Transgresora imagen de la cotidianidad
Acid House te lleva en un psicodélico viaje
surrealista por los momentos mas inverosímiles vividos de ciertos
personajes en Edimburgo. Separada por tres historias, esta
fétida película (fétida en su sentido mas literal)
es el modelo mas sensato de describir las características de uno,
cuando llega al éxtasis por el consumo deliberado de acidos.
Los actos demenciales de los protagonistas alternan drasticamente con
lapsos de brillante lucidez, tan solo comparables con las brutales reacciones
bipolares de mi madre por cuenta de su envejecimiento prematuro y llegada de la
miserable menstruación… fecha que precavidamente tengo marcada en
mi calendario.
La excelente música lleva de la mano y enaltece a un sin numero de
escenas ridículas que pueden aburrir al mas desprevenido espectador,
pero que con la maestría de Irving Welsh logran ser adaptadas en este
guion, el cual le da sentido a la idiotez de un ser humano hastiado de mamar
LCD, barreta, H, y demas deliciosas sustancias psicoactivas.
Welsh logra con esta historia generar una cruda metafora de la
clasica sociedadbritanica que se jacta de ser la mas
refinada del
planeta, pero que obviamente tiene entre sus habitantes personas que deambulan
por una vida diarreica. De forma extremadamente visceral la película
utiliza un humor que raya con lo inaceptable (escena del recién nacido
en una traba la hijo de puta) las cuales para un completo desequilibrado mental
son profundamente atrayente.
No es una obra maestra, tiene pésimas actuaciones, los efectos
especiales dan asco, en cierto punto las historias se vuelven eternas, parece
que los aspectos técnicos los tiran a la mierda, pero la película
tiene su encanto y es simplemente porque Welsh le metió mano al guion.
Como hija menor
de Trainspotting queda rezagada y es inaceptable compararla con Réquiem,
pero cabe ponerla en la galería de cine anfetamínico… si este género no es de tu agrado te sugiero una buena
dosis de acidos o una que otra aspiradita de perico para hacer
mas amena la hora y cincuenta minutos de viaje.
PD: me incluyo en el clan de desadaptados mentales que consumieron
acidos para disfrutar este film, ciertamente la
mejor opción.
Pseudónimo: Santino Andolini