'Amar realmente no es desear a alguien, sino desear el bien para alguien, hacerle feliz,
darle lo que necesita en cada momento. Las personas sólo son felices
cuando experimentan el amor, pero un amor que
prioritariamente es dar. Sólo una larga depuración del
egoísmo, una perseverante apertura a los demas, a sus problemas e
inquietudes, una generosa disposición de entrega, puede hacer real una
amor que hasta entonces no era mas que un código
desconocido.'
EL AMOR DE BENEVOLENCIA EN EL CINE
Por Vicente Huerta
El cine se ha convertido hoy en una formidable medio de transmisión
cultural. Valores, modelos de conducta, personajes, historias o simplemente
imagenes, iconos mas o menos significativos, van constituyendo
hoy –como hiciera
en otra época la literatura– nuestra “imagen del mundo”. Por eso resulta siempre interesante pararse a reflexionar sobre
él. Resulta curioso observar cómo, por encima de crisis de
todo tipo, emergen en la pantalla una y otra vez los grandes valores del
humanismo cristiano.
Amar es hacer feliz a alguien.
Código desconocido (Haneke, 2000) nos plantea varias historias que se
entrecruzan a raíz de un incidente ocurrido en
un boulevard de París. Una de esas historias, quiza la principal,
nos muestra la relaciónentre un
fotógrafo-corresponsal de guerra y una joven actriz, Anne (Juliette
Binoche). Como
ocurre con el resto, las vidas de estos dos jóvenes –que luchan
duramente por salir adelante en lo profesional– es mas bien
doliente y llena de carencias. Sus vidas de ven rodeadas por
una sociedad inclemente, que parece querer contagiar su dureza a todos los que
la habitan. Un buen día escucha
el llanto de la hija de unos vecinos y sospecha que se estan dando malos
tratos a la niñita, como
luego se confirmara. Se plantea una duda moral
¿debe hacer algo?
En una antológica secuencia, mientras recorre un
supermercado acompañada de su novio, le plantea esta inquietud. El novio
le contesta que no es su problema y ella, muy
alterada, le reprocha su actitud egoísta. En el calor de la
discusión ella le pregunta a él si ha hecho feliz a alguien
alguna vez
– ¿a quién has hecho feliz? Contéstame: ¿has
hecho feliz a alguien?
La pregunta es contundente y –aunque en forma de reproche– va al
núcleo del problema, porque lo que falta en las relaciones que nos va
planteando el film, unas relaciones que parecen absurdas, como si estuvieran
cifradas en un “código desconocido”, es precisamente el
amor. Quiza ese joven fotógrafo pensaba
que amaba a su novia porque ladeseaba, deseaba su compañía, su
presencia física tras largas ausencias obligadas, pero nunca se
había planteado que amar realmente no es desear a alguien, sino desear
el bien para alguien, hacerle feliz, darle lo que necesita en cada momento. Las
personas sólo son felices cuando experimentan el amor, pero un amor que prioritariamente es dar. Sólo una larga
depuración del
egoísmo, una perseverante apertura a los demas, a sus problemas e
inquietudes, una generosa disposición de entrega, puede hacer real una
amor que hasta entonces no era mas que un código desconocido.
Amar es dar
En La habitación de Marvin (Zaks, 1997) se nos ofrece una aguda
reflexión sobre la vida familiar y el sacrificio por los seres queridos.
Marvin es un hombre mayor, enfermo; obligado a estar
postrado, e incapaz de hablar; respira gracias a la botella de oxígeno.
Tiene dos hijas: Bessie (Diane Keaton), que dedica su vida a cuidar con
abnegación de su padre y de su anciana tía Ruth; y Lee (Meryl
Streep) que se fue de casa, en parte porque le parecía inútil esa
vida dedicada a un enfermo incurable. Las dos hermanas han ido
distanciandose. Bessie no ha tenido tiempo ni
para enamorarse, ni formar su hogar. Lee no ha llegado a
triunfar. Al cabo de veinte años de separación aBessie le han detectado leucemia, y la única posibilidad de
curación es por un trasplante de médula de un pariente
próximo. Por ese motivo, decide acudir a su
hermana.
Si la habitación de Marvin fue el lugar donde se puso
de manifiesto el amor de una hija, la enfermedad de Bessie debe cumplir la
misma función con el resto de la familia. Una conmovedora
conversación entre las dos hermanas nos
plantea una de las dimensiones mas importantes del
amor
BESSIE: He tenido tanta
suerte de tener a papa y a Ruth. He tenido tanto amor en mi vida
LEE: Ellos te quieren mucho
BESSIE: No. No quiero decir eso, no Me refiero al amor que yo he tenido por
ellos, he tenido tanta
suerte de haber podido amar a alguien
Toda persona conoce ese intercambio de bienes que
llamamos amor, pero pocas veces se nos plantea tan directamente la importancia
de “dar”. La dignidad de la persona se pone de relieve
al recibir amor, pero en este caso se nos revela algo importante: hay
mas dignidad, y felicidad en dar que en recibir. El encuentro con el
dolor es siempre una prueba importante para la persona, una oportunidad de
acrecentar el temple
ético. El dolor es
un callejón oscuro que reclama una luz que de
sentido. Ademas, la persona que sufre, no sólo
sufre enpresente; tiene memoria y tiene capacidad de anticipación; es la
única criatura que sufre por adelantado. Pero la persona, con su
capacidad de amar, puede convertir el sin-sentido del sufrimiento en
algo con sentido. Puede decir en medio del
sufrimiento: he tenido tanta
suerte de haber podido amar a alguien
Amar es perdonar
La trama de Una historia verdadera (Lynch, 1999) se desarrolla en la
década de los noventa. Se trata de otra película
importante de aquél director que, en los años 80 nos
sorprendió con ese morboso canto a la humanidad
que es El hombre elefante. Alvin Straigh, un anciano de 73 años, vive en
Laurens (Iowa), con una hija suya, Rose muy buena, que oculta un doloroso
pasado. Rose ha perdido la custodia de sus hijos tras un
incendio doméstico. Una caída, con ruptura de cadera, y otros males propios de la vejez, retienen a Alvin en casa, haciendo una vida mas o
menos rutinaria.
Tiene un hermano, Lylle, que vive en Wisconsin, con el que no se habla desde hace
diez años. Recibe la noticia de que esta enfermo, y decide visitarle y hacer las paces antes de que sea
demasiado tarde. La reconciliación con su hermano va
a resultar costosa. Como
no tiene dinero, ni tampoco le permiten tener carnet
de conducir se anima a realizar eltrayecto en un pequeño tractor
cortacésped. Así recorrera 560 Km, a una velocidad de 10
Km hora. La película es la realización
de este recorrido, en el que Alvin va adentrandose en diferentes
paisajes naturales y humanos, reconociendo lugares y personas, descubriendo
otros, solucionando pequeños problemas, y arreglandoselas para
solucionar los diversos y pequeños imprevistos de su tractor y de su
salud física.
Llegara a ver a su hermano y, sin necesidad de explicaciones, el uno
junto al otro, en la terraza de la casa ponen punto final a
esta película. Nos quedara la luz y la
sensibilidad de una trama, de una historia verdadera, que bien podría
ser la nuestra, porque a todos nos puede costar olvidar afrentas pasadas. El
protagonista parece olvidar sus años, sus achaques, los problemas
familiares, las dificultades naturales de un viaje en
solitario, los problemas técnicos de su medio de transporte, su soledad. Y va esencialmente a dónde se ha propuesto,
consiguiendo iluminar con el amor fraterno un rincón oscuro de su vida.
Esta insólita road movie relata en realidad lo que bien podríamos
llamar un verdadero y lúcido itinerario moral y existencial que
conducira a Alvin a redimirse de su pasado y a reconciliarse con la vida
justo en el ocaso de sus días.