vamos a modificarla. La apuesta de futuro es asumir de una vez que el pasado
esta pasado y que no vale intentar vivir de nostalgias clasicas,
romanticas o artísticas. La Arqueología es una ciencia
horizontal que sirve para hacer historia, cualquier clase de historia, de
cualquier época o en cualquier lugar. En ese futuro que es mañana
las personas que deseen ser especialistas en Arqueología deberan
estudiar, por lo menos, filosofía, antropología, todos los
aspectos de la historia, geografía, arqueología general y
arqueología por épocas, desde la prehistórica a la industrial,
gestión del P.A., reconstrucción medioambiental, tecnología,
sistemas de registroy de tratamiento de datos, y analítica
arqueológica. Las materias practicas deberan
también tener un peso importante en sus estudios. Y deberan sobre
todo saber que entre ellas y la sociedad tiene que existir un lazo hecho de comunicación
y de comprensión, un lazo basado en el uso de un lenguaje mas
claro y mas unívoco.
BIBLIOGRAFÍA
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