Fundación
El Templete, lugar donde se celebró la primera misa y el primer cabildo
de La Habana en su actual ubicación.
La Habana fue la sexta villa fundada por la Corona Española en la isla
de Cuba, llamada San Cristóbal de La Habana, tal vez porque era el
patrón de los navegantes, y La Habana, como toponímico
indígena. En la Plaza de Armas, que fue en la época colonial el
centro de la vida oficial y pública de la ciudad, se alza un monumento
llamado El Templete, que conmemora la fundación de la villa en ese lugar
1519. En su columna conmemorativa hay una inscripción en latín,
casi borrada, que traducimos como sigue:
'Detén el paso, caminante, adorna este sitio con un arbol,
una ceiba frondosa, mas bien diré signo memorable de la prudencia
y antigua religión de la joven ciudad, pues ciertamente bajo su sombra
fue inmolado solemnemente en esta ciudad el autor de la salud. Fue tenida por
primera vez la reunión de los prudentes concejales hace ya mas de
dos siglos: era conservado por una tradición perpetua: sin embargo,
cedió al tiempo. Veras una imagen hecha hoy en
la piedra, es decir el último de noviembre en el año 1754'.
En ese lugar, bajo una ceiba, se celebró la primera misa y el Cabildo
recibió la guarda y custodia de los fueros y privilegios de la villa de
La Habana, según costumbre y usanza de las leyes de Castilla. La columna
conmemorativa fue erigida por el gobernadordon Francisco Cagigal de la Vega en
1754, cuando la ceiba no pudo sostenerse mas[2]
No obstante, antes de la fundación de La Habana, en su emplazamiento
actual, la ciudad tuvo, entre 1514 y 1519, por lo menos dos asentamientos
distintos: el original de 1514, que uno de los primeros mapas de Cuba (Paolo
Forlano, 1564) la sitúa en la desembocadura del río Onicaxinal
cerca de la Playa Mayabeque, en la costa sur de Cuba y otro asentamiento en La
Chorrera, junto al río Almendares, que los indios llamaban Casiguaguas,
donde los fundadores trataron de represar las aguas, conservandose en la
actualidad los muros de contención de esta obra hidraulica, la
mas antigua del Caribe.[3]
[editar] Siglos XVI al XVIII
La Habana resurgió en varias ocasiones de los escombros y cenizas a que
la reducían de cuando en cuando los piratas y corsarios franceses
durante la primera mitad del siglo XVI, hasta que en 1561 la Corona dispone que
la ciudad sea el lugar de concentración de las naves españolas
procedentes de la colonias americanas antes de partir para la travesía
del océano, por lo que se construyen defensas militares a la entrada de
la bahía de La Habana y en sitios estratégicos y logran hacer de
ella la ciudad mejor defendida del Nuevo Mundo.
Oro y plata, lana de alpaca de Los Andes, esmeraldas de Colombia, caobas de
Cuba y Guatemala, cueros de la Guajira, especias, palo de tinte deCampeche,
maíz, patatas, mandioca, cacao son las materias primas que llegan en los
veleros al puerto mejor protegido de América, entre marzo y agosto, para
formar los grandes convoyes que, custodiados por las naves militares, parten en
días señalados rumbo a España.
Con ellos, miles de marinos, funcionarios, colonos,
comerciantes, aventureros llegan en la incipiente ciudad, que crece desde el
puerto a ritmo vertiginoso.
Óleo del puerto de La Habana (1639).
El día 20 de diciembre del año 1592, Felipe II confiere a La
Habana el título de ciudad, veintinueve años después de
que el gobernador de Cuba trasladara a ella su residencia oficial desde
Santiago de Cuba, sede hasta entonces del gobierno de la isla 4]
La importancia estratégica de La Habana y las riquezas que a ella llegan
y de ella parten la convierten en codiciado objetivo de piratas y galeones con
patente de corso de las potencias enemigas de la Corona Española.
Mapa aleman de La Habana, datado en 1888.
La Habana se fortifica durante el siglo XVII por
mandato de los reyes que la suscriben como
'Llave del Nuevo Mundo y Antemural de las Indias Occidentales'. Al
mismo tiempo, la ciudad se edifica con los materiales mas abundantes de
la isla: las maderas, que proporcionan a la arquitectura de la época un
encanto peculiar en combinación con los estilos llegados de la
Península Ibérica y, muy profusamente, de Canarias 5]
En1649 una epidemia de peste llegada de Cartagena de Indias, en Colombia,
extermina a una tercera parte de la población habanera. El 30 de
noviembre de 1665, la reina doña Mariana de Austria, viuda de Felipe IV,
ratifica el escudo antiguo de Cuba, que tenía como símbolos
heraldicos los tres primeros castillos de la ciudad: el de la Real Fuerza,
el de los Tres Santos Reyes del Morro y el de San Salvador de la Punta, como
tres torres de plata sobre campo azul. Ademas, una llave de oro que
simbolizaba el título de 'Llave del Nuevo Mundo', concedido
desde antiguo a la ciudad 6]
El Faro, junto al Castillo de los Tres Reyes del Morro, se ha convertido en
símbolo de La Habana, capital de todos los cubanos.
Durante el siglo XVII la ciudad se engrandece con construcciones monumentales
civiles y religiosas. Se erige el convento de San Agustín, se concluye
el castillo de El Morro, y se construyen la ermita del Humilladero, la fuente
de la Dorotea de la Luna en La Chorrera, la iglesia del Santo Angel
Custodio, el hospital de San Lazaro, el monasterio de Santa Teresa, el
convento de San Felipe Neri, y en 1728 se funda la Real y Pontificia
Universidad de San Jerónimo en el convento de San Juan de
Letran.[5]
A mediados del siglo XVIII, La Habana tiene mas de 70.000 habitantes. El
6 de junio de 1762, al alba, apareció una
impresionante armada britanica, con mas de 50 navíos y
14.000 hombres. Paratomar la ciudad, los ingleses tuvieron que rendir el
Castillo del Morro, defendido por una decidida
guarnición al frente del
capitan de navío Luis Vicente de Velasco e Isla y el Marques
Vicente Gómez. La Habana cayó tras dos meses de sitio. Al tomar
posesión de la ciudad, los ingleses también capturaron la flota
española que había quedado atrapada en la bahía de La
Habana, compuesta por nueve barcos de línea de 74 y 64 cañones,
ademas de 25 barcos mercantes cargados con todo tipo de provisiones,
tres millones de pesos pertenecientes al la Compañía Real y
grandes cantidades de provisiones almacenadas en La Ciudad. Sir Georges Keppel
la gobernó durante once meses, hasta mediados
de 1763, fecha en la que los britanicos devolvieron La Habana a los
españoles, a cambio de Florida.
A este período se remontan la libertad de
comercio y la de culto.
En 1763 se comenzó la construcción de la Fortaleza de San Carlos
de la Cabaña, la mayor de las construidas por España en el Nuevo
Mundo, que apuntaló el sistema defensivo de La Habana tras la
ocupación inglesa. Las obras se prolongaron por mas de once
años y con un coste tan enorme para su tiempo que se dice que Carlos
III, Rey de España se asomó a la ventana de su palacio con un
catalejo para que le indicaran donde se encontraba tan cara
construcción. Su posición privilegiada le convertía en un bastión inexpugnable. Contaba con un
elevadonúmero de cañones fundidos en Barcelona en el siglo XVIII,
que siguen guardando simbólicamente la entrada de la Bahía de La
Habana.[5]
En 1774 se realiza el primer censo oficial de Cuba: 171.670 habitantes, de los
cuales 44.333 son esclavos. Entre 1789 y 1790 se divide la diócesis de Cuba: se erige en catedral la Iglesia Mayor de
La Habana mientras que la antigua mitra permanece en Santiago de Cuba. Seis
años mas tarde, el 15 de enero de 1796, llegan a La Habana los
restos de Cristóbal Colón procedentes de Santo Domingo.[7]
Hotel Habana Libre (antiguo Habana Hilton), situado en la esquina mas
céntrica del Vedado.
[editar] Siglos XIX y XX
El siglo XIX se abre con la llegada a La Habana de Alexander von Humboldt,
quien queda impresionado por la vitalidad del puerto
habanero. En el año 1837 se inaugura el primer tramo de ferrocarril, de
51 km, entre La Habana y Güines, que se usa para el transporte de
azúcar desde el valle de Güines hasta el puerto de la ciudad. Dicho
tramo de 27 Km se completó en el pueblo de
Bejucal y al año siguiente la
línea llegó hasta Güines. Con ello
España se convierte en el quinto país del mundo en tener ferrocarril (ya que Cuba
pertenecía por aquel entonces a España) y el primero de los de
habla española y de Latinoamérica.
A lo largo del siglo, La Habana se enriquece con centros culturales, como el
Teatro Tacón, uno de los mas lujosos del mundo y sede delCentro
Gallego de La Habana, el Liceo Artístico y Literario, el teatro Coliseo.
Visita la ciudad Garibaldi bajo el nombre de Giuseppe Pani y se suceden las
conspiraciones de patriotas independentistas al mismo ritmo que la autoridad de
la Corona las
reprime y sofoca.
Hacia la década de 1850, el desarrollo de la industria azucarera, el
ferrocarril, la industria tabacalera, entre otras, produjeron una pujante
economía que llevó a Cuba a ser un
país enormemente rico. En la década de 1860 Cuba era mas
rica que nunca, y La Habana fue el vivo reflejo de esta riqueza y prosperidad. En 1863, las murallas de la ciudad fueron derribadas para que
pudiera ampliarse la urbe y construirse nuevos y espléndidos edificios.
A finales del
siglo XIX, las clases acomodadas se trasladaron al elegante barrio del Vedado,
con sus numerosas quintas y palacetes.
A finales del siglo XIX, La Habana, después de dos guerras de
independencia lanzadas por los patriotas cubanos, vive los últimos
momentos de la colonización española en América, que se
cierra definitivamente cuando el acorazado estadounidense Maine es hundido en
su puerto, según últimas investigaciones accidentalmente, dando a
los Estados Unidos el pretexto para invadir la isla. El cambio de siglo transcurre
en La Habana, y por lo tanto en Cuba, bajo la ocupación y el gobierno de
los Estados Unidos y el 20 de mayo de 1902, pasan los poderes delgobierno a
manos cubanas, cuando simbólicamente se iza la enseña nacional,
en el Castillo de los Tres Reyes del Morro, pero hasta 1959 la influencia de
los Estados Unidos sera constante y decisiva, sobre todo
económicamente.
Antigua embajada de EEUU, hoy Oficina de Intereses de los EEUU.
Bajo la influencia estadounidense, la ciudad creció y
se enriqueció con numerosos edificios en la década de 1930,
cuando se construyen suntuosos hoteles, casinos y espléndidos clubes
nocturnos. Ejemplos de estas construcciones
estan el Focsa, el Habana Hilton (nombrado actualmente Habana Libre) y
el Hotel Nacional de Cuba.
Santo Traficante lleva la ruleta del Sans-Souci, Meyer
Lanski dirige el Riviera,
Lucki Luciano el Nacional [cita requerida]. Por aquel entonces, el dinero de la
mafia servía, por lo menos, para embellecer a la ciudad, conocida como
la Gomorra de las Antillas debido a su vida nocturna [cita requerida]. Pero los barrios de barracas que rodeaban la ciudad se
desarrollaban al mismo ritmo. La Habana se convirtió en capital del
juego y de la corrupción [cita requerida]. Una galería de
retratos en blanco y negro de personajes de aquella
época adorna, hoy todavía, los muros del bar del Nacional. Puede verse a Frank
Sinatra y Ava Gardner, al gran torero Luis Miguel Dominguín, al primer
ministro britanico Winston Churchill, a Marlene Dietrich y a Gary
Cooper, y otros muchos.
Amaneceren La Habana. En primer plano, la torre del Memorial José Martí, en la
Plaza de la Revolución, el punto mas alto de la ciudad.
Desde el triunfo de la Revolución en 1959 se hicieron grandes
transformaciones sociales, principalmente en lo que afecta a la
educación, la sanidad pública, los servicios, disminuyó
drasticamente la construcción de viviendas sociales y edificios
oficiales; por lo que respecta a la topografía de La Habana, se puede
seguir describiendo de acuerdo a las mismas grandes areas de 1958,
aunque añadiendo alguna mas.
Muchas de estas transformaciones se reflejaron en las
construcciones después de 1959. Tales son el imponente Hospital
Hermanos Almejeiras (para el que se adaptó el edificio del Banco
Nacional de Cuba que se encontraba en fase de terminción en 1959),
numerosos hoteles (muestra de una mayor preocupación por el turismo
desde 1990, luego de perderse el subsidio de la URSS) modernos como el
Melia Cohiba, Panorama o Melia Habana, que imitan las fachadas de
los rascacielos del Primer Mundo.
Desde hace unos años, el centro histórico de la Ciudad de La
Habana, declarado monumento nacional por el Gobierno Cubano en 1976 y
Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1982, es objeto de restauraciones,
realizadas por un equipo de historiadores y arquitectos dirigidos por la
Oficina del Historiador de La Habana, Eusebio Leal, encargado de los trabajos
de renovación.