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Etnoecología y memoria biocultural
Etnoecología y Memoria Biocultural
Camila
Fermín
Giuliana
Según Toledo y Barrera Bssols, la etnoecología estudia la
relación de las costumbres, la religión y la cultura de una
sociedad y cómo influyen en su medio ambiente.
Memoria biocultural.
Las especies se adaptan a través del instinto que esta
grabado en sus genes. Esto explica su comportamiento y su
forma de supervivencia. En el caso de la especie humana, nuestra memoria
es cultural, ya no nos guiamos por el instinto como los animales. (Toledo y B-B )
Con el tiempo, la ciencia y la tecnología se hicieron cada vez
mas importantes y fundamentales en la vida del hombre. Al
llegar la “modernidad”, de la mano de las grandes revoluciones de
la industria, la ciencia, la tecnología y el capitalismo, poco a poco se
fue perdiendo la memoria cultural, ya que se buscó la homogeneidad
cultural principalmente a través de la ciencia. De esta manera se
perdieron mas de la mitad de las lenguas, y con
ellas conocimientos de lugares y cosas, ya sea materiales o abstractas.
Los Masai viven en una reserva conservadora que se creó con el
propósitode proteger a la flora y la fauna autóctona sin tocarla
ni alterarla, dejandola como un reservorio de naturaleza para el futuro.
De esta manera los corren de su lugar, ya que supuestamente
alteran la reserva. Pero ellos conocen mas el lugar en el que
siempre han vivido y al que le tienen muchísimo
respeto y agradecimiento que un ecólogo con años de estudio.
Hoy en día, cegados por la globalización y el comercio, pensamos
en cosas innovadoras sin pensar en el futuro de nuestros hijos y nietos,
pensando en el presente y en reparar el daño como si la tierra
fuera una maquina. Sin embargo, otras culturas
aborígenes siguen los pasos de sus ancestros para que generación
en generación el lugar en el que viven siga igual o mejor para sus
descendientes.
A veces no pensamos en lo que hicieron nuestros antepasados
para sobrevivir. Nos centramos en un mundo
moderno y superficial, innovando y destruyendo lo mas importante, la
tierra, contaminando las aguas y el aire, construyendo en donde debería
prevalecer la naturaleza. No debemos destruir, conservar es el futuro.
Bibliografía: La memoria biocultural Coloquio con Víctor M.
Toledo y Narciso Barrera Bassols. 16-4-09
Filmografía: Sheppard, John “El valle de los antepasados. Los Masai” National Geographic, 1998.
Sabemos
un poco de cómo las células hacen las cosas
que hacen (cómo se libran de la grasa o fabrican insulina o realizan muchos de
los otros actos que son necesarios para mantener una entidad complejacomo tú),
pero sólo un poco. Tienes
como
mínimo 200.000 tipos diferentes de proteínas trabajando laboriosamente dentro
de ti y, hasta ahora, sólo entendemos aproximadamente un 2% de lo que hacen (Otros sitúan la cifra más bien en el 50%; parece ser que
depende de lo que se quiera decir con «entender».)
Aparecen constantemente sorpresas al hablar de células.
En la naturaleza, el óxido nítrico es una toxina temible y
uno de los componentes más comunes de la contaminación atmosférica. Así
que los científicos se sorprendieron
un poco cuando
descubrieron a mediados de la década de los años ochenta que lo producían con
curioso fervor las células humanas. Su finalidad, era en principio,
un misterio, pero luego los científicos empezaron a
encontrarlo por todas partes: controla el flujo sanguíneo y los niveles de
energía de las células, ataca cánceres y otros patógenos, regulan el sentido
del olfato, ayudan
incluso al pene en sus erecciones… También explicaba por qué la nitroglicerina,
el famoso explosivo, alivia el dolor
del corazón llamado angina. (Se
convierte en óxido nítrico en el
torrente sanguíneo, relaja las
paredes musculares de los vasos y permite que la sangre fluya con más
libertad.) En el espacio de apenas una década, esta sustancia gaseosa pasó de
ser una toxina externa a convertirse en
un ubicuo
elixir.
Tú posees, según el bioquímico belga Christian de Duve, «unos
cuantos centenares» de tipos diferentes de células. Éstas varían
enormemente en tamaño y forma, desde lascélulas nerviosas, cuyos filamentos
pueden extenderse más de un metro, a las células rojas de la sangre, pequeñas
yen forma de disco, y a las fotocélulas en forma de varillas que ayudan a
proporcionarnos la visión. Adoptan también una
gama de
tamaños de suntuosa amplitud, lo que es especialmente impresionante en el momento
de la concepción, en que un solo y esforzado espermatozoo se enfrenta a un
huevo 85 .000 veces mayor que él (lo que relativiza bastante la idea de la
conquista masculina).
Sin embargo, una célula humana tiene
como
media una anchura de 29 micras (es decir, unas dos centésimas de milímetro) lo
que es demasiado pequeño para que pueda verse, pero lo bastante espacioso para
albergar miles de complicadas estructuras
como
las mitocondrias y millones y millones de moléculas.
Las
células también varían, en el sentido más literal, en cuanto a su vivacidad.
Las de la piel están todas muertas. Es
una idea algo mortificante pensar que todos los centímetros de tu superficie
están muertos. Si eres
un adulto de talla
media, andas arrastrando por ahí más de dos kilos de piel muerta, de los que se
desprenden cada día varios miles de millones de pequeños fragmentos. Recorre
con
un dedo una estantería cubierta de polvo y estarás
dibujando una línea formada principalmente por piel vieja.
La mayoría de lis células vivas raras veces duran más de
un
mes o así, pero hay algunas notables excepciones. Las células
del hígado pueden
sobrevivir años, aunque los componentes que hay en ellas se puedanrenovar cada
pocos días.
Las células cerebrales duran todo lo que dures
tú. Estás provisto de unos 100.000 millones de
ellas
al nacer y eso es todo
lo que tendrás.
Se ha calculado que se pierden 500 cada hora,
así que, si tienes que pensar en algo serio no tienes realmente tiempo que
perder. La buena noticia es que los componentes individuales de tus
células cerebrales se renuevan constantemente,
como sucede con las
células hepáticas, por lo que ninguna parte de ellas es en realidad probable
que tenga más de un mes de vida. De hecho, se ha dicho que no hay
ni un solo pedaci
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