CRISIS DEL ANTIGUO
RÉGIMEN Y CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL
REINADO DE FERNANDO VII, 1814 – 1833
až¢ RESTAURACIÓN DE FERNANDO VII Y ANULACIÓN DE LA LABOR DE LAS CORTES DE CADIZ
(1814).
Por el Tratado de Valençay, Napoleón reconocía a Fernando VII como rey de España y de las Indias. Su
retorno a España en 1814 coincidió con la etapa de la
restauración del
antiguo régimen en casi toda Europa. El rey se propuso borrar
de la sociedad española los principios constitucionales de 1812. En
consecuencia, durante su reinado se originó una fuerte
tensión entre los absolutistas y los liberales. Los primeros
eran partidarios de restablecer en su integridad el antiguo régimen, los
segundos pretendían implantar las reformas revolucionarias. Tras su
regreso, Fernando VII entró en contacto con generales absolutistas, como Elío,
y recibió el apoyo de una grupo de diputados absolutistas que le presentaron el
llamado Manifiesto de los Persas, donde se defendía la monarquía absoluta y se
criticaba duramente la labor de las cortes gaditanas.
až¢ LA PRIMERA ETAPA ABSOLUTISTA, 1814 – 1820:
- Restablecimiento de las viejas instituciones.
Fernando VII derogó la Constitución de 1812 y prácticamente toda la obra
legislativa de las Cortes gaditanas por medio del Real
Decreto de 4 de mayo de 1814. Restauró el antiguo régimen,
restableciendo los señoríos, la Inquisición y todas las instituciones
feudoseñoriales. A la Iglesia se le devolvieron sus prerrogativas y
bienes y se suspendieron los propósitos de desamortización del patrimonio del clero regular.
- Dificultades económicas.Después de seis años de guerra la economía atravesaba
una situación difícil, que se iría agravando a pesar de los intentos de Martín
de Garay de establecer una reforma de la Hacienda. Los
problemas de la Hacienda se reflejaron en el fracaso de la política exterior,
ya que el Estado endeudado no podía hacer frente a sus necesidades políticas y
militares.
- Papel marginal en el orden internacional.
Desde el Congreso de Viena, la situación de España en el
ámbito internacional empezó a ser marginal. A pesar de
su papel decisivo en la lucha contra Napoleón, las potencias europeas no podían
tomar en serio a una nación empobrecida, endeudada y sin recursos militares.
- La oposición y los pronunciamientos.
Desde la vuelta de Fernando VII, muchos militares que lucharon contra los
franceses se opusieron a la restauración del antiguo régimen y adoptaron la
organización de Sociedades Patrióticas o masonería. Sus
instrumentos básicos para cambiar el régimen eran la conspiración y el
pronunciamiento. En estos pronunciamientos entre
grupos civiles y fuerzas militares se implicaron sin éxito Espoz y Mina en Pamplona, Porlier en A Coruña y Lacy en Barcelona. Pero, en 1820, el
comandante Rafael de Riego, al frente de un ejército dispuesto para viajar a
América a luchar contra los independentistas, logró propagarse a numerosas
ciudades y obligar a Fernando VII a jurar la Constitución de 1812.
až¢ EL TRIENIO CONSTITUCIONAL, 1820 – 1823:
En 1820 se inaugura una breve etapa de gobierno liberal que duró tres años, en
los que se puso a prueba por primera vez el sistema de monarquíaconstitucional.
El 9 de marzo de 1820 Fernando VII juró la Constitución de 1812 y se
restablecieron los principios y la legislación de las Cortes de Cádiz. A pesar
de su brevedad, de las discrepancias políticas internas y del recelo absolutista, fue una fase importante
en la evolución social y política del
país.
- División de los liberales.
Las principales medidas tomadas por los liberales fueron: la supresión de los
señoríos, la adopción del sistema fiscal aprobado en Cádiz, la eliminación de
la Inquisición, la expulsión de los jesuitas y la confirmación de los derechos
y libertades de los ciudadanos, entre ellas, la imprenta. Se
decretó también la supresión de las órdenes monacales y la desamortización de
los bienes de la Iglesia. Con la venta de las propiedades eclesiásticas,
los liberales pretendían rebajar la Deuda Pública y ganarse la confianza de los
gobiernos extranjeros y de los acreedores españoles.
La aplicación de las reformas provocó una escisión entre los liberales: de un lado, los hombres que participaron en la constitución
gaditana de 1812, los doceañistas, y, de otro, los seguidores de Riego, los
denominados exaltados.
Los doceañistas consideraban la monarquía una pieza
fundamental en el proceso de adaptación de las reformas. Eran
partidarios del
sistema bicameral.
Por el contrario, los exaltados, daban prioridad a la soberanía nacional y el
papel el papel del
monarca debía limitarse a las funciones ejecutivas.
De estos postulados arrancaría la división del liberalismo
español en moderados y progresistas.
- La contrarrevolución y la intervención extranjera.La oposición absolutista se
manifestó en numerosas partidas armadas de voluntarios realistas apoyados por
Fernando VII, que se organizaron en Navarra y Cataluña. Sin
embargo, el fracaso de esta partidas realistas hizo que Fernando VII solicitara
la defensa de las potencias europeas.
Por acuerdo del Congreso de Verona de 1822, un ejército francés, Cien mil hijos
de San Luis, al mando de Luis XVIII, duque de Angulema, entró en España con el
fin de restablecer en el trono a Fernando VII y poner fin al Trienio Liberal.
až¢ LA SEGUNDA ETAPA ABSOLUTISTA, 1823 – 1833:
Los diez últimos años del reinado de Fernando
VII, sin dejar de tener signo absolutista, pueden considerarse como un período de transición hacia el nuevo régimen
liberal, ya que se inician algunas reformas técnicas y se produce un
acercamiento a círculos liberales más moderados.
- Reformismo gubernamental y oposición de los realistas puros.
Recuperado su poder, Fernando VII desató una durísima represión sobre los
liberales, tanto civiles como autoridades locales y
militares. La nueva restauración absolutista fue solamente parcial,
manteniéndose algunas reformas del Trienio. Se ordenó
la devolución de las propiedades eclesiásticas desamortizadas y se restablecieron
las instituciones religiosas, excepto la Inquisición, aunque algunos obispos
crearon unas Juntas de Fe con parecidas funciones. En su lugar, apareció el
cuerpo de policía y, como brazo armado, los Voluntarios
Realistas, que sustituían a la Milicia Nacional.
En 1823 se creó en Consejo de Ministros, órgano de consulta del monarca, en
quien descansaba el poder ejecutivo. Unode los ministros más estables de los
gabinetes fernandinos, López Ballesteros, reorganizó la Hacienda, creó el
presupuesto anual del Estado y abordó el problema de la Deuda Pública.
La situación económica del país empeoró, en parte, cuando
en 1824, en la batalla de Ayacucho, España perdió sus posesiones continentales
americanas, muy importantes en el comercio exterior español. A partir de ese momento se iniciaron algunos pasos de reforma económica
y administrativa. Se crearon el Banco de San Fernando, la Bolsa de Comercio, el
Tribunal Mayor de Cuentas y la Junta de Fomento.
Los sectores ultrarrealistas estaban descontentos porque la restauración del
absolutismo les parecía incompleta. Los realistas puros
promovieron conspiraciones y levantamientos y se agruparon en torno a don
Carlos, hermano de Fernando VII, a quien consideraban futuro rey, puesto que el
monarca no tenía descendencia. También hubo intentonas
liberales fracasadas lideradas por Espoz y Mina y Torrijos.
- La cuestión sucesoria: Pragmática Sanción de 1830.
En 1830 Fernando VII promulgó la Pragmática Sanción, por la
que se volvía a reconocer el derecho de las mujeres a heredar el trono.
Desde ese momento don Carlos quedó excluido del trono y sus
seguidores se opusieron a la legitimidad regulada en la Pragmática Sanción. Los
partidarios de don Carlos, aprovechando la grave enfermedad del rey, por medio
del ministro Calomarde, obtuvieron en 1832 un nuevo documento en el que se
derogaba la Pragmática Sanción. Pero, recuperado Fernando
VII, confirmó los derechos sucesorios de su hija Isabel y nombró a Cea Bermúdez
jefe de gobierno. Éste buscóapoyos del liberalismo y
autorizó el retorno de los exiliados al tiempo que suprimió el presupuesto de
los Voluntarios Realistas.
En 1833 murió Fernando VII y, su viuda MS Cristina de Borbón,
heredó en nombre de su hija, Isabel II, el trono español.
Don Carlos no aceptó esta decisión y se puso al frente de los últimos
defensores del
absolutismo, los carlistas, que llevaban unos meses preparando su
levantamiento. Comenzó así una guerra civil que duraría hasta
1839, la Primera Guerra Carlista.
LA ÉPOCA DE ISABEL II
až¢ LA REGENCIA DE MARÍA CRISTINA (1833 – 1840), INICIO DE LA MONARQUÍA
CONSTITUCIONAL:
- Moderados y progresistas.
Durante la regencia de María Cristina se sucedieron varios
gobiernos liberales que tuvieron que hacer frente a la inestabilidad política
creada por la guerra contra los carlistas y por la hostilidad entre los propios
liberales, los moderados y los progresistas. Los moderados admitían la
doctrina constitucional dentro del
pacto entre la corona y la nación, su política era de orden y tenían miedo a
las ideas radicales de la revolución; socialmente eran la expresión de las
clases poseedoras y del
conservadurismo. Los progresistas propugnaban las reformas más avanzadas,
apoyados por las clases medias y un sector de la alta burguesía; defendían los
principios de la Constitución de 1812, especialmente la soberanía nacional, y
proponían la desamortización con objeto de obtener fondos para concluir la
guerra con los carlistas.
- Estatuto Real de 1834: transición del
absolutismo al liberalismo.La reina regente María Cristina, de la mano de los
moderados y con Francisco Martínez de la Rosa como jefe de gobierno, promulgó un texto que
apenas era una Constitución: el Estatuto Real de 1834. Se trataba de un documento de transición que intentaba conjugar los
poderes absolutos de la Corona
con algunos de los nuevos ideales liberales. No planteaba la soberanía
nacional, ni mencionaba los derechos individuales,
pero introducía un cierto sistema representativo. Las cámaras
no podían elaborar leyes por iniciativa propia aunque sí tenían el derecho de
petición de propuestas al rey. Dividía las Cortes en dos estamentos: los
Próceres y los Procuradores.
Sin embargo, esta fórmula de compromiso entre absolutismo y liberalismo no
convenció ni a liberales ni a absolutistas. Los progresistas exigían mayores libertades políticas y
continuamente reclamaban la Constitución de 1812. Durante 1835 la
situación se radicalizó, hubo revueltas populares contra el clero, al que se
acusaba de simpatizar con los carlistas, y reapareció la milicia nacional que
respaldaba a los progresistas en su lucha por el poder. El
ministerio de los moderados se mostró incapaz de controlar la situación
revolucionaria, de manera que la reina regente cambió el gobierno.
- El triunfo pleno del
liberalismo:
· Desamortización de Mendizábal.
En 1835, María Cristina puso el gobierno en manos del progresista
Mendizábal. Fue bien acogido por la opinión pública pues
tenía fama de experto en asuntos económicos. Su
principal preocupación era el estado de la Hacienda y la terminación de la
guerra carlista. Puso en marcha ladesamortización
eclesiástica, que fue precedida por la supresión de los conventos y de las
congregaciones religiosas. Las propiedades de la
Iglesia se adjudicaron al Estado que las vendió en pública subasta para pagar
la Deuda Pública.
Para lograr el establecimiento del nuevo régimen liberal era
condición necesaria ganar la guerra carlista, y para ello se necesitaban los
recursos económicos que proporcionara la desamortización y el apoyo social de
la burguesía al régimen liberal.
Pero el programa de Mendizábal no logró todos sus objetivos.
El Vaticano y el sector eclesiástico estaban indignados con las medidas
desamortizadoras y los campesinos protestaban porque los nuevos dueños de las
tierras subían los arrendamientos. Por otro lado, la nueva ley electoral, que
elevaba el número de votantes, creó un gran malestar
entre los moderados.
En 1836 los sargentos del palacio de La Granja se amotinaron y obligaron a
María Cristina a restablecer la Constitución de 1812.
· Constitución de 1837.
Después del motín de los sargentos de La Granja, los progresistas formaron de
nuevo gobierno, el ministerio de José María Calatrava, con Mendizábal en
hacienda y Espartero. En esta etapa el sistema liberal se consolidó con la
promulgación de la Constitución de 1837. De naturaleza políticamente
conciliadora, pretendía integrar a la familia liberal de moderados y
progresistas en armonía con la Corona.
La Constitución de 1837 recoge de la norma de 1812 la
soberanía nacional, ciertos derechos y libertades, y la separación de poderes.
Pero se diferencia de la constitución gaditana en la adopción del bicameralismo
quedesarrolla un sistema parlamentario mixto, con un Senado, elegido por
designación, y un Congreso compuesto por elección directa censitaria.
La obra legislativa de las Cortes concluyó el desmantelamiento del antiguo régimen, aunque su
realización se prolongó a lo largo del
siglo. Se suprimieron todos los aspectos gremiales, los derechos jurisdiccionales,
todo tipo de vinculaciones, y el horizonte desamortizador se extendió al clero
regular y secular, así como a los señoríos y bienes
comunales.
La Constitución de 1837 estuvo vigente hasta la promulgación de la Constitución
de 1845.
- Primera Guerra Carlista, 1833 – 1840:
· La oposición carlista al liberalismo.
Durante siete años, entre 1833 y 1840, tuvo lugar una guerra civil entre los
carlistas, partidarios de don Carlos María Isidro, y los isabelinos defensores
de la reina-niña Isabel II.
El motivo aparente fue una cuestión de legitimidad dinástica: don Carlos se
consideraba legítimo heredero de Fernando VII y no reconoció a
Isabel II como
reina. Sin embargo, también es cierto que tras ese
aspecto subyacía la defensa de un modelo socioeconómico foralista que peligraba
con la instalación del Estado liberal.
En las filas del carlismo militó el campesinado, los artesanos opuestos a la
desaparición de los gremios, parte de la nobleza de pequeños títulos, el clero
regular y los curas rurales. Geográficamente, las zonas de mayor implantación del carlismo fueron las áreas
rurales del
País Vasco y Navarra, y las zonas montañosas de Aragón, Cataluña y Levante.
Los cristinos o isabelinos contaron con la noblezaterrateniente, la alta burguesía, las clases medias urbanas y la mayor parte
de la oficialidad y del
generalato.
· Las fases de la guerra.
1 – En la primera, entre 1833 y 1835, los focos de la insurrección fueron el
País Vasco, Navarra, Aragón, Cataluña y el Maestrazgo. El
jefe de las tropas carlistas, Zumalacárregui, obtuvo resonantes éxitos, pero su
muerte en el sitio de Bilbao
cambió el rumbo de la guerra.
2 – En 1836 los carlistas no pudieron tomar la ciudad de Bilbao
debido a la intervención victoriosa del general isabelino Espartero.
Igualmente fracasaron las grandes expediciones carlistas del año 1837, como
la Expedición Real, dirigida personalmente por el pretendiente Carlos, que
llegó hasta las cercanías de Madrid.
3 – Finalmente, en 1839, se llegó a un acuerdo de paz
(Convenio de Vergara), entre Maroto y Espartero, que suponía el reconocimiento
de grados militares a los miembros del
ejército carlista que se enrolasen en el ejército isabelino. Don Carlos huyó a
Francia, pero su causa aún fue defendida por algunos jefes carlistas, como
Cabrera, que continuaron su lucha en las montañas de Levante hasta ser
dispersados por el ejército gubernamental.
· Restricción de los fueros vascos (1839).
až¢ LA REGENCIA DE ESPARTERO, 1840 – 1843:
- Enfrentamiento del general progresista Espartero con el gobierno moderado y
exilio de María Cristina.
Al terminar la guerra carlista el general Espartero era el
hombre más popular y de mayor prestigio militar. En 1840 los moderados
tenían las riendas del
poder y pretendieron aprobar una serie de leyes queatentaban contra la
Constitución progresista de 1837, como
la Ley de Ayuntamientos, que fue especialmente conflictiva. Sin
embargo, los progresistas, que contaban con el apoyo de Espartero, se opusieron
al proyecto de los moderados. Cuando María Cristina firmó la Ley de
Ayuntamientos de 1840, Espartero pidió a la Regente que anulara dicha ley, pero
María Cristina rehusó hacerlo y abdicó a la Regencia, abandonando el país.
- Triunfo de la oposición antiesparterista (1843).
Espartero asumió la regencia hasta 1843 en un ambiente
de inestabilidad política. La concesión de ascensos y puestos de mando entre
los militares de su camarilla produjo malestar en el ejército. Espartero
reprimió con extrema dureza los pronunciamientos de los moderados, lo que le
granjeó fama de déspota. Por otro lado, los progresistas más
radicales le acusaron de no emprender ninguna reforma de importancia.
Fue el enfrentamiento con los industriales catalanes lo que deterioró más su
prestigio. Artesanos y obreros se levantaron ante el rumor de que el Regente
iba a firmar un acuerdo de libre cambio con
Inglaterra. Espartero respondió ordenando el bombardeó de la
población.
Un golpe de fuerza dirigido por el general Narváez
derrotó a las tropas gubernamentales, puso a Isabel II en manos de los
moderados y obligó a Espartero a refugiarse en Londres.
až¢ LA DÉCADA MODERADA, 1843 – 1854:
- Constitución de 1845.
Entre 1844 y 1854 el partido moderado se instaló en el poder,
sostenido por el general Narváez. Durante diez años se
acometieron reformas que limitaron el alcance de las efectuadas por los
progresistas. Elcambio político fundamental se recoge en la nueva
Constitución moderada de 1845, que suprime los aspectos más avanzados de la de
1837 y asume los principios del liberalismo censitario. Así,
por ejemplo, desapareció la soberanía nacional, para dar paso a la soberanía
compartida entre el Rey y las Cortes. Se fortaleció la religión católica
que se perfiló como oficial; se reforzó el papel del monarca, que además de ser
fuente de soberanía poseía iniciativa legislativa y tenía capacidad para
nombrar y separar libremente los ministros; Senado de nombramiento real y
vitalicio; supresión de la Milicia Nacional y sufragio muy restringido. El gobierno de la década moderada, que contaba con el apoyo de la
reina, conservó la fachada constitucional, aunque muy desvirtuada por el
sufragio excesivamente selectivo y la práctica de elecciones manipuladas.
Se introdujeron reformas centralizadoras que perduraron largo tiempo, entre ellas destacan las referentes al sistema de seguridad
nacional, la administración del Estado, la hacienda y la instrucción pública.
También se solucionó el conflicto pendiente con la Santa Sede desde la
desamortización, devolviendo a la Iglesia católica el papel central que siempre
había tenido en la vida española.
- Obra política: Guardia Civil, reforma de la administración, Concordato con la
Santa Sede.
En 1844 se creó la Guardia Civil, con el duque de Ahumada al frente, para el
mantenimiento del
orden público. Era un cuerpo centralizado, de ámbito
nacional, sus fines eran civiles pero su naturaleza y estructura eran
militares.
Todas las ramas de la administración del Estado
secentralizaron y racionalizaron, ampliando sus funciones y poderes. La ordenación
territorial se configuró en sentido jerárquico y piramidal, desde los
ayuntamientos a las diputaciones para culminar en el gobierno central.
La reforma hacendística fue obra de Alejandro Mon, que creó dos tipos de
impuestos, directos e indirectos.
La reforma de la instrucción pública la realizó Pedro Pidal. Los
centros de enseñanza se dividieron en oficiales o públicos y privados. Los centros públicos de enseñanza secundaria se denominaron desde
entonces institutos.
También se solucionó el conflicto pendiente con la Santa Sede desde la
desamortización. Las relaciones entre la Iglesia y el Estado español quedaron
reguladas por el Concordato con la Santa Sede de 1851. En él se estipulaba que
el Estado se hacía cargo de los gastos del
clero y culto, y devolvía a la Iglesia los bienes del
clero regular aún no vendidos; se reconocía la religión católica como única de la nación
española y se aseguraba la intervención eclesiástica en la enseñanza.
- Revolución de 1854.
Los últimos gobiernos moderados fueron breves y se
desintegraron acusados de arbitrariedad política y corrupción financiera.
Ante la oposición, tanto de moderados como de progresistas, se cerraron las
Cortes, se gobernó por decreto, e incluso se preparaba una constitución que
reforzaba el papel de la Corona y eliminaba en la práctica el electorado y la
función legislativa del Parlamento.
En 1854 el general O´Donnell preparó el pronunciamiento militar, conocido como la Vicalvarada que provocaba
la caída del
gobierno y el retorno de los progresistas al poder. Pocodespués, algunos
políticos moderados le apoyaron, como el joven Cánovas del Castillo
que redactó el Manifiesto de Manzanares. El Manifiesto expresa un conjunto de aspiraciones que en líneas generales coincide
con el programa del
progresismo español en aquella época. Isabel, temerosa de perder el trono,
llamó a Espartero a formar un nuevo gobierno.
až¢ EL BIENIO PROGRESISTA, 1854 – 1856:
- Gobierno de Espartero.
Como
consecuencia de la revolución de 1854, en la que intervinieron conjuntamente
los progresistas y un sector de los moderados, se
formó un gobierno presidido por Espartero, con O´Donnell en el ministerio de
guerra. En esta época el panorama político se ensanchó como resultado de la
ampliación de la libertad de asociación. Apareció el Partido Demócrata, que
exigía una auténtica democratización del régimen, con sufragio
universal, laicismo y libertades democráticas plenas. Por
otro lado, la Unión Liberal, sector renovado de los moderados, creado por el
general O´Donnell, aspiraba a la reforma política compaginando libertad y orden
público. Sus filas se fueron engrosando con moderados y progresistas, como
el general Serrano y el joven Cánovas del Castillo. Se intentó elaborar una
nueva constitución, dentro del ideario de la de 1837 que no entraría en vigor
debido a la brevedad del mandato progresista, pero que creó recelo en la Santa
Sede en relación con la política de tolerancia de otros cultos distintos al
catolicismo. Por esta causa, junto con la reanudación de la desamortización
eclesiástica, se rompieron las relaciones con el Vaticano.
- Desamortización de Madoz, 1855.
Losprogresistas realizaron una intensa labor legislativa para poner en marcha un programa económico, fiel a los principios del librecambismo de
Adam Smith. Impulsaron una serie de leyes liberalizadoras para implantar
reformas económicas, como la Ley de Desamortización de Madoz de 1855, que
afectaba a todos los bienes de manos muertas. Las subastas y
las ventas duplicaron el volumen de las realizadas por Mendizábal. Los más afectados fueron los municipios y sus vecinos que se vieron
privados de la mayor parte de las tierras comunales. La Ley de
Ferrocarriles de 1855 buscaba instalar un moderno
tendido ferroviario ofreciendo incentivos a las compañías interesadas aunque
fueran extranjeras. Para facilitar la financiación y las inversiones, se promulgó una
moderna Ley de Sociedades Anónimas. El Banco de San Fernando pasó a llamarse Banco de España
que, aunque privado, tenía función de prestar al Estado.
- O´Donnell fuerza la dimisión de Espartero.
Aparecieron los primeros intentos de asociacionismo obrero que plantearon sus
reivindicaciones en medio de un clima muy conflictivo,
al coincidir con una epidemia de cólera y el alza de los precios a consecuencia
de las malas cosechas. En 1855 se produjo la primera huelga
general en Barcelona
y los motines populares comenzaron a multiplicarse. El
gobierno no fue capaz de mantener el orden público y O´Donnell exigió la
dimisión de Espartero. Tomaba entonces el poder un
nuevo partido, la Unión Liberal.
až¢ EL PERÍODO DE LA UNIÓN LIBERAL, 1856 – 1868:
- Restablecimiento de la Constitución de 1845.
O´Donnell restableció la Constitución de 1845 con algunas
modificaciones,impulsó el desarrollo de los ferrocarriles y de las obras
públicas, continuó la obra desamortizadora de Madoz y negoció con la Santa Sede
un convenio sobre los bienes eclesiásticos desamortizados.
- Intervenciones militares en el extranjero.
España intervino en iniciativas coloniales promovidas por
Francia y Gran Bretaña. Se realizaron una serie de expediciones
coloniales a África debido a los continuos ataques de
los marroquíes a Ceuta.
Aunque las batallas fueron brillantes victorias, como la de Castillejos que convirtió a Prim en
héroe, los beneficios de la paz
fueron escasos.
- Crisis económica y crisis política.
A partir de 1866 el moderantismo estaba acosado por tres graves problemas: la
demanda social de participación política, la corrupción y el descrédito de la
Corte de Isabel II y el malestar provocado por una gravísima crisis económica y
financiera. Fue una crisis de subsistencias que trajo escasez
de cereales, alza de precios, hambre y enfermedades y fue una crisis que afectó
también a la burguesía de los negocios.
- La revolución de 1868.
Tras reprimir con fusilamientos la sublevación de los sargentos del
cuartel de San Gil y las manifestaciones de descontento estudiantil por la
expulsión de catedráticos demócratas (Castelar, Sanz del Río), se produjo la
alianza de sectores progresistas y demócratas (Pacto de Ostende). El
levantamiento se produjo en septiembre de 1868 en Cádiz, principal foco en el
que coincidieron los líderes militares, al grito de “tViva España con honra!” y
triunfó sin apenas derramamiento de sangre, formándose juntas revolucionarias
enmuchos puntos del país. Jefes militares, como Prim, Serrano o
Topete, se pusieron al frente de todo este movimiento insurreccional. El
Ejército, leal a la reina, fue derrotado en Alcolea del Pinar, e Isabel II, que
estaba veraneando en San Sebastián, se encontró sin apoyos y se exilió a
Francia.
Prim, por su parte, recorre ciudades costeras consolidando la
sublevación hasta lograr la adhesión de Barcelona
el 3 de octubre.
EL SEXENIO RFEVOLUCIONARIO, 1868 - 1874
až¢ GOBIERNO PROVISIONAL DE SERRANO Y CONSTITUCIÓN DEMOCRÁTICA DE 1869.
En octubre de 1868, después del exilio revolucionario que
obligó a la reina Isabel II a partir hacia el exilio, se formó un gobierno
provisional. Estaba respaldado por los elementos
revolucionarios más moderados, los progresistas y los unionistas. Lo
presidía el general Serrano, pero fue Prim el hombre más popular. Se iniciaba
de esa forma un sexenio de inestabilidad política
durante el que se intentó completar la revolución liberal iniciada en 1808 y avanzar
a la democracia.
Las primeras medidas del gobierno provisional se dirigieron a disolver las
juntas revolucionarias y los Voluntarios de la Libertad, instituciones
populares y democráticas que habían asumido la soberanía y defensa de la nación
durante la revolución de septiembre, pero que ahora estaban en abierta
competencia con el gobierno. Para contrarrestar los efectos de la disolución,
el gobierno promulgó unas medidas liberalizadoras que mostraron su respeto a
los principios fundamentales de la democracia: ampliación de los límites de la
libertad de expresión, reunión y asociación, y concesión del sufragio a
todos losvarones mayores de edad.
En las elecciones a la Asamblea Constituyente de 1869 obtuvieron la mayoría
absoluta la coalición monárquica gubernamental de unionistas, progresistas y
demócratas. Había un nutrido grupo de republicanos,
algunos carlistas e incluso otros isabelinos.
La Constitución de 1869 está considerada como una constitución
inequívocamente democrática, en la que se volvía a proclamar la soberanía
nacional, pero incluyendo esta vez el sufragio universal masculino. El régimen
de libertades se amplió: asociación, reunión, expresión, correspondencia,
residencia y, como
novedad, la libertad de culto.
Se mantuvo la monarquía como forma de gobierno, pero se
definieron y separaron los poderes de modo más claro que en constituciones
anteriores: le correspondía al monarca el poder ejecutivo, que debía de ejercer
a través de sus ministros, responsables ante las Cortes, pero se le concedía el
poder de disolver las Cortes. En cuanto al poder legislativo, se establecía un sistema bicameral, con un Senado electivo como el Congreso.
Amadeo de Saboya mantuvo vigente esta constitución hasta
febrero de 1873, fecha en que se proclamó la Primera República Española.
až¢ LA REGENCIA DE SERRANO, 1869 – 1870: DIFICULTADES
ECONÓMICAS Y POLÍTICAS.
Había nueva constitución, pero España era una monarquía sin
rey, por ello, se instauró una regencia presidida por el general Serrano,
mientras que Juan Prim fue nombrado jefe de gobierno. Estaba descartada
la vuelta de la familia borbónica; pese a ello, Cánovas del
Castillo comenzó a formar un nuevo partido alfonsino para asegurar la defensa
de los derechos del
hijo de Isabel II.Prim afrontó la tarea de buscar un nuevo monarca. Su candidato favorito era Amadeo, por pertenecer a la dinastía
italiana de Saboya, una familia probadamente liberal. Pero
el matiz anticlerical que envolvía a los Saboya le restó puntos en el
parlamento español.
Había además otros candidatos. La candidatura más
problemática fue la de Leopoldo de Hohenzollern, que despertó la repulsa del
emperador francés, Napoleón III, y desembocó en la guerra francoprusiana de
1870. Prim consiguió evitar la implicación de España en esa guerra y logró que
las Cortes españolas aceptaran en 1870 a Amadeo de
Saboya, aunque por una mayoría no demasiado amplia.
Mientras buscaba rey, la Regencia elaboró un conjunto
de leyes y decretos encaminados a desarrollar la constitución: la Ley
Electoral, que confirmaba el sufragio universal masculino, Ley de Orden
Público, Código Penal, etc., e impulsó reformas económicas. Figuerola,
ministro de Hacienda, estableció una reducción progresiva de las tarifas
aduaneras.
El gobierno tuvo que afrontar además otros problemas:
1 – La guerra colonial estallada en Cuba,
conocida como
guerra larga, que duró desde 1868 hasta 1878.
2 – La insurrección republicana federal.
3 – La tentativa de insurrección carlista en 1869, al atravesar la frontera
española el pretendiente Carlos VII; fue sofocada por el gobierno.
4 – El descontento campesino y popular que ocasionó revueltas sociales y el
crecimiento del
asociacionismo obrero, promovido también por Fanelli, con el objetivo de
extender la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT).
až¢ EL REINADO DE AMDEO DE SABOYA, 1871 –1873: UN
INTENTO DE MONARQUÍA DEMOCRÁTICA.
Durante el reinado de Amadeo I se destacaron dos partidos escasamente
articulados: el radical de Zorrilla, que integraba a los demócratas, y el
constitucional de Sagasta, que incluía a progresistas y unionistas, que se
sucedían en medio de una gran inestabilidad política.
El reinado de Amadeo fue efímero debido a diversos factores: el asesinato de su
valedor, el general Prim, días antes de la llegada del rey a España; los
problemas heredados del período anterior ( insurrección
cubana y republicana) y la hostilidad de la nobleza y la burguesía española,
que lo consideraban un advenedizo, miembro además de una familia real enemiga
de la Iglesia. A todo ello se sumó un nueva
levantamiento carlista en 1872.
El rey, desbordado por los problemas, profundamente decepcionado por la
evolución política española y sintiéndose además rechazado por amplios sectores
de la sociedad, abdicó en febrero de 1873, aunque la razón concreta fuera el
enfrentamiento del gobierno, presidido en ese momento por Ruiz Zorrilla, y de
parte del Ejército a cuenta del asunto del arma de artillería.
až¢ LA PRIMERA REPÚBLICA, 1873 – 1874:
La abdicación de Amadeo I llevó a los diputados y senadores, reunidos en
Asamblea Nacional, a proclamar la República el 11 de febrero de 1873. La
situación política española durante la República fue
sumamente confusa e inestable. Las razones fueron diversas:
1 – La falta de apoyo popular y las divisiones ideológicas republicanas (entre
federalistas y unitarios).
2 – La incapacidad de la República para resolver los conflictos que tuvo que
afrontar:el recrudecimiento de las reivindicaciones sociales; el avance del
carlismo (Tercera Guerra Carlista, 1872 – 1876); la guerra sostenida contra los
rebeldes independentistas en Cuba 1868 – 1878); la rebelión cantonal (1873 –
1874), defendida por los sectores más intransigentes del federalismo.
La presidencia de la República fue desempeñada sucesivamente por:
- Estanislao Figueras, elegido por la Asamblea Nacional presidente de una
República unitaria, su débil gobierno fue desbordado por la presión de los
partidarios del
federalismo.
- Posteriormente, fue elegido Francisco Pi y Margall, que centró su actividad
en la elaboración de una constitución federal, pero no llegó a ser aprobada
porque los elementos más intransigentes del federalismo se levantaron en
la insurrección cantonal.
- Nicolás Salmerón presidió el nuevo gobierno que buscó apoyo
en los conservadores. Para solucionar los conflictos bélicos recurrió al Ejército y adoptó
medidas represoras.
- Emilio Castelar continuó la política de reacción del anterior. Con
ayuda de militares de prestigio, restableció la ley e y el orden, sofocó la
revuelta cantonal pero hizo depender demasiado la República del
Ejército. Su política conservadora retiró la confianza de la izquierda
republicana y en 1874 un golpe de Estado encabezado
por el general Pavía derribó por la fuerza la República federal.
El golpe de Estado de Pavía dio paso al gobierno autoritario del general
Serrano. Pero en diciembre de 1874 el general Martínez Campos se pronunció en
Sagunto y acabó con la República al proclamar rey de España a Alfonso XII, hijo
de Isabel II.