Don Quijote - Miguel de Cervantes
Cervantes nació en Alcala, en 1547. Empezó a escribir
estando cautivo en Argel, donde compuso obras de teatro para divertir a sus
compañeros de cautiverio y algunos poemas. A su regreso a España
escribió cierto núrriero de piezas teatrales, de las que
sólo han sobrevivido dos (La Numancia y El trato de Argel, ambas
publicadas en el siglo XVIII). Durante toda su vida continuó publicando
poesía; la mayoría de sus poemas son elogios de libros de otros
autores o estan diseminados a través de sus obras en prosa. El
viaje del Parnaso (Madrid, 1614) es un estudio
heroico–burlesco del
estado de la poesía.
Por orden de publicación sus obras son: Primera parte de la Galatea
(Alcala, 1585); El ingenioso hidalgo D. Quijote de la Mancha (Madrid,
1605); Novelas ejemplares (Madrid, 1613); Ocho comedias y ocho entremeses
nuevos (Madrid, 1615); Segunda parte de El ingenioso hidalgo D. Quijote de la
Mancha (Madrid, 1615); Los trabajos de Persiles y Sigismunda, historia
setentrional (Madrid, 1617).
Cervantes no fue un genio precoz. La primera parte del Quijote salió a
la luz a sus sesenta años. Fueron los diez últimos años de
su vida los de producción cuantitativamente abundante y cualitativamente
genial. La última novela de Cervantes, cuya dedicatoria al conde de
Lemos la formula tres días antesde su muerte, fue Los trabajos de
Persiles y Sigismunda, obra según el patrón de la novela
bizantina que tuvo un enorme éxito, comparable al del Quijote, con seis
impresiones en su primer año de publicación (1617), ya muerto el
novelista.
Pero naturalmente la gran obra cervantina fue el Quijote. La primera parte
salió publicada en 1605. La segunda en 1615. El éxito del Quijote
fue inmediato. La obra se reimprimió cinco veces eb 1605.
La fortuna editorial se comprueba por el hecho de la publicación en 1614
de una segunda parte apócrifa, bajo el nombre de Alonso Fernandez
de Avellaneda, con toda probabilidad un seudónimo. Es evidente que el
autor no era amigo de Cervantes, a quien critica a incluso insulta en el
prólogo. La obra es de inventiva rudimentaria y carece de la chispa de
Cervantes.
Hasta el siglo XVIII el Quijote sólo fue visto como la obra maestra de la comicidad, sin
concienciarse de la trascendencia de la obra. La crítica cambió a
partir del
siglo XIX. Los romanticos vieron al Quijote como una obra patética, defensora de
ideales aplastados por la chata realidad.
Desde la generación del
98 los analisis interpretativos han sido múltiples. Desde los
estrictamente filológicos –los mas interesantes, las
observaciones de Riquer sobre los antecedentes y modelos literarios del
loco– a los esencialistashispanicos –como los de Unamuno,
que considera la obra la biblia de lo español– pasando por los
ideológicos –que inciden en la influencia de Erasmo (Bataillon),
en las satiras de las utopías (Maravall) o en los mensajes
progresistas (Osterk–– o los raciales –D. Quijote como
converso y Sancho como cristiano viejo– (A. Castro).
Hoy los críticos parecen estar de acuerdo en detectar en la obra de
Cervantes elementos medievales (sobre todo, el espíritu heroico) al lado
de componentes modernos, muy ligados al erasmismo. Pero sobre todo se subraya
la transcendencia de la coyuntura histórica en la que se inserta.
Abellan ha insistido últimamente en las connotaciones barrocas de
la obra. Desde el punto de vista estético, el mismo planteamiento del
Quijote como obra de arte obedece a una tendencia barroca que se observa en
múltiples aspectos. El mas evidente es la polaridad D.
Quijote–Sancho que se extiende a lo largo de toda la obra, donde el
primero representa el idealismo y el segundo el realismo, sin que en
ningún momento lleguen a un compromiso o mutuo entendimiento, ni siquiera
cuando al sanchificarse el uno y quijotizarse el otro parece que debían
llegar a un punto de convergencia.
Precisamente, es este antagonismo barroco –nervio de toda la obra–
el que explica todos los opuestos que aparecen
constantemente:ser–parecer, realidad–fantasía,
locura–cordura, drama–comedia, sublime–grotesco, etc En
cuanto al problema de mas alcance, el del conocimiento de la realidad y
del sentido de la vida dice Angel del Río–, la solución del
Barroco contrarreformista español es la del desengaño: la que
veremos en Queuedo (el mundo como pesadilla), la de Calderón (el mundo
como teatro o sueño, cosas fingidas) o la de Gracian (el mundo
como engaño, cueva de la nada). Tras de todo lo cual esta la realidad
verdadera, la de la otra vida, y la gloria perdurable que el hombre tiene que
conquistar con su voluntad, ayudado por la gracia divina.
Aunque el D. Quijote fue muy leído, Cervantes ejerció una
influencia mayor con sus Novelas ejemplares, que naturalizaron la novela
italiana en España. Así Lope de Vega escribió cuatro
novelas. La mas famosa fue La Dorotea, inspirada en La Celestina y de
contenido autobiografico, en la que cuenta sus errores de juventud con
Elena Osorio.
La banalización de la novela, a medida que va avanzando el siglo XVII,
es un reflejo de la sociedad para la que fue escrita: una sociedad en
decadencia que va sumiéndose en la irresponsabilidad y en la frivolidad,
aunque asiéndose cada vez con mas tenacidad a las apariencias y a
las ceremonias sociales, incluido un sentido del honor desprovisto
progresivamente de contenido.