sCUÁLES
SON LOS TRATAMIENTOS PREVENTIVOS PARA PERSONAS
CON RIESGO DE PADECER UN PRIMER O SEGUNDO ACV?
Fármacos
anticoagulantes
Como los
coágulos sanguíneos son responsables de los TIA (accidentes isquémicos
transitorios), los medicamentos que impiden la coagulación sanguínea, o la formación
de coágulos, se han usado durante años en personas con
riesgo de una primera embolia o una recurrencia. Se están usando una serie de
fármacos que evitan los coágulos sanguíneos en personas con una historia de TIA
o una embolia previa. Entre otros, se incluyen la aspirina, el dipiridamol
(Persantin, Asasantin), y fármacos conocidos como tienopiridinas,
que incluyen la ticlopidina (Tiklid) y el clopidogrel (Plavix, Iscover).
Índices de éxito. Un análisis
importante de 17 ensayos indicó que el tratamiento antiagregante reducía las
probabilidades de embolia, ataque cardiaco y muertes relacionadas en un 22% de
los pacientes con una historia de AIT o apoplejía. Estas ventajas eran
evidentes en hombres y mujeres de cualquier edad, incluyendo aquellos con o sin
hipertensión o diabetes.
Aspirina y Dipiridamol. Hasta hace poco, ha existido
cierta polémica por el tratamiento antiagregante correcto. Las
recomendaciones médicas actuales aconsejan el uso de
la aspirina en bajas dosis o combinadas con el dipiridamol de liberación
sostenida para prevenir la embolia en individuos de alto riesgo.
Sin embargo, los fármacos anticoagulantes comportan riesgo de
sangrado. A este respecto hay cierta
preocupación en estudios que indican un riesgo mayor de ACV hemorrágico con el
uso prolongado de aspirina. El riesgo de embolia hemorrágica
es muy pequeño, especialmente con dosis baja de aspirina.
Otros agentes anticoagulantes. La ticlopidinay el
clopidogrel son tan eficaces como la aspirina pero su coste es
mayor. La ticlopidina también se ha asocidado con el riesgo de trastornos
sanguíneos, particularmente la trombocitopenia (disminución de leucocitos).
Aunque el clopidogrel ha sustituido a la ticlopidina debido a su mejor perfil
de seguridad, han creado cierta inquietud algunas descripciones
de trombocitopenia en pacientes en tratamiento con este fármaco.
El anticoagulante warfarina (Aldocumar) es beneficioso para los pacientes,
incluidos los ancianos, pacientes con fibrilación auricular, los que presentan
alto riesgo de embolia, o aquellos pacientes de alto riesgo que no responden a otros tratamientos antiagregantes. La warfarina precisa de
una estrecha monitorización en sangre.
Endarterectomía carotídea como
prevención del
ACV isquémico
La endarterectomía de la carótida es una técnica quirúrgica empleada para
limpiar y abrir la arteria carótida estrechada. Se usa para
evitar una trombosis (trombo en una gran arteria) causada por la obstrucción de
la arteria carótida interna, que es responsable de un 9% de los ACV isquémicos.
Descripción del procedimiento. El objeto de este procedimiento, es limpiar y abrir la arteria carótida
reducida. Un tubo de derivación [by-pass] se coloca
para transportar la sangre alrededor del
área bloqueada durante el procedimiento. Después de que el cirujano haya
eliminado la placa acumulada en la pared arterial, se cose la arteria y el
flujo sanguíneo directamente a través de la arteria es restaurado. Al paciente
se le da la anestesia general durante la operación y
generalmente permanece en el hospital cercade dos días. A menudo el paciente
siente un leve dolor en el cuello durante dos semanas
y debe evitar lo máximo posible girar la cabeza durante este periodo.
Candidatos apropiados. Los mejores candidatos son
pacientes con TIA o embolias isquémicas menores que sufrieron también una
estenosis grave de la arteria (la carótida se estrecha hasta el punto que se
obstruye en más de un 70%). Más de la mitad de estas
intervenciones, sin embargo, se realizan en pacientes sin síntomas, pero que
sufren estenosis de la arteria carótida de más de un 50%.
La endarterectomía carotídea en este ultimo grupo
asintomático ha sido objeto de mucha polémica. Un importante estudio llevado a
cabo en el 2000 indicó que más de la mitad de ACV eran debidos a embolias o
infartos lacunares, no a la obstrucción de las arterias carótidas.
Hay que destacar que la endarterectomía de la carótida es
eficaz sólo en arterias grandes. En este
estudio, el riesgo de apoplejía en estos pacientes era sólo de un 3.5%. Dados
estos resultados, los expertos en este estudio no
podían ni recomendar la intervención para los pacientes asintomáticos con
estenosis grave (estrechamiento entre un 70 y un 99%) de las arterias carótidas
hasta que más estudios definan qué pacientes se beneficiarían. (Otros expertos
no están de acuerdo y aún creen que muchos pacientes con estenosis grave son
buenos candidatos, independientemente de que hayan síntomas o no).
En cualquier caso, la intervención no es significativamente eficaz en los vasos
sanguíneos con estenosis de entre un 50 y un 60% ni tampoco lo es en la
estenosis inferior al 50%, incluso en pacientes con TIA.La operación no es
recomendable o útil para pacientes con arterias basilares comprometidas
(aquellas que se encuentran en la parte posterior del cráneo), para pacientes
con un disfunción importante debida a ACV previos, o para aquellos que están
desarrollando una embolia.
Complicaciones. La intervención conlleva un riesgo de ataque cardiaco o incluso de ACV. Un estudio realizado en varios centros médicos mostró que
los índices de ACV postoperatorios oscilaba entre un 0% y un 7%. El riesgo
general de embolia postoperatoria y muerte fue de un
2.8%. Las mujeres parecen correr un riesgo ligeramente
mayor de ACV postoperatorio (5.3% en un estudio) que los hombres (1.6%).
Tratamiento de la fibrilación auricular
El objetivo del
tratamiento de la fibrilación auricular es prevenir la formación de coágulos
sanguíneos restaurando primero, y luego manteniendo normales el ritmo y la
función cardiaca. Para restaurar inicialmente el ritmo cardiaco, suelen utilizarse
primero los fármacos anti-arrítmicos. Si no consiguen restaurarlo, una
intervención conocida como cardioversión suele ser
eficaz. Incluso si se logra un ritmo constante
mediante fármacos o cardioversión, no puede mantenerse durante periodos
prolongados, así que pueden requerirse el tratamiento de mantenimiento a largo
plazo con fármacos antiarrítmicos.
Cardioversión eléctrica. La cardioversión eléctrica es
un tratamiento empleado para restaurar el ritmo
cardiaco normal. Los anticoagulantes (fármacos empleados para evitar la
coagulación de la sangre) deben administrarse, de ser posible, al menos tres semanas antes de la intervención. (La
operación conllevaun riesgo muy pequeño de embolismo, un
coágulo sanguíneo que se rompe y pasa a la circulación). Mediante la
realización de una técnica diagnóstica llamada ecocardiografía transesofágica
se puede detectar la presencia de un coágulo antes de
practicar la cardioversión.
Durante la cardioversión, el paciente suele estar sedado,
pero puede sentir cierto dolor a causa de la técnica. Aunque
el efecto estabilizador suele ser sólo transitorio, hay indicios que sugieren
que una serie de cardioversiones pueden ser eficaces para mantener el ritmo
normal en pacientes jóvenes sanos sin necesidad de administrar medicación
antiarrítmica. Se están investigando para el mantenimiento los
cardioversores implantables .
Fármacos empleados para restaurar el ritmo normal. Los
siguientes fármacos se emplean para restablecer el ritmo normal
Betabloqueantes intravenosos (como
el propranolol) o los bloqueadores de los canales de calcio que se emplean para
reducir la frecuencia cardíaca cuando aparece la fibrilación auricular.
La digital, un fármaco más antiguo, no se emplea tan a
menudo pero está resultando ser muy eficaz en combinación con un
betabloqueante.
Ninguno de estos fármacos, no obstante, es capaz de convertir en normal un ritmo anormal; no son útiles para el mantenimiento del ritmo cardiaco. Para mantenerlo estable, se emplean los siguientes
fármacos
La amiodarona es muy eficaz y se cree que es más inocua que muchos otros
fármacos parecidos. Sin embargo, incluso en dosis pequeñas existe una alta incidencia de efectos secundarios, incluyendo
trastornos del
tiroides, problemas neurológicos, dermatológicos y oculares, ylatidos cardiacos
anormalmente lentos.
Otros fármacos antiarrítmicos son la quinidina, flecainida,
procainamida, disopiramida, sotalol, y la propafenona.
Los fármacos más recientes incluyen la dofetilida, ibutilida,
azimilida, y algunos están resultando ser superiores a los otros más antiguos.
Todavía no están disponibles en España. Todos tienden a ser eficaces para recuperar y mantener el ritmo
cardiaco normal.
Muchos de estos fármacos comportan un aumento de un
riesgo pequeño pero significativo de una arritmia grave llamada 'Torsades
de pointes' y por ello, debería evitarse e personas con ciertos problemas
cardiacos.
Fármacos anticoagulantes. Después
del diagnóstico de fibrilación auricular, los pacientes suelen tomar fármacos
para reducir la coagulación de la sangre, normalmente la warfarina o la
aspirina.
La Warfarina (Aldocumar) es muy eficaz y los médicos calculan que podría evitar
unos 40,000 AVC anuales. Comporta un riesgo de
sangrado y requiere un control cuidadoso. Aquellos pacientes con especial
riesgo de sangrado son los que tienen una historia de abuso de alcohol,
enfermedad renal crónica o sangrado gastrointestinal previo.
La aspirina es menos eficaz, pero comporta también un
riesgo inferior de sangrado; actualmente es el tratamiento preferido para los
pacientes más jóvenes y aquellos sin otros factores de riesgo de AVC.
Cirugía. En algunos casos difíciles, puede
recomendarse la cirugía
La ablación por radiofrecuencia consiste en alterar la comunicación entre las
aurículas (las dos cámaras superiores del
corazón) y los ventrículos (las dos cámaras inferiores) y en insertar
unmarcapasos.
Puede implantarse un marcapasos justo bajo la piel con
electrodos que lleven hasta los ventrículos para aumentar la frecuencia cardiaca
en personas con ritmo cardiaco demasiado lento.
Una operación más agresiva utiliza cirugía abierta en el
tórax, donde se realizan una serie de incisiones en las aurículas. A medida que se curan, el tejido cicatricial evita que circuito
anómalo se active. Existe una nueva técnica similar,
pero menos invasiva.
Tratamiento de la hipertensión arterial
Reducir la presión arterial leve o moderada usando un
tratamiento farmacológico, principalmente con diuréticos y betabloqueantes, han
hecho disminuir el riesgo de AVC en casi un 42%. El
tratamiento de la hipertensión es más eficaz si se administra pronto. Por lo general, el tratamiento farmacológico se recomienda aún si
la hipertensión leve no responde a los cambios en la dieta y en el estilo de
vida en unos tres o seis meses. Los pacientes hipertensos que dejan el
tratamiento farmacológico, aumentan en gran medida el riesgo de engrosamiento del
corazón (hipertrofia cardiaca) y siguen corriendo el riesgo de AVC incluso
después de controlar la presión arterial. [Para
más información, ver el capítulo de la enciclopedia sobre Hipertensión
arterial].
Uso de estatinas
Los inhibidores de la HMG-CoA reductasa que controlan el colesterol, comúnmente
llamadas estatinas, como lovastatina (Mevacor; Mevasterol), pravastatina (
Liplat), y simvastatina (Zocor, Colemin, Pantok), reducen el riesgo de AVC.
Las estatinas elevan los niveles de HDL (el llamado colesterol bueno) y ayudan a abrir arterias. Según un estudio
de 1999, lalovastatina era muy eficaz para retrasar la progresión de la
aterosclerosis en la arteria carótida tanto en mujeres como en hombres. La regresión de la
enfermedad en mujeres era mayor cuando tomaban una combinación de warfarina y
lovastatina mientras que los hombres lograron la mejor
protección con sólo la lovastatina.
Prevención quirúrgica de ACV hemorrágicos
Ante la detección de un aneurisma no roto, se deben
valorar cuidadosamente todas las opciones médicas, incluyendo la reparación
quirúrgica. [Ver sCuáles son los tratamientos quirúrgicos para los AVC ?, más adelante]. Los aneurismas no rotos se producen en
un 1-6% de la población general y existe cierta
polémica sobre cuándo operar y a qué pacientes. En general, la decisión depende
del tamaño del aneurisma, pero sigue existiendo la
incertidumbre
Un estudio indicó que en pacientes con aneurismas más pequeños de 10 mm el
riesgo de la ruptura fue sólo de un.05% por año (que es mucho mayor el los
riesgos por cirugía). Incluso las personas con historia de hemorragia
subaracnoidea tenían solo un 0.5% de riesgo anual de
recurrencia cuando los aneurismas eran así de pequeños.
Para los aneurismas entre 10 y 25 mm, el riesgo de ruptura era aún bastante
bajo, levemente inferior a 1 por ciento por año en ambos grupos.
Los aneurismas superiores a 25 mm tenían solo un 6% de
probabilidades de ruptura al cabo de un año.
A menudo los aneurismas pueden causar síntomas, incluso si no
se rompen. Los pacientes deberían hablar cuidadosamente con su médico de
los factores especiales de riesgo. Los individuos con malformaciones
arteriovenosa, un trastorno causado porasociaciones
anormales entre las arterias y las venas, deberían seguir seguimiento por el
médico para controlar la aparición de un aneurisma.