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Reforma y consolidación del Porfiriato (1854-1900) México





“Al frente de México, casi como delegado divino, Porfirio Díaz… Don Porfirio, que era, para la generación adulta de entonces, una norma del pensamiento sólo comparable a las nociones del tiempo y del espacio, algo como una categoría kantiana. Atlas que sostenía la República, hasta sus antiguos adversarios perdonaban en él al enemigo humano, por lo útil que era, para la paz de todos, su transfiguración mitológica.”
Alfonso Reyes, El pasado inmediato.

A la cultura de la Revolución Mexicana la anteceden los treinta y tantos años de dominio avasallador del general Porfirio Díaz, décadas de arraigo profundo de una interpretación reverente (tanto activa como pasiva) del autoritarismo. Que el nombre del dictador bautice o sintetice el período se explica con facilidad y no sólo por razones políticas. Comparten rasgos una persona (Porfirio Díaz), una elite política e intelectual (el grupo conocido como los “científicos” y sus alrededores literarios) y lo mas visible y reconocible de una época. Tienen en común el orden impuesto a como dé lugar: la estricta jerarquización del sistema política y la existencia cotidiana; la devoción ante el modelo europeo (del que se adoptan los rasgos externos, el cuidado de la apariencia, el fetichismo de la respetabilidad); la fe en un progreso constituido de modo tangible conferrocarriles y fabricas y empréstitos y reconocimiento de los demas estados; las vagas líneas divisorias entre decoro y decoración.



Porfirio Díaz y el Plan de Tuxtepec.
Al acercarse el fin del período del gobierno del presidente don Sebastian Lerdo de Tejada, sus partidarios iniciaron los trabajos para reelegirlo, con gran descontento en muchas partes del país donde no se quería a Lerdo. Esto hizo que renaciese la popularidad del general Porfirio Díaz, que en un momento dado salió de Oaxaca con rumbo a la frontera Norte, con el animo de levantarse en armas.
Desde 1875 surgieron algunos movimientos armados en contra de Lerdo de Tejada, pero fueron facilmente sofocados. La que se llamo revolución de Tuxtepec tuvo su origen en un movimiento local promovido por el jefe político de aquel municipio y por varios jefes militares, en contra del gobernador de Oaxaca. Se proclamó un plan en enero de 1876 en el que se hacia una larga exposición de quejas contra el gobierno de Lerdo, a quien se desconocía como presidente y se proclamaba como jefe de la revolución al general Díaz.


El general Díaz estaba en Brownsville, Texas, en donde preparaba un levantamiento con la ayuda de su amigo, el general Manuel Gonzalez. Díaz pasó la frontera y en un pueblo llamado Palo Blanco, Tamaulipas, publicó un manifiesto reformando el de Tuxtepec: suprimía el Senado, se proclamaba como principiola No Reelección y se desconocía al gobierno de Lerdo. Al triunfo de la revolución se convocaría a elecciones, depositando interinamente el poder en el presidente de la Suprema Corte, si aceptaba el plan o en el jefe de la revolución, en caso de la negativa de aquél.
Derrotados los porfiristas en Icamole, Nuevo León, el 20 de mayo de 1876, el general Díaz embarcó a Nueva Orleans y llegó a Veracruz, de donde pasó a refugiarse en Oaxaca. Mientras tanto, Lerdo recurrió a muchos fraudes y salió electo, por lo que don José María Iglesias, presidente de la Suprema Corte, lo desconoció. Las fuerzas del Gobierno fueron derrotadas por los porfiristas en Tecoac, Puebla y Díaz avanzó a México mientras que Lerdo salió a Acapulco en compañía del general Mariano Escobedo y oros partidarios, para embarcar con rumbo a Estados Unidos, de donde no regresó.
Sin oposición alguna, en febrero Díaz asume el Ejecutivo, por lo que para obtener la legalidad y legitimidad en su gobierno convoca a elecciones las cuales ganó. De esta manera, inició un largo periodo de gobierno que fue de 1877 a 1910, con una interrupción entre 1880-1884, en que gobernó el general Manuel Gonzalez.

El largo mandato 1976 a 1910
Al iniciar su gobierno Díaz se enfrentó a los mismos problemas que sus antecesores: impulsar al país hacia el desarrollo y la estabilidad parecía casi imposible. Había un ejército quearrancaba nuevamente sus deseos al calor de las armas; la industria, minería y agricultura se encontraban en el mas absoluto abandono; la hacienda pública, pese a los intentos anteriores, se encontraba en bancarrota; y las constantes reelecciones, asonadas y pugnas por el poder llevaron a que la sociedad se cansara y anhelara la paz.
Los seguidores de Lerdo buscaron en diferentes momentos sublevarse y derrocar a Díaz. El mas conocido fue el del general Mariano Escobedo, en este caso Díaz no reprimió, sino que lo convenció de deponer las armas para siempre. De tal manera que, al final de su primer gobierno, había acabado con la oposición lerdista, lo que le permitió regresar al poder para quedarse hasta 1910.
Desde su primera administración Díaz continuó con la construcción de vías férreas, persiguió el bandolerismo, cimentó la autoridad del Estado e intentó impulsar una política social. Limó asperezas con la Iglesia y restableció las relaciones con Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Austria y España.

Las relaciones con la iglesia
Las relaciones con la iglesia eran difíciles y se radicalizaron desde la guerra de Reforma. Díaz heredó esta situación y buscó la manera para llegar a una reconciliación con la Iglesia Católica mexicana, a la vez que intentó reactivar las relaciones con el Vaticano. Para ello concedió –al margen de la Constitución- libertades a la Iglesia con elfin de que practicara actos de culto público.

Las relaciones internacionales
Al gobierno de Díaz le faltaba la aceptación internacional, elemento que le restaba legitimidad.

Díaz estaba preocupado por establecer relaciones con Estados Unidos, por lo que envió a Ignacio L. Vallarta para que negociara el reconocimiento. Tardó año y medio la aceptación por parte de la Casa Blanca para reconocer al gobierno. Se logró en las negociaciones no permitir el paso libre de tropas norteamericanas por suelo mexicano, se aceptó de parte del gobierno mexicano perseguir a los bandoleros y fortalecer a los estados fronterizos para este fin. Para dar muestras de buena voluntad de parte del gobierno mexicano se empezaron a dar pagos a la deuda que se tenía con ese país.


Los proyectos económicos
Entre 1854 y 1876 el enfrentamiento político entre liberales y conservadores se mantuvo vigente y, frente a la pugna política, se enarbolaron los proyectos económicos de ambos bandos para convencer a los ciudadanos y a quienes tenían la capacidad económica de optar por una propuesta u otra.

La situación con Díaz. La economía de 1876 a 1910
Al iniciarse el régimen en 1876, la situación económica era desastrosa, había que enfrentar una hacienda pública que tenía mas deudas y gastos que ingresos, pero a pesar de los intentos de los gobiernos de Juarez y Lerdo por sanear las finanzas, estono se logró. Una de las prioridades era, por un lado, arreglar el problema del gasto público, así como encontrar los mecanismos para solucionar el pago de la deuda externa, y la otra impulsar el desarrollo nacional.
Siguiendo con el proyecto económico liberal, Díaz fomentó el desarrollo del país sobre la base del impulso industrial, comercial y bancario. Para ello dio continuidad a las obras y servicios que permitieran el avance en estas areas. Se multiplicaron las vías férreas, se crearon nuevas industrias, se reactivó la minería con explotación de metales preciosos y de aplicación industrial. A fines del siglo el petróleo comenzó a ser explotado, ademas se fundaron instituciones bancarias.

Entrevista Dìaz-Creelman
A principios de 1908 fue solicitada al general Díaz una entrevista con el periodista norteamericano James Creelman.

A las preguntas, el general Díaz contestó que era un error pensar que la democracia en México se hubiera puesto en peligro por su larga permanencia en el poder; aseguró que podía separarse de la Presidencia sin pesadumbre o arrepentimiento, siempre dispuesto a servir al país; ya varias veces había tratado de renunciar a la Presidencia, pero se le había exigido continuar en el Poder y lo había hecho por beneficiar al pueblo; había mantenido la forma de gobierno republicano y democratico siguiendo una política patriarcal, guiando ysosteniendo las tendencias populares; dijo que esperaba el día en que la República Mexicana estuviera preparada para escoger y cambiar sus gobernantes sin peligro de guerras ni daños al crédito y al progreso nacionales, y creía que ese día había llegado; la Nación se había levantado a gran altura y amaba la libertad; no había partidos de oposición pero tenía la firme resolución de separarse del poder al terminar su periodo, cuando cumpliera ochenta años, y si en la República llegase a surgir un partido de oposición lo miraría como una bendición y no como un mal, y si ese partido desarrollase poder, no para explotar, sino para dirigir, le aconsejaría y se consagraría a él para la instauración de un gobierno democratico.
Sin embargo, el futuro no correspondió a las esperanzas políticas concebidas en el país después de conocerse las opiniones del general Díaz.

Bibliografía

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Varios
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