Los seres humanos, desde que somos concebidos,
tenemos una vinculación afectiva estrecha, intensa y duradera hacia
nuestra madre por medio de la interacción mutua y la dependencia tanto
emocional como
física hacia ella. Ésta vinculación surge debido a la
dependencia, a la proximidad y a los momentos donde se detecta algún peligro,
ya que, lo que en realidad se busca, es una sensación de consuelo, seguridad y sobre todo de protección. Esta
vinculación es mejor conocida como “apego” y ha existido en
nosotros desde siempre, desde que somos concebidos, es por esta razón,
que el concepto “desapego” el polo opuesto, es algo impensable,
inconcebible e inimaginable para nuestro ser
El apego se va transformando al paso de los años, por supuesto, sin
perder su esencia conformada por esta dependencia, por esta sensación de
seguridad y protección la cual se convierte en una adicción que
crece a la par nuestra. Esta sensación adictiva ahora no solo se
comparte con la madre o el padre, es extendida hacia otros integrantes de la
familia, los amigos y en su momento, principalmente a la pareja sentimental,
debido a que emocionalmente se esta seguro de que “la
otrapersona” estara ahí incondicionalmente. Esta
situación nos conlleva a crear un “modelo mental” de una
relación, el cual se basa en la empatía, la comunicación
emocional, la autoestima y la intimidad, pudiendo transformarse en lo que
comúnmente conocemos como “amor”.
Esta transformación se fortalece o se debilita conforme a nuestras
experiencias de vida, edad y a las necesidades de cada individuo, las cuales
son el reflejo de nuestra niñez; por ejemplo, si en nuestra infancia
estuvimos estrechamente vinculados hacia nuestra madre o padre, esta
vinculación sera extensiva hacia nuestra pareja, en cambio, si
tuvimos la ausencia de alguna de éstas figuras prioritarias en nuestro
desarrollo también se vera reflejado en las relaciones futuras.
La mayoría de personas con las que he compartido experiencias de vida,
alguna vez han mencionado frases como “No puedo vivir sin él/
ella” o “Sin él/ella nada tiene sentido” estas frases
que pudieran interpretarse como un amor incondicional pero en el fondo
encierran algo a lo que yo le llamo un “apego adictivo” que en
algunos casos se transforma en enfermizo, surgiendo así la
co-dependencia emocional.
Uno de los síntomas mas característicos
de codependencia es elcompromiso mas alla de lo razonable, y
generalmente con la particularidad de no ser correspondido. Nuestra
propia exigencia imposibilita la reciprocidad que sería de esperar en
cualquier relación sana. No sólo se manifiesta
en las relaciones de pareja; en general existe una evidente
predisposición a solucionar los problemas de todo el mundo, exceptuando
de los propios, que se dejan a un lado o simplemente
se olvidan. En pocas palabras, el peso de la responsabilidad sobre los actos
que pertenecen a otros lo asumimos como propio.
Cuando el ser humano se vuelve dependiente de algo ya sea físico,
psicológico o emocional se convierte en un
adicto. Mi pregunta es ¿qué sucede con nosotros cuando ese objeto de dependencia y apego mejor conocido como “adicción”
ya no figura mas en nuestra vida? Definitivamente creo que para esta
pregunta no existiría una respuesta única o concreta, ya que la
sensación que se experimenta debido a las ausencias es inexplicable, el
mundo se derrumba, el vacío es infinito, la desesperación aumenta
a cada minuto, cada segundo, al igual que la desolación y la impotencia
¿La solución? Simple, se le conoce como DESAPEGO.
Una de las mejores definiciones de desapego es “la
determinación de serlibre”. Así es, simplemente es
“dejar ir”. El desapego es mantener la paz, la calma y
la cordura cuando no esta en nuestras manos el poder cambiar o controlar
algo. En vez de reaccionar negativamente, con enojo, frustración,
desesperación, impotencia e infelicidad ante una situación como
generalmente lo conduce nuestra naturaleza humana, la persona que practica el
desapego se queda tranquila y vuelve a intentarlo. Así logra paz y fuerza interior, refleja valentía.
Al practicar el desapego, renunciamos a ser víctimas, nos despojamos de
la culpabilidad y dejamos atras la necesidad de juzgar y controlar a los
demas, demostrando a su vez un amor mas
grande y complejo: el amor propio. Cuando estamos dispuestos a controlar los
impulsos negativos y destructivos, cuando tomamos conciencia de querer nuestra
verdadera libertad logramos ver con claridad el verdadero amor y el compromiso
hacia nosotros mismos
“Porque nadie puede saber por ti.
Nadie puede crecer por ti.
Nadie puede buscar por ti
Nadie puede hacer por ti lo que tú mismo debes hacer.
La existencia no admite representantes”
Jorge Bucay.
MTRA. FREDA PROSKAWER ESPINOSA
EX ALUMNA MAESTRÍA EN LECTOESCRITURA PARA LA EDUCACIÓN
IBERO PUEBLA