| Acta Bioethica 2002; 8(1) ORIGINALESLA
EUTANASIA ENTRE EL ACORTAMIENTO DE LAVIDAY EL APOYO A MORIR: EXPERIENCIAS DEL
PASADO, RETOS DEL PRESENTEEUTHANASIA IN BETWEEN SHORTENING LIFE AND AIDING
DEATH:PAST EXPERIENCES, PRESENT CHALLENGESA
EUTANASIA ENTRE O ABREVIAMENTO DA VIDA E O APOIO AO
MORRER:EXPERIÊNCIA DO PASSADO, DESAFIOS PARA O PRESENTEDietrich von
EngelhardtDirector Institut fur Medizin-und Wissenschaftsgeschichte,
Medizinische Universität zu Lübeck, Deutschland.
Correspondencia: v.e@imwg.mu-luebeck.deResumen: La eutanasia hace referencia a
la autoimagen y a la imagen del
mundo del
hombre; también a la comprensión de la enfermedad y la muerte. En la antigüedad significaba una muerte honrosa y agradable y
no el término de la vida activa. El arte de la
muerte en el medioevo cristiano pertenece al arte de la vida. Y el que comprende la vida, también debe conocer la muerte.
Estudios médicos, psicológicos y sociológicos han llevado, en la actualidad, a nuevos conocimientos sobre
el trato con la muerte y el fallecimiento. La muerte se refiere a diferentes
ambitos: desintegración física, aislamiento social,
tristeza de vivir y miedo a la muerte. La muerte social puede ocurrir antes de
la muerte física y la muerte espiritual antes de la muerte del alma. Palabras clave: Eutanasia, vida activa, muerte,
desintegración, aislamiento Abstract: Euthanasia refers to man’s
self image and his world’s image; also to understanding sickness and
death. In ancient times it meant an honorable and pleasant death and not theend
of an active life. The art of death in the Christian Middle Ages was part of
the art of life. And he, who understands life, must know death too. Nowadays,
medical, psychological and sociological studies have lead to new knowledge
about handling death and dying. Death refers to different scopes: physical
desintegration, social isolation, sadness of living and fear of death. Social
death may happen before physical death and spiritual death before the
soul’s death. Keywords: Euthanasia, active life, death, desintegration,
isolation Resumo: A eutanasia faz referência a
autoimagem e a imagem de mundo que tem o homem; também refere-se a
compreensao sobre a doença e a morte. Na
antiguidade significou morte honrosa e agradavel e nao fim da
vida ativa. A arte de morrer no medievalismo
cristao pertence a arte da vida.
Aquele que compreende
a vida, também, conhece a morte. Atualmente, estudos médicos,
psicológicos e sociológicos têm proporcionado novos
conhecimentos sobre como
lidar com a morte e o morrer. A morte é representada em diferentes
ambitos: desintegraçao física, isolamento social,
tristeza de viver e o medo da morte. A morte social pode ocorrer antes da morte
física e a morte espiritual antes da morte da alma.
Palavras chave: Eutanasia, vida ativa, morte, desintegraçao,
isolamento Contexto y Actualidad Hoy en día, se discute sobre la
eutanasia en todo el mundo.
La reglamentación legal de la eutanasia
activa en los Países Bajos ha llevado a
impetuosos debates. La eutanasia alude profundamente a la autoimagen y ala
imagen del mundo del hombre, a la
comprensión de la enfermedad y la muerte. Trata sobre
la libertad y la subordinación, la naturaleza, la sociedad y la cultura.
El desarrollo histórico en las valoraciones y usos de
la eutanasia ha sido diverso. Como opresiva
e intimidante para el futuro permanece la experiencia del trato criminal llevado a cabo mediante la
eutanasia durante la época del
Tercer Reich, que significó finalmente la matanza de enfermos, lisiados
y moribundos. La eutanasia representa un gran reto para la humanidad, para la
medicina de la sociedad del presente, para el médico, el personal
auxiliar y los enfermos, un reto para todos los hombres y sus iguales debido al
progreso científico, tanto técnico como natural, y el cambio
demografico con el aumento de adultos mayores e impedidos y la
explosión de costos de la medicina y del sistema de salud
pública. Nuevas iniciativas y nuevas leyes manifiestan la gran
actualidad de este tema. La población del
Estado de Washington rechazó en los Estados Unidos, hace pocos
años, con sólo un 55% contra un 45%, la legalización de la
ayuda a morir activa proporcionada por los médicos para el caso de
pacientes desahuciados sin ninguna posibilidad de curación.
En los Países Bajos, se ha abierto una
posibilidad en el sentido del consentimiento'. Se
aplaza el procesamiento penal de la eutanasia activa bajo determinadas
circunstancias y, al mismo tiempo, se concreta la penalidad de esta
intervención, que es sustentada por la legislación de la
reglamentación estatal deemergencia –en el sentido legal
holandés-. El filósofo australiano Peter Singer llamó la
atención con su libro Praktischen Ethik (1984) y provocó
intranquilidad en los discapacitados cuando señaló que los fetos
y los recién nacidos podrían ser vistos como menos valiosos, como
'la vida de un cerdo, de un perro o de un chimpancé'(1) y
justificó también la eutanasia activa en determinadas
enfermedades mentales. La comprensión y clasificación de la
eutanasia no son controversiales sólo en nuestros días,
también lo fueron en el pasado. La historia de las palabras nos permite
reconocer cómo se hablaba de manera distinta de la eutanasia y ante
todo: cuan positivo ha sido su sentido(2-4). La
muerte ha estado presente desde la antigüedad hasta el siglo XX en el
círculo de la familia, amigos y vecinos. La muerte constituía un suceso social, una forma externa y una
interpretación espiritual, pero la perspectiva religiosa mostraba a los
agónicos como
supervivientes que requerían de apoyo y consuelo. La
interpretación no excluyó ni el miedo ni
el dolor; quien aprueba la muerte puede sentirse atemorizado por el enfermo
terminal, quien le encuentra un sentido al fallecimiento puede sentir un
profundo dolor por la pérdida de un pariente o un amigo. El espectro de
reacciones en torno a la muerte y el fallecimiento era en el pasado bastante
considerable y, en nuestros días, es aún muy extenso(5,
6). Las suposiciones políticas, científicas, legales y las causas
culturales corresponden a influencias particulares.
Siempre es necesariointerrogarse sobre las nuevas influencias, qué
valores espirituales y normas hacen imposible que la
eutanasia sea justificable, no sólo teóricamente sino
también como
una practica que a futuro podría hacerse presente. La mirada
hacia la filosofía, posiciones teológicas y literarias e informes
del pasado, así como también hacia causas económicas,
políticas, sociales y psicológicas, aparece surgiendo de la
preocupación por el presente y el futuro.
Antigüedad La eutanasia surge como hecho y palabra ya en la
antigüedad. Con la expresión griega 'Euthanasia', el
emperador romano Augusto, según Suetonio,
designa su ideal de muerte, que él, a la edad de 76 años,
también ha experimentado. '¡Livia, recuerda
nuestra feliz unión y vive feliz!'(7) deben
haber sido las últimas palabras que se conocen del emperador. Tanto en poetas como filósofos de la
antigüedad se encuentra esta expresión como adjetivo o substantivo. Desde la
antigüedad hasta nuestros días, parte esencial de la ética
médica en relación con el nacimiento y la muerte es el Juramento
de Hipócrates del siglo V/IV antes de Cristo. Eje central de este
juramento, con sus prohibiciones y mandatos, es la negación de la
eutanasia activa y la ayuda a cometer suicidio: « no le daré a nadie
un remedio que pudiera causar la muerte, aunque se me pida, ni tampoco
daré un consejo en esa dirección' 8)
El médico, no sólo debe preservar y proteger la vida, sino
también evitar ponerla en peligro o acabar con ella. La promesa de los
médicos de Ginebra de 1948 se inserta en estatradición:
'Respetaré la vida del
hombre desde la concepción, incondicionalmente'. Bajo
ningún punto de vista el Juramento de Hipócrates es obligatorio
para todos los médicos. Incluso en la
actualidad no corresponde, en momentos esenciales, a las convicciones de muchos
hombres, médicos y trabajadores sanitarios. Ya
en la antigüedad se sustentaban, ademas, otras posiciones.
En el libro Politeia de Platón (375 a C.) se hablaba,
categóricamente, aun cuando sin el uso de este concepto, de eutanasia
activa y pasiva: 'Implantaras tal jurisprudencia en la ciudad como
una medicina, según hemos descrito, con el propósito de cuidar a
los ciudadanos sanos de cuerpo y alma, pero que ya no lo estan;
sólo permite que la muerte ocurra cuando su alma ya se ha vuelto incurable
e insana' (Politeia 409 – 410). Según el sentido
filosófico del
Stoa, el médico tiene permiso para ayudar a morir de manera activa
cuando el sufrimiento físico o mental amenazan el saber racional y las
cuestiones morales. Famosos ejemplos de la antigüedad
son los de los médicos que apoyaron el suicidio de Cato el joven y de
Séneca. El ideal de la filosofía estoica
es la aceptación de la muerte mientras haya vida ('mori
discere'), que también sirve para los escritos antiguos sobre el
trato hacia la muerte y el fallecimiento. En la
antigüedad, eutanasia significaba, en esta perspectiva, una muerte honrosa
y agradable ('felici vel honesta morte mori'), no así
término de la vida activa.
Edad Media El medioevo cristiano trajo consigo cambios de gran alcancepara el
trato con la muerte y el fallecimiento. Una profundidad, hasta ahora
desconocida, de la piedad y del amor al prójimo
–'misericordia' y 'caritas'– se introduce con
el principio de la trascendencia en el mundo, así como también en
la medicina. La eutanasia, el suicidio y el aborto son considerados como
pecado, puesto que el hombre no puede disponer libremente sobre la vida, que le
fue dada por Dios: 'Yo soy el que da la vida y la quita' [32, 39]. La
expresión eutanasia no se encuentra ni en el
Antiguo ni en el Nuevo Testamento, tampoco se presenta en los escritos
teológicos del
medioevo. Cristo se transforma, con su desesperación y esperanza camino a su muerte, en una figura que da fuerza y
consuelo a todos los que sufren y mueren; tampoco ha quedado libre del sufrimiento y de la muerte a causa del acortamiento de la vida. El arte de la muerte ('ars moriendi'), en el medioevo
cristiano, pertenece al arte de la vida ('ars vivendi'); el que
comprende la vida, también debe conocer la muerte. La muerte repentina
o imprevista ('mors repentina et improvisa'), deseo de muchos hombres
de hoy, se considera como una muerte mala y horrenda
('mala mors'). Se ruega a Dios protección ante esta muerte:
'Ab improvisa morte libera nos, Domine'. Se desea estar consciente
para despedirse de familiares y amigos, 'con mano tibia' dar al
heredero, y poder presentarse en el mas alla con un claro conocimiento del
fin de la vida. La enfermedad y la muerte se aplican a la expresión
'Passio Christi', en el proceso escatológico delparaíso
sobre la vida terrenal deben unirse con la resurrección. La enfermedad
puede tener un sentido positivo: a través de
ella el hombre puede perfeccionarse en su virtud ('virtus in infirmitate
perficitur', 2. 12, 9). En el medio de la vida estamos siempre ante la
muerte ('Media vita in morte somus'), los vivos de hoy son los
muertos de mañana. El arte de la muerte tiene algo de valentía,
pero también de consuelo – pedido a los
sacerdotes, parientes y médicos.
Entre las obras de misericordia cuenta la ayuda en la muerte y el entierro del
fallecido. Las siete virtudes clasicas y cristianas
–sabiduría, valentía, humildad, equidad, fe, amor y
esperanza– deben ser una ayuda en el trato con la muerte; sobre todo se
debe destacar la esperanza que brinda el médico –en sentido tanto
inminente como
trascendente-; vivir significar tener esperanza, tener esperanza significa
vivir ('spiro dum spero').
Modernidad Los hombres de la Edad Moderna ya no siguen, como es sabido, el
pensamiento de la Edad Media, en ocasiones sólo a un alcance parcial o
mínimo.
La perspectiva cristiana
se abandona y se vuelve a posiciones filosóficas de la Antigüedad,
quedando en primer lugar este mundo, la naturaleza y el hombre.
La salud, la juventud y la vida eterna deben
ser objetivos alcanzables con la ayuda de la técnica, de las ciencias
naturales y de la medicina; de estas metas se alimenta la poderosa e ilimitada
dinamica del progreso médico y científico – natural.
La muerte y el fallecimiento se convierten, crecientemente, en un sucesoprivado y perteneciente a este lado, cada vez
mas también se vuelve un acontecimiento silencioso y solitario,
no siempre en un hecho simplemente biológico y objetivo. De los grandes
utopistas del Renacimiento vuelve a justificarse el
término activo de la vida, condenado durante la Edad Media, y se
relaciona con la expresión eutanasia. Los esbozos de Tomas Moro y
Francis Bacon estan, al mismo tiempo, llenos de sugerencias
eugenésicas, tal como ya aparecía en el concepto de
Estado de Platón. La eutanasia cambia, de ahora en adelante, a una
piedra de tope fundamental de la imagen del hombre, del concepto de vida y de
la comprensión de la ciencia, de la relación médico
– paciente así como también de la solidaridad entre los
hombres. Este hecho no ha experimentado cambios hasta
nuestros días. Bacon, que también usa la expresión
'suicidio', toma en su escrito De dignitate et augmentis scientiarum
del año 1623, por primera vez, la antigua designación de
eutanasia, y diferencia dos tipos: la 'eutanasia exterior' como
término directo de la vida ('excessus e vita lenis e
placidus'), y la 'eutanasia interior' como preparación
espiritual para la muerte ('animae praeparatio')(9).
Con esto, Bacon se refiere, por una parte, a la
tradición de 'ars morendi', que siempre cuenta como un próspero 'ars
vivendi', pero completa esta tradición con algo que para el
medioevo era una posibilidad inimaginable: la muerte de un enfermo por manos del médico. Con
el énfasis en la autonomía, Bacon indica el peligro de la
heteronomía involuntaria,que él
rechazara terminantemente. Moro, quien también justifica el suicidio, ya
en 1516, en su Utopía, aboga por la eutanasia activa, sin usar esta designación. La espontaneidad es un
requisito decisivo de la eutanasia activa para Moro y Bacon; contra la voluntad
del enfermo o sin aclaración, la eutanasia no puede tener lugar:
'Quien se ha convencido de esto, quien termina su vida, ya sea
voluntariamente a través de la abstención de recibir alimentos o
es puesto a dormir y encuentra salvación sin darse cuenta de la muerte. Contra su voluntad no se debe matar a nadie, se le debe prestar
cuidados igual que a cualquier otro'(10). Sin
embargo, no se encuentra ausente la contraparte de advertencia. De
ninguna manera las utopías son, en su mundo y en la imagen del
hombre, idénticas. En el siglo XVII, se sostiene una postura diferente a
la de Platón, Moro y Bacon, la del teólogo Johann Valentin
Andreae; los habitantes de su utópico Cristianopolis, del año
1619, asignan el convencimiento religioso para los enfermos del cuerpo y del
alma y no los rechazan de la colectividad humana: 'Los hombres, cuyo
espíritu esta desorientado o alterado, sufren, cuando es
tolerable; éste no es el caso, así lo logran bajo una suave
vigilancia. Del mismo modo, esto se presenta
con los deformes, que piden una razón del por qué la sociedad del hombre los trata con
negligencia y no buenamente. Dios no nos hace sufrir con interminables bienes y
paciencia, como El nos
quiere, sino como
nosotros somos'(11). Estas frases no han perdido
su valore, incluso en nuestros días, deben volver a ser recordadas. Como en los
próximos siglos los médicos del
Renacimiento no siguieron a Moro ni a Bacon, rechazaron la eutanasia externa;
justificaron la eutanasia pasiva; sobre todo exigieron la eutanasia interior.
En el espectro de esta variedad de significados, la eutanasia se mueve siempre
entre los extremos de un término físico
y de una ayuda mental – espiritual. A comienzos del siglo XIX, el
médico Christoph Wilhelm Hufeland determina présbita y
categóricamente: 'El médico sólo debe preservar la
vida, se trate de una suerte o de una desgracia, valga o no la pena. Esto no le concierne y, una vez mas, se adjudica esta
consideración en su labor de asimilar, así las consecuencias son
enormes y el médico se transformara en el hombre mas
peligroso de la ciudad'(12). La interpretación de la
eutanasia como
ayuda mental – espiritual no esta atada a ningún
límite nacional. Para el médico francés Maximilien Isidore
Simon, según explicó en su libro Déontologie
médicale del año 1845, sólo se puede permitir o prohibir
aliviar la muerte del enfermo con medios físicos y mentales, pero no se
puede acabar con su vida activamente. La medicina sería una 'rama
de la caridad' (branche de la charité'), la 'eutanasia
real' esta en la creencia, en la unión con Dios: 'une
union intime avec Dieu; là est la
véritable euthanasie'(13).
Siglo XX Distintos enfoques, que apuntan hacia una nueva orientación,
aparecen en los siglos XIX y XX en los médicos y pacientes, en el
público y la cultura.La persona que quiera hoy tener una influencia
sobre estos enfoques, debe considerar, de igual forma, supuestos materiales e
ideales. De gran significado son la eugenesia y el darwinismo
social en el 1900, que lleva a los escritos programaticos de Alfred
Ploetz (Die Tüchtigkeit unserer Rasse und der Schutz der Schwachen, 1985),
Alexander Tille (Volksdienst. Von einem Socialaristokraten, 1893),
Wilhelm Schallmayer (Vererbung und Auslese im Lebenslauf der Völker,
1903), Adolf Jost (Das Recht auf den Tod. Sociale Studie, Göttingen,
1895), Elisabeth Rupp (Das Recht auf den Tod, Stuttgart, 1913) así como
también de Karl Binding y Alfred Hoche (Von der Freigabe zur Vernichtung
lebensunwerten Lebens, 1920, 1922). El darwinismo social, la eugenesia y el
utilitarismo entran en una relación fatal, pero, incluso aquí,
deben hacerse las diferenciaciones correspondientes. Impulsos
esenciales provienen de Inglaterra. En Alemania, la eutanasia se
relaciona con el término activo de la vida por un
proyecto de ley constituido por ocho artículos, donde se presenta el
caso del
paciente tuberculoso Roland Gerkan. 'El que tenga una
enfermedad incurable, tiene el derecho a recibir ayuda para morir'(14).
En numerosos países se fundaron, a comienzos del siglo XX,
sociedades para la eutanasia y, en diferentes ocasiones, se promulgaron
informes para una legalización de la eutanasia activa. En las correspondientes discusiones tomaron parte médicos,
abogados, filósofos y teólogos. Ya en 1873 aparece en la
revista ‘Popular Science Monthly’,el artículo Euthanasia del
ensayista Samuel D. Williams con el informe para eutanasia activa y voluntaria
para hombres enfermos sin esperanza: 'en todos los casos de enfermedad sin
cura y dolorosa, se debería reconocer la tarea del médico
tratante, si así lo hubiera manifestado el paciente, de administrar
cloroformo u otro anestésico que sobrepasara al cloroformo, de manera de
destruir la conciencia de una vez y llevar al enfermo a una muerte
rapida y sin dolor'(15). Este estudio puede ponerse al lado del
trabajo The new cure for incurables del año 1873 de Lionel A.
Tollemache, que se refiere a Moro, creado por el darwinismo utilitario:
'la ciencia moderna nos dice que en un mundo sobrepoblado se da una dura
lucha por la existencia, de manera que al hombre enfermo, infeliz e
inútil, de alguna manera se le empuja, por lo menos, a no disfrutar o a
no ser alguien que, probablemente, sería mas feliz, mas
saludable y mas útil'(16). La escasez económica y la
amenaza en tiempos de guerra fortalecen los argumentos para la eutanasia como
eliminación activa de la vida limitada. El naturalista
y monista Ernst Haeckel lo ve según esta perspectiva en su estudio
Eternidad, de 1915. Los pensamientos de la guerra mundial sobre la vida
y la muerte, religión y teoría de la evolución sustentan
la matanza de lisiados y enfermos mentales: 'Una pequeña dosis de
morfina liberaría, no sólo a estas criaturas dignas de
lastima, sino también a sus familiares de la carga fútil y
penosa de este ser durante largos años'(17).El jurista Bindingy el
psiquiatra Hoche se atienen al principio de la libre voluntad –en la
tradición del Stoa y del utilitarismo– en su informe del
año 1920 sobre la eutanasia activa, a la 'atención de la
voluntad de vivir de todos, incluso de los mas enfermos y atormentados y
de los que ya no son útiles', lo que lleva a la siguiente
conclusión: por cierto, no puede decirse que esté permitido dar
muerte al débil mental que se siente feliz con su vida'(18). Este
cambio en el pensamiento de los médicos, juristas y también de
los científicos y los hombres de letras, posee su correspondencia
o preparación en los trabajos del arte o la literatura –en latinos
e historias de realismo y, sobre todo, de naturalismo, donde la eutanasia y la
eugenesia son sustentadas o presentadas en su ambivalencia. Theodor Storm, en
la historia Ein Bekenntnis (1887), deja al médico Franz Jebe dar muerte
a su suplicante esposa Elsi, para liberarla de sus dolores insoportables y sin
salida producidos por el cancer; luego de la muerte de su mujer, este
médico se entera por algún medio de que, tal vez, ella
podría haber sido salvada y que él no fue advertido por la
lectura y la literatura científica. Ahora, lo absorbe la 'santidad
de la vida', que coloca límites infranqueables: 'frente al
misterio, ningún hombre, ningún hombre de ciencia debe tender su
mano, cuando sólo lo hace al servicio de la muerte pues se transforma en
un asesino desalmado'. En la
población también se sustentan conceptos parecidos. En los
años veinte, antes del Tercer Reich, elpsiquiatra infantil
Ewald Meltzer envió un cuestionario en la perspectiva de una
reglamentación, posteriormente legal que, según su parecer,
llevaba en la practica una prohibición. La pregunta:
'¿aprobaría usted, bajo cualquier circunstancia, el
acortamiento sin dolor de la vida de su hijo, después que un experto
determinara que su hijo tiene una enfermedad incurable?' se
respondió, según esta encuesta y dejando consternado a Meltzer,
de la siguiente manera: el 73% de los padres respondió que sí,
mientras que el 27% respondió que no. 'Esto no me lo habría
esperado. Lo contrario me hubiese parecido mas verosímil»(19). Bajo el Nacionalsocialismo, la eutanasia recibe
una connotación negativa: se asesinaba a los enfermos y personas que
sufrían. En este proceso tomaban parte tanto
médicos como
enfermeras. En los años 1940 y 1941 se practicó oficialmente la
eutanasia activa en el Reich aleman, sin fundamentación legal o
sólo bajo referencia a un escrito privado de Hitler de fines de octubre
y en referencia a la orden antedatada 1.9.1939: 'El Jefe del Reich y el
Dr. Brandt son responsables de ampliar las autorizaciones a determinados
médicos para que, según el parecer humano, decidan que pueden ser
catalogados como candidatos a la eutanasia los enfermos incurables mediante el
dictamen crítico del estado de su enfermedad'. Bajo la
presión de la iglesia católica y de la iglesia evangélica,
se llega, el 24 de agosto de 1941, a una interrupción oficial de las
acciones de eliminación, las cuales llevaron a mas de 70 000 de personasa
ser víctimas de estos actos. Estos asesinatos se practicaron de manera
no oficial('eutanasia ilícita') hasta
el término de la guerra(20). En el Juicio de Nuremberg
(1946 – 1947) se juzgó esta forma ilegal e inmoral de la eutanasia
activa sin aclaración y consentimiento o en contra de la voluntad de los
afectados. Según estas experiencias, con diferentes juramentos y
declaraciones se busca evitar la repetición de una Medicina sin Crueldad
(título de un libro de Alexander Mitscherlich y
Fred Mielke del
año 1946), especialmente para las distintas disciplinas médicas.
Presente En nuestros tiempos se sustentan diferentes opiniones sobre la
eutanasia; también es variada la realidad en los distintos países
del
mundo. Reiteradamente se llega a iniciativas que
apuntan a la legalización de la eutanasia. Una amplia
atención ha encontrado la reglamentación legal de Holanda.
Estudios médicos, psicológicos y sociológicos han llevado,
en la actualidad, a nuevos conocimientos sobre el trato con la muerte y el fallecimiento.Según
la ley holandesa, el término de la vida por medio del médico se
considera como un delito; sin embargo, puede ser visto bajo la
suposición de determinadas condiciones de cuidado, y conforme al
principio del consentimiento de un procesamiento penal: libre voluntad del
enfermo informado por medio del médico tratante para el paciente con
dolor inaguantable, estado irreversiblemente incurable, consulta a un segundo
médico no incluido en la terapia, realizado por el médico tratante
con el mayor cuidadoposible, informe escrito, notificación al
médico forense y al abogado. Según una encuesta empírica,
en los Países Bajos en 1995, de 136 000 moribundas, a 3 200 se les
practicó la eutanasia activa, la que en su mayoría es aprobada
por los médicos holandeses; 9 700 pacientes habían solicitado
este tipo de muerte; 900 fueron asesinados por los médicos sin formular
una petición expresa, puesto que consideraban innecesario otro
tratamiento; en un 41% los médicos fueron obligados a presentarse(21).
Los movimientos como,
por ejemplo, los hospicios, la medicina paliativa y los grupos de autoayuda,
abogan por la humanización en el trato con los moribundos y pretenden
contribuir, de esta manera, a superar la separación de la medicina y la
vida y, al mismo tiempo, contrarrestar la difusión de la eutanasia activa(14, 22). Las interpretaciones de la eutanasia son
controversiales en la filosofía y teología actuales, en el juicio
ético de la eutanasia activa y en la pregunta sobre la diferencia entre
eutanasia activa y pasiva como
eutanasia directa e indirecta(23). La actitud hacia la
eutanasia muestra, finalmente, notables desviaciones entre los partidarios de
las diferentes religiones; la exigencia de una conservación
incondicional de la vida disminuye, según una investigación
empírica(24) de médicos católicos a protestantes, pasando
por los judíos, así como también cambian las opiniones
sobre la eutanasia y sus distintas formas. En la actualidad, en los medios de
comunicación, se pone mayor atención a la muerte y alfallecimiento
– con publicaciones, simposios, con las correspondientes relaciones e
iniciativas institucionales. Se caracteriza por igual la
represión y el silencio; en general, la relación con el morir y
la muerte. La minoría de las personas ha experimentado
directamente la agonía y la muerte, se ha preparado, o conoce formas de
comportamiento; en muchas predomina un sentimiento de
desorientación y sin sentido respecto de la muerte. Al mismo tiempo, las
posibilidades de la medicina han crecido bajo una
suerte de presión por alargar la vida y aplazar la muerte, así como también por
predecir su llegada. El progreso médico no puede suprimir las
condiciones fundamentales de la vida humana: tener un
término y sobre este término también estar al tanto. La
medicina debe conocer sustancialmente esta paradoja o dilema fundamental:
querer sanar lo que, después de todo, no se puede sanar. El
médico experimenta con dolor, en el trato con los moribundos, los límites de su propio conocimiento y capacidad. La
muerte se refiere a diferentes ambitos: desintegración
física, aislamiento social, tristeza de vivir y miedo a la muerte. Estos ambitos, de ninguna manera, se hacen realidad en el
paralelismo o en la armonía. La muerte social puede ocurrir antes
de la muerte física, la muerte espiritual, antes de la muerte del alma. La muerte natural se opone a la muerte violenta.
El miedo a morir no es idéntico al miedo a la muerte, los dolores pueden referirse tanto al cuerpo como
al alma. Se
pueden diferenciar mas fases o dimensiones en eltranscurso de la muerte,
gran resonancia encontró en la medicina el desglose de Elisabeth
Kübler – Ross: negación, obstinación, debate,
resignación, aceptación(25). Estas fases
pueden no ser experimentadas en este orden; pueden
extenderse, así como
también aumentar o cambiar. Junto a las fases y dimensiones de la muerte
existen diferentes etapas de la experiencia: la conciencia puede existir en su
claridad, ademas, es posible que se presenten reducciones temporales o
fundamentales – como decaimiento corporal y
espiritual. Todas las particularidades y desviaciones en los estadios y etapas
de la muerte pueden ser prevenidas con empatía y humanidad. Siempre hay
formas de apoyo y consuelo; en las etapas inferiores sólo esta la
asistencia, el contacto corporal, el sonido de la voz, el movimiento de los
ojos; en las etapas superiores esta la unión del
habla y del
espíritu. En especial significado para la compañía del
moribundo, para su supervivencia en el recuerdo y la preparación para su
propia muerte, tienen el contexto social y el mundo de la cultura. Sin embargo,
los límites de la participación y de la comunicación no
deben ser pasados por alto; en las profundidades de la existencia y la muerte
tener la posibilidad de poder hablar, oportunidad que no todos tienen. Pero
también el silencio y la soledad poseen un valor. Acertada
es la frase del
filósofo religioso católico Romano Guardini: 'La vida del hombre se realiza
entre el silencio y el habla, la tranquilidad y la palabra'(26). La muerte
y el morir significanantelación, suceso y recuerdo. La muerte es
anticipada por el afectado y, en la mayoría de los casos, no se
experimenta en un cumplimiento inmediato; la muerte es
un suceso para los otros o para el mundo circundante. La eutanasia no es
sólo una problema de la autonomía individual, sino también
esta relacionada con la reacción de la familia y la sociedad ante
la enfermedad, limitación y edad; la muerte y el morir tienen su lado
económico, que se modela por la relación entre las generaciones. Los intentos de suicidio señalizan conflictos individuales,
pero también culturales y sociales y, por lo general, corresponden a
llamadas de atención a los parientes y amigos.El hombre vive y muere en
la sociedad; la sociedad esta inserta en el mundo de la cultura.
El moribundo recibe apoyo y sosiego no sólo de su familia, amigos,
colegas de trabajo, la tranquilidad puede venir también de valores
individuales de la cultura – la literatura, la pintura, la música,
la filosofía y la teología. Junto a la trascendencia del pensamiento
se encuentra la inmanente trascendencia de la cultura, de la que todo hombre
forma parte, que esta llena de ayuda y de orientación para el
cuerpo, el alma y el espíritu. Decidida esta la
orientación del hombre hacia su propia muerte, decidido esta el
comienzo de la muerte en la realidad social, decidida esta la inmanente
unión de la vida y la muerte y de la muerte y la cultura. De Montaigne
viene la frase: 'Tú no mueres porque estés enfermo, mueres
porque vives(27).' Un
informe para el cambio practicopreciso contiene la convicción
fundamental del
escritor existencialista Albert Camus; 'La única solidaridad real
entre los hombres es la solidaridad ante la muerte.'
I. Perspectivas Las raíces históricas de la eutanasia, en
espectro, entre el acortamiento de la vida y la ayuda a morir se remontan a la
Antigüedad – estan dadas en todas las diferencias que, sin
duda, estan presentes entre las posiciones ideales y los cambios en la
realidad.
La comprensión y la valoración de la eutanasia, en la actualidad,
son tan uniformes como
en el pasado. La eutanasia no se puede comparar, bajo ninguna circunstancia con
la eutanasia activa, ni menos con el asesinato sin
consentimiento o contra la voluntad. Centrales son las siguientes diferencias o
tipos de eutanasia: 1. Eutanasia exterior y eutanasia interior; 2. Eutanasia
activa y eutanasia pasiva; 3. Eutanasia directa y eutanasia indirecta; 4.
Eutanasia heterónima y eutanasia autónoma; 5. Causa de la
eutanasia; y 6. Sujeto ejecutor de la eutanasia
En la realidad, ya no se respetan los límites entre estos diferentes
tipos, pero no necesariamente habla en contra de las diferencias conceptuales.
Junto a los pasos y las uniones hay incluso mas diferencias. Sobre bases
teóricas, se puede hacer diferenciaciones de fondo de determinados tipos
de eutanasia; quien no vea la diferencia ontológica ni
teológica, encontrara aún menos significativa la
diferencia entre eutanasia activa y eutanasia pasiva. La eutanasia activa
contra la voluntad del
afectado no puede ser justificada bajoningún punto de vista; el juicio
sobre la eutanasia activa heterónima debe ser categóricamente
negativo. Hay que atenerse, en principio, al consentimiento de la eutanasia
pasiva; incluso así podemos llegar a la carencia de humanidad sobre el
tema. Detras de la eutanasia existe un
pensamiento eugenésico, por lo tanto, nadie puede pasar por alto las
disposiciones que se presentan en una dictadura, como
el caso del
Tercer Reich. Existe, en la actualidad, sin duda alguna el
temor de una eugenesia individual, libre y democraticamente legitimada.
Quien quiera evitar repeticiones negativas de la historia, no
debe dirigir sus ideas y emociones al Tercer Reich. El
absolutismo de los países en contra de la cultura, filosofía,
religión y ciencias trae consigo el peligro inmanente. El ser humano siempre ha tenido objetivos políticos y
sociales que pueden poner en peligro a los enfermos y a los adultos mayores.
Las Ciencias Naturales y la Medicina no pueden tener libertad
plena para la practica de sus investigaciones. Sobre el deseo del
paciente de morir y la eutanasia activa autónoma practicada por el
médico se dividen las opiniones. Cada vez mas
gente opta por esta posibilidad. El pensamiento en
contra de la legalización de la eutanasia activa pesa, pero poco.
Los resultados de la relación médico – paciente son
peligrosos: los enfermos y los moribundos pueden perder su confianza en la
medicina y en la conservación de la vida médicamente hablando; ya
el hombre considera la eutanasia activa como una posibilidad que no lo
harapasar por el doloroso proceso de morir. La autonomía del paciente se enfrenta con la
autonomía del
médico. Bajo ningún motivo se puede permitir el acto de asesinato
por parte del
médico, aunque éste sea el deseo de su paciente. Debemos convivir
con la pluralidad de orientaciones éticas existentes y la gran cantidad
de religiones. Debemos buscar un costo ético mínimo y pedir
protección legal en caso de que ésta no exista, debemos dar a
conocer el valor de la vida a los pacientes en estado terminal, debemos
proporcionar una orientación ética positiva al médico
tratante o al personal del hospital donde se cuidan enfermos sin mayores
esperanzas. Gran parte de las responsabilidades éticas
principales sobre esta materia esta en manos de la medicina, la sociedad
y los países. No se debe pensar que la eutanasia es una forma de
morir rapida y sin dolor. Tampoco hay que pedirle al médico el
acortamiento de la vida, ya que la ética es igual para todos. El dolor
nunca ha justificado ni justificara la ayuda a
morir, son otras las cuestiones que debemos analizar para llegar a un
planteamiento sano al respecto.
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Recibido: 21-02-2002 / Aceptado: 14-03-2002 | |
REMOTOS PRECURSORES DE LA EUTANASIA
En sus andanzas por la antigua Persia, Heródoto tuvo noticias de los
masagetas, un pueblo que habitó en parte de la antigua Escitia,
cuyas costumbres llamaron la atención del padre de la historia, quien
las reseñó someramente en los capítulos 215 y 216
delprimero de sus nueve libros.
Ante todo, impresionó a Heródoto el hecho de no haber cornudos entre los masagetas, ya que, aunque
contraían nupcias, intercambiaban gozosamente sus mujeres entre ellos,
sin que esta sana
y exquisita promiscuidad fuera motivo de querellas o reyertas. En esa forma, todos eran hijos de sus madres, y a la vez todos
carecían de papacito certificado.
Pero sin duda alguna, entre todos los usos de los masagetas el que con
mayor fuerza llamó la atención del rey de los historiadores fue
la norma, que cumplían rigurosamente, de sacrificar a los ancianos de
ambos sexos cuando llegaban a una edad muy avanzada, cocerlos con suma
diligencia culinaria, hacerlos picadillo y devorarlos mezclados con las carnes
de otros semovientes.
Y lo mas notable de todo era que estos alegres
gerontófagos observaban una sabia precaución aséptica.
Cuando los vejetes enfermaban, se abstenían de inmolarlos y comerlos, y
en consecuencia los dejaban morir naturalmente y les daban piadosa sepultura, sabedores
de que los gusanos no suelen contraer las pestes y dolencias que matan a
quienes han de nutrirlos.
Los datos de Heródoto sobre las costumbres de los
masagetas son breves y sucintos.
Pero después de él viajó largamente por
esas regiones Paraximandro de Heliópolis, casi desconocido en la
actualidad, y a cuyos manuscritos solo hemos tenido acceso unos pocos
helenistas.
Precisamente, yo llevo ya traducidos 23 de los 24
volúmenes de las Crónicas masagéticas, escritas en griego
por el citado Praximandro.
Elhistoriador de Heliópolis confirma las noticias de
Heródoto y las amplía generosamente en muchos sentidos.
Cuenta, por ejemplo, cómo los masagetas disponían de
matarifes especializados en el rapido degello de ancianos, el cual
tenía lugar en un aposento cerrado y en
presencia de un coro
de plañideras contratadas por los deudos los cuales, a su vez, no
asistían a la ceremonia. A continuación, los fiambres pasaban a
los expertos cocineros, que procedían a destazarlos cuanto antes.
Las criadillas de los abuelos eran cedidas a los esclavos y
otros parias, dado su escaso valor alimenticio. Los
instrumentos mamarios de las mujeres, cuya longitud a menudo alcanzaba el bajo
vientre y las rodillas eran utilizados para la confección de morcillas,
longanizas y otros sabrosos embutidos. El cuero era
arrojado a los perros.
Las clases privilegiadas por su parte celebraban suculentos banquetes con los
entresijos y los sesos de los viejitos, que los cocineros guisaban con yerbas
aromaticas y mezclaban con carnes de vaca, ternero, pollo y aún
cerdo, que gozaba entre los masagetas de la ventaja de no ser inmundo
sino, por el contrario ensalzado como alimento de reyes y de nobles.
Como puede verse, la eutanasia no es invento de hoy.
Los masagetas, mas sabios y prudentes que los hombres de
hogaño, la practicaron derivando de ella
notorios beneficios para su acervo proteínico.
Publicación
eltiempo.com
Sección
Información general
Fecha de publicación
10 de agosto de 1997
Autor
ALFREDO IRIARTE