Universidad de La Salle
Bajío
Campus Campestre
Escuela de Turismo
'Leyendas de México '
Introducción Al Turismo
1.
INTRODUCCION
El termino leyenda proviene del latín legenda, que
significa “lo que debe ser leído”. Con el paso del tiempo, la palabra leyenda
comenzó a referirse a una narración oral o escrita, que
incluyeelementos imaginativos pero que se presentan como verdadera o fundada en la realidad. Son historias que se transmiten de generación en
generación, generalmente de forma oral y con modificaciones según
la época y el contexto. Las leyendas se encuentran siempre
ligadas a un elemento preciso ya sea a criaturas cuya existencia no se
encuentra aprobada como sirenas, dragones, fantasmas o a un objeto, persona,
lugar, animal, etc., y se centra en la integración de dicho elemento a
la vida cotidiana o en la historia de la comunidad a la cual la leyenda
pertenece. Existen varios tipos de leyendas, a
continuación estaremos narrando sobre leyendas prehispanicas,
leyendas de la Nueva España, y leyendas contemporaneas. Al
igual que todas las leyendas, estas leyendas son en parte ciertas y parte
mentiras, pero lo que sí es un hecho es que
nosotros nunca sabremos la realidad a ciencia cierta del porqué de las mismas. Sin duda
alguna las leyendas que enseguida estaremos narrando son unas de las mas
interesantes y misteriosas que este país tiene.
2. LEYENDAS PREHISPANICAS.
2.1 La leyenda de la papaya.
Había una vez dos niños mayas que vivían
en el sur de México, se llamaban Nicté y Balam.
Una mañana Balam oyó una risa detras de un
arbol. Acudió y vio a un hombrecito
viejo, quién comía algo que tenía en su mano.
-¿Quién eres le preguntó.
- Me llamo kin Chob, conozco toda la selva y sus frutos. Como este
tandelicioso que ahora saboreo- dijo el hombrecito.
-¿Me das pidió Balam.
El viejo accedió. A Balam le
encantó y llamó a su hermana. El Kin Chob les dijo que ese
fruto era el chick put y que les convidaba por ser niños, pero que
estaba prohibido darselo a los hombres porque se adueñarían
de la selva para arrebatarle todos sus frutos.
Nicté y Balam regresaron a casa. Kin Chob les
regaló una chick put y les pidió que volvieran al día
siguiente, para cuando les daría un poco
mas de aquella delicia.
Durante la comida, su padre observó la fruta y les
dijo que le dieran. Al probarla, sintió un
gran deseo de comer mas. Entonces los niños le contaron la
historia del
viejo de la selva. Su padre les pidió que lo llevaran con él.
Pero como
era de noche se perdieron en el camino y su padre enfadado les dijo: -No
saldran de casa hasta que me digan dónde hallaron la fruta.
Como los niños no regresaron a la selva, Kin Chob se
dirigió a su casa y pidió que les dejaran verlos. Pero los
padres lo atraparon dentro de un costal.
-Déjenme ir- pidió el viejo
-Sólo si nos dices dónde esta la fruta.
Kin Chob accedió, pero con la condición de
llevarse a los niños a cambio. Los esposos aceptaron y el viejo
los condujo a los arboles de chick put o papaya.
Los padres de Nicté y Balam se hicieron ricos, porque mucha
gente acudió a comprar papayas. Sin embargo
ambos estaban tristes porque se percataron de que la riqueza, sin sus hijos,
notenía sabor alguno.
En ese instante pasó una anciana y les
pidió algo de comer. Lo único que tenían a la mano era una
papaya madura, por lo cual se la dieron. Y de pronto volvieron a escuchar las risas de sus niños.
A partir de ese momento, los padres de Balam y
Nicté se dedicaron a repartir arboles de papaya a quien se los
pidiera, con la esperanza de que en cada uno de sus frutos de aroma y sabor
incomparables revivirían el amor de sus hijos.
Nicté y Balam se quedaron a vivir con Kin Chob para siempre y se
hicieron cuidadores de la selva. Por eso cuando saboreamos una dulce papaya,
muchos recordamos a los niños que nos regalaron una de las frutas del
paraíso.
Los mayas para niños, cuentos y leyendas de ciudades y
animales. Pg. 79
Guillermo Murray
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2.2 La leyenda del Sol y la Luna
Principio del formulario
Antes de que hubiera día en el mundo, se reunieron los dioses en Teotihuacan.
-¿Quién alumbrara al mundo
preguntaron.
Un dios arrogante que se llamaba Tecuciztécatl,
dijo:
-Yo me encargaré de alumbrar al mundo.
Después los dioses preguntaron:
-¿Y quién mas? -Se miraron unos a
otros, y ninguno se atrevía a ofrecerse para aquel oficio.
-Sé tú el otro que alumbre -le dijeron a Nanahuatzin, que era un dios feo, humilde y callado y él obedeció
de buena voluntad.
Luego los dos comenzaron a hacer penitencia para llegar puros
al sacrificio. Después de cuatro días, los dioses se
reunieronalrededor del
fuego.
Iban a presenciar el sacrificio de Tecuciztécatl y
Nanahuatzin. Entonces dijeron:
-¡Ea pues, Tecuciztécatl! ¡Entra tú en el fuego! y Él hizo el intento de echarse, pero le dio miedo y
no se atrevió.
Cuatro veces probó, pero no pudo arrojarse
Luego los dioses dijeron:
-¡Ea pues Nanahuatzin! ¡Ahora prueba tú! -Y
este dios, cerrando los ojos, se arrojó al fuego.
Cuando Tecuciztécatl vio que Nanahuatzin se
había echado al fuego, se avergonzó de su cobardía y también
se aventó.
Después los dioses miraron hacia el Este y dijeron:
-Por ahí aparecera Nanahuatzin Hecho Sol-. Y
fue cierto.
Nadie lo podía mirar porque lastimaba los ojos.
Resplandecía y derramaba rayos por dondequiera.
Después apareció Tecuciztécatl hecho
Luna.
En el mismo orden en que entraron en el fuego, los dioses
aparecieron por el cielo hechos Sol y Luna.
2.3 La Leyenda de La Vainilla
Los totonacas emigraron de Teotihuacan
y se asentaron en las costas de Veracruz. Allí
construyeron el reino de Totonacapan.
Los jefes de aquel señorío levantaron
adoratorios a sus deidades, entre las que sobresalía Tonacayohua, que
cuidaba la siembra, el pan, y los alimentos.
En la cumbre de una de las mas altas sierras
cercanas a Papantla, tenía su templo Tonacayohua de cuyo aderezo y ritos
estaban encargadas seis jóvenes pobres que desde niñas eran
dedicadas especialmente a ella y que hacían voto de castidad de por
vida.
Entiempos del rey Tenitztli, nació de una de sus esposas, una
niña bellísima a la que llamaron Tzacopontziza que significa
Lucero del Alba. Su padre la
consagró al culto de la diosa para que ningún mortal se le
acercara.
Un joven príncipe llamado Zkatan-Oxga, el Joven
Venado, se prendó de ella. Sabía que poner sus ojos en la
doncella era sacrilegio penado con el degüello. Un
día que Lucero del Alba salió del templo para recoger tortolitas y
ofrendarlas a la diosa, su enamorado la raptó y huyó con ella a
lo mas abrupto de la montaña.
De pronto se les apareció un espantable
monstruo que los envolvió con oleadas de fuego y los obligó a
retroceder. Al llegar al camino, ya los sacerdotes los esperaban airados y,
príncipe y princesa fueron degollados de un
solo tajo. Sus cuerpos, aún calientes fueron llevados
hasta el adoratorio. Allí, tras extraerles los
corazones, fueron arrojados en el altar de la diosa.
En el lugar que se les sacrificó, la hierba menuda empezó a
secarse, como
si la sangre de las dos víctimans allí regada tuviera un
maléfico influjo. Pocos meses después principió a brotar un arbusto, pero tan prodigiosamente, que en unos cuantos
días se elevó varios palmos del suelo y se cubrío de espeso
follaje.
Cuando alcanzó su crecimiento total, comenzó a
nacer junto a su tallo una orquídea trepadora. Una mañana
se cubrío de mínimas flores
y todo aquel sitio se inundó de aromas.
Atraídos por tanto prodigio, lossacerdotes y el pueblo no dudaron ya de
que la sangre de los dos príncipes se había transformado en un arbusto y orquídea. Y su pasmo subío de
punto cuando las florecillas se convirtieron en largas y delgadas vainas, que
al entrar en sazón, al madurarse, despedían un
perfume todavía mas penetrante, como si el alma inocente de Lucero del Alba
se hubiera convertido en la fragancia mas exquisita.
La orquídea fue objeto de reverencioso culto; se le declaró
planta sagrada y se elevó como ofrenda divina hasta los
adoratorios totonacas.
Así, de la sangre de una princesa, nacío la vainilla que en
totonaco es llamada Caxixanat ( flor recóndita
) y en azteca Tlixóchitl ( flor negra ).
2.4 EL ENANO DE UXMAL
En la aldea de Kaban vivía una vieja con fama de bruja. Cierta
vez encontró un huevo pequeñito y llena
de alegría lo guardó en un sitio tibio y oscuro. Todos los días lo sacaba para contemplarlo y acariciarlo.
Y sucedió que después de varias semanas, el huevo se abrió
y nació un niño. La bruja lo
arrulló, pero como no podía alimentarlo
buscó una mujer recién parida. Vino la mujer y amamantó al
niño como
si fuera su propio hijo. Al ver tanta ternura la bruja le dijo:
—De hoy en adelante tú seras la madre y yo seré la
abuela.
El niño creció un
palmo y no mas y, en poco tiempo, cambió de aspecto; tuvo barba y
se le hizo grande la nariz. Era, pues, un enano.
Cuando la bruja se dio cuenta de
esto, quiso mas ala criatura.
Como la mayor parte del
tiempo la bruja permanecía junto al fogón, el enano
sospechó que algún misterio guardaba aquel sitio y así se
propuso averiguarlo. En un descuido de la bruja,
hurgó en la cenizas y tropezó con un tunkul [instrumento de
percusión hecho con un tronco hueco]. En cuanto lo
tuvo en sus manos, lo golpeó y su sonido se oyó a mucha
distancia. Al oír tal ruido, la bruja
vino, se acercó a su nieto y le dijo:
—Lo que has hecho ya no tiene remedio. Pero te
digo que no pasara mucho tiempo sin que sucedan cosas que
llenaran de espanto a la gente y tú mismo te veras
envuelto en sus consecuencias.
El enano contestó:
—Yo no soy viejo y las veré.
La bruja replicó:
—Yo soy vieja y las veré también.
El rey de Uxmal y sus
consejeros sabían que el ruido de aquel tunkul anunciaba el fin del
reinado; pero éstos, por no afligir a su señor, le dijeron:
—Lucha contra tu destino
—¿Cómo?—preguntó el rey.
—Busca al que tocó el tunkul; acaso de sus labios oigas la verdad
que necesitas.
El rey ordenó que sus guardias salieran en busca
del
que tocó el tunkul; y después de mucho andar, lo hallaron y lo
trajeron al palacio. Al ver al enano el rey le dijo:
—¿Qué anuncia el ruido de ese
tunkul?
—Tú lo sabes mejor que yo—contestó el enano.
—¿Me puedo librar de que se cumpla la
profecía?—pregunto el rey.
—Manda hacer un camino que vaya de Uxmal a Kaban y
cuando esté listo volveré yentonces te daré mi
respuesta—dijo el enano.
El camino quedó hecho en poco
tiempo y por él vinieron el enano y la bruja. Entonces el rey
preguntó al enano:
—¿Cual es tu respuesta?
—La sabras si resistes la prueba que te
pondré.
—¿Cual es?
—Que en tu cabeza y la mía se rompa un
cocoyol [fruto de hueso muy duro].
—Esta bien, pero tú sufriras la primera
prueba—dijo el rey
—Acepto, si así lo deseas.
Se acercó el verdugo y colocó sobre la
cabeza del
enano un cocoyol y descargó un golpe . El enano sacudió la melena y se levantó sonriendo.
Entonces el rey, en el silencio, se quitó el manto y subió al
cadalso y el verdugo le colocó un cocoyol en la
cabeza. Al primer golpe el rey quedó muerto.
En el acto el enano fue proclamado rey de Uxmal y ese mismo día la bruja lo llamó y le dijo:
—Ya eres rey. Sólo esto esperaba para morir.
No me llores porque mi muerte no es cosa de dolor. Cumple con la justicia que
aprendiste de mí. Oye el consejo de todos y sigue el
mejor. No le tengas miedo a la verdad aunque sea amarga. Sé antes
benigno que justo. Destierra de tu corazón la
venganza. Acata la voz de los dioses pero no seas
sordo a la de los hombres. No desdeñes a los humildes y no te confíes, ciego, en los poderosos.
Por un tiempo el enano
siguió los consejos de la bruja y la felicidad se extendió por el
reino. Pero con los años cambió de espíritu,
cometió injusticias, se volvió tirano y tanto creció su
orgullo queun día dijo a sus consejeros:
—Haré un dios mas poderoso que
todos los dioses que nos rigen.
Y en seguida mandó hacer una estatua de barro y
la puso sobre una hoguera y con el fuego se endureció y vibró como
si fuera campana. Entonces el pueblo creyó que la
estatua hablaba y la adoró. Por esta
herejía, los dioses destruyeron Uxmal.
2.5 EL HOMBRE QUE VENDIÓ SU ALMA
Cierta vez un hombre bueno pero infeliz decidió
salir de apuros vendiendo su alma
al diablo. Invocó a Kizín y cuando los tuvo delante
le dijo lo que quería. A Kizín le agradó la idea de
llevarse el alma de un hombre bueno.
A cambio de su alma el hombre pidió siete
cosas; una para cada día. Para el
primer día quiso dinero y en seguida se vio con los bolsillos llenos de
oro. Para el segundo quiso salud y la tuvo perfecta. Para el
tercero quiso comida y comió hasta reventar. Para el cuarto quiso mujeres
y lo rodearon las mas hermosas. Para el quinto quiso poder y
vivió como
un cacique. Para el sexto quiso viajar y, en un abrir y cerrar de ojos, estuvo en mil lugares.
Kizín le dijo entonces:
—Ahora ¿qué quieres? Piensa en que es el
último día.
—Ahora sólo quiero satisfacer un
capricho.
—Dímelo y te lo concederé.
—Quiero que laves estos frijolitos negros que
tengo, hasta que se vuelvan blancos.
—Eso es facil— dijo Kizín.
Y se puso a lavarlos, pero como no se blanqueaban, pensó: 'Este
hombre me ha engañado y perdí un alma. Para
queesto no me vuelva a suceder, de hoy en adelante habra frijoles negros, blancos, amarillos y rojos'.
3. Leyendas de la Nueva España
3.1 El Callejón del Beso
Se cuenta que Doña Carmen era hija única de su padre
intransigente y violento, pero como suele suceder, siempre triunfa el amor por
infortunado que este sea. Doña Carmen era acortejada por su galan
Don Luis, en un templo cercano al hogar de la
doncella, primero ofreciendo de su mano a la de ella el agua bendita. Al ser
descubierta sobrevivieron al encierro, la amenaza de enviarla a un convento, y
lo peor de todo, casarla en España con un viejo y rico noble, con el
que, ademas, acrecentaría el padre su mermada hacienda
La bella y sumisa criatura y su dama de compañía, Doña
Brígida lloraron e imploraron juntas. Así, antes de someterse al
sacrificio, resolvieron que Doña Brígida llevaría una
carta a Don Luis con la nefasta nueva.
Mil conjeturas se hizo el joven enamorado, pero de ellas
hubo una que le pareció la mas acertada. Una ventana de la casa
de Doña Carmen daba hacia un angosto callejón, tan estrecho, que
era posible, asomado a la ventana, tocar con la mano la pared de enfrente.
Si lograra entrar a la casa frontera podría hablar con su amada, y entre
los dos, encontrar una solución a su problema. Preguntó
quién era el dueño de aquella casa y la adquirió a precio
de oro.
Hay que imaginar cual fue la sorpresa de Doña Carmen, cuando,
asomada asu balcón, se encontró a tan corta distancia con el
hombre de sus sueños. Unos cuantos instantes habían transcurrido
de aquel inenarrable coloquio amoroso, y cuando mas abstraídos se
encontraban los amantes, del fondo de la pieza se
escucharon frases violentas. Era el padre de Doña
Carmen increpando a Brígida, quien se jugaba la misma vida por impedir
que su amo entrara a la alcoba de su señora.
El padre arrojó a la protectora de Doña Carmen, como era natural, y
con una daga en la mano, de un solo golpe la clavó en el pecho de su
hija. Don Luis enmudeció de espantola mano de
Doña Carmen seguía entre las suyas, pero cada vez mas
fría. Ante lo inevitable, Don Luis dejó un
tierno beso sobre aquella mano tersa y palida, ya sin vida.
El lugar existe y es sin duda uno de los mas
típicos de la ciudad de Guanajuato, y precisamente se le llama El
Callejón del Beso.
3.2 La Casa del Trueno(Leyenda Totonaca)
Cuentan los viejos que entre Totomoxtle y Coatzintlali existía una
caverna en cuyo interior los antiguos sacerdotes habían levantado un
templo dedicado al Dios del Trueno, de la lluvia y de las aguas de los
ríos. Eran tiempos en los que aún no llegaban los hispanos ni las portentosas razas, conocidas hoy como totonacas, que poblaron el lugar de Veracruz que después llamaron
Totonacan. Y siete sacerdotes se reunían cada tiempo en que era menester
cultivar la tierra y sembrar las semillas y cosechar los frutos, sieteveces
invocaban a las deidades de esos tiempos y gritaban entonaban canticos a
los cuatro vientos o sea hacia los cuatro puntos cardinales, porque
según las cuentas esotéricas de esos sacerdotes, cuatro por siete
eran 28 y ventiocho días componen el ciclo lunar.
Siguen diciendo las viejas crónicas que se han
convertido en asombrosas leyendas, que esos viejos sacerdotes hacían
sonar el gran tambor del
trueno y arrastraban cueros secos de los animales por todo el ambito de
la caverna y lanzaban flechas encendidas al cielo. Y poco
después atronaban el espacio furiosos truenos y los relampagos
cegaban a los animales de la selva y a las especies acuaticas que
moraban en los ríos.
Llovía a torrentes y la tempestad rugía sobre la cueva durante muchos días y muchas noches y había
veces en que los ríos Huitizilac y el de las mariposas, Papaloapan, se
desbordaban cubriendo de agua y limo las riberas y causando inmensos desastres.
Ycuanto mas arrastraban los cueros mayor era el ruido
que producian los torrentes y cuanto mas se golpeaba el gran tambor
ceremonial, mayor era el ruido de los truenos cuanto mas
relampagos significaba mayor número de flechas incendiarias.
Pasaron los siglos
Y un día arribaron al lugar grupos de gentes
ataviadas de un modo singular, trayendo consigo otras costumbres, y otras leyes
y otras religiones. Se decían venidos de otras tierras allende el gran
mar de turquesas (Golfo de México) y tantohombres, como mujeres y
niños, tenían la característica de estar siempre sonriendo
como si fueran los seres mas felices de la tierra y tal vez esa
alegría se debía a que después de haber sufrido mil
penurias en las aguas borrrascosas de un mar en convulsión habían
por fin llegado a las costas tropicales, donde había de todo, así
frutos como animales de caza, agua y clima hermoso.
Se asentaron en ese lugar al que dieron por nombre, en
su lengua Totonacan y ellos mismos se dijeron totonacas.
Pero los sacerdotes, los siete sacerdotes de la caverna del trueno no
estuvieron conformes con aquella invasión de los extranjeros que
traían consigo una gran cultura y se fueron a la cueva a producir
truenos, relampagos, rayos y lluvias y torrenciales aguaceros con el fin
de amendrantarlos.
En los antiguos registros que los milenios han
borrado, se dice que llovió mucho y durante varios días y sus
noches, hasta que alguien se dió cuentra de que esas tempestades las
provocaban los siete hechiceros, los siete sacerdotes de la caverna de los
truenos.
No siendo amigos de la violencia, los totonacas los embarcaron en un pequeño bajel y dotandoles de provisiones y
agua los lanzaron al mar de las turquesas en donde se perdieron para siempre.
Pero ahora era preciso dominar a esos dioses del trueno y de las lluvias para
evitar el desastre del pueblo totonaca recién asentado y para el efecto
se reunieron los sabios y los sacerdotes ygentes principales y decidieron que
nada podría hacerse contra esas fuerzas que hoy llamos sencillamente
naturales y que sería mejor rendirles culto y pleitesía, adorar a
esos dioses y rogarles fueran magnanimos con ese pueblo que acababa de
escapar de un monstruoso desastre.
Y en ese mismo lugar en donde había el templo y
la caverna y se ejercía el culto al Dios del trueno, los totonacas u
hombres sonrientes levantaron el asombroso templo del Tajín, que en su
propia lengua quiere decir lugar de las tempestades. Y no sólo se
rindió culto al Dios del Trueno sino que se le
imploró durante 365 días, como
número de nichos tiene este pasmoso monumento invocando el buen tiempo
en cierta época del
año y la lluvia, cuando es menester fertilizar las sementeras.
Hoy se levanta este maravilloso templo conocido en
todo el mundo como
piramide o templó de El tajín en donde curiosamente
parecen generarse las tempestades y los truenos y las lluvias torrenciales.
Así nació la piramide de El Tajín, levantada con
veneración y respeto al Dios del Trueno, adorado por aquellas gentes que
vivieron mucho antes de la llegada de los extranjeros, mucho antes de la
llegada de los totonacas, cuando el mundo parecía comenzar a existir.
3.3 “Las Momias de Guanajuato”
Guanajuato es una ciudad con muchos atractivos para el viajero, por su
fisonomía que es única, por su historia que es maravillosa, por
su abolengo cultural que la coloca en unsitio de privilegio en el país y
mas alla de sus fronteras; por sus manifestaciones artísticas
a través de su teatro universitario, su Orquesta Sinfónica y su
Estudiantina.
Sí, así es en efecto pero las cosas raras
siempre seran motivo de singular atracción.
La gran mayoría de turistas, los que por primera vez vienen a
Guanajuato, han recibido de los anteriores, de manera
especial, dos recomendaciones: el Callejón del Beso y que vean las
Momias.
La momificación se debe, sin que sea esta una opinión
científica, a la ventilación especial, es decir, a la altura
mas bien que al terreno pues lo mismo ocurre en las gavetas que en el
suelo.
Con toda seguridad que el fenómeno tiene lugar desde que fueron
exhumados del
Panteón Municipal, al termino del
tiempo reglamentario, los primeros cadaveres.
Ese termino es de cinco años, pero la
momificación debe consumarse antes.
El dato de mayor importancia para nuestra población es
la circunstancia de la gran mortandad que hubo y porque varios de los cuerpos,
por temor a que se propagara mas la peste eran inhumados casi en seguida
de que se declaraban muertos. Así
sucedía que en algunos casos se les sepultaba cuando en realidad
todavía no expiraban, de modo que al volver de aquel estado
cataléptico, ya en la tumba, morían finalmente por
desesperación, por angustia o por asfixia. De ahí esa
mueca de dolor que hay en algunas momias.
Esto fue cuando la peste del cólera morbus
queregistró en nuestra población alla por 1833. Aun no existía l panteón actual (1861), que es donde
se verificó la momificación.
Tal era la cantidad de muertos, que fue necesario abrir panteones
complementarios en las de la Compañía San Francisco, San Diego,
Santa Belén, San Roque, San Sebastian. Esta es una de las
mas antiguas.
A partir de 1861, fecha en que se inauguró el Panteón Municipal
siendo Gobernador del Estado del General Francisco Pacheco, datan las
primeras momificaciones. El primer cadaver momificado
que se exhibió correspondió al doctor francés Remigio
Leroy, en 1965, que aún existe.
Desde hace muchos años las momias se exhiben al publico en una cripta
que se halla justamente debajo del lugar donde se registra este
hecho curioso. En una galería que hay al fondo se ofrece el macabro
espectaculo, formando las momias una doble fila como 15 metros de
fondo y acertadamente detras de una vidriera.
Por todo lo anteriormente expuesto en forma tan llana, el publico debe
desechar, por inciertas, todas esas leyendas baratas que cuenta la gente.
3.4 La Llorona
Corría el año de 1926 cuando un hombre llamado Jesús,
locamente enamorado de una mujer llamada Paula, fue a buscarla a la una de la
madrugada; encontrandose con ella en la que ahora es la calle
Jazmín a la altura de Jacarandas del Barrio de San Juan. Paula le
echó en cara el porqué no la
había ido a buscar mas temprano. Entonces
Jesús la invitó a pasear. Llegarona una presa y
ahí, bajo la palida luz de la luna,
contemplaron la quietud de las aguas. Ella lo invitó a bañarse,
sintiendo Jesús un escalofrío que
recorrió todo su cuerpo. Jesús la miró
fijamente y con sorpresa descubrió que el rostro de su amada era ya una
horrible calavera, cuyos ojos y boca desdentada desprendían fuego.
Aquel ser infernal le dijo entonces estas palabras: “Si no fuera la letra
primera de tu nombre tan grande, te llevaría
conmigo en cuerpo y alma”. Y, lanzando un
espeluznante llanto, se lanzó a las frías aguas de la presa. A
este personaje se le llama la Llorona y aún dicen que cada 30 o 31 de
mes se le ve caminando por la calzada del barrio.
3.5 El Jinete sin Cabeza
Y el silencioso crepúsculo se arrebujaba entre la dulce
meditación en que la llanura solía extasiarse. Las aves
herían con su alegre sinfonía la quietud majestuosa de la tarde.
Lejos donde el sol parece arder entre el candente pebetero de la
lejanía, un grupo de garzas van copiando sus
finísimos plumajes en los colores maravillosos de los exóticos
paisajes, en cuyos celajes hay tintes de presagio de penas melancólicas.
Todo el ambiente parece guardar instantes de santa meditación, y en las
copas floridas
de los centenarios arboles, el viento arrecuesta sus erizados cabellos.
Es verano. Y toda la llanura
esta reseca y solitaria, con aquella triste melancolía. Ha
sido un atardecer maravilloso, y pronto sus
poéticas bellezasdevoraran la noche que pronto llegara.
Alla en el corredor de la Hacienda, el Viejo Patrón lee con
devota atención el periódico del día, volando de cuando en
cuando bocanadas de humo de pipa.
Son pasadas las seis de la tarde; este busca tomar un
poco de aire fresco. En los corrales, el ganado espera entrar
en reposo y de cuando en cuando óyense los últimos gritos de los
sabaneros que arrean una punta de ganado de ordeño. La peonada se
ha concentrado en la cocina y sentados al contorno de una mesa tosca y
ennegrecida saborean con apetito la merienda del día.
Los congos
con sus notas de órgano no cesan de cantar el allegro grandioso.
Todo el llano se puebla
de sombras y en los corredores de la inmensa casona de la hacienda los candiles
lanzan su luz cobriza. Patricia, la hija mayor del
Patrón, se ha acercado hasta su lado un poco nerviosa, pues Rosendo, uno
de los sabaneros acababa de contar, una terron'tica narración, de las
que suelen contarle cuando termina el trajín.
-¿Qué te pasa hija mía?
Preguntó aquel viejo, apartando un rato su pipa
de su boca, con aquella seriedad de hombre respetable.
-Vieras papa que Rosendo estaba contando en
la cocina que aquí asustan,, que llega tocias las noches hasta el
corredor un jinete sin cabeza.
Una sonrisa picaresca dejó escaparse de entre su
tupido bigote.
-No temas hijita, son supersticiones; son leyendas que estos hombres
suelen contarse en sus ratos de ocio, para pasar eltiempo.
-Pero papa, dijo la chiquilla, ¿a qué viene esto?
-Yo te lo contaré, escúchame.
-Siendo yo bastante joven, me contaba mi abuela que en aquellos dorados tiempos
cuando la hacienda contaba con todas las comodidades del caso, pe celebraba con
gran pompa la fiesta del nacimiento del Niño Dios, por supuesto que era
una fiesta preparada, donde nadie de la numerosa concurrencia se iba con el
estómago vacío. Pues bien, Luciano, muchacho de buenos sentimientos,
hijo del Patrón de la hacienda, tenía una novia, la cual
quería mucho, por lo cual estaba haciendo preparativos para la boda,
cuya fecha fijada sería el 25 de diciembre, en que se casaría con
Carmel ita, una preciosa chiquilla, la flor del llano, que había
entregado la fragancia de su perfume a un corazón enamorado.
José, sabanero dotado de malos sentimientos, que trabajaba en una de las
haciendas cercanas a esta, estando también enamorado de Carmelita y
lleno de celos, al saber que ésta pronto se casaría con Luciano,
decidió una tarde irlo a 'ispiar' al cruce del camino de la
plazuela, y así saciar su criminal y cruel instinto.
En efecto Luciano sin saber nada de lo que ocurría, volvía
alegremente a la hacienda, cuando al pasar por el lugar, José sin
masticar palabra alguna se lanzó encima del desafortunado
muchacho descargando su arma criminal y cortandole la cabeza.
El criminal se dio a la fuga y no se volvió a saber
mas de su paradero. Por eso hijamía cuando en las noches
de luna y calma, y el llano duerme entre misterios o secretos, se escucha el
trotar lejano de un caballo que viene acercandose a la hacienda, luego
se oye que desmonta alguien, entra al corredor después de pasearse largo
rato vuelve a montar y se aleja por el llano.
Cuentan los que han visto que es un jinete sin cabeza,
es el mismo que en otros tiempos fue víctima de aquella tragedia
pasionaria; es el alma de Luciano que busca entre el misterio de la muerte y la
realidad de la vida, la linda mujer de sus sueños perdida en vísperas
de su boda.
-Ya vez, hijita, esta es la leyenda que Rosendo quiso contarles a los
compañeros. Ahora, anda tranquila a dormir, que yo te
seguiré, y olvida esa superstición, y que Dios te
acompañe.
Patricia después de oir aquel relato, dio un
beso a su padre y paso a paso sumida entre un profundo silencio, fue en busca del descanso. En el
zaguan sillero, un sabanero al compas de una vieja guitarra,
rumiaba sus penas en las dolientes notas de una canción, triste y
sentimental, canción que lleva y vuela en la fría brisa de los
llanos a ser posadas en las copas florecidas de los arboles centenarios,
canción que hace llegar hasta el blando lecho, donde duerme la amada
mujer, de sus sueños.
4. LEYENDAS CONTEMPORANEAS
4.1 LOS DOS APARECIDOS DE REAL DE CATORCE
En medio de un desierto de cactos y matorrales se
levanta el pueblo de Real de Catorce, en el estadode San Luis Potosí. Para
entrar a la población, es necesario cruzar un
cerro mediante un largo túnel que desemboca en lo que ahora casi es una
ciudad fantasma. Pero no siempre fue así, pues durante
la Colonia era un importante centro minero, el cual, incluso poseía su
propia casa de moneda.
Lamentablemente, en el siglo XIX se inundó buena parte
de las minas y la urbe sufrió una rapida decadencia. Mas
aún, permanece en ella un misterioso atractivo
capaz de generar varias historias de tesoros escondidos y de fantasmas.
Así, según los testimonios recogidos por el investigador Homero
Adame, los pobladores actuales de Real de Catorce y sus alrededores
todavía cuentan las siguientes historias de aparecidos.
Hace muchos años, un joven trabajador de la
estación de ferrocarril Catorce desarrollaba su acostumbrada rutina de
mantenimiento de las vías. En medio del espeso calor del desierto (al cual, sin embargo, ya se
había acostumbrado), el 'garrotero' supervisaba la
colocación de unos rieles.
Alzados por una pequeña grúa, el sol del atardecer se
reflejaba con crudeza sobre ellos. Sin embargo, la carga era demasiado grande
para las cadenas que la suspendían sobre el suelo: sólo se escuchó
un ruido seco y el alboroto de los operadores. En
honor del obrero
caído, se bautizó a la siguiente estación con el apellido del hombre: Wadley.
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Tiempo después, una de tantas locomotoras se acercaba a gran velocidad a
la estaciónCatorce. El enérgico sonido se extendía hasta
el pueblo, dormido a esas horas de la madrugada. De
improviso, el conductor advirtió una luz al lado de la vía,
seguramente de un trabajador que le pedía
aminorar la marcha. Obediente, el maquinista bajó la
velocidad hasta arribara la estación. Allí se
enteró de que ningún obrero se hallaba en servicio; mas
aún, le avisaron de la peligrosidad de un tramo
por el cual acababa de pasar, donde ya habían ocurrido varios
accidentes.
Así, el tren se salvó de un
descarrilamiento y también comenzó la leyenda de El Garrotero, el
fantasma del
joven Wadley, quien aún hoy protege con su lampara a cuanto
convoy corra peligro cerca de Real de Catorce.
Otra historia muy difundida en la zona es la de El Jergas, un
fantasmal habitante de las minas. En una excavación cercana a Real de
Catorce (de las pocas actualmente activas) hasta hace poco laboraba un experimentado obrero, quien perdió la vida bajo un
alud de rocas o intoxicado, no se sabe exactamente cómo. Meses
después, un joven trabajador, nuevo en el
túnel, laboraba como
todos los días en un sector solitario. Al no poder voltear un carro con rocas, se alejó para pedir ayuda; mas en
el camino se topó con otro trabajador, desconocido para él.
Entre ambos movieron la carga y se despidieron. Pero
al terminar el día, ¡qué sorpresa se llevó nuestro
minero cuando nadie supo darle razón del misterioso
personaje! Desde entonces, variosjornaleros han
asegurando haber recibido ayuda de un extraño compañero,
bautizado en la región como
El Jergas.
Sin embargo, éste también tiene su lado travieso, pues a otros
prefiere asustarlos y alejarlos de las vetas, como si fuera el
guardian de la codiciada plata.
4.2 La Mulata de Córdoba
Cuenta la tradición, que hace mas de dos siglos y en la
poética ciudad de Córdoba, vivió una célebre mujer,
una joven que nunca envejecía a pesar de sus años. Nadie sabía hija de quién era, pero todos la llamaban
la Mulata.
En el sentir de la mayoría, la Mulata era una bruja, una
hechicera que había hecho pacto con el diablo, quien la visitaba todas
las noches, pues muchos vecinos aseguraban que al pasar a las doce por su casa
habían visto que por las rendijas de las ventanas y de las puertas
salía una luz siniestra, como si por dentro un poderoso incendio
devorara aquella habitación.
Otros decían que la habían visto volar por los tejados en forma
de mujer; pero despidiendo por sus negros ojos miradas
satanicas y sonriendo diabólicamente con sus labios rojos y sus
dientes blanquísimos.
De ella se referían prodigios.
Cuando apareció en la ciudad, los jóvenes,
prendados de su hermosura, disputaban se la conquista de su corazón.
Pero a nadie correspondía, a todos desdeñaba, y
de ahí nació la creencia de que el único dueño de
sus encantos, era el señor de las tinieblas.
Empero, aquella mujer siempre joven, frecuentaba lossacramentos, asistía
a misa, hacía caridades, y todo aquel que imploraba su auxilio la
tenía a su lado, en el umbral de la choza del pobre, lo mismo que junto
al lecho del moribundo.
Se decía que en todas partes estaba, en distintos puntos y a la misma
hora; y llegó a saberse que un día se la vio a un tiempo en
Córdoba y en México; 'tenía el don de ubicuidad'
- dice un escritor - y lo mas común era encontrarla en una caverna.
'Pero éste - añade - la visitó en una accesoria;
aquél la vio en una de esas casuchas horrorosas que tan mala fama tienen
en los barrios mas inmundos de las ciudades, y otro la conoció en
un modesto cuarto de vecindad, sencillamente vestida, con aire vulgar, maneras
desembarazadas, y sin revelar el magico poder de que estaba
dotada.'
La hechicera servía también como abogada de imposibles. Las
muchachas sin novio, las jamonas pasaditas, que iban perdiendo la esperanza de
hallar marido, los empleados cesantes, las damas que ambicionaban competir en
túnicas y joyas con la Virreina, los militares retirados, los
médicos jóvenes sin fortuna, todos acudían a ella, todos
invocaban en sus cuitas, y a todos los dejaba contentos, hartos y satisfechos.
Por eso todavía hoy, cuando se solicita de alguien una cosa
difícil, casi irrealizable, es costumbre exclamar: -¡No soy la
Mulata de Córdoba!
La fama de aquella mujer era grande, inmensa. Por todas partes se hablaba de ella y en diferentes lugares de Nueva España sunombre
era repetido de boca en boca.
'Era en suma -dice el mismo escritor- una Circe, una Medea, una Pitonisa,
una Sibila, una bruja, un ser extraordinario a quien nada había oculto,
a quien todo obedecía y cuyo poder alcanzaba hasta trastornar las leyes
de la naturaleza Era, en fin, una mujer a quien hubiera colocado la
antigüedad entre sus diosas, o a lo menos entre sus mas veneradas
sacerdotisas; era un médium, y de los mas privilegiados, de
los mas favorecidos que disfrutó la escuela espirita de aquella
época ¡Lastima grande que no
viviera en la nuestra! ¡De qué portentos no fuéramos
testigos! ¡Qué revelaciones no haría en su tiempo!
¡Cuantas evocaciones, cuantos espíritus no
vendrían sumisos a su voz! ¡Cuantos
incrédulos dejarían de serlo!'
¿Qué tiempo duró la fama de aquella
mujer, verdadero prodigio de su época y admiración de los futuros
siglos? Nadie lo sabe.
Lo que sí se asegura es que un día la
ciudad de México supo que desde la villa de Córdoba había
sido traída a las sombrías carceles del Santo Oficio.
Noticia tan estupenda, escapada Dios sabe cómo de los impenetrables
secretos de la Inquisición, fue causa de atención profunda en
todas las clases de la sociedad, y entre los platicones de las
tiendas del Parian se habló mucho de aquel suceso y hasta hubo un
atrevido que sostuvo que la Mulata, no era hechicera, ni bruja, ni
cosa parecida, y que el haber caído en garras del Santo Tribunal, lo
debía auna inmensa fortuna, consistente en diez grandes barriles de
barro, llenos de polvo de oro. Otro de los tertulianos aseguró que ademas
de esto se hallaba de por medio un amante desairado,
que ciego de despecho, denunció en Córdoba a
la Mulata, porque ésta no había correspondido a sus
amores.
Pasaron los años, las hablillas se olvidaron, hasta que otro día
de nuevo supo la ciudad, con asombro, que en el próximo auto de fe que se preparaba, la hechicera, saldría con coroza
y vela verde. Pero el asombro creció de punto cuando
pasados algunos días se dijo que el pajaro había volado
hasta Manila,
burlando la vigilancia de sus carcelerosmas bien dicho,
saliéndose delante de uno de ellos.
¿Cómo había sucedió esto?
¿Qué poder tenía aquella mujer, para dejar
así con un palmo de narices, a los
muy respetables señores inquisidores?
Todos lo ignoraban. Las mas
extrañas y absurdas explicaciones circularon por la ciudad. hubo quién afirmaba, haciendo la señal de la
cruz, que todo era obra del
mismo diablo, que de incógnito se había introducido a las
carceles secretas para salvar a la Mulata. Quién
recordaba aquello de que dadivas quebrantan rejas; y hubo
algún malicioso que dijese que todo lo vence el amor y que
los del Santo Oficio,
como mortales
eran también de carne y hueso.
He aquí la verdad de los hechos.
Una vez, el carcelero penetró en el inmundo calabozo de la hechicera, y
quedóse verdaderamente maravillado alcontemplar en una de las paredes,
un navío dibujado con carbón por la Mulata, la cual le
preguntó con tono irónico:
- ¿Qué le falta a ese navío?
-Desgraciada mujer- contestó el interrogado, si quisieras salvar tu alma de las horribles penas del infierno, no estarías
aquí, y ahorrarías al Santo Oficio el que te juzgase! ¡A este barco únicamente le falta que ande! ¡Es
perfecto!
- Pues si vuestra merced
lo quiere, si en ello se empeña, andara, andara y muy
lejos
- ¡Como! ¿A ver?
- dijo la Mulata.Y ligera saltó al
navío, y éste, lento al principio, y después rapido
y a toda vela, desapareció con la hermosa mujer por uno de los rincones del calabozo.
El carcelero, mudo, inmóvil, con los ojos salidos de sus órbitas,
con el cabello de punta, y con la boca abierta, vio aquello sorprendido. ¿Y después? Hable un poeta
Cuenta la tradición que algunos años después de estos
sucesos, hubo un hombre, en la casa de los locos detenido, y que hablaba de un
barco que una noche bajo el suelo de México cruzaba llevando una mujer
de altivo porte, era el inquisidor; de la Mulata nada se volvió a saber,
mas se supone que en poder del demonio esta gimiendo.
¡Déjenla entre las llamas los lectores!
4.3 Las Calles del Indio Triste
Las calles que llevaron los nombres de 1ª y 2ª del Indio Triste
(ahora 1ª y 2ª del Correo Mayor y 1ª del Carmen), recuerdan una
antigua tradición que un viejo vecino de dichas calles
refería con todos suspuntos y comas, y aseguraba y protestaba 'ser
cierta y verdadera', pues a él se la había contado su buen padre,
y a éste sus abuelos, de quienes se había ido transmitiendo de
generación en generación, hasta el año de 1840, en que la
puso en letras de molde el Conde de la Cortina.
Contaba aquel buen vecino que, a raíz de la conquista, el gobierno
español se propuso proteger a los indios nobles, supervivientes de la
vieja estirpe azteca; unos habían caído prisioneros en la guerra,
y otros que voluntariamente se presentaron, con el objeto de servir a los
castellanos alegando que habían sido víctimas de la dura tiranía
en que los tuviera durante mucho tiempo el llamado Emperador Moctecuhzoma II o
Xocoyótzin.
Pero hay que advertir que esta protección dispensada a esos indios
nobles, no era la protección abnegada que les habían prodigado
los santos misioneros, sino el interés de los primeros gobernadores, de
las primeras Audiencias y de los primeros virreyes de la Nueva España,
que utilizaban a esos indios como espías para que, en el caso de que los
naturales intentasen levantarse en contra de los españoles, inmediatamente
éstos lo supiesen y sofocaran el fuego de la conjura y así evitar
cualquier levantamiento.
Cuenta pues la tradición citada, que en una de las casas de la calle que
hoy se nombra 1a del Carmen, quiza la que hace esquina con la calle de
Guatemala, antes de santa Teresa, vivía alla a mediados del siglo
XVI unode aquellos indios nobles que, a cambio de su espionaje y servilismo,
recibía los favores de sus nuevos amos; y este indio a que alude la
tradición, era muy privado del virrey que entonces gobernaba la Colonia.
El tal indio
poseía casas suntuosas en la ciudad, sementeras en los campos, ganados y
aves de corral. Tenía joyas que había heredado de sus
antecesores; discos de oro, que semejaban soles o lunas, anillos, brazaletes,
collares de verdes chalchihuites; bezotes de negra obsidiana; capas y fajas de
finísimo algodón o de riquísimas plumas; cacles de cuero
admirablemente adobado o de pita tejida con exquisito gusto; esteras o petates
de finas palmas, teñidas con diversos colores;
cómodos icpallis o sillones, forrados con pieles de tigres,
leopardos o venados. En una palabra, poseía aquel indio todo lo que
constituía para él y los suyos un tesoro de riquezas y obras de
arte.
El indio, aunque había recibido las aguas bautismales y se confesaba,
comulgaba, oía misa y sermones con toda devoción y acatamiento,
como todos los de su raza era socarrón y taimado, y en el interior de su
casa, en el aposento mas apartado, tenía
un santocalli privado, a modo de oratorio particular, con
imagenes cristianas, para rendir culto a muchos idolillos de oro y
piedra que eran efigies de los dioses que mas veneraba en su gentilidad.
Y así como practicaba piadosos cultos cristianos a fin de engañar
con sus fingimientos a los benditosfrailes, así también
engañaba llevando la vida disipada de un príncipe destronado,
sumido sin tasa en la molicie de los placeres carnales que le prodigaban sus
muchas mancebas, o entregado a los vicios de la gula y de la embriaguez,
hartandose de manjares picantes e indigestos y ahogandose con sendas
jícaras y jarros de pulque fermentado con yerbas olorosas y estimulantes
o con frutas dulces y sabrosas.
El indio
aquel acabó por embrutecerse. Volvióse supersticioso, en tal extremo, que vivía atormentado por el temor de
las iras de sus dioses y por el miedo que le inspiraba el diablo, que
veía pintado en los retablos de las iglesias, a los pies del
Príncipe de los Arcangeles.
4.4 El Fantasma de la Monja
Cuando existieron personajes en esa época colonial inolvidable, cuando
tenemos a la mano antiguos testimonios y se barajan nombres auténticos y
acontecimientos, no puede decirse que se trata de un mito, una leyenda o una
invención producto de las mentes de aquél siglo. Si acaso se
adornan los hechos con giros literarios y sabrosos agregados para hacer mas
ameno un relato que por muy diversas causas ya
tomó patente de leyenda. Con respecto a los nombres que en este cuento aparecen, tampoco se ha cambiado nada y si
varían es porque en ese entonces se usaban de una manera diferente
nombres, apellidos y blasones.
Durante muchos años y según consta en las actas del muy antiguo
convento de la Concepción, que hoy selocalizaría en la esquina de
Santa María la Redonda y Belisario Domínguez, las monjas
enclaustradas en tan lóbrega institución, vinieron sufriendo la
presencia de una blanca y espantable figura que en su habito de monja de
esa orden, veían colgada de uno de los arbolitos de durazno que en ese
entonces existían. Cada vez que alguna de las novicias o profesas
tenían que salir a alguna misión nocturna y cruzaban el patio y
jardínes de las celdas interiores, no resistían la
tentación de mirarse en las cristalinas aguas de la fuente que en el
centro había y entonces ocurría aquello. Tras ellas,
balanceandose al soplo ligero de la brisa noctural, veían a aquella
novicia pendiente de una soga, con sus ojos salidos de las órbitas y con
su lengua como un palmo fuera de los labios retorcidos y resecos; sus manos
juntas y sus pies con las puntas de las chinelas apuntando hacia abajo.
Las monjas huían despavoridas clamando a Dios y a las
superioras, y cuando llegaba ya la abadesa o la madre tornera que era la
mas vieja y la mas osada, ya aquella horrible visión se
había esfumado.
Así, noche a noche y monja tras monja, el fantasma de la novicia
colgando del durazno fue motivo de espanto durante muchos años y de nada
valieron rezos ni misas ni duras penitencias ni golpes de cilicio para que la
visión macabra se alejara de la santa casa, llegando a decir en ese
entonces en que aún no se hablaba ni se estudiaban estas cosas, que todo
era unavisión colectiva, un caso típico de histerismo provocado
por el obligado encierro de las religiosas.
Mas una cruel verdad se ocultaba en la fantasmal aparición de
aquella monja ahorcada, colgada del durazno y se remontaba a muchos años
antes, pues debe tenerse en cuenta que el Convento de la Concepción fue
el primero en ser construído en la Capital de la Nueva España,
(apenas 22 años después de consumada la Conquista y no debe
confundirse convento de monjas-mujeres con monasterio de monjes-hombres), y por
lo tanto el primero en recibir como novicias a hijas, familiares y conocidas de
los conquistadores españoles.
Vivían pues en ese entonces en la esquina que
hoy serían las calles de Argentina
y Guatemala, precisamente en
donde se ubicaba muchos años después una cantina, los hermanos Avila, que eran Gil, Alfonso y doña María a
la que por oscuros motivos se inscribió en la historia como doña María de Alvarado.
Pues bien esta doña María que era bonita
y de gran prestancia, se enamoró de un tal Arrutia, mestizo de humilde
cuna y de incierto origen, quien viendo el profundo enamoramiento que
había provocado en doña María trató de convertirla
en su esposa para así ganar mujer, fortuna y linaje.
A tales amoríos se opusieron los hermanos Avila, sobre todo el llamado Alonso de Avila,
quien llamando una tarde al irrespetuoso y altanero mestizo, le prohibió
que anduviese en amoríos con su hermana.
-Nada podeís hacer siella me ama -dijo cínicamente el tal Arrutia-, pues el corazón de vuestra hermana ha
tiempo es mío; podéis oponeros cuanto querais, que nada
lograréis.
Molesto don Alonso de Avila se fue a su casa de la esquina antes dicha y que
siglos después se llamara del Relox y Escalerillas respectivamente y
habló con su hermano Gil a quien le contó lo sucedido. Gil
pensó en matar en un duelo al bellaco que se
enfrentaba a ellos, pero don Alonso pensando mejor las cosas, dijo que el tal
sujeto era un mestizo despreciable que no podría medirse a espada contra
ninguno de los dos y que mejor sería que le dieran un escarmiento.
Pensando mejor las cosas decidieron reunir un buen
monto de dinero y se lo ofrecieron al mestizo para que se largara para siempre
de la capital de la Nueva España, pues con los dineros ofrecidos
podría instalarse en otro sitio y poner un negocio lucrativo.
Cuéntase que el metizo aceptó y sin decir adiós a la mujer
que había llegado a amarlo tan intensamente, se fue a Veracruz y de
allí a otros lugares, dejando transcurrir los meses y dos años,
tiempo durante el cual, la desdichada doña María Alvarado
sufría, padecía, lloraba y gemía como una sombra por la
casa solariega de los hermanos Avila, sus hermanos según dice la
historia.
Finalmente, viendo tanto sufrir y llorar a la querida hermana, Gil y Alonso
decidieron convencer a doña María para que entrara de novicia a un convento. Escogieron al de la Concepcióny tras de
reunir otra fuerte suma como dote, la fueron a enclaustrar diciéndole
que el mestizo motivo de su amor y de sus cuitas jamas regresaría
a su lado, pues sabían de buena fuente que había muerto.
Sin mucha voluntad doña María entró como novicia al
citado convento, en donde comenzó a llevar la triste vida claustral,
aunque sin dejar de llorar su pena de amor, recordando al mestizo Arrutia entre
rezos, angelus y maitines. Por las noches, en la soledad tremenda de su celda
se olvidaba de su amor a Dios, de su fe y de todo y sólo pensaba en
aquel mestizo que la había sorbido hasta los tuétanos y sembrado
de deseos su corazón.
Al fin, una noche, no pudiendo resistir mas esa pasión que era
mucho mas fuerte que su fe, que opacaba del todo a su religión, decidió matarse
ante el silencio del amado de cuyo regreso llegó a saber, pues el
mestizo había vuelto a pedir mas dinero a los hermanos Avila.
Cogió un cordón y lo trenzó con
otro para hacerlo mas fuerte, a pesar de que su cuerpo a causa de la
pasión y los ayunos se había hecho fragil y palido.
Se hincó ante el crucificado a quien pidió perdón por no
poder llegar a desposarse al profesar y se fue a la huerta
del convento y
a la fuente.
Ató la cuerda a una de las ramas del durazno y volvió a
rezar pidiendo perdón a Dios por lo que iba a hacer y al amado mestizo
por abandonarlo en este mundo.
Se lanzó hacia abajo. Sus pies golpearon el brocal de la fuente.
Yallí quedó basculando, balanceandose como un
péndulo blanco, fragil, movido por el viento.
Al día siguiente la madre portera que fue a revisar los gruesos
picaportes y herrajes de la puerta del convento, la vio colgando,
muerta.
El cuerpo ya tieso de María de Alvarado fue bajado y sepultado ese misma tarde en el cementerio interior del convento y allí pareció
terminar aquél drama amoroso.
Sin embargo, un mes después, una de las
novicias vió la horrible aparición reflejada en las aguas de la
fuente. A esta aparición siguieron otras, hasta que las superiores
prohibieron la salida de las monjas a la huerta, después de puesto el
sol.
Tal parecía que un terrible sino, el mas tragico
perseguía a esta familia, vastagos los tres de doña Leonor
Alvarado y de don Gil Gonzalez Benavides, pues ahorcada doña
María de Alvarado en la forma que antes queda dicha, sus dos hermanos
Gil y Alonso de Avila se vieron envueltos en aquella conspiración o
asonada encabezada por don Martín Cortés, hijo del conquistador
Hernan Cortés y descubierta esta conjura fueron encarcelados los
hermanos Avila, juzgados sumariamente y sentenciados a muerte.
El 16 de julio de 1566 montados en cabalgaduras vergonzantes, humillados y
vilipendiados, los dos hermanos Avila, Gil y Alonso fueron conducidos al patíbulo
en donde fueron degollados. Por órdenes de la Real
Audiencia y en mayor castigo a la osadía de los dos Avila, su casa fue destruída y en
elsolar que quedó se aró la tierra y se sembró con sal.
5. CONCLUSION
En este trabajo de las ¨ leyendas de México ¨ nos podemos dar
cuenta de cómo se explica desde el significado de la palabra leyenda, de
donde proviene, etc.
A lo largo y en el transcurso de la vida nos hemos dado cuenta que pasamos por
diferentes épocas, y así como hemos pasado de una a época a
otra, las leyendas van surgiendo de acuerdo con la época que se vive en
ese tiempo de acuerdo a los hechos de ese momento a también hechos
imaginarios combinados con la realidad.
En cada capitulo nos podemos dar cuenta de los tipos de leyendas que existían
y como lo explicaba en el parrafo anterior, por ejemplo en las leyendas
prehispanicas podemos encontrar la leyenda del enano de Uxmal leyenda
que solo puede referirse a ese tiempo, tiempo en el que solo existía esa
civilización, y nos damos cuenta que en este tiempo no es correcto ni
normal tener una leyenda famosa como esa.
Las leyendas prehispanicas, las de la nueva España y las
contemporaneas es lo que vimos a lo largo de
nuestro trabajo junto con sus respectivos ejemplos de cada una de nuestras leyendas.
6. BIBLIOGRAFIA
https://definicion.de/leyenda/
https://www.mayadiscovery.com/es/leyendas/default.htm
https://www.mayadiscovery.com/es/leyendas/default.htm
https://galeon.com/poetasmuertos/vai.html
Los mayas para niños, cuentos y leyendas de ciudades y animales. Pg. 79Guillermo Murray
Edit. Selector
https://www.guiascostarica.com/mitos/mexico.htm
https://www.lointeresante.com/la-leyenda-de-la-llorona
https://www.guiascostarica.com/mitos/mexico26.htm
Oye patty esta leyenda la recorte porque estaba repetida! Nose
si la kieras volver a poner. Pero yo creo k asi
esta bien.
LA LLORONA
Consumada la conquista y poco mas o menos a mediados del siglo XVI, los
vecinos de la ciudad de México que se recogían en sus casas a la
hora de la queda, tocada por las campanas de la primera Catedral; a media noche
y principalmente cuando había luna, despertaban espantados al oír
en la calle, tristes y prolongadísimos gemidos, lanzados por una mujer a
quien afligía, sin duda, honda pena moral o tremendo dolor
físico.
Las primeras noches, los vecinos contentabanse con persignarse o
santiguarse, que aquellos lúgubres gemidos eran, según ellas, de
anima del otro mundo; pero fueron tantos y repetidos y se prolongaron
por tanto tiempo, que algunos osados y despreocupados, quisieron cerciorarse
con sus propios ojos qué era aquello; y primero desde las puertas
entornadas, de las ventanas o balcones, y enseguida atreviéndose a salir
por las calles, lograron ver a la que, en el silencio de las obscuras noches o
en aquellas en que la luz palida y transparente de la luna caía
como un manto vaporoso sobre las altas torres, los techos y tejados y las
calles, lanzaba agudos y tristísimos gemidos.
Vestíala mujer traje blanquísimo, y blanco y
espeso velo cubría su rostro. Con lentos y callados pasos
recorría muchas calles de la ciudad dormida, cada noche distintas,
aunque sin faltar una sola, a la Plaza Mayor, donde vuelto el velado rostro
hacia el oriente, hincada de rodillas, daba el último angustioso y
languidísimo lamento; puesta en pie, continuaba con el paso lento y
pausado hacia el mismo rumbo, al llegar a orillas del salobre lago, que en ese
tiempo penetraba dentro de algunos barrios, como una sombra se
desvanecía.
'La hora avanzada de la noche, - dice el Dr. José María
Marroquí- el silencio y la soledad de las calles y plazas, el traje, el
aire, el pausado andar de aquella mujer misteriosa y, sobre todo, lo
penetrante, agudo y prolongado de su gemido, que daba siempre cayendo en tierra
de rodillas, formaba un conjunto que aterrorizaba a cuantos la veían y
oían, y no pocos de los conquistadores valerosos y esforzados, que
habían sido espanto de la misma muerte, quedaban en presencia de aquella
mujer, mudos, palidos y fríos, como de marmol. Los
mas animosos apenas se atrevían a seguirla a larga distancia,
aprovechando la claridad de la luna, sin lograr otra cosa que verla desaparecer
en llegando al lago, como si se sumergiera entre las aguas, y no
pudiéndose averiguar mas de ella, e ignorandose
quién era, de dónde venía y a dónde iba, se le dio
el nombre de La Llorona.'