La química y la cocina
¿Cual es la relación entre la química y la cocina?
Por increíble que parezca la relación química cocina es
mas cercana que podamos imaginar ya que abarca los diferentes tipos de mezclas
entre la química y los alimentos que consumimos.
comentare mi opinión acerca del libro La Química y la Cocina de:
José Luis Córdoba por sorprendente que parezca dentro de la
cocina se llevan a cabo procesos químicos desde los mas complejos hasta
los mas sencillos en nuestra vida cotidiana.
Empezare con dos preguntas de los mas elementales, las cuales expresan mi
opinión del libro:
¿Qué me gustó del libro?
Lo que me gustó del libro fue que tenia los conceptos, fórmulas,
reacciones, etc. de diversos compuestos que se presentan en los alimentos que
consumimos diariamente, esto nos hace darnos cuenta de todo lo que entra en
nuestro organismo y en lo que nos ayuda al desarrollo del cuerpo humano.
¿Qué no me gustó del libro?
No me gustó que al principio se me hace un poco aburrido por cómo
empieza a sacar los temas, pero ya cuando se va leyendo mas se me hizo
mas interesante.
Como estudiante, me interesa saber mas acerca de nuevas alternativas que
faciliten el aprendizaje para mi y se me haga mas divertido leer para
saber nuevas cosas.
en los cursos de química, se estudian los carbohidratos,
proteínas, grasas, acidos organicos, enzimas, etc., como
compuestos de la química organica, sin insistir en su
relación directa con los alimentos, el ser humano y lavida cotidiana,
cayendo en un conjunto de fórmulas que no despiertan ningún
interés y que por lo tanto deben ser aprendidas de memoria, produciendo
un bajo aprendizaje.
El libro La química y la cocina aborda los compuestos mencionados (sus
fórmulas, clasificación, reacciones, capacidad
energética), remitiendo al lector, a la fuente y origen de cada
compuesto, mediante ejemplos y explicaciones practicas relacionadas con
la vida cotidiana: “los alimentos que contienen carbohidratos son el
azúcar, las frutas, el pan, el espagueti, los fideos, el arroz, etc
Las proteínas se encuentran en plantas y animales, forman
cartílagos, piel, uñas, pelo, músculos, estan en
los anticuerpos, la sangre, la leche, la clara de huevo, etc.
“Las grasas, moléculas formadas por glicerina y acidos
grasos, se arrancian porque se oxidan al estar expuestas al ambiente, el hierro
y el cobre de las ollas aceleran este proceso, por eso se deben usar
recipientes de acero inoxidable o aluminio, que actúan como
antioxidantes”.
Algunos métodos utilizados en la conservación de alimentos,
explicados en el libro La química y la cocina, permiten ver la
conexión entre la vida cotidiana y los principios científicos,
entre conocimiento común y conocimiento científico, se
constituyen en ejemplos que ilustran en forma sencilla conceptos de
ésta, aparentemente complejos; por ejemplo, el proceso de
liofilización o desecación (utilizado para prolongar la vida
útil de los alimentos), induce a discutir un fenómeno que ocurre.
Igualmente,el salado de los alimentos (método usado desde hace muchos
siglos para evitar la descomposición de la carne), ilustra en forma
sencilla, el concepto de ósmosis: “las bacterias y microorganismos
pueden contener 80% de agua en sus células. Si se colocan
almíbar, cuya concentración es mayor, el agua pasa de la
célula a la salmuera provocandose la muerte de los
microorganismos”.
El tema de envasado y empaque de alimentos, se constituye en un terreno
fértil para identificar algunos elementos y compuestos químicos,
señalar sus propiedades, uso practico y obtención
comercial: “un bote de hojalata esta hecho de acero recubierto por
una capa delgada de estaño. La velocidad con que reacciona el
estaño con los alimentos es mucho menor que la del acero; por esto,
no conviene comprar latas golpeadas pues se pueden haber formado
pequeñas fracturas en la película interior, exponiendo el acero
al alimento, cambiando los sabores”.
La exposición que hace el libro sobre algunas bebidas (refrescos,
cerveza, licores, café) conlleva a analizar la importancia de la
historia de los conceptos y procesos, con el fin de determinar el
caracter polémico que acompañó la gestación
y nacimiento de éstos, y comprender la validez de una teoría
científica: “el origen de los refrescos gaseosos se remonta a los
antiguos griegos que apreciaban las aguas minerales por sus propiedades
medicinales y refrescantes. En 1767, Joseph Priestley obtenía el
bióxido de carbono CO2, (actualmente utilizado en la fabricación
de gaseosas) haciendoreaccionar una sal sódica (generalmente bicarbonato
de sodio) con un acido, razón por la que aún se les llama
“sodas” a los refrescos gaseosos”.
“Existen evidencias arqueológicas de que la fabricación de
cerveza era ya un arte formal hace 6000 años en el valle del Nilo.
Según la leyenda, Osiris, el dios egipcio de la agricultura,
enseñó a los hombres a fabricar cerveza. Los pueblos de oriente,
sin necesidad de esta intervención, aprendieron a fabricarla a partir
del arroz. El Nuevo Mundo no podía permanecer ajeno a este
frenesí cervecero; en 1502 Colón fue agasajado con una especie de
vino hecho de maíz, parecido a la cerveza inglesa”.
Las tematicas sobre los cerillos, el horno para fabricación del
pan, la temperatura en la cocina, y otras operaciones imprescindibles para la
elaboración doméstica de los alimentos, son relacionadas con
algunas variables fisicoquímicas; argumentadas desde la perspectiva histórica,
incluyendo la etimología de algunas palabras, (estrategia constante a
través de todo el contenido de la obra), con un relato motivador e
interesante que logran ayudar a distinguir y precisar los conceptos de
energía, combustión, temperatura, calor, conductividad
térmica etc., basicos en el aprendizaje de la química, y
que tradicionalmente se les ha dado un manejo muy superficial, generando
ambigüedades en la utilización de éstos: “la
ambigüedad cotidiana del término calor se puede ver en expresiones
como: “este suéter es muy calientito”,
“¡qué calor hace en el metro!” etc., lo anterior
serelaciona desde luego, con la sensación de temperatura.
El manejo del relato histórico, esta vez sobre acidos, bases y
pH, la validación de la importancia de la sabiduría popular, y
los ejemplos practicos, facilitan la comprensión de este tema. El
libro demuestra cómo los conceptos de acidez y basicidad surgieron de
nociones y experiencias cotidianas.
“La importancia de acidos y bases no es teórica
exclusivamente. Ambos desempeñan un papel importante en la cocina y en
la industria química, sea como reactantes o como catalizadores. Casi no
hay proceso biológico, en la célula o en el organismo que sea
indiferente a la acidez o alcalinidad del medio. La acidez o alcalinidad del
medio influye en los cultivos, la lluvia acida en el deterioro de
monumentos, lagos, bosques, etc., en los alimentos el pH interviene en la
conservación y sabor”.
En cuanto a los procedimientos para lograr el cocimiento de los alimentos
(freír, cocer al vapor, hornear, rostizar, etc.), el libro hace ver que
éstos constituyen un amplio, curioso y exquisito campo de
producción de conocimiento de variables fisicoquímicas
(corrientes de convección, conductividad térmica, temperatura de
ebullición) y su relación con la vida cotidiana: “Desde
hace tiempo nuestras abuelas saben que para cocer huevos conviene poner un poco
de sal en el agua. Si bien ese poco de sal aumenta la temperatura de
ebullición del agua, la principal razón de la sal es que funciona
como catalizador para coagular la albúmina que sale del cascarón,
con ello se evitaque se formen las poco apetitosas tiras de clara coagulada en
donde se cuecen los huevos”.
El libro permite demostrar que muchas de las reacciones químicas que
ocurren en la cocina tienen una explicación científica.
En la exposición que el libro hace acerca de los olores en algunos
alimentos como ajos, cebolla, coliflor, etc., y su ingeniosas formas para
reducirlos, aparecen interesantes nociones sobre la función de la
membrana celular y las reacciones químicas que ocurren entre las
sustancias cuando ésta se rompe al cortar, cocer, o macerar estos
alimentos. “En la coliflor, por ejemplo, la sinigrina y la mirosinasa, se
encuentra separadas por la membrana celular, pero al juntarlas, cuando ésta
se cocina, la mirosinasa descompone a la sinigrina en aceite de mostaza, que a
su vez da lugar a acido sulfhídrico (el mismo de los huevos
podridos).
La argumentación que presenta el libro, sobre los olores, colores y
sabores de los alimentos, dice claramente que la cocina conforma una realidad
cotidiana como la química y que tanto la una como la otra son
actividades que emplean intuición, imaginación y capacidad
creadora. “Nuestros sentidos del gusto y del olfato figuran entre los
mas asombrosos laboratorios químicos”
El capítulo final, sobre las situaciones que nos esperan una vez
finalizado el sabor que proporcionan los alimentos, postres y bebidas, animan
al lector a disfrutar del conocimiento de la ciencia que tiene que ver con la
vida de todos los días: la química..