A
lo largo de los 80 ha tenido fortuna el mecanismo
abierto a finales de los 70 por P. Eisenman y J. Hejduk. El principal
propagador en Europa de esta nueva abstracción basada en un
hedonista juego formal ha sido O. M. Ungers. Él plantea una síntesis del
repertorio tipológico de Rossi (interpretando comojuego formal) y de la nueva
disciplina de la autonomía y omnipresencia de la geometría defendida por
Eisenman.
De todos los planteamientos vigentes en la arquitectura
contemporánea, ésta tendencia, señalada por P. Eisenman, es la que se sitúa en
la posición más innovadora. Rechaza la recurrencia a la historia, y la
voluntad comunicativa de la arquitectura, se opone a la idea del genius loci (al hecho de que el carácter del lugar sea la principal fuente de inspiración del proyecto). Es la posición que más se distancia de las establecidas. Su
relación con el lugar se sitúa en las antípodas de actitudes antes señaladas:
la convivencia de las convenciones, la memoria del lugar, el universo del eclecticismo.
Surge como
reacción a las estáticas tipologías de los 60 (Aldo Rossi). Es
una tendencia que es abstracta, pero que a la vez se basa en la gratuidad y
experimentación de juegos formales. Paradójicamente es
abstracta y figurativa a la vez.
Es la que más tiende a hablar de los tiempos recientes, del desorden del
mundo contemporáneo, de la debilidad de toda la acción del hombre, de la inseguridad de nuestros
conocimientos, y de la pérdida de nuestra relación con el lugar y la historia.
Hereda las consecuencias del pensamiento
postestructuralista.
A partir de la conciencia de la condición efímera del hombre moderno, no se
propone colocar en primer plano al usuario, sino que los espacios mostrarán su
pertenencia a otro mundo más perfecto, el de la geometría. Se ha renunciado a
una arquitectura comunicativa, los códigos se han de
inventar de nuevo. Es una arquitectura antihumanista, basada
en elextrañamiento de cada obra respecto al lugar y a los códigos establecidos.
Una arquitectura de transición que intenta plantear una nueva idea de espacio
(dinámico y no ortogonal), y unos nuevos modos de representación, mediante
dibujos superpuestos, maquetas, perspectivas, simulaciones por ordenador Se trata de una arquitectura que ha
olvidado lo social, la relación con el lugar, el contexto, la tradición es una
ficción y una nostalgia.
Esta posición ha logrado un gran protagonismo en la
segunda mitad de los 80: Bernard Tschumi, Zaha Hadid, Rem Koolhaas, Elia
Zenghelis, han estado influidos por Eisenman. Daniel Libeskind, creador de un propio sistema formal, ha estado influido por J. Hejduk. También, P. Cook (ex Archigram) ha sido otro de los promotores de
esta corriente.
Dos escuelas de arquitectura experimentales
- Architectural Association de Londres
- Cooper Union de Nueva York.
De todas maneras se han producido importantes cambios
entre los maestros y sus discípulos. Si los primeros partían de Le Corbusier y
los futuristas italianos, los segundos se han desplazado hacia una
reinterpretación de las vanguardias soviéticas (constructivistas, suprematistas ).
Si los primeros creían en un universo moderno, puro y
ordenado, los segundos aceptan el hedonismo posmoderno y el caos metropolitano como premisa de trabajo.
Si los primeros toman como
referencia el purismo del
arte conceptual, los segundos prefieren a cualquier neovanguardia actual
incluido el pop – art.
Aquello que les sigue uniendo es la voluntad de desarrollar
una actitud vanguardista. Ello conlleva casi siempre
unaarquitectura de fragmentos, maclaje de volúmenes, construcciones dinámicas.
PETER EISENMAN Y EL FIN DEL CLASICISMO.
La obra global de Peter Eisenman es lo suficientemente dilatada como
para poder advertir que se ha desarrollado en sucesivos movimientos cada uno
con un tiempo propio.
Toda ella es hija intelectual del estructuralismo y sus posteriores
desviaciones “post”.
El primer movimiento es el de la primacía de la forma.
No de la “síntesis de la forma”, sino de variaciones en torno a un tema formal.
Un segundo movimiento es el que ejemplifica bien el
conjunto de proyectos presentados en la exposición “Ciudades de excavación
ficticia”. Es el tiempo de la hermenéutica bajo la atracción intelectual del deconstructivismo del Grupo de Yale y de
la lectura y diálogo con la obra derridiana. Es un
tiempo heideggeriano, de reconstrucción de lo esencial a través de lo
existencial. Es ciertamente, un momento de atención al lugar, a la arqueología,
y a la deconstrucción pero éstas son posiciones intelectuales que están
demasiado lejos del convencionalismo contextualista como para poder llegar a
confundirlo con la meditación esencial que recorre permanentemente el trabajo
de Peter Eisenman.
Es en este segundo movimiento cuando la obra de
Eisenman, que cobra acentos más humanos, parece alejarse curiosamente, de las
posiciones de sus grandes y admirados amigos y maestros, especialmente Rowe y
Johnson.
La obra reciente de Eisenman atisba un tercer movimiento desde finales de los
80, no exento de virtuosismo y con una mayor capacidad para concentrarse en
cada ocasión en un tema preciso para elaborarlo de modoordenado y sistemático,
pero al mismo tiempo más desinhibido y convencional.
Si primero fue la “forma y luego la “memoria”, la obra más reciente de Eisenman
parece girar en torno a la noción de “acontecimiento”.
Una mayor heterogeneidad rompe el monolitismo de los temas
puramente formalistas. Una cierta ligereza incorpora la temporalidad de un modo interno, intrínseco. La obra de Eisenman en sus
últimos proyectos, en Any, en sus textos, escasos, de
los años más próximos, es, por una parte, muy receptiva, heteróclita,
calidoscópica.
Por otra, es muy selectiva en sus propuestas, restringida y
cauta en la experimentación, que en cada caso es posible. Es éste un tiempo menos formalista pero también menos historicista.
Es la primacía del instante, de la acción puntual
A la importancia de los escritos de R. Venturi y A. Rossi en los 70,
corresponden los artículos de P. Eisenman en los 80, en especial “El fin de lo
clásico” (1984).
Los planteamientos iniciales de Eisenman le conducirán a
defender una arquitectura de la ausencia. Una
arquitectura que, libre de nostalgia, acepte la ausencia de sujeto, de lugar y
de significado. Como primordial
referencia en su obra está la gran ciudad, pero a diferencia del Movimiento
Moderno que pretendía establecer un orden racional sobre ésta, para sus
seguidores lo atractivo de la ciudad es su caos, su mestizaje, densidad y
congestión, su carácter contradictorio.
En 1976 publica “El postfuncionalismo”, según él, el racionalismo en
arquitectura más que una alternativa, es una variación del positivismo, una fase tardía del funcionalismo. Para
una nueva posición nohumanística, donde el hombre deja de ser el centro del
mundo, el signo de la modernidad no puede ser el funcionalismo, sino una
tendencia a la abstracción.
La evolución de sus escritos (que han partido siempre
de una crítica al realismo y al funcionalismo, y de una búsqueda de formas
abstractas y conceptos que faciliten una ruptura hacia una nueva época) culmina
en el “Fin de lo clásico”. En este artículo insiste en
el fin de tres ficciones convencionales: la de la Representación, la Razón y la
Historia. Desde el Renacimiento se han desarrollado
estas tres ficciones, y el Movimiento Moderno, tampoco consiguió escapar.
Ficción de la Representación: simulación de significado.
Ficción de la Razón: simulación de la verdad.
Ficción de la Historia: simulación de la eternidad.
Desde el siglo XV hasta nuestros días, la arquitectura ha
estado bajo la influencia de tres ficciones. A pesar de la aparente
sucesión de estilos arquitectónicos, cada uno con su propia etiqueta estas tres
ficciones han persistido en una u otra forma.
Fue a finales del
siglo XX, cuando lo clásico se entendió como
un sistema abstracto de relaciones. Fue debido a que, la arquitectura de
principios del siglo
XX pasó a ser considerada como
parte de la historia.
La ficción de la representación: la simulación del significado.
El significado del
lenguaje tenía un “valor aparente”, que se transmitía dentro de la
representación. Por otra parte, los edificios renacentistas y todos los
edificios posteriores que pretendían ser “arquitectura”, tenían un valor porque
representaban una arquitectura a la que ya se le había asignado un
valorpreviamente, porque eran simulacros de edificios antiguos. El mensaje del pasado se utilizaba para
verificar el significado del
presente.
Hacia finales del
siglo XVIII, una idea de relatividad histórica vino a suceder al valor aparente
del lenguaje de la arquitectura como representación. Ya
no fue tenido como
verdad que el pensamiento residía en la representación sino que existía fuera
de ella, en los procesos de la historia. Este desplazamiento,
se produjo porque el lenguaje había dejado de estar en consonancia con la
representación.
La arquitectura moderna reivindica el rectificar y el liberarse de la ficción
de la representación renacentista, anunciado que, la arquitectura existía
solamente para dar forma a su función.
Pero esta reducción a pura funcionalidad no era tan sólo una abstracción, era
también un intento por representar la realidad misma.
La intención que los modernos tenían de representar el “realismo” de lo no –
ornamentado hace que el objeto funcional fuese una ficción equivalente a la del
simulacro clásico de la representación renacentista. El funcionalismo resultó
ser una conclusión estilística más, basada esta vez en un
positivismo técnico y científico, una simulación de la eficiencia.
Desde este punto de vista, la arquitectura moderna no
logró encarnar un nuevo valor en sí misma. Cuando los modernos intentaban
reducir la forma arquitectónica a su esencia, creían que estaban reemplazando
el campo de la figuración referencial por el de la “objetividad” no –
referencial. Pero en realidad, sus formas “objetivas” nunca
se alejaron de la tradición clásica. Eran, simplemente, formas clásicas
desnudas.La ficción de la razón: la simulación de la verdad.
La razón era una simulación del
significado de la verdad a través del
mensaje de la ciencia. Esta ficción se manifiesta con fuerza en la arquitectura
del siglo XX, así como en la de los cuatro
siglos precedentes. Su apogeo fue la Ilustración. La
búsqueda del origen de la arquitectura es la
manifestación primera del
ansia por encontrar una fuente racional para el diseño.
La arquitectura de la Ilustración, reaccionando contra los objetivos de la composición
renacentista, aspiraba a ser un proceso racional de diseño, cuyos fines fueran
producto de la razón pura y secular y no del orden divino. Sin embargo, la
visión renacentista de la armonía (fe en lo divino)
llevó, al esquema del
orden que iba a reemplazarla (fe en lo racional), que era la determinación
lógica de una forma a partir de tipos a priori (funcionales).
En este punto de la evolución de la conciencia algo
aconteció: la razón se volvió hacia sí misma y así empezó, por tanto, el
proceso de su propia destrucción. Cuestionándose su propia
situación y modo de conocimiento, la razón demostró ser una ficción.
Así, en términos generales, nada había cambiado desde que se formuló la idea de
origen que tenían en el Renacimiento.
Tan pronto como
la razón empezó a cuestionarse su propia condición, perdió su poder para ser
portadora de verdad.
Cuando el análisis y la razón reemplazaron a la representación como medios para
revelar la verdad, la cualidad clásica o atemporal de la representación
finalizó y comenzaron las ficciones de lo clásico.
La ficción de la historia: la simulación de lo atemporal.A mediados del siglo XV, apareció la idea
de un origen temporal y con ella la idea del
pasado. El intento de lo clásico por rescatar lo atemporal se convirtió,
paradójicamente, en un concepto de historia, definido
en el tiempo, como
fuente de la atemporalidad. Además, la conciencia del movimiento progresivo del tiempo vino a “explicar” el proceso de
cambio histórico. Ya en el siglo XIX, este proceso fue
considerado “dialéctico”. Con la idea de tiempo dialéctico apareció la idea de
lo que conocemos por “zeitgeist”, enraizándose causa y efecto en un presente que aspira, a la atemporalidad.
El “espíritu de la época” mantenía la existencia de una relación a priori entre
la historia y todas sus manifestaciones en un momento
dado.
El Movimiento Moderno, el zeitgeist era considerado contingente del
presente y no absoluto ni eterno.
Irónicamente, la arquitectura moderna, que, en vez de
suprimir la historia, invocaba al zeitgeist, sólo continuó siendo la comadrona
de la forma históricamente significante. En este
sentido, la arquitectura moderna se revela a sí misma no como
una ruptura con la historia, sino como un nuevo
episodio en la siempre cambiante evolución del zeitgeist.
En esta discusión acerca del
zeitgeist, siempre estará presente esta no reconocida ficción, una simulación
de lo atemporal a través de una réplica del
pasado; tan sólo nos queda el pasado para verificar el presente.
El resultado de considerar clasicismo y modernismo como parte de una
sola continuidad histórica, “lo clásico” supone entender que ya no hay valores
evidentes en sí mismos en la representación, la razón, o la historia,
queconfieran legitimidad al objeto. Esta pérdida de valores evidentes en sí
mismos permite a lo atemporal desligarse de los
significativo y de lo verdadero. Permite entender que no hay
verdad. En el momento en que surge la posibilidad de
que lo atemporal se libere de lo universal para producir una atemporalidad que
no sea universal.
Tras la caída de estas tres ficciones, no hay modelo
alternativo. Sólo la búsqueda de un discurso
independiente para la arquitectura, la expresión de una estructura de
ausencias. Los mecanismos han de ser los de la
simulación, la máscara y la arbitrariedad.
Eisenman sigue los mecanismos del
arte conceptual, basados en la negación de la obra como producto final y acabado.
El derrumbamiento de todos estos mitos va aparejado
con el cinismo, el nihilismo y la omnipresencia de la muerte y el fin.
Defiende la contraposición a la concepción contemplativa de
la obra y a la noción de mimesis. Está contra una
posmodernidad de lo trivial o de la nostalgia y defiende una posmodernidad
crítica.
El antihumanismo y el antihistoricismo de Eisenman, comporta dos negaciones
transcendentales: la tradición y la topografía. A diferencia del soporte histórico de Rossi y Venturi, que
interpretaban la historia como un caudal de
conocimientos, para Eisenman es interpretada de forma negativa, como lastre, sólo
utilizable de manera selectiva y arbitraria. Piensa en unas
formas que miran estrictamente al futuro (antimemoria).
Negación de la topografía (del
topos), del lugar, del contexto (atopía). El lugar es tomado como
pista de pruebas abstractas. Se ha dado la vuelta a la aspiración delrealismo y
al respeto por las preexistencias ambientales que defendieron (E. N. Rogers,
los Smithson, Bohigas ).
Otros arquitectos como
Viaplana, Piñón, Miralles o Pinós, son más sensibles a una cierta
interpretación del
lugar.
A lo largo de los 80, Eisenman plantea tanto proyectos radicalmente
experimentales, como
realizaciones pragmáticas, en las que debe reducir sus alardes antifuncionales
y estructuralistas. Se debería pensar en una arquitectura
capaz de cambiar, de absorber innovaciones.
Biocentro de la Universidad de Frankfurt (1987).
Forma dislocada (interpretación de los procesos del
ADN). En la mayoría de proyectos se introducen estos
elementos de distorsión de forma forzada. Amaneramientos
geométricos que complican absurdamente la arquitectura.
Centro Wexner de Artes Visuales (Ohio State University).
Colisión de dos tramas ortogonales, inclusión de espacios singulares, planos
inclinados
Peter Eisenman siempre ha proclamado la devoción que en su juventud sentía por
Colin Rowe. De su mano y un mil veces mencionado viaje
a Como aprendió
a valorar la obra de Terragni, a entender que en ella se encontraban las claves
de lo que podría ser una auténtica arquitectura moderna.
Era G. Terragni y no Le Corbusier, quien para Rowe, había incorporado a la
arquitectura los descubrimientos figurativos del
Cubismo, el movimiento más característico de la primera mitad del siglo XX. Allí donde ante había
repetición, masa y opacidad, encontrábamos ahora, en las obras del arquitecto de Como, diversidad,
ingravidez, transparencia. Y todo ello, reduciendo el campo
de la intervención a lamanipulación de una geometría en la que las formas
prismáticas prevalecen.
Su obra constituía la prueba de que tenía sentido pensar en
una arquitectura liberada de toda carga expresiva. La arquitectura de
Terragni se entendía, por tanto, como paradigma de lo que es la
arquitectura pura.
La obra de Peter Eisenman da testimonio de la lección aprendida de Terragni.
Peter Eisenman desarrolla a lo largo de los edificios y, los proyectos que van
de 1970 a 1980 toda una teoría de traslaciones, simetrías y antimetrías, giros,
cortes, proyecciones, inversiones, etc.
Pero en claro contraste con Terragni, Eisenman, consciente del hermetismo a
que su método le ha llevado pronto se interesó por registrar el proceso. El procedimiento, el camino seguido para alcanzar la forma, cuenta
más que la forma misma.
La trama oculta del
desarrollo formal se nos ofrece como
auténtica, única, sustancia arquitectónica. Es ahí donde
radica la esencia de la arquitectura. Cualquier
intento de incluir significado en la arquitectura traiciona aquello que
Eisenman considera su esencia.
A comienzos de los años 80, consciente de la vía muerta a que le había llevado
su camino, decide cambiar su estrategia: el aparato productivo experimentado
años atrás pasa a un segundo plano, poniéndose el acento en la búsqueda de
un argumento ideológico y trascendente.
El deseo de llegar a la arquitectura pura, ajena a todo aquello que pudiera
contaminarla, da paso a una arquitectura que, reconoce una obligación con
cuestiones ajenas a ella. De ahora
en adelante el acicate exterior y no la exploración de la estructura profunda
de la disciplina, seconvertirá en justificación y soporte de su arquitectura.
En proyectos más recientes la alusión a los conceptos manejados por científicos
pasa a ser el origen del proyecto.
Todos sus últimos proyectos se fundamentan en préstamos solicitados a terceros,
situados en territorios ajenos a aquellos que podemos
considerar estrictamente disciplinares.
REM KOOLHAAS Y EL GRUPO OMA.
En 1975, dos arquitectos: Rem Koolhaas y Elia Zenghelis, crean el OMA (Office
for Metropolitan Architecture). Su premisa es el trabajo en equipo y la
experimentación radical; su modelo es el de las grandes metrópolis como Nueva York.
Fruto de la etapa londinense es el proyecto Exodus, y de la influencia de
Manhattan toda una serie de experimentos y manifiestos como “La ciudad del
globo cautivo”, el Hotel Sphinx o el libro “Delirious New York” de Koolhaas,
homenaje a los rascacielos neoyorquinos y a sus profetas.
La relación que se mantiene respecto a la ciudad es de morbosa fascinación, con
crítica y admiración a la vez.
Una premisa básica es la de partir del gusto por lo artificial que
reemplazaría a una realidad naturalista. Su principal referencia arquitectónica
serían las propuestas de los constructivistas soviéticos (Malévich, Melnikov ). Por ello se le ha denominado a
esta corriente neoconstructivista.
Aquello que distinguió los primeros dibujos de OMA fue su entusiasmo por las
posibilidades de las propuestas de las vanguardias, su admiración por la
estética de las modernas estructuras, y la fascinación por la densidad y el
eclecticismo del
universo metropolitano. A esto añadieron una peculiarinterpretación hedonista
de la arquitectura del
Movimiento Moderno (reinterpretación del
Pabellón de M. V. R., redibujado como
un contenedor curvo lleno de atracciones gimnásticas).
Los proyectos Koolhaas muestran cómo se reinterpretan propuestas del
Movimiento Moderno, pero sin recuperar un orden o unos criterios racionales
para aplicar a la ciudad. Los acontecimientos históricos se han
encargado de destruir este orden.
Al regresar a Europa, R. Koolhaas y E. Zenghelis dejan de
trabajar juntos. A partir de 1986 el estudio de Rotterdam, encabezado por
Koolhaas empieza a cobrar importancia.
Teatro Nacional de Danza en La Haya (1984-1987).
Al final, después de un cambio de situación, el nuevo Teatro de Danza se sitúa
en el centro histórico de La Haya, rodeado de una plaza pública. El alargado
vestíbulo, relaciona las dos fachadas del
edificio y se extiende de forma oval y dinámica, debajo del
techo inclinado que define la sala del
teatro y siguiendo el ritmo de una trama de columnas de colores.
Sobre el vestíbulo se sitúa el foyer de forma curva y un
pequeño bar suspendido de cables. Perpendicularmente al eje del vestíbulo se desarrollan los espacios de
la sala y el escenario, los talleres, despachos, vestuarios
En el exterior (incluido un restaurante circular que
recuerda el Museo Guggenheim) cada volumen se expresa con manera autónoma, pero
articulada.
Esta obra es expresión del énfasis en la autonomía de
cada pieza arquitectónica y la voluntad de recrear nuevas ideas de espacio. El espacio interior está definido por materiales modernos y de
colores brillantes, percibiéndose siempre de maneradinámica y hedonista.
En el exterior, las tonalidades negras, grises y
blancas de la textura metálica y fría, contrastan con el gran mural figurativo
y con el expresivo restaurante.
Última propuesta. Edificio de gran masa; de escala
colosal con un interior multifuncional. Esta solución
ha sido planteada en el Centro de Arte y de Tecnología
de Medios de Comunicación; con una fachada – pantalla electrónica que transmite
las imágenes de lo que se desarrolla en el interior.
Terminal Marítima de Zeebrugge.
Edificios gigantescos, de forma simple, que en su interior
albergan una gran cantidad de funciones, formas y circulaciones. Ascensores, rampas, planos inclinados, espirales, cilindros, son
las formas interiores.
Estos experimentos perfeccionan la tradición de los edificios – masa,
acumulativos y multifuncionales que arrancaron de la ciudad vertical de
Hilberseimer y las “Unités d´habitation” de Le Corbusier, pasando por el Centro
Pompidou de París, la Universidad libre de Berlín,
BERNARD TSCHUMI Y EL PARQUE DE LA VILLETTE EN PARÍS.
El concurso de un nuevo parque, situado en una antigua gran área de servicios,
surcada de canales, edificaciones industriales y rodeada de barrios de
trabajadores e inmigrantes, fue propuesto en 1982 para diseñar un parque
modélico del siglo XXI.
Se presentaron entre otros, Rem Koolhaas, E. Zenghelis, Zaha Hadid, y Bernard
Tschumi que fue el ganador.
Tschumi ha seguido el camino de las apropiaciones y
contaminaciones figurativas. Las dos fuentes máximas de inspiración: la
literatura y el cine (intentando plantear una arquitectura cinemática,pensada desde la sensibilidad del siglo XX).
El cine, el teatro, la coreografía y la fotografía es tomado como la fuente de
inspiración de la vanguardia. Tschumi ha intentado explorar
las posibilidades formales y arquitectónicas de estos mundos próximos.
La preocupación por la velocidad, el movimiento, el dinamismo, se expresa en lo
discontinuo, en lo fragmentario, en choques de imágenes
Busca una arquitectura que exprese la explosión del potencial del deseo reprimido por la sociedad
capitalista.
En su obra hay influencias de Eisenman (la serie de casas partiendo del
cubo y el proyecto para el Cannaregio de Venecia).
Parque de la Villette.
Ha planteado un universo autónomo basado en las leyes de la geometría, a partir
de la superposición de tres tipos de tramas formales
- Puntos: convertidos en folies de color rojo, de forma cúbica, con diversos
usos y expresividad neoconstructivista.
- Líneas: recorridos lineales y curvos que al superponerse y cruzarse crean
puntos de tensión formal.
- Superficies: plataformas verdes y volúmenes de diversos usos culturales y
lúdicos.
Son las superposiciones e interrelaciones y conflictos que se crean entre estas
tres lógicas, las que generan la forma global del parque.
Esta propuesta, además de pertenecer a la disciplina de la nueva abstracción
formal, constituye una reinterpretación del parque inglés.
Otro elemento importante que está en la base del proyecto es la
interpretación de K. Lynch sobre “La imagen de la ciudad”, con su
establecimiento de cinco referencias básicas en la percepción: sendas, bordes,
barrios, hitos y nodos.
Senos plantea la cuestión de cómo debe ser realmente un
parque de finales del XX. Si aún debe pensarse de forma tradicional (como espacio alternativo a la
ciudad, como
respiro) o si debe aceptar que esta heterotopía ha sido engullida por la
ciudad, sin que se pueda mostrar otra cosa más que su imposibilidad de huir de
la metrópolis.
LA TRAYECTORIA DE K. SHINOHARA.
Singular arquitecto que ha seguido un camino personal.
Empezó a realizar casas unifamiliares a partir de 1954, utilizando una
arquitectura simple (como
se desarrollaba en Japón) estrechamente relacionada con la tradición japonesa,
pero bajo el predominio de la arquitectura del Movimiento Moderno.
En los 70 van tomando peso los aspectos conceptuales y la búsqueda de una
propia objetividad y abstracción formal. De los inicios, tradicionales ha
evolucionado hacia una abstracción con la que, paradójicamente tiende
aproximarse a la idea de espacio tradicional y simbólico japonés.
Casa cúbica en Kawasaki
(1977).
Casa Jarvikawa (1974).
Residencia que posee en su interior una gran sala de verano
cuyo suelo es el lecho inclinado de la tierra. Predominan los planos
desnudos y blancos de los muros y la cubierta, con una estructura típica de
pilares que se abren en brazos (forma similar a un
tenedor).
Protagonismo inusual de los elementos estructurales en el espacio doméstico, la
intensidad de estas columnas con brazos pone en
ridículo la trivialidad de los juegos formales de Eisenman en la Universidad de
Ohio (carentes de valor simbólico).
Además de esta importancia otorgada a la estructura y a los diversos juegos de
tramasgeométricas y ejes rigurosos que sirven de base a cada proyecto,
Shinohara recrea una especie de “promenade architectural”, que va recorriendo espacios esencializados. Alto valor
conceptual exige que sean leídas como texto, cuyo significado no es evidente.
Esta tendencia a la abstracción va relacionada con la
eliminación de significados, en un espacio vacío de contenidos. Los exteriores
no explicitan la función del edificio. En los interiores (como Eisenman) no se intuye a los residentes, sino la
omnipresencia del
espacio, la estructura, la geometría (otorgando cierta escala antihumana).
En sus últimas obras persigue la estética de la máquina.
Casa bajo la
línea de Alto Voltaje en Tokio (1980).
La forma resultante, con una enorme cubierta inclinada en forma de tronco de
cilindro, tiende a una radical objetividad y a una contundente expresión
formal.
Los muros son de vidrio armado en homenaje a la casa de cristal
de París, en cambio, las pequeñas bóvedas repetitivas de los forjados recuerdan
a la arquitectura árabe.
Casa número 4 (1980).
Forma cilíndrica que reposa sobre un prisma
escalonado, surge como
una escultura minimalista que reacciona frente al caos de su entorno, evocando
un templo dórico sobre una acrópolis.
Shinohara se ha ido aproximando al paradigma de la máquina, como Eisenman o
Tschumi.
Pabellón del Centenario para el Instituto
Tectonológico de Tokio (1987).
Tenmei House (1986-1988).
Ha intentado aproximarse a la máquina de grado cero, superando su etapa de
casas – cubo. Ahora, mediante ordenadores proyecta a partir
de la intersección, dislocación, osuperposición de diversos volúmenes simples.
Sus edificios generan un ruido extraño al entorno, un
ruido de máquina, sin significados, sólo volúmenes y formas arbitrarias.
LA ESTRATEGIA DE LA GEOMETRÍA EN EL PARÍS DE FIN DEL SIGLO XX.
Además del parque de la Villette, París ofrece más realizaciones que simpatizan
con este énfasis en los hitos geométricos, que se
desarrolla en los 80. París, trazada desde la pervivencia de las geometrías
radicales del
barroco, ha desarrollado una especial sensibilidad para definir en su tejido
hitos y ejes fuertemente geometrizantes, como
los mismos boulevards, las barriéres de Ledoux o los arcos de triunfo.
París se constituye como
la expresión de las certezas relacionadas con la geometría, el orden y la
axialidad.
Ampliación del Museo del Louvre.
La intervención de I. M. Pei para ampliar el Museo del
Louvre, adopta al exterior la forma de una gran pirámide de cristal. Se solucionan así tres tipos de problemas, funcional, urbano y
simbólico.
El funcional era el más complejo. Con la configuración
de la pirámide se define un nuevo acceso monumental
que sitúa en el punto central para acceder fácilmente a las tres alas del
Louvre.
Con respecto al contexto urbano, la definición de la pirámide, además de
mejorar los sistemas de acceso público (a pie, metro, autocar, vehículo) sirve
para enriquecer la relación con el entorno y enfatizar el monumental eje urbano
de la ciudad.
En lo que se refiere a la resolución técnica de la pirámide y su forma se
sitúan en un punto de equilibrio entre el respeto por la tradición y la
voluntad de modernidad.Entronca con la tradición clasicista, y con las
propuestas de las vanguardias. La utilización de la alta
tecnología, de la transparencia, el agua y la iluminación nocturna otorgan una
imagen de radical contemporaneidad.
El nuevo arco de la Défense.
En el límite del gran
barrio terciario, se constituye como un cubo
perfecto, que vaciado adopta la forma de gigante arco tecnológico, completando la línea axial que
arranca del Louvre hasta la Défense. Se trata de una puerta
gigante en la frontera entre la ciudad de la geometría y el vacío.
Intenta establecer un hito visual dentro del desorden de los
rascacielos que configuran La Défense.
La Géode.
En el parque de la Villette, junto a la gran ciudad de la Ciencia y la
Industria, es otra expresión de la búsqueda de grandeza desmesurada. Se trata
de un cine esférico, una esfera perfecta que realiza
la utopía de Boullée (cenotafio de Newton).
OTROS EJEMPLOS DE NUEVA ABSTRACCIÓN.
En las filas de esta posición renovadora podemos incluir a
Peter Cook o los grupos Morphosis, Formalhaut y Architekturbüro Bolles Wilson.
El grupo de P. Wilson y J. Bolles parte de la búsqueda de una nueva percepción
para una época de constante cambio, movimiento y fragmentación dentro de un
sistema de objetos desmaterializados y transparentes.
Para desarrollar su arquitectura se han basado en la “forma barco” y en estructuras – puente.
Edificio Comercial en la calle Cosmos en Tokio (1989
Guardería en Frankfurt (1989)
Son proyectos muy próximos a las formas dinámicas de Koolhaas, Hadid o Cook.
Biblioteca Municipal de Münster (1987-1994
Casa Ninja (1989)Se desarrollan ideas e imágenes más propias.
La plaza de los Países Catalanes (1983).
Viaplana – Piñón, con la colaboración de Miralles realizaron esta plaza
emblemática, frente a la Estación de Sants. Se trata de una especie de parque
de esculturas, en la que se hace evidente la pervivencia de los trazados hechos
por el arquitecto sobre la trama del papel inicial.
Se enfatiza la insistencia en la arquitectura entendida esencialmente como
trabajo intelectual.
Remodelación de la antigua Casa de la Caritat como Centro de Cultura
Contemporánea (“la ciudad de las ciudades”). (1990-1993)
Es el proyecto más destacado de Viaplana – Piñón. Con un
edificio totalmente acristalado tras el que se observan las escaleras
mecánicas, se conforma el cuarto lado del
patio ya existente, cerrándolo y configurando de esta manera el núcleo del vestíbulo, accesos,
escaleras y ascensores que articulará todo el conjunto.
Cementerio en la Igualada (1985-1992) y el Centro de tiro al
arco de Barcelona
(1989-1992).
De Miralles y Pinós. Han ensayado
dos tipos diversos de repertorios formales y geométricos para intervenir en el
paisaje. En el primero son formas rectilíneas y
zigzageantes. En el segundo un continuo de
formas orgánicas, telúricas y primitivas.
La arquitectura realizada por ambos equipos, Miralles – Pinós, y Viaplana –
Piñón, es totalmente distinta. Viaplana – Piñón persiguen formas puras,
recurren a tipologías convencionales, exploran repertorios ya establecidos por
las vanguardias, elevan objetos para ser vistos como entes
autónomos. Miralles – Pinós, plantean un repertorio
formalanticonvencional, pervierte las tipologías establecidas y propone una
arquitectura abierta y dinámica que se articula a cada lugar concreto y que
debe ser percibida recorriéndola con los sentidos.
LOS MECANISMOS DE LA NUEVA ABSTRACCIÓN FORMAL.
Se trata de una arquitectura experimentalista y innovadora, que considera que
las ideas constituyen la razón de la arquitectura pero que arrastra una serie
de peligros como
el formalismo, el elitismo y la arbitrariedad. Se trata de
una arquitectura que fuerza siempre la realidad, que cae fácilmente en el
intelectualismo. Una arquitectura que rompe con la historia y la
tradición, que intenta ser amnésica con los símbolos y significados
establecidos y aceptados por la sociedad, y que en cada proyecto celebra la
emergencia de la arquitectura respecto al contexto, su pertenencia al mundo
perfecto de las formas geométricas.
Entre las obras existen excesivas similitudes. Le une la proximidad a muy diversas experiencias artísticas y la
pretensión neovanguardista, pero esta semejanza es aparente y la posición
arquitectónica es diferente.
En el terreno de la nueva abstracción formal predomina la
insistencia en el proceso. En las obras prima siempre una reflexión
metodológica, fría y científica y se desarrolla un
trabajo en equipo por encima de la exuberancia creativa y la búsqueda de la
originalidad. Estos proyectos no se explican a partir de
dibujos singulares sino a partir de maquetas y diagramas compositivos.
Podríamos establecer que en los años 80 se han conformado dos direcciones
dentro de las neovanguardias: una más metodológica que tiende a la abstracción formal(Eisenman, Koolhaas, Tschumi) y otra más artística y
creativa que recurre a la exploración del
inconsciente (Gehry, Coop, Himmelblau).
Otra de las aportaciones fundamentales de esta corriente es
su fuerte capacidad para renovar la representación arquitectónica. Se
insiste en la rotura del sistema clásico de
representación y continuando con los hallazgos de las vanguardias se explotan
las posibilidades de múltiples combinaciones, sobre todo collages y maquetas.
Siempre se tiende al mecanismo de la superposición y la
descomposición, y a unas formas y construcciones que destacan por su
dinamicidad.
La representación artística va estrechamente
relacionada con el espíritu de la época, y cuando hay cambios fuertes, cambian
también la manera de la representación y las posibilidades ópticas.