El reconocimiento de la infancia a
través de la historia
La noción de infancia tiene un caracter
histórico y cultural y es por ello que ha tenido diferentes
apreciaciones en la historia, su concepción depende del contexto cultural de la época.
En los comienzos de la humanidad, los niños trabajaban
a la par de los grandes, eran hijos de dioses y tótems. Luego, se inscribieron en la condición universal de hijos.
Fue el lenguaje quien rompió la barrera entre lo intuitivo (se alejan de
lo espiritual) y lo cultural (se comienzan a transmitir experiencias, saberes,
etc. con el objetivo de que continúen a través del tiempo).
La infancia es un concepto que surge en la modernidad,
vinculado al capitalismo como
estructura y a la constitución de un modelo de pensamiento nuevo, la
Ilustración. Antes de ese momento
histórico, podría decirse que los niños no eran mas
que adultos por crecer, ante los cuales no existía la serie de
sentimientos de protección que nos inspira actualmente ese momento de la
vida.
En la antigua Roma, la patria potestad del pater familias (Tenía el poder para vender a
sus hijos como
esclavos y de aprobar o no los matrimonios de sus hijos e hijas) le
permitía aceptar o rechazar al hijo ya que los lazos sanguíneos
eran menos importantes que los afectivos.
En los siglos II y III D.C. los vínculos afectivos cobraron importancia,
con la influencia del cristianismo lasleyes romanas comenzaron a tomar otro
sentido, por ejemplo, se comenzó a considerar como asesinato el hecho de
dar muerte a los hijos; el cristianismo acabó con los poderes que se
conferían al Estado sobre el niño, dandole así
mas poder y responsabilidad a los padres. La fecundidad adquiere un valor determinante y va a preparar a muy largo plazo la
función que desempeñara el niño.
A partir del
año 354 – 430 y hasta el siglo IV se concibe al niño como dependiente e
indefenso (“los niños son un estorbo”, “los
niños son un yugo”).
Durante la Edad Media (siglo V al XV) se volvió a considerar a los
niños como
propiedad privada de los mismos padres y fue estimado como un adulto en miniatura. Durante este período la infancia permanece en las sombras y
no existe hasta este momento una palabra para denominarlo. Se calculaba que la
misma culminaba a los siete años en todas las clases sociales, luego
pasaban a la etapa conocida como medio adulto, en donde cada niño era
obligado a formarse por sus propios medios en una persona adulta, en el caso
del campesinado, los hijos se integraban al trabajo de sus padres y los de la
nobleza salían de sus hogares para instruirse en otros lugares haciendo,
en algunos casos, el papel de pajes o sirvientes.
En la Alta Edad Media se manifestó una clara
oposición a la falta de atención, explotación y abandono
de los niños, los intentos de control de este tipo depracticas
delimitaron la conciencia y sensibilidad de la sociedad.
A partir del
siglo XIV es donde comienza a concederse cierta importancia a la infancia, que
recién llegaría a verse descubierta completamente en el Emille de
Rosseau. En este siglo se observa un aumento del número de
manuales de instrucción infantil.
A partir del Renacimiento (siglo XV al XVI), la concepción
de niño es de un ser humano pero inacabado: “el niño como adulto pequeño” y se hace posible pasar del estatuto de hijo al
de niño. Adquieren valor en sí mismos, y el modo de vestir, se
diferencia del
atuendo de los adultos, en contrapartida con lo que sucedía en tiempos
medievales.
En el siglo XVII, comienza a configurarse la ternura en función de la
infancia, sin embargo, existe un doble sentimiento que
contrapone dicha ternura con la severidad que supone la educación. El
Renacimiento dio origen a la preocupación pedagógica, durante los
siglos XVI y XVII se produjo la institucionalización de la escuela como
estructura específica para la formación de la infancia, de este
modo se sustituye el aprendizaje doméstico como medio de
educación, se logra apartar a los niños de los adultos a
través de la escuela, siendo esta sinónimo de encierro.
Ya en el siglo XVIII se delimita claramente la esfera de lo
infantil de la esfera adulta. Los textos refieren a que el niño es mas 'despierto y maduro'.
Al separarse el trabajode la vivienda, se pasa de vivir en la gran casa feudal
a vivir en lo que se denomina hogar-nido, al niño se le asignan espacios
propios donde permanecer y es así como surgen los cuartos de los chicos,
las plazas de juegos, una vestimenta que diferencia las edades y los sexos, la
literatura infantil y la masificación de los juguetes. Aparece la
privacidad, que da lugar a un nuevo vínculo.
El niño ya no estaba tan lleno de proyecciones peligrosas y los padres
se aproximaban mas a él y trataban de dominar su mente a fin de
controlar su interior, sus rabietas, sus necesidades, su masturbación
(ya que era una actitud indeseable e improductiva), su voluntad misma. El
niño criado por sus padres era amamantado por la madre, no llevaba fajas,
no se le ponían sistematicamente enemas, su educación
higiénica comenzaba muy pronto, se rezaba con él pero no se
jugaba con él, recibía azotes pero no sistematicamente,
era castigado por masturbarse y se le hacía obedecer con prontitud tanto
mediante amenazas y acusaciones como por otros métodos de castigo. Como el niño resultaba mucho menos peligroso, era posible la
verdadera empatía, y nació la pediatría que, junto con la
mejora general de los cuidados por parte de los padres, redujo la mortalidad
infantil.
Se pensaba en darles a los niños un lugar
distinto, es por este motivo que se los quiso apartar de los adultos y se los
entregó a otros adultosquienes se encargarían de brindarles
conocimiento. La familia delegaba su responsabilidad educadora, al amparo de la
Iglesia y el Estado.
En la modernidad, la pedagogización de la infancia da
lugar, a una infantilización de parte de la sociedad. Esto
significa que se pone en marcha un proceso a través del cual, a sociedad
comienza a amar, proteger y considerar a los niños ubicando a la
institución escolar en un papel central de uniformización, de
formación y disciplinamiento futuro. Infantilización y
escolarización aparecen en la modernidad como dos
fenómenos paralelos y complementarios.
La escuela tuvo mucho que ver con la delimitación de la infancia, ya que
estableció lo que debía esperarse de los niños y
colocó a la infancia en un lugar subordinado,
cuya voz y perspectivas no debían tenerse en cuenta. Tuvo que ver
también con la producción de una infancia “correcta”
y “aceptable” en términos morales y políticos. En los
textos escolares de la época se puede ver el esmero del estado por
construir “un buen niño”: patriota, ejemplo ciudadano,
moralmente medido y con pautas de higiene y con roles sociales claramente
delimitados. Los pequeños debían ser
habiles, optimistas, comunicativos, conocedores de las cosas
practicas, moderados, flexibles, adaptables y aptos al trato social.
Es así que las características o “modelo” de la
infancia tuvieron que ver con el estado, la escuela, laiglesia y la familia.
En la segunda mitad del
siglo XIX, los factores económico-sociales, el ascenso de la
burguesía, la consolidación del Estado y el desarrollo de
políticas sociales propician que se instale la educación del ciudadano a
través de la institución escolar. Esto produce un
cambio sustancial en relación con la visión de la infancia: se
constituye en la etapa de la vida óptima para la formación del ciudadano.
Una idea de tiempo lineal, evolutivo y predictible permite concebir la infancia
como
etapa en la que se educa para un tiempo futuro.
La escuela aparece como
un organizador social actuando sobre la infancia como el primer escalón para forjar un
futuro ciudadano productivo. Este proyecto es acompañado por una
disciplina severa: se esperaba un niño quieto y
el castigo era empleado para tal fin.
A fines del siglo XIX
y comienzos del
siglo XX, la infancia fue objeto de interés de la medicina, lo que hace
a la disminución de la mortalidad infantil. Surge desde la
pedagogía un movimiento de resistencia a las severas medidas
disciplinarias a las que se lo sometía y que transformaban el cuerpo en
un objeto.
Montessori, en 1907, en Italia, diseñó un
método cuyo énfasis estaba puesto en el niño enriqueciendo
el concepto de infancia. El cuerpo libidinizado y su desarrollo sensoriomotor
ocuparon un lugar importante; fue el tiempo de los
juguetes denominados didacticos, a través de loscuales se
perseguía el contacto con el niño y su estimulación. Sin
duda, esto marcó un cambio: la infancia
comenzó a ser comprendida como
movediza. Al mismo tiempo, Freud y Ferenczi comenzaban a pensar las condiciones
necesarias del
desarrollo psíquico, dandole un lugar libidinal a la infancia.
En la primera mitad del
siglo XX, al desarrollo de la infancia se le aplica la lógica deductiva,
que son explicadas por la psicología del desarrollo. Se define
a este “sujeto-niño” como
inocente, asexuado, niñez incompleta y separada del universo adulto. Se funda la idea de
niño normal, considerando criterios o normas
características de la edad. Se minimizan las
diferencias entre los sujetos y se maximizan las semejanzas. Aquellos
por naturaleza “débiles” e “indolentes”, los
niños “problema”, debían ser detectados y separados,
medida preventiva de la influencia negativa sobre los otros.
Lo normativizado para el niño se expresaba
mediante frases como
“ya llegó”, “ya consiguió”,
“todavía no consigue”, “no lo hace o no lo puede
hacer”. La infancia podía ser explicada universalmente
según parametros objetivos y neutros. Es esta idea de universalidad
la que desobjetiviza las infancias, del mismo modo en que lo que no
podía ser medido, los procesos subjetivos infantiles, fueron desechados.
La infancia “normal” elimina el caracter expresivo,
sorpresivo, contradictorio y revoltoso de la vida infantil.Esta
representación del niño cubre la demanda
político-institucional de escolarización propia de la modernidad
y tomó forma en las políticas sociales y educacionales, con sus
ideales de bienestar, atención y orientación de las familias,
corrigiendo desvíos. Se “naturaliza” un
ambiente ideal para vivir y criar a los niños.
Ademas la psicología científica, racional y ordenada tuvo un papel preponderante en el descubrimiento de la primera
infancia que dictaminó al niño como un objeto científico el cual podía
separase de sus condiciones sociales y culturales. Se privilegió el
primer año de vida, que tomó relevancia a partir de la
consideración de los cuidados físicos y psicológicos del
bebé.
Hasta los años 60 del siglo XX, el énfasis
estuvo puesto en las influencias ambientales; el niño era considerado un
ser pasivo, sujeto y efecto de su ambiente.
En la década del
70 hubo un cambio: el niño pasó a ser tratado como competente, con disposiciones, en una
posición activa y de reciprocidad para establecer relación con el
adulto. Desde bebé ejercía influencias sobre sus cuidadores, en
la comprensión de las emociones y sentimientos del otro. La
representación de la infancia cambió al punto de que el
niño fue considerado capaz de actividad racional, intencional y planeada,
tanto en la vida familiar como en los ambitos de juego y placer.
Sociedad
Durante esta década en la Argentina
existía unmodelo de sociedad integrada que cambiaría a fines de
los 90 por un modelo de sociedad polarizada y
empobrecida debido a la expansión mundial del capitalismo. A pesar que los 80 y 90
fueron de estabilidad democratica, también lo fueron del
crecimiento de la pobreza.
Durante la crisis del
2001 la pobreza aumentó aún mas, dando lugar a nuevos escenarios
de profunda mutación. Los niños se convirtieron
en testigos y víctimas de la desaparición de formas de vida,
pautas de socialización y políticas de crianza. El
desempleo derivó en la disminución del poder
adquisitivo, lo que terminó por acentuar la desigualdad social.
A partir de los cambios sociales producidos a nivel mundial el piso comienza a
moverse, los espacios formativos considerados hasta el momento como los
únicos e ideales empiezan a perder lugar, se modifican los sujetos y con
éstos surgen las diferentes “infancias” que terminan por
adquirir “visibilidad”. En esta visibilidad actuó el
reconocimiento de los derechos del
niño, que dio como
resultado una identidad infantil a nivel mundial. Al considerar al niño,
como
“sujeto de derecho”, se inscribieron en él signos mundiales
que disolvieron (o intentaron) las diferencias y desigualdades locales.
A pesar de que siempre existieron distintas infancias, en la actualidad se
reconoce a esta infancia desde la pluralidad, existen diferentes formas de
experimentarla,especialmente a nivel global ya que no
es lo mismo un niño norteamericano que uno guatemalteco.
No obstante y ligado a esto, se la proclama a través de un discurso
“tremendista”, donde es vista como la infancia finalizada, en
crisis o en peligro por: la sociedad, las nuevas tecnologías, la
trasformación de las familias, etc. Pero esto no es el fin de la
infancia, sino la crisis de este tipo de discurso.
Familia-
La disolución de la familia, pierde su principal función de
socializadora, para convertirse en un simple lugar de
encuentro. Este hogar-nido, se convierte en un
multiespacio.
Los rituales familiares se ven jaqueados por los medios de
comunicación y la tecnología, quienes actualmente, asumieron la
tarea de educarlos (no solo a los niños, sino también a sus
padres).
Es así como las
asimetrías entre adultos y niños que se percibían, donde
los ciudadanos eran iguales y había que esperar un tiempo para serlo,
han desaparecido a través del
consumo. Ahora somos todos distintos. La publicidad y
el consumo terminan por simetrizar las relaciones, no hay que esperar a ser
grandes, el consumo es ahora. Los chicos juegan a ser grandes
y los grandes a ser chicos.
Esta practica consumista que aparenta igualar, en
realidad excluye y fragmenta. A pesar de que para ley somos todos iguales,
los consumidores son claramente desiguales según su poder adquisitivo,
lo que provoca ademas nuevas formasde distinción social a
través del
consumo, mas notable en la esfera infantil.
Otra consecuencia que ha dejado esta nueva forma de vida es
la devaluación de la palabra y de la autoridad.
Sociedad-consumo-nuevas tecnologías
La mercantilización de bienes y servicios para la infancia ha crecido
notablemente los últimos años que van desde la explosión
de los maxiquioscos y las jugueterías hasta la privatización
comercial de los cumpleaños infantiles. Todo tiene un
valor de cambio, de uso y de signo, generando necesidades afectivas que
impactan en las identidades sociales y terminan por exacerbar aún
mas las desigualdades.
Esta crisis se hace notar no solo en la familia sino también en la
escuela y la sociedad por fenómenos como el aumento de
la violencia, el trabajo infantil y hasta la expansión de la pedofilia.
Las relaciones entre niños y adultos es un
punto importante de analisis a través de la historia,
especialmente el ligado a la sexualidad entre ellos que van asumiendo distintas
formas y contenidos. El discurso mediatico, erotiza a las niñas y
las convierte en objeto de la mirada
masculina, tanto a través de comerciales como de los programas infantiles y
adolescentes. Las presentan como
inocentes o como
objetos eróticos y a veces ambas a la vez. Por otro lado, el mandato
tradicional de la femineidad se ve afectado cuando por ejemplo, se pide a una
niña que jueguevideojuegos de guerra, donde hay que matar para ganar y
se ven atrapadas en una contradicción. A nivel laboral se les pide
atributos supuestamente masculinos pero sin dejar de ser femeninas, lo cual
resulta complicado sostener.
La escuela
La escuela, que actuaba antes como segundo agente socializador y
estaba preparada para reproducir un único modelo de niño, ahora
tiene que poder entenderlo viendo sus posibilidades y no sus amenazas. En estos
tiempos, en los que la mujer ha entrado a participar en el mercado laboral, es
la escuela la que asume un rol fundamental. A pesar
que ambos cumplen un papel central en la
Educación Infantil, el colegio complementa al hogar, proporcionando
asistencia y educación adecuadas para la promoción del desarrollo total del niño.
Antes se creía que el alumno era una pagina en blanco a la que
había que imprimirle conocimientos, hoy el
niño posee acceso a los medios de comunicación, en el cual la
información llega hacia él en la misma medida que al adulto. Ya
no existe esta separación tajante entre el mundo infantil y el del hombre, tal como lo formulaba Rousseau. Entonces, la
infancia pasiva, en la cual, gradualmente, el
niño era iniciado al mundo adulto merece una revisión. Es
así que las diferencias entre estos dos mundos, sólo pueden ser
controladas dentro del espacio escolar, que es claramente
'artificial' dentro de la escolarización porque el
mundoinfantil, fuera de la escuela, se ha modificado.
Estamos viendo el nacimiento de una nueva infancia.
Por un lado, la revolución de las
comunicaciones y la simplificación en la operación de la
tecnología de la información, han colocado a los niños en
una posición de igualdad frente a los adultos. Es cierto que la escuela
no es ya el único ambito en donde circula el saber, a menudo,
muchas veces, esta aparece 'corriendo' por detras de lo que
los niños ya han aprendido en otros espacios.
La autoridad se encuentra devaluada, el niño
actúa de forma dispersa y se aburre, no por rebeldía sino por
vacío. Esta situación podra ser revertida sólo
cuando todos los que estan relacionados en la educación
construyan dentro de la escuela experiencias significativas para la
niñez actual, que amplíen sus margenes de acción,
sus recursos culturales y ayuden a imaginarse como adultos plenos,
con proyectos y con futuro.
Finalmente, se observa que si bien la autonomía de la infancia parece
acelerarse y mientras se potencia la estimulación de los niños
propiciando un desarrollo que modifica las normas del pasado, vemos como
se anticipa la adolescencia, demorandose sin embargo, cada vez, mas
el proceso de autonomía que insertara definitivamente al joven en
la sociedad adulta.
Actualmente la escuela capacita para entrar al mercado laboral, actuando casi como
una empresa que provee de habilidades y opiniones.