El Mestizaje como problema antropológico
BY DIRECTOR – 18 JUNIO, 2011
El Mestizaje. Guayasamín.
Entre las muchas herencias recibidas de la Colonia tenemos el
mestizaje. El mestizaje adquiere estatuto teórico en la
modernidad pues, hasta los últimos años del siglo XVIII,
era ambiguo y polívoco. Con la modernidad aparecen los conceptos y sus
afirmaciones científicas. El mestizaje, como imaginario, en las
estructuras coloniales da respuestas a las innumerables condiciones de cambio
que se formularon y desarrollaron con los contactos entre indios y
españoles dando lugar, entre otros, a contactos físicos con
derivaciones biológicas que permitieron la consagración del
concepto -manto- para explicar las nuevas expresiones sociales, religiosas,
políticas e ideológicas que en función de la de la
miscegenación (cruces raciales biológicos) sirvió, ha
servido y aún sirve para ocultar la diversidad cultural de nuestros
pueblos con una categórica afirmación de son mestizos.
Debido a la complejidad del concepto la antropología lo ha retomado como
un problema de investigación a través del cual, en su
analisis, puede encontrar valiosos argumentos para sustentar la
presencia de los velos que no dejan traslucir las realidades culturales
diversas presentes en nuestras geografías compartidas y diferenciadas
por montañas, valles, ríos, paramos, nevados, sierras y
serranías como territorios en donde tienen lugar los dialogos
interculturales.
Explicar el mestizaje desde lo biológico no admite
mucha discusión. Sin embargo, trasladar el conceptohacia lo
cultural, sin reparo alguno, sí que amerita toda nuestra
consideración, mas cuando la relación naturaleza/cultura
ha dejado de ser una dicotomía para volverse unicidad. Silvio
Sanchez anota que “quiza en los inicios lejanos y presentes
de la humanidad la tarea del hombre era y es tener un lugar
en la naturaleza, interpretarse en ella y junto al otro es la base de la
signi-ficación. El ser humano finalmente es signo.
Hoy con asombro miramos que la naturaleza pide un lugar en la cultura y por lo
mismo es urgente migrar a una discusión que someta a juicio los
paradigmas que mantienen la razón humana prisionera de la comodidad
utilitaria…” (Sanchez, 2007: pag. 8) .-1-
El mestizaje, para explicar lo cultural, es hoy un significante vacío,
carente de todo contenido y acomodado utilitariamente a las estructuras de
élite que, así como en épocas de la Colonia, sirve como
instrumento ante la imposibilidad de reconocer las diferencias.
En la modernidad el mestizaje cobró gran importancia y
su aplicación no se hizo esperar en los ambitos
académicos, intelectuales y de investigación. No obstante,
su ambigüedad no concluyó. El sociólogo norteamericano
Richard Adams, quien realizó estudios en Centroamérica, propuso,
en la década del 1940, “la
adopción sistematica de dos términos distintos para
distinguir entre la mezcla racial y el cambio social y cultural. Mestizaje debería referirse solamente al proceso
biológico, mientras que ladinización sería el
término para indicar el proceso cultural”. Morner. 1961. Pag. 16 -.2-
Este interés por precisar la diferencia en elconcepto se orientaba una
vez mas a la exclusión pues, “Originalmente, la palabra
ladino se utilizaba como
adjetivo para las personas que hablaban lenguas latinas. Luego, en el primer
siglo de la Colonia, la palabra ladino se usaba en dos sentidos principales:
(1) bilingüe y (2) sagaz”. Pero también como “el cambio de la identidad de indio a ladino; o la sustitución de una
población india
por otra ladina” Tadashi Obara. -3-
En la modernidad se hace gala de la inclusión en la medida en que el
otro se encuentra como
diferente en relación a mí mismo. En este
sentido la inclusión, que surge en la modernidad, no es otra cosa que
exclusión.
La religión católica, adalid de las ideas coloniales,
agenció la exclusión a partir de la inclusión. A los
indígenas que adoraban al sol, los llevaron a que también
adoraran los símbolos del culto católico en una
sola representación. Así pues, encontramos que los ostensorios o
custodias de mediados del
siglo XVI, que contienen al Santísimo, tienen como diseño un sol radiante y una gran
hostia en el centro. El sol (dios de los indígenas) y
la hostia que representa al dios de los católicos.
El mestizaje esta revestido por fenómenos como la aculturación y la
transculturación que actúan en los individuos y en las sociedades
como mascaras para el ocultamiento de la
esencia del
otro. La esencia contiene las huellas de lo que somos, la particularidad del sujeto individual y
colectivo, como
lo expresa Ricoeur “el signo es la marca en la sangre, el disfraz la
envoltura oportuna”. (Ricoeur. 2006. Pag.
El mestizaje culturaldesconoce
entonces el signo de lo humano y privilegia la envoltura. -4-
La historia del
mestizaje americano esta plagada de acontecimientos de los que dan
cuenta historiadores, sociólogos, lingüistas y antropólogos.
De ellos quienes mas atención han
otorgado a este tema son los historiadores demograficos.
México, Brasil, Antillas,
Venezuela,
Bolivia y Colombia especialmente, registran buena parte de estos estudios.
Las investigaciones tienen un asiento importante en la
Colonia y después de 1800 ya son pocos los estudios que se acercan a su
comprensión. El periodo que le sigue es el de las independencias y el de
las repúblicas con la intención generalizada de construir
Estados-Nación.
La construcción de los Estados-Nación obliga el reconocimiento de
la diversidad cultural, geografica, política y social.
Países como Colombia, no se
han alejado de esta condición pues es a partir de allí desde
donde es posible encontrar la presencia de las identidades culturales. No de la
aceptación del otro como
una concesión por ser diferente sino como reconocimiento que nos libere de la
ignorancia y nos aproxime al conocimiento (Ricoeur. 2006 -5-
Es en este transito en donde hoy los colombianos nos ubicamos para
formular las preguntas sobre el caracter diverso de nuestras
identidades. Asimismo, tenemos conciencia que la estructura de un Estado-Nación en Colombia esta inconclusa y
es esa misma condición la que le otorga un sentido de identidad a
nuestro país.
Esta doble condición, de Estructura de Estado-Nación inconclusa y
de diversidad cultural como
premisa para elencuentro de las identidades, cobra sentido cuando repasamos la
visión del
mundo —de caracter medieval que llegó a América con
los españoles— y cimentó el proyecto de construcción
de una identidad cultural nacional y de formación de un
Estado-Nación. La conciencia heredada sobre la diversidad regional de
América se mantuvo hasta los albores de la Independencia y
permitió a los precursores y élites criollas regionales exigir el
derecho a crear nuevas naciones y nuevos Estados, pero manteniendo las
jerarquías heredadas de la sociedad nobiliaria hispana .-6-
En este sentido, la fundación de “dos repúblicas”: la
de españoles y la de indios, se mantuvo en el imaginario colectivo de
las élites criollas que buscaban borrar todos los vestigios de un
régimen colonial opresor sin acabar con los privilegios de clase y donde
el elemento cultural cobró vital importancia en función de la
definición de una identidad nacional que permitiera dar sentido de pertenencia
a una institución integradora como lo era el Estado-Nación;
identidad que al ser conflictiva y excluyente, no permitió un real y
verdadero proceso de integración nacional. Zambrano Pantoja anota al
respecto: “[] a este origen dividido y fragmentado se le sumó
—de una manera perturbadora por demas— el surgimiento de
mestizos, quienes perteneciendo a dos culturas diferentes y antagónicas,
van a participar en la sociedad colonial agobiados por la cuestión del
origen y la pertenencia, preocupaciones que los van a lanzar a la
búsqueda de una identidad” .-7-
Desde este punto de vista, aún se conservaba la tradición
hispanaque establecía que las jerarquías sociales connotaban un
caracter político, lo cual impidió el desarrollo de una
tradición democratica y pluralista sustituida por un
régimen “caudillista” y “clientelista”,
suplantando la vieja cadena de fidelidades de corte colonial que culminaban en
la figura del rey. En este sentido, los estudios realizados por
antropólogos —en sociedades campesinas latinoamericanas, tal vez
señaladas como mestizas y consideradas como
premodernas-postradicionales—, permitieron el desarrollo del concepto de
“sociedad patrón-cliente” que establece que una
“pequeña tradición”, que habita en los centros
urbanos, ostenta y controla todo el poder político, económico y
social que ejerce sobre una “gran tradición” —que
habita en zonas rurales y campesinas—, estableciendo una relación
de dependencia. Estos mismos estudios hablan del concepto “del
bien limitado”, el cual hace referencia a una visión del mundo de
caracter tradicional que teme desarrollar cambios de orden cultural al
interior de sus sociedades porque su idea es “que todo lo bueno se
encuentra en poca cantidad y el beneficio de unos estaría en detrimento
de otros”.
Estos dos conceptos de caracter antropológico concuerdan con
aquellos de los que habla la historia como la sustitución del poder
político, económico y social ejercido por las élites
criollas una vez alcanzada la independencia y reflejadas en instituciones como
el caudillismo y el clientelismo, y con la moral católica medieval
importada de España acerca del “bien común”, el cual
delineó las costumbres y conductas de las sociedadeslatinoamericanas
(Robert Redfield, El mundo primitivo y sus transformaciones, 1978), y (George
Foster, Tzintzuntzan, 1972).
Este “mimetismo” del poder y control político, sustentado
por la élites criollas, reafirmaba la herencia hispanica surgida
de los “Derechos o Beneméritos de Conquista” que
establecían privilegios económicos derivados de derechos
políticos, lo que estaba en contravía de una noción
democratica y republicana de Nación, donde los
“ciudadanos” ejercen control sobre sus gobernantes . -8- En este sentido, German Colmenares afirma que “El
sistema político colonial estaba dotado de una integridad que encadenaba
las relaciones sociales y el orden político a una doctrina uniforme.
Después de la revolución, las élites
buscaron eliminar la impronta religiosa de la construcción
política, pero pretendieron al mismo tiempo conservar el orden social
que se apoyaba en esa impronta. A la inversa, los
instintos populares confiaban en preservar los contenidos culturales de su
tradición religiosa pero beneficiandose de las promesas
contenidas en el nuevo credo político.
El problema de las élites consistía en ejercer un
efectivo control social que se confiaba a una ley cuya justificación
filosófica reposaba en la hipótesis profana de un orden puramente
racional para la vida política. El fracaso de imponer el imperio de
leyes elaboradas por las mismas élites se advirtió muy
pronto” -9-
Colmenares encuentra la existencia de una “fisura profunda” que
atraviesa la historia hispanoamericana estableciendo la incongruencia existente
en las élites criollas entrelos fines perseguidos por alcanzar la
democracia y la unidad nacional y los medios y herramientas a través de
los cuales se intentaban lograr estas metas . -10-Al
respecto, Jaramillo Uribe indica que las élites criollas lo que en
esencia ponían en duda era la concepción de si realmente todos
los hombres eran libres e iguales, a partir de lo cual se derivaba el problema
de conciliar intereses de clase y apetitos de poder con los ideales de la
razón universal .-11-
Las élites sólo contaban con tres modelos de organización
del Estado: el monarquico con el que se mantendrían las
tradiciones coloniales; el de república representativa a través
del cual se adoptaba el modelo liberal de Estado de derecho; y por
último, el pretoriano que sigue a caudillos de las guerras —en
este caso— independentistas. Colombia siguió el modelo de república democratica y
liberal con la separación de poderes (ejecutivo, legislativo, judicial),
libertad de empresa y respeto por los derechos individuales ademas de
las garantías sociales.
Sin embargo, las élites decidieron que había que ajustar estos
principios abstractos a una realidad social, la cual no contaba con el grueso
de población educada en los principios del liberalismo y que aún
conservaba una mentalidad colonial, ante lo cual se restringieron las
garantías y libertades (por ejemplo en la limitación al derecho
al sufragio, al que se le impusieron determinados condicionantes para poder
ejercerlo: gozar de renta y propiedad, tener una profesión honorable, no
ser sirviente) -12- constituyéndose finalmente en lo que se
denominó“república señorial”, sobre lo cual
Jaramillo Uribe escribe: “lo que la crónica política parece
confirmar es que —hasta épocas muy recientes— nuestra ahora
centenaria Constitución, como todas las que le antecedieron, sólo
ha consagrado unas libertades y derechos formales que contrastan con unas
practicas políticas que ciertamente no han sido un modelo de vida
democratica y de civilización política” .-13-
Anthony Pagden afirma que la república liberal que Bolívar
insinuaba en la Carta de Jamaica (1815) —y que describió
años después en el Discurso de Angostura (1819) y en la
Constitución Boliviana—, se inspiraba en las ideas rousseaunianas
del “Contrato Social” que seguían el modelo de las
repúblicas de la antigüedad clasica donde el concepto de
“libertad” no era el referente al de la libertad individual, para
seguir sus propios objetivos, sino el de compartir el poder social entre los
ciudadanos de la misma patria. Aquí la “libertad individual”
era sustituida por la “libertad política”, un bien superior .-14-.
De igual forma, Pagden explica que las virtudes de la república
clasica consistían en lograr la cohesión del cuerpo
ciudadano, es decir, “que todos los hombres compartieran el mismo
conjunto de objetivos políticos y que todos los hombres participaran en
el proceso político”: para Bolívar “pueblo” era
sinónimo de “ciudadano” y éste debería tener
la educación necesaria que garantizara la participación plena de
la república, reflejo de la “voluntad general del pueblo” y
no de los intereses particulares; así, la “república
bolivariana” se acercaba al modelo de
“repúblicavirtuosa” de Rousseau, por eso la importancia que
le concedió Bolívar a la educación del pueblo americano
.-15-.
Sin embargo, según Pagden, la realidad le enseña a Bolívar
que América es una “masa informe sin ninguna clase política
nativa”, por lo que la república no podría sobrevivir sin
coerción, lo que significaría un gobierno militar.
Esta fue la gran paradoja a la que se vio enfrentado Bolívar: en aras de
buscar la libertad y consolidación de una república
democratica e independiente, se vio obligado a ejercer la dictadura
militar en procura de construir una república virtuosa, con ciudadanos
capaces de participar activamente en los procesos políticos y con la
instauración de una sociedad civil que pudiera elegir libremente a sus
representantes, sin la cual el naciente proyecto político de
formación del Estado-Nación se abortaría, cayendo en la
desintegración y anarquía, instancia que Bolívar
temía mas que la propia tiranía .-16-
El historiador Jorge Orlando Melo abre, al respecto, una interesante pregunta a
partir de la siguiente afirmación: “…La independencia, por
supuesto, constituye la piedra miliar, el sistema simbólico fundador.
¿Es posible conformar una nación cuando los derechos
fundamentales corresponden a identidades y
pertenencias étnicas? Bolívar ofrece una temprana
formulación, todavía problematica, de esta tensión
en su carta de Jamaica: no somos indios ni europeos, sino una especie media
entre los legítimos propietarios del país y los usurpadores
españoles, en suma, siendo nosotros americanos por nacimiento y nuestros
derechos los deEuropa, tenemos que disputar éstos a los del país
y mantenernos en él contra la invasión de los invasores.
El radicalismo romantico de Bolívar no habría permitido la
creación de una ideología nacional: era preciso dejar de verse
como usurpadores de los derechos indígenas y para ello el nuevo lenguaje
de la Revolución Francesa ofrece una salida: la idea de ciudadano debe
suplantar la de indio, negro o criollo y permite definir al sujeto
político a partir del Estado y no de particularidades culturales o
locales. La expresión “ciudadano” aparece tempranamente
usada por Pedro Fermín de Vargas hacia 1790, pero sólo se generaliza
en el lenguaje político y legal de los hombres de la independencia.
Aca es preciso subrayar cómo la identidad nacional no tiene nada
qué ver con lo que usualmente se define —desde mediados del siglo
XIX y en el contexto de las naciones periféricas europeas— como lo
nacional: lo que identifica y define a la Nueva Granada, y la separa de su
antigua metrópoli o de las naciones que empiezan a conformarse en las
regiones vecinas, no es ni la lengua, ni la religión, ni las diferencias
culturales (aunque las hay), ni las diferencias en composición
étnica (que aunque también las hay, son igualmente fuertes dentro
de cada región). En la medida en que la nación es ante todo un
discurso construido, un proyecto de una élite, se liga a la perspectiva
de construir un Estado, en el que pueda ejercerse un dominio político:
lo que define el ambito de lo nacional es la extensión de la
división administrativa colonial, que se prolonga ahora en las
nacientesinstituciones del Estado” .-17-
En síntesis, esas formas de vida propias, ese entorno particular,
aislado, esas formaciones político – administrativas fueron
generando en Colombia unas muy claras y distintas culturas regionales que para
un no-colombiano pueden contrastarse entre la expansión Caribe y el
recogimiento andino, pero que para una visión un poco mas
detenida puede entrar a contemplar subdivisiones bastante claras, como por
ejemplo las diferencias culturales entre los habitantes de las cordilleras a
uno y otro lado de los principales ríos colombianos.
Pero, en lo cultural, ese mismo aislamiento que
dificultó la creación de mercados nacionales, dio vida a una gran
riqueza cultural marcada por la diversa manera y proporción como en¬troncan los elementos americanos, europeos y
africanos en ca¬da región y el diferente modo como cimientan raíces en una
geografía accidentada y difícil de intercomunicar. Esta
particularidad topografica es un factor
definitivo en la diversidad y, por lo tanto, riqueza cultural, si se toma en
cuenta que la pluralidad de culturas es anterior al encuentro de los dos
mundos.
Estos accidentes geograficos que han marcado de
tantas y distintas formas a sus habitantes, también nos han permitido el
re-conocimiento de lo que somos y de las formas como nos re-presentamos. Poco a poco hemos ido
perdiendo esa rara condición colonial de re-conocer siempre y primero a lo que esta afuera y de observar quiénes
somos sólo cuando estamos afuera.
Finalmente, transitar los caminos recorridos por el ser
humano es la guía inequívoca paradesentrañar los que
aún se encuentran ocultos. En los cruces de los caminos es en
donde es posible el hallazgo del dialogo intercultural, sin verdades
absolutas, sin compasiones, sin aceptaciones perversas, solo dialogos en
donde se recupere la esencia de lo humano y el re-conocimiento sea el umbral
que supere a la ignorancia. Pierre Legendre, lo sentencia magistralmente
“Quien se atreva a comparar la evolución de las sociedades a muy
largo plazo con la historia de la Tierra, tendra la posibilidad de
advertir el encaje de capas geológicas, una arquitectura del tiempo
portadora del estado presente de las civilizaciones. Las tradiciones son como
los sedimentos sobre los cuales se edifica en la superficie una edad nueva, a
la espera de lo que vendra: para el humano, lo por venir
inexorable”. -18- El Mestizaje como problema antropológico
BY DIRECTOR – 18 JUNIO, 2011
El Mestizaje. Guayasamín.
Por Fernando Barona Tovar
Entre las muchas herencias recibidas de la Colonia tenemos el mestizaje.
El mestizaje adquiere estatuto teórico en la modernidad pues, hasta los
últimos años del siglo XVIII, era ambiguo y
polívoco. Con la modernidad aparecen los conceptos y sus afirmaciones
científicas. El mestizaje, como imaginario, en las estructuras
coloniales da respuestas a las innumerables condiciones de cambio que se
formularon y desarrollaron con los contactos entre indios y españoles
dando lugar, entre otros, a contactos físicos con derivaciones
biológicas que permitieron la consagración del concepto -manto-
para explicar las nuevas expresiones sociales, religiosas, políticas
eideológicas que en función de la de la miscegenación
(cruces raciales biológicos) sirvió, ha servido y aún
sirve para ocultar la diversidad cultural de nuestros pueblos con una
categórica afirmación de son mestizos.
Debido a la complejidad del concepto la antropología lo ha retomado como
un problema de investigación a través del cual, en su
analisis, puede encontrar valiosos argumentos para sustentar la
presencia de los velos que no dejan traslucir las realidades culturales
diversas presentes en nuestras geografías compartidas y diferenciadas
por montañas, valles, ríos, paramos, nevados, sierras y
serranías como territorios en donde tienen lugar los dialogos
interculturales.
Explicar el mestizaje desde lo biológico no admite
mucha discusión. Sin embargo, trasladar el concepto hacia lo
cultural, sin reparo alguno, sí que amerita toda nuestra
consideración, mas cuando la relación naturaleza/cultura
ha dejado de ser una dicotomía para volverse unicidad. Silvio
Sanchez anota que “quiza en los inicios lejanos y presentes
de la humanidad la tarea del hombre era y es tener un lugar
en la naturaleza, interpretarse en ella y junto al otro es la base de la
signi-ficación. El ser humano finalmente es signo.
Hoy con asombro miramos que la naturaleza pide un lugar en la cultura y por lo
mismo es urgente migrar a una discusión que someta a juicio los
paradigmas que mantienen la razón humana prisionera de la comodidad
utilitaria…” (Sanchez, 2007: pag. 8) .-1-
El mestizaje, para explicar lo cultural, es hoy un significante vacío,
carente de todo contenido y acomodadoutilitariamente a las estructuras de
élite que, así como en épocas de la Colonia, sirve como
instrumento ante la imposibilidad de reconocer las diferencias.
En la modernidad el mestizaje cobró gran importancia y
su aplicación no se hizo esperar en los ambitos
académicos, intelectuales y de investigación. No obstante,
su ambigüedad no concluyó. El sociólogo norteamericano
Richard Adams, quien realizó estudios en Centroamérica, propuso,
en la década del 1940, “la
adopción sistematica de dos términos distintos para
distinguir entre la mezcla racial y el cambio social y cultural. Mestizaje debería referirse solamente al proceso
biológico, mientras que ladinización sería el
término para indicar el proceso cultural”. Morner. 1961. Pag. 16 -.2-
Este interés por precisar la diferencia en el concepto se orientaba una
vez mas a la exclusión pues, “Originalmente, la palabra
ladino se utilizaba como
adjetivo para las personas que hablaban lenguas latinas. Luego, en el primer
siglo de la Colonia, la palabra ladino se usaba en dos sentidos principales:
(1) bilingüe y (2) sagaz”. Pero también como “el cambio de la identidad de indio a ladino; o la sustitución de una
población india
por otra ladina” Tadashi Obara. -3-
En la modernidad se hace gala de la inclusión en la medida en que el
otro se encuentra como
diferente en relación a mí mismo. En este
sentido la inclusión, que surge en la modernidad, no es otra cosa que
exclusión.
La religión católica, adalid de las ideas coloniales,
agenció la exclusión a partir de la inclusión. A los
indígenas que adoraban al sol, los llevarona que también adoraran
los símbolos del culto católico en una
sola representación. Así pues, encontramos que los ostensorios o
custodias de mediados del
siglo XVI, que contienen al Santísimo, tienen como diseño un sol radiante y una gran
hostia en el centro. El sol (dios de los indígenas) y
la hostia que representa al dios de los católicos.
El mestizaje esta revestido por fenómenos como la aculturación y la
transculturación que actúan en los individuos y en las sociedades
como mascaras para el ocultamiento de la
esencia del
otro. La esencia contiene las huellas de lo que somos, la particularidad del sujeto individual y
colectivo, como
lo expresa Ricoeur “el signo es la marca en la sangre, el disfraz la
envoltura oportuna”. (Ricoeur. 2006. Pag.
El mestizaje cultural
desconoce entonces el signo de lo humano y privilegia la envoltura. -4-
La historia del
mestizaje americano esta plagada de acontecimientos de los que dan
cuenta historiadores, sociólogos, lingüistas y antropólogos.
De ellos quienes mas atención han
otorgado a este tema son los historiadores demograficos.
México, Brasil, Antillas,
Venezuela,
Bolivia y Colombia especialmente, registran buena parte de estos estudios.
Las investigaciones tienen un asiento importante en la
Colonia y después de 1800 ya son pocos los estudios que se acercan a su
comprensión. El periodo que le sigue es el de las independencias y el de
las repúblicas con la intención generalizada de construir
Estados-Nación.
La construcción de los Estados-Nación obliga el reconocimiento de
la diversidad cultural, geografica,política
y social. Países como
Colombia,
no se han alejado de esta condición pues es a partir de allí
desde donde es posible encontrar la presencia de las identidades culturales. No
de la aceptación del otro como una concesión por ser diferente sino como reconocimiento que
nos libere de la ignorancia y nos aproxime al conocimiento (Ricoeur. 2006 -5-
Es en este transito en donde hoy los colombianos nos ubicamos para
formular las preguntas sobre el caracter diverso de nuestras
identidades. Asimismo, tenemos conciencia que la estructura de un Estado-Nación en Colombia esta inconclusa y
es esa misma condición la que le otorga un sentido de identidad a
nuestro país.
Esta doble condición, de Estructura de Estado-Nación inconclusa y
de diversidad cultural como
premisa para el encuentro de las identidades, cobra sentido cuando repasamos la
visión del
mundo —de caracter medieval que llegó a América con
los españoles— y cimentó el proyecto de construcción
de una identidad cultural nacional y de formación de un
Estado-Nación. La conciencia heredada sobre la diversidad regional de
América se mantuvo hasta los albores de la Independencia y
permitió a los precursores y élites criollas regionales exigir el
derecho a crear nuevas naciones y nuevos Estados, pero manteniendo las
jerarquías heredadas de la sociedad nobiliaria hispana .-6-
En este sentido, la fundación de “dos repúblicas”: la
de españoles y la de indios, se mantuvo en el imaginario colectivo de
las élites criollas que buscaban borrar todos los vestigios de un
régimen colonial opresor sin acabar con losprivilegios de clase y donde
el elemento cultural cobró vital importancia en función de la
definición de una identidad nacional que permitiera dar sentido de
pertenencia a una institución integradora como lo era el
Estado-Nación; identidad que al ser conflictiva y excluyente, no
permitió un real y verdadero proceso de integración nacional.
Zambrano Pantoja anota al respecto: “[] a este origen dividido y
fragmentado se le sumó —de una manera perturbadora por
demas— el surgimiento de mestizos, quienes perteneciendo a dos
culturas diferentes y antagónicas, van a participar en la sociedad
colonial agobiados por la cuestión del origen y la pertenencia,
preocupaciones que los van a lanzar a la búsqueda de una
identidad” .-7-
Desde este punto de vista, aún se conservaba la tradición hispana
que establecía que las jerarquías sociales connotaban un
caracter político, lo cual impidió el desarrollo de una
tradición democratica y pluralista sustituida por un régimen
“caudillista” y “clientelista”, suplantando la vieja
cadena de fidelidades de corte colonial que culminaban en la figura del rey. En
este sentido, los estudios realizados por antropólogos —en
sociedades campesinas latinoamericanas, tal vez señaladas como mestizas
y consideradas como premodernas-postradicionales—, permitieron el
desarrollo del concepto de “sociedad patrón-cliente” que
establece que una “pequeña tradición”, que habita en
los centros urbanos, ostenta y controla todo el poder político,
económico y social que ejerce sobre una “gran
tradición” —que habita en zonas rurales y campesinas—,
estableciendo unarelación de dependencia. Estos mismos estudios hablan del concepto “del bien limitado”, el cual hace referencia a una
visión del
mundo de caracter tradicional que teme desarrollar cambios de orden
cultural al interior de sus sociedades porque su idea es “que todo lo
bueno se encuentra en poca cantidad y el beneficio de unos estaría en
detrimento de otros”.
Estos dos conceptos de caracter antropológico concuerdan con
aquellos de los que habla la historia como la sustitución del poder
político, económico y social ejercido por las élites
criollas una vez alcanzada la independencia y reflejadas en instituciones como
el caudillismo y el clientelismo, y con la moral católica medieval
importada de España acerca del “bien común”, el cual
delineó las costumbres y conductas de las sociedades latinoamericanas
(Robert Redfield, El mundo primitivo y sus transformaciones, 1978), y (George
Foster, Tzintzuntzan, 1972).
Este “mimetismo” del poder y control político, sustentado
por la élites criollas, reafirmaba la herencia hispanica surgida
de los “Derechos o Beneméritos de Conquista” que
establecían privilegios económicos derivados de derechos
políticos, lo que estaba en contravía de una noción
democratica y republicana de Nación, donde los
“ciudadanos” ejercen control sobre sus gobernantes . -8- En este sentido, German Colmenares afirma que “El
sistema político colonial estaba dotado de una integridad que encadenaba
las relaciones sociales y el orden político a una doctrina uniforme.
Después de la revolución, las élites
buscaron eliminar la impronta religiosa de la
construcciónpolítica, pero pretendieron al mismo tiempo conservar
el orden social que se apoyaba en esa impronta. A la
inversa, los instintos populares confiaban en preservar los contenidos
culturales de su tradición religiosa pero beneficiandose de las
promesas contenidas en el nuevo credo político.
El problema de las élites consistía en ejercer un
efectivo control social que se confiaba a una ley cuya justificación
filosófica reposaba en la hipótesis profana de un orden puramente
racional para la vida política. El fracaso de imponer el imperio de
leyes elaboradas por las mismas élites se advirtió muy
pronto” -9-
Colmenares encuentra la existencia de una “fisura profunda” que
atraviesa la historia hispanoamericana estableciendo la incongruencia existente
en las élites criollas entre los fines perseguidos por alcanzar la
democracia y la unidad nacional y los medios y herramientas a través de
los cuales se intentaban lograr estas metas . -10-Al
respecto, Jaramillo Uribe indica que las élites criollas lo que en
esencia ponían en duda era la concepción de si realmente todos
los hombres eran libres e iguales, a partir de lo cual se derivaba el problema
de conciliar intereses de clase y apetitos de poder con los ideales de la
razón universal .-11-
Las élites sólo contaban con tres modelos de organización
del Estado: el monarquico con el que se mantendrían las
tradiciones coloniales; el de república representativa a través
del cual se adoptaba el modelo liberal de Estado de derecho; y por
último, el pretoriano que sigue a caudillos de las guerras —en
este caso—independentistas. Colombia siguió el modelo de república democratica y
liberal con la separación de poderes (ejecutivo, legislativo, judicial),
libertad de empresa y respeto por los derechos individuales ademas de
las garantías sociales.
Sin embargo, las élites decidieron que había que ajustar estos
principios abstractos a una realidad social, la cual no contaba con el grueso
de población educada en los principios del liberalismo y que aún
conservaba una mentalidad colonial, ante lo cual se restringieron las
garantías y libertades (por ejemplo en la limitación al derecho
al sufragio, al que se le impusieron determinados condicionantes para poder
ejercerlo: gozar de renta y propiedad, tener una profesión honorable, no
ser sirviente) -12- constituyéndose finalmente en lo que se
denominó “república señorial”, sobre lo cual
Jaramillo Uribe escribe: “lo que la crónica política parece
confirmar es que —hasta épocas muy recientes— nuestra ahora
centenaria Constitución, como todas las que le antecedieron, sólo
ha consagrado unas libertades y derechos formales que contrastan con unas
practicas políticas que ciertamente no han sido un modelo de vida
democratica y de civilización política” .-13-
Anthony Pagden afirma que la república liberal que Bolívar
insinuaba en la Carta de Jamaica (1815) —y que describió
años después en el Discurso de Angostura (1819) y en la Constitución
Boliviana—, se inspiraba en las ideas rousseaunianas del “Contrato
Social” que seguían el modelo de las repúblicas de la
antigüedad clasica donde el concepto de “libertad” no
era el referente al de la libertadindividual, para seguir sus propios objetivos,
sino el de compartir el poder social entre los ciudadanos de la misma patria.
Aquí la “libertad individual” era sustituida por la
“libertad política”, un bien superior .-14-.
De igual forma, Pagden explica que las virtudes de la república
clasica consistían en lograr la cohesión del cuerpo
ciudadano, es decir, “que todos los hombres compartieran el mismo
conjunto de objetivos políticos y que todos los hombres participaran en
el proceso político”: para Bolívar “pueblo” era
sinónimo de “ciudadano” y éste debería tener
la educación necesaria que garantizara la participación plena de
la república, reflejo de la “voluntad general del pueblo” y
no de los intereses particulares; así, la “república bolivariana”
se acercaba al modelo de “república virtuosa” de Rousseau,
por eso la importancia que le concedió Bolívar a la
educación del pueblo americano .-15-.
Sin embargo, según Pagden, la realidad le enseña a Bolívar
que América es una “masa informe sin ninguna clase política
nativa”, por lo que la república no podría sobrevivir sin
coerción, lo que significaría un gobierno militar.
Esta fue la gran paradoja a la que se vio enfrentado Bolívar: en aras de
buscar la libertad y consolidación de una república
democratica e independiente, se vio obligado a ejercer la dictadura
militar en procura de construir una república virtuosa, con ciudadanos
capaces de participar activamente en los procesos políticos y con la
instauración de una sociedad civil que pudiera elegir libremente a sus
representantes, sin la cual el naciente proyectopolítico de
formación del Estado-Nación se abortaría, cayendo en la
desintegración y anarquía, instancia que Bolívar
temía mas que la propia tiranía .-16-
El historiador Jorge Orlando Melo abre, al respecto, una interesante pregunta a
partir de la siguiente afirmación: “…La independencia, por
supuesto, constituye la piedra miliar, el sistema simbólico fundador.
¿Es posible conformar una nación cuando los derechos
fundamentales corresponden a identidades y
pertenencias étnicas? Bolívar ofrece una temprana
formulación, todavía problematica, de esta tensión
en su carta de Jamaica: no somos indios ni europeos, sino una especie media
entre los legítimos propietarios del país y los usurpadores españoles,
en suma, siendo nosotros americanos por nacimiento y nuestros derechos los de
Europa, tenemos que disputar éstos a los del país y mantenernos
en él contra la invasión de los invasores.
El radicalismo romantico de Bolívar no habría permitido la
creación de una ideología nacional: era preciso dejar de verse
como usurpadores de los derechos indígenas y para ello el nuevo lenguaje
de la Revolución Francesa ofrece una salida: la idea de ciudadano debe
suplantar la de indio, negro o criollo y permite definir al sujeto
político a partir del Estado y no de particularidades culturales o
locales. La expresión “ciudadano” aparece tempranamente
usada por Pedro Fermín de Vargas hacia 1790, pero sólo se
generaliza en el lenguaje político y legal de los hombres de la independencia.
Aca es preciso subrayar cómo la identidad nacional no tiene nada
qué ver con lo que usualmente sedefine —desde mediados del siglo
XIX y en el contexto de las naciones periféricas europeas— como lo
nacional: lo que identifica y define a la Nueva Granada, y la separa de su
antigua metrópoli o de las naciones que empiezan a conformarse en las
regiones vecinas, no es ni la lengua, ni la religión, ni las diferencias
culturales (aunque las hay), ni las diferencias en composición
étnica (que aunque también las hay, son igualmente fuertes dentro
de cada región). En la medida en que la nación es ante todo un
discurso construido, un proyecto de una élite, se liga a la perspectiva
de construir un Estado, en el que pueda ejercerse un dominio político:
lo que define el ambito de lo nacional es la extensión de la
división administrativa colonial, que se prolonga ahora en las nacientes
instituciones del Estado” .-17-
En síntesis, esas formas de vida propias, ese entorno particular,
aislado, esas formaciones político – administrativas fueron
generando en Colombia unas muy claras y distintas culturas regionales que para
un no-colombiano pueden contrastarse entre la expansión Caribe y el
recogimiento andino, pero que para una visión un poco mas
detenida puede entrar a contemplar subdivisiones bastante claras, como por
ejemplo las diferencias culturales entre los habitantes de las cordilleras a
uno y otro lado de los principales ríos colombianos.
Pero, en lo cultural, ese mismo aislamiento que
dificultó la creación de mercados nacionales, dio vida a una gran
riqueza cultural marcada por la diversa manera y proporción como en¬troncan los elementos americanos, europeos
yafricanos en ca¬da región y el diferente modo como cimientan raíces en una
geografía accidentada y difícil de intercomunicar. Esta particularidad
topografica es un factor definitivo en la
diversidad y, por lo tanto, riqueza cultural, si se toma en cuenta que la
pluralidad de culturas es anterior al encuentro de los dos mundos.
Estos accidentes geograficos que han marcado de
tantas y distintas formas a sus habitantes, también nos han permitido el
re-conocimiento de lo que somos y de las formas como nos re-presentamos. Poco a poco hemos
ido perdiendo esa rara condición colonial de re-conocer siempre y
primero a lo que esta afuera y de observar
quiénes somos sólo cuando estamos afuera.
Finalmente, transitar los caminos recorridos por el ser
humano es la guía inequívoca para desentrañar los que
aún se encuentran ocultos. En los cruces de los caminos es en
donde es posible el hallazgo del dialogo intercultural, sin verdades
absolutas, sin compasiones, sin aceptaciones perversas, solo dialogos en
donde se recupere la esencia de lo humano y el re-conocimiento sea el umbral
que supere a la ignorancia. Pierre Legendre, lo sentencia magistralmente
“Quien se atreva a comparar la evolución de las sociedades a muy
largo plazo con la historia de la Tierra, tendra la posibilidad de
advertir el encaje de capas geológicas, una arquitectura del tiempo
portadora del estado presente de las civilizaciones. Las tradiciones son como
los sedimentos sobre los cuales se edifica en la superficie una edad nueva, a
la espera de lo que vendra: para el humano, lo por venir
inexorable”. -18-