LA LLORONA DEL RIO
Según dicen las consejas, en algún día de finales del
siglo pasado existió una buena y trabajadora mujer que tenía dos
hijos, y había quedado viuda desde hacia tiempo y se ganaba la vida
realizando trabajos ajenos. Era hacendosa y muy recomendable
por sus buenas y sanas costumbres.
Esta mujer se llamaba Leonor, era sus hijos su
adoración, atención y cariño, por ellos trabajaba duro y
les daba lo mejor de sí. Hubo una ocasión en que tuvo bastante
trabajo y no teniendo con quien encargar a sus hijos se los tuvo que llevar
consigo para poder realizar así, la ardua tarea que le esperaba, cuando
hubo tenido todo listo, se dirigió hasta el río de San Pedro y se
puso a trabajar cosa de 20 metros de donde esta la cascada, los encargos
de la ropa que tenía, mientras sus hijos jugaban por ahí cerca.
No pasaba un buen rato desde que empezara su labor
cuando los gritos infantiles de sus pequeñuelos llegaron alarmados hasta
sus oídos. Volvió la cabeza asustada y ungrito del
mas profundo horror brotó de sus labios, pudo aun percibir como sus hijos resbalaban
por la peligrosa pendiente de la cascada para ir a estrellarse sobre las rocas
agudas que se encontraban hasta el fondo La pobre
mujer quedó muda por un instante, pero rapida como un lince se
abalanzó como fiera herida hasta el lugar del incidente para tratar de
salvar a sus hijos, pero todo era inútil, la tragedia se había
cernido sobre aquella pobre mujer destrozada y en un último esfuerzo
supremo como ineficaz y con la razón nublada, se lanzó tras de
sus hijos y que al igual que ellos, sufrió la muerte.
Desde entonces, se tomó como una tradición que cada 12 de marzo
se apareciera el fantasma de la mujer, lanzando agudos ayes de dolor y con el
pesar mas profundo, y según dicen algunos vecinos, que cuando
ésta se aparece, grita la muy conocida frase de 'ay mis
hijos', por eso los lugareños la llaman 'la llorona del
río'.
narración de la Sra. María de los Angeles
Hernandez Larios