Cipitio
[pic]
El Cipitío o Cipitio, llamado originalmente Cipit, es un
personaje de leyenda en El Salvador. Proviene de una historia
religiosa de la época precolombina, narrando su arbol
genealógico y los motivos por los cuales
fue castigado junto a su madre. Tiene vestimenta y costumbres
sumamente peculiares, se le atribuye una diversidad de habilidades, facultades
y poderes sobrenaturales que, sin perjuicio de nadie, usa para divertirse.
El personaje es parte importante de la cultura salvadoreña, tomando
lugar como icono de los vestigios ancestrales del país.
Autores y guionistas han retomado la figura en sus obras; ademas, ha
sido de inspiración para el rodaje de una serie televisiva que trata
problemas culturales y sociales salvadoreños desde la perspectiva de la
leyenda del Cipitío.
Historia
Nació de la relación que tuvo su madre Ziguet
(Sihuet) con el dios Lucero de la Mañana, traicionando al dios
Sol.1 Es por eso que el dios de dioses, Teotl condenó
tanto a la madre como al hijo. A la madre la degradó de su
categoría de diosa Luna a mujer errante y al niño le
condenó a nunca crecer, y conservarse por siempre en la edad de diez
años.2
Durante siglos, Cipit fue el dios de las relaciones prohibidas y adulteras, en
la actualidad es un icono de la cultura salvadoreña donde
esrepresentado como un niño alegre y que vaga errante.3
El Cipitío es un ser propio del folklore salvadoreño. La
leyenda ha evolucionado de generación en generación, adaptando muchos
de los elementos de la misma para no perder vigencia; aunque en el fondo,
conserva la esencia ancestral.[cita requerida] El nombre viene
del nahuat Cipit, que significa niño, de donde se deforma la
palabra 'Cipote' utilizada para nombrar a los infantes en El
Salvador.
Aspecto físico
Cipit es hijo de dioses, pero su aspecto es el de un niño de bajas
condiciones sociales y económicas. Se ve manifiesta su condición
de niño, con una enorme barriga y con el poder de teletransportarse.
Viste ropa de manta blanca, caites(sandalias) y un sombrero de
palma puntiagudo y de grandes alas.5
Por otro lado, al igual que el Boraro, el Cipitío tiene una
deformación en los pies, teniéndolos al revés; y por ello
causando confusiones por donde camina. Los campesinos intentan seguir sus
huellas, perdiéndose puesto que, dada la deformación
física, estos siguen el camino de manera errónea, iyendo al lado
contrario al correcto.2
Costumbres
Se cree que se sitúa en la el departamento de san Vicente
Frecuenta los trapiches de
las moliendas de caña, le gusta comer y bañarse
con cenizas, también gusta de frecuentar ríos y esun eterno
enamorado de las muchachas a las que constantemente les espía, silba, o
arroja piedrecitas y flores. Su alimentación esta basada en
cenizas y guineos. Ademas la Mitología Cuscatleca lo ubica en la
región de San Vicente, aunque puede teletransportarse con
facilidad.
Caracter
Aunque no es ofensivo, es hostigoso. Generalmente hace bromas con las
cuales se burla de las personas, carcajeandose sonoramente. De
igual manera, se ha escuchado mencionar en la lengua salvadoreña que
cuando una chica es objeto de su hostigamiento, la solución para
alejarlo es comer en el baño, frente a la taza de un inodoro; esto
debido a que se supone que él siente asco facilmente con los
malos habitos de las personas; por lo que se supone que ésta es
la solución mas efectiva cuando una mujer esta siendo
objeto de sus hostigamientos.
Autores salvadoreños le han dedicado parte de su obra. Miguel
Angel Espino, en su libro Mitología de
Cuscatlan cita:
Han pasado los tiempos. El mundo ha cambiado, se han secado ríos y han
nacido montañas, y el hijo de la Siguanaba aún tiene diez
años. No es raro que esté, montado sobre un lirio o escondido
entre el ramaje, espiando a las muchachas que se ríen a la vuelta del
río
Salarrué, por su parte, en su libro Trasmallo incluye un
cuento llamado El Cipe, donde enun dialogo entre dos personajes de
la campiña salvadoreña se le describe:
- Usté ¿nua visto nunca al Cipitiyo, Culapio?
- ¡ En jamas, don Agrelio!
- Yo lei visto una tan sola, en Jalponga, comiéndose a
hora dianimas los elotes diuna milpa. Veya
usté : lleva un sombrerón deste calibre; un
calzón blanquiyo, shuco,shuco, y
amarrado poraquí con un mecateplatano. Su estatura
es menor quel diun chumpe y va jumandose un
purote. El caidizo del sombrero le tapa toda la carita, menos la
jetía puntuda y con sus tres pelos como el nance. La camisona
le varrastrando por el suelo, toda rompida y los
caites liacen : plash, plash…Yo lice enviteporque
estaba bolo, y cuando quise echarle pesca, se iscabuyó el
hijuepuerca entre las milpas, dejando un tufito, ansina como el
del zorriyo.9
El escritor Manlio Argueta, publicó en 2006 una adaptación de la
leyenda 'El Cipitío', en el que suaviza su perfil de duende y
lo adapta a un niño. Ilustrado por Vicky Ramos, 'El
Cipitío' de Manlio Argueta narra lo esencial de la leyenda a un
nivel infantil.
El Cipitío es un duende nahuatl que nunca dejara de ser
niño. Su madre, la Siguanaba, lo abandonó en el recodo de un
río cuando el dios Tlaloc la condenó por trasnochadora y viciosa
a vagar para siempre por los montes. Era esposa de Cipitl, gran tirador de
flechas