'Objeto de la teoría del
Estado' del
libro 'Teoría del Estado' de Hermann Heller
1. La teoría del
Estado como
ciencia política
La teoría del Estado se propone investigar la específica realidad
de la vida estatal que nos rodea. Aspira a comprender al
Estado en su estructura y función actuales, su devenir histórico
y las tendencias de su evolución.
Aquellos problemas del
fenómeno o de la esencia del Estado en general que parte de la idea de
que el Estado es una cosa invariable que presenta caracteres constantes a
través del
tiempo estan basados en una concepción errónea.
El autor no considera posible la constitución de una teoría
'general' del Estado, co caracter de
universalidad para todos los tiempos.
La ciencia política solo puede tener función de ciencia si admite
que es capaz de ofrecernos una descripción, interpretación y
crítica de los fenómenos políticos que sean
verdades obligatorias. Toda descripción e interpretación de la
realidad política depende de criterios según los cuales se
seleccionan los hechos adecuados y de importancia para la descripción del
fenómeno de que se trate, de suerte que toda descripción e
interpretación presupone ya ciertos módulos críticos.
La ciencia política debe poseer un criterio que
sea aplicable a todos los contendientes para la verdad y obligatoriedad de sus
afirmaciones, ya que de lo contrario pierde su condición de ciencia.
En la Edad Media, el pensamiento político, estaba
subordinado a los dogmasreligiosos. La conciencia política se
creía al servicio de concepciones y normas que
estaban por encima de todos los antagonismos y que eran admitidos por todos los
grupos en pugna. Las ideas implícitas en la fe
estaban fuera de toda pugna y se consideraban como establecidas en interés de todos
y cada una de las partes en contienda. El pensamiento histórico-social del
siglo XIX eliminó esta simplicidad dogmatica.
En la actualidad es verdad generalmente aceptada la del
condicionamiento histórico-social de nuestros conceptos y normas
políticas. La ciencia política solo podra aportar verdades
generalmente obligatorias si le es posible mostrar, a través de todos
los cambios histórico-sociales, ciertas constantes idénticas. En todas las épocas, la ciencia política ha cumplido
la función de fundamentar o atacar situaciones de supremacía
política.
La historia política solo puede tener que ver con un
hombre, que a diferencia de los animales, transforma el mundo que le circunda
según sus pensamientos y aspiraciones. De acuerdo con Marx, la Ciencia del Estado, al igual que el conocimiento
histórico-sociológico, 'pertenece exclusivamente al
hombre'. La conciencia que transforma co sentido el mundo circundante,
guiada por marcadas leyes ideales, pertenece, como algo necesario, al ser peculiar del hombre.
Existen supuestos constantes, tales como ciertas realidades
antropológicas, geografico-climaticas, nacionales,
sociales y técnico-económicas, que se extienden a todos los
grupos, eneste terreno común, y muchas permanecen inmutables para
periodos de tiempo practicamente casi ilimitados.
En toda historia, tanto natural como cultural, que esta
produciéndose, actúa la ya producida. El hombre
es siempre producto y productor de su historia, forma impresa relativamente
constante que viviendo se desarrolla. Por lo tanto, lo devenido no es
algo simplemente pasado, que aparezca frente al sujeto histórico como
un objeto extraño a él.
La ciencia política cumple con la función de trabajar por una
descripción, interpretación y crítica, verdaderas y
obligatorias, de los fenómenos políticos.
2. Desarrollo y objeto de las ciencias políticas
Desde los tiempos de la antigüedad clasica se ha venido
transmitiendo, de palabra o por escrito, un cúmulo de doctrinas y conocimientos
a los que hoy se da el nombre de ciencias políticas, sin que haya sido
posible determinar el objeto o el método de esta singular ciencia
enciclopédica. En esta designación no aparecen ni
el concepto de lo político ni el de ciencia, porque no se puede hablar
de una esfera de problemas claramente delimitada ni tampoco de métodos
específicos de esa ciencia.
Como primeros maestros de la política encontramos a los llamados
sofistas, tales como Protagoras y Gorgias, que enseñaban la
política como una especie de arte para la vida del individuo, como una
técnica política cuyo fin esencial era la carrera política
del discípulo y que, por esta causa, podía limitarse a exponer la
manera de emplear losmedios necesarios para alcanzar ese fin.
En su momento, Sócrates presentó una ética política
que investigaba los principios para el obrar político, estableciendo
objetivos ético-políticos y sentando, como una norma suprema, la absoluta
dedicación del
individuo al Estado.
El moderno Estado soberano nace de la luca de los príncipes
territoriales para la consecución del poder absoluto dentro de su
territorio, contra el Emperador y la Iglesia, en lo exterior, y con los poderes
feudales organizados testamentos en el interior.
La cuestión de las relaciones entre el poder espiritual y el temporal
pasa a segundo término, y el problema que se plantea tiene un caracter político inmanente y es el de la
disputa por el poder entre el soberano y el pueblo. Los príncipes
reclaman para sí, como un derivado de su soberanía política,
el poder de imponer a sus súbditos la creencia religiosa; y, en contra
de esta pretensión, luchan los monarcómacos, tanto
católicos como protestantes, al defender la libertad de la
religión sobre la base de la soberanía del pueblo.
Según Hobbes, existen dos contratos
1. El contrato social por el que cada individuo promete a los demas
someterse al mismo jefe
2. Aquel mediante el cual cada miembro cede al jefe el derecho, que en el
estado de la naturaleza posee, de regirse a sí mismo.
Lo importante en la doctrina de Hobbes es que el Estado recibe, por primera
vez, una fundamentación inmanente, es decir, referida a la
función de la organización estatal enel seno de la totalidad
social.
En la actualidad, toda especulación lógica y ética que va mas alla queda desplazada de a
problematica de la ciencia de lo político por estimarse no
científica. Otra limitación del círculo de problemas de la Ciencia
Política resulta del
hecho de que nuestra ciencia no se propone hoy, en modo alguno, abarcar todo lo
concerniente al Estado. Es indudable que lo político aparece influido y
condicionado por la totalidad del ser humano y que, a su vez,
también influye y condiciona esa totalidad.
La Ciencia Política se ocupa por principio únicamente de aquellas
actividades políticas y formas institucionales de actividad que suponen un ejercicio autónomo de poder, que no aparece
determinado de cabal manera mediante precisas reglas jurídicas
normativas.
La Ciencia Política se ocupa, preferentemente, de los problemas que
surjan en torno al Gobierno y a la Legislación, y no dedicara su
atención, o solo lo hara en muy especiales circunstancias, a los
de la Jurisdicción y Administración.
En la moderna ciencia de la política predominan las
cuestiones de política interior sobre las de política exterior.
Los problemas jurídicos solo interesan a la Ciencia Política en
cuanto el derecho, como orden social escrito o no escrito, venga a legitimar,
fundamentar o limitar, de modo efectivo, el poder político, y en cuanto
ordene, de modo real, las relaciones de poder de los órganos estatales
entre sí y con los habitantes del territorio o con otros Estados.