Los dinosaurios
Hace millones de años, en muchas regiones del planeta,
organismos extinguidos también hace millones de años imprimieron sus huellas en
el suelo, que era blando y plástico y con el correr del tiempo, se endureció; llegó
a nuestros días como rocasedimentaria en la que han quedado plasmados los
rastros de la vida prehistórica.
La paleo icnología estudia las huellas o icnitas (de ï -iconos-, huella) de animales fósiles;
constituye una importante disciplina auxiliar de la paleontología, que se ocupa
de los organismos del
remoto pasado. Esos rastros fósiles, tanto de animales vertebrados como invertebrados, son la
impresión que dejaron en el suelo distintas partes del
cuerpo del ser que las originó, como patas, cola,
etcétera.
El análisis de tales huellas proporciona un cúmulo de información difícil de
obtener de restos óseos, como la anatomía de las partes blandas de las
extremidades, la velocidad de desplazamiento, la talla corporal, el
comportamiento social y las preferencias ambientales del animal. El estudio del
contorno de la marca y sus accidentesinternos permite deducir datos sobre
almohadillas plantares, membranas interdigitales, etc. A su vez, la investigación
sedimentológica del
suelo (o sustrato) portador de los rastros aporta luz sobre cómo era el
ambiente en el momento en que las huellas quedaron impresas.
Se han realizado muchos intentos de definir el método
adecuado de análisis de un rastro fósil. Actualmente la paleo icnología de
tetrápodos (o cuadrúpedos, animales con cuatro extremidades) se vale de un sistema convencional de parámetros, que se apoyan, entre
otros datos, en diversas medidas de las huellas y de los rastro.
Cada vez son más frecuentes los análisis de huellas fósiles que se presentan en
los congresos y reuniones de paleontología en todo el mundo, y son muchos los
trabajos publicados anualmente en los órganos de difusión, tanto técnicos como
de divulgación general. No sorprende, entonces, que el estudio de las huellas
fósiles ocupe, en los últimos años, un lugar
importante entre las investigaciones paleontológicas. La Argentina no escapa a esta
aseveración, ya que en su territorio han sido
descubiertosimportantísimos yacimientos de huellas fósiles atribuidas a gran
variedad de faunas, principalmente dinosaurios.
La primera noticia de la existencia de tales huellas en tierra argentina fue
difundida en 1931 por el paleontólogo alemán Friedrich von Hüne, quien
describió una icnita hallada en Plotter; en Neuquén, y la atribuyó a un
dinosaurio carnívoro. En la década de los sesenta, Rodolfo Casa miquéela
realizó un intento inicial de sistematizar el estudio de las huellas fósiles,
en un extenso trabajo en el que dio a conocer faunas icnológicas ('Especies
versus icnoespecies') puestas de manifiesto por huellas encontradas
en estratos del triásico de Río Negro y del jurásico superior de Santa Cruz (la
Fig. presenta un esquema de los períodos geológicos). En la segunda de
estas provincias está el más antiguo registro sudamericano de mamíferos, el
Ameghinichnus patagónicos, del que casi nada se sabe, pues, hasta el presente,
sólo se lo conoce por sus huellas, notablemente bien conservadas en lajas de
una formación geológica llamada la Matilde, de aproximadamente 50 millones de
años de antigüedad.