Alla va el
comentario propuesto: la idea basica del
texto es que los autores del mismo (nobleza y
clero) intentan respaldar el sistema absolutista tras la implantación del liberalismo en la
guerra de Independencia, aprovechando que va a volver al trono Fernando VII. O
sea, en el comentario hay que hablar por fuerza de absolutismo y liberalismo y
de cómo se justifica la monarquía absoluta en el texto. A partir de ahí, libertad, pero siempre con coherencia.
Nos encontramos ante un fragmento del llamado Manifiesto de los Persas,
documento histórico (y por tanto una fuente primaria) de caracter
político, entre cuyos autores hay que destacar a la cúpula de los
grupos nobiliares y eclesiasticos, es decir, los sectores sociales
mas tradicionalistas y partidarios de la monarquía absoluta. La
fecha de confección del documento esta
indicada, abril de 1814, y su destinatario sería el rey Fernando VII.
Para ubicar correctamente el texto hay que remontarse a la guerra de
Independencia (1808-1814), conflicto bélico librado en España que
tuvo una doble vertiente: por un lado, la lucha contra la dominación
francesa en nombre de Fernando VII; por otro, una pugna entre dos sistemas
políticos, el viejo absolutismo y la nueva ideología liberal, que
no se había producido nunca con anterioridad. Elcurso de la guerra acompañó
a la progresiva implantación del liberalismo con la formación de
juntas emanadas del pueblo, la formación de las primeras Cortes
liberales de la historia de España en Cadiz, y la
aprobación de la famosa Constitución de 1812 por parte de esas
Cortes. Todo ese proceso de enorme
significación política se producía al mismo tiempo que la resistencia
española lograba la victoria frente a las tropas francesas y obligaba a
Napoleón a abandonar su proyecto imperialista en España.
Así, Francia reconocía oficialmente a Fernando VII como
rey en el tratado de Valençay (1813), y éste llegaría al
año siguiente a España en medio de la euforia popular de quienes
durante seis años habían luchado en su nombre. El
problema, a partir de entonces, fue la división entre absolutistas y
liberales que existía en España tras la experiencia liberal de
Cadiz. Unos y otros esperaban contar con el favor del rey;
mientras los liberales confiaban en el acatamiento real de las medidas
adoptadas por la Nación española durante la guerra, los
absolutistas hicieron saber a Fernando VII su apoyo para reinstaurar la
monarquía absoluta, una vez había concluido el período de
“anarquía” bélica y política de la guerra del
francés. Esto es precisamente lo que refleja el fragmento seleccionado del Manifiesto de los Persas, y en esa coyuntura cabeubicar
el texto.
Como se ha dicho, el texto es suscrito por gran
parte de la nobleza y el clero españoles, de ideología
absolutista, que veían la implantación del liberalismo como un lamentable paréntesis en la
historia de España, justificado por la gran inestabilidad bélica
y el vacío de poder acaecido entre 1808 y 1814. En los puntos 7 y 134
del texto se dice claramente que la monarquía absoluta no sólo es
la mejor forma de gobierno sino la única posible para garantizar la
estabilidad y la justicia (“es obra de la razón y de la
inteligencia…”, línea 12), y que los sistemas liberales
“habían acarreado el trastorno universal en toda Europa”
(líneas 8-9). Por tanto, una vez ha concluida esa coyuntura
bélica, el rey tenía que restaurar ese
sistema político que nunca debió abandonarse: el absolutismo,
basado en la soberanía real exclusiva, la concentración de
poderes en la persona del
rey y la eliminación de la Constitución. Vamos a
explicar estos conceptos:
-La cuestión de la soberanía era la diferencia fundamental entre
absolutistas y liberales. Este término hace referencia
a la titularidad, posesión o mando sobre el Estado. La
soberanía real significaba que ese mando lo
tenía exclusivamente el rey, siendo los ciudadanos sus vasallos. La
soberanía nacional otorgaba el poder sobre el Estado a los propios
ciudadanos,pasando a ser el rey y el resto de
gobernantes los servidores del
pueblo. De esta concepción nacen los sistemas liberales con elecciones
(en las que son los ciudadanos quienes delegan ese
poder en una serie de gobernantes o legisladores).
-La concentración o separación de los poderes esta
relacionada con la soberanía también: la soberanía real de
los sistemas absolutistas implicaba el acaparamiento por parte del rey de todos
los poderes del Estado: legislación, gobierno y justicia, mientras que
el liberalismo, en aras de imposibilitar los abusos de poder y de garantizar el
cumplimiento de la voluntad popular, asumía la necesaria separación
de esos poderes.
-Finalmente, también el concepto de Constitución esta
íntimamente ligado a la soberanía. Una Constitución es un marco legislativo que se caracteriza por emanar de la
soberanía nacional, normalmente de unas Cortes elegidas por los
ciudadanos. Por tanto, las Constituciones sólo pueden
darse en Estados liberales, y no absolutistas. En el texto se aprecia el
especial empeño de los absolutistas en abolir la de 1812, pues ella fue el auténtico “buque insignia” del liberalismo.
En cuanto a las Cortes constituidas en Cadiz como representación
del pueblo español, los absolutistas también muestran su rechazo
a ellas en este texto (artículo 8, líneas 10-11), y se
muestranpartidarios de las viejas Cortes estamentales divididas en los tres
estamentos o brazos (clero, nobleza y pueblo) como órganos consultivos
del rey, asambleas muy diferentes de las Cortes unicamerales (“una sola
masa”) formadas en Cadiz, emanadas de la soberanía nacional
y que otorgaban el mismo papel representativo de los ciudadanos a todos los
diputados, independientemente del estamento al que pertenecieran.
En definitiva, el Manifiesto de los Persas es un
símbolo de la pugna entre dos sistemas políticos, el absolutismo
y el liberalismo. Pugna que se dio en muchos países europeos a finales del siglo XVIII y principios del
XIX y que concluiría con el destierro definitivo del primero. En España la guerra de
la Independencia significó los inicios del liberalismo, pero no su
consolidación, pues documentos como
este Manifiesto ponen de relieve la influencia que los absolutistas
ten
ían todavía políticamente. Así, Fernando VII
restauraría la monarquía absoluta en cuanto regresó a España en 1814, y el resto de su reinado
sufriría esa pugna política entre ambos sistemas (absolutismo en
1814-20 y 1823-33 y liberalismo en 1820-23). La muerte del
“Deseado” en 1833 enterraría definitivamente el absolutismo
en la historia de España para siempre, aunque el movimiento carlista
mantendría vivas esas ideas, si bien de manera cada vez mas
marginal.