CAPITULO I.
Introducción:
dando sentido a la geografía ambiental.
En la tarde del lunes, 31 de enero de 1887, Halford Mckinder, expuso su famoso
discurso ante la Real Sociedad geografica de Londres. En su lectura
–intitulada “El ambito y los métodos de la
geografía”- él explicaba cómo y por qué la
geografía debía tomar su lugar junto a otras disciplinas dentro
de la división académica del
trabajo. Su estrategia, simple y audaz a la vez, fue denominar (llamar) esa
división del
trabajo en cuestión. Geografía, Mackinder (1887) sostuvo, que se
puede crear un puente en la mas grande de todas las lagunas: nombrar esa
separación “de las ciencias naturales y el estudio de la
humanidad” (p.145). El no estuvo solo en la tarea de definir la
geografía, como “la ciencia cuya
principal función es rastrear la interacción del
hombre [sic] en la sociedad y como
varia el medioambiente localmente”. En los puntos sureste y oeste, otros
hicieron lo mismo, tal como
William Morris Davis en América y Friederch Ratzel en Alemania. Los tres
hombres pronto ocuparon posiciones en importantes universidades y fueron
seguidos por similares y vigorosos proselitistas, quienes rapidamente
construyeron sobre los cimientos que los antepasados habían establecido
(preparado).
Así empezó la carrera de la geografía como materia universitaria y que el
historiador geografico David Livingstone (1992, p.177) llamo “el
experimento geografico”. El siglo en ese experimento continua. Aunque
espacio y región desde entonces han unido a las relaciones
humano-medioambiente como conceptos
organizadores centrales de la disciplina, muchos siguenviendo a la
geografía como
la “la ciencia original integradora medioambiental” (Marson 2006).
Geografía sigue siendo una de las pocas disciplinas comprometidas en
reducir la brecha entre las ciencias naturales y las físicas, por un
lado y las ciencias sociales y las humanidades por otro. Qué tan exitoso
ha sido esta tarea es materia de otro debate (vea, por ejemplo Matthews y
Herbert [2004] “La unificación de la geografía”). A
pesar de las esperanzas depositadas por Tuner (2002) y otros (Marston, 2006;
Zimmerer, 2007) en las relaciones humano- medioambiente como vinculo unificador que mantiene unida a
la disciplina, muchos geógrafos prefieren estudiar otras cosas. No hay
carencia de geógrafos físicos y humanos “puros”. Aun
así la escala y riqueza de geógrafos que intentan entender los
enredos de la gente y del
mundo no-humano son muy impresionantes. Estos pocos geógrafos, sus
descubrimientos y sus ideas, son lo que llamamos aquí
“geografía ambiental” (o lo que también a veces es
llamado “humano-medioambiente” o “hombre-tierra”
tradiciones geograficas).
Cualquiera que sea el nombre, la geografía ambiental se ocupa de las
fértiles fronteras donde la mas variadas escuelas –no solo
humanas o físicas, sino también regionales- concurren y se
conectan unas con otras y con aquellas tradiciones emparentadas
morfológicamente con el trabajo ambiental fuera de la geografía
(figura 1.1).
Aunque el término es tal vez menos familiar que “humano” y
“físico”, la geografía, y la geografía
ambiental se merecen un mayor reconocimiento tanto dentro como mas
alla de la disciplina. Este manual ha sidodiseñado para demostrar
que la geografía ambiental es mas que una simple
intersección residual de las dos mitades de la geografía.
La geografía ambiental es un extenso, vibrante y diverso campo de
conocimiento, con pocos, en su caso, equivalentes en otros lugares en la
convencional división de las actividades académicas.
Los 32 capítulos de este libro, esperamos que ofrezcan a los lectores,
una incisiva y accesible introducción a este campo y que establezcan una
agenda para su futuro desarrollo.
Lo que hace diferente este libro, es la visión católica para la
geografía ambiental .Existen millares de textos enfocados en la
geografía humana o física respectivamente, o algunos dedicados a
algún subcampo, incluyendo muchas compilaciones previas (véase,
por ejemplo, Agnew et. al., 2001). También hay numerosos
volúmenes centrados en enfoques específicos o ramificaciones del estudio de las relaciones humano-ambiente, tal como la ecología
política (véase, por ejemplo, Robbins, 2004) o peligros de la
geografía (véase, por ejemplo, Pelling, 2003). Lo que desde hace
mucho tiempo se necesitaba, es un libro que demuestre el tamaño, la
envergadura y la multiplicidad del
trabajo geografico en la interfaz gente-ambiente. En resumen, este
manual lanza su red mucho mas alla que la mayoría de los
textos recientes acerca de uno u otro subcampo de la geografía. Como
resultado , el libro, no esta en deuda con el punto de vista actual
convencional –entre muchos geógrafos al menos- que la
geografía comprende dos “mitades” y un desvaneciente centro.
El volumen tiene cuatro partes: “Conceptos”,
“Enfoques”, “Practicas” y“Temas”. Ellos
comprenden cortes epistémicos en el cuerpo de la geografía
ambiental, cuatro formas o maneras de organizar un amplio conjunto de
contribuciones. En cada caso, autores fueron requeridos para abordar sobre
algunas cuestiones específicas o algún aspecto mas amplio
de su campo. Consecuentemente, cada capítulo puede ser leído sin
un orden particular, ya que sus autores, ya que los autores no fueron instruidos
formalmente para que situaran su “parte” dentro de un gran hoyo. Ya
que incluso una mirada rapida a los títulos de los
capítulos, revelan que estas partes juntas cubren un enorme rango e
material y perspectivas. Confiamos en que esto hara de este Manual un
vivaz, interesante y sinóptico reporte de este campo. Dependiendo de sus
conocimientos previos y su predilección, habra material en este
libro que le sera familiar, sorprendente, desafiante e incluso
inquietante. Especialistas encontraran perspicaces discusiones sobre “el
estado de la cuestión” (literalmente esta parte se traduce como el estado de la técnica o del arte) en areas especificas,
conceptuales, metodológicas y tematicas. Los maestros
podran encontrar capítulos, que seran útiles
recursos pedagógicos, mientras que a los estudiantes de geografía
y areas relacionadas, ofrece una accesible introducción a una
amplia gama de ideas clave, métodos y debates. En todos los casos, el
Manual tiene como objetivo ser inteligible tanto
para los lectores que no poseen educación geografica, como para aquellos que
han estudiado o practicado la geografía por años. En efecto, una
de las propuestas claves del
libro, es que el campo y el discursode la geografía ambiental supere
(exceda, supere o sobrepase) la disciplina de la geografía. Al mismo tiempo
es importante hacer notar que a pesar de que el campo de la geografía
ambiental esta aumentando internacionalmente en su ambito de
aplicación y en sus miembros, nuestros colaboradores han sido elogiados
(aclamados) ampliamente, esto no significa que exclusivamente vengan de Reino
Unido o de Norte América. En parte, esta es la función de
nuestras experiencias profesionales y personales, estudiando y trabajando en
ambos lados del Atlantico, (El enfoque de los de habla inglesa de este
Manual, reflejan en parte, las barreras que deben superarse para crear una
verdadera geografía ambiental internacional, aunque algunos
colaboradores sin duda reconocen la considerable influencia de los
teóricos y analistas del ambiente de habla no inglesa, [ en los
discursos del medio ambiente o de la teoría del desarrollo, por
ejemplo]).
En lugar de tratar de resumir los contenidos de cada uno de los
capítulos, queremos proporcionar una visión general de un paisaje
mas amplio de la investigación, la practica y el
conocimiento de aquellos que contribuyen. Como
resultado, las próximas tres secciones de esta introducción
estan dedicadas a dar sentido al complicado paisaje intelectual que es
la geografía ambiental. Hay un número importante de interesantes
asuntos que considerar aquí, empezando por las definiciones.
Definiendo la geografía ambiental.
El término “geografía ambiental” no es el la
mayoría de los geógrafos podría aplicar, habitualmente se
utiliza para identificarse a sí mismos o a su trabajo.
Losgeógrafos típicamente imaginan su disciplina como una de las dos mitades humana y
física. Dentro de esas dos amplias iglesias, hay numerosos subcampos, como la geografía
económica o la geomorfología, que los especialistas identifican.
A pesar de que la actividad y la interacción entre la geografía
física y humana (por geógrafos de “peligros
naturales” y “recursos naturales”) es cada vez mayor a
través de, por ejemplo, varias conferencias diseñadas para hablar
a través de la brecha (Harrison et.al., 2004), este dualismo sigue
dominando la organización de la disciplina en que el Progreso en la
geografía física es imaginado como algo separado del Progreso de
la Geografía humana (estos nombres para los lectores para los lectores
no familiarizados con ellos, se refieren a las dos principales publicaciones
geograficas [revisiones]).
Esta visión de las cosas tal vez sorprenda a los no geógrafos o a
los estudiantes pre universitarios. Después de todo, la imagen
pública de la geografía es en gran parte la de una disciplina
integradora, mientras que muchas de las materias deben su popularidad se debe
precisamente al enfoque en las interacciones humano-medioambiente.
Todavía la realidad es esa para la mayoría de los
geógrafos académicos, la “geografía ambiental”
es pequeña y frecuentemente una cosa muy esquiva, comparada con las alas
física y humana de la disciplina. (También puede ser menos
familiar para los lectores norteamericanos sonde la geografía ambiental
ha mantenido un rol central en algunos departamentos y temas, siguiendo por
ejemplo, la tradición de los geógrafos humanos-medio ambiente,
tal como
CarlSauer o Gilbert White).
Un nuevo impulso de este libro es elevar el perfil de la geografía
ambiental, en ambas alas, dentro y fuera de la disciplina. El medioambiente es
ahora ampliamente promocionado como una importante razón para
“Redescubrir la Geografía”, citando el titulo del reporte
sobre el futuro de la Geografía, de la Academia Nacional de ciencias de
los Estados Unidos (1997). Haciendo eco a este tipo de llamadas, Billie Lee
Turner (2001; cf. Zimmerer, 2007), es solo una de las prominentes figuras que
estan incitando a los geógrafos a adoptar su largamente ignorada
relación humano-medioambiente, así como revitalizar la disciplina
y asegurar históricamente el precario lugar en la Academia. La
Geografía ambiental, de acuerdo a su forma de pensar, dota a de un lazo
unificador que mantiene las dos partes de la disciplina unidas. Se compromete a
hacer realidad la visión integradora celebrada por Mackinder, Davis, y
Ratzel, pero se frustro al ver que la disciplina se segmentaba y especializaba
cada vez mas después de la Segunda Guerra Mundial.
Mientras que nosotros apoyamos esas aspiraciones, estas solo se lograran
mediante la superación de tres ideas erróneas acerca de la
geografía ambiental. La primera es acerca del lugar en la disciplina de la
geografía. Aunque la geografía ambiental frecuentemente es
malentendida como una especie de tierra media entre la geografía humana
y la física, esto simplifica en gran mediad la forma de la disciplina y
los problemas que enfrentamos en el establecimiento de vínculos
mas estrechos de la conexión colectiva, colaboración,
solidaridad entre sus diversaspartes y ramas. En lugar de pensar acerca de la
geografía dividida horizontalmente entre geografía humana y
física, necesitamos reconocer la heterogeneidad dentro de esas muy
amplias divisiones, lo que también significa que ensanchan fuera de la
dimensión vertical (figura 1.2), de hecho en una tercera
dimensión temporal del
tiempo.
Las implicaciones de esta verticalidad son muchas. Primero, las lagunas
verticales dentro de la geografía humana, entre los modeladores del cambio del uso de
suelo (land –use), y varios teóricos post-naturales del ambiente pueden ser
mas aun mas enormes que la supuesta división
humana-física. La segunda, reconocer esta verticalidad también
implica que debería haber mas puntos potenciales de contacto de
los que sugiere la ideas simplistas de la geografía ambiental, como una especia de casa
entre la geografía humana y la física.
La segunda idea errónea se deriva de la primera. Viendo la
geografía ambiental como el punto medio de una división
unidimensional entre la geografía física y la humana, conduce a
una muy estrecha definición de lo que es la geografía ambiental y
lo que debe ser. En el pensamiento de muchos geógrafos de hoy
-esta implícito que se puede mantener parte de la ciencia
geografica- es la idea que solo un pleno enfoque simétrico de las
relaciones humano-medioambiente cuenta como una “real”
geografía ambiental. Por simétrico entendemos un enfoque que
presta atención detallada tanto a la gente como a los no-humanos y su
interacción. Por ejemplo, un enfoque simétrico en un estudio de
las nuevas areas verdes urbanas, sería necesario tener encuenta,
como este pedazo de campo en la ciudad sostiene migraciones y la vida salvaje
local, la reducción del escurrimiento superficial de la lluvia, como se
modera la radicación solar y así sucesivamente, pero
también necesita ser examinado como la gente percibe y usa esta
area verde, teniendo cuidado de diferenciar la edad, genero, grupos
étnicos etc. también considerando cuestiones como ocio y el
crimen.
Históricamente, este tipo de entendimiento simétrico de las
relaciones humano-medioambiente, se logró y consagro por el
geógrafo individual. De hecho, Mackinder hace una pequeña
distinción entre los geógrafos individuales, y la disciplina
mas amplia que abarca. Para él,
el papel integrador es un puente entre las ciencias naturales y sociales
aplicadas igualmente a ambas. Pero la especialización dentro de las
ciencias, junto con el crecimiento del conocimiento científico, ha
significado que incluso en la mas pequeña escala
geografica, todo lo que abarca este tipo de cuentas completamente
simétricas de las relaciones humano-medioambiente, es muy difícil
por no decir imposible, para cualquiera que lo quiera conseguir: requiere una
amplia experiencia y una gran disposición del tiempo para que se haga
bien. Mas alla de los tipos de entendimiento integrador y simétrico,
los geógrafos individuales, también podrían correr el
riesgo de ser descalificados por los especialistas, como triviales por haber fracasado en
profundizar en los conocimientos de las areas mas estrechamente
definidas por la investigación. Por todas estas razones, unos pocos geógrafos,
han tratado de lograr un completo entendimientosimétrico ideal,
típicamente asociado a la geografía ambiental.
Una respuesta de este dilema, es reubicar los sitios para la explicación
medioambiental simétrica, al nivel de disciplina o de investigación.
Cuando Marston (2006) se refiere a la geografía como “la ciencia
originalmente integradora”, la reclamación, no es acerca del
conocimiento de los geógrafos individuales sino acerca del potencial de
la disciplina como un hoy que divide en varios tipos de especialistas
relacionados a la comprensión de las relaciones humano-ambientales. Del mismo modo, muchas
fundaciones científicas ahora estan buscando sostener amplias
multi complementarios programas de investigación que puedan reunir las
diferentes clases de especialistas expertos en problemas precisos de nuestros
tiempos. Debido a que la disciplina geografica combina especialistas de
ambos lados de la brecha que idealmente tienen y han algún tipo de
estudio de geografía física y humana, los geógrafos deben
estar en condiciones de responder las iniciativas ambientales como de
actualidad La Economía Rural y el uso de la tierra en el Reino Unido
(www.relu.ac.uk) (o las propuestas o iniciativas de investigación del
ambiente integral por la Fundación Nacional de Ciencias de los Estados
Unidos). Sin embargo, el desarrollo de la Ciencia de los sistemas de la tierra
(véase Wainwright, este volumen) demuestra, que la disciplina
geografica no siempre se beneficia de tales iniciativas.
Esto al menos debido a la persistente postura de Mackinder cuya visión
normativa del
conocimiento geografico es completamente simétrica, ha sido bueno
que no siempre hayamosreconocido las invaluables contribuciones debido a la
profusión de la teoría asimétrica ambiental buscando evidencia
dentro de la geografía hoy. Por este término, queremos decir que
la investigación y la enseñanza de los puntos, juntos,
separadamente, que daran forma al rompecabezas humano-medioambiente. La
gente y el mundo no-humano estan conectados en un sinfín de
formas, existen muchos grados y tipos de interacciones, asociaciones,
acoplamientos, retroalimentaciones, interfaces, trasformaciones y adecuaciones.
Es perfectamente posible – y por muchas razones defendible e incluso
necesario- examinar las conexiones humano-medio ambiente en forma
“asimétrica”. Por ejemplo los geógrafos
físicos que son expertos en renovación de ríos, pueden
realizar su trabajo, sin saber porque ciertos grupos sociales gustan de renovar
los ríos, o porque los gobiernos crean regulaciones prohibiendo
mas renovaciones. Del mismo modo, la “política
ecológica del tercer mundo” podría tener importantes puntos
de vista de cómo y porque los campesinos usan la tierra del modo en que
la usan, sin tener que saber todas las complejidades biológicas de la
rotación de los cultivos, la fertilidad del suelo y la
germinación de las plantas.
Este libro es principalmente de geografía ambiental en el sentido
asimétrico –es decir, la forma que predominantemente existe hoy.
Esto no significa, como
se sugiere, que la investigación publicada en estos capítulos,
sustituya la versión simétrica de la geografía ambiental.
Esta última se ha convertido en difícil de alcanzar, por las
normativas muy ideales que muchos geógrafos tienen, es
comprensibleencontrar de poca utilidad su trabajo y el de otros. Desde nuestro
punto de vista, la gran definición de la geografía ambiental en
la que estamos trabajando aquí –es decir, cualquier forma de
investigación geografica que considere formalmente algunos
elementos de la sociedad y de la naturaleza relativa de cada uno- este amplio
término es muy útil. Se abre un panorama mucho mas amplio
de conocimiento compartido y de practica, cuya riqueza y potencial solo
se vuelve aparente una vez que nos sacudimos la vieja visión de la geografía
ambiental necesariamente simétrica.
Este sentido mas amplio de la geografía ambiental pone de relieve
una tercera idea errónea acerca de la geografía ambiental, que a
saber, se limita a la disciplina de la geografía. La geografía
ambiental se mueve en otras disciplinas y campos, ese intercambio es
interesante en el “experimento geografico” (y las
interacciones del
humano con el medio ambiente). Como
se señalo anteriormente, podemos formalizar ambos puntos dibujando una
distinción entre la disciplina de la geografía ambiental y el
mas amplio discurso que va mas alla (cf Gregory, 1995).
Esto incluye campos especializados como la sociología ambiental y la
economía ambiental, y los relativamente jovenes campos interdisciplinarios
como la ciencia ambiental, “estudios de la ciencia”,
“estudios ambientales” y la ya mencionada Ciencia de los sistemas
de la tierra. Como era de esperar, una
pequeña parte del
trabajo realizado en estos campos emparentados morfológicamente, usan el
término geografía ambiental. Pero si comparten el mismo
compromiso al investigar las relaciones del
mundono-humano y social (aunque “asimétricamente en muchos casos).
Del lado de las ciencias sociales, algunas cosas sobre escala y diversidad del
discurso de la geografía ambiental es retomado muy bien en Pretty et al.
(2008) en el reciente Libro de Mano de la Sociedad y el medio ambiente. (Y en
el lado de la ciencias, una serie de reportes del Consejo Nacional de los
Estados Unidos sobre sustentabilidad, la dimensión humana en el cambio
global y la propiedad común y el reconocimiento del valor y el compromiso de las ciencias
sociales).
Aunque bastante definidas las fronteras que demarcan la geografía de
otros campos en este amplio discurso de la geografía ambiental, es lo
suficientemente poroso para que el trafico ocurra en ambos sentidos muy
facilmente, como
muchos de nuestros capítulos lo demuestran. En algunos casos, los
geógrafos ambientales se sienten parte de estos otros campos como del
suyo. En otros casos, recurren a otros campos, para hacer sus propias
contribuciones o bien tratan de darles forma “exportando” sus
habilidades, perspectivas y puntos de vista. Sean cual sean los
“vínculos”, un importante común denominador se aplica
aquí: la mayoría de los geógrafos ambientales se ven a sí
mismos como parte de un gran proyecto, del que pueden aprender
y modelar. Hoy el “Experimento geografico” esta muy
lejos, y mas extendido de lo que Mckinder pudo haber previsto. De hecho,
se podría argumentar que nunca ha habido tanto interés en el estudio
de las relaciones Humano-medioambiente -por parte de los estudiantes, publico,
Estados, firmas, y una gama de otros interesados- como la que hay hoy.
LaGeografía, es justo decirlo, no ocupa el centro del escenario, en el amplio discurso de la
geografía ambiental. Ninguna materia lo hace. Este hecho habría
desilusionado a Mackinder, pero si estuviera vivo, le habríamos sugerido
que la centralidad no es la cuestión. Mucho mas importante es que
los geógrafos ambientales estén dispuestos a contribuir distintiva
y significativamente con los investigadores, maestros, estudiantes, y con otros
interesados e involucrados en este amplio discurso.
Geografía ambiental: Unidad y diferencia.
Quedando vagamente definida la geografía ambiental, surgen algunas otras
cuestiones. ¿Qué, mas se puede decir, que se puede obtener
al abandonar la estrecha normativa “simétrica” y abrazar la
mas amplia definición del campo, por una mas inclusiva? La
respuesta a esta cuestión depende de nosotros respondiendo otra: a
saber, ¿Qué tienen los geógrafos
–ecuménicamente definido- ambientales en común? Algunas
respuestas obvias vienen a la mente.
Primero, según nuestra definición amplia de la geografía
ambiental, todos ellos estudian algún aspecto de la sociedad o de la
naturaleza, la relación entre si y no separadamente. Todos ellos lo
toman como un axioma, la observación de
David Havey (1996) que “todo proyecto social es… un proyecto acerca
del ambiente,
y viceversa” (p.89). Segundo, todos ellos, se dedican a la
discusión sobre el propósito, el propósito y el manejo
apropiado de estas relaciones socio-naturales (en un par de revistas revisadas,
libros editados como
este, monografías, libros de texto, lecturas, seminarios, informes sobre
políticas, etc.). Estas discusiones envuelventemas semanticos muy
ricos, metaforas y analogías –asi como
variables dependientes e independientes- causa y efecto, condición y
resultado, reacción y perturbación, actuantes híbridos,
contradicciones dialécticas, fuerza y resistencia, co-constitución y
así sucesivamente. Tercero, el conocimiento específico exige la
respuesta a una pregunta largamente planteada por los profesionales, que lo ven
como su trabajo
–un objetivo profesional- para su producción. En otras palabras,
el discurso ambiental, no es generado por accidente o por casualidad, sino
intencional y formalmente, es una búsqueda de tiempo completo. En cuarto
lugar, relacionado, este conocimiento de cualidades especificas para todos los
discursos académicos: es decir, que se deriva de un pensamiento disciplinado
y la investigación es algo (o mucho) esotérica, y domina con
cierta autoridad a estudiantes y a otros dependiendo de la experiencia
académica. Dicho de otra manera el discurso de la geografía
ambiental no es coloquial, tacito o de todos los días. En quinto
lugar, si esta redactado en un lenguaje “realista” o
mas constructivista, las denuncias presentadas por los geógrafos
ambientales, estan destinadas a decirnos algo acerca de la actualidad (hoy,
ayer, o mañana) en cuanto a las relaciones humano-medioambiente. Esto es
–al menos por lo general- lo opuesto a la ciencia ficción,
especulaciones sin fundamento o metafísica, una característica
muy acorde con la geografía, y la reputación que ha mantenido
durante muchos años como
una disciplina practica, que tiene sus pies firmes en el suelo.
Finalmente, como todos los capítulos de
estelibro deben dejar claro y como
ya nos hemos dado cuenta, los geógrafos ambientales de todo tipo este
intelectualmente orientados hacia el exterior. Se basan (y tratan de contribuir
a) los debates de los campos afines tantos en las ciencias sociales,
biológicas como
en las humanidades (véase, los capítulos de Zimmer, Mels Olwig,
Turner y Jones).
Estos diversos puntos en común, son lo suficientemente reales, pero
pueden -comprensiblemente- golpear a muchos lectores, como se ha sido demasiado genérico al
definir lo real frente a un campo artificial de la investigación, en la
enseñanza y practica. De hecho el último punto en común
mencionado arriba, tal vez parezca cuestionable la idea de la geografía
ambiental, desde que el campo rutinariamente se desvanece en muchos otros,
así como
la falta de definición de sus propias características. No es
sorprendente, que pidamos diferir de esto, mas bien esclarecer esta
valoración. Verdaderamente la geografía ambiental es diversa y
carece de coherencia filosóficamente, teóricamente, y
metodológicamente y en los términos de su aplicación
practica. Sus exponentes producen una serie de habilidades cognitivas,
evaluativas, expresivas y metodológicas y aplican sus conocimientos; y
varían en gran medida en la escala espacio-temporal y en los temas de su
interés. Cualquiera que sea la unidad que posee la geografía
ambiental esta en concordancia con los seis puntos en común listados
arriba, sin duda muy general. Sin embargo, la diversidad de los campos
esta, aun así, estructurada y consideramos que la heterodoxia de
la geografía ambiental es una fortaleza
y no una debilidad.Permítanos explicarnos.
A pesar de que la geografía ambiental – como la disciplina mas
amplia de la que es una parte importante- no posee limites externos duros
definidos, por ejemplo la Economía, no obstante tiene una muy real
identidad – un sentido de estructura en la evocativa aunque no definitivo
sentido del término según Raymond Williams. A mas de un
siglo, el legado de Mckinder, Davis, Ratzel y otros pioneros afines es
tangible: La Geografía es uno de los pocos lugares donde es posible
hallar perspectivas de ciencias sociales, humanidades y ciencias físicas
tocandose los hombros. En otras palabras, la geografía
académica, se constituye con el fin de permitir que se encuentre algo
que raramente se encuentra en otro lugar: es decir un enfoque de “amplio
espectro” para entender las relaciones humano-medioambiente, aunque de
forma independiente las contribuciones asimétricas. Por esta
razón la geografía es reconocida, como poseedora de una fuerza poco
común integrando a la ciencia humano-medioambiente (Turner, 2002, p.63).
Comparando esto con digamos, la ciencia de la tierra (que excluye el factor
humano) o la sociología (que tiene ramas “rurales” y
“medioambientales” pero ambas tienen soporte biofísico para
estas cuestiones en su mayor parte).
Esta permisividad interna -este estimulo y toleración de la
investigación ampliamente divergente, enseñan y norman el trabajo
en sobre las relaciones humano-medioambiente- puede ser considerada como una virtud. Esto
puede parecer contra intuitivo. Típicamente, los debates en curso acerca
de la (des) unidad de la geografía como
un hoyo, representa ladiversidad intelectual como
un sinónimo de fragmentación, y por lo tanto, como debilidad intelectual. Esto es obvio en
el libro Unificando la Geografía, cuya normativa, y titulo aspiracional,
habla del
deseo de los editores por reconectar a la disciplina con muchos (a sus ojos) de
sus miembros amputados.
No obstante, un juicio subyacente sobre la desunión es cuestionable como las presunciones que
no siempre se manifiestan. Una de ellas es que hay una sola realidad haya
afuera, que demanda un enfoque practico capaz de respetar la integridad. Otra,
relacionada, es que de otra manera las diferentes perspectivas en el mundo
puedan en última instancia conmensurarse y sintetizarse (tal vez
vía meta lenguaje como
la “teoría de la complejidad”). La idea de que puede haber
múltiples realidades y/o una serie de legítimas diferentes
perspectivas de ellas, es apenas entretenido. Como
sociólogo del conocimiento Tim Dant
(1991) señalo alguna vez, “Tendemos a vivir como
si el conocimiento pudiera resolverse, como si
solo hubiera uno verdadero del
que estamos hambrientos” (p.1 énfasis agregado).
Esta creencia refleja el duradero poder de esta idea de la
“Ciencia” en el siglo 21. En el sentido original de Wiilliam
Whewell (1794-1886), la ciencia significa cualquier forma de investigación
sistematica o empresa en función de un procedimiento
adecuadamente cualificado, que otros puedan replicar o validar. Sin embargo con
el tiempo, el termino se ha convertido en polisémico, significativo
(entre otras cosas) una forma del
“objetivo de investigación” en un mundo que existe
independientemente del
investigador y cuyas“verdaderas” propiedades pueden ser entendidas
en un momento dado con los recursos adecuados. El encanto de la
Geografía con la ciencia en este sentido especifico fue mas intenso
a mediados de 1950 y mediados de los 70s. Algo disminuido, que no obstante
continua hasta nuestros días, notablemente en las ramas de la
Geografía física, algunas partes de la Geografía humana y
también en la geografía ambiental. El compromiso con la ciencia,
es concebido tanto como
una forma fuerte y una débil. La primera (la cual unos pocos
geógrafos ambientales o de hecho que algunos pocos han defendido
públicamente) supone que solo hay un “verdadero
método” para interrogar la realidad: es decir “el
“método científico”, el cual puede ser entendido
practicamente como pruebas de hipótesis (o resolución de
problemas) usando la mezcla de inductivismo, deducción, inferencia,
retroducción, verificación y falsificación dependiendo de
cada caso. Este último (“cientifismo débil”) es una
versión moderna de Augusto Comte (1798-1857) la concepción del conocimiento humano de la Ilustración, es como un gigante
rompecabezas, las piezas pueden ser identificadas con las diferentes
disciplinas y subdisciplinas y en última instancia reconstruirlo. Esto
supone que puede haber diferentes maneras de obtener cierto conocimiento, pero
esos conocimientos (una vez derivados) pueden estar casados por considerar que
la realidad es continua, no fraccionada en cuadros mentales que suelen
comprenderlo. El compromiso con la ciencia en ambas formas no puede ser
descartado, incluso después de bastantes décadas de
cuestionamiento que la idea de la ciencia es iguala verdad (o al menos la
búsqueda). Sin embargo, desde nuestro punto de vista – y la de los
geógrafos en su conjunto, si este libro puede ayudar- es que la
“ciencia” es de hecho plural, y así, mejor visto como un
acercamiento, y una forma de conocimiento, aunque entre algunos es algo
privilegiado o Arquimedeando. Discutir de otra manera implica sugerir que las
formas de conocimiento no científicas son menos validas y es
realmente, ontológicamente hablando, singular y consistente o mas
bien discontinuo, y estratificado. Hay también una implicación
cuestionable acerca de la falta de valor de la ciencia.
En este sentido, podríamos mirar con buenos ojos la condición
multi-paradigmatica de la geografía ambiental (nótese que
también hablamos de muchos otros campos del
conocimiento, como
las humanidades, las ciencias sociales, que hoy son igualmente heterodoxas). La
diversidad intelectual del campo es asombrosa, quiza, visto para
reflejar un hecho importante: a saber, un asunto tan amplio como las relaciones
“humano-medioambiente”, simplemente no pueden ser entendidas a
través de un – sin hablar de un supuesto objetivo- enfoque,
mundial o método. No tiene que ser un epistemólogo
“convencionalista” o “normalista” para reconocer este
hecho, y mucho menos un “relativista”. Uno felizmente puede
insistir en que hay un “mundo real” haya afuera, mientras
concedemos que lo suficientemente complejo y diferenciado, de tal manera que no
hay modo de saber si satisfacera todos nuestros deseos o
propósitos. (Incluso los modelos ambientales tradicionales, pueden
acercarse a la misma cuestión usando muy diferentes supuestosacerca de
la conducta humana y dinamicas sociales, y que reflejen diferentes
acercamientos para explicar la dinamica atmosférica o del
ecosistema). En resumen, la diversidad de la geografía ambiental no debe
ser sacrificada por la unidad –al menos no ser una especie de
“unidad” fuerte, que supone una variedad epistémica, que
puede ser síntoma de una confusión intelectual acerca de la
“verdadera” naturaleza de las relaciones humano-medioambiente.
Dicho esto, nuestra renuencia a definir la geografía ambiental en
términos de una muy estrecha normativa estandar de
simetría, no significa que seamos agnósticos acerca de su actual
condición. Por el contrario, creemos que se requiere un cambio positivo.
Hay un problema obvio con esta postura de “dejar brotar tantas flores” en el campo. No es tanto un problema de
relativismo epistemológico – como
hemos explicado, no hay un consenso acerca de si podemos conocer la realidad
independientemente de los compromisos físicos y mentales como investigadores. En
cambio, es mas un problema de mutua ignorancia e indiferencia. Este
riesgo para la Geografía como
un todo, fue identificado hace muchos años por John Pickles y Michael
Watts. Como
ellos lo plantearon, el “… desgano al debatir sobre los meritos de
la competencia del marco de los trabajos fomenta la confianza en los valores:
afirmación, formación y fe, y se convierten en condiciones
suficientes para la selección. Un nuevo dogmatismo [plural] es
afirmado…” (Pickles y Watts, 1992, p.303). Lo que pedían era
el desarrollo de una cultura crítica dentro de la disciplina. Al menos
nominalmente, los geógrafosambientales comparten un objetivo en
común que analizan y por el que se preocupan: el medioambiente. Si bien
hay siempre limites reales de comunicación, esto tiene que ver con la
enorme incapacidad de un grupo de geógrafos ambientales para entender lo
que otros grupos igualmente especializados estan haciendo, hay sin
embargo espacio para mayor dialogo y critica entre grupos.
¿Cuales son las virtudes de esto y como podría ser engendrado? Podemos
responder la primera parte de esta cuestión, haciendo una
analogía entre la geografía ambiental y un Estado Nación
con una población sumamente diversa –piense en Estados Unidos,
Reino Unidos o Australia por ejemplo. La geografía ambiental no es un
Estado monocultural. ¿Por lo tanto es, en términos
analógicos, una república multicultural? Desde nuestro punto de
vista, es actualmente multicultural cuando debería ser mucho mas republicana.
¿Qué significa esto? Estamos usando el termino multicultural
(admitimos contenciosamente) para denotar diferentes modos de vida que
estan espacialmente yuxtapuestos, pero que se ignoran o hablan una sobre
otra. Algunos podran llamar a esto “comunitarismo”. El
verdadero republicanismo, por contraste, corresponde a lo que él
filósofo Karl Popper (1945) famosamente llamó “la sociedad
abierta”. Desde el punto de vista de Popper, toda pretensión de
conocimiento –junto con sus consecuencias practicas- es solida una
vez que ha resistido, ser modificado por un encuentro con las críticas
que emiten distintos sectores. El Republicanismo en el conocimiento (como en la
política) debe involucrar un genuino compromiso entre las perspectivas
rivalessobre la base de la sensibilidad común – no tanto como para
reducir las diferencias epistemológicas en nombre de “una
verdad”, en su lugar, garantizar la solidez socio-practica de las
afirmaciones de conocimiento de otro modo divergentes. El tipo de cultura
abierta critica que se describe aquí es difícil de lograr. Se
sustenta en una ética de responsabilidad mas que (Fuller, Pickles
y Watts) una convicción ética, que muchos o la mayoría de
miembros de cualquier disciplina necesitan compartir. Esto implica un mutuo
reconocimiento y respeto entre las partes, que podrían beneficiarse a
través de un encuentro epistémico. Sin embargo los
geógrafos ambientales, como mandamiento
de los geógrafos, les resultaría mucho mas facil
continuar el negocio como siempre, no obstante
sería mucho mas posible (y deseable) la creación de
“un republicanismo epistémico” dentro de una
generación, de lo que sería crear un tipo de unidad intelectual
“fuerte” y una geografía ambiental simétrica como ya lo hemos
discutido. Absolutamente como
uno hace esto en la practica sigue siendo incierto. Sin duda
sería necesario un pequeño número de respetados
líderes intelectuales para dar un ejemplo, junto con una fuerte
dirección de asociaciones profesionales como la Asociación Americana de
Geógrafos y de los editores de revistas también. Esto
también probablemente ocurriría facilmente si los
investigadores se comunicaran de otra manera sobre preocupaciones, temas
compartidos y problemas específicos, como
el manejo del
aguas, la conservación animal y el cambio climatico.
Afortunadamente, no estamos privados de precedentes y deejemplos actuales de
compromisos críticos entre los varios filamentos de la geografía
ambiental. La enorme diversidad de la geografía ambiental ha presentado
a los investigadores y maestros la posibilidad (no la obligación) de ser
críticos y creativos sintetizadores. Contrasta con una disciplina como la economía,
donde la pluralidad intelectual casi no se tolera. En otras palabras, la falta
de simple ortodoxia en la geografía ambiental como un todo, podría decirse que ha
hecho mas facil para ciertos individuos evitar acampar en uno u
otro de sus subcampos. Pensemos en la política ecológica del tercer mundo que a
menudo combina el Neo marxismo, institucionalismo, conceptos de Michael
Foucault, para darle sentido al moderno significado de ciencias forestales.
La geografía ambiental en la “sociedad del conocimiento”.
La mayoría de la geografía ambiental, como este libro atestigua, es producida por
los profesionales académicos de las universidades. Mientras la
disciplina y el discurso de la geografía ambiental no son enteramente
académicos – (investigadores y) no académicos del movimiento
ambiental, por ejemplo, contribuyen abundantemente al discurso (véase
Porrit [2005], por ejemplo)- en gran medida ellos lo son. Aunque una
observación aparentemente banal, nos pega como algo absolutamente importante. Para
entender porque, necesitamos considerar el significado de él hoy
familiar termino “sociedad del
conocimiento”.
Como Fuller (2002) irónicamente noto “…decir que vivimos en
una “sociedad del conocimiento” parece no ser mas
informativo que decir vivimos en una “sociedad poderosa” o en una
“monetaria”…”(p.2.).Sin embargo, el término
tiene un significado mas preciso que es asociado con diversos
comentaristas como
Peter Drucker, Daniel Bell y Manuel Castells. En sentido mas especifico,
el termino denota dos distintas pero relacionadas posiciones en el conocimiento
que inicialmente fue característico de las economías capitalistas
avanzadas, pero que ahora son de amplia difusión. El primero es un
movimiento deliberado por aumentar el rango y volumen un conocimiento formal (como opuesto a tacito), algo coincidente con esta
modularización (como la
proliferación de sistemas de software que pueden realizar funciones
específicas; como
en la profusión de diferentes bases de satos, y así
sucesivamente). Segundo, la “sociedad del
conocimiento” refiere un igualmente deliberado movimiento para poner este
conocimiento a trabajar en una variedad de formas como
un medio y fin o ambos – no menos de la que es tomar dinero
(“conocimiento mercantil” como
es patente en los códigos genéticos). En este segundo sentido, el
conocimiento no es un fin en sí mismo, sino, mas bien un medio
para la realización de fines particulares y un instrumento para la
acción. Si incluso en sólo un sentido general, la idea de la
sociedad del conocimiento vale, entonces nos obliga a ver de nuevo las
funciones de la universidad, así como el contexto mas amplio en
el que ahora opera. Históricamente, como
Bjorn Wittrock (1985) ha argumentado, hay tres modelos de universidad operando
en occidente (arquetipos si usted quiere), y en todos los casos la universidad
sostiene un monopolio social en la creación y difusión del conocimiento canónico así como delnuevo
conocimiento formalizado. En el modelo britanico, la universidad pos
medieval tiene como
objetivo crear una persona bien redondeada o completa; en el modelo
francés, la educación superior, según las intenciones de
Napoleón I, orientada a los interese nacionales; finalmente en Alemania,
el modelo Humboldtdiano, estaba orientado a perseguir el puro entendimiento. A
finales del
siglo 20, hay plena evidencia que siguiere que las universidades occidentales,
se han movido en masa hacia el modelo francés. Se han convertido, de
acuerdo a una línea de la crítica, corporativizadas muy
consientes de sus contribuciones a la competitividad nacional y a los intereses
públicos. Al mismo tiempo, es claro que el cercano monopolio que la
universidades alguna vez sostuvieron en la creación difusión del canónigo, asi como
del nuevo
conocimiento formalizado, ha sido cuestionado- Hoy la investigación y la
enseñanza a nivel superior continua, de diversas formas gracias
fundaciones, organizaciones no gubernamentales, órganos caritativos,
colegios fundados por benefactores, grandes firmas, y así sucesivamente.
¿Qué tiene esto que ver con la geografía ambiental? Mucho.
Debido a su amplitud intelectual, la geografía ambiental –al igual
que su disciplina madre- históricamente ha sido capaz de satisfacer las
demandas de los tres modelos de universidad. Es importante destacar la
incapacidad de ser disciplinada por las exigencias de cualquiera de estos
modelos explican por qué, junto con otras asignaturas universitarias, ha
sido capaz de soportar las actuales presiones por hacer a las universidades
relevantes en un sentidobastante instrumental. El conocimiento que los
geógrafos producen, investigan y difunden fuera de la universidad, sigue
siendo suficientemente diverso, mientras que las presiones de este
último se puede adaptar para no “sesgar” la disciplina
indebidamente.
El sesga miento es un peligro real para cualquier campo. Si a través de
instrumentos financieros u otros, una disciplina es dirigida en gran medida por
intereses externos, hay una fuerte posibilidad de que exista una redacción
de la diversidad epistemológica y el aumento de un nuevo paradigma, en
el sentido original de Kuhn sobre “el tema amplio”. Las
posibilidades son ya evidentes, en la llamada “ciencia grande”,
donde los enormes recursos estan siendo canalizados a ciertas
líneas de investigación, como la biotecnología,
biomedicina y farmacéutica, pero no por cortesía a otros –
algunas veces ayudadas por los gobiernos. Presiones similares estan en
el horizonte (tal vez ya estan aquí) para aquellas disciplinas
que estudian la relación del humano con el medio ambiente. La especie de
“tierra de cambio de la ciencia” discutida en el capítulo de
Billie Lee Turner, es asombrosa, y esta estrechamente ligado al campo de
la “ciencia de los sistemas de la tierra” y la “ciencia de la
sustentabilidad”. (Similarmente, la creciente atención a los pagos
por servicios ambientales, que contratan muchos geógrafos físicos
en la medición de esos servicios, facilmente se pueden convertir
en sirvientes de un ingenuo mercado del ambientalismo). Pero podrían con
el tiempo convertirse en el foco de enormes entradas fiscales e intelectuales,
a medida que las sociedades sealarman por el cambio ambiental global. En
Estados Unidos, hemos visto como el Programa de Investigación Global
sobre el Cambio Climatico (creado en 1990) se ha convertido en uno de
los focos mas grandes de investigación pública en la
historia de Norte América. Según esta constituida actualmente la
pluralidad de la geografía física, puede hacer de jugadores en
este tipo de esfuerzos grandes, sin sacrificar su capacidad de ofrecer
múltiples puntos de vista y perspectivas sobre las relaciones
humano-medioambiente. En efecto los geógrafos ambientales fueron piezas
clave en la creación de la agenda de investigación sobre el
cambio climatico que se remonta mas de 20 años. Esto nos
habla de su admirable capacidad para establecer sus sitios en grandes temas de
la agenda, rehusandose a ser acorralados en ortodoxias intelectuales de
un tipo teórico, metodológico y tacticas políticas.
No es coincidente que la vitalidad y variedad de la geografía ambiental,
sea coincidente con las bases del sistema universitario. A pesar de ser una
materia con varios grados de “corporativismo”, las universidades de
habla anglosajona siguen siendo, en su mayor parte, financiadas con fondos
públicos y con identidad pública. Aunque la gerencia
pública, ha erosionado su potencial y hasta cierto punto su libertad de
catedra, sigue siendo un ideal crítico y realidad para los investigadores,
profesores, consultores con base en los departamentos de geografía de
las universidades – as como para todos aquellos otros académicos
cuyo trabajo constituye el “discurso” de la geografía
ambiental. Una reflexión sobre la relativa autonomía de
losacadémicos, sus interese personales y sus derechos históricos
al autogobierno, tal libertad es precisamente lo que –incluso hoy-
permite a los geógrafos ambientales y a aquellos que trabajan en campos
morfológicamente afines, determinar cómo y por qué
haran el trabajo que hacen. Contrastando esto con los productores de
conocimiento y difusores, trabajando en la “sociedad del
conocimiento”, muchas otras instituciones, como grupos de
reflexión, fundaciones privadas (e incluso Organizaciones no
gubernamentales). En etas instituciones el tipo de conocimiento ambiental
creado, muchas veces esta determinado por agendas concretas de los
jefes, benefactores, accionistas y propietarios. Por supuesto, esto no lo hace
ilegitimo. Pero se circunscribe su posible interés y relevancia, para la
enorme cantidad de personas y grupos que tienen alguna participación en
el drama –así como el curso de lo cotidiano- de las relaciones
humano-medioambiente.
Esto plantea algunas preguntas críticas, acerca de quién
esta autorizado en la actualidad a producir y validar tipos particulares
de conocimiento del medioambiente-sociedad del conocimiento. En relación
con el llamado “experto” del conocimiento, los días del
elitismo de la torre de marfil afortunadamente se han ido. Las universidades ya
no son los dispensarios de sabios ni de verdades inindisputables. Pero siguen
jugando un rol vital e importante en “las sociedades del
conocimiento”. Hay muchos debates acerca de la naturaleza de este rol y
de cómo debe ser sustentado o alterado. Un punto de vista bien conocido,
es que los expertos académicos “entran en liza” como parte
de unanueva condición epistémica, que Michael Gibbons y colegas
denominaron “modo de dos conocimientos”. El modo uno, ha sido
producido históricamente (como los académicos) por algunas pocas
instituciones autorizadas. En contraste el modo 2 (desde el punto de vista de
Gibbons) la sociedad es donde los trabajadores del conocimiento se unen para
ocuparse en una serie de puntos, para crear un conocimiento solido, sobre
asuntos y problemas que les preocupan (como el cambio climatico). Esta
manera de operar del modo 2, no es de la tutela de viejos expertos-laicos, y no
esta interesado en la preservación de las disciplinas
académicas – a menos de que los miembros de las esas disciplinas
contribuyan significativamente a los muchos cambios colectivos
epistémicos que produce el modo 2 de conocimiento.
En contraste a esta visión de que las universidades se sitúan
dentro de una mas amplia sociedad del conocimiento, otros sugieren que
estamos actualizando viejas ideas de expertos académicos y no siendo
partidarios. Por ejemplo en su libro “La ciencia del gobierno”,
Steve Fuller (2000) sugiere que las universidades se estan convirtiendo
en “camaras de compensación” para la
compensación, y prueba entre diversos conocimientos. Desde su punto de
vista , la investigación basica y aplicada, debe ser realizada en
un futuro, fuera de la universidades, en las instituciones mencionadas
anteriormente. El rol de los expertos universitarios, desde su perspectiva, escudriñar
estos conocimientos de acuerdo a una serie de criterios (cognitivos, morales,
acéticos, etc.). Estos expertos no buscaran los conocimientos
climaticos en lastierras de la falsedad. En su lugar, se llevar a cabo
“trabajo de traducción” (haciendo que los conocimiento
aparentemente inconmensurables se hablen unos a otros) y checar la solidez del
conocimiento (¿pueden ser significativas para una amplia gama de
interesados o no?).
Estos y otros puntos de vista acerca del futuro de las disciplinas
universitarias, son muy importantes para la geografía ambiental y otros
campos morfológicamente afines. El medioambiente y el modo en que los
humanos lo usan, es de tal importancia social, que es fundamental la
creación, validación y la circulación del conocimientos
del humano-medioambiente, que se convertira en algo mas
importante para nosotros que el mundo biofísico. Hasta la fecha, los
profesionales de la geografía ambiental han hechos sus investigaciones
sin pensar en los grandes debates en la universidad y la sociedad del conocimiento.
Viendo hacía el futuro, esto debe cambiar, por la simple razón de
que el contexto institucional y social del conocimiento y el rol especifico que
juegan los geógrafos ambientales en los amplios debates
epistémicos sobre las relaciones humanos-medioambiente, dependera
enteramente de cómo las universidad se redefinan como instituciones.
Conclusión.
Este libro no es en absoluto una exhaustiva introducción a la
geografía ambiental. Por muchas razones, ciertas cosas quedaron fuera
(la sección de enfoques se hubiera beneficiado de los capítulos
“políticas sobre la ecología urbana” y la
restauración ambiental). Este podría haber sido un volumen mucho
mas amplio y completo. Aun así, ofrece un sentido bastante
completo de lo que es lo quehoy es la geografía ambiental. De este modo,
este libro -y nuestro intento en esta introducción explica cual es el
objetivo- esperamos que recuerde a los geógrafos que la “tierra
media” no es tan pequeña y como casi siempre se piensa que es,
mientras le mostramos a los lectores que no son geógrafos que la
disciplina ofrece, un conjunto de teorías únicas, enfoques,
métodos de investigación, y substanciosos puntos de vista de las
relaciones humano-medioambiente.
Como hemos explicado anteriormente, la geografía ambiental, no representara:
necesita ser activada para que tenga sentido en lo que aparentemente domina las
dos partes de la geografía. Esperamos que este libro ayude a que la
geografía ambiental sea vista por los lectores, como muchos
colaboradores ya lo han planteado: que hay una mayor area de actividad,
o al menos igual en tamaño e importancia, que en la geografía
humana y física respectivamente.
Este libro, con su amplio sentido de la geografía ambiental, claramente
dice mucho acerca de cómo se ha conducido “el experimento
geografico”, y nosotros en esta introducción hemos sugerido
como debe ser alterada en los años por venir.
No podemos irnos sin decir que este “Experimento geografico”
necesita continuar en el futuro y tener un apropiado lugar en las instituciones
universitarias, en la enseñanza, y en las políticas ambientales.
La Geografía sigue siendo un importante lugar para la
investigación de las relaciones humano-medioambiente, estas
investigaciones deben llevarse a cabo y comunicarse, pero no solamente algunas.
En última instancia, no importa dónde y bajo que bandera
estasinvestigaciones se hayan hecho. Y lo que es mas importante, que las
sociedades tengan los fondos y recursos apropiados. Después de todo, aun
en nuestra supuesta era digital, post industrial, intensiva de conocimiento,
ligera, y con la tecnología de la información, todo nos acerca
inevitablemente al mundo no –humano inevitablemente como seres carnales,
emocionales y pensantes. Actualmente las preocupaciones sobre la naturaleza y
el impacto del cambio ambiental global, son solamente el recordatorio
mas dramatico de este hecho. Nosotros nunca dejaremos de
necesitar del conocimiento cognitivo, moral o estético sobre la forma en
que actualmente (y en el futuro deberíamos) interactuamos con el mundo
no humano. Este conocimiento abarca un gran espectro de funciones y usos, tales
como la resolución de problemas (¿Cómo podemos reducir la
erosión?), guía moral, (¿qué valores compartidos
deben apuntalar los acuerdos globales ambientales?), la satisfacción de la
curiosidad (¿Cómo se adaptan los animales salvajes a la vida
urbana) demas de muchos otros. En los varios intentos de la humanidad
por comprometerse con el mundo físico, material e imaginativamente, las
diversas investigaciones de alto nivel presentadas aquí seran una
herramienta vital. En nuestra capacidad de ciudadanos, trabajadores, miembros
de una familia, turistas, activistas, residentes locales, y cualquier numero de
otras funciones, seguramente necesitaremos de algún tipo de
investigación, enseñanza, conocimiento de las políticas
ambientales que la geografía ambiental ofrece por si misma o como parte
de un amplio discurso social.