El 2 de agosto de 1810,
se produjo una insurrección del pueblo de Quito capital del actual
Ecuador, que se levantó
contra las tropas españolas que ocupaban la ciudad, con la intención
de liberar a los próceres de la Primera
Junta de Gobierno Autónoma
de Quito, quienes habían
sido acusados de crímenes de lesa majestad y para los cuales el fiscal pedía pena de muerte.
El pueblo quiteño asaltó dos cuarteles y una carcel, pero los españoles
respondieron asesinando a los presos. Luego, la lucha se extendió a las calles de la ciudad. Entre 200 y 300
personas, el uno por ciento de la población entonces, perdió la vida en la refriega.
El saqueo de las
tropas coloniales produjo pérdidas valoradas entre 200 y 500 mil
pesos de la época. La matanza, ordenada por el gobernador español, Conde Ruiz de Castilla, como represalia
por la Revolución
del 10 de Agosto, tuvo amplia repercusión en toda la América Hispana, como un acto
de barbarie española
y justificación de la Guerra a Muerte decretada por el Libertador Simón Bolívar.
El 10 de agosto de 1809 tiene
su firma en el sacrificio del
2 de agosto de 1810. Se cumplía
esa ley que
dice “Los cimientos de la patria para que sean perdurables tienen que armarse
con sangre”. Así
sucedió con la masacre
de los martires del
2 de agosto de 1810 y, efectivamente,
siguiendo el ejemplo de
Quito, el 18 de abril de 1810 lanza
su grito de independencia Caracas, el 25 de mayose
revela Buenos Aires, Bogota el 20 de Julio,
México el 16 de septiembre, Santiago de Chile
el 18 del mismo mes.
Toda América era un incendio cuya chispa
original brotó del valeroso pecho de los hijos
de Quito.
La resolución tomada
por unos cuantos patriotas de ser libres y conseguir la libertad de su patria los impulsó a dar el primer grito de la “Independencia hispanoamericana”.
Este movimiento americanista estuvo alentado por ese hombre extraordinario, sociólogo, humanista, que dio brillantez
al mundo intelectual del siglo 18, Eugenio Espejo; con su influencia incitó
a dar este paso decisivo para
el futuro de América
hispana, cuyos deseos se plasmaron en realidad en la madrugada del 10 de agosto de 1809. Este levantamiento contribuyó
para derrocar al poder español. Quito, escogido por muchos políticos y estadistas lanzó el
imponderable título de Quito Luz de América.
La insurrección del 10 de agosto de 1809 fue un movimiento revolucionario de esencia política – jurídica - emancipadora. Quito sembró la semilla
y América sembró
el ejemplo. Era la voz
de una colonia oscura que se levantaba
en medio de todo un continente que
aún estaba fuertemente encadenado a la colonia de España.
Que la bandera de la libertad del 10 de agosto de 1809
flamee como supervivencia del espíritu
de nuestro pueblo ecuatoriano
ó de los héroes
que escribieron en esa fecha una
pagina mas de
las glorias de nuestra historia.