En lo alto de la meseta andina, en las
cercanías del
volcan Cotopaxi, se extiende la llanura
deTiocajas donde se libraron tres sangrientas batallas.
La primera fue en 1471, cuando Tupac-Yupanqui inició la conquista de
esas regiones y enfrentó aEplicachima, cuya muerte en combate
determinó el triunfo de los cuzqueños.
La segunda fue en 1493, durante la reconquista
incasica, cuando Huayna-Capac enfrentó y derrotó
a Calicuchima, quien luego de sangrientos choques fue obligado a retirarse
hacia Mocha.
Finalmente, en julio de 1534 se libró la
tercera, que fue la mas sangrienta y enfrentó a las fuerzas
conquistadoras de Sebastian de Benalcazar contra los
ejércitos quiteños de Rumiñahui.
En esa ocasión, Rumiñahui, al mando de 12.000
quiteños, intentó detener el avance de los conquistadores cuyo
ejército lo conformaban 200 españoles y 11.000 cañaris.
El general indígena había logrado una posición muy
ventajosa con relación a los invasores, y aprovechando las características
del
terreno, que conocía muy bien, empezó una sangrienta
carnicería (1).
«Hubo momentos en que eldestacamento español se sintió
desfallecido y vencido y entrevió la aproximación de su
tragedia Muchos de sus hombres -de esos admirables hombres que nunca se
aterraron en los combates- pusiéronse de rodillas, en medio
del terrible cerco indígena, implorando a gritos el auxilio divino,
creyentes como eran y abandonandose al destino Felizmente advino la
noche, y sus sombras favorecieron y protegieron a los
españoles» (O. E. Reyes.- Breve
Historia General del Ecuador, tomo I, p. 178).
La victoria pudo ser de los quiteños de no mediar dos factores que
obraron de manera determinante en el resultado de la lucha: El primero fue la
traición de un indio llamado Maygua (o Mayu), quien
escapandose del ejército de Rumiñahui reveló a los
españoles todas las estrategias y trampas preparadas por el general
quiteño (2); el otro fue la violentísima erupción
volcanica del Tungurahua (3), que fue tomada por los supersticiosos
indios como una advertencia del enojo de susdioses, por lo que atemorizados
emprendieron la retirada.
De los productos radiactivos liberados eran especialmente peligrosos el
yodo-131 (cuyo período de semidesintegración es de 8,04 días) y el cesio-137
(con un período de semidesintegración de unos 30 años), de los cuales,
aproximadamente la mitad, salieron de la cantidad contenida en el reactor.
Además, se estimó que todo el gas xenón fue expulsado al exterior del reactor.
Estos productos se depositaron de forma desigual, dependiendo de su volatilidad
y de las lluvias durante esos días.
Los más pesados se encontraron en un radio de 110 km, y los más volátiles
alcanzaron grandes distancias. Así, además del impacto inmediato en Ucrania y
Bielorrusia, la contaminación radiactiva alcanzó zonas de la parte europea de
la antigua Unión Soviética, y de Estados Unidos y Japón. EnEspaña, el Consejo
de Seguridad Nuclear (CSN) detectó pequeñas cantidades de yodo-131 y cesio-137,
por debajo de los límites aceptables de dosis de radiación, en las regiones
mediterráneas y en Baleares.
Para determinar los efectos de la radiación sobre la salud de las personas, la
Organización Mundial de la Salud desarrolló el IPHECA (Programa Internacional
sobre los Efectos en la Salud del Accidente de Chernobyl), de modo que pudieran
investigarse las posibles consecuencias sanitarias del accidente. Estas
consecuencias incluían efectos relacionados con la ansiedad producida en los
habitantes de las zonas más contaminadas como resultado de la evacuación de sus
casas, y del miedo a posibles daños futuros en la salud por los efectos
biológicos de la radiación. Además, el programa proporcionaba asistencia
técnica al sistema sanitario nacional de Bielorrusia, a la Federación Rusa y a
Ucrania, para aliviar las consecuencias sanitarias del accidente de Chernobyl.
Los resultados obtenidos con los proyectos piloto IPHECA han mejorado
considerablemente el conocimiento científico de los efectos de un accidente
radiactivo en la salud humana, para que puedan sentarse las bases de las guías
de planificación y del desarrollo de futuras investigaciones.
Las consecuencias inmediatas del accidente sobre la salud de las personas
fueron las siguientes:
237 personas mostraronsíntomas del Síndrome de Irradiación Aguda (SIA),
confirmándose el diagnóstico en 134 casos. 31 personas fallecieron durante el
accidente, de las cuales, 28 (bomberos y operarios) fueron víctimas de la
elevada dosis de radioactividad, y 3 por otras causas. Después de esta fase aguda,
14 personas más han fallecido en los diez años posteriores al accidente.
Entre 600.000 y 800.000 personas (trabajadores especializados, voluntarios,
bomberos, militares y otros) llamadas liquidadores, encargadas de las tareas de
control y limpieza, fallecidas en distintos períodos.
16.000 habitantes de la zona fueron evacuados varios días después del
accidente, como medida de protección frente a los altos niveles de radiación,
estableciéndose una zona de exclusión en los territorios más contaminados, en un
radio de 30 km alrededor de la instalación.
565 casos1 de cáncer de tiroides en niños fundamentalmente (de edades
comprendidas entre 0 y 14 años) y en algunos adultos, que vivían en las zonas
más contaminadas (208 en Ucrania, 333 en Bielorrusia y 24 en la Federación
Rusa), de los cuales, 10 casos han resultado mortales debido a la radiación.
Otros tipos de cáncer, en particular leucemia, no han registrado desviaciones
estadísticamente significativas respecto a la incidencia esperada en
condiciones normales.
Efectos psicosociales producidos por causas no relacionadas con la radiación,
debidos ala falta de información, a la evacuación de los afectados y al miedo
de los efectos biológicos de la radiación a largo plazo. Estos efectos fueron
consecuencia de la reacción de sorpresa de las autoridades nacionales ante el
accidente, en cuanto a la extensión, duración y contaminación a largas
distancias. Como los procedimientos de emergencia eran inexistentes, había poca
información disponible, haciéndose notar la desconfianza y la presión pública
para que se tomaran medidas, pero las decisiones oficiales no tuvieron en
cuenta los efectos psicológicos de la población, llevándose a cabo
interpretaciones erróneas de las recomendaciones de la International Commission
On Radiological Protection (ICRP) para los niveles de intervención de los
alimentos.Todo esto se vio traducido en un importante número de alteraciones
para la salud, como ansiedad, depresiones y varios efectos psicosomáticos. La
Organización Mundial de la Salud (OMS) compró equipos y suministros médicos
para los 3 países (Bielorrusia, Federación Rusa y Ucrania) por valor de cerca
de 16 millones de dólares. El resto de los gastos de los proyectos piloto se
dedicó a ayudas a los programas, reuniones científicas, cursos de entrenamiento
en instituciones extranjeras de investigación y en instituciones clínicas para
200 es
En esta histórica batalla luchó también
el valeroso general Quisquís.