Fotosíntesis anoxigénica o bacteriana
Microfotografía de Chloroflexus, perteneciente al grupo de bacterias
verdes carentes de azufre.
Las bacterias únicamente son poseedoras de fotosistemas I, de manera que al carecer
de fotosistemas II no están capacitadas para usar al
agua como dador de electrones (no hay fotólisis del agua), y en
consecuencia, no producen oxígeno al realizar la fotosíntesis. En función de la
molécula que emplean como dador de electrones y el lugar en el que acumulan sus
productos, es posible diferenciar tres tipos de bacterias fotosintéticas: las
sulfobacterias purpúreas se caracterizan por emplear sulfuro de
hidrógeno (H2S) como dador de electrones y por acumular el azufre engránulos
de azufre en su interior; las sulfobacterias verdes también utilizan al sulfuro
de hidrógeno, pero a diferencia de las purpúreas no acumulan azufre en su
interior; y finalmente, las bacterias verdes carentes de azufre usan materia
orgánica, tal como ácido láctico, como donadora de electrones.
En las bacterias purpúreas, los fotosistemas I están
presentes en la membrana plasmática, mientras que en las bacterias verdes,
estos se encuentran en la membrana de ciertos orgánulos especiales. Los
pigmentos fotosintéticos están constituidos por
las bacterioclorofilas a, b, c, d y e, así como
también por los carotenos; por otra parte, lo más frecuente es que la molécula
diana sea la denominada P890.
Al igual que sucede en la fotosíntesis oxigénica, existe tanto una fase dependiente
de luz como
una independiente de luz, distinguiéndose en la primera un transporte de
electrones acíclico y otro cíclico. Mientras en el cíclico únicamente se
obtiene ATP, en el acíclico se reduce el NAD+ a NADH, que posteriormente
es empleado para la reducción del
CO2 ,NO3-, entre otros. El NADH también puede ser
obtenido en ausenca de luz, gracias al ATP procedente del proceso cíclico.