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QUÉ CONSISTE LA RECUPERACIÓN
DE UN ACCIDENTE CEREBROVASCULAR?
Reducir los factores de riesgo de recurrencia de ACV
Los mismos principios usados para prevenir una embolia y para tratar ataques
isquémicos transitorios sirven para prevenir un segundo ACV. [Véase Prevención del ACV].
Por regla general, a aquellas personas que han sufrido un ACV isquémico, se les
prescribe aspirina, warfarina, o ambos fármacos. Si el primer médico que trata
al paciente después de una apoplejía es un neurólogo, y no cualquier otro tipo
de especialista o doctor de cabecera, la oportunidad de supervivencia aumenta
considerablemente. (Se puede dar una excepción en personas que sufren
Fibrilación Auricular; una investigación modesta indicaba que, en estos
pacientes, los servicios médicos generales eran más beneficiosos que elservicio
de atención proporcionado por un neurólogo. Se requieren más estudios).
En cualquier caso, los pacientes o sus familiares deberían solicitar siempre el
mejor cuidado posible durante este primer periodo tan importante. El hecho de
ser tratado desde un buen principio en una unidad de apoplejía en vez de en un
quirófano corriente influye en la consecución de una calidad de vida a largo
plazo.
Complicaciones no neurológicas tras una apoplejía
Además de los problemas causados por daños neurológicos, los pacientes que han
sufrido un ACV corren también el riesgo de padecer otros problemas graves que
reducen las probabilidades de supervivencia. Entre estos se incluyen coágulos
sanguíneos en las piernas (trombosis en las venas profundas), embolismo
pulmonar, neumonía y una infección extendida. Los pacientes que han sufrido una
embolia también tienen riesgo de problemas cardíacos, así como de infecciones de las vías urinarias,
las cuales son muy comunes.
Candidatos para la rehabilitación
En general, el 90% de los supervivientes de un ACV experimentan diferentes
niveles de mejora tras la rehabilitación. Actualmente desde los hospitales se
suele remitir a las personas de la tercera edad que han sufrido un ACV a una
residencia de ancianos, o al domicilio familiar. En ambos caso, sería muy
importante probar en primer lugar, un intento de rehabilitación. Un estudio
demostró que la posibilidad de volver a casa de estos pacientes era tres veces
mayor cuando acudían a unidades de rehabilitación y no a residencias de
ancianos. Sin embargo, no todos los pacientes necesitan o se benefician de la
rehabilitación rutinaria:Si el ACV es grave, un ejercicio físico excesivo no
será de ayuda
Si el ACV es leve, los pacientes mejoran por sí mismos.
Ciertos factores positivos pueden ayudar a predecir quiénes son buenos
candidatos para la rehabilitación:
El paciente debe ser capaz de estar sentado durante al menos una hora.
Los pacientes deben ser capaces de aprender y estar conscientes.
La espasticidad puede ser un buen signo, ya que indica una acción nerviosa
activa.
Los pacientes que pueden mover los hombros o los dedos durante las tres
primeras semanas después de haber sufrido una apoplejía tienen más
posibilidades de recuperar el movimiento de las manos que aquellos que no
presentan movilidad alguna. Sin embargo, la habilidad de sentir una ligera
presión en la mano afectada no tiene nada que ver con una posible recuperación del movimiento de las
manos.
Los familiares o amigos cercanos deberían participar en el proceso de
rehabilitación.
La disfagia (incapacidad de tragar) se asocia con un índice de mortalidad
elevado, posiblemente debido a un aumento de riesgo de infección y
malnutrición. (Los pacientes con disfagia que se alimentan mediante un tubo en
el estómago pueden mejorar más que aquellos que lo hacen a través de una sonda
insertada por la nariz).
Incontinencia
Incapacidad de después de un ACV de reconocer sonidos no verbales que se
producen después de producirse tras una embolia.
Una escasa capacidad para apretar la mano que está todavía presente después de
tres semanas indica problemas graves.
Factores que no descartan la rehabilitación
Aproximadamente el 30% de los pacientes sufren de afasia (problemasen el
habla), lo cual es desalentador. Esta incapacidad no altera necesariamente la
capacidad de pensar.
Aunque la confusión es común entre las personas que han sufrido un ACV, es muy
posible que puedan recuperarse parcial o incluso completamente.
Consideraciones sobre la rehabilitación
La fisioterapia debería iniciarse tan pronto como
el paciente esté estable, y si fuera posible dos días después del ACV. Algunos pacientes experimentan una
mejora más rápida en los primeros días, y muchos de ellos siguen mejorando en
los siguientes seis meses o más. Como el ACV
afecta a diferentes partes del
cerebro, las diferentes opciones específicas de rehabilitación varían en gran
medida en función de cada paciente:
Una opción es la que se basa en entrenar músculos diferentes para sustituir
aquellos que han sido alterados debido a la lesión de las neuronas. En un
estudio limitado, pero importante, del año
2000, 13 pacientes con ACV que habían tenido parálisis del
lado derecho, fueron sometidos a una inmovilización del brazo no paralizado, con lo que eran
forzados a usar su brazo paralizado. Once de estos pacientes experimentaron
mejoría en sus brazos. El hemisferio cerebral afectado de estos pacientes
también pareció volverse más activo. Son necesarios más estudios para
confirmarlo. El ejercicio físico relacionado con la minusvalía provocada por el
ACV es, en cualquier caso, importante y puede ayudar a reparar el
cerebro.
Mientras progresa, el fisioterapeuta del
paciente debe usar y estimular a la comunicación no verbal, como con signos, expresiones faciales, y
lápiz y papel. Aprender y usar el alfabeto de signospuede ser útil tanto para
comunicarse como
para mejorar la destreza de los pequeños movimientos.
La fisioterapia combinada con la estimulación eléctrica y las técnicas de
biofeedback han resultado beneficiosas en algunos casos. Por ejemplo, la
estimulación eléctrica de la garganta puede ayudar a los pacientes con disfagia
a recuperarse de la capacidad de deglución más rápida. La estimulación de la
muñeca y de los dedos también están siendo prometedores para mejorar las
capacidades motoras.
Otro tratamiento interesante para pacientes con apoplejía en el hemisferio
derecho emplea un prisma especial y sonidos que ayuda al paciente a recobrar la
función del
hemisferio izquierdo, que sufre descuido cuando el hemisferio derecho está
lesionado en un ACV.
Tratamiento farmacológico en la rehabilitación
El tratamiento farmacológico puede ayudar a veces a aliviar los efectos específicos
del ACV:
El dantrolene, el baclofeno, y las inyecciones de la toxina botulínica han
mostrado resultados prometedores para aliviar la espasticidad.
En un pequeño estudio, el fármaco bromocriptina (Parlodel), normalmente usado
para la enfermedad de Parkinson, mostró ser útil en pacientes con graves
problemas de habla, ya que mejoraba su capacidad para pronunciar palabras
polisílabas y formar oraciones.
Algunos pacientes experimentan hipo intratable, que puede ser muy grave. Entre
los fármacos empleados para este problemas se encuentran la clorpromazina o el
baclofeno.
Un estudio indicó que el metilfenidato (Ritalin), fármaco usado para el
trastorno por déficit de atención, podría ayudar a que los pacientes se
recuperarandespués de un ACV. El uso de esta anfetamina puede ayudar a mejorar
las capacidades motoras cuando se combina con la fisioterapia.
Ciertos fármacos administrados comúnmente para trastornos relacionados con los
ACV pueden, en realidad, retrasar la recuperación. Entre éstos se incluyen los
empleados para la presión arterial alta, como la
clonidina y el prazosin, fármacos anticomiciales, antipsicóticos como el haloperidol, y
las benzodiazepinas, que son los fármacos ansiolíticos más comunes.
Controlar las consecuencias emocionales
Estado emocional de los pacientes. La depresión es muy común tras un ACV, tanto
como resultado directo como indirecto de una embolia.
Los ACV que afectan al hemisferio derecho del cerebro aumentan especialmente el riesgo
de depresión. Los pacientes pueden sufrir ciertamente una depresión debido a
los grandes cambios en su autonomía y calidad de vida.
Un peculiar trastorno inducido por la embolia, conocido como labilidad emocional neurológica o llanto
post-ACV, es un trastorno neurológico y no psicológico.
Si la depresión es prolongada, puede alterar la recuperación. Un estudio mostró
que las personas que sufrieron ACV y depresión tenían tres veces más
posibilidades de muerte en un plazo de diez años que aquellos con ACV que no
estaban deprimidos. Existe un riesgo significativo de suicido en pacientes con
ACV, especialmente en mujeres y en personas menores de 60 años.
Los antidepresivos, especialmente la fluoxetina (Prozac) y fármacos similares
llamados ISRS, son beneficiosos para aliviar la tristeza postapoplejía y para
mejorar la recuperación en general y el estado de ánimo enespecial en pacientes
con depresión.
Algunos médicos recomiendan también otros fármacos llamados antidepresivos
tricíclicos, incluyendo la amitriptilina (Mutabase, Deprelio) y la
nortriptilina. En un estudio del
2000 otro tricíclico, la nortriptilina no sólo mejoró el estado de ánimo, sino
que tuvo también efectos positivos en el funcionamiento mental, indicando tal
vez que puede haber alguna demencia asociada con la apoplejía puede ser debida
a la depresión. Los tricíclicos puede ser también útiles para la labilidad
neurológica.
El trastorno de ansiedad es también común e incapacitante. Algunos trabajos, de
hecho, indican que muchos pacientes sufren sentimientos idénticos a los del síndrome de estrés
post-traumático. Los dos trastornos suelen solaparse, pero los tratamientos
farmacológicos para cada uno difieren.
Debe señalarse que muchos fármacos para trastornos psicológicos afectan al
sistema nervioso central y pueden, en realidad, retrasar la rehabilitación. La
ayuda profesional experimentada es necesaria para determinar los tratamientos
más eficaces y seguros.
Estado emocional del
cuidador. El estado emocional del
cuidador es fundamental. Los pacientes empeoran cuando sus cuidadores se
sienten deprimidos y no saben nada acerca de lo qué es una embolia y cuando la
vida familiar se altera. En un estudio realizado, más de la mitad de los
cuidadores se sentían deprimidos, especialmente si las víctimas de apoplejía
presentaban demencia o un comportamiento anormal.
Tratamientos en investigación
Una nueva técnica que se está investigando consiste en trasplantar células
nerviosas creadas en el laboratorio enel cerebro de pacientes con ACV para
mejorar las habilidades motoras y del
habla. Seis de doce pacientes que habían sufrido ACV en años pasados (en vez de
en días), y que recibieron estas células parecieron mejorar sus habilidades
motoras, aunque el estudio llevado a cabo en el 2000 era demasiado pequeño como para ser definitivo.