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Dialisis Peritoneal (DP), Técnicas de Depuración Continuas (TDC), monitores de TDC



Dialisis Peritoneal (DP
La DP, aunque de gran simplicidad, ha topado con el escollo de incrementar la presión intra-abdominal, comprometiendo así la función respiratoria. Esta modalidad esta contraindicada ante la existencia de cirugía abdominal previa y en numerosas ocasiones resulta insuficiente para controlar el volumen o la situación metabólica del paciente crítico. Ha quedado por tanto relegada al manejo de la IRA en pediatría (síndrome hemolítico urémico, etc.) y en países sin recursos económicos o en vías de desarrollo.
Hemodialisis Intermitente (HDI
La HDI hace décadas utilizaba un líquido de dialisis (baño) cuyo precursor de tampón era el acetato, así que la inestabilidad hemodinamica en el paciente grave estaba casi garantizada. Hoy en día se ha generalizado la utilización de tampón bicarbonato. Las maquinas de HDI poseen reguladores de conductividad, permitiendo subir la conductividad a 14 -15 mS/cm para elevar la concentración de Na+ y así mejorar la tolerabilidad hemodinamica del paciente. Descender moderadamente la temperatura del baño de dialisis (35 ºC) permite igualmente mejorar la estabilidad al favorecer el rellenado vascular. Los modernos monitores permiten realizar técnicas convectivas, incluso generando líquido de reposición de suficiente calidad en línea. Un avance de los monitores mas modernos es la posibilidad de medir la dosis de dialisis (Kt y Kt/VUREA) mediante la incorporación del calculo de dialisancia iónica y del calculo de las variaciones de la volemia por variaciones en el hematocrito. Hoy en día existen unidades detratamiento de agua (filtración+decalcificación+decloración+ósmosis inversa) portatiles que se pueden acercar a pie de cama en cualquier lugar que disponga tan solo de agua de red potable y desagüe.


Técnicas de Depuración Continuas (TDC
Historia y generalidades
La primera técnica continua en emerger fue la hemofiltración arteriovenosa continua (HFAVC), que no precisaba bomba de sangre, al circular ésta a través de un hemodializador de placas de una membrana de alta permeabilidad al agua. La sangre discurría de una manera similar a como lo hace por nuestro tejidos. La depuración se basaba en la ultrafiltración espontanea no controlada. Esta modalidad de tratamiento supuso una revolución, pero adolecía de dos importantes problemas: 1) el ultrafiltrado dependía de la presión arterial media del paciente y cuando ésta era insuficiente (hipotensión) el tratamiento no era eficaz; 2) la depuración se basaba en la convención (remedando a nuestros glomérulos) pero al no existir túbulos que recuperen -desde lo filtrado- lo valioso, debemos reponer parte de lo que se ultrafiltraba con líquidos lo mas fisiológicos posibles. El Ringer lactato resultó durante casi una década una alternativa útil.
El segundo paso fue el empleo de bombas para mantener un circuito de vena a vena. Inicialmente se emplearon bombas aisladas, pero pronto se pasó a utilizar parte de los equipos de HDI, de los que se detraían los sistemas hidraulicos que aquí no interesaban. Aprovechando alguna de sus alarmas y sistemas de seguridad, como los medidores de presión, detectores de fuga de sangre o de entradade aire al circuito. La reposición del ultrafiltrado continuó siendo un problema, produciéndose retrasos obligados y multitud de errores, con lo que los episodios de inestabilidad hemodinamica (precisamente el problema que teóricamente pretendíamos evitar con su uso) eran frecuentes. Se comenzó a utilizar de forma opcional la dialisis lenta y así se complementó la hemofiltración veno-venosa continua (HFVVC) con la hemodiafiltración veno-venosa continua (HDFVVC).
El tratamiento renal sustitutito de la IRA en las unidades críticas (UCI) no debería diferir de aquel que es aplicado en las unidades médicas y sin embargo, dada su especial vulnerabilidad, estos pacientes presentan una baja tolerancia a tratamientos de depuración extracorpóreos. La inestabilidad hemodinamica ha sido tradicionalmente un serio escollo debido a la escasa tolerancia a modificaciones rapidas de volumen y del medio interno que caracterizan una sesión de HDI. En ocasiones, la única alternativa para el tratamiento era la DP. Sin embargo, la extensión de las TDC en la década de los ochenta y noventa ha cambiado totalmente el escenario y no solo desde el punto de vista técnico, sino también sobre las indicaciones, el momento de inicio o incluso quien realiza la indicación y el control del tratamiento. 
Monitores de TDC
Los modernos monitores permiten cualquier modalidad terapéutica, disponen de control de volumen gravimétrico, tomas de presiones (entrada, filtro, retorno y efluente) y alarmas homologadas (aire, espuma, fuga de sangre, horquilla de presiones y alerta de riesgo de coagulación desangre en el circuito). Todo ello junto con un software que las convierte en amigables para los profesionales que las manejan. En conjunto disponen al menos de 4 bombas peristalticas y una de émbolo (para heparina como anticoagulante); ademas, las mas modernas incorporan otra para poder utilizar citratos como anticoagulante. En nuestro medio las de mayor implantación (por orden alfabético) son: AQUARIUS (Baxter- Edwards), MULTIFILTRATE (Fresenius) y PRISMA FLEX (Hospal-Gambro).Gracias a estos avances, el uso de las TDC ha desplazado en las unidades de críticos a la HDI y relegado a la DP a un papel casi anecdótico. Esta realidad queda reflejada en el gran estudio multicéntrico internacional publicado por Uchino et al en el que se muestra que a los pacientes de UCI que padecen IRA se les trataba en un 80% de los casos con TDC, en un 17% con HDI y tan solo en un 3% con DP.
Posteriormente se han descrito un conjunto de modalidades terapéuticas, a caballo entre las TDC y las intermitentes, como son las técnicas mixtas, que en la literatura podemos identificar como dialisis de baja eficiencia y sostenida (SLED: sustained low efficiency dialysis); dialisis diaria ampliada (EDD: extended daily dialysis) y también como dialisis lenta continua (SCD: slow continuous dialysis).
Selección de la terapia de depuración
La HDI es capaz de eliminar moléculas pequeñas (como urea, creatinina o gentamicina), mediante la dialisis sustentada en el principio de la difusión, explicado por la primera ley de Adolf Fick y la fórmula de Einstein-Stokes para la difusión Browniana. Las TDC,representadas principalmente por la hemofiltración (HFVVC), son capaces de eliminar ademas moléculas de tamaño medio (varios miles de peso molecular) mediante un proceso de arrastre con el ultrafiltrado producido por un juego de presiones (convección) a través de la membrana del hemofiltro. Podemos combinar dialisis y filtración añadiendo difusión en la hemodiafiltración (HDFVVC) como se muestra en la figura 4,  con lo que aumentamos la eliminación de moléculas pequeñas. Merece la pena destacar que si aplicamos modalidades sólo con dialisis y utilizamos membranas de alto flujo y de alto punto de corte (las denominadas HCO- High-Cut-Off)) se produce una filtración interna a la entrada del hemofiltro y una retrofiltración a la salida de éste, con lo que se consigue un aclaramiento convectivo (no controlable) ademas del difusivo.
Aunque estas modalidades pueden eliminar algunas sustancias mediante adsorción, existen otras técnicas mas específicas para potenciar este mecanismo físico, como la hemoadsorción de endotoxinas a través de un cartucho con polimixina o la plasma-filtración con adsorción (CPFA), modalidad de depuración en la que el plasma del paciente obtenido por plasma-filtración se hace pasar por un cartucho de resinas hidrófobas. 
Son varios los indicios y las bases teóricas para pensar que las técnicas continuas son mejor toleradas que las intermitentes desde el punto de vista bioquímico y hemodinamico  y que, ademas,  también mejoran la tasa de supervivencia del paciente. En algunos estudios se encuentra una supervivencia similar entre TDC y HDI [12][13],pero la primera puede resultar ventajosa en los pacientes mas graves si consideramos: a) su mayor capacidad para eliminar grandes volúmenes sin alterar la estabilidad hemodinamica del paciente, b) el hecho de que la dosis total estipulada sea mas facilmente conseguible; c) el que su aplicación sea menos demandante en términos de tecnología y d) finalmente el que, al añadir convención como mecanismo de depuración, proporcionemos eliminación de moléculas de tamaño medio, entre las que se encuentran algunos mediadores de la respuesta inflamatoria sistémica. En este escenario, las técnicas mixtas (SLEDD o SCD) se destacan como la solución mas prometedora dado que combinan lo mejor de las técnicas continuas y de las intermitentes, aunque por el momento no existen trabajos que aborden la comparación de estas variantes.
Dosis de depuración y supervivencia
Otro aspecto fundamental del avance científico ha perseguido definir la dosis mínima de tratamiento para disminuir la alta tasa de mortalidad de los pacientes con fallo multiorganico. En el clasico trabajo de Ronco et al [14], se estableció la “cifra magica” de convección de 35 mL•kg-1•h-1. Aquí, se analizó la supervivencia a los 14 días de finalizada la hemofiltración, utilizando membrana de polisulfona y reposición con líquido con lactato en post-dilución (post-filtro) y se pasó de una supervivencia del 41% al 57 y 58% con 20, 35 y 45 mL•kg-1•h-1, respectivamente. Sin embargo, en este estudio, existían pocos pacientes sépticos (entre un 11 y 14%, por grupos aleatorizados) y el analisis en este subgrupo de pacientes noresultó estadística ni clínicamente significativo. En el estudio de Saudan et al [15] se demostró un aumento en la supervivencia cuando a una dosis de ultrafiltrado normal (no de alto volumen) se le añadía difusión (HDFVVC), concluyendo que la supervivencia mejora no sólo con la convección sino con la dosis de aclaramiento de pequeñas moléculas. El estudio multicéntrico Norteaméricano (ATN) [16] no ha conseguido demostrar ventajas con mayores dosis (20 vs. 35 mL•kg-1•h-1 en continuas o HDI 3 sesiones por semana vs. 6 sesiones), aunque ya ha sido contestado por diferentes grupos, entre ellos por el grupo español, que recomiendan una aproximación dinamica que ajuste la dosis en cada momento de la situación evolutiva del paciente. Mas recientemente se ha concluido el estudio Australiano y Neozelandés (RENAL) [17] en el que la supervivencia a 60 días y a 90 es idéntica si se aplica una dosis estandar (25 mL•kg-1•h-1 ) frente a una dosis intensiva (40 mL•kg-1•h-1)En este sentido, también destacamos el elegante trabajo de Helmut Schiffl et al donde la HDI diaria mejoraba la supervivencia a las dos semanas (72 %) en comparación con la aplicada en esquema clasico cada dos días (54%). En la primera, la dosis de aclaramiento ajustado al tiempo y al volumen de distribución de la urea (Kt/V) practicamente dobló a la pauta convencional. También, si optamos por HDI, parece que la dialisis mas intensiva, con mayor concentración de sodio, mayor Kt/V y aplicada con mas frecuencia puede dar buenos resultados [18]. Se recomienda un Kt de 40L para mujeres y de 45L para varones.Problemas de aplicación y complicaciones de uso
Para garantizar una buena realización de estas técnicas se hace necesario un buen acceso vascular. Es necesaria una adecuada terapia anticoagulante y que sea individualizada para cada paciente. En concreto que permita, en la medida de lo posible, mantener sin coagulos tanto el filtro como las líneas extracorpóreas y los catéteres, evitando una anticoagulación sistémica que pueda favorecer hemorragias. La alternativa mas utilizada es la Heparina sódica a dosis bajas [5 10 U por kg de peso y hora), pero debemos aprender a manejar otras alternativas como la prostaciclina [19] y los citratos.
Otro aspecto crucial a la hora de asegurar el buen funcionamiento de la técnica y la ausencia de problemas es una adecuada formación del personal que se encargue de su cuidado; debemos considerar que en numerosas ocasiones sera el personal de enfermería de la UCI (sin formación previa en técnicas de depuración renal) quién sustente esta función y, en estas condiciones, se debe contemplar un programa de entrenamiento adecuado.  
Las complicaciones potenciales son diversas lo que obliga a ajustes frecuentes de tratamiento y a sopesar con rigor las indicaciones de estas técnicas. Aprovechando el término de reciente cuño, debemos evitar el “dialtrauma” [20].
Para completar el estudio de este capítulo recomendamos las siguientes fuentes: 21, 22, 23, 24, 25 y 26. 

Referencias Bibliograficas

1 Mehta RL, Chertow GM: Acute renal failure definitions and classification: Time for change? J Am Soc Nephrol 2003; 14: 2178-2187

2 Bouman C,Kellum JA, Lameire N, Levin N: Definition for acute renal failure. 2ª conferencia Internacional de Consenso de la Acute Dialysis Quality Initiative. https://www.ccm.upmc.edu/adqi/ADQI2g1.pdf

3 Bellomo R, Ronco C, Kellum JA, Mehta RL, Palevsky P and the ADQI workgroup: Acute renal failure– definition, outcome measures, animal models, fluid therapy and information technology needs: the second international consensus conference of the acute dialysis quality initiative (ADQI) group. Critical Care 2004; 8: R204-R212

4.-Schrier RW, Wang W, Poole B, Mitra A: Acute renal failure: definitions, diagnosis, pathogenesis and therapy. J Clin Invest 2004; 114: 5-14 [PubMed

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9 Edward D. Siew, Lorraine B. Ware,† and T. Alp Ikizler Biological Markers of Acute Kidney Injury. J Am Soc Nephrol 2011; 22: 810–820

10.- Levin A, Beaulieu MC.Trials and Tribulations of New Agents, Novel Biomarkers, and Retarding Renal Progression J Am  Soc Nephrol 2011; 22: 992-993.

11 Guías SEN: Actuación en el Fracaso Renal Agudo. FJ Gainza, F Liaño. https://www.senefro.org/modules/webstructure/files/guia_fra.pdf?check_idfile=2876

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15.- Saudan P, Niederberger M, De Seigneux S et al. Adding a dialysis dose to continuous hemofiltration increases survival in patients with acute renal failure. Kidney Int 2006; 70: 1312–1317

16.- VA/NIH Acute Renal Failure Trial Network, Palevsky PM, Zhang JH, O'Connor TZ, Chertow GM, Crowley ST, Choudhury D, Finkel K, Kellum JA, Paganini E, Schein RM, Smith MW, Swanson KM, Thompson BT, Vijayan A, Watnick S, Star RA, Peduzzi P. Intensity of renal support in critically ill patients with acute kidney injury. N Engl J Med 2008; 359(1):7-20 PubMed]

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25.- Tovar JL, Pascual J, Liaño F. Diagnóstico diferencial del fracaso renal agudo. En Fracaso Renal Agudo de F Liaño y J Pascual. (editores). Masson, Barcelona 2000. pp -25

26.- Manual de Técnicas Continuas de Reemplazo Renal. De F.J. Gainza (Editor). Editorial ERGON, Madrid 2005 (175 paginas) 


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