Sin embargo, la cuestión nacional por la vía de
la separación se encontraba con la lucha contradictoria entre las
fuerzas sociales y políticas de la parte oriental. Por un lado,
el relevo del pacto colonial concretizado en el alto comercio y la
burguesía comercial extranjera, los hateros y las capas pequeño
burguesas anexionistas; por otro, la pequeña burguesía urbana
progresista, las capas urbanas empobrecidas y el campesinado parcelario eje de
la economía mercantil simple.
De entrada, el cuadro clasista y político era complejo
y de difícil estructuración, aunque los proyectos de clase
(anexionistmo y nacionalismo), estaban claramente perfilados en las luchas de
clase.
Para el bloque anexionista no había tareas democratico-burguesas
que completar o cumplir, heredadas de la dinamica colonial y de la
fusión con Haití, sino mas bien, una redefinición
moderna del pacto colonial, como lo demuestra, por ejemplo, el Plan Levasseur,
lo cual expresa la dinamica expansionista del alto comercio y la
burguesía comercial extranjera. Se trataba, en lo fundamental, de
insertarnos en la expansión del
capital comercial extranjero y en la nueva división internacional del trabajo en lenta
gestación.
Sin embargo, y como lo demuestra el período 1844-1861, la
estructuración de la dominación hegemónica de este bloque
no era ni fue de facil resolución, razón por la que, la
claseeconómicamente dominante (alto comercio criollo y extranjero) que
controlaba el flujo de exedentes y mercancías, sobre todo el procedente
de los cortes de madera y otros renglones de agroexportación, por su
condición ultraminoritaria en la formación social, necesitó
de una alianza en la cual los hateros y pequeños burgueses anexionistas
se transformaran en clases políticas que administraran el proyecto de
Estado reaccionario que ellos necesitaban.
Por otro lado, la pequeña burguesía urbana progresista,
inicialmente encabezada por la radicalidad del Duartismo, no tenía las
posibilidades materiales de retar territorialmente al bloque dominante, no
sólo por sus limitaciones propias, sino porque el campesinado
parcelario, base de la economía mercantil simple, expresaba una forma de
dispersión territorial, por un lado y, ademas, estaba atado a las
condiciones específicas de sus relaciones de producción que lo
subordinaban a sus medios y a la regularidad de sus cosechas para el
“mercado”.
Por ello, el Estado Hatero expresa una sociedad política fuerte,
fundamentalmente basada en la militarización de fuerzas sociales
populares (milicias aldeanas) y núcleos regulares de control
territorial, así como una centralización creciente en los jefes
de caudillos que institucionalizaron la política de las armas como ley
de solución de las contradicciones de clase, tal es el caso del
Artículo 210 de la Constitución de SanCristóbal o la
Creación de Comisiones Militares como jurisdicciones políticas
judiciales.
Ello explica, por otro lado, el intento del Golpe de Estado Revolucionario o
Insurrección del 9 de Junio de 1844 auspiciado por la pequeña
burguesía de origen trinitario y duartista, como vía de
excepción para cumplir tareas democratico-burguesas en el orden
de la composición del poder, la soberanía estatal contra el
anexionismo y la liquidación del despotismo y el militarismo
reaccionario.
A pesar del obvio predominio del anexionismo en el período indicado, las
luchas dentro de la alianza hegemónica se expresaron en las formas de la
administración de la dictadura del Estado Hatero, entre las variantes
Santanista y Baecista, en la medida en que la primera descansaba no sólo
sobre intereses de diversa dinamica material, sino en el uso de los
recursos de coerción de la sociedad política, fundamentalmente
las fuerzas productivas y, por tanto, de exportación de excedentes,
aún fuera esto en un esquema mercantil simple, recurrió,
ademas de la coerción, a amplias alianzas hegemónicas que
abarcaron desde la pequeña burguesía urbana hasta el campesinado
parcelario.
El nacionalismo estuvo, pues, atenazado, no solo por su debilidad
organica, sino entre dos puntas afiladas de los proyectos de dictadura
anexionista, uno de los cuales atacaba sus propias posibiliddes
hegemónicas en lo político y económico: el baecismo.