Escritora mexicana, nacida en Puebla. Recién casada con Octavio Paz lo acompaña en 1937 a España al II Congreso Internacional de escritores en defensa de la Cultura. Reúne sus primeras obras teatrales en Un hogar sólido (1958) donde yuxtapone y evoca varias realidades.

En Felipe Ángeles (1979) dramatiza con una conciencia política ejemplar un episodio de la Revolución Mexicana poco analizado;

Y Matarazo no Llamó (novela, 1991) escenifica una lucha sindical.

Los recuerdos del porvenir (1963) se teje en torno a un episodio de la guerra cristera (1926-1929), rompiendo con violencia la continuidad del realismo mexicano, y manejando el tema del Poder desde un ángulo político y fantástico a la vez. En los cuentos de La semana de colores (1964) indaga sobre la infancia; destaca La culpa es de los tlaxcaltecas en el cual el tiempo presente y el pasado (la Conquista) se amalgama y crean una atmósfera insólita. En Andamos huyendo Lola (cuentos, 1980) se intensifica el clima de persecución, en el que aparece, de manera obsesiva y biográfica la figura de su hija Elena.

Textos:
Antes de la guerra de Troya(fragmento) de La semana de colores
Nuestras vidas son los ríos (fragmento) de La semana de colores