¿Deprimida yo?
Por: Alejandra Buggs Lomelí
¿Sabías que la depresión es dos veces mas frecuente
en las mujeres que en los hombres?
Es una realidad que en muchos países y México no es la
excepción, las mujeres tendemos mas que los hombres a deprimirnos
debido no sólo a factores biológicos y hormonales sino a la
imposición de mandatos sociales que hacen que las mujeres enfrentemos
dobles y hasta triples jornadas de trabajo que hacen que suframos el retraso de
la realización de nuestros sueños, deseos y objetivos.
A esta imposición se suman los placeres no registrados, cansancios,
silencios, secretos e invisibilizaciones de las mujeres dentro de un mundo
patriarcal en el que cada una/o tenemos que representar un papel o rol de
género y cada una/o sabemos que cuanto mas nos adaptemos y
actuemos el guión, mas sensación de
“seguridad” “pertenencia” “estabilidad”
tendremos.
Sin embargo, ésta adaptación tiene un
costo muy alto tanto en mujeres en hombres, costo que pocas veces nos
cuestionamos y que en las mujeres se ve reflejado en el grado de
depresión que pueden experimentar.
A este tipo de depresión se le llama depresión de género*
que es aquella que vivimos exclusivamente las mujeres producida por el
sometimiento a las diferentes formas de violencia que sufrimos por parte del
sistema patriarcal y que provoca: baja autoestima, dificultad para cuidar de
sí mismas, acumulación de malestares, enojo no expresado,
dificultad para conciliar entre el mundo laboral y el familiar, conflicto entre
ser para otr@s y ser para sí mismas y por último,
lacontradicción que viven muchas mujeres entre el modelo tradicional que
nos exige sacrificio, pasividad y dependencia y el modelo moderno de igualdad,
autonomía, libertad y placer.
Las mujeres no nos damos cuenta del
conflicto interno que día a día enfrentamos al vivir entre dos
grandes fuerzas (polaridades), ya que luchamos por integrar lo que debemos ser
(como lo dicta la sociedad, la escuela, la
iglesia y la familia) y lo que queremos ser (como lo dicta nuestro corazón).
Muchas veces sin darnos cuenta sacrificamos lo que queremos ser y lo hacemos
con la intención de “obedecer” las normas impuestas aunque
ello implique estar deprimidas sin tomar conciencia de que lo estamos, porque
nuestra depresión se manifiesta a través de señales como:
dificultad para tomar decisiones, sensación de tristeza o apatía,
insomnio, dificultades para conciliar el sueño, dormir en exceso, sentimientos
de enojo o rencor durante el día, pérdida de interés en
las relaciones sexuales, sensación de culpa, autocrítica,
sentimiento de fracaso, autodevaluación, falta de interés por la
profesión, familia, amistades y pasatiempos.
Y mi amigo supo del
sabor amargo de la derrota. Supo que aquella mujer no volvería a cruzar
por debajo de su ventana, y subió los ocho piso arrastrando lospies, y
no se sorprendió cuando en la octava planta encontró a todo el
mundo alborotado, de un lado para otro,
frenéticos. Alguien con el rostro desencajado le dijo que la empresa
había quebrado, que estaban en la bancarrota, así que todos en la
calle. En un día había perdido todo: la mujer que amaba, el
trabajo Volvió para
casa, no muy sorprendido, todo encajaba. El mundo se derrumbaba y lo
hacia todo de una vez
Durante mucho tiempo estuvo abandonandose en casa, sin saber que hacer,
y solamente pensando en la dulce Carola. Primero sin el valor para salir a
buscarla a Acapulco, y
luego sin la plata
necesaria. Pasó otro año, 5 años desde
que vio a Carola por primera vez, y decidió, pues, tomar una
decisión. Empezó a buscar trabajo, pero mi amigo tenia 39
años, y en México no es facil encontrar trabajo a esa
edad, porque ya no eres el joven agresivo que buscan las empresas, sabes y en todas las entrevistas de trabajo le decían
que no y que no. Así que mi amigo decidió tomar
una decisión que cambió su vida. Decidió buscar a un coyote (un coyote en México es un tipo que se
dedica a negocios turbios). Veréis, mi amigo buscaría a un coyote
para que le hiciese una falsificación de la partida de nacimiento; mi
amigo bien podría aparentar 34, así que le pediría al
coyote una partida de nacimiento que dijera que tiene 34 para asípoder
acceder a algún puesto de trabajo. Así pues, mi amigo se fue para
la Plaza de Santo Domingo, cerca del Zócalo,
donde estan los coyotes…Y ahí tienes a mi amigo perdido,
colgado de un lado para otro. Se acabó perdiendo entre las callejuelas,
y apareció en un callejón
inhóspito, en un portal antiguo, viejo. Observó como un anciano le
sonreía y le hacia señas para que le siguiera. Mi amigo
siguió a aquel misterioso hombre, y supo que era un
coyote. Le dijo: - yo soy tu hombre, se lo que necesitas, - si ya se, necesito
una partida de nacimiento que falsifique que tengo 34, - vale, vale, dame tus
datos. Empezó a tomar datos, y mientras tomaba datos, el viejo coyote,
le dijo:
-¿ Alguna vez estuviste en Acapulco?
Y a mi amigo le dio un vuelco al corazón y se deshacía en el
acido del recuerdo, - Nunca El viejo le dijo: ” Veras, yo vivo cerca de la
autopista hacia Acapulco, cerca de
Tepozan, ¿Conoces la curva del
autopista?” ¿conocéis la leyenda, verdad
mi amigo también; la del
fantasma que hacía autostop en el mismo sitio, que se subía en el
primer coche y desaparecía en la misma curva en que se mato… Aquella carretera estaba deshabitada. Casi
nadie pasaba por allí por miedo al fantasma. mi
amigo asintió, y el viejo le dijo: “Pues veras, muchas veces he
estado tentado de agarrar la autopista para Acapulco y empezar de nuevo…Espera un
momento”. Y mi amigo, se quedó pensando en Acapulco y mil huidas.
Al rato vino el viejo coyote, con los documentos falsos, y se
fue para casa. Aquella noche sólo pudo dormir con el recuerdo de
la dulce Carola.
A la mañana, el teléfono sonó bien
temprano. Alguien al otro lado le decía
Síntomas que por lo general no se asocian a un trastorno depresivo, sino
que estan asociados a que “así somos las mujeres”
teniendo como resultado la desvalorización de nuestros malestares ante
nosotras mismas y por tanto, ante los y las demas.
Es nuestra responsabilidad hacer caso a cualquiera de las señales antes
mencionadas para detectar si estamos pasando por algún periodo depresivo
para atenderlo en tiempo y forma.
Lo mas importante almirar nuestros síntomas desde la
óptica de género, es por un lado, no naturalizarlos creyendo que
así es como debemos sentirnos las mujeres y por otro, tomar conciencia
de que al no ser naturales es necesario atenderlos, porque la mayoría
son generados en gran parte por la educación que hemos recibido de un
sistema patriarcal que nos desvaloriza como mujeres y por tanto descalifica
nuestros síntomas, haciendo hasta lo imposible por acallarlos a
través de una medicalización indiscriminada de la que
hablaré mas a detalle en mi próximo artículo.
Sabemos que existen síntomas depresivos que requieren de tratamiento
psiquiatrico acompañado de un proceso
psicoterapéutico, sin embargo, es necesario tomar en cuenta siempre las
consecuencias emocionales que los mandatos de género provocan en las
mujeres, para no “pegarles la etiqueta” ni dejarnosla pegar
de locas, histéricas y/o agresivas.
Por lo que el compromiso de las mujeres conscientes de la forma en que los
mandatos de género afectan nuestras emociones y nuestra vida, es
encontrar un apoyo emocional que contribuya a visibilizar nuestros
síntomas de depresión desde una mirada de género, que los
respete y nos ayude a colocarlos en el lugar de importancia que merecen.
*Depresión de género, concepto utilizado por el Centro de Salud
Mental y Género de México y creado por la Asociación de
Mujeres para la Salud de España.
www.saludmentalygenero.com.mx
*Directora del Centro de Salud Mental y Género,
psicóloga clínica, psicoterapeuta humanista existencial y
especialista en Estudios de Género.