Ciencia y tecnología en Argentina
La ciencia y
la tecnología en Argentina constituye un conjunto de
políticas, planes y programas llevados a cabo por el Estado, las
universidades e institutos nacionales, las empresas, y otros organismos y
asociaciones nacionales e internacionales orientadas hacia la
investigación, el desarrollo y la innovación en Argentina, así
como las infraestructuras e instalaciones científicas y
tecnológicas. Lugar de formación de los primeros premios Nobel en
ciencias del mundo
hispano, entre ellos el primer Nobel en medicina latinoamericano Bernardo,
así como otras eminencias
científicas mundiales tales como Florentino
Ameghino, Luis Federico Leloir, César Milstein e
innumerables científicos de reconocido prestigio internacional.
Sin embargo, a pesar de la alta capacidad de los
recursos humanos argentinos, uno de los principales problemas que la ciencia y
la tecnología han afrontado en el país ha sido la
históricamente baja inversión en ellas con respecto al nivel
internacional. Según datos del 2005, la ciencia y la
tecnología verificaban una fuerte dependencia del financiamiento
público que aportaba el 65% de la inversión distribuido en un 43%
en el sector del gobierno y un 22% en las universidades públicas. Con
relación al PBI, el sector público aportaba el 0 % mientras el privado aportaba el 0,16%(2002), aunque la
participación del
sector privado en las actividades científicas y tecnológicas se
ha incrementando desde el año 2002.
Otro problema ha sido la fuga de cerebros debido a
que los profesionales formados en el país encontraron mejores
oportunidades de trabajo al extranjero. Sin embargo
esta tendencia se modificóen los últimos años. En
1997 -con la creación de la Agencia Nacional de Promoción
Científica y Tecnológica- se inició con un
ciclo virtuoso en la ciencia y tecnología argentina. Este impulso se vio
reforzado, a partir del año 2003, por la ejecución de una
política de estado que ha aumentado el número de recursos
destinados a la actuación de proyectos científicos, la
incorporación de nuevos investigadores, la repatriación de
cienciados argentinos radicados en el extranjero, la creación de nuevos
centros de investigación y el perfeccionamiento del salario de los
investigadores. A pesar de estos importantes avances un
aspecto aún deficitario es la articulación del sistema científico con el sistema
productivo. Hasta 2007, el area administrativa dedicada a la
ciencia y la tecnología estuvo incluida dentro del Ministerio
de Educación, con jerarquía de una secretaría ministerial.
La situación varió diametralmente al crearse el Ministerio de
Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, a través del
programa Raíces, a partir del cual se logró repatriar cerca
de un millar de científicos Argentinos, a una razón de 3
científicos por día logrando revertir completamente la tan
temida fuga.
Actualmente, la Argentina ha construido
satélites, esta desarrollando su propio modelo de central nuclear
compacta de cuarta generación4 y provee de pequeños
reactores nucleares de investigación a diversos países. Entre algunos de los avances en materia de desarrollo
armamentístico se cuenta el misil AS-25K, uno de los últimos
desarrollos de CITEFA (Instituto de Investigaciones
Científicas y Técnicas de las FF. AA.).
En temas como
la informatica,
la nanotecnología yla biotecnología se
desarrollan programas de promoción.
Organismos públicos de
investigación
El ambito principal donde se desarrolla la investigación
científica en la Argentina puede darse tanto en las Universidades
Nacionales como así también en el Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y
la Agencia de Promoción Científica y
Tecnológica (AGENCIA). La primera, corresponden a las actividades
de investigación efectuadas dentro del ambito del sistema nacional de Universidades
Nacionales e institutos autónomos distribuidas a lo largo y a lo
ancho de ese país. La segunda, se trata de una institución
estatal, dependiente del gobierno nacional, en el ambito del Ministerio
de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, el cual cuenta
con una carrera de investigador y becarios, organizado en Institutos, que gozan
de autonomía tematica y científica. De manera
descentralizada pero independiente del Ministerio de Ciencia
también se destaca lo producido por el INTI y el INTA.
Al igual que el CONICET, existen otros centros de investigación
dependientes del Estado donde se realiza investigación
científica tales como
el CNEA avocada a la tecnología nuclear y espacial, y
la CITEDEF que se especializa en investigaciones de tecnología
para la defensa.
Por otro lado esta la Agencia de Promoción Científica y
Tecnológica (AGENCIA), organismo también dependiente del Ministerio de Ciencia y Tecnología encargado de
la promoción de actividades relacionadas a la ciencia, la
tecnología y la investigación e innovación productiva.
FONTAR y FONCyT
FONTAR: Fondo Tecnológico Argentino, administra recursos de
distinto origen, tanto públicos como privados.Financia proyectos de innovación por
medio de distintos instrumentos que se implementan por medio del proceso de Convocatorias Públicas
o Ventanillas Permanente.
FONCyT: Fondo para la Investigación científica y
tecnológica: Apoya proyectos y actividades cuya finalidad sea la
generación de nuevos conocimientos científicos y
tecnológicos desarrollados por investigadores pertenecientes a instituciones públicas y privadas sin fines de
lucro en el país.
Ambos fondos dependen de la Agencia Nacional de Promoción
Científica y Tecnológica, organismo que depende
del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, dedicado
a la promoción de actividades relacionadas a la ciencia, la
tecnología y la innovación productiva.
INTI e INTA
Otras dos importantes instituciones que vinculan la investigación
científica con la producción corresponden al INTI ente
descentralizado que desarrolla tecnología industrial y
el INTA que hace lo propio con la tecnología agraria.
Universidades e institutos superiores
El mayor volumen de investigación científica que se realiza en Argentina proviene de lo producido en sus
universidades e institutos de formación superior el cual constituyen
instituciones tanto públicas como privadas.
Son aquellas que nacieron de los principios fundados por
la Revolución Universitaria del 18, que poseen una partida
presupuestaria del
estado pero al mismo tiempo gozan de autonomía y formación
democratica en sus gobiernos, curricula y política de
extensión. Por universidades públicas
nacionales y autónomas de Argentina.
Instalaciones Científicas y Tecnológicas
Se entiende por Instalaciones Científicas y
Tecnológicas aquellos equipamientoscientíficos que requieren
una gran inversión para su construcción y su mantenimiento y que
suelen encontrarse integrados en estructuras bien diferenciadas. Se
consideran dos tipos de Instalaciones: las que se encuentran en la Argentina, y las que se localizan fuera del territorio nacional pero que
cuentan con participación argentina.
En noviembre de 1995, la Unesco eligió
a la Argentina como la sede sur para
instalar el Observatorio Pierre
Auger en Malargüe, provincia de Mendoza, el cual
comenzó a funcionar en 2005. Se trata de un
emprendimiento conjunto de mas de 20 países en el que colaboran
unos 250 científicos de mas de 30 instituciones, con la finalidad
de detectar subatómicas que provienen del espacio exterior denominados rayos
cósmicos.
Parques Científicos y Tecnológicos
Tecnópolis : Un parque tematico
sobre ciencia y tecnología.
Ciencia en Argentina
de hoy
Los gobiernos mediocres y las crisis económicas que generaron, fueron
los principales conspiradores para el estancamiento de la ciencia en nuestro
país. No obstante haber tenido una
tradición en el diseño de políticas científicas
impulsadas por el premio Nobel de Medicina, Bernardo Houssay (1947), siempre
hubo desaciertos que nos hicieron caer en verdaderos abismos. Houssay fue quien
en 1958 promovió la creación del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas
y Técnicas (Conicet). Se instituyó en un
ente autarquico nacional, donde la ciencia argentina en todas sus ramas fue
promovida y ejecutada desde sus distintas areas de conocimiento. Pero en
sus poco mas de 50 años de existencia fue víctima de
distintos avatares políticos: desde persecuciones en dictaduras hasta
desafortunadaspolíticas en época de democracia.
Medio siglo cargado de sugestivos tiempos emblematicos y personajes
admirables como el bonaerense premio Nobel César Milstein (1984), quien
se exilió a Inglaterra tras el golpe de 1962 y nunca mas
regresó. Pues a él le siguieron
alrededor de cuatro mil científicos argentinos entre 1966-2002. En medio
de esa realidad no podemos dejar de olvidar cuando el innombrable ministro de
Economía de Menem y De la Rúa, mandó a lavar los platos a los científicos argentinos, luego que la
socióloga Susana Torrado denunciara la política de ajuste de la
nefasta administración. Y cómo olvidar la silenciada muerte de
Favaloro, relacionada con la política de corrupción del
último gobierno radical, durante el principal periodo de fuga de
cerebros argentinos.
Ese pasado negativo fue superado ampliamente desde
2003, cuando un nuevo gobierno comprendió que no hay progreso en un
país, sin el desarrollo científico enmarcado en un proyecto
nacional integral. La ciencia argentina comenzó
a tomar un vuelco sustancial. Una de las mas prestigiosas revistas
científicas del mundo, la britanica “Nature”
expresaba en 2006 que Argentina es uno de los 19 países que lideran
proyectos científicos y aumentaron considerablemente sus presupuestos,
siendo líder indiscutible en la región. Se escribía esto
con la evidencia de marcados cambios producidos en un
país que se dio el lujo de tener capacidad para construir sus propios
satélites, un modelo de central nuclear de cuarta generación,
exportar pequeños reactores nucleares, por sólo mencionar algunas
de los grandes cambios.
Pero Argentina
fue mas lejos, al crearse el Ministerio de Ciencia, Tecnología
eInnovación Productiva cuando asumió la presidenta Cristina
Fernandez en 2007. Desde entonces, se expatriaron mas de
800 científicos argentinos, se incorporan anualmente 500 investigadores
y 1.500 becarios, se llevan a cabo medidas como el Plan Federal de
Infraestructura, que cuenta con
$ 450 millones destinados a instituciones científico-tecnológicas
del país. Se logró una alta capacidad en
la biomedicina, la nanotecnología, la energía nuclear. En 2008 se
inauguró el observatorio Pierre Auger en Mendoza, en un emprendimiento
de mas de 20 países donde colaboraron 250 científicos con
la finalidad de detectar partículas subatómicas de alta
energía. Los presupuestos dedicados a la ciencia
venían cayendo hasta 2002 en relación al PBI. Pero se revirtió desde 2003, donde de 180 millones en 2002
pasó a 1.000 millones en 2009. Diciendo esto en términos
reales, el presupuesto para ciencia creció un 800% y llegó al 6%
del PBI casi alcanzando al de educación del 6,5% (los mas altos
de la historia argentina e incluso de la región y de algunos
países centrales que destinan a educación el 4,2% en Alemania o
el 4,8% en Estados Unidos).
La misma revista britanica que mencionamos antes, en otro
artículo especial dedicado a la ciencia argentina, elogió en 2008 las
políticas del
gobierno en materia científica. Destaquemos finalmente que
también se promociona la ciencia porque existe en ella
un compromiso social y se constituye en un motor para la formación de
una ciudadanía con libertad y pensamiento crítico. El sistema
científico argentino esta respondiendo a los cambios gracias a
políticas de Estado favorecidas con las altas
rentas que permiten la inclusión social.